2. La inmigración griega se produjo esencialmente entre 1890 y 1954. Sin ser de un volumen tan grande como la
italiana o la española, aportó un caudal de profesionales y comerciantes muy importante. Aunque la emigración
se realizó principalmente hacia los Estados Unidos, dado los límites para el ingreso que dicho país puso
posteriormente, Argentina es, junto a Brasil, el país que mayor cantidad de griegos recibió durante este siglo. Se
registra la presencia histórica de algunos griegos que combatieron en las guerras de la independencia de las
Provincias Unidas del Río de la Plata y de las luchas internas que precedieron a la organización Nacional
Como se desprende del primer censo nacional de año 1869, los pioneros de la colectividad griega en la Argentina
eran marineros.
Provenían en su mayoría de zonas que seguían estando bajo dominio otomano u otras recién liberadas; más
específicamente, provenían de los centros urbanos de Macedonia, Atenas y sus alrededores, así como las islas del
Egeo Norte y Oriental. La fuerte inmigración desde éstas islas – sobretodo Chios, Samos y Lesbos -, liberadas en el
año 1913, fue principalmente consecuencia del movimiento de los Nuevos Turcos, el cual a partir del año 1908
obligaba a los súbditos extranjeros a aliarse en las filas del ejército otomano; ante esta amenaza, muchos
hombres optaron por la solución de la emigración
Después de la reducción de la inmigración en la década del 30, periodo en el cual la inmigración griega hacia el
país revistió un carácter más familiar, se produjo una segunda ola migratoria en la década de 1950, durante la
cual la llegada de inmigrantes griegos fluctuaba entre 150 y 661 anualmente.
3. Más cercanos a la actualidad, en el censo
nacional de población argentina del año
1980 se contabilizaron 4.944 griegos –
2.744 hombres y 2.189 mujeres -, de los
cuales 2.295 vivían en la Capital Federal y
1.335 en el Gran Buenos Aires.
A pesar de la diversidad regional y las
distintas experiencias pre-migratorias, el
grupo migratorio griego presentaba una
alta homogeneidad en cuando a su
composición profesional: el 50.5 por
ciento de los llegados entre los años 1906-
1910 y el 39.3 por ciento de los llegados en
el periodo 1911-1926 ejercían, en el país
de origen, un trabajo relacionado con
tareas agrícolas. Al llegar al país, la
mayoría se convirtieron en obreros no
especializados, el 4.4 por ciento
empresarios y profesionales libres, el 3.9
por ciento marineros y sólo 1.8 por ciento
agricultores.
4. LOS HERMANOS GEORGALOS Y EL MANTECOL
La historia de los hermanos Georgalos comienza en 1937, cuando el hermano
mayor, Miguel, abandonó su tierra natal, Chios, para afincarse
temporariamente en Varsovia, Polonia, donde aprendió el arte de la
fabricación de dulces. A causa de la segunda guerra mundial, en 1939 llegó a
Buenos Aires y empezó la elaboración artesanal de la pasta maní, materia
prima del famoso “mantecol”.
Esta especie de turrón tiene su inspiración en ciertas confituras de la
gastronomía griega, particularmente el llamado halva.
Su primera empresa, “La Greco - Argentina”, cambió su denominación por
“Georgalos Hermanos S.R.L” en los primeros años de la década del 50’ cuando
ya todos los hermanos se habían establecido en Argentina.
5. PIONEROS EN LAS FUERZAS ARMADAS
Muchos inmigrantes griegos de los primeros años de nuestra nación, participaron activamente en las
luchas por la independencia, y luchas sucesivas que marcaron el inicio de la historia argentina. En la
mayoría de los casos, sus principales aportes vienen dados por sus habilidades en la navegación.
Nicolás Jorge, oriundo de la Isla de Hidra, llegó al país en 1811, y ese mismo año se alistó como
contramaestre.
Participó en forma destacada en numerosos combates contra las fuerzas realistas, y recibió la medalla
acordada a los vencedores, por el Supremo Director del Estado, don Gervasio Antonio Posadas, y el
dictado de “Benemérito de la patria en grado heroico y eminente” otorgado por la Asamblea General
Constituyente.
El 24 de diciembre de 1814 obtiene el grado de subteniente, y en octubre de ese año fue es comandante del
falucho “San Luís”.
En 1819 fue promovido a teniente y continuó su carrera militar destacándose en numerosos combates en
la Guerra contra el Brasil junto al Almirante Brown. Por su actuación, en el curso de esta campaña fue
promovido al grado de capitán.
En 1861, obtuvo su separación del ejército y en 1866 falleció en el pueblo de Morón. Sus restos fueron
trasladados al cementerio de la Recoleta dónde aún descansan.
6. La religión griega fue politeísta (le rindió culto a numerosos dioses) y antropomórfica (las
divinidades eran concebidas y representadas con forma humana).
Los dioses eran inmortales y eternamente jóvenes. Su residencia era en el Monte
Olimpo, donde Zeus, el más poderoso de ellos, reinaba sobre todos.
La imaginación de los griegos atribuyó a los dioses las mismas costumbres de los
hombres. Hubo entre ellos parentescos y matrimonios, celos, rivalidades y uniones.
Intervinieron a veces en las querellas de los hombres, como se ve en la Ilíada, donde unos
dioses protegen a Troya y otros a los griegos. Gradualmente hubo doce dioses que quedaron
destacados entre los demás. En el año 750 a.C., Hesiodo escribió la historia de esos doce
dioses del Monte Olimpo.
El relato de la vida de los dioses (mito) forma la mitología griega.
7. Era bastante sencilla. Consiste en un chitón (túnica larga, a veces hasta los
tobillos, en ocasiones ceremoniales, sujeta por un cinturón, y en los hombros
por una fíbula) y un himatión (capa que se envolvía al cuerpo, hecha de una
sola pieza de tela, sujeta en ciertas ocasiones con una esclavina o clámide)
que servían para hombres y mujeres.
Los campesinos vestían generalmente ropas de lana, cuero o pieles de
animales, y un gorro del mismo material (kyné).
Al principio, hombres y mujeres lucían largas cabelleras, pero luego de
las guerras médicas los hombres adultos comenzaron a cortar sus
cabellos.
Las damas griegas usaban los chitones ajustados hasta el talle, pero se
hacían amplios en la falda, y decoraban sus atavíos mediante joyas.
También resaltaban su figura con un cinturón.
El calzado era de sandalias, un trozo de suela, sostenido a los tobillos,
con tiras.
La vestimenta de los guerreros tenía un fin protector, en las batallas
cuerpo a cuerpo. Se protegían con cascos, pesados escudos, sus torsos
con corazas metálicas y las piernas se resguardaban con cnémides de
bronce.
8. Por otro lado el terreno del
país es muy favorable al
cuidado de las ovejas y esto
hace que haya una
abundancia de platos con este
tipo de carne. Los platos de
pescado son comunes
especialmente en las zonas
costeras y en las islas.
El plato más popular dentro
de la gastronomía griega es la
Moussaka, una especie de
lasaña elaborada con
berenjenas, carne picada de
cordero, tomate machacado,
queso gratinado, salsa
bechamel, canela, vino rojo y,
por supuesto, con un buen
chorro de aceite de oliva.
9. Otro plato muy conocido es el Mezze, un
conjunto de entremeses con diversas salsas o dips
con pan y servido generalmente con ouzo.
Tanto las carnes como los pescados son muy
populares en Grecia, sus formas de presentación
son bastante variadas (rellenos, a la plancha,
fritos, a la parrilla), y satisfacen cualquier
paladar.
La carne de cordero es la más apetecida por los
griegos y es la base de un plato muy popular: los
Pilaffs.
Existen igualmente platos en los que se mezclan
diferentes tipos de carne como la 'souvlákia', una
brocheta en la que se utiliza carne de cordero y de
cerdo. La carne de pollo también forma parte de
atractivos platos, como el 'kotópoulo', pollo asado
relleno de arroz, pasas y queso.
En Grecia es muy típico un plato de pescado llamado
'marída' elaborado con diferentes tipos de pescado frito
que en ocasiones se acompaña de gambas y calamares. Existe
además una gran variedad de platos a base de mariscos,
especialmente los calamares (kalamari) o pulpos.
Los postres típicos son:
-Baklavas: pasteles de origen turco, hechos a base de hojaldre
con miel, vainilla y almendras.
-Loukoumades: bollos de hojaldre hechos a base de miel.