1. El Mal Menor
N°3 - Octubre 2015
Crónica
Poesía
Narrativa
Opinión
Fotografía
Moda
Además
Entrevista
Claudio Rojas y Sebas án Benítez
Del grupo hiphopero “Batuco estalla en rimas”
“Nos interesa
hablar de la
realidad
silenciada”
2. ¿Acróbata de las letras?
Mándanos tu colaboración a nuestro correo electrónico:
revistaelmalmenor@gmail.com
3. Editorial
El Mal Menor N°3 - Octubre de 2015 - Batuco - Chile - Correo electrónico: revistaelmalmenor@gmail.com
Editores: Jaime Núñez - Sergio Sarmiento - Emilio Serey - Melody Valenzuela - Colabora en este número: Isidora Farías G.
Diseño gráfico: Sergio Sarmiento - Fotogra a: Emilio Serey
Editorial
La primavera no solo nos trae, como dijo el adolescente poeta Rimbaud, "la
risahorribledelidiota";sinotambiénelesplendordelanaturaleza:lacordille-
ra nevada, la laguna rebosante de agua, los cerros y los campos reverdecidos;
losárbolesylasplantascargadosdebrotesyflores.Unespectáculomaravillo-
so, sin duda, que se mezcla con las celebraciones de la independencia de
Chile, un país que en realidad no es tan independiente, que más bien es
dependiente y dominado, pero que finalmente es el lugar donde hemos
hecho nuestra vida. Baudelaire escribió alguna vez: "mi patria es mi infancia".
La misma idea ha sido expresada por otros escritores como Antoine de Saint-
Exupery, Miguel Delibés, Stanislaw Lem, autor de la maravillosa novela
"Solaris" y el poeta Rainer María Rilke. El mismo Charlie García, rockero
argen no, según reporta una página web trasandina, durante una ebria
noche bonaerense señaló: “Mi patria loco, es la Gaona de erra, es la quinta
de mis viejos, me cago en la escarapela, mi patria es mi infancia”. Una idea
similar mueve a "El Mal Menor". Queremos bastante a Chile, Chile es el lugar
donde residen nuestros primeros afectos y descubrimientos, pero eso no
significa que queramos al estado de Chile y sus ins tuciones: milicos, pacos,
par dos polí cos, iglesias, empresariado y otros grupos que se alimentan del
pueblo, que lo vampirizan, lo atontan, lo dividen, lo paranoiquean, lo abusan,
lo explotan. Ellos, verdadera manga de enfermos siquiátricos -sin diagnós co
oficial- que se han apropiado de los símbolos que dan iden dad al país, que
acumulan poder y no lo reparten, son los principales enemigos de la patria, es
decir, de nuestra infancia. Tal vez lo pasaron muy mal en esa época, tal vez
fueron violados y ahora nos quieren violar, tal vez fueron cas gados y ahora
nos quieren cas gar, tal vez no tuvieron derecho a decidir y ahora no nos
quieren dejar decidir. Habría que extenderlos en un diván y sacarles la basura
de la cabeza. O evitarse ese trabajo, que ene baja posibilidad de éxito -el
daño es profundo, irreparable- y sacarlos del poder. Mandarlos a la Antár da,
a sembrar lechugas, mientras nosotros, parados en medio de la infancia,
jugamosaconstruirunpaísdeverdad.
5. La política cultural de Graciela
Tortas y circo
Por Justo Morales
In Situ
3
Durante el mes de agosto, y usando
como excusa el día del niño, el municipio
instaló una carpa de circo en las localida-
des de Valle Grande, Estación Colina,
Batuco y Lampa, donde los vecinos de la
comuna, según la página web del feudo
lampino, "disfrutaron de un espectáculo
no sólo para niños, sino que para toda la
familia", espectáculo provisto por la
supuestamente pres giosa compañía
Golden Circus, cuya presentación -el
famoso ¿quién somos? de internet-
destaca por una enorme can dad de
faltas de ortogra a, palabras perdidas y
pésima redacción. Ojala los chistes no
hayan adolecido del mismo defecto; o tal
vez dé lo mismo, tal vez sea absoluta-
mente irrelevante, pues las personas que
acuden a este po de funciones no
enen para pagar una entrada y deben
conformarse con lo que les den. Para
ellosChileestáescritoconminúscula.
La alcaldesa, en su fantás co rol
de la mujer barbuda, ofrece
una rica torta al público.
Vein dós mil personas acudieron al circense llamado de
Graciela, que desinteresadamente entregó diversión a los
infantes y a sus padres. Claro, porque en su mente simple, su
mente que funciona como un viejo juguete a cuerda, no cabe
ningún cálculo mezquino. Ella no está pensando en el dinero,
tampoco en los votos. Ella es pura bondad.
6. In Situ
4
Vein dós mil personas, según la misma
fuente, acudieron al circense llamado de
Graciela, que desinteresadamente
entregó diversión a los infantes y a sus
padres. Claro, porque en su mente
simple, su mente que funciona como un
viejo juguete a cuerda, no cabe ningún
cálculo mezquino. Ella no está pensando
en el dinero, tampoco en los votos. Ella
es pura bondad. Caracterís ca de su
personalidad que surge también cuando
regala tortas con cualquier pretexto.
Tortas por inauguración de casas, tortas
poreldíadelprofesor,tortasporeldíade
la madre, tortas por el día del padre,
tortas por el día de los enamorados,
tortas por el día de los divorciados,
tortas por la inauguración del año
escolar, tortas por el cierre del año
escolar, tortas por el día de la tortuga,
tortas por el día de la lagar ja, tortas por
el día del canario. Todo eso es plenamen-
te maravilloso. Da gusto vivir en una
comunallenadepayasosymerengue.
Más allá de cualquier ironía -este es un
medio cien por ciento serio- la inicia va
circense de Graciela debe ser valorada
conalturademiras.Ellanohacelascosas
porque sí nomás. Tampoco por comprar
a la gente pobre. No, ella nos está
enseñando historia. Y con letras mayús-
culas. Con el asunto del circo, hay que
decirlo, está vinculando directamente a
Batuco y Lampa con la gran tradición
grecorromana, más par cularmente con
el poeta sa rico romano Juvenal, quien
al comienzo de la era cris ana acuñó la
famosa frase "pan y circo" (panes et
circenses), cri cando a sus contemporá-
neos por hacer lo mismo que muchos
siguenhaciendohoyendía:dejardelado
la polí ca y entregar sus votos a cambio
depanycirco.
Los afanes educa vos de Graciela, en
todo caso, no enen fin. Notable es su
capacidad para reinterpretar la historia.
Sí, porque en vez de "pan y circo" ella
entrega algo más atrac vo: "tortas y
circo", dando una vuelta de tuerca al
pasado para situarse casi dieciséis siglos
más allá de la época de Juvenal, más
específicamente en empos de Luis XVI
de Francia, quien perdió cabeza en la
guillo na a causa de la revolución. Se
dice que el monarca francés, que se
hallaba alejado de las necesidades del
pueblo, ante la falta de pan que adolecía
la población, los instó a comer tortas. Esa
desafortunada frase, indica el mito, fue
uno de los elementos que detonó la
sublevación. Eso, por supuesto, no
ocurrirá en Lampa, donde nadie se
rebela ni piensa mucho. La alcaldesa, por
lo tanto, podrá mantener la cabeza en su
si o y seguir propiciando, por medio de
laberín cos sistemas, la educación
histórica de la población, así como su
consumodetortasypayasos.
7. 5
Batuco estalla en rimas
“Encenderemos barricadas
de palabras y testimonios”
Por Jaime Núñez y Sergio Sarmiento - Fotogra as: Emilio Serey
Entrevista
Caminamos de noche por Batuco. Es un
día viernes, deben ser como las 22:15 y
nos preguntamos por las narraciones
ocultas en las calles del pueblo. En una
población que sigue la lenta marcha del
olvido, sobreviviendo en un presente casi
sin sen do, llevadas por la fuerte
corriente de lo co diano, la mayoría de las
personas buscan desahogo: conectadas
sueñan con otras vidas, conversan con
ausentes, se unen a una realidad media -
zada, miran un mundo distorsionado por
el televisor; todos protegidos con rejas de
sus vecinos, viviendo ocultos cuidan sus
propiasmiserias.
En las calles las personas se mueven
rápido, caminando por el medio de las
calzadas,comosilesfueranpropias;enun
primi vo acto de desplazamiento
8. 6
Entrevista
nómade, buscan senderos, rutas más
amplias por las cuales transitar, esquivan-
do fieras motorizadas ocupadas por
conductores que miran sin solución la
invasión de la que ingenuamente creen su
ruta. Al mismo empo, desde los buses
bajan pasajeros cansados del horroroso
San ago,desciendendesesperadoscomo
escapandodelamuerte.
Es una noche de viernes cualquiera, pero
guarda una historia delicada, un relato
oculto, subterráneo, alejado de lo trivial,
relato construido para hacer otro pueblo,
paracambiarlahistoriaconsuslíricas,con
un discurso formado por rimas certeras,
para organizarse desde abajo carcomien-
do los falsos pilares, es un plan para
sabotear lo oficial: “vivo bajo un contexto
errado / bajo promesas falsas de un
puebloencadenado".
Se siente una leve brisa de aire helado,
comoavisandoeldeclivedelinvierno,que
muestrasuagónicoaliento.Enelcielocasi
no se notan las estrellas. Tras sortear la
oscuridad, llegamos a la casa donde
habita nuestra historia, la historia de dos
hiphoperos batucanos, Claudio Rojas
(Sear) y Sebas án Benítez (Duise), que en
conjunto forman "Batuco estalla en
rimas". Tras saludarnos, uno de nuestros
entrevistados nos hace pasar por un
pasillo largo hasta llegar a una casa
ubicada al final del si o. Allí esperamos
unos cuantos minutos. Irá a buscar a su
compañero. Cuando regresan, conversa-
mos un rato antes de la entrevista,
tratamos de entrar en confianza pues no
nos conocemos previamente. Hablamos
de lo banal, de lo sin sen do, hablamos
palabras sueltas, nos presentamos,
reímos. Nos cuentan que hace poco
ocurrió un incendio donde ellos viven,
que perdieron un computador que
contenía mucha de la música que habían
creado en sus primeros empos,
depurando el pasado de manera trágica,
pero que ellos están bien. Después de eso
pasamos a la entrevista. Los integrantes
de "Batuco estalla en rimas" contestan
nuestras preguntas. Hablan y pareciera
que todas sus palabras rimaran, al igual
que sus canciones. Escuchando su
discurso se ene la sensación de que el
empo se de ene y a la maquinaria del
progreso oficial le faltaran engranajes
para funcionar, generando diminutas
fallas que harán que el sistema -en algún
momento-explotedesdeadentro.
Orígenes
¿De dónde son ustedes y cuál es su
relaciónconBatuco?
CR: Bueno en realidad somos de Conchalí,
específicamente del Cor jo; yo por lo
menos llegué a los trece años, cuando
estaba terminando octavo; nos vinimos
para estar más cerca con la familia. Pero
9. Entrevista
7
siempre viví ligado a Batuco, llegábamos
en los veranos, para las vacaciones de
invierno, en esas fechas jugaba con los
chiquillosalapelota.
SB: En mi familia nos cambiamos por la
pega de mi papá, que trabajaba en la
Cerámica de Batuco, de esta forma
nuestra vida siempre estuvo un poco
unida a Batuco, porque casi toda nuestra
familia trabajaba en la Cerámica: padres,
abuelos, os,todos.
¿Y cuando llegaron a Batuco, cuál fue su
impresión?
CR: Los mayores recuerdos que tengo son
jugando a la pelota con los cabros de la
cuadra,apostandojugosenpolvo,porello
terminábamos el juego sucios, embarra-
dos, como san aguino me causaba una
granimpresión.
SB: La pelota era nuestra infancia, la
principal diversión, no exis a otro po de
juego; y sobre Batuco, la verdad, tengo
pocas imágenes del pueblo cuando chico,
solo recuerdos de fotos, por ello es
familiar el barro, la calles de erra, los
potreros,lospeladeros.
¿Dóndeestudiaronustedes?
CR: Conchalí y terminé en Renca, en un
liceo técnico, donde estudié telecomuni-
caciones.
SB: Yo en el San Sebas án, en el pueblo, y
enlamediaasis auntécnicoenelIgnacio
Domeyko de Recoleta, donde estudié
mecánicaautomotriz.
¿Ycómofuesuexperienciaeduca va?
CR: Bueno, yo seguí estudiando en el
supuesto Departamento Universitario
Obrero Campesino de la Universidad
Católica (DUOC UC), el cual como toda la
educación es un negocio, una máquina de
moler carne, es una educación basada en
la plata, por ello es súper cara, con una
formación precaria como en todos los
ins tutos de este país, donde se repite la
lógica de la explotación, la competencia,
No podemos ser de la derecha, no va con
nosotros, además la derecha ene algo
caracterís co: es unipersonal, egoísta, no
mira para el lado, en cambio nosotros
vivimos en un lugar diferente, donde
compar mos de una forma recíproca,
solidaria y si uno puede ayudar a
colaborar con los vecinos lo hace.
10. 8
Entrevista
donde nos venden un sueño de supera-
ción de manera individual, jamás de
maneracolec va.
CR: La verdad crecimos oyendo en el
colegio que la educación es una herra-
mienta, pero en este país parece un arma,
paradespejarelcaminoysalvarsesolo.
Actualmente, además de la música, ¿a
quésededican?
CR:Trabajoenunamul enda,enredes.
SB: Yo trabajo en una fábrica de la
Panamericana, qué les puedo decir, no
estoy conforme con el trabajo, me gustaría
en realidad ser independiente, pero es
súperdi cilserunemprendedorenChile.
Batucoestallaenrimas
¿Cuándoseinvolucranenelhiphop?
CR: Por unos amigos de mi prima, por los
Masacre de Conchalí, al verlos cantar
quedamos alucinados, y como nos
gustaba la música fue natural intentar
cantar con una radio con casete improvi-
sando y una pista mezclando, experimen-
tando.
SB: Nos dijimos cómo no podemos cantar
como ellos y comenzamos a cantar juntos
como a los quince años, con todos
nuestrosamigos.
¿Fue muy di cil hacer las letras para sus
canciones?
CR: Lo realizamos aprendiendo, trabajan-
do, intentándolo. Igual, aprendimos
rápido, sin muchos elementos, viendo
nuestroentorno.
SB: Fue algo que venía de la mano con
escuchar música, de repente nos venía y
nos salía de manera natural, por ejemplo
en nuestro úl mo tema "Operación
Boicot", buscamos una pista y trabajamos
sobreella.
¿Por qué elegir el hip hop y no otro es lo
musicalcomoelrockoelpunk?
CR: Mi familia no es muy musical, pica
música cebolla, y no exis ó ningún
familiar o amigo ligado al rock, de hecho
en la actualidad me gusta el rock. En
cambio, con el hip hop tuvimos referen-
cias cercanas y considero que este es lo
demúsicaesalgomásdelaspoblaciones.
SB: Yo también nunca tuve alguien
cercano al rock, ya que nuestros amigos
mayoresrealizabanhiphop.
¿Cómodefinensumúsica?
SB: Es di cil definirse, pero nosotros
estamos por un hip hop más social o rap
polí co, el cual es súper escaso al día de
hoy,losraperosestáncantandoalcarrete,
a las drogas, puros engrupidos, no ven la
realidad.
CR: Pelean entre ellos mismos, quién
canta mejor, siendo que somos todos
pobladores.
Susinfluenciasmusicales¿cuálesson?
CR: De cabro chico escuchamos el hip hop
de la zona norte, Recoleta Conchalí,
donde las letras nos representaban en
11. Entrevista
9
Es di cil definirse, pero nosotros
estamos por un hip hop más social o
rap polí co, el cual es súper escaso al
día de hoy, los raperos están cantando
al carrete, a las drogas, puros
engrupidos, no ven la realidad.
nuestrapropiarealidad.
SB: A mí no me gusta el hip hop de otros
países, menos el gringo, lo más significa -
vo fue el hip hop de Puerto Rico, por sus
letras,quenosmarcaban.
El grupo de ustedes se llama “Batuco
estalla en rimas”, ¿por qué enen a
Batucoenelnombredelgrupo?
SB: Desde nuestro inicio que nos interesa
hablar de la realidad silenciada, por esto
siempre deseamos representar al pueblo,
la idea nuestra era cantar lo que nosotros
vemos en Batuco, con las letras sociales,
hablar sobre el no apoyo de la municipali-
dad a la población, mostrar nuestra
realidad donde fuéramos y que mejor con
elnombredelpueblo.
¿Y cuál es el tema central de las letras de
suscanciones?
CR: Tenemos varios proyectos desde
nuestro inicio como grupo el año 2004. El
disco de ahora, en el cual estamos
trabajando, ene como tema central la
canción "Operación Boicot", que estable-
ce la idea principal del disco: hacer un
boicot a todas las personas o grupos que
están en contra del pueblo y de la gente,
ese es nuestro mensaje. El disco anterior
se llama "Desde la población", ene la
lógica de mostrar la realidad de Batuco,
comoelalzadelospasajes.
¿Cómo les ha ido con la recepción de
estosdiscos?
CR: Por internet y redes sociales nos va
muy bien, como nuestras letras son
socialesprendenrápido.
SB: Nosotros siempre decimos que las
mejores tocatas son donde va todo po
de personas y no solo raperos, donde nos
escuchan personas lejanas al hip hop. La
idea es entregar un mensaje y quizás
despertar a algunas personas dormidas, o
a los jóvenes, y de esta manera llevar un
mensaje a los que andan puro salvándose
12. Entrevista
10
o haciendo maldades entre nosotros
mismos.
¿Dequéladopolí cosesientenustedes?
CR: Con la misma injus cia en la que
estamos insertos día tras día, yo no me
puedo representar como una persona de
laclasealtasiyonovivoenlaclasealta;no
se trata de clases, no soy clasista, pero sí
creo que tenemos una marca de rasgadu-
radenuestroorigenoraíces,nomesiento
de ningún lado, para mí la polí ca es un
temasocial,perosimelajuegosoymásde
izquierda.
SB: Yo creo en lo mismo, ni de aquí ni de
allá, pero si tengo la facultad de apuntar
para disparar y eliminar, disparo a la
derecha.
CR: No podemos ser de la derecha, no va
con nuestra forma de ser, además la
derecha ene algo caracterís co: es
unipersonal, egoísta, no mira para el lado,
en cambio nosotros vivimos en un lugar
diferente, donde compar mos de una
forma recíproca, solidaria y si uno puede
ayudaracolaborarconlosvecinoslohace.
Tenemos cuentas pendientes con la
derecha, somos víc mas de la dictadura;
en la actualidad si uno quiere hablar en un
grupo de amigos sobre temas serios o
polí cos y decir por ejemplo: el sistema
está mal, las personas te dicen comunista,
gente más pendeja que nosotros. En este
país hicieron un trabajo tan bueno, sobre
todo con el individualismo, donde los
jóvenes quieren ser bacanes, estudiar y
olvidarse de su población, de sus amigos,
detodasuiden dady“surgir”.
SB: Además los adultos ene un miedo
gigantesco, todavía no se puede curar, la
gente vive con miedo, desconfiando,
mirando toda la realidad por la tele,
llenándose la boca, creyendo falsamente
habitar en un país solidario, pero no
queremos dar salida a Bolivia hacia un
marquenisiquieraesnuestro.
En este país, sumamente desigual, ¿se
podríahaceralgoparamejorarlascosas?
CR: Igual me van a decir loco, pero yo creo
que lo que debería haber es un barrido,
eliminar un montón de gente, pero no
entre los pobladores, sino los cabezones
con poder, los cuales no quieren ceder
nada,yocreoenalgúnmomentollegarála
jus cia, siempre después del caos, viene
la calma, aquí deberíamos barrer todo,
eliminar toda esta desigualdad y fundar
un po de sociedad ligada por la solidari-
dadylocomunitario.
¿En Batuco existen personas que com-
parten sus ideas polí cas o se consideran
unpocoaislados?
CR: De que existen, existen personas, las
cuales comparten el pensamiento, pero
están escondidas y lucharán a su modo. Si
uno ene una idea así no cambia. Lo que
hará es concebir las cosas a su manera. De
pronto,organizarseensilencioesmejor.
SB: Siempre existen historias subterrá-
13. 11
Entrevista
neas, ocultas, diminutas fibras de
comunicación, como una frágil red, como
una araña uniendo los discursos no
oficiales.
Polí calocal
¿Creen que Batuco está progresando o se
estáestancado?
CR: Yo creo que Batuco está estancado y
en un empo más seremos igual a los
pueblos de regiones, sin jóvenes ni
expecta vas de trabajo. Quedan pocas
fuentes laborales en el pueblo, además
con un supermercado chico, con el cierre
de la Cerámica de Batuco, no existen
alterna vas de trabajo. Seremos un
pueblo alejado de la urbe sangrando
lentamente.
SB: Igual siempre somos la sombra de
Lampa, desde hace mucho empo existe
la diferenciación, quieran o no quieran
Lampa es la comuna y nosotros el pa o
feo de la casa, la misma gente nos separa
siempre, los batucanos somos diferentes
aloslampinos.
¿Quéopinión enendelaalcaldesa?
CR: Es polí ca, todo lo hace por ambición,
cuando ayuda es solo para aparecer, y el
alcalde anterior era igual y todos van a ser
iguales, porque en Batuco está la papa,
somosunpuebloalcuallegustaelpanyel
circo;lagentecri ca,perocuandovienela
alcaldesa andan arrastrándose, pidiendo
cosas y esperando un regalo. Suena súper
feo, pero somos un pueblo ignorante
polí camente hablando. No tenemos
memoria, ni iden dad; sin educación
cívica somos el fiel reflejo del país en que
vivimos. Existe gente aferrada al pueblo,
gente que se encierra y mira San ago tan
lejano, la mayoría trabaja en la
Panamericana y no deja de vivir en un
círculociego.
SB: Pindi. Le gusta puro lucirse, su trabajo
es hacer cosas a la gente para mostrarse
en su quehacer polí co, y la gente vive
esperandolaspocascosasquenosarroja.
¿Cuál es su opinión acerca de la polí ca
culturaldelmunicipio?
SB: Malo está, nosotros lo hemos vivido,
las escasas veces que tuvimos presencia
siempre exis ó el discurso recalcando la
par cipación de la alcaldía, todo era
mérito de ellos, que se ponían con todo
paralatocata.
¿Supongamos que ustedes pudieran
orientar las polí cas culturales de la
comuna?¿Quéharían?
CR: Un centro cultural, un anfiteatro,
buenascanchas,mejorarlaplaza.
SB: Tener canchas gra s, eventos
culturales, un centro cultural abierto para
lacomunidad,llenodetalleres.
Envíenle un mensaje al poder polí co y
económicoquegobiernaChile.
CR: Todo cae por su propio peso, tarde o
temprano.
SB: Solo diría que la torta se debería
repar rmejor.
14. Los Polvorines
12
Zona de Resistencia
Por Aylin Jiménez
Dos milicos de alma infan l sos enen
fusiles en sus manos; durante horas, de
pie en una casucha, aguardan la nada.
Imagino el territorio ocupado en
Pales na, sangre y muerte desenfrena-
da, imagino un espacio extraviado,
rebelde y comba vo, boliviano, que se
alza frente al imperialismo descarriado
con su propia forma de dominación, con
pobladores que guardan balas en los
bolsillos y cuchillas en sus mangas rotas.
Imagino también el peso del cañón que
carganestosniños,sucuerpofríoysuave,
hablando a zumbidos después del ga llo.
No estoy en la guerra, bajo algún amparo
dictatorial o en un sueño de alzamiento
obrero; no, recorro las calles de este
Batucoencerradobajolasdensasnubesy
el frío, el barro, la basura y el cordón de
cerros, sin embargo es fiesta en el país y
me pienso extranjera, llena de rabia y
desencanto. En Lampa entregaron casas
y la gente lloraba, alegre, alzando
banderitas, y Graciela traía tortas y
queques y empanadas y dulces y gaseo-
sas y más comida, tanta que la gente
arrancaba con bolsas de nylon repletas
de comes bles, sonaban los aplausos,
por un instante la quisieron, pero odiaron
otro periodo más con ella a la cabeza,
tejiendounadictadurademarionetas.
Mi país celebra y alza pañuelos, alcohol y
tres colores que pienso tan ajenos;
observoalosmilicosenlospolvorines:en
su campo de concentración no hay gritos,
no existen pensamientos solidarios que
retraten la esperanza y arrastren sus
palas para preparar el camino a la
libertad del pensamiento; soldados en
sepia, envejecidos, impávidos, nostálgi-
cos y lentos, carentes de sueños de
liberación, protegen al estado burócrata.
Para modernizar el regimiento se
Observo a los milicos en los polvorines: en su campo de
concentración no hay gritos, no existen pensamientos solidarios que
retraten la esperanza y arrastren sus palas para preparar el camino
a la libertad del pensamiento; soldados en sepia, envejecidos,
impávidos, nostálgicos y lentos, carentes de sueños
de liberación, protegen al estado burócrata.
15. 13
Zona de Resistencia
destruyen las casas donde habitaban los
militares, casas ni tan an guas ni tan
deterioradas, sin considerar a toda la
gente que vive en la toma cerca de la
medialuna, al borde del río seco o en el
camino a Lo Vargas. Y Graciela, protegida
por los milicos vendidos al imperio,
entregó mínimas casas de fachada
con nua de toda una cuadra, casas
oscuras y silenciosas, donde la privacidad
es un desierto y los niños juegan con el
frío, sin calcetas, en las calles apagadas,
mientras el cansancio consume los
cuerposdesuspadres.
Me quedo sola frente al polvorín,
mascando el mango de un cuchillo que
atraviesa mis labios. Pienso en el mito del
arsenal escondido. De fondo mil cuecas
se disipan con el viento helado y mi
garganta llora. Recuerdo el mito de la
nave espacial enterrada, el mito de la
pólvora en cuevas y la explosión y la
posterior desaparición de nuestro
territorio, lugar infér l no de erra, es la
ideología aplacada la que me hace sufrir.
Si hay guerra es a Batuco donde vendrán
a buscar el armamento, dijo alguien con
quien principié conversaciones. De
pronto cruza un niño ves do de huaso
para bailar en la escuela, en su cabeza un
gorro bordado con el toro de los Chicago
Bulls, me siento derrotada y huelo el
aliento de los borrachos de sep embre,
huelo la falta de rebelión en mi pueblo
triste y miro como un par de hombres
cuidan, protegen, una esquina cargada
de mitos y cerros, alambres de púas y
espinos y observan a quienes pasan de
ida y vuelta, resbalando sobre el asfalto
sin sueños de hombres libres, de vidas
dignas, agobiados de tener que cargar en
la espalda el peso del empresario
hambrientoyciegoporconseguirpodery
pisotear a todos los que habitamos la
miseria, la necesidad, el rechazo y
estamos desarmados, despreciados y
celebramos una fiesta falsa, una donde
nuestros pañuelos giran en los cielos
como si estos nos hicieran volar y liberar-
nos.Patriotasdealmainmigrante,lahora
delalzamientohallegado.
16. Floración de los sillones
Por Rodrigo Loica
Bolso Negro
14
Salí a dar una vuelta por los alrededores
de Batuco. Eran los úl mos días del
invierno y esperaba solazarme viendo la
maleza naciente copando las cos llas de
los cerros y los llanos. Y me encontré,
efec vamente, con ese revitalizador
paisaje que, meses atrás, vimos peligrar
por la falta de lluvias: la maleza crecía
abundante; los espinos mostraban sus
primeras flores amarillas; caballos,
ovejas y cabritas pastaban bajo un cielo
medio azul, medio blanco; pimientos y
algarrobos desafiaban las alturas.
Entremedio, sorprendido, vi que una
nueva especie florecía. Una especie
exó ca, inusual. Eran sillones, montones
de sillones en desuso, que encontré
abandonados en diversos si os de la
periferiabatucana.
A la entrada de Lo Fontecilla había un
juego completo. Fui hasta el lugar. Saqué
un cigarrillo y me senté sobre la raída
tela. Fumando me puse a pensar en los
idiotas que se deshacen de sus desperdi-
cios lanzándolos al espacio público. Son
como simios, me dije, que una vez
consumida la banana arrojan lejos la
cáscara. Amparados en la noche, a bordo
de la camioneta del compadre, efectúan
su falta. Y se sienten bacanes. Se sienten
pillos. Otros, los tontos, tendrán que
hacersecargodesubasura.
Inspeccioné el juego de living. La estruc-
tura -de endurecido pino bruto- aún
funcionaba. El tapiz, sin embargo, se
encontraba en mal estado, con diversas
manchas de aceite, rasgaduras y bastan-
tes agujeros -seguramente quemaduras
de cigarrillos- que dejaban ver el relleno
plás co del mueble. La tela del tapiz era
violeta, salpicada por una que otra
florcita blanca, diminuta, del tamaño de
los granos de arroz. Pensé en todo lo que
podría haber ocurrido en estos sillones:
carretes, pololeos, peleas, sueños,
reconciliaciones, visitas de parientes,
Caminando de vuelta, pensé, una vez más, en la noción de
progreso que el poder difunde hoy en día. Es un progreso orienta-
do a los objetos, no a las personas. Existe el teléfono inteligente,
el auto inteligente, la casa inteligente y ya se habla hasta de la
ciudad inteligente, pero no se habla, casi nunca, del hombre
inteligente, de la mujer inteligente.
17. 15
Bolso Negro
polvos fur vos, agonías. Pensé también
en mis propios sillones. En mis propios
carretes, pololeos, peleas, sueños,
reconciliaciones, visitas de parientes,
polvos fur vos, agonías. Me pregunté si
yo sería capaz de deshacerme de todo
aquello de manera tan brutal. Y me dije
que no, que yo no podría, que intentaría
repararlos, retapizarlos, cubrirlos con
tela nueva, espuma y negras tachuelas, o
que intentaría regalarlos, dárselos a
quien necesitara usarlos o, en úl mo
término, pagaría por abandonarlos en un
vertedero. Nada de eso pasó, por cierto,
por los febles cerebros de quienes
arrojaron sus muebles en medio de la
naturaleza. No hubo reflexión, solo
acciónmecánica.
Caminando de vuelta, pensé, una vez
más, en la noción de progreso que el
poder difunde hoy en día. Es un progreso
orientado a los objetos, no a las perso-
nas. Existe el teléfono inteligente, el auto
inteligente, la casa inteligente y ya se
habla hasta de la ciudad inteligente, pero
no se habla, casi nunca, del hombre
inteligente, de la mujer inteligente. ¿Para
qué? Lo que Luksic, Angelini, Solari,
Ma e y demás accionistas de Chile S.A.
necesitan son consumidores, gente que
se saque la chucha trabajando, que se
idio ce trabajando, solo para comprar
cosas: sillones, teles, estufas, armarios,
jugueras, autos; consumidores que
disfruten del objeto soñado y que luego,
cuando el marke ng les imponga un
nuevo sueño, se deshagan velozmente
del sueño anterior, lo manden a la
chucha, y corran hacia los pasillos de
alguna mul enda, a encontrarse con su
flamantenuevoamor.
Los si os eriazos, entretanto, recibirán
los cuerpos de los viejos amantes
abandonados. Artefactos a los que
alguna vez alguien, en plena excitación,
sensualmente quitó el embalaje,
admirando su cuerpo, idolatrando su
marca; artefactos que hoy no son más
que cadáveres que se pudren a la
intemperie, perros envenenados sin
tumbaniepitafioqueflorecen,denoche,
encallesocampossolitarios.
18. El desvelo de Lihn
Por Barón Cósimo
Diario de la Furia
16
6 sep embre
Despierto exaltado, una pesadilla atrave-
só mi inconsciente hasta la interrupción
de la calma, miro el reloj, sostenido sobre
un montón de libros apilados, todavía un
poco desorientado, con los ojos la endo,
y un dolor en la cabeza infernal, observo
que son las 3:27 de la madrugada. La
verdad siempre he tenido problemas con
el sueño, pero este úl mo mes ha sido
terrible, pareciera que mi problema
aumenta, cada vez más, y en algún
momentonopodrévolverasoñar.
Arrinconado en una pequeña pieza, casi
sin muebles, solo libros, el empo avanza
lento, desvanezco mi mirada en una
mancha de humedad que carcome el
techo, reconstruyo una vez más en mi
mente la pesadilla, un escalofrío recorre
mi cuerpo ante el terror. En esta hora
todos debieran estar descansando en la
madrugada, mientras un manto de
oscuridad socava los impasibles sueños.
Desvarío un poco, pienso en el profundo
silencio en que estoy inserto, intento
matar el empo, antes del amanecer,
planifico cosas por hacer, deudas por
pagar, miro el reloj y la hora pareciera
estar detenida por algo y el empo
sobrevive,haciéndosemáslento.
7 de sep embre
A mitad de la noche despierto, un mal
sueño reiterado, no volveré a dormir al
menos por lo que queda de serenidad.
Estoyintranquilo,ansioso,anteelsilencio,
busco algún libro que me pueda calmar,
despejarme de todo, reviso ejemplares
amontonados en todos los espacios del
cuarto sin ningún orden, encuentro varios
de Enrique Lihn, selecciono tres (Diario de
muerte, Paseo Ahumada y República
Imagino a Lihn caminando con bolsos
llenos de libros, esquivando la mul tud,
lejano perdido, colgando de las micros,
riéndose de las no cias, tambaleándose,
ausente, siempre ausente en su mirada,
como pensando en otro empo que para él
será siempre el futuro, su único consuelo.
19. Diario de la Furia
17
Independiente de Miranda) para aplacar
el insomnio. Los reviso con detalle,
mientras hojeo los libros, reflexiono un
poco en Lihn, en su escritura y en especial
en su narra va, que forma una exquisita
joya todavía perdida, descon nuada hace
mucho empo por las editoriales. Lihn,
múl ple en sus intereses: ensayo,
narra va, poesía, dramaturgia, video,
cómic, dibujo, y con una lucidez que
impresiona, todavía parece anónimo,
distanteal empopresente.
Es inevitable no pensar en Lihn en plena
dictadura, en su condición intelectual,
creando pasajes fic cios, alteración,
desdoblamientos, alter egos, performan-
ces en el centro mismo del horror. Dos de
los libros de poemas que más he releído
en el empo: Diario de muerte y Paseo
Ahumada, conforman dos polos poé cos
únicos en el mul tudinario parnaso
poé co chileno, dos mundos que he
hecho casi míos releyendo hasta el
agobio, repi endo en mi mente lo que
decía Barthes: “aquel que no relee está
condenadoaleersiempreelmismolibro”.
8 de sep embre
Es tarde, todas las cosas proyectan
sombras alargadas por la luz ar ficial,
mostrando un lado conocido solo en esta
hora. Mientras hojeo el libro "Paseo
Ahumada", publicado el año 1983, pienso
en su poesía, construida por una escritura
de la alteración, la cual levanta un mundo
lírico que evidencia la trasformación
decadente. El descreído Lihn mira la
apertura del nuevo espacio de consumo,
de principios de los ochenta, con sospe-
cha ante la instauración del nuevo modelo
económico implantado por la dictadura.
Este nuevo espacio (Paseo Ahumada) es
deteriorado por una poé ca irónica, en un
viaje hacia la decadencia bufonesca que
se ríe del poder en su cara; si el Paseo
Ahumada era símbolo de la libertad de la
época, Lihn lo trasforma en un carrusel de
lo grotesco, saturado de mal gusto y
decadencia. Lo alucinante es el eco de las
voces múl ples que conforman el
poemario; Lihn el intelectual bajo sospe-
cha de la dictadura, trasforma su escritura
en las voces de otros, la mul plicidad de
registros forma un coro polifónico,
ocultandosupropiavozenelsonidodelos
anónimos. Por ello me imagino a Lihn
caminando con bolsos llenos de libros,
esquivando la mul tud, lejano perdido,
colgando de las micros, riéndose de las
no cias, tambaleándose, ausente,
siempre ausente en su mirada, como
pensando en otro empo que para él será
siempreelfuturo,suúnicoconsuelo.
9 de sep embre
De madrugada miro fijamente el parpadeo
de la ampolleta, el cual resulta hipno zan-
te como un fuego tribal; trato de no mirar
la hora, pero es tarde, el sueño casi está
ex nto dentro de mi mente y reviso otro
20. Diario de la Furia
18
libro de poemas de Lihn, el cual establece
un nuevo nicho de su escritura, "El diario
de muerte", libro agónico, que muestra
múl ples metáforas del dolor, en una
poé ca desesperada por sobrevivir, donde
el poeta postrado en su lugar de muerte,
su lecho, establece una epifanía de la
angus a. “Nada ene que ver el dolor con
el dolor”, dice al principio como una
máxima, como si las palabras fueran otra
cosa, otro sen do, otra forma de expre-
sión, pero sabemos que sus palabras
trasmiten mucho más allá del sufrimiento,
sus palabras son certeras, dolorosas, y
piden piedad. Lo central del libro: “la
poesía y la muerte”, un tema conocido
dentro de la literatura, pero Lihn saca la
solemnidad, el mármol, la ceremonia, y
propone una forma de escritura directa,
desgarradora, donde la muerte es el
des no. “Los que van a morir pueden no
esperar / que termine el horror de la
historia”, nos dice en unos versos que
calan el alma. El libro cuenta que existe un
país dividido en dos, por un lado los sanos
y otro país el de los enfermos, el país de
Lihn y el mío, es el de los enfermos, los
carcomidos, seres condenados al luto en
vida, esperando que algún verso nazca del
cementerio.
11 de sep embre
Mientras la noche avanza lentamente,
corro la cor na, miro un pueblo deforma-
do, oscuro, entumecido, temeroso, que se
encierra en su casa recibiendoelmiedode
una caja eléctrica, inserto en el temor,
abandonado sin memoria, absorbido por
el miedo, tratando de borrar su propio
pasado. De alguna manera imagino que
no lograré dormir en toda la noche y
desde un lote de libros por leer, recojo
"República Independiente de Miranda",
donde me pierdo quizás para nunca
regresar: el texto es un libro póstumo,
construido por ocho cuentos breves,
minúsculos, pero que se expanden y
abren todo un abismo narra vo, ambien-
tado en dos espacios imaginarios diferen-
tes. Por un lado Miranda, país caribeño
a borrado de magia, causalidad, pero por
sobre todo de arte, mucho arte, quizás
demasiado. Por otro lado está Manha an,
espacio individual, donde el deseo es el
combus ble de una sociedad que
lentamente se ex ngue y que solo
aumenta su fuego con sangre la na, llena
desueños,anhelosyambiciones.
El cuento central: "Panorama ar s co de
la República Independiente de Miranda"
es de un grupo de escritores que enfrenta
una insólita realidad: la república isla es
gobernada por un sistema de par do
único, donde nadie recuerda que haya
exis do otro gobernante. Por ello las
escasas intervenciones intelectuales son
establecidas por personajes disparatados:
Gerardo Pompier (el alter ego más
desarrollado por Lihn, será un asiduo
columnista de crí ca que opina sarcás ca-
mentesobrelasituacióndelpaís,enplena
21. Diario de la Furia
19
dictadura militar); Roberto Albornoz o
Urbana Concha de Andrade, son escrito-
res que ocupan raros lugares para su
ac vidad, por ejemplo un viejo palacio en
forma de esvás ca que funciona como
hotel. Todo alterado, desvanecidos los
valores en una ac vidad ar s ca sin
sen do.
14 de sep embre
Nuevamente no puedo dormir, despierto
en mitad de la noche, camino al baño veo
un rostro perturbado, con una mirada
alterada; mojo mi cara dos o tres veces, el
sueño desapareció por completo. Me
dirijo a la biblioteca, cierro la puerta con
fuerza,tomounlibroparaperdermeentre
sus letras y poder soñar los anhelos de
otro. En lo personal, me gustan las
lecturas minúsculas, pequeños textos que
forman universos, como el cuento
"Panorama ar s co de la República
Independiente de Miranda". Se evidencia
en este escrito una forma narra va de
creación intertextual, poniendo voces en
otros autores, reales o imaginarios, donde
las ciudades son solo escritura establecida
en lo que él mismo llamaba "las trampas
del lenguaje", alejadas del contexto y de la
inservible historia. Se aleja, así, de los
paradigmas clásicos de la novela de los
años 60 y 70, acercándose hacia la
parodia, la burla y la ironía, como en
"Batman en Chile", la primera novela
publicada por el autor el año 1973, que de
manera sarcás ca muestra la influencia
de los Estados Unidos y el gran capital
nacional durante la Unidad Popular,
donde el superhéroe establece una
paté careddeespionajeysabotaje.
Volviendo a "Panorama ar s co de la
República Independiente de Miranda",
cuyo texto está construido por varias
voces que asisten a un congreso de
escritores e intelectuales que se realiza en
una nación imaginaria, tomada de un
filme del surrealista español Luis Buñuel,
invitados por el gobierno "perpetuo".
Destaca la abierta caricaturización de un
evento de este po, cargado de importan-
cia, solemnidad y sospechosos personajes
del ambiente literario hispanoamericano,
dondenosesalvanadie:poe saseró cas,
ar stas malditos, bohemios recalcitran-
tes, seudo intelectuales, escritores que no
escriben, etc. En este país todo es escritu-
ra, ridículos textos que crean disfraces
para ocultar la verdad, personajes
burlescos que ocultan la realidad; la
escritura, la gran men ra como oficio de
vivir otras vidas, todo falso, irónico,
sarcasmoplagiandoloreal.
La noche casi se ex ngue mientras yo me
quedo con mi insomnio, alterado ante el
amanecer, que lapida mi descanso,
ocultándome en los libros para vivir los
sueños de otros, otras vidas, otros
mundos, otras realidades que posible-
mentesonmásrealesquemipropiavida.
22. Extra tosc
20
*
(…) Nuestro arte, sin necesidad de
trascender la experiencia de la realidad,
sostenido por la crí ca ultramontana,
manteniéndose en la praxis de una
esté ca de la imitación, como reflejo
ar s co de la realidad obje va, ha dado,
algunasveces,enelclavo.
*
(…) jóvenes somos ante la historia,
condenados a serlo eternamente por
falta de historia, bastante hemos hecho
con realizar en nuestros suelos una
varíete realista de la ideal República
Platónica: la men ra necesaria de un
Estado Único gobernado por un solo
filósofo coronado, que cautela el orden,
prohibiendo la variedad y fomentado la
variedad y fomentando la desigualdad
socialynaturaldeloshombres.
*
(…) la relación de nuestras artes (sin más
escuela que el amor a la ciencia experimen-
tal como sinónimo del arte) con las escuelas
de arte europeas no surge de la imitación
del arte por el arte: responde al fenómeno
que los evolucionistas llamaron convergen-
cia: especiales de géneros diferentes como
el hipopótamo y el rinoceronte presentan
rasgos comunes. No porque tengan el
mismo origen, sino porque una misma
función iguala a la forma de los órganos a
despecho de las diferencias gené cas. Se
trata, en otras palabras, de meras coinci-
dencias.
*
(...) Especifiquemos: el arte de Miranda, al
documentar de época en época los
devaneos del clima, las incer dumbres
raciales, la heterogeneidad de los
momentos, los cambios en el Estado que
se ajustan a la inmovilidad camaleónica
de un mismo gobernante, ha coincidido,
por arte de birlibirloque, con la Novedad
que de an guo irrumpe en el a borrado
espacio cultural europeo, ar ficialmente
renovada. Pero tal cosa ocurre en la
República por obra de un reitera vismo
rupturistaquenada enedenatural(nide
feliz, en tantos casos) y que por el contra-
riodependesencillamentedelasdiscon -
nuidades y sorpresas del ambiente, en el
sen doempíricodelaexpresión.
Enrique Lihn
Panorama Artístico de la República
Independiente de Miranda
23. Poesía de Raúl Rivera
Celebrando el olvido
Retina
Por Sergio Sarmiento
21
Habitualmente viajo a San ago. Y a pesar de
que la capital del reino de Chile es una
especie de tumor cancerígeno sobrepobla-
do, hay un montón de cosas allí que en la
ruralidad no existen. Una de ellas son las
librerías. En Batuco no hay librerías. Los
únicos lugares donde se venden libros son la
feria persa y un local de avenida Argen na,
frente al Gringo, donde se expende comida
para perros, gatos, conejos, gallinas,
canarios. Se trata, en términos generales, de
literatura escolar. Eso es todo. No hay
librerías donde encontrar las úl mas o las
penúl mas novedades editoriales, ni
librerías especializadas, ni endas de libros
viejos, como ocurre en muchos lugares de
San ago. Esto no quiere decir que San ago
pueda compararse, por ejemplo, a Buenos
Aires, donde hay una enorme can dad de
librerías; pero que, comparada con Batuco,
la ciudad cruzada por el Mapocho es un
paraísoparaellector.
Fue, precisamente, en una librería san a-
guina donde me encontré con "Variaciones
domés cas", breve poemario del olvidado
escritor chileno Raúl Rivera. Andaba en una
de mis habituales rondas de búsqueda de
libros, ac vidad que desarrollo de manera
bastante obsesiva, vicio que me deja sin
Pienso en los extraños
rumbos que puede tomar
la obra de un poeta. De la
celebración fogosa a la
negación. Y de la negación
al olvido. Y del olvido a la
liquidación en cajones de
libros usados. Y de allí a las
manos de un futuro poeta
olvidado, un futuro poeta
póstumo, que celebrando
el olvido de un an guo
colega de oficio, se celebra
también a sí mismo.
24. Retina
22
plata, como a los borrachos su adorme-
cedor copete, o a los volados su hipnó -
ca marihuana, cuando en una librería de
librosusadosdeProvidencia-apreciode
liquidación- encontré el ejemplar
editado en 1958 por Ediciones Alerce,
sello editorial de la Sociedad de
Escritores de Chile (SECH), que publica-
ba estos textos con la ayuda de la
UniversidaddeChile.
Abrí el libro e hice lo de siempre: hojear
sus páginas y leer algunos textos al azar.
Nada mejor que el azar para seleccionar
una muestra representa va. Y el libro
pasó la prueba. Había una cierta singula-
ridad en los versos. No era más de lo
mismo, como habitualmente ocurre con
los libros abandonados por Cronos.
Hice, consecuentemente, la compra.
Después fui a un parque cercano y
mientras dos carabineros de servicio
miraban con ojos calentones a unas
escolares que se hallaban sobre el
césped, unas escolares que disfrutaban
mostrando sus muslos en plena forma-
ción, di una mirada más detallada al
libro.
Me llamó la atención, de inmediato, la
temá ca rural de algunos de sus
poemas. "Elegía al brasero", por
ejemplo, texto que habla de diferentes
objetos que, en ese entonces, comenza-
ban a desaparecer: el canasto, los
zuecosdepalo,lamantadecas llay,por
supuesto, el brasero, que contenía "las
piedras preciosas / de la inmovilidad y
del sosiego, / del an guo y sagrado
aburrimiento, / de donde sacar ánimos y
empo". También me interesó "Frustra-
ción en el departamento", poema que
muestra la desilusión de quien se
traslada del campo a un departamento
"sin acequia, mariposa ni perro". Otro
poema rescatable es "La leñera", lugar
donde se colgaban las trenzas de
cebollas y donde antaño se instalaba "la
palpitante alcoba / de los torpes,
fur vos/primerosamores.”
Abandoné el parque. Era hora de
regresar a Batuco. Los guardianes del
orden público, con caras sicópatas, se
quedaron en su puesto de trabajo.
Está cos con nuaban observando a las
nínfulas escolares que hablaban y reían
en voz alta, mientras fumaban expulsan-
do plomizo humo desde sus labios
en ntados de adultez. Llegué a casa y
encendí el computador. En Google
busqué datos del, para mí, desconocido
Raúl Rivera. Había poca información. No
se puede saber, por ejemplo, si el poeta
está vivo o muerto. Sí que nació en
Valdivia en 1926. Sí que desarrolló su
carrera como profesor en Puerto
Natales y que en algún momento emigró
a Francia. Me enteré, además, de que
había publicado al menos dos libros de
25. Retina
23
poesía en un lapso de un año: "Fiestas
mortales" (1957) y "Variaciones domés-
cas" (1958), tras lo cual cayó en un
silencio editorial interrumpido -hasta
donde pude averiguar- solo por la
publicación de algunos textos inéditos
en la antología de poesía chilena
realizada por Alfonso Calderón (1970).
En mi biblioteca, además, pude consta-
tar que poemas suyos figuran en
algunas antologías de poesía chilena,
como la de Jorge Elliot (1957) y la
realizada por Arteche,Massone yScarpa
(ediciónde1997).
Lo otro que pude saber a través de
internet -y esto me llamó mucho la
atención- es que el cabrón de Alone,
influyente crí co literario de los empos
en que Rivera publicase sus obras,
consignó la aparición de su primer
poemario ("Fiestas mortales") de
manera entusiasta: llega a señalar que
entre los gigapoetas Pablo Neruda y
Nicanor Parra, dos voces determinantes
de la época, Rivera marcaría una tercera
tendencia. Indica, además, que el autor
logra "ensanchar el dominio poé co sin
entrarse por los pobres territorios de la
literatura comprome da”, es decir, sin
caer en el panfleto izquierdista, asunto
que al crí co empleado de El Mercurio
(que era y es un gran panfleto de
derecha), no le agradaba para nada. El
entusiasmo de Alone contrasta, en todo
caso, con la opinión que Yerko More c,
del periódico El Siglo, acerca de la
segunda producción del poeta valdivia-
no, quien no otorga mayor mérito a
Rivera, desmereciendo su trabajo en
una breve nota de no más de setenta
palabras: "La duda, señala More c,
sobreviene cuando se piensa en la
calidad poé ca de estas producciones
sa ricas carentes de ingenio, en torno a
cosas y asuntos que, pese a su aparente
categoría “an poé ca”, han tenido ya
cultores de indiscu bles virtudes". Y
asunto zanjado. Es decir, Rivera pasó, en
elbrevetranscursodeunaño,deseruna
voz poé ca con importantes proyeccio-
nes a ser un po carente de ingenio.
¿Efectos de la guerra fría? ¿Rivera
víc ma del choque entre comunistas y
conservadores?
La verdad, me parece, no se halla en
ninguno de ambos extremos. Raúl
Rivera no es, claramente, un poeta de
primera magnitud, como lo son Neruda
o Parra, pero tampoco es un po cuya
literatura carezca de valor. Su breve obra
toma algunos elementos de la an poe-
sía, es verdad, especialmente en lo
referido el tono coloquial del discurso,
pero en sus textos predomina más la
nostalgia que la ironía. Nostalgia,
principalmente, por la vida rural, que
desaparece ante la imparable irrupción
de la modernidad. En ese sen do, cabría
26. PoemasdeRaúlRivera
24
situarlo en los orígenes de la poesía
lárica, que en esos años hacía sus
primeras armas (no olvidar que Jorge
Tellier publicó su primer libro "Para
ángeles y gorriones" en 1956). En un
ar culo publicado en Trilce el año
1971, el fallecido poeta Guillermo
Quiñones refrenda tal idea incluyendo
a Tellier como parte los poetas de la
generación de los años 50, entre los
que incluye a Raúl Rivera, ya que
"todos ellos enen insoslayables
vínculos, conscientes y subconscien-
tes, a menudo mágicos, con nuestra
naturalezaynuestropueblo".
¿Publicó Rivera otros libros en Francia?
Por el momento, eso quedará en la
duda. Lo único cierto es que el empo,
como un camión cargado de arena, lo
fue cubriendo, lo fue convir endo,
como a muchos escritores chilenos, en
unsilentemédano.Apagoelnotebook.
Y mientras observo la naturaleza
enfiestada de sep embre, la
naturaleza que Rivera parecía amar,
pienso en los extraños rumbos que
puede tomar la obra de un poeta. De la
celebración fogosa a la negación. Y de
la negación al olvido. Y del olvido a la
liquidación en cajones de libros
usados. Y de allí a las manos de un
futuro poeta olvidado, un futuro poeta
póstumo, que celebrando el olvido de
un an guo colega de oficio, se celebra
tambiénasímismo.
Retina
27. 25
Extra tosc
Elegía al brasero
Ya puesto en esa fila sumergida
de los objetos que se desdibujan
como el final de un vals en el vacío,
aún sobrevives por los extramuros
y en las casas an guas de los fundos.
Y en los cuartos de viudas solitarias
que hacen arder yerbitas olorosas
sobre tus flores de carbón de espino.
Hermano del canasto y del refajo,
de los zuecos de palo para el barro
y de la noble manta de cas lla.
Sobre tu rostro hospitalario y cálido
venía el caballero del otoño
a calentar su barba entumecida
y hasta la señorita primavera,
levantando sus ruedos de percal,
en biaba sus frescas pantorrillas.
Subs tuido por la electricidad,
por la llama del gas, por el petróleo,
mañana por el átomo sumiso,
tu rescoldo patriarcal y materno
se va enfriando por los barrios bajos.
Los braseros de bronce cincelado
ingresan a las endas de an cuarios
los de fierro desnudo se arrinconan
en las bodegas como trastos muertos.
Tú tenías esas piedras preciosas
de la inmovilidad y del sosiego.
del an guo y sagrado aburrimiento,
de donde sacar ánimos y empo.
Ese empo que ardía en tu pavesa
y que ya nunca más encontraremos.
De “Variaciones Domés cas” - Ed. Alerce - 1958
Dulces chilenos
Estos dulces chilenos
quebradizos y blancos,
amables de alcayota,
perfectos de merengue,
ebrios de azúcar flor;
estos leves cristales empolvados
se hacen expresamente
-como se hizo también la flauta dulce-
para ser asociados con an guas imágenes:
almuerzos en glorietas,
rojizas polvaredas del verano
debajo de los álamos,
perfil de dama herida
para siempre en el medio de una fiesta.
La música que emana de estos dulces
es una realidad tan transparente
como las tapias y las rosas blancas
de Francisco González;
birlochos de una estampa de Rugendas,
fotogra as de Valparaíso
a principios de siglo.
Al comernos, chupándonos los dedos,
su dulzura tranquila,
sin química, ni vuelta ni malicia,
nos comemos un cielo lleno de ángeles
y animales domés cos
y una casa de largos corredores
donde duerme la luna
y una silla de paja
y una sombra.
Texto tomado de: “Antología de la poesía chilena
contemporánea” - Alfonso Calderón - 1971.
28. Retratos
26
Hermano obrero
Ingenuo de los pétalos de sal
Por Melody Valenzuela
Por cada paso su cabeza baja hasta el suelo y mira sonriente brotes en
cada cosa, espejo son sus ojos pintados de inocencia, una voz dulce y
cálidacaedesdesuestomago,semuevecomotemblando,nuncaquieto,
inconforme de todo, incluso de los movimientos del polvo. Me toma de
lasmanosymedicesomospurocariñoymiraelsueloinquietanteporlas
hormigas, la mejilla se le pliega y es ahí cuando sueña con pintar el
mundo de amarillo, mirándome con las ojeras cepilladas, mientras se
esconde tras la barba caída hasta el pecho. No esta loco, él es incapaz de
hacerme daño, de violarme la cintura o apenarme hasta la lengua, sus
ojossehanentristecido,rojizos,conlallegadadelasmañanas.Meregala
palabras de colores y hay momentos en que sueña con nubes en sus
manos de arena ahuecada, sincero y erno, paternal y buen lector, se
toma la cabeza y se inquieta, sensible, se lamenta y llora porque se
arrugaron las plantas, porque el sol lloró seco y el cielo murmuró a
carcajadas humeantes, todo esto le dolió hasta el estomago y tuvo que
correr por un cigarrillo. He vivido sin cariño, le dije. Y se refregó tanto el
pie como suele hacerlo pensa vo y sus uñas nuevamente se vis eron
todasdepiedrecillasnegras.Trabajayvivecomoniño,saltandoenunpie
por los alambres, sonriendo y bailando algo parecido a la salsa, se anuda
las cos llas escondidas, juega hasta con la uñas me das en los dientes.
De una u otra forma acariciamos hasta el fuego, moduló mientras se le
derre anlosojos,dejándomecenizasdoloridasenlapiel,éldejapétalos
de sal por donde toca. Yo tengo mi fuego que corre tras el sol, le dije, y
miré como imitó al cielo mirándome café rojizo, con su piel pálida junto a
mis pies pálidos desnudos. Me lo dijo su mirada, comentó orgulloso de
sudescubrimiento,comootrostantosquehabíaconservado,ytrenzólas
piernas y la mente se le puso como loca, buscando pedazos de ladrillos
quemados y quebrados, ahora estoy quemada enamorada, le susurré y
lacaraselevolviótodaluna,soñandoconteterasblancasenlozadaspara
mivida,quenuncaguardébajolacama.
Tomado de “Especies protegidas” - Esperpen a Ediciones - San ago de Chile - 2007
29. 27
La cosa comenzó hace unos meses, cuando
un montón de nuevos vecinos llegaron al
campo donde yo vivía desde hace más de
veinte años. Un po que tenía varias
hectáreas, don Memo Ramírez, decidió
parcelar. Necesitaba dinero y la erra era lo
único que le quedaba. Como consecuencia
el lugar, que era un espacio solitario y
silencioso, donde lo único que se veía y
escuchaba eran pájaros y cantos de pájaros,
sevolvióunpobladodondefamiliasneuró -
cas que escapaban de la ciudad -que queda
a unos cincuenta minutos en vehículo-
establecieron sus flamantes viviendas.
Lamentablemente, junto con sus viviendas,
sus críos, sus aspiraciones burguesas y sus
traumas urbanos, los nuevos habitantes
trajeron sus juguetes para imbéciles. Me
refiero a cortadoras de césped, orilladoras,
equipos de sonido, taladros, sierras eléctri-
Juguetes
para imbéciles
En ese momento, tal como confesé en los tribunales, se produjo un
temblor. Un temblor pequeño, grado cuatro o cinco como máximo
y algo cayó en la cocina. Fui a ver. Era un cuchillo zapallero. Estaba
en el suelo, reflejando los rayos del sol que se colaban por la
ventana. Entendí el mensaje de inmediato. Y sin mayores
dilaciones me puse a trabajar.
Por Enrique Atenas
Narrativa
30. Narrativa
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cas, motocross y otros artefactos que,
según la propaganda oficial, mejoran la
calidad de vida de las personas. El ruido
infernal de estos artefactos comenzó a
invadir mi vida. Un motor o los tambores
de alguna canción sonaban constante-
mente en mi cabeza. Era la peor banda
sonora que alguien pudiera desear. Los
pájaros dejaron de escucharse y de verse.
A los pocos meses tuve una depresión
nerviosa que me tuvo al borde del
suicidio. Pensé, muchas veces, llamar a
carabineros para que fiscalizaran a los
dueños de tan estruendosos aparatos.
Pero mi ideología me lo impedía. Actuar
en conjunto con las fuerzas represivas
estatales iba en contra de mis principios
más profundos. Se decía, además, que los
pacos eran cien por ciento inú les, que no
solucionaban nada, que se la pasaban en
el cuartel viendo tele y comiendo sand-
wichs de pernil, que en la única parte que
funcionaban era en San ago, en el barrio
alto,dondemorabansusamos.
Una mañana de domingo, encerrado en
mi dormitorio, me dije que tenía que
abandonar la ac tud pasiva que hasta el
momento había tenido. Y hacer algo. El
problema es que no se me ocurría nada,
yo trabajaba la erra, me dedicaba a
cul var frutales y hortalizas, y no tenía
idea cómo controlar an sociales. Mi
opción de vida, que consis a en auto
sustentarme para no caer en las garras de
alguna empresa explotadora, no me
entregaba herramientas para resolver la
invasión sonora. Sin respuestas, tomé un
libro de Bakounine e intenté leer. Eso me
haría bien. Mi comunismo libertario que,
dada la inexistencia de compañeros de
clase, se había conver do en individualis-
mo libertario, podría darme alguna
respuesta, alguna idea. O, al menos,
hacerme pensar en un mundo diferente,
un mundo donde las clases populares no
están repletas de lumpen, esclavos
asumidos y arribistas. En ese momento,
tal como confesé en los tribunales, se
produjountemblor.Untemblorpequeño,
grado cuatro o cinco como máximo y algo
cayó en la cocina. Fui a ver. Era un cuchillo
zapallero. Estaba en el suelo, reflejando
los rayos del sol que se colaban por la
ventana. Entendí el mensaje de inmedia-
to. Y sin mayores dilaciones me puse a
trabajar.
Lo primero que hice fue clasificar los
juguetes de los imbéciles de acuerdo a su
grado de peligrosidad sonora. Algunas,
me dije, son herramientas de desmaleza-
miento que, en los espacios amplios que
hay en el campo, pueden entenderse
como necesarias. Orilladoras y cortadoras
de césped son, además, máquinas que no
se ocupan todos los días, sino en períodos
específicos como la primavera. Eso para
31. Narrativa
los que ocupan tales juguetes, porque yo,
en mi terreno, arrancaba la maleza con las
manos. Eso me hacía bien, eso me
relajaba. Analicé, después, de manera
concienzuda, el uso de otras herramien-
tas escandalosas, como taladros y sierras,
que también consideré, al terminar mi
evaluación, como males necesarios, ya
que la mayoría de las nuevas casas
estaban en proceso de construcción.
Llegué,finalmente,adosjuguetesqueme
parecieron, además de innecesarios,ultra
dañinos. Primero, los equipos de sonido,
que muchos escuchan a todo volumen, ya
sea en sus casas o en sus autos, o usan
para cantar desafinados karaokes,
entonandolamúsicademierdaconqueel
sistema entrena a sus simios sen menta-
les. Segundo, las motocross que circula-
ban diariamente por los caminos de erra
del poblado, manejadas por jóvenes sin
sesos, ves dos con trajes para jóvenes sin
sesos, amparados por padres sin sesos,
que acelerando brutalmente, muchas
vecessintubosdeescapenisilenciadores,
estremecíanelaireylos mpanos.
Traspensarlounpardedías,decidíquemi
acción jus ciera se orientaría, primero,
hacia los motoqueros. Ellos, me dije, son
los más imbéciles de todos. Se mueven en
un aparato que, según la publicidad
imperialista, entrega libertad, lo que es
una men ra enorme: nadie se hace libre
por andar en una moto. También los
publicistas indican que esta ac vidad
integra al piloto con la naturaleza, lo que
es falso, ya que la moto contamina
mediante ruidos, atropello de plantas e
insectos y la expulsión de gases, desinte-
grando la naturaleza y por ende su
relación con el imbécil que la conduce.
Además, quienes manejan estos aparatos
se consideran depor stas, siendo que en
estas máquinas el motor hace la fuerza, el
piloto no es más que una especie de
inválido que va sobre ella. Cierto es que,
para carreras largas y por caminos
pedregosos, se requiere un buen estado
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32. Narrativa
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sico, pero ese buen estado sico se
ob ene haciendo ejercicios, no montado
sobrelametálicabes a.
Una vez tomada la decisión comencé a
merodear los caminos buscando un
motoquero que me sirviera de ejemplo.
Andaba siempre con Bakounine, así le
había puesto a mi cuchillo zapallero.
Entretanto me preguntaba por qué la
gente necesita hacer ruidos, invadiendo a
los otros. Me dije que la causa estaba,
además de la estupidez de muchos, en el
modelo que gobierna nuestro país, una
democracia representa va que impide la
expresión de la gente, no los deja par ci-
par, no los deja hablar, no los deja tener
una voz. A cambio de eso les vende
juguetes sonoros. Así pueden expresarse,
así pueden hacerse notar, así pueden
decir"aquíestoy,existo".
Recorrí los caminos durante una semana.
El fuego de la anarquía me acompañaba.
Un día, al atardecer, me encontré con un
motoquero en un camino solitario. Era el
imbécil que el des no me enviaba. Lo hice
parar. El po se detuvo. Andaba con un
casco y esa ropa colorida que usan para
llenar de bramidos mecánicos el ambien-
te. Me preguntó si me pasaba algo. Le dije
que me había doblado una pierna. El po
se quitó el casco y se acercó a mi lado,
ofreciéndome ayuda. Le miré la cara, no
teníamás de veinte años. Acepté su ayuda
y cuando se acercó aún más saqué a
Bakounine de mi bolsillo y lo acerqué a su
cuello. Le pregunté si sabía que los trinos
de los pájaros eran maravillosos. Me dijo
que sabía. Le pregunte si sabía que el
ronquido de su motor espantaba a los
pájaros y acallaba sus cantos. Me dijo que
sabía. Le pregunté si sabía que los cami-
nos no son una pista de motocrós. Me dijo
quesabía.Lepreguntesisabíaqueexisten
pistas especiales para motoqueros. Me
dijo que sabía. Le pregunte, entonces, por
qué hacía funcionar su juguete para
imbécil en el poblado. Entonces salió con
una respuesta realmente ridícula: son
unas vueltas no más, dijo. Yo, que había
soportado durante meses sus ruidos, me
llené de rabia. Le expliqué, primero, que
era un perro idiota amaestrado por el
capitalismo. El imbécil no entendió nada.
Entonces Bakounine, cobrando vida
propia, saltó a su ojo izquierdo y lo sacó de
cuajo. El filósofo me estaba diciendo una
gran verdad: el motoquero no merecía
admirar la naturaleza. Parece que ese ojo
idiota ahora no funciona, le grité, mien-
tras la sangre circulaba raudamente por
su cara y cuello, manchando su traje
colorido. Instantáneamente, y mientras el
motoquero gritaba pidiendo clemencia,
Bakounine fue por su ojo derecho, que
arrancó con un corte limpio y jus ciero.
Luego vino el turno de la lengua,
Bakounine, ahora, quería acallarlo. El po
cayó al suelo emi endo unos sonidos
33. 31
espantosos, casi peores que los ruidos del
motor de su juguete para imbécil. Estuvo
un rato allí, sangrando, mientras unos
queltehues pasaron por el cielo cantando.
Escuché a las aves, alucinado, sin endo
que las había liberado de una condena.
Después tomé la moto y vacié el estanque
en el cuerpo del imbécil, arrojándole
fuego.Esoesloquerecuerdo.
Al día siguiente apareció carabineros por
mi casa. Alguien me había visto huyendo
del lugar del acto jus ciero. Yo estaba en
cama, lleno de sangre seca, aún con
Bakounine en las manos. Salí a entregar-
me. Confiaba en que la jus cia me
absolvería. No había hecho nada malo.
Sólo había acabado con un imbécil que
atentaba contra la paz común, la convi-
vencia y la naturaleza. Había realizado un
acto de jus cia popular. Ahora tenía que
seguir mi labor con los imbéciles de los
equipos de sonido. Lamentablemente las
leyes de este país no van de la mano con la
libertad individual y el sen do común y
después de pasar por las manos de un
montón de sicólogos, que me declararon
imputable, una jueza me mandó al
calabozo por veinte años. Largo empo,
sin duda, pero acá adentro, al menos, no
hay motos ni otro po de juguetes para
imbéciles. A lo más radios a pilas que no
me alteran demasiado. Los evangélicos,
que chillaban su amor a dios, recibieron
también su dosis de jus cia popular. El
pastor perdió la lengua y sus cultos se han
vuelto muy discretos, muy respetuosos
del espacio ajeno. En ese sen do estoy
mejor. Tal vez por eso Bakounine hizo lo
que hizo. Me condujo a este mundo
silencioso y, como dice mi madre, que a
veces va a regar las plantas de mi campo,
también logró que las motos dejen de
pasar. Ha bajado mucho el paso de
motoqueros, me cuenta. Y esboza una
sonrisa media triste. Y yo me siento feliz. Y
espero salir pronto para encargarme,
junto a Bakounine, del tema de los
equipos de sonido, que -según mi misma
madre-estátotalmentefueradecontrol.
Narrativa
34. 32
Fotografía
Estas fotos muestran el presente
de esta zona, que antaño fue
pura y limpia, sin banderitas
chilenas radas y quemadas por
el sol, sin zapatos olvidados,
resecados; ni perros putrefactos
que hierven el ambiente.
Neumá cos enterrados parecen
ser la próxima cosecha de este
predio olvidado en medio de los
potreros de Batuco, sembrado
de basura a campo traviesa,
atentado hecho por giles que
sueltan sus desperdicios como
quien ra una prenda al tacho de
los estropajos, contaminación
germinada por esa misma gente
que dice amar su país y sin
embargo convierte sus campos
de pastoreo en depósitos de
desechos.
Vestigios
Contaminantes
Por Emilio Serey Cas llo
37. Accesorios para curas
En este número, chicas y chicos, no propondré a nuestros
lectores una glamorosa prenda de ves r, sino que me dedicaré
a los accesorios, que son tan importantes y geniales para lucir
bien. Sí, porque los accesorios complementan y dan sen do al
conjunto, diciendo eso “extra” que a veces no podemos
expresar con palabras. No serán, por supuesto, accesorios
para cualquiera, esta revista es muy fina para eso, sino
accesorios para nuestros queridos sacerdotes católicos, desde
el más alto obispo san aguino -con conexiones directas con
Ciudad Gomorra- hasta los más básicos peones de la fe, los
curas rurales, entre ellos los de Lampa y Batuco. Mi propuesta,
para ellos, consiste en un par de accesorios que permitan
sintonizarsuesenciaconsupresencia.Sí,porqueesospesados
ves dones negros, tan de solterona austera, tan de vieja avara
con la comida y el sexo, ya no reflejan lo que ellos transmiten.
Por eso, en primerísimo primer lugar, recomiendo un acceso-
rio que nos permi rá iden ficar -con ni dez- el firme espíritu
siciliano que hay en cada oveja va cana: un clásico y dis ngui-
do sombrero de mafioso. Fuera las mitras y todos esos gorritos
ridículos, pasados de época. El truco, ahora, es público. Ya no
hay magia. Hay estafa. Y qué mejor que estafar con un sombre-
ro de matón. El segundo accesorio que propongo es un
finísimo crucifijo de oro en 21 kilates, que incluye un Cristo de
pla no con ojos de diamantes azules y go tas de sangre
formadas por rubíes. Se trata de un accesorio perfecto para
que el sombrero mafioso no opaque el amor a Dios. Amor que
a todos nos conmueve. Sí, porque todos amamos el dinero, a
quien no le hacen bien unas lucas -da lo mismo que vengan en
forma de cruz- pero los pupilos de Francisco I, hay que recono-
cerlo, son maestros en el tema. Tal vez me faltaron unos
guantes, son tan necesarios los guantes para un mafioso, pero
esoquedaráparamásadelante.Chao,chao.
Por Monona Fontecilla
Moda
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Facebook, una de las redes sociales más
importantes de los úl mos empos, ha
generado una gran interrogante: ¿Face-
book nos vuelve solitarios? Para muchos
éste es una herramienta necesaria en el
día a día. No se han puesto a pensar que
Facebook, que resulta casi etéreo y nos
crea un estado de dependencia hacia él,
nos hunde en la en la soledad de manera
especial,casisigilosa.
A pesar de que Facebook ayuda en la
comunicación con las personas, también
nos desfavorece, pues sen mos un
enorme deseo de mostrar al mundo la
imagen que él quiere de nosotros,
dejando en claro la perfecta vida que
poseemos a través de una sonrisa virtual.
Claro que esta red nos hace creer que es
inmarcesible, y sin duda alguna lo es, no
se desvanecerá y estará disponible si la
necesitamos, pero esto es solo una
ilusión, ya que si bien no se irá o no nos
“romperá el corazón” no ene la
capacidad de reemplazar la esencia de un
ser humano, cosa que es fundamental
para vivir. Facebook nos sumerge en un
maravilloso mundo virtual en el que
podemos ser lo que nosotros deseamos
sin consecuencia alguna, en otras
palabras, un paraíso de la men ra, que
por supuesto va sujeta a la soledad al
momento de hacer “clic” en aquel botón
paracerrarsesión.
Sin esta red social la persona probable-
mente en la vida real, presentará algo así
como una epifanía en donde nos daría-
mos cuenta de quién es el real y verdade-
ro sujeto que se esconde detrás de su
Facebook nos sumerge en un maravilloso mundo
virtual en el que podemos ser lo que nosotros
deseamos sin consecuencia alguna, en otras pala-
bras, un paraíso de la men ra, que por supuesto va
sujeta a la soledad al momento de hacer “clic” en
aquel botón para cerrar sesión.
Facebook
y la soledad
Por Isidora Farías B.
Colaboraciones de nuestros lectores
39. Colaboraciones de nuestros lectores
perfil. De seguro que Facebook nos
permite ocultar nuestra verdadera
iden dad, pero esto llega hasta cuando
miramos frente a frente a la persona, y es
en este punto en el que quedamos a la
deriva y no sabemos reaccionar ante
situaciones simples, ya que no es posible
bajar la ventanilla de la conversación y
hacer esperar a nuestro interlocutor;
simplemente hasta acá llega nuestra
men ra y supuesta seguridad sobre
nosotros mismos. De esta manera las
relaciones se ven afectadas y nuevamen-
tevolvemosaesecírculoviciosoenelque
mostrar una imagen falsa sobre nosotros
es la solución del momento, luego viene
la hora de la verdad y nos vemos solos,
incapacesdeexpresarnossindarun“like”
o dejar un comentario abajo del estado
que esa persona se inventó. Las relacio-
nes, así, finalmente se vuelven e meras y
algo decepcionantes. ¿Cuántas oportuni-
dades se han perdido las personas en la
vida real por estar conectados a la vida
virtual? Para muchos el sonido de la
no ficaciones no ene nada de melifluo,
es relevante, debido a qué éstas te avisan
que en algo estás siendo tomado en
cuenta. Esto puede generar una sensa-
ción de sa sfacción, pero escucha bien:
ese sonido es momentáneo al igual que
esasensación.
Deja de una vez por todas, la curiosidad
morbosa de saber sobre vidas ajenas y
alimentar a los demás con la tuya, toma la
inicia va, Facebook no solucionará tus
problemas, no contribuirá a tu autoes -
ma, por el contrario te dejará solo y sin
reales oportunidades en la vida. Tal vez
estás buscando algo, sin embargo se
puede producir una especie de serendi-
pia si en vez de pinchar en búsqueda, das
unpaseoporelmundoreal.
N.delaR.:Laautoranacióenoctubrede1999.
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