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EL RENACIMIENTO ITALIANO


CONCEPTO DE RENACIMIENTO
El término -acuñado en 1860 por Jakob Burckhardt en su libro La cultura del Renacimiento en Italia- define la
transformación en el pensamiento, la cultura y el arte que se produjo en la Península Itálica (Italia), y más
concretamente en Florencia, a comienzos (en torno a la 2ª década) del siglo XV, y que se prolonga hasta los últimos
años del siglo XVI.

Aunque cronológicamente no se pueda identificar con los acontecimientos políticos o históricos que tradicionalmente
marcan el fin de la Edad Media y el comienzo de la Edad Moderna –Caída de Constantinopla en poder de los turcos
(1453) o Descubrimiento de América (1492)- en realidad vino a significar el comienzo de la Modernidad y todas las
realidades históricas: creación de los estados europeos, desarrollo del comercio, inicio del capitalismo, etc. están
vinculadas a él. Sin embargo el R. no es solo periodo histórico sino una nueva concepción del mundo y del papel que
el hombre tiene en él.

Se trata de una realidad discutida tanto en el aspecto cronológico –para algunos surgiría antes- como en el geográfico –
existencia o no de un “renacimiento” trasalpino- , y de notable complejidad.

Renacer ¿a qué? A la Antigüedad clásica, es de decir a la cultura del Grecia y Roma, que es vista como el ideal
perdido en la larga etapa oscura de la Edad Media. Los humanistas consideraban el medio cultural en que vivían como
la vuelta a nacer de la civilización clásica después de un largo período de degeneración

Humanismo
Al Renacimiento artístico que se manifiesta en las artes plásticas –entonces consideradas únicamente como una
habilidad manual, una artesanía- precede el R. literario o de pensamiento, representado por quienes dominaban y se
dedicaban a las artes liberales, relacionadas con el lenguaje, es decir los humanistas. En un sentido estricto humanista
es el que se dedica al estudio y cultivo de las disciplinas conocidas como “studia humanitatis”: gramática, retórica,
poesía, historia y filosofía moral (ética)”, pero en un sentido más amplio y también más decisivo, el humanista es el
intelectual que pretende cambiarse a si mismo y cambiar el mundo profesando un modo de modo de vivir impregnado
de humanismo.

Francisco Rico define el Humanismo como una continuidad de hombres de letras que se sienten herederos de un
legado que se transmiten de unos a otros; es “una cultura completa… un estilo de vida… un saber que acompaña al
hombre en las más variadas circunstancias”.

Desde el siglo XIV, literatos y humanistas manifiestan su añoranza por el mundo de la antigüedad clásica y su deseo
de volver a esa cultura. Su impulso fue el más poderoso motor de ese cambio en la cultura europea.
Los humanistas defienden que el fundamento de la cultura está en las artes relacionadas con el lenguaje –la facultad
de hablar es lo que distingue al hombre del resto de los seres, constituyendo la cima del mundo-. La lengua y la
literatura clásicas, la concreción y la elegancia en el estilo, el buen uso de los viejos maestros de la latinidad son
requisito indispensable en toda tarea intelectual. Los humanistas piensan que los “studia humanitatis” así concebidos,
haciendo renacer la Antigüedad lograrían alumbrar una nueva civilización.

Quizá el primero en apuntar la renovación evocando los modelos clásicos es Petrarca (1304-1374). Conmovido “más
de lo que pueda expresarse con palabras” por la contemplación de las ruinas de Roma... consciente del contraste entre
el pasado glorioso y el presente “deplorable”, piensa que la historia de la humanidad ha decaído a partir de la
implantación del cristianismo en el Imperio romano. Se vive en la “edad oscura” de decadencia y tinieblas. En 1338,
después de su primer viaje a Roma, augura años y tiempos mejores; “este sopor del olvido no ha de durar eternamente.
Disipadas las tinieblas, nuestros nietos caminarán de nuevo en la pura claridad del pasado

Poco a poco, las ideas renovadoras del humanismo incluyen también a las artes plásticas.
Boccaccio (1313-1375), discípulo de Petrarca, se refiere al pintor Giotto (1266-1337) como el que viene a sacar a la
pintura de la época de tinieblas: Dice en El Decamerón: “Giotto poseía ingenio tan excelente que no hay nada de
cuanto crea la naturaleza, madre y operadora de todas las cosas, en el curso del perpetuo girar de los cielos, que él no
reprodujera con el estilo, pluma o pincel, con tal semejanza que parecía cosa natural y no pintada; al punto de muchas
veces conducir a engaño al sentido visual de los hombres, que tomaron por verdadero lo pintado. Así, él sacó de nuevo
a la luz el arte que durante muchos siglos había yacido sepultado, por el error de algunos que pintaban más por deleitar
los ojos de los ignorantes que por complacer la inteligencia de los entendidos, y por eso puede decirse con justicia que
fue una de las luminarias de la gloria florentina”.
El humanista Lorenzo Valla (1407-1465), en su obra Elegantiae linguae latinae (1435-44) incluye la arquitectura y la
escultura en la renovación: “No sé por qué las artes que más se aproximan a las liberales –la pintura, la escultura en
piedra y bronce y la arquitectura- habían caído en tan larga y profunda decadencia, hasta casi morir con la literatura
misma; ni por qué han despertado y revivido en esta época; ni a qué se debe el que tengamos ahora tan abundosa
cosecha de buenos artistas y escritores”.

La mayoría de los artistas, sin embargo, no tuvieron una educación intelectual y los primeros estímulos del clasicismo,
su afán de emular a la Antigüedad, les llega del contacto con los monumentos y las ruinas de la Antigüedad.
Excepción es León Battista Alberti (1404-1472) humanista preclaro. Su tratado De re aedificatoria (1443-1452) es,
para Rico, “la cota suprema del primer humanismo”.

Neoplatonismo:
Profesan los humanistas el Neoplatonismo: la filosofía de Platón presenta el mundo como una compleja alegoría en la
que Dios es el principio supremo y también la suprema perfección y belleza; el mundo se organiza en una serie
ascendente de reinos intermedios hasta llegar a la cima divina. Se busca la emulación de la belleza y la perfección
divina.
Para los neoplatónicos “el arte, la arquitectura, la literatura y la música debían intentar emular los principios de la
perfección y la armonía que presiden la labor de Dios”. La suma perfección de la creación es el hombre, que está
puesto en el mundo por Dios, posee elementos de la divinidad en su interior que debe desarrollar... fusión de ideas
clásicas y cristianas.

Considerando el Renacimiento en su conjunto, es preciso señalar que:
- La vuelta a la Antigüedad es un cambio real, que se evidencia en todos los aspectos de la vida pero que no supone
una ruptura total con el inmediato pasado: durante la Edad Media se había producido una evolución económica y
social que permite la existencia de una sociedad, de un ambiente que permite el gran cambio.
Tradicionalmente se considera que el Renacimiento significa el cambio de una sociedad teocéntrica –regida por la
omnipresencia de lo religioso- a una sociedad antropocéntrica, en la que el hombre toma las riendas de su propio
destino. Pero el cristianismo se asume y sigue teniendo un papel destacadísimo, con enorme repercusión en el arte.
Desde el punto de vista estrictamente de las llamadas bellas artes: Arquitectura, escultura, pintura, y las conocidas
como artes menores, el R. estuvo precedido históricamente de los llamado prerrenacimientos, que ha estudiado Erwin
PANOFSKY, Renacimiento y renacimientos en el arte occidental, (escrito en 1960). Son etapas puntuales de la Edad
Media en que las artes parecen haber evocado el clasicismo perdido, pero que no tuvieron continuidad en el tiempo.
Por el contrario, la transformación del siglo XV será definitiva.

La Rinascitá en las Artes plásticas
Aunque el nombre de Renacimiento sea una creación del siglo XIX, ya quienes vivían en el siglo XV y XVI, eruditos
y artistas, eran conscientes de vivir –como dice V. Nieto- “una ruptura formal radical”, que rompiendo con el arte
entonces vigente renacía al arte del clasicismo.
Ya en 1436, cuando Alberti dedica a Brunelleschi su tratado De pictura se muestra consciente del cambio `producido
en el arte de Florencia, comparando los logros de sus contemporáneos –el propio Brunelleschi, Donatello, Masaccio y
otros- con el arte de la Antigüedad.
Se debe a Giorgio Vasari, arquitecto y pintor florentino (1511-1574) la utilización del término “Rinascitá”. En 1550
publica la 1ª edición de sus Vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue
hasta nuestros tiempos (días), que se considera el inicio de la Historia del Arte, en el más antiguo de sus métodos, el
biográfico. La obra no es simplemente biográfica sino que critica, valora, marca la evolución del arte
Esta evolución en la “Rinascitá de las Artes”, va desde la Edad Media (desde el pintor Cimabue (1240-1301)) hasta
culminar en Miguel Ángel (1475-1564) clave del Alto Renacimiento.

CRONOLOGÍA DEL RENACIMIENTO ITALIANO:
En el arte las fechas nunca pueden ser absolutamente precisas; además hay diferencias cronológicas entre unas
regiones y otras. Sin embargo, desde el punto de vista práctico el estudio del Arte del Renacimiento se puede articular
en dos grandes etapas:
- Quattrocento (Siglo XV): 1ª y 2ª mitad o generación

-Cinquecento (Siglo XVI): Pleno Renacimiento (1500/ 1525 +-)
                              Manierismo (1525 +- / fines siglo, 1590 +-)
Para una corriente crítica el Manierismo sería un movimiento independiente.
El R. no es sincrónico en los diferentes estados de Italia y mucho menos en Europa, donde se inicia casi un siglo
después.
EL AMBIENTE SOCIO-POLÍTICO
No existe una Italia unida; se articula en una serie de territorios, especie de ciudades estado, independientes, con
distintas formas de poder, con una condición económica y social suficiente para acoger las nuevas ideas del
humanismo. Sus gobernantes aglutinan en torno suyo unas cortes que rivalizan en grandeza, en buena parte manifiesta
a través del mecenazgo, de la protección del artista y el patrocinio de arquitecturas y obras de arte. Entre estos estados,
con frecuentes luchas y alianzas cambiantes, destacan:

Florencia, república. Es indudablemente la cuna del Renacimiento. Sociedad evolucionada, agudamente razonadora y
artísticamente creadora.
Extraordinario desarrollo de los gremios (las arti = artes), que ejercieron un importante papel en la construcción de
edificios y su mantenimiento, juntamente con la ciudad. Fundamental también el mecenazgo privado de una oligarquía
integrada por las grandes familias florentinas pero esencialmente de los Médicis, que dentro de una organización
democrática, actúan como una oligarquía principesca. A partir de 1434, con algún intervalo, los Médicis dominan la
vida de Florencia durante el XV. En el XVI ostentarán en ducado. Especialmente dos de ellos Cosme el Viejo (+1464)
y su nieto (hijo de Pedro el Gotoso +1469) Lorenzo el Magnífico (+1492) se convierten en los rectores culturales de
la época
Lorenzo “el Magnífico” se identifica con el R. florentino. Más que propiamente mecenas es literato, humanista y
coleccionista, además de político. En torno a él humanistas: Marsilio Ficino, Pico della Mirándola, Poliziano (1454-
1494), etc y artistas, el escultor Bertoldo di Giovanni, y, especialmente, Miguel Ángel, se integran en el llamado
“jardín mediceo”. Sin embargo, más que protector de las artes fue coleccionista.
Otras familias tendrían tb. un enorme protagonismo como mecenas: los Strozzi, los Pazzi, Brancacci, Pucci, Benci,
Bini, Rucellai

Milán, ducado. Capital de la Lombardía, al norte de Italia. Dos familias, los Visconti primero y los Sforza después,
desde Francesco Sforza (1447-1466), representación genuina del condottiero, hasta Ludovico Sforza “el Moro”,
(1479-1499). Este, el más el más perfecto carácter de príncipe de la época, calificada como la más brillante de Europa
(Leonardo). Los franceses acaban con su poder

Urbino, ducado. Otro notable personaje del XV es duque Federico de Moltefeltro, gobernante (1444-1482), claro
ejemplo del mecenas de la época. Su corte, “una obra de arte”, atrae a los principales artistas que decoran su palacio.

Mantua, ducado. Gobernado por la familia de los Gonzaga, protectores de artistas en XV y XVI.
Otras ciudades : Ferrara. Gran desarrollo del urbanismo renacentista. Rímini, con Segismondo Malatesta (+1467),
cliente de Alberti. Nápoles, en la que dominaba una rama bastarda de Aragón, Alfonso de Nápoles, que toma la ciudad
en 1435. Siena y Pienza, conocen el mecenazgo de Eneas Silvio Piccolomini, luego Pío II (1458-64)

Venecia, república. Diferencias geográficas y cronológicas, un cierto aislacionismo del resto de Italia. Desarrollo
comercial, influencia oriental. Menos atadura con el pasado, con la Antigüedad. Florecimiento más tardío.

CARACTERÍSTICAS DEL RENACIMIENTO ITALIANO

Inspiración en la Antigüedad. Las circunstancias de Italia propician la emulación de la Antigüedad: presencia de
edificios, ruinas y esculturas antiguas. Su estudio constituye el principal medio de aprendizaje para los artistas.
También los textos. El platonismo se remonta al arte griego pero la forma es esencialmente romana.
El arte renacentista admira la forma clásica como ideal de belleza, de medida, de proporción. El arte tiene entidad por
sí mismo, como elemento portador de belleza, sin necesidad de servir a una idea religiosa: “El Arte por el Arte”.
Sin embargo no es el arte del paganismo, no hay contradicción entre humanismo y cristianismo.

Realismo. El arte del R. busca el acercamiento la realidad, a la naturaleza y en especial al hombre como centro de ella.
Se trata sin embargo de un realismo matizado, idealizado muchas veces.
Al artista italiano no le interesa la copia mimética de la realidad –la detallista representación de lo cotidiano es más
propia de la pintura flamenca- sino su propia concepción de la naturaleza. El realismo se matiza por un idealismo que
se basa en la búsqueda de la perfección, de la proporción como base de la belleza.
En algunos aspectos, sin embargo, el interés por la realidad es manifiesto: importancia del retrato, disección de
cadáveres para un perfecto conocimiento de la anatomía, etc.

Arte racional, antropocéntrico. De la alianza entre el humanismo y la ciencia surge el afán de cambiar la concepción
de un mundo regido por la divinidad por otro regido por la razón. La proporción, la medida, la representación del
mundo circundante se hace tal como el ojo del hombre lo ve: desarrollo de la perspectiva lineal o central. Es propia del
R. la interdisciplinariedad. Las matemáticas y la óptica al servicio de la perspectiva.

Secularización del arte. Es también relativa. En contraste con la Edad Media se incrementan los temas laicos, en
escultura o pintura, pero siguen siendo minoritarios. En todo caso, aun en el arte religioso la estética tiene un papel
principal. Dioses mitológicos y santos conviven en la obra de un artista.

Universalidad del arte, es decir, relación entre las diversas artes. El artista del R. cultiva y es maestro en muy diversas
artes, un artista completo.
Todas estas características no implican la uniformidad formal sino que hay diversidad en las manifestaciones artísticas
en el espacio y en el tiempo y, por supuesto, en la personalidad de los artistas, cada vez más individualizados.

CONSIDERACIÓN SOCIAL DEL ARTISTA
La valoración del hombre, propia del R. influye también en la valoración del artista y su relación con la sociedad. Sin
embargo su consideración social es problemática; en todo caso, en Italia superior a la que tiene en el resto de Europa.
Durero: “aquí (Venecia) soy un caballero, en casa (Alemania) un gañán”.

El mecenazgo, religioso, civil o privado, es fundamental en el R. Al principio el artista está sujeto a un encargo
determinado, más adelante va logrando una mayor libertad y, especialmente un prestigio y un reconocimiento, que le
irán alejando de la consideración de un mero artesano pasando a ser considerado como un profesional liberal. El objeto
artístico es una creación intelectual. Pero todo ello no le libera de su dependencia del cliente, patrono, mecenas;
incluso está sometido a la tutela intelectual del humanista.
En ocasiones, los comitentes valoran al artista por encima del artesano. Algunos artistas lograron un alto estatus en una
corte, varios llegaron a ser ennoblecidos, otros obtuvieron cargos civiles. Por supuesto, muchos lograron enriquecerse.

Sin embargo, la formación del artista sigue siendo esencialmente artesanal. Escultores, pintores, orfebres, etc. se
forman en un taller donde el maestro imparte una enseñanza basada fundamentalmente en el dibujo, cuyo dominio
resulta imprescindible para el dominio de todas las artes.

El arquitecto parte también del dibujo pero debe conocer asimismo las matemáticas y, por supuesto, las técnicas
constructivas. En un principio es difícil deslindar la tarea del arquitecto propiamente dicho de los muchos oficios que
intervienen en la construcción, luego el arquitecto renacentista, especialmente a partir de Alberti, se define por su
actividad teórica, por ser el creador, tracista, aunque también debe conocer la técnica del oficio.

RENACIMIENTO EN ARQUITECTURA
La arquitectura tiene como ideal la Antigüedad, tomando de la Arquitectura griega: lenguaje
                                                                  Arquitectura romana: formas
La referencia, el modelo próximo está en la gran arquitectura romana. Se estudian y miden los edificios clásicos.
Pero además el R. posee un documento escrito, de inapreciable valor: el tratado De architectura, escrito en el siglo I
por Marco Vitruvio Polión (¿88aC-26dC?), arquitecto romano de la época de Julio César y Augusto. En 1416,
durante el Concilio de Constanza (1414-1418), el humanista Poggio Bracciolini (1380-1459) “descubre” el texto del
tratado De Architectura, conservado en la biblioteca de la Abadía de Saint Gall. Vitruvio había sido conocido durante
la Edad Media, muchas veces copiado; incluso en época carolingia quizá influyera pero es ahora cuando se aborda su
conocimiento de modo más científico. En 1468 se hizo la 1ª edición; después otras muchas algunas de ellas ilustradas.
Punto de partida y modelo para todos los tratadistas a partir de Alberti
Estructurado en 10 libros, se trata de un manual auténtico de arquitectura antigua, en que se abordan todos los aspectos
de la arquitectura, desde los materiales hasta el urbanismo, organización de la ciudad; también la arquitectura que hoy
llamaríamos ingeniería, arquitectura militar, hidráulica, etc. Además hace una definición precisa de las tareas del
arquitecto. La arquitectura es una ciencia y el arquitecto tiene que poseer la teoría y la praxis de su oficio
Un texto de Vitruvio sobre la teoría de la proporción, comparando un templo con el cuerpo del hombre, es muy
revelador de las ideas que el Renacimiento hace suyas e, incluso, influye en la forma de las iglesias:
“La composición del templo se basa en la simetría… que tiene su origen en la proporción… y la proporción es la
conmensurabilidad de cada miembro de la obra y de todos los miembros en el complejo de la obra gracias a una
determinada unidad de medida o módulo: tal conmensurabilidad representa el cálculo o sistema de l simetría. De
hecho, ningún templo podría presentar un sistema constructivo sin simetría, esto es, sin un cálculo exacto de sus
miembros, como en el hombre bien proporcionado. En efecto, el cuerpo del hombre fue compuesto por la naturaleza
de modo que la cara, del mentón a lo alto de la frente, a la raíz de los cabellos, estuviese en proporción de 1 a 10
respecto del cuerpo… También los otros miembros tienen dimensiones según partes proporcionales…
Con criterio análogo, los miembros de los templos deben presentar en sus partes y segmentos particulares estrecha
correspondencia y concordancia de medida con la suma magnitud del complejo”.
Este texto sirvió de inspiración a arquitectos y tratadistas, entre ellos a Leonardo: dibujo del “Hombre de Vitruvio”.

LA ARQUITECTURA DEl QUATTROCENTO (Siglo XV)
CARACTERÍSTICAS
En el siglo XV el impulso del primer R. está en Florencia. En general estas características le corresponden
La arquitectura está buscando su propio lenguaje; búsqueda, experimental.
Se persigue la emulación de la Antigüedad, armonía, la proporción, la belleza. La proporción áurea.
Drástica ruptura con el gótico, estilo o manifestación artística anterior; existe en cambio, al menos al comienzo, una
cercanía con el románico
Nuevo lenguaje formal, tanto en los elementos fundamentales o estructurales como en la decoración.

Elementos estructurales:
Plantas: Conceptualmente el ideal sería la planta central: circular, poligonal, cruz griega, etc.
          En la práctica predomina la planta longitudinal, de varias naves = basilical, o de una sola nave, normalmente
          con capillas laterales
          En los edificios civiles, palacios predomina la planta cuadrada o rectangular, con patio central
Muros: De piedra: aparejo de sillería (opus quadratum). Puede ser almohadillado.
                      Mampostería (opus incertum), piedra irregular
         De ladrillo (opus latericium)
         Tanto la mampostería como el ladrillo se pueden cubrir con un paramento de placas de mármol o un enfoscado
         y posterior enlucido. Ocasionalmente esgrafiado.
Soportes: Columna utilización de los órdenes clásicos: dórico (o toscano), jónico, corintio y compuesto, aunque con
           variaciones en los capiteles o en la decoración de los fustes
           La columna puede ser exenta o adosada y tener solo un uso decorativo
           Pilar y pilastra (pilar adosado). Cumplen las mismas funciones
           En algunas regiones, no en Florencia, puede usarse la columna estrangulada o abalaustrada
  Arcos: El de medio punto, que sustituye al ojival. Ocasionalmente, s. t. al principio, puede ser ligeramente apuntado
         Y estar dividido por un parteluz; también puede ser rebajado
Cubiertas: Arquitrabada, es decir plana o adintelada. Puede ser de madera y adornarse con casetones
             Bóveda de cañón o de medio punto; desde mediados del s. XV es la cubierta por excelencia. Puede tener
             lunetos y adornarse con casetones.
             Cúpula, es la bóveda que cubre un espacio de planta central. La más habitual es la de media naranja
             Puede ser rebajada y estar adornada con gallones. Frecuentemente remata en una linterna
             Se utiliza también la bóveda vaída y, menos, la de arista. De cuarto de horno en el ábside.
             La cúpula se asienta sobre trompas o sobre pechinas. Puede ser trasdosada o no.
Otros elementos arquitectónicos: exteriormente los edificios se suelen cubrir con tejado de teja romana; también
terraza. Cornisas, frontones, balaustradas, rematan o dividen las fachadas.

Elementos decorativos
La riqueza decorativa es variada según las regiones. En Florencia es escasa en principio porque preocupa
fundamentalmente lo estructural, la limpieza de líneas, con todo existe. Mucho más presente en Venecia y
especialmente Lombardía.
Decoración arquitectónica: columnas, pilastras, hornacinas, frontones, óculos, etc.
Decoración escultórica: tanto en interiores como en exteriores. Existe un repertorio de motivos de escultura decorativa
que en buena medida proceden de la antigüedad. El más característico en el primer renacimiento es el:
Grutesco: Motivo decorativo a base de seres fantásticos, vegetales y animales, complejamente enlazados y
combinados formando un todo. Es un tema propio del Renacimiento, y suele estar formado, en su parte superior, por
una cabeza o torso humano o animal que se acaba en un juego de plantas o elementos vegetales por abajo, al modo de
los que se encontraron en algunos edificios romanos como la Domus Aurea de Nerón. (Fatás y Borrás, Diccionario de
términos de arte). Con frecuencia recubre pilastras u otros elementos verticales, dispuesto en “candelieri”
Además: medallones, conchas o veneras, láureas, guirnaldas de flores y frutos, trofeos, espejos, ovas, etc.
Por supuesto la escultura propiamente dicha, bulto redondo o relieve, se utiliza también para decorar, bien situada en
hornacinas, bien rematando ventanas o balaustradas.

El urbanismo. Es aspecto importante en el R. que también aquí busca la creación de una ciudad acorde a los
principios de orden, racionalidad y servicio al ciudadano. Pero lo ideal choca con la realidad del trazado medieval de
las ciudades. En la mayor parte de los casos el urbanismo se queda en la esfera de lo utópico: la “ciudad ideal”, de la
que hay múltiples ejemplos, como la ciudad de “Sforzinda” diseñada por Filarete.
FLORENCIA Etapas de la arquitectura del Quattrocento:
En buena medida el ejercicio de la arquitectura fue durante el siglo XV una empresa colectiva. Así sucede en el caso
paradigmático de la Cúpula de la Catedral de Florencia, que en principio no fue una empresa únicamente personal de
Brunelleschi.
Dos etapas, correspondientes más o menos a 1ª y 2ª mitad, dos generaciones de arquitectos representadas en dos
figuras fundamentales, dos conceptos diferentes de la arquitectura: Filippo Brunelleschi (1377-1446) y León Bautista
Alberti (1404-1472). También distintos en su formación. Para Vasari Brunelleschi no es todavía el arquitecto
plenamente renacentista que será Alberti, con una formación teórica igual o superior a la práctica. Le denomina
“escultor y arquitecto” y su formación de orfebre y escultor así parece demostrarlo

1ª Brunelleschi aunque carecía de formación universitaria, tenía el interés científico por su oficio: según su biógrafo
Antonio Manetti quería redescubrir “los medios de construcción, excelentes y muy ingeniosos, que tenían los antiguos,
y sus proporciones armoniosas”. Estudioso de las ruinas romanas, su arquitectura toma solo elementos sueltos de la
antigüedad. Verdadero iniciador del R. en arquitectura y estudioso de la perspectiva, realiza una arquitectura de
carácter lineal, basada en la ligereza y la claridad; fundamentada en la columna clásica y el arco de medio punto.
Obras: Cúpula catedral de Florencia; Hospital de los Inocentes; basílica de San Lorenzo y Sacristía Vieja; Capilla
Pazzi; iglesia de Santo Spírito
2ª Alberti antepone al conocimiento de la técnica un concepto teórico, una formación intelectual. Es un humanista de
formación universitaria. Su labor teórica es descomunal. Sus Tratados De statua, De pictura (traducido por él mismo:
Della pittura) (1536) y De re aedificatoria influyen decisivamente en los tratadistas posteriores.
De statua texto brevísimo que enfoca desde un punto de vista técnico, pero muy novedoso, la escultura. (Cfr.
Benévolo, pp.142 y ss.) habla de la medida de la figura humana. Punto de partida de los estudios de Leonardo, Durero
Destaca la importancia de “la escultura” como tal, del trabajo de “quitar” aspecto en el que insistirá Miguel Angel, en
su célebre soneto. Todo lo que un gran artista concibe / puede transcribirlo al mármol /desbrozando, cosa que logra
solamente /la mano que obedece la inteligencia”.
De Pictura (1436) Dedicado a Brunelleschi (en su versión traducida “Della pintura”9
Es un verdadero tratado sistemático. En él tiene gran importancia lo que se refiere a las matemáticas, a las cuestione
geométricas y ópticas. Importancia de la perspectiva, que analiza.
De re aedificatoria (1452), está dedicado al papa Nicolás V (Parentucelli, 1447-1455). Partiendo de Vitruvio, da un
paso más. Notable influencia en el futuro.
La arquitectura de Alberti, volumétrica y monumental, capta mucho más el concepto de la arquitectura romana. Utiliza
pilares para sustentar su potente bóveda de cañón.
Obras: San Francisco (o Templo Malatestiano) de Rímini; Fachada de Sta. María Novella y Palacio Rucellai, en
Florencia. San Sebastián y San Andrés, en Mantua.
En el tránsito al XVI: Giuliano y Antonio da Sangallo: desarrollo de la planta de cruz griega.
ARQUITECTURA DEL QUATTROCENTO EN OTRAS REGIONES:

En general, carece de la pureza de la arquitectura florentina, pero hay algunos centros de especial interés
LOMBARDÍA
Región la más septentrional de Italia, entre los lagos alpinos y las riberas del Po
Capital Milán; otras ciudades importantes: Brescia, Bérgamo, Pavía y Cremona.
Zona de paso, fronteriza con el resto de Europa, influida por diversas tendencias
La arquitectura presenta una acumulación de elementos decorativos que en ocasiones enmascaran la claridad
estructural propia del R. Fuerte implantación del gótico. Se está construyendo la catedral.
El ducado de Milán está regido primero por los Visconti y luego por los Sforza
Francesco Sforza (1450-1466) inicia el gran desarrollo en la construcción que culminará con Ludovico el Moro
Se potencian las relaciones con otras ciudades italianas, especialmente Florencia. El arte y la arquitectura se
subordinan a la nueva política

Antonio Averlino “Filarete” (h.1400-h.1469) natural y formado en Florencia, es el arquitecto más avanzado
De su admiración por el Renacimiento da idea su opinión acerca de Brunelleschi, expresada hacia 1460: “Pido a todos
que abandonen la tradición moderna (por tradición moderna, claro está, entendía el estilo gótico); que no acepten el
consejo de los maestros que trabajan de esta manera... Elogio a aquellos que siguen a los antiguos y bendigo el alma de
Brunelleschi, que revivió en Florencia la antigua manera de construir”
El Hospital Mayor de Milán (1456) fue trazado por él pero modificado por otros arquitectos desvirtuando su
proyecto. Aunque inacabado tiene una planta de gran trascedencia: dos estructuras cruciformes separadas por un patio,
servirá de modelo hasta el siglo XVIII (edificios de planta estrellada). Filarete es también teórico: Tratado de
arquitectura (1461-1464.

Giovanni Antonio Amadeo (Pavía 1477- Milán 1522), Arquitecto y escultor. Aunque más joven es más retardatario.
Trabaja en la Catedral de Milán, la Capilla Colleoni, en Bérgamo y en la Cartuja de Pavía
Capilla Colleoni, de la catedral de Bérgamo, y la fachada de la Cartuja de Pavía, son sus principales obras
Tras la muerte de Francesco Sforza (1466), Milán continúa y aún acrecienta su importancia cultural durante el
gobierno de Ludovico el Moro (1480-1492). De Florencia llegan Leonardo (1481) y Giuliano da Sangallo (1493),
enviados por Lorenzo el Magnífico; de Urbino, corte de Federico de Montefeltro, Bramante, Francesco di Giorgio
Martini y Luca Pacioli

URBINO
Federico de Montefeltro (1444-1482), condottiero, gobernante y protector del arte, convirtió su corte en “uno de los
lugares más civilizados de la tierra”.
 Palacio Ducal de Urbino, es el más monumental e imaginativo de los palacios del Quattrocento, tanto por su
importancia arquitectónica como por la decoración interior. Las obras del palacio se inician en 1447 a partir de
elementos preexistentes. La segunda etapa de la construcción, s.t. a partir de 1460, parece la más personalmente ligada
al propio Federico. Dificultad en establecer la auténtica autoría del conjunto. Luciano Laurana (1420-1479) parece el
máximo responsable de la traza. Sólo estuvo hasta 1472 en Urbino. Francisco di Giorgio Martini (1439-1502)
arquitecto, pintor, escultor e ingeniero militar, trabaja a partir de 1472. Se ha hablado tb. de la propia dirección de F.
de Montefeltro, quizá aconsejado por Alberti, de quien era amigo y que fué a visitarle con frecuencia a Urbino. No
puede obviarse tampoco la influencia, quizá la dirección e inspiración de Piero della Francesca
La decoración del palacio, con sus salas : Studiolo, Librería, etc, contó con notables pintores, entre los que sobresalen
Melozzo da Forli, Paolo Uccello, Justo de Gante, nuestro Pedro Berruguete, quizás Bramante y Botticelli.
Importantes trabajos de taracea : trampantojos

VENECIA
La Venecia moderna, todavía la que existe hoy, se construye en la 2ª mitad del XV. Importancia de la arquitectura civil
 “En esta nobilísima ciudad de Venecia se acostumbra a construir de forma muy diferente a otras ciudades de Italia;
porque siendo muy populosa, es necesario que el terreno sea estrecho, y aunque dividido con gran discreción, no basta
que los edificios tengan grandes patios, o muchos jardines (...) que pudieran caber; las ventanas de las habitaciones
serán mayores, y en diferentes lados, lo que se limita casi a las fachadas, o en las plazas, que ellos llaman campos o
sobre los canales o en las calles que en su mayor parte son estrechas, y angostas”.
Los dos palacios principales son obra del mismo arquitecto, Mauro Codussi: el Corner-Spinelli , iniciado en 1480 y el
Palacio Vendramin-Calergi, iniciado 1481; terminado 1509

En la arquitectura religiosa destacan las iglesias de Santa María dei Miracoli, (1481-89), obra de Pietro Lombardo y
la de San Zacarías Reconstruida entre 1444-1515. Antonio Gambello empezó la fachada en gótico y Mario Codussi la
terminó en renaciente, a partir de 1481.
EL CINQUECENTO. SIGLO XVI
Se divide en Pleno (o Alto) Renacimiento. Primer cuarto XVI.
              Manierismo, desde 1525 +- hasta finales de siglo en que se inicia, paulatinamente, el Barroco
Esta división –que sirve pare el arte en conjunto- no puede entenderse de manera muy estricta en la arquitectura;
depende de artistas y obras.
El Pleno Renacimiento es de gran creatividad artística. Confluyen los más grandes genios: Bramante (1444-1514),
Leonardo (1452-1519), Miguel Ángel (1475-1564) y Rafael (1483-1520)
A partir de las búsquedas expresivas, de las investigaciones científicas del Quattrocento, se llega a “un perfecto
equilibrio entre forma y contenido, entre naturaleza e historia, armonizando la Antigüedad pagana con el
espíritu religioso cristiano, el humanismo con el dogma oficial”.
El centro del impulso artístico se traslada a Roma. Capital del mundo, produce un ambiente de gran eclosión artística,
favorecido por los Papas, especialmente Julio II y León X.
Papas del Renacimiento de trascendencia para el arte.
Siglo XV:
Nicolás V (Parentuccelli).- 1447-1452. Inicio reformas de la vieja basílica de S. Pedro del Vaticano
Pablo II (1464-1471). Logia de las bendiciones (S. Pedro)
Sixto IV (Della Rovere) (1571-1484). Restaura edificios y construye otros nuevos: Capilla Sixtina, patrocinando la
pintura de sus paredes. Es el verdadero iniciador de la renovación de la ciudad.
Siglo XVI:
Julio II (Giuliano della Rovere).- (1503-1513). Principal mecenas del XVI. Inicio nueva basílica de S. Pedro.
Bramante, Miguel Ángel y Rafael, entre otros, trabajan para él.
León X (Giovanni di Médicis).- (1513-1521). Continúa la línea de mecenazgo el anterior
Adriano VI; Clemente VII (Giuliano de Médicis) (1523-1534) > Saco de Roma.
Paulo III (1534-1549) (Alejandro Farnesio): Actuación de Miguel Ángel como arquitecto y pintor: Juicio Final
Julio III; Marcelo II; Pablo IV; Pio IV; Pio V; Gregorio XIII (1572-1585).
Sixto V (Félix Peretti), (1585-1590). Iniciador de la transformación barroca

LA ARQUITECTURA DEL CINQUECENTO
Influencia de los edificios romanos: se trata de imitar la arquitectura pagana: mayor acercamiento a los modelos
originales. Monumentalidad y solemnidad de los edificios; grandiosidad en apoyo de la permanencia de la Corte
Pontificia
Lenguaje formal de gran pureza y sencillez. Desaparece la decoración en favor de lo puramente arquitectónico y que
haga resaltar la proporción
La perspectiva es un instrumento ya adquirido y dominado. La proporción madre y reina de las artes
Utilización de los sistemas estructurales romanos como vocabulario formal teórico pero al servicio de los logros
arquitectónicos nuevos

1 - Pleno Renacimiento:
En Roma:
Donato Bramante (1444-1614): Tras su periodo en Milán, h. 1500 se traslada a Roma. Paradigma del pleno barroco:
Templete de San Pietro in Montorio (por encargo de los RRCC); Julio II le encarga diversos trabajos para el conjunto
del Vaticano: El Belvedere (edificio que alberga actualmente los Museos vaticanos), escalera de caracol, patio de San
Dámaso, y s. t. planta de la nueva Basílica de San Pedro (1506).
Para ella Bramante traza un edificio de planta de cruz griega, con cuatro fachadas iguales y una gran cúpula central, que
se inspira en la del Panteón romano, sostenida por gruesos pilares o machones. A su muerte, la obra está apenas iniciada,
pero su impronta será duradera.
Otros arquitectos, discípulos de Bramante: Rafael, Baldassare Peruzzi, Antonio da Sangallo el joven, continuarán su
trabajo con algunas alteraciones en la traza, hasta llegar a la actuación de Miguel Ángel.
Estos mismos arquitectos impulsan también un notable desarrollo de la arquitectura civil, patente especialmente en dos
tipos de edificios: villas suburbanas y palacios urbanos: Villa Madama, de Rafael; la Farnesina y el palacio Máximo, de
Peruzzi; el palacio Farnesio, de Giuliano da Sangallo el joven y Miguel Ángel, etc.
Miguel Ángel (1475-1564). En su faceta de arquitecto reparte su actividad entre Florencia y Roma.
En Florencia (década de los 20), trabaja para los Médicis en el llamado complejo de San Lorenzo o Laurenciano:
Sacristía Nueva de San Lorenzo –para que le hace también la escultura- y Biblioteca. En ambas aparecen los primeros
indicios de manierismo arquitectónico.
En Roma: Además de la continuación del palacio Farnessio, se ocupa de la urbanización de la Plaza del Capitolio (a
partir de la década de los 30), que busca vincular la Roma clásica y la papal, y de la continuación de Basílica de San
Pedro, de la que se hace cargo en 1546. Retorna a la planta de Bramante, reforzando el protagonismo de la cúpula, obra
suya en lo esencial, que abandona el modelo del Panteón evocando la de Brunelleschi en Florencia. En cierto modo, todo
el Renacimiento discurre entre ambas cúpulas, que determinan el perfil de sus respectivas ciudades.
Además diseña la Porta Pía, ya claramente manierista, y remodela parte de un edificio de la Roma imperial, las Termas
de Diocleciano, para hacer la iglesia de Sta. María de los Ángeles.

En Venecia: Durante los años centrales del siglo, la figura capital es la de Jacopo Sansovino (1486-1570), responsable de
una importante remodelación urbana de la Plaza de San Marcos, en la que construye: la Biblioteca Marciana, (1537),
brillante y notable edificio que recoge la influencia de Miguel Ángel y anticipa a Palladio, la Loggetta del Campanile y
la Zecca, con fachada al Gran Canal.

2 -Manierismo:
El pleno R. hace crisis: en lo Religioso, Lutero y Contrarreforma; en lo político: Saco de Roma; en lo artístico: muertes
de Leonardo y Rafael. Ruptura de la perfección clásica. Se superan los criterios de equilibrio, mesura y orden,
interviniendo el capricho, la fantasía. Los elementos clásicos se emplean de modo arbitrario, de una nueva “maniera”. La
distinción del Manierismo en arquitectura es más difícil que en escultura y pintura. La arquitectura pierde la claridad y
unicidad; se multiplican innecesariamente los elementos arquitectónicos; sentido dinámico y pictórico: claroscuro.
Tratadistas y teóricos: sistematizan los conocimientos arquitectónicos del R. y proporcionan modelos que, traducidos y
reeditados se difundirán por Europa y América. Los principales son: Sebastiano Serlio, Tratado de Arquitectura, varios
libros que se empiezan a publicar en 1537 (el IV); Vignola, Regla de los cinco órdenes de Arquitectura (1562) y
Palladio, Tratado de los cuatro libros de Arquitectura (1570)
El manierismo se manifiesta por toda Italia. En Florencia destaca Ammannati, que amplia y termina el Palacio Pitti
con ayuda de Buontalenti, en Mantua trabaja Giulio Romano, etc., pero los principales arquitectos prácticos son:

Jacopo Barozzi, “il Vignola”, (1507-1573). Activo sobre todo en Roma y el Lazio. En sus edificios civiles: Villa
Giulia, en la capital, y el Palacio Farnesio, en la localidad de Caprarola, ambos para la familia Farnesio, se muestra
más manierista. Pero su principal creación, la iglesia del Gesú de Roma (1568), templo principal de los Jesuitas, es de
gran sencillez y claridad de espacios. En su traza, el Renacimiento logra la integración entre lo ideal, representado por
la planta central, y lo práctico, encarnado en la planta de cruz latina. Respondiendo además a los preceptos del
Concilio de Trento (1545-1563), se convierte en modelo de templo de la Contrarreforma, válido en Occidente hasta el
siglo XIX.

Andrea Palladio (1508-1580) es uno de los más influyentes arquitectos de la historia, incluso, y especialmente, en el
ámbito de los países anglosajones. Creador de modelos, tanto civiles como religiosos, su estilo arquitectónico evoca la
Antigüedad clásica con gran monumentalidad y brillantez pero también con elegante sobriedad decorativa.
Trabaja fundamentalmente en la región del Véneto. Sus edificios civiles se sitúan en la ciudad de Vicenza y en sus
alrededores. Por una parte, palacios urbanos, de carácter comunal como La Basílica y privados, como el Chiericati, y
por otra parte sus famosas “villas”, edificios que, en su mayoría, aúnan el carácter de vivienda suntuaria con el de
explotación agrícola. La más famosa de todas es la villa Almerico-Capra, conocida como “La Rotonda”, muy
próxima a la ciudad. Para Vicenza diseña también un edificio singular: el Teatro Olímpico, inspirado en modelos
romanos.
Por el contrario, sus principales iglesias, San Giorgio Maggiore y el Redentor, están en Venecia. Complejas en sus
espacios interiores -se compartimenta el cuerpo de la iglesia del presbiterio y del coro- sus fachadas, construidas en
piedra de Istria, muy blanca, se caracterizan por el uso de columnas, hornacinas con esculturas y múltiples frontones
coronados por estatuas.
ESCULTURA DEL QUATTROCENTO. SIGLO XV
La referencia a la Antigüedad no impide que la escultura de Quattrocento asuma también algunos elementos del
gótico internacional: elegancia en el movimiento y la figura, pero hay un gusto por el desnudo, lo monumental y lo
severo, y el empleo de materiales nobles, bronce y mármol, propios del mundo clásico.
Algunos antecedentes medievales en la obra de Nicola Pisano y Giovanni Pisano.

Características:
-más allá del carácter didáctico, adoctrinador, medieval, la escultura busca la perfección formal, la belleza
-veracidad en la representación: la perspectiva se aplica para crear profundidad en el campo escultórico
-se pierde la sumisión al marco; no hay “horror vacui” sino ordenación armónica en el espacio
-materiales: bronce y mármol los principales; piedra, terracota; en menor medida y en algunas zonas, madera
-por su colocación: escultura monumental (aneja a una edificio) o escultura exenta
-diversidad de formatos:
        Escultura de bulto redondo: Ausencia de hieratismo; contraposto; interrelación entre las figuras
        Relieve: alto, medio y bajorrelieve. Por su técnica: relieve pictórico, schiacciato (o stiacciato) y volumétrico
-estilos: escultura plástica o volumétrica y escultura pictórica
Géneros: Además del religioso, que sigue siendo fundamental, el antropocentrismo favorece la representación del
cuerpo humano como principal sujeto de la escultura y modelo de belleza: importancia del desnudo.
Todos los temas sirven: mitológicos y alegóricos.
Retratos > exaltación del individuo. Todos los formatos: estatua en pie o sedente, busto, yacente, ecuestre…
Escultura funeraria: de cama o de pared, arcosolio. Inicialmente bulto yacente, luego recostado a la manera
etrusca; también sedente.
Múltiples localizaciones:
-Iglesias: altares, púlpitos, puertas monumentales, tumbas, fachadas
-Edificios civiles: palacios, oficiales o privados: patios, otras dependencias
-Estatuaria urbana: monumentos, entre ellos los ecuestres, fuentes, etc.

Principales escultores
1ª Mitad:
Lorenzo Ghiberti (1378-1455). Mantiene aún algunos elementos goticistas pero utiliza la perspectiva renacentista.
Además de los relieves de la Puerta Norte y, especialmente, de la llamada Puerta del Paraíso, en el Baptisterio de
Florencia, muy pictóricos, realiza algunas de las figuras en bulto redondo que, junto con las de otros escultores
contemporáneos, ocupan las hornacinas exteriores del oratorio de Orsanmichele, verdadero expositor de la escultura
quattrocentista florentina.
Nanni di Banco (1390-1421), que trabaja para la Puerta de la Mandorla de la Catedral, realiza en el grupo de Los Cuatro
santos coronados, también para Orsanmichele, una de las obras más clásicas del momento.
Jacopo della Quercia (Siena 1374-1438). Posee un concepto muy volumétrico y monumental de la escultura, que
anticipa el Cinquecento. Trabaja en Lucca, Siena y Bolonia, donde realiza los relieves de la fachada de San Petronio, que
hubo de conocer Miguel Ángel.
Donatello (Donato di Niccolo di Betto Bardo, Florencia 1386-1466) es el más grande escultor del Quattrocento
Verdadero creador de la escultura del XV. Trabaja todos los materiales y tipologías., tanto en bulto redondo como en
relieve, siendo el “inventor” del schiacciato =aplastado, un relieve que logra sensaciones de perspectiva y profundidad
con muy poco resalto.
Activo fundamentalmente en Florencia, aunque también trabaja para otras ciudades, entre sus obras principales pueden
citarse: San Jorge (para Orsanmichele), el David de bronce, las estatuas de Profetas y Apóstoles para el Campanile de
la Catedral, la Cantoría para la misma, el relieve de la Anunciación, en la iglesia de la Santa Croce, etc.
A su estancia en Padua, durante la década de los 40, se deben la escultura ecuestre del condottiero Gattamelata –primer
monumeto de este tipo del Renacimiento, y los diversos trabajos, en bulto redondo y relieve, para el altar de la basílica
de San Antonio. A sus últimos años, de regreso ya en Florencia, correponden los púlpitos de San Lorenzo.
Muy notable escultor, a caballo también entre las dos mitades del siglo es Lucca della Robbia (Florencia 1400-1482),
cabeza de un taller familiar, en el que destaca también su sobrino Andrea della Robbia, que se caracteriza
fundamentalmente por trabajar la terracotta vidriada, es decir el barro cocido y pintado con un acabado brillante,
utilizando fundamentalmente los colores blanco y azul.
2ª mitad: Predomina la Tendencia decorativa: relieves, altares, monumentos funerarios Agostino del Duccio, Desiderio
da Settignano, Bernardo y Antonio Rosellino, Mino da Fiésole.
Pero otros practican una escultura más monumental: Andrea Verrocchio (Florencia 1435-1488), también pintor –
maestro de Leonardo- y orfebre, que domina todos los materiales y formatos. Excelente escultor ha dejado obras que
anticipan la monumentalidad del XVI: Grupo de la Incredulidad de Santo Tomás, para Orsanmichele; escultura
ecuestre de Bartolomeo Colleoni (1479), en Venecia.
Antonio de Pollaiulo (h. 1432-1498), tb. pintor y orfebre. Escultor de gran fuerza expresiva.
ESCULTURA DEL CINQUECENTO
Con el cambio de siglo, el centro impulsor se traslada de Florencia a Roma. Predominio de lo monumental, lo
grandioso, frente a la delicadeza florentina. El bajorrelieve cede en importancia ante el altorrelieve y, s.t., a la
escultura en bulto redondo. El descubrimiento del Laocoonte (1506), obra maestra de la escultura helenística, es
hito fundamental para la evolución de la escultura del XVI, en Italia y en el resto de Europa. La difusión de la
obra, que fue copiada y reproducida en grabados influiría incluso, por su patetismo, en el Barroco.

A) Pleno Renacimiento: la figura que lo llena, iniciando también el Manierismo, capital en la Hª del Arte por la
perfecta unión de belleza formal y contenido, por la técnica en el tratamiento del mármol –el material casi único
de todas su producción escultórica- y la grandiosidad, es la de:
Miguel Ángel Buonarrotti (Florencia 1475-Roma 1564). Pese a dominar y destacar por su maestría en
arquitectura, escultura y pintura, Miguel Ángel se consideraba a sí mismo únicamente escultor. Admirado, casi
venerado ya en vida, supone la culminación del Renacimiento.
El tema esencial de su obra es el cuerpo humano –es sabido que practicó la disección de cadáveres buscando el
total conocimiento de la anatomía-, que interpreta con gran vigor físico y fuerte expresividad, la famosa
“terribilitá” de muchas de sus creaciones. El enorme virtuosismo de su técnica está siempre sometido al
profundo sentimiento de sus figuras. El proceso de su creación se fundamenta en extraer del bloque de mármol
la figura que en su mente está ya hecha; quitar lo que sobra para que se haga visible la forma encerrada,
aprisionada en él. El hecho de que bastantes de sus esculturas estén sin terminar, el empleo del “non finito”,
puede, en ocasiones, deberse a esta idea.
Su actividad escultórica se inicia en Florencia en la década de 1490, cuando realiza dos relieves en mármol
Virgen de la Escalera y Batalla entre centauros y Lapitas, muy diversos por el tema y por la técnica
empleada, pero ya de gran calidad. Antes de terminar el siglo viaja por 1ª vez a Roma, donde realiza la primera
de sus grandes obras maestras: Piedad del Vaticano (1495).
En los primeros años del XVI, de nuevo en Florencia esculpe el monumental David, quizá la escultura más
universal de la historia; la colosal figura del adolescente será símbolo del orgullo de la república florentina.
A partir de 1505 trabaja en Roma en el proyectado para la tumba del papa Julio II, obra que se prolongará varios
años y nunca podrá terminar; el propio Papa y luego sus familiares irán haciendo sucesivos recortes. Han
quedado, sin embargo diversas esculturas de: figuras de Esclavos y el célebre Moisés, entre ellas.
En la década de 1520 realiza en Florencia las Tumbas de Giuliano y Lorenzo de Médicis, situadas en la
Sacristía Nueva de la iglesia de San Lorenzo, cuya arquitectura también le pertenece.
Establecido ya definitivamente en Roma, en sus últimos años la actividad escultórica decrece en beneficio de su
trabajo como pintor y, especialmente, arquitecto. Hasta pocos días antes de morir, a punto de cumplir 89 años,
trabajó en la llamada Piedad Rondanini, en la que el contenido espiritual se impone a la belleza formal.

Otros muchos escultores de notable calidad quedan un tanto oscurecidos a la sombra de Miguel Ángel: Andrea
Sansovino, autor de grupo del Bautismo de Cristo, en el Baptisterio de Florencia, o Francesco Rustici, que hizo
para el mismo lugar el grupo de la Predicación de San Juan Bautista, Jacopo Sansovino, arquitecto y escultor en
Venecia, autor de la Madonna de la Loggeta del Campanile y las esculturas de Marte y Neptuno que presiden la
llamada “Escalera de los Gigantes”, del Palacio Ducal, o

B) Manierismo:
La plenitud renacentista encarnada en Miguel Ángel da paso a la escultura manierista que, en realidad estaba ya
presente en algunas de las obras del gran maestro. Se trata de escultura de gran calidad formal pero de menor
contenido que, muchas veces no hace sino repetir modelos. Dos corrientes:

 Una que busca la elegancia y el refinamiento, el preciosismo formal, una de cuyas características esenciales es
la disposición helicoidal –la famosa línea “serpentinata”- que adoptan muchas figuras, moviéndose de una
manera un tanto artificial. Sus principales representantes en Florencia son Benvenuto Cellini, orfebre y escultor
de gran formato, que trabajó también en Francia. Una de sus obras maestras, el Perseo, se admira en la florentina
Logia dei Lanzi junto al grupo del Rapto de la Sabina, creación capital del más célebre de los manieristas
activos en Florencia, Juan de Bolonia, de origen flamenco, conocido también como Giambologna, que
prolonga la escultura manierista hasta entrado el XVII. Entre sus obras: Mercurio, Rapto de la Sabina.

Otra corriente, con especial implantación en Roma -de ahí la denominación de “manierismo romanista”- aunque
también se manifieste en Florencia y otros lugares, tiene como punto de partida la monumentalidad física, la
corpulencia, de las figuras de Miguel Ángel pero sin su fuerza interior.
En Florencia está representada por artistas como Baccio Bandinelli y Bartolomeo Ammanati, también
arquitecto. Este manierismo romanista, que tiene su correspondencia también en la pintura, ejerce también una
fuerte influencia en otros países europeos.
PINTURA ITALIANA RENACIMIENTO
Panorama de gran complejidad por la diversidad de escuelas y la gran cantidad de pintores de categoría.

LA PINTURA EN EL QUATTROCENTO supone un enorme avance, como nunca antes se había dado, en la
búsqueda del ideal de la pintura clásica –conocido por fuentes escritas- y del acercamiento al hombre y a la
naturaleza. El realismo, la representación veraz de la realidad en dos dimensiones se hace a través del
conocimiento y dominio de la perspectiva. Se trata de representar al hombre en su entorno, paisaje y
arquitectura, según el ojo del hombre lo ve, de reproducir con la mayor fidelidad posible el mundo tal como el
hombre lo ve. Pero también de buscar la belleza formal. El medio para todo ello es el dominio del dibujo, no
lineal sino volumétrico, conseguido por la graduación de luces y sombras.
En los inicios, especialmente en la Florencia de la 1ª mitad de XV, la pintura tiene un carácter intelectual, casi
científico, de búsqueda de las proporciones y dominio de la perspectiva = arte que enseña el modo de
representar en una superficie los objetos, en la forma y disposición con que aparecen a la vista. Primero se
dominará la perspectiva lineal o central -ligada a las matemáticas y a la óptica-, que determina la forma,
tamaño, postura que debe tener un objeto en el cuadro según la posición que ocupe en la pirámide visual, es
decir según la distancia que lo separe del ojo y el lugar en que esté colocado.
A fines del siglo XV, gracias a Leonardo, se alcanzará tb. el dominio de la perspectiva aérea, es decir la
reproducción de los efectos de los fenómenos atmosféricos sobre los objetos. La mayor o menor lejanía del
objeto hace que haya más o menos aire entre el ojo y el objeto y en consecuencia ésta aparecerá más o menos
nítido en sus contornos y con un color más o menos brillante. El sfumato usado por Leonardo difumina los
contornos cuanto más lejano está el objeto representado.
Otros aspectos fundamentales son naturalmente el color, la luz –íntimamente vinculada a él-, y el claroscuro. La
escuela veneciana se preocupará esencialmente por el color.
Temas: predominio de la pintura religiosa pero tb. pintura mitológica y alegórica, y gran desarrollo del retrato.
Técnicas: Se mantiene la tradición de la pintura mural al fresco y se desarrolla tb. la pintura de caballete,
generalmente sobre tabla y pintada al fresco. Solamente a fines de siglo, en la escuela veneciana se introduce la
pintura al óleo. Luego, cada maestro tiene su propio estilo personal.

Escuela florentina:
En la primera etapa del Quattrocento, un cierto resabio de goticismo impregna aún la pintura de Fra Angelico,
en la que no faltan, sin embargo, atisbos de una nueva forma de hacer.
El mérito de ser considerado el iniciador de la pintura renacentista debe atribuirse a un artista de corta vida y no
demasiada obra pero cuya trascendencia es grande, Masaccio, quien a través de obras como La Trinidad, en
Santa María Novella, -seguramente inspirada en los estudios de perspectiva de Brunelleschi- y los frescos de la
capilla Brancacci, en la iglesia del Carmine, sienta las bases de la nueva pintura., tanto por el realismo de las
figuras como por el marco arquitectónico y paisajístico en que estas se sitúan.
Otros pintores como Paolo Ucello y Andrea del Castagno se manifiestan en parecidos términos, destacando la
gran figura de Piero della Francesca, pintor a caballo entre las dos partes del siglo pero cuya sensibilidad
corresponde más a la primera. Poseedor de un estilo muy personal, caracterizado por el dominio de la
perspectiva –de la que es también teórico- y la luz clara que ilumina sus figuras de formas oblongas y rostros
ausentes. Entre otras obras, los frescos de la Historia de la Santa Cruz, en Arezzo, o las obras realizadas para
Federico de Montefeltro, duque de Urbino, están entre las más importante creaciones del Quattrocento.
La 2ª mitad del siglo, dominados ya en gran parte los problemas de la perspectiva, el volumen y la luz, florece
una pintura esencialmente narrativa y de carácter menos profundo, más decorativo, en la que se encuadran
pintores de muy diversa personalidad, como Benozo Gozzoli o Ghirlandaio. De ellos se aparte en cierto modo
Botticelli, poseedor de un estilo basado en la elegancia del dibujo, la delicadeza del color y la belleza y
melancolía de sus figuras, pero a la vez de mayor contenido. Es el primero en pintar temas mitológicos,
inspirados por los humanistas, siendo La Primavera y el Nacimiento de Venus sus obras más destacadas.

Otras escuelas se desarrollan sobre todo en la 2ª mitad de siglo:
En la de Umbría, destacan Pietro Perugino, de composiciones ordenadas y simétricas y figuras de rostros
dulces, que enseñará a su discípulo Rafael de Urbino, y Luca Signorelli, que practica una pintura dura y de gran
fuerza expresiva, que en cierto modo anticipa a Miguel Ángel.
En la de Padua la gran figura es Andrea Mantenga, uno de los más notables pintores del Quattrocento,
caracterizado por el dominio del escorzo y la monumentalidad de sus figuras.
Venecia inicia su florecimiento en el último cuarto de siglo, gracias especialmente a la obra de Giovanni Bellini,
de exquisita técnica, y a un pintor foráneo, Antonello de Mesina, introductor de la técnica de la pintura al óleo.
Ambos preparan el camino de la gran pintura veneciana del XVI, basada fundamentalmente en el color.
PINTURA EN EL CINQUECENTO
A) Conseguidas ya las búsquedas del XV, la pintura del Pleno Renacimiento se hace más natural y vital, menos
intelectual. Momento de equilibrio; mayor monumentalidad, grandiosidad y simplificación: unificación del
tema, supresión de escenas y personajes secundarios; las composiciones ganan en claridad; figuras o grupos
inscritos en una pirámide o relacionadas entre sí con naturalidad. De acuerdo con el idealismo platónico, la
figura humana se representa según un ideal de belleza, de máxima corrección formal, actitudes elegantes,
flexibilidad en cuerpos y ademanes, tendencia al movimiento. Es la plenitud clásica.
Los grandes maestros Leonardo, Rafael y Miguel Ángel -iniciador también del manierismo- coinciden en esos
años. Tres genios de muy distinto concepto y sentimiento, con profunda repercusión en la historia del arte.

Leonardo (1452-1519), fue un espíritu científico, abierto siempre a todos los conocimientos y en continua
búsqueda. Dentro de la faceta artística, y partiendo de su condición de extraordinario dibujante, le preocupa la
arquitectura, aunque no se conoce ningún edificio de su mano, e hizo escultura, aunque no se ha conservado,
pero es fundamentalmente pintor. Sus ideas acerca de la pintura, que considera la principal de las artes, se
explicitan en diversos escritos, reunidos en forma de tratado después de su muerte. Aportación fundamental es la
definición de la perspectiva aérea, que se materializa en la utilización del sfumato, consistente en suavizar y
matizar los contornos y los colores, de acuerdo con las modificaciones que la distancia y la atmósfera producen
en nuestra percepción visual así de personas y objetos como del paisaje. Interesantes son también sus logros en
la composición -muchas veces piramidal-, con figuras que se agrupan y se relacionan emocionalmente. Su obra
pictórica no es larga pero abarca distintos géneros y técnicas -algunas incluso fallidas por su afán de
experimentar- dentro siempre de un modo de hacer muy personal. Entre sus principales creaciones están: la
Adoración de los Magos, obra inacabada pero que supone un gran avance frente al tratamiento que sus
contemporáneos dan al mismo tema; la Última Cena para el convento de Santa María de las Gracias, en Milán,
verdadero hito en esa iconografía; la Virgen de las Rocas y el grupo de Santa Ana, la Virgen y el Niño,
paradigmas de su estilo más personal. Entre sus restantes retratos femeninos, delicados y elegantes, la llamada
Gioconda, una pintura enigmática incluso en su protagonista, ha alcanzado la categoría de mito artístico. Es un
retrato de gran sobriedad, envuelto en una atmósfera unitaria gracias al empleo riguroso del sfumato.

Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564), pese a su manifiesta preferencia por la escultura, es genial también
como pintor. Desdeñando el marco arquitectónico y paisaje, su interés se centra exclusivamente en la figura
humana que concibe con potente anatomía, incluso la femenina, interesándose sobremanera por el desnudo, que
representa con un profundo conocimiento anatómico.
Al margen de algunas obras perdidas, de su mano se conservan numeroso y magistrales dibujos y una sola
pintura de caballete: el llamado Tondo Doni (h.1503), una representación de la Sagrada Familia, la Virgen El
Niño y San José, en la que se están ya presentes muchas de las características de su estilo como la precisión del
dibujo, la brillantez del color y el gusto por la torsión de las figuras.
La obra pictórica fundamental de M. A. corresponde a la decoración de la Capilla Sixtina hecha con la técnica
del fresco. Entre 1508 y 1512, por encargo del papa Julio II, recubre la parte alta de las paredes y el techo de la
capilla con un grandioso programa pictórico relativo al Antiguo Testamento. En los medios puntos y en los
lunetos situados sobre ellos representa a los antecesores de Cristo dentro del pueblo judío. En los laterales del
techo, compartimentado a través de marcos igualmente pictóricos, una secuencia de monumentales figuras de
profetas y sibilas anuncian al Mesías mientras que en las pechinas de los ángulos se representan cuatro escenas
de la historia del pueblo elegido; por fin, en la zona central del techo se suceden nueve escenas, alternativamente
pequeñas y grandes, con historias del Génesis, seis de las cuales representan el inicio de la creación y las otras
tres historias de Noé. Las escenas pequeñas están escoltadas por cuatro figuras masculinas desnudas, los
“ignudi”, en los que M. A. despliega un variado repertorio de posturas y actitudes. Otras figuras de carácter más
decorativo completan el grandioso conjunto. El artista comenzó a pintar las escenas centrales en sentido
contrario a la narración: primero pintó las historias de Noé, que son las más cercanas a la puerta, y terminó con
el comienzo de la creación, la “separación de las luces y las sombras”, que es la más próxima al altar, utilizando
un estilo cada vez más suelto.
Un cuarto de siglo después, el papa Pablo III encargó a M. A. el gran fresco de “El juicio final”, para la pared
principal de la capilla, del que se ocupa entre 1536 y 1541. En torno a un Cristo de gran fuerza y aspecto
iracundo, junto al cual la Virgen ejerce su papel de intercesora y al que rodean algunos santos, se agolpa la
humanidad, dividida entre los salvados, que ascienden, y los condenados que se precipitan al infierno. Se cierra
así el ciclo del tiempo, inaugurado por la creación. En esta ocasión M.A. acentúa los aspectos manieristas, con
una cierta confusión estructural y un mayor rebuscamiento de posturas y actitudes.
Hasta hace pocos años se había puesto en duda el interés de M A por el color, sin embargo, la restauración de la
Capilla Sixtina, llevada a cabo entre 1980 y 1994, ha mostrado su enorme modernidad también en esta faceta,
por la utilización de un rico y atrevido colorido que abre claramente el camino de la pintura manierista.
Rafael Sanzio, o Rafael de Urbino (1483-1520), el tercero de los grandes pintores del Pleno R., también
arquitecto, representa quizá como ningún otro artista el concepto de lo clásico. Tras un primer periodo en
Perugia, en que se nota el influjo de Perugino, Rafael, asimilando las influencias de Leonardo -la composición
piramidal y el sfumato- y de Miguel Ángel –monumentalidad- creó un estilo personal caracterizado por la
perfección formal de sus figuras y la claridad y orden de sus composiciones, que desarrolla primero en
Florencia y luego en Roma. Además de numerosísimas pinturas de caballete principalmente de tema religioso,
en las que toca con singular belleza los temas marianos -Madonna de Foligno, Madonna Sixtina, Virgen de ka
silla, entre otras-destaca en su obra la pintura al fresco de las llamadas “Estancias” de Julio II en el Vaticano,
con monumentales composiciones para cuya realización, a partir de 1511 y hasta su muerte, contó con un
organizado taller. Especial relevancia tiene la llamada estancia “Della Signatura”, o del Sello, en cuyas paredes
se representan escenas que tiene que ver con la Verdad revelada, el Conocimiento racional, la Justicia y la
Poesía, como elementos imprescindibles en la vida del hombre. El fresco de la Escuela de Atenas es una de las
obras más representativas del Renacimiento.
Otro apartado especialmente brillante de su producción es el del retrato, en el que supo aunar la perfección
formal con la captación de la personalidad del retratado, desde el Papa y los dignatarios eclesiásticos hasta una
mujer anónima. Sin embargo, en La Transfiguración, su última obra que dejó inacabada y en la que se hace
notar el influjo de M. A., se atisban ya rasgos de un temprano manierismo hacia el que seguramente hubiese
también evolucionado. Muero en plena juventud y gloria, fue enterrado en el Panteón de Roma.

B) Manierismo supone la crisis del equilibrio clásico del Pleno Renacimiento. La pintura se intelectualiza,
pierde naturalidad, clasicismo; se hace elitista y compleja: figuras alargadas, posturas rebuscadas, figuras
helicoidales, colores caprichosos; composiciones más complejas y faltas de claridad compositiva. A la vez:
extremado refinamiento, perfección técnica. Se podría hablar de dos formas de manifestar el manierismo, una
caracterizada por refinamiento y preciosismo formal, que tiene importantes intérpretes en Florencia y Parma y se
extiende al manierismo francés a partir del palacio de Fontainebleau, y otra que se desarrolla fundamentalmente
en Roma, aunque se exportará a otros países, el llamado “manierismo romanista”, que copia y exageralas
grandiosas anatomías miguelangelescas pero sin la profundidad del maestro.
Entre los principales pintores manieristas destacan los nombres de Pontormo y Bronzino, en Florencia, y de
Parmigianino, en Parma, todos artistas de gran calidad y personalidad definida.
También a la escuela de Parma pertenece un pintor de difícil clasificación, Correggio, de obra variada, que en
ocasiones podría entrar dentro del manierismo y en otras anticipa en cierto modo el barroco.

C) La pintura veneciana. Durante el siglo XVI en Venecia conoce el desarrollo de una escuela pictórica de
gran brillantez, que, en general, se mantiene al margen del manierismo y cuyo principal rasgo diferenciador es la
importancia del color y la fusión entre paisaje y figura. Quien sienta las bases de la escuela veneciana en el
Cinquecento es Giorgione (h.1477-1510), discípulo de Giovanni Bellini, artista de corta vida pero de enorme
interés, cuya obra más conocida es La Tempestad, pero la gran figura es Tiziano (h.1490-1576). Asimismo
discípulo de Bellini y colaborador de Giorgione, con cuyo estilo llega casi a mimetizarse en sus inicios, es el
máximo representante de la pintura basada en la mancha de color por encima de la línea del dibujo. Artista
triunfador, que tuvo la mejor clientela de Europa, Tiziano se caracteriza por la enorme vitalidad de su pintura, la
brillantez del color, la sensualidad de sus figuras, la luminosidad de sus paisajes. Todos los géneros pictóricos,
religioso, mitológico, alegórico, retrato, son tratados con igual maestría. No obstante, su larga vida le permitió
evolucionar de modo muy notorio, desde una primera etapa en que el dibujo es aún muy rotundo hasta unos años
finales, ya en su fecunda ancianidad, en que el artista atenúa la brillantez de su paleta y llega a aplicar la pasta
pictórica con los dedos, como afirma uno de sus discípulos. Pintor favorito de los monarcas españoles Carlos V
y Felipe II, la cantidad y calidad de sus obras que atesoraron las colecciones reales serviría de enseñanza a
muchos pintores españoles, entre ellos al propio Velázquez. En general, Tiziano influyó de modo decisivo en la
pintura del barroco europeo, como se demuestra en el caso de uno de sus máximos representas, Rubens.
Notables pintores venecianos del XVI son asimismo Veronés (1528-1588), refinado colorista y autor de
grandes composiciones en las que los temas religiosos se revisten de gran aparatosidad, con personajes
elegantemente vestidos, lo que le ocasionó algún problema con la Inquisición, y, sobre todo, Tintoretto (1518-
1594), pintor de larga obra y variadas facetas, el único veneciano al que se puede calificar en algún sentido de
manierista, especialmente por su caprichosa manera de utilizar la luz. Admirador confeso del dibujo de Miguel
Ángel y el color de Tiziano, su enorme facilidad para pintar hace que su obra sea irregular en calidad.
Obsesionado por la profundidad y el escorzo, sus composiciones, de notable originalidad, anticipan en
ocasiones el barroco, ya incipiente.
LOS PINTORES DEL RENACIMIENTO

I.- QUATTROCENTO (SIGLO XV)
A) Escuela Florentina: (En general: pintura racional; búsqueda de soluciones científicas)

1ª mitad (o 1ª Generación): 2 corrientes o líneas de actuación.
a).- De tradición gótica: elegancia lineal, gracia decorativa, delicadeza de color
     - Gentile da Fabriano
     - Pisanello
     - Massolino da Panicale
     - Fra Angelico (1387/95-1455)

b).- Corriente racional y científica: realismo,volumen, perspectiva, sobriedad expresiva y decorativa.
     - Masaccio (1401-1428)
     - Paolo Uccello (1397 1475)
     - Andrea del Castagno (1423 -1457)
     - Domenico Veneziano (h. 1410 -1461)
     - Piero della Francesca (h. 1415/20 -1492)
     - Fra Filippo Lippi (1406 -1469)

2ª mitad (o 2ª Generación). Tendencia a lo narrativo y lo decorativo:
    - Benozzo Gozzoli (1420 -1498)
    - Doménico Ghirlandaio (1449 -1494)
    - Sandro Botticelli (1445 -1510). (Su arte va más allá de lo narrativo)
    - Filippino Lippi (1457-1504)
    - Andrea Verrocchio (1435 - 1488)

B) Escuela de Umbría (sólo 2ª mitad del siglo). Religiosa, paisajes abiettos y claros, dulzura:
    - Pietro Perugino (1446 -1524)
    - Bernardino Pinturicchio (1454 – 1513)
    - Lucca Signorelli (1441 – 1523)

C) Escuela de Padua (A medio camino entre Florencia y Venecia:
    - Andrea Mantegna (1431-1506)

D) Escuela de Venecia. 2ª mitad del siglo. Triunfo del Color y de la pintura al óleo
    - Jacopo Bellini (1429-1507)
    - Giovanni Bellini (1430-1516)
    - Vittore Carpaccio (h. 1455/60- 1526)
    - Antonello de Messina (1430-1479). No es veneciano pero influye notablemente en la escuela.

II.- CINQUECENTO (SIGLO XVI)
A) Los grandes maestros del pleno Renacimiento (No se puede mantener, salvo excepciones, la misma
    división en escuelas):
     - Leonardo (da Vinci) (1452-1519). Activo en Florencia y Milán, especialmente
     - Miguel Ángel (Buonarroti) (1475-1564). Florencia y, sobre todo, Roma.
     - Rafael (Sanzio o de Urbino) (1483-1520). Urbino, Florencia y Roma.

B) El Manierismo.
Existen varias escuelas, de las que sólo hemos estudiado Florencia y Parma. En Roma se da el “manierismo
romanista”, basado en Miguel Ángel, con exaltación de la anatomía hercúlea, y Rafael. Entre sus representantes:
Giulio Romano, Daniel Volterra, Vasari, etc.
a).- Escuela de Florencia: Preciosismo formal, elegancia, refinamiento, cierta frialdad.
     - Andrea del Sarto (1486-1531). No es todavía claramente manierista
     - Jacopo Carucci “Il Pontormo” (1494-1556)
     - Agnolo Bronzino (1503-1572)

b).- Escuela de Parma: Similar en las características:
    - Antonio Alegri “Il Corregio” (h.1489/94- 1534). (No es un manierista al uso; casi prebarroco)
    - Francesco Mazzola, “Il Parmigianino” (1503-1540)
C) La Escuela de Venecia. Al margen del Manierismo; máximo esplendor. Grandes maestros.:
   -Giorgio Castelfranco, Giorgione (h. 11478-1510)
   - Tiziano (Vecellio) (h. 1490-1576)
   - Paolo Cagliari “Il Veronés” (1528-1588)
   - Jacopo Robusti “Il Tintoretto” (1518-1594)


PINTURA DEL RENACIMIENTO FUERA DE ITALIA. SIGLO XVI

A) Países Bajos (Holanda y Bélgica). Realismo burgués, representación detallada; menos idealismo
   - Peter Brueghel, el Viejo (1528/30- 1569)
   - Joaquín Patinir (1480-1524)
   - Jan Gossaert, llamado Mabuse (h. 1478-1532)

B) Alemania. Caracterizada especialmente por el expresionismo
   - Mathías Grünewald (h.1470/80-1528)
   - Alberto Durero (1471-1528). Figura capital, equiparable a los grandes maestros italianos.
   - Albrecht Aldorfer (h. 1480-1538)
         - Hans Holbein el Joven (1497/8-1543)

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  • 1. EL RENACIMIENTO ITALIANO CONCEPTO DE RENACIMIENTO El término -acuñado en 1860 por Jakob Burckhardt en su libro La cultura del Renacimiento en Italia- define la transformación en el pensamiento, la cultura y el arte que se produjo en la Península Itálica (Italia), y más concretamente en Florencia, a comienzos (en torno a la 2ª década) del siglo XV, y que se prolonga hasta los últimos años del siglo XVI. Aunque cronológicamente no se pueda identificar con los acontecimientos políticos o históricos que tradicionalmente marcan el fin de la Edad Media y el comienzo de la Edad Moderna –Caída de Constantinopla en poder de los turcos (1453) o Descubrimiento de América (1492)- en realidad vino a significar el comienzo de la Modernidad y todas las realidades históricas: creación de los estados europeos, desarrollo del comercio, inicio del capitalismo, etc. están vinculadas a él. Sin embargo el R. no es solo periodo histórico sino una nueva concepción del mundo y del papel que el hombre tiene en él. Se trata de una realidad discutida tanto en el aspecto cronológico –para algunos surgiría antes- como en el geográfico – existencia o no de un “renacimiento” trasalpino- , y de notable complejidad. Renacer ¿a qué? A la Antigüedad clásica, es de decir a la cultura del Grecia y Roma, que es vista como el ideal perdido en la larga etapa oscura de la Edad Media. Los humanistas consideraban el medio cultural en que vivían como la vuelta a nacer de la civilización clásica después de un largo período de degeneración Humanismo Al Renacimiento artístico que se manifiesta en las artes plásticas –entonces consideradas únicamente como una habilidad manual, una artesanía- precede el R. literario o de pensamiento, representado por quienes dominaban y se dedicaban a las artes liberales, relacionadas con el lenguaje, es decir los humanistas. En un sentido estricto humanista es el que se dedica al estudio y cultivo de las disciplinas conocidas como “studia humanitatis”: gramática, retórica, poesía, historia y filosofía moral (ética)”, pero en un sentido más amplio y también más decisivo, el humanista es el intelectual que pretende cambiarse a si mismo y cambiar el mundo profesando un modo de modo de vivir impregnado de humanismo. Francisco Rico define el Humanismo como una continuidad de hombres de letras que se sienten herederos de un legado que se transmiten de unos a otros; es “una cultura completa… un estilo de vida… un saber que acompaña al hombre en las más variadas circunstancias”. Desde el siglo XIV, literatos y humanistas manifiestan su añoranza por el mundo de la antigüedad clásica y su deseo de volver a esa cultura. Su impulso fue el más poderoso motor de ese cambio en la cultura europea. Los humanistas defienden que el fundamento de la cultura está en las artes relacionadas con el lenguaje –la facultad de hablar es lo que distingue al hombre del resto de los seres, constituyendo la cima del mundo-. La lengua y la literatura clásicas, la concreción y la elegancia en el estilo, el buen uso de los viejos maestros de la latinidad son requisito indispensable en toda tarea intelectual. Los humanistas piensan que los “studia humanitatis” así concebidos, haciendo renacer la Antigüedad lograrían alumbrar una nueva civilización. Quizá el primero en apuntar la renovación evocando los modelos clásicos es Petrarca (1304-1374). Conmovido “más de lo que pueda expresarse con palabras” por la contemplación de las ruinas de Roma... consciente del contraste entre el pasado glorioso y el presente “deplorable”, piensa que la historia de la humanidad ha decaído a partir de la implantación del cristianismo en el Imperio romano. Se vive en la “edad oscura” de decadencia y tinieblas. En 1338, después de su primer viaje a Roma, augura años y tiempos mejores; “este sopor del olvido no ha de durar eternamente. Disipadas las tinieblas, nuestros nietos caminarán de nuevo en la pura claridad del pasado Poco a poco, las ideas renovadoras del humanismo incluyen también a las artes plásticas. Boccaccio (1313-1375), discípulo de Petrarca, se refiere al pintor Giotto (1266-1337) como el que viene a sacar a la pintura de la época de tinieblas: Dice en El Decamerón: “Giotto poseía ingenio tan excelente que no hay nada de cuanto crea la naturaleza, madre y operadora de todas las cosas, en el curso del perpetuo girar de los cielos, que él no reprodujera con el estilo, pluma o pincel, con tal semejanza que parecía cosa natural y no pintada; al punto de muchas veces conducir a engaño al sentido visual de los hombres, que tomaron por verdadero lo pintado. Así, él sacó de nuevo a la luz el arte que durante muchos siglos había yacido sepultado, por el error de algunos que pintaban más por deleitar los ojos de los ignorantes que por complacer la inteligencia de los entendidos, y por eso puede decirse con justicia que fue una de las luminarias de la gloria florentina”.
  • 2. El humanista Lorenzo Valla (1407-1465), en su obra Elegantiae linguae latinae (1435-44) incluye la arquitectura y la escultura en la renovación: “No sé por qué las artes que más se aproximan a las liberales –la pintura, la escultura en piedra y bronce y la arquitectura- habían caído en tan larga y profunda decadencia, hasta casi morir con la literatura misma; ni por qué han despertado y revivido en esta época; ni a qué se debe el que tengamos ahora tan abundosa cosecha de buenos artistas y escritores”. La mayoría de los artistas, sin embargo, no tuvieron una educación intelectual y los primeros estímulos del clasicismo, su afán de emular a la Antigüedad, les llega del contacto con los monumentos y las ruinas de la Antigüedad. Excepción es León Battista Alberti (1404-1472) humanista preclaro. Su tratado De re aedificatoria (1443-1452) es, para Rico, “la cota suprema del primer humanismo”. Neoplatonismo: Profesan los humanistas el Neoplatonismo: la filosofía de Platón presenta el mundo como una compleja alegoría en la que Dios es el principio supremo y también la suprema perfección y belleza; el mundo se organiza en una serie ascendente de reinos intermedios hasta llegar a la cima divina. Se busca la emulación de la belleza y la perfección divina. Para los neoplatónicos “el arte, la arquitectura, la literatura y la música debían intentar emular los principios de la perfección y la armonía que presiden la labor de Dios”. La suma perfección de la creación es el hombre, que está puesto en el mundo por Dios, posee elementos de la divinidad en su interior que debe desarrollar... fusión de ideas clásicas y cristianas. Considerando el Renacimiento en su conjunto, es preciso señalar que: - La vuelta a la Antigüedad es un cambio real, que se evidencia en todos los aspectos de la vida pero que no supone una ruptura total con el inmediato pasado: durante la Edad Media se había producido una evolución económica y social que permite la existencia de una sociedad, de un ambiente que permite el gran cambio. Tradicionalmente se considera que el Renacimiento significa el cambio de una sociedad teocéntrica –regida por la omnipresencia de lo religioso- a una sociedad antropocéntrica, en la que el hombre toma las riendas de su propio destino. Pero el cristianismo se asume y sigue teniendo un papel destacadísimo, con enorme repercusión en el arte. Desde el punto de vista estrictamente de las llamadas bellas artes: Arquitectura, escultura, pintura, y las conocidas como artes menores, el R. estuvo precedido históricamente de los llamado prerrenacimientos, que ha estudiado Erwin PANOFSKY, Renacimiento y renacimientos en el arte occidental, (escrito en 1960). Son etapas puntuales de la Edad Media en que las artes parecen haber evocado el clasicismo perdido, pero que no tuvieron continuidad en el tiempo. Por el contrario, la transformación del siglo XV será definitiva. La Rinascitá en las Artes plásticas Aunque el nombre de Renacimiento sea una creación del siglo XIX, ya quienes vivían en el siglo XV y XVI, eruditos y artistas, eran conscientes de vivir –como dice V. Nieto- “una ruptura formal radical”, que rompiendo con el arte entonces vigente renacía al arte del clasicismo. Ya en 1436, cuando Alberti dedica a Brunelleschi su tratado De pictura se muestra consciente del cambio `producido en el arte de Florencia, comparando los logros de sus contemporáneos –el propio Brunelleschi, Donatello, Masaccio y otros- con el arte de la Antigüedad. Se debe a Giorgio Vasari, arquitecto y pintor florentino (1511-1574) la utilización del término “Rinascitá”. En 1550 publica la 1ª edición de sus Vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue hasta nuestros tiempos (días), que se considera el inicio de la Historia del Arte, en el más antiguo de sus métodos, el biográfico. La obra no es simplemente biográfica sino que critica, valora, marca la evolución del arte Esta evolución en la “Rinascitá de las Artes”, va desde la Edad Media (desde el pintor Cimabue (1240-1301)) hasta culminar en Miguel Ángel (1475-1564) clave del Alto Renacimiento. CRONOLOGÍA DEL RENACIMIENTO ITALIANO: En el arte las fechas nunca pueden ser absolutamente precisas; además hay diferencias cronológicas entre unas regiones y otras. Sin embargo, desde el punto de vista práctico el estudio del Arte del Renacimiento se puede articular en dos grandes etapas: - Quattrocento (Siglo XV): 1ª y 2ª mitad o generación -Cinquecento (Siglo XVI): Pleno Renacimiento (1500/ 1525 +-) Manierismo (1525 +- / fines siglo, 1590 +-) Para una corriente crítica el Manierismo sería un movimiento independiente. El R. no es sincrónico en los diferentes estados de Italia y mucho menos en Europa, donde se inicia casi un siglo después.
  • 3. EL AMBIENTE SOCIO-POLÍTICO No existe una Italia unida; se articula en una serie de territorios, especie de ciudades estado, independientes, con distintas formas de poder, con una condición económica y social suficiente para acoger las nuevas ideas del humanismo. Sus gobernantes aglutinan en torno suyo unas cortes que rivalizan en grandeza, en buena parte manifiesta a través del mecenazgo, de la protección del artista y el patrocinio de arquitecturas y obras de arte. Entre estos estados, con frecuentes luchas y alianzas cambiantes, destacan: Florencia, república. Es indudablemente la cuna del Renacimiento. Sociedad evolucionada, agudamente razonadora y artísticamente creadora. Extraordinario desarrollo de los gremios (las arti = artes), que ejercieron un importante papel en la construcción de edificios y su mantenimiento, juntamente con la ciudad. Fundamental también el mecenazgo privado de una oligarquía integrada por las grandes familias florentinas pero esencialmente de los Médicis, que dentro de una organización democrática, actúan como una oligarquía principesca. A partir de 1434, con algún intervalo, los Médicis dominan la vida de Florencia durante el XV. En el XVI ostentarán en ducado. Especialmente dos de ellos Cosme el Viejo (+1464) y su nieto (hijo de Pedro el Gotoso +1469) Lorenzo el Magnífico (+1492) se convierten en los rectores culturales de la época Lorenzo “el Magnífico” se identifica con el R. florentino. Más que propiamente mecenas es literato, humanista y coleccionista, además de político. En torno a él humanistas: Marsilio Ficino, Pico della Mirándola, Poliziano (1454- 1494), etc y artistas, el escultor Bertoldo di Giovanni, y, especialmente, Miguel Ángel, se integran en el llamado “jardín mediceo”. Sin embargo, más que protector de las artes fue coleccionista. Otras familias tendrían tb. un enorme protagonismo como mecenas: los Strozzi, los Pazzi, Brancacci, Pucci, Benci, Bini, Rucellai Milán, ducado. Capital de la Lombardía, al norte de Italia. Dos familias, los Visconti primero y los Sforza después, desde Francesco Sforza (1447-1466), representación genuina del condottiero, hasta Ludovico Sforza “el Moro”, (1479-1499). Este, el más el más perfecto carácter de príncipe de la época, calificada como la más brillante de Europa (Leonardo). Los franceses acaban con su poder Urbino, ducado. Otro notable personaje del XV es duque Federico de Moltefeltro, gobernante (1444-1482), claro ejemplo del mecenas de la época. Su corte, “una obra de arte”, atrae a los principales artistas que decoran su palacio. Mantua, ducado. Gobernado por la familia de los Gonzaga, protectores de artistas en XV y XVI. Otras ciudades : Ferrara. Gran desarrollo del urbanismo renacentista. Rímini, con Segismondo Malatesta (+1467), cliente de Alberti. Nápoles, en la que dominaba una rama bastarda de Aragón, Alfonso de Nápoles, que toma la ciudad en 1435. Siena y Pienza, conocen el mecenazgo de Eneas Silvio Piccolomini, luego Pío II (1458-64) Venecia, república. Diferencias geográficas y cronológicas, un cierto aislacionismo del resto de Italia. Desarrollo comercial, influencia oriental. Menos atadura con el pasado, con la Antigüedad. Florecimiento más tardío. CARACTERÍSTICAS DEL RENACIMIENTO ITALIANO Inspiración en la Antigüedad. Las circunstancias de Italia propician la emulación de la Antigüedad: presencia de edificios, ruinas y esculturas antiguas. Su estudio constituye el principal medio de aprendizaje para los artistas. También los textos. El platonismo se remonta al arte griego pero la forma es esencialmente romana. El arte renacentista admira la forma clásica como ideal de belleza, de medida, de proporción. El arte tiene entidad por sí mismo, como elemento portador de belleza, sin necesidad de servir a una idea religiosa: “El Arte por el Arte”. Sin embargo no es el arte del paganismo, no hay contradicción entre humanismo y cristianismo. Realismo. El arte del R. busca el acercamiento la realidad, a la naturaleza y en especial al hombre como centro de ella. Se trata sin embargo de un realismo matizado, idealizado muchas veces. Al artista italiano no le interesa la copia mimética de la realidad –la detallista representación de lo cotidiano es más propia de la pintura flamenca- sino su propia concepción de la naturaleza. El realismo se matiza por un idealismo que se basa en la búsqueda de la perfección, de la proporción como base de la belleza. En algunos aspectos, sin embargo, el interés por la realidad es manifiesto: importancia del retrato, disección de cadáveres para un perfecto conocimiento de la anatomía, etc. Arte racional, antropocéntrico. De la alianza entre el humanismo y la ciencia surge el afán de cambiar la concepción de un mundo regido por la divinidad por otro regido por la razón. La proporción, la medida, la representación del
  • 4. mundo circundante se hace tal como el ojo del hombre lo ve: desarrollo de la perspectiva lineal o central. Es propia del R. la interdisciplinariedad. Las matemáticas y la óptica al servicio de la perspectiva. Secularización del arte. Es también relativa. En contraste con la Edad Media se incrementan los temas laicos, en escultura o pintura, pero siguen siendo minoritarios. En todo caso, aun en el arte religioso la estética tiene un papel principal. Dioses mitológicos y santos conviven en la obra de un artista. Universalidad del arte, es decir, relación entre las diversas artes. El artista del R. cultiva y es maestro en muy diversas artes, un artista completo. Todas estas características no implican la uniformidad formal sino que hay diversidad en las manifestaciones artísticas en el espacio y en el tiempo y, por supuesto, en la personalidad de los artistas, cada vez más individualizados. CONSIDERACIÓN SOCIAL DEL ARTISTA La valoración del hombre, propia del R. influye también en la valoración del artista y su relación con la sociedad. Sin embargo su consideración social es problemática; en todo caso, en Italia superior a la que tiene en el resto de Europa. Durero: “aquí (Venecia) soy un caballero, en casa (Alemania) un gañán”. El mecenazgo, religioso, civil o privado, es fundamental en el R. Al principio el artista está sujeto a un encargo determinado, más adelante va logrando una mayor libertad y, especialmente un prestigio y un reconocimiento, que le irán alejando de la consideración de un mero artesano pasando a ser considerado como un profesional liberal. El objeto artístico es una creación intelectual. Pero todo ello no le libera de su dependencia del cliente, patrono, mecenas; incluso está sometido a la tutela intelectual del humanista. En ocasiones, los comitentes valoran al artista por encima del artesano. Algunos artistas lograron un alto estatus en una corte, varios llegaron a ser ennoblecidos, otros obtuvieron cargos civiles. Por supuesto, muchos lograron enriquecerse. Sin embargo, la formación del artista sigue siendo esencialmente artesanal. Escultores, pintores, orfebres, etc. se forman en un taller donde el maestro imparte una enseñanza basada fundamentalmente en el dibujo, cuyo dominio resulta imprescindible para el dominio de todas las artes. El arquitecto parte también del dibujo pero debe conocer asimismo las matemáticas y, por supuesto, las técnicas constructivas. En un principio es difícil deslindar la tarea del arquitecto propiamente dicho de los muchos oficios que intervienen en la construcción, luego el arquitecto renacentista, especialmente a partir de Alberti, se define por su actividad teórica, por ser el creador, tracista, aunque también debe conocer la técnica del oficio. RENACIMIENTO EN ARQUITECTURA La arquitectura tiene como ideal la Antigüedad, tomando de la Arquitectura griega: lenguaje Arquitectura romana: formas La referencia, el modelo próximo está en la gran arquitectura romana. Se estudian y miden los edificios clásicos. Pero además el R. posee un documento escrito, de inapreciable valor: el tratado De architectura, escrito en el siglo I por Marco Vitruvio Polión (¿88aC-26dC?), arquitecto romano de la época de Julio César y Augusto. En 1416, durante el Concilio de Constanza (1414-1418), el humanista Poggio Bracciolini (1380-1459) “descubre” el texto del tratado De Architectura, conservado en la biblioteca de la Abadía de Saint Gall. Vitruvio había sido conocido durante la Edad Media, muchas veces copiado; incluso en época carolingia quizá influyera pero es ahora cuando se aborda su conocimiento de modo más científico. En 1468 se hizo la 1ª edición; después otras muchas algunas de ellas ilustradas. Punto de partida y modelo para todos los tratadistas a partir de Alberti Estructurado en 10 libros, se trata de un manual auténtico de arquitectura antigua, en que se abordan todos los aspectos de la arquitectura, desde los materiales hasta el urbanismo, organización de la ciudad; también la arquitectura que hoy llamaríamos ingeniería, arquitectura militar, hidráulica, etc. Además hace una definición precisa de las tareas del arquitecto. La arquitectura es una ciencia y el arquitecto tiene que poseer la teoría y la praxis de su oficio Un texto de Vitruvio sobre la teoría de la proporción, comparando un templo con el cuerpo del hombre, es muy revelador de las ideas que el Renacimiento hace suyas e, incluso, influye en la forma de las iglesias: “La composición del templo se basa en la simetría… que tiene su origen en la proporción… y la proporción es la conmensurabilidad de cada miembro de la obra y de todos los miembros en el complejo de la obra gracias a una determinada unidad de medida o módulo: tal conmensurabilidad representa el cálculo o sistema de l simetría. De hecho, ningún templo podría presentar un sistema constructivo sin simetría, esto es, sin un cálculo exacto de sus miembros, como en el hombre bien proporcionado. En efecto, el cuerpo del hombre fue compuesto por la naturaleza de modo que la cara, del mentón a lo alto de la frente, a la raíz de los cabellos, estuviese en proporción de 1 a 10 respecto del cuerpo… También los otros miembros tienen dimensiones según partes proporcionales… Con criterio análogo, los miembros de los templos deben presentar en sus partes y segmentos particulares estrecha correspondencia y concordancia de medida con la suma magnitud del complejo”.
  • 5. Este texto sirvió de inspiración a arquitectos y tratadistas, entre ellos a Leonardo: dibujo del “Hombre de Vitruvio”. LA ARQUITECTURA DEl QUATTROCENTO (Siglo XV) CARACTERÍSTICAS En el siglo XV el impulso del primer R. está en Florencia. En general estas características le corresponden La arquitectura está buscando su propio lenguaje; búsqueda, experimental. Se persigue la emulación de la Antigüedad, armonía, la proporción, la belleza. La proporción áurea. Drástica ruptura con el gótico, estilo o manifestación artística anterior; existe en cambio, al menos al comienzo, una cercanía con el románico Nuevo lenguaje formal, tanto en los elementos fundamentales o estructurales como en la decoración. Elementos estructurales: Plantas: Conceptualmente el ideal sería la planta central: circular, poligonal, cruz griega, etc. En la práctica predomina la planta longitudinal, de varias naves = basilical, o de una sola nave, normalmente con capillas laterales En los edificios civiles, palacios predomina la planta cuadrada o rectangular, con patio central Muros: De piedra: aparejo de sillería (opus quadratum). Puede ser almohadillado. Mampostería (opus incertum), piedra irregular De ladrillo (opus latericium) Tanto la mampostería como el ladrillo se pueden cubrir con un paramento de placas de mármol o un enfoscado y posterior enlucido. Ocasionalmente esgrafiado. Soportes: Columna utilización de los órdenes clásicos: dórico (o toscano), jónico, corintio y compuesto, aunque con variaciones en los capiteles o en la decoración de los fustes La columna puede ser exenta o adosada y tener solo un uso decorativo Pilar y pilastra (pilar adosado). Cumplen las mismas funciones En algunas regiones, no en Florencia, puede usarse la columna estrangulada o abalaustrada Arcos: El de medio punto, que sustituye al ojival. Ocasionalmente, s. t. al principio, puede ser ligeramente apuntado Y estar dividido por un parteluz; también puede ser rebajado Cubiertas: Arquitrabada, es decir plana o adintelada. Puede ser de madera y adornarse con casetones Bóveda de cañón o de medio punto; desde mediados del s. XV es la cubierta por excelencia. Puede tener lunetos y adornarse con casetones. Cúpula, es la bóveda que cubre un espacio de planta central. La más habitual es la de media naranja Puede ser rebajada y estar adornada con gallones. Frecuentemente remata en una linterna Se utiliza también la bóveda vaída y, menos, la de arista. De cuarto de horno en el ábside. La cúpula se asienta sobre trompas o sobre pechinas. Puede ser trasdosada o no. Otros elementos arquitectónicos: exteriormente los edificios se suelen cubrir con tejado de teja romana; también terraza. Cornisas, frontones, balaustradas, rematan o dividen las fachadas. Elementos decorativos La riqueza decorativa es variada según las regiones. En Florencia es escasa en principio porque preocupa fundamentalmente lo estructural, la limpieza de líneas, con todo existe. Mucho más presente en Venecia y especialmente Lombardía. Decoración arquitectónica: columnas, pilastras, hornacinas, frontones, óculos, etc. Decoración escultórica: tanto en interiores como en exteriores. Existe un repertorio de motivos de escultura decorativa que en buena medida proceden de la antigüedad. El más característico en el primer renacimiento es el: Grutesco: Motivo decorativo a base de seres fantásticos, vegetales y animales, complejamente enlazados y combinados formando un todo. Es un tema propio del Renacimiento, y suele estar formado, en su parte superior, por una cabeza o torso humano o animal que se acaba en un juego de plantas o elementos vegetales por abajo, al modo de los que se encontraron en algunos edificios romanos como la Domus Aurea de Nerón. (Fatás y Borrás, Diccionario de términos de arte). Con frecuencia recubre pilastras u otros elementos verticales, dispuesto en “candelieri” Además: medallones, conchas o veneras, láureas, guirnaldas de flores y frutos, trofeos, espejos, ovas, etc. Por supuesto la escultura propiamente dicha, bulto redondo o relieve, se utiliza también para decorar, bien situada en hornacinas, bien rematando ventanas o balaustradas. El urbanismo. Es aspecto importante en el R. que también aquí busca la creación de una ciudad acorde a los principios de orden, racionalidad y servicio al ciudadano. Pero lo ideal choca con la realidad del trazado medieval de las ciudades. En la mayor parte de los casos el urbanismo se queda en la esfera de lo utópico: la “ciudad ideal”, de la que hay múltiples ejemplos, como la ciudad de “Sforzinda” diseñada por Filarete.
  • 6. FLORENCIA Etapas de la arquitectura del Quattrocento: En buena medida el ejercicio de la arquitectura fue durante el siglo XV una empresa colectiva. Así sucede en el caso paradigmático de la Cúpula de la Catedral de Florencia, que en principio no fue una empresa únicamente personal de Brunelleschi. Dos etapas, correspondientes más o menos a 1ª y 2ª mitad, dos generaciones de arquitectos representadas en dos figuras fundamentales, dos conceptos diferentes de la arquitectura: Filippo Brunelleschi (1377-1446) y León Bautista Alberti (1404-1472). También distintos en su formación. Para Vasari Brunelleschi no es todavía el arquitecto plenamente renacentista que será Alberti, con una formación teórica igual o superior a la práctica. Le denomina “escultor y arquitecto” y su formación de orfebre y escultor así parece demostrarlo 1ª Brunelleschi aunque carecía de formación universitaria, tenía el interés científico por su oficio: según su biógrafo Antonio Manetti quería redescubrir “los medios de construcción, excelentes y muy ingeniosos, que tenían los antiguos, y sus proporciones armoniosas”. Estudioso de las ruinas romanas, su arquitectura toma solo elementos sueltos de la antigüedad. Verdadero iniciador del R. en arquitectura y estudioso de la perspectiva, realiza una arquitectura de carácter lineal, basada en la ligereza y la claridad; fundamentada en la columna clásica y el arco de medio punto. Obras: Cúpula catedral de Florencia; Hospital de los Inocentes; basílica de San Lorenzo y Sacristía Vieja; Capilla Pazzi; iglesia de Santo Spírito 2ª Alberti antepone al conocimiento de la técnica un concepto teórico, una formación intelectual. Es un humanista de formación universitaria. Su labor teórica es descomunal. Sus Tratados De statua, De pictura (traducido por él mismo: Della pittura) (1536) y De re aedificatoria influyen decisivamente en los tratadistas posteriores. De statua texto brevísimo que enfoca desde un punto de vista técnico, pero muy novedoso, la escultura. (Cfr. Benévolo, pp.142 y ss.) habla de la medida de la figura humana. Punto de partida de los estudios de Leonardo, Durero Destaca la importancia de “la escultura” como tal, del trabajo de “quitar” aspecto en el que insistirá Miguel Angel, en su célebre soneto. Todo lo que un gran artista concibe / puede transcribirlo al mármol /desbrozando, cosa que logra solamente /la mano que obedece la inteligencia”. De Pictura (1436) Dedicado a Brunelleschi (en su versión traducida “Della pintura”9 Es un verdadero tratado sistemático. En él tiene gran importancia lo que se refiere a las matemáticas, a las cuestione geométricas y ópticas. Importancia de la perspectiva, que analiza. De re aedificatoria (1452), está dedicado al papa Nicolás V (Parentucelli, 1447-1455). Partiendo de Vitruvio, da un paso más. Notable influencia en el futuro. La arquitectura de Alberti, volumétrica y monumental, capta mucho más el concepto de la arquitectura romana. Utiliza pilares para sustentar su potente bóveda de cañón. Obras: San Francisco (o Templo Malatestiano) de Rímini; Fachada de Sta. María Novella y Palacio Rucellai, en Florencia. San Sebastián y San Andrés, en Mantua. En el tránsito al XVI: Giuliano y Antonio da Sangallo: desarrollo de la planta de cruz griega.
  • 7. ARQUITECTURA DEL QUATTROCENTO EN OTRAS REGIONES: En general, carece de la pureza de la arquitectura florentina, pero hay algunos centros de especial interés LOMBARDÍA Región la más septentrional de Italia, entre los lagos alpinos y las riberas del Po Capital Milán; otras ciudades importantes: Brescia, Bérgamo, Pavía y Cremona. Zona de paso, fronteriza con el resto de Europa, influida por diversas tendencias La arquitectura presenta una acumulación de elementos decorativos que en ocasiones enmascaran la claridad estructural propia del R. Fuerte implantación del gótico. Se está construyendo la catedral. El ducado de Milán está regido primero por los Visconti y luego por los Sforza Francesco Sforza (1450-1466) inicia el gran desarrollo en la construcción que culminará con Ludovico el Moro Se potencian las relaciones con otras ciudades italianas, especialmente Florencia. El arte y la arquitectura se subordinan a la nueva política Antonio Averlino “Filarete” (h.1400-h.1469) natural y formado en Florencia, es el arquitecto más avanzado De su admiración por el Renacimiento da idea su opinión acerca de Brunelleschi, expresada hacia 1460: “Pido a todos que abandonen la tradición moderna (por tradición moderna, claro está, entendía el estilo gótico); que no acepten el consejo de los maestros que trabajan de esta manera... Elogio a aquellos que siguen a los antiguos y bendigo el alma de Brunelleschi, que revivió en Florencia la antigua manera de construir” El Hospital Mayor de Milán (1456) fue trazado por él pero modificado por otros arquitectos desvirtuando su proyecto. Aunque inacabado tiene una planta de gran trascedencia: dos estructuras cruciformes separadas por un patio, servirá de modelo hasta el siglo XVIII (edificios de planta estrellada). Filarete es también teórico: Tratado de arquitectura (1461-1464. Giovanni Antonio Amadeo (Pavía 1477- Milán 1522), Arquitecto y escultor. Aunque más joven es más retardatario. Trabaja en la Catedral de Milán, la Capilla Colleoni, en Bérgamo y en la Cartuja de Pavía Capilla Colleoni, de la catedral de Bérgamo, y la fachada de la Cartuja de Pavía, son sus principales obras Tras la muerte de Francesco Sforza (1466), Milán continúa y aún acrecienta su importancia cultural durante el gobierno de Ludovico el Moro (1480-1492). De Florencia llegan Leonardo (1481) y Giuliano da Sangallo (1493), enviados por Lorenzo el Magnífico; de Urbino, corte de Federico de Montefeltro, Bramante, Francesco di Giorgio Martini y Luca Pacioli URBINO Federico de Montefeltro (1444-1482), condottiero, gobernante y protector del arte, convirtió su corte en “uno de los lugares más civilizados de la tierra”. Palacio Ducal de Urbino, es el más monumental e imaginativo de los palacios del Quattrocento, tanto por su importancia arquitectónica como por la decoración interior. Las obras del palacio se inician en 1447 a partir de elementos preexistentes. La segunda etapa de la construcción, s.t. a partir de 1460, parece la más personalmente ligada al propio Federico. Dificultad en establecer la auténtica autoría del conjunto. Luciano Laurana (1420-1479) parece el máximo responsable de la traza. Sólo estuvo hasta 1472 en Urbino. Francisco di Giorgio Martini (1439-1502) arquitecto, pintor, escultor e ingeniero militar, trabaja a partir de 1472. Se ha hablado tb. de la propia dirección de F. de Montefeltro, quizá aconsejado por Alberti, de quien era amigo y que fué a visitarle con frecuencia a Urbino. No puede obviarse tampoco la influencia, quizá la dirección e inspiración de Piero della Francesca La decoración del palacio, con sus salas : Studiolo, Librería, etc, contó con notables pintores, entre los que sobresalen Melozzo da Forli, Paolo Uccello, Justo de Gante, nuestro Pedro Berruguete, quizás Bramante y Botticelli. Importantes trabajos de taracea : trampantojos VENECIA La Venecia moderna, todavía la que existe hoy, se construye en la 2ª mitad del XV. Importancia de la arquitectura civil “En esta nobilísima ciudad de Venecia se acostumbra a construir de forma muy diferente a otras ciudades de Italia; porque siendo muy populosa, es necesario que el terreno sea estrecho, y aunque dividido con gran discreción, no basta que los edificios tengan grandes patios, o muchos jardines (...) que pudieran caber; las ventanas de las habitaciones serán mayores, y en diferentes lados, lo que se limita casi a las fachadas, o en las plazas, que ellos llaman campos o sobre los canales o en las calles que en su mayor parte son estrechas, y angostas”. Los dos palacios principales son obra del mismo arquitecto, Mauro Codussi: el Corner-Spinelli , iniciado en 1480 y el Palacio Vendramin-Calergi, iniciado 1481; terminado 1509 En la arquitectura religiosa destacan las iglesias de Santa María dei Miracoli, (1481-89), obra de Pietro Lombardo y la de San Zacarías Reconstruida entre 1444-1515. Antonio Gambello empezó la fachada en gótico y Mario Codussi la terminó en renaciente, a partir de 1481.
  • 8. EL CINQUECENTO. SIGLO XVI Se divide en Pleno (o Alto) Renacimiento. Primer cuarto XVI. Manierismo, desde 1525 +- hasta finales de siglo en que se inicia, paulatinamente, el Barroco Esta división –que sirve pare el arte en conjunto- no puede entenderse de manera muy estricta en la arquitectura; depende de artistas y obras. El Pleno Renacimiento es de gran creatividad artística. Confluyen los más grandes genios: Bramante (1444-1514), Leonardo (1452-1519), Miguel Ángel (1475-1564) y Rafael (1483-1520) A partir de las búsquedas expresivas, de las investigaciones científicas del Quattrocento, se llega a “un perfecto equilibrio entre forma y contenido, entre naturaleza e historia, armonizando la Antigüedad pagana con el espíritu religioso cristiano, el humanismo con el dogma oficial”. El centro del impulso artístico se traslada a Roma. Capital del mundo, produce un ambiente de gran eclosión artística, favorecido por los Papas, especialmente Julio II y León X. Papas del Renacimiento de trascendencia para el arte. Siglo XV: Nicolás V (Parentuccelli).- 1447-1452. Inicio reformas de la vieja basílica de S. Pedro del Vaticano Pablo II (1464-1471). Logia de las bendiciones (S. Pedro) Sixto IV (Della Rovere) (1571-1484). Restaura edificios y construye otros nuevos: Capilla Sixtina, patrocinando la pintura de sus paredes. Es el verdadero iniciador de la renovación de la ciudad. Siglo XVI: Julio II (Giuliano della Rovere).- (1503-1513). Principal mecenas del XVI. Inicio nueva basílica de S. Pedro. Bramante, Miguel Ángel y Rafael, entre otros, trabajan para él. León X (Giovanni di Médicis).- (1513-1521). Continúa la línea de mecenazgo el anterior Adriano VI; Clemente VII (Giuliano de Médicis) (1523-1534) > Saco de Roma. Paulo III (1534-1549) (Alejandro Farnesio): Actuación de Miguel Ángel como arquitecto y pintor: Juicio Final Julio III; Marcelo II; Pablo IV; Pio IV; Pio V; Gregorio XIII (1572-1585). Sixto V (Félix Peretti), (1585-1590). Iniciador de la transformación barroca LA ARQUITECTURA DEL CINQUECENTO Influencia de los edificios romanos: se trata de imitar la arquitectura pagana: mayor acercamiento a los modelos originales. Monumentalidad y solemnidad de los edificios; grandiosidad en apoyo de la permanencia de la Corte Pontificia Lenguaje formal de gran pureza y sencillez. Desaparece la decoración en favor de lo puramente arquitectónico y que haga resaltar la proporción La perspectiva es un instrumento ya adquirido y dominado. La proporción madre y reina de las artes Utilización de los sistemas estructurales romanos como vocabulario formal teórico pero al servicio de los logros arquitectónicos nuevos 1 - Pleno Renacimiento: En Roma: Donato Bramante (1444-1614): Tras su periodo en Milán, h. 1500 se traslada a Roma. Paradigma del pleno barroco: Templete de San Pietro in Montorio (por encargo de los RRCC); Julio II le encarga diversos trabajos para el conjunto del Vaticano: El Belvedere (edificio que alberga actualmente los Museos vaticanos), escalera de caracol, patio de San Dámaso, y s. t. planta de la nueva Basílica de San Pedro (1506). Para ella Bramante traza un edificio de planta de cruz griega, con cuatro fachadas iguales y una gran cúpula central, que se inspira en la del Panteón romano, sostenida por gruesos pilares o machones. A su muerte, la obra está apenas iniciada, pero su impronta será duradera. Otros arquitectos, discípulos de Bramante: Rafael, Baldassare Peruzzi, Antonio da Sangallo el joven, continuarán su trabajo con algunas alteraciones en la traza, hasta llegar a la actuación de Miguel Ángel. Estos mismos arquitectos impulsan también un notable desarrollo de la arquitectura civil, patente especialmente en dos tipos de edificios: villas suburbanas y palacios urbanos: Villa Madama, de Rafael; la Farnesina y el palacio Máximo, de Peruzzi; el palacio Farnesio, de Giuliano da Sangallo el joven y Miguel Ángel, etc. Miguel Ángel (1475-1564). En su faceta de arquitecto reparte su actividad entre Florencia y Roma. En Florencia (década de los 20), trabaja para los Médicis en el llamado complejo de San Lorenzo o Laurenciano: Sacristía Nueva de San Lorenzo –para que le hace también la escultura- y Biblioteca. En ambas aparecen los primeros indicios de manierismo arquitectónico. En Roma: Además de la continuación del palacio Farnessio, se ocupa de la urbanización de la Plaza del Capitolio (a partir de la década de los 30), que busca vincular la Roma clásica y la papal, y de la continuación de Basílica de San Pedro, de la que se hace cargo en 1546. Retorna a la planta de Bramante, reforzando el protagonismo de la cúpula, obra suya en lo esencial, que abandona el modelo del Panteón evocando la de Brunelleschi en Florencia. En cierto modo, todo el Renacimiento discurre entre ambas cúpulas, que determinan el perfil de sus respectivas ciudades.
  • 9. Además diseña la Porta Pía, ya claramente manierista, y remodela parte de un edificio de la Roma imperial, las Termas de Diocleciano, para hacer la iglesia de Sta. María de los Ángeles. En Venecia: Durante los años centrales del siglo, la figura capital es la de Jacopo Sansovino (1486-1570), responsable de una importante remodelación urbana de la Plaza de San Marcos, en la que construye: la Biblioteca Marciana, (1537), brillante y notable edificio que recoge la influencia de Miguel Ángel y anticipa a Palladio, la Loggetta del Campanile y la Zecca, con fachada al Gran Canal. 2 -Manierismo: El pleno R. hace crisis: en lo Religioso, Lutero y Contrarreforma; en lo político: Saco de Roma; en lo artístico: muertes de Leonardo y Rafael. Ruptura de la perfección clásica. Se superan los criterios de equilibrio, mesura y orden, interviniendo el capricho, la fantasía. Los elementos clásicos se emplean de modo arbitrario, de una nueva “maniera”. La distinción del Manierismo en arquitectura es más difícil que en escultura y pintura. La arquitectura pierde la claridad y unicidad; se multiplican innecesariamente los elementos arquitectónicos; sentido dinámico y pictórico: claroscuro. Tratadistas y teóricos: sistematizan los conocimientos arquitectónicos del R. y proporcionan modelos que, traducidos y reeditados se difundirán por Europa y América. Los principales son: Sebastiano Serlio, Tratado de Arquitectura, varios libros que se empiezan a publicar en 1537 (el IV); Vignola, Regla de los cinco órdenes de Arquitectura (1562) y Palladio, Tratado de los cuatro libros de Arquitectura (1570) El manierismo se manifiesta por toda Italia. En Florencia destaca Ammannati, que amplia y termina el Palacio Pitti con ayuda de Buontalenti, en Mantua trabaja Giulio Romano, etc., pero los principales arquitectos prácticos son: Jacopo Barozzi, “il Vignola”, (1507-1573). Activo sobre todo en Roma y el Lazio. En sus edificios civiles: Villa Giulia, en la capital, y el Palacio Farnesio, en la localidad de Caprarola, ambos para la familia Farnesio, se muestra más manierista. Pero su principal creación, la iglesia del Gesú de Roma (1568), templo principal de los Jesuitas, es de gran sencillez y claridad de espacios. En su traza, el Renacimiento logra la integración entre lo ideal, representado por la planta central, y lo práctico, encarnado en la planta de cruz latina. Respondiendo además a los preceptos del Concilio de Trento (1545-1563), se convierte en modelo de templo de la Contrarreforma, válido en Occidente hasta el siglo XIX. Andrea Palladio (1508-1580) es uno de los más influyentes arquitectos de la historia, incluso, y especialmente, en el ámbito de los países anglosajones. Creador de modelos, tanto civiles como religiosos, su estilo arquitectónico evoca la Antigüedad clásica con gran monumentalidad y brillantez pero también con elegante sobriedad decorativa. Trabaja fundamentalmente en la región del Véneto. Sus edificios civiles se sitúan en la ciudad de Vicenza y en sus alrededores. Por una parte, palacios urbanos, de carácter comunal como La Basílica y privados, como el Chiericati, y por otra parte sus famosas “villas”, edificios que, en su mayoría, aúnan el carácter de vivienda suntuaria con el de explotación agrícola. La más famosa de todas es la villa Almerico-Capra, conocida como “La Rotonda”, muy próxima a la ciudad. Para Vicenza diseña también un edificio singular: el Teatro Olímpico, inspirado en modelos romanos. Por el contrario, sus principales iglesias, San Giorgio Maggiore y el Redentor, están en Venecia. Complejas en sus espacios interiores -se compartimenta el cuerpo de la iglesia del presbiterio y del coro- sus fachadas, construidas en piedra de Istria, muy blanca, se caracterizan por el uso de columnas, hornacinas con esculturas y múltiples frontones coronados por estatuas.
  • 10. ESCULTURA DEL QUATTROCENTO. SIGLO XV La referencia a la Antigüedad no impide que la escultura de Quattrocento asuma también algunos elementos del gótico internacional: elegancia en el movimiento y la figura, pero hay un gusto por el desnudo, lo monumental y lo severo, y el empleo de materiales nobles, bronce y mármol, propios del mundo clásico. Algunos antecedentes medievales en la obra de Nicola Pisano y Giovanni Pisano. Características: -más allá del carácter didáctico, adoctrinador, medieval, la escultura busca la perfección formal, la belleza -veracidad en la representación: la perspectiva se aplica para crear profundidad en el campo escultórico -se pierde la sumisión al marco; no hay “horror vacui” sino ordenación armónica en el espacio -materiales: bronce y mármol los principales; piedra, terracota; en menor medida y en algunas zonas, madera -por su colocación: escultura monumental (aneja a una edificio) o escultura exenta -diversidad de formatos: Escultura de bulto redondo: Ausencia de hieratismo; contraposto; interrelación entre las figuras Relieve: alto, medio y bajorrelieve. Por su técnica: relieve pictórico, schiacciato (o stiacciato) y volumétrico -estilos: escultura plástica o volumétrica y escultura pictórica Géneros: Además del religioso, que sigue siendo fundamental, el antropocentrismo favorece la representación del cuerpo humano como principal sujeto de la escultura y modelo de belleza: importancia del desnudo. Todos los temas sirven: mitológicos y alegóricos. Retratos > exaltación del individuo. Todos los formatos: estatua en pie o sedente, busto, yacente, ecuestre… Escultura funeraria: de cama o de pared, arcosolio. Inicialmente bulto yacente, luego recostado a la manera etrusca; también sedente. Múltiples localizaciones: -Iglesias: altares, púlpitos, puertas monumentales, tumbas, fachadas -Edificios civiles: palacios, oficiales o privados: patios, otras dependencias -Estatuaria urbana: monumentos, entre ellos los ecuestres, fuentes, etc. Principales escultores 1ª Mitad: Lorenzo Ghiberti (1378-1455). Mantiene aún algunos elementos goticistas pero utiliza la perspectiva renacentista. Además de los relieves de la Puerta Norte y, especialmente, de la llamada Puerta del Paraíso, en el Baptisterio de Florencia, muy pictóricos, realiza algunas de las figuras en bulto redondo que, junto con las de otros escultores contemporáneos, ocupan las hornacinas exteriores del oratorio de Orsanmichele, verdadero expositor de la escultura quattrocentista florentina. Nanni di Banco (1390-1421), que trabaja para la Puerta de la Mandorla de la Catedral, realiza en el grupo de Los Cuatro santos coronados, también para Orsanmichele, una de las obras más clásicas del momento. Jacopo della Quercia (Siena 1374-1438). Posee un concepto muy volumétrico y monumental de la escultura, que anticipa el Cinquecento. Trabaja en Lucca, Siena y Bolonia, donde realiza los relieves de la fachada de San Petronio, que hubo de conocer Miguel Ángel. Donatello (Donato di Niccolo di Betto Bardo, Florencia 1386-1466) es el más grande escultor del Quattrocento Verdadero creador de la escultura del XV. Trabaja todos los materiales y tipologías., tanto en bulto redondo como en relieve, siendo el “inventor” del schiacciato =aplastado, un relieve que logra sensaciones de perspectiva y profundidad con muy poco resalto. Activo fundamentalmente en Florencia, aunque también trabaja para otras ciudades, entre sus obras principales pueden citarse: San Jorge (para Orsanmichele), el David de bronce, las estatuas de Profetas y Apóstoles para el Campanile de la Catedral, la Cantoría para la misma, el relieve de la Anunciación, en la iglesia de la Santa Croce, etc. A su estancia en Padua, durante la década de los 40, se deben la escultura ecuestre del condottiero Gattamelata –primer monumeto de este tipo del Renacimiento, y los diversos trabajos, en bulto redondo y relieve, para el altar de la basílica de San Antonio. A sus últimos años, de regreso ya en Florencia, correponden los púlpitos de San Lorenzo. Muy notable escultor, a caballo también entre las dos mitades del siglo es Lucca della Robbia (Florencia 1400-1482), cabeza de un taller familiar, en el que destaca también su sobrino Andrea della Robbia, que se caracteriza fundamentalmente por trabajar la terracotta vidriada, es decir el barro cocido y pintado con un acabado brillante, utilizando fundamentalmente los colores blanco y azul. 2ª mitad: Predomina la Tendencia decorativa: relieves, altares, monumentos funerarios Agostino del Duccio, Desiderio da Settignano, Bernardo y Antonio Rosellino, Mino da Fiésole. Pero otros practican una escultura más monumental: Andrea Verrocchio (Florencia 1435-1488), también pintor – maestro de Leonardo- y orfebre, que domina todos los materiales y formatos. Excelente escultor ha dejado obras que anticipan la monumentalidad del XVI: Grupo de la Incredulidad de Santo Tomás, para Orsanmichele; escultura ecuestre de Bartolomeo Colleoni (1479), en Venecia. Antonio de Pollaiulo (h. 1432-1498), tb. pintor y orfebre. Escultor de gran fuerza expresiva.
  • 11. ESCULTURA DEL CINQUECENTO Con el cambio de siglo, el centro impulsor se traslada de Florencia a Roma. Predominio de lo monumental, lo grandioso, frente a la delicadeza florentina. El bajorrelieve cede en importancia ante el altorrelieve y, s.t., a la escultura en bulto redondo. El descubrimiento del Laocoonte (1506), obra maestra de la escultura helenística, es hito fundamental para la evolución de la escultura del XVI, en Italia y en el resto de Europa. La difusión de la obra, que fue copiada y reproducida en grabados influiría incluso, por su patetismo, en el Barroco. A) Pleno Renacimiento: la figura que lo llena, iniciando también el Manierismo, capital en la Hª del Arte por la perfecta unión de belleza formal y contenido, por la técnica en el tratamiento del mármol –el material casi único de todas su producción escultórica- y la grandiosidad, es la de: Miguel Ángel Buonarrotti (Florencia 1475-Roma 1564). Pese a dominar y destacar por su maestría en arquitectura, escultura y pintura, Miguel Ángel se consideraba a sí mismo únicamente escultor. Admirado, casi venerado ya en vida, supone la culminación del Renacimiento. El tema esencial de su obra es el cuerpo humano –es sabido que practicó la disección de cadáveres buscando el total conocimiento de la anatomía-, que interpreta con gran vigor físico y fuerte expresividad, la famosa “terribilitá” de muchas de sus creaciones. El enorme virtuosismo de su técnica está siempre sometido al profundo sentimiento de sus figuras. El proceso de su creación se fundamenta en extraer del bloque de mármol la figura que en su mente está ya hecha; quitar lo que sobra para que se haga visible la forma encerrada, aprisionada en él. El hecho de que bastantes de sus esculturas estén sin terminar, el empleo del “non finito”, puede, en ocasiones, deberse a esta idea. Su actividad escultórica se inicia en Florencia en la década de 1490, cuando realiza dos relieves en mármol Virgen de la Escalera y Batalla entre centauros y Lapitas, muy diversos por el tema y por la técnica empleada, pero ya de gran calidad. Antes de terminar el siglo viaja por 1ª vez a Roma, donde realiza la primera de sus grandes obras maestras: Piedad del Vaticano (1495). En los primeros años del XVI, de nuevo en Florencia esculpe el monumental David, quizá la escultura más universal de la historia; la colosal figura del adolescente será símbolo del orgullo de la república florentina. A partir de 1505 trabaja en Roma en el proyectado para la tumba del papa Julio II, obra que se prolongará varios años y nunca podrá terminar; el propio Papa y luego sus familiares irán haciendo sucesivos recortes. Han quedado, sin embargo diversas esculturas de: figuras de Esclavos y el célebre Moisés, entre ellas. En la década de 1520 realiza en Florencia las Tumbas de Giuliano y Lorenzo de Médicis, situadas en la Sacristía Nueva de la iglesia de San Lorenzo, cuya arquitectura también le pertenece. Establecido ya definitivamente en Roma, en sus últimos años la actividad escultórica decrece en beneficio de su trabajo como pintor y, especialmente, arquitecto. Hasta pocos días antes de morir, a punto de cumplir 89 años, trabajó en la llamada Piedad Rondanini, en la que el contenido espiritual se impone a la belleza formal. Otros muchos escultores de notable calidad quedan un tanto oscurecidos a la sombra de Miguel Ángel: Andrea Sansovino, autor de grupo del Bautismo de Cristo, en el Baptisterio de Florencia, o Francesco Rustici, que hizo para el mismo lugar el grupo de la Predicación de San Juan Bautista, Jacopo Sansovino, arquitecto y escultor en Venecia, autor de la Madonna de la Loggeta del Campanile y las esculturas de Marte y Neptuno que presiden la llamada “Escalera de los Gigantes”, del Palacio Ducal, o B) Manierismo: La plenitud renacentista encarnada en Miguel Ángel da paso a la escultura manierista que, en realidad estaba ya presente en algunas de las obras del gran maestro. Se trata de escultura de gran calidad formal pero de menor contenido que, muchas veces no hace sino repetir modelos. Dos corrientes: Una que busca la elegancia y el refinamiento, el preciosismo formal, una de cuyas características esenciales es la disposición helicoidal –la famosa línea “serpentinata”- que adoptan muchas figuras, moviéndose de una manera un tanto artificial. Sus principales representantes en Florencia son Benvenuto Cellini, orfebre y escultor de gran formato, que trabajó también en Francia. Una de sus obras maestras, el Perseo, se admira en la florentina Logia dei Lanzi junto al grupo del Rapto de la Sabina, creación capital del más célebre de los manieristas activos en Florencia, Juan de Bolonia, de origen flamenco, conocido también como Giambologna, que prolonga la escultura manierista hasta entrado el XVII. Entre sus obras: Mercurio, Rapto de la Sabina. Otra corriente, con especial implantación en Roma -de ahí la denominación de “manierismo romanista”- aunque también se manifieste en Florencia y otros lugares, tiene como punto de partida la monumentalidad física, la corpulencia, de las figuras de Miguel Ángel pero sin su fuerza interior. En Florencia está representada por artistas como Baccio Bandinelli y Bartolomeo Ammanati, también arquitecto. Este manierismo romanista, que tiene su correspondencia también en la pintura, ejerce también una fuerte influencia en otros países europeos.
  • 12. PINTURA ITALIANA RENACIMIENTO Panorama de gran complejidad por la diversidad de escuelas y la gran cantidad de pintores de categoría. LA PINTURA EN EL QUATTROCENTO supone un enorme avance, como nunca antes se había dado, en la búsqueda del ideal de la pintura clásica –conocido por fuentes escritas- y del acercamiento al hombre y a la naturaleza. El realismo, la representación veraz de la realidad en dos dimensiones se hace a través del conocimiento y dominio de la perspectiva. Se trata de representar al hombre en su entorno, paisaje y arquitectura, según el ojo del hombre lo ve, de reproducir con la mayor fidelidad posible el mundo tal como el hombre lo ve. Pero también de buscar la belleza formal. El medio para todo ello es el dominio del dibujo, no lineal sino volumétrico, conseguido por la graduación de luces y sombras. En los inicios, especialmente en la Florencia de la 1ª mitad de XV, la pintura tiene un carácter intelectual, casi científico, de búsqueda de las proporciones y dominio de la perspectiva = arte que enseña el modo de representar en una superficie los objetos, en la forma y disposición con que aparecen a la vista. Primero se dominará la perspectiva lineal o central -ligada a las matemáticas y a la óptica-, que determina la forma, tamaño, postura que debe tener un objeto en el cuadro según la posición que ocupe en la pirámide visual, es decir según la distancia que lo separe del ojo y el lugar en que esté colocado. A fines del siglo XV, gracias a Leonardo, se alcanzará tb. el dominio de la perspectiva aérea, es decir la reproducción de los efectos de los fenómenos atmosféricos sobre los objetos. La mayor o menor lejanía del objeto hace que haya más o menos aire entre el ojo y el objeto y en consecuencia ésta aparecerá más o menos nítido en sus contornos y con un color más o menos brillante. El sfumato usado por Leonardo difumina los contornos cuanto más lejano está el objeto representado. Otros aspectos fundamentales son naturalmente el color, la luz –íntimamente vinculada a él-, y el claroscuro. La escuela veneciana se preocupará esencialmente por el color. Temas: predominio de la pintura religiosa pero tb. pintura mitológica y alegórica, y gran desarrollo del retrato. Técnicas: Se mantiene la tradición de la pintura mural al fresco y se desarrolla tb. la pintura de caballete, generalmente sobre tabla y pintada al fresco. Solamente a fines de siglo, en la escuela veneciana se introduce la pintura al óleo. Luego, cada maestro tiene su propio estilo personal. Escuela florentina: En la primera etapa del Quattrocento, un cierto resabio de goticismo impregna aún la pintura de Fra Angelico, en la que no faltan, sin embargo, atisbos de una nueva forma de hacer. El mérito de ser considerado el iniciador de la pintura renacentista debe atribuirse a un artista de corta vida y no demasiada obra pero cuya trascendencia es grande, Masaccio, quien a través de obras como La Trinidad, en Santa María Novella, -seguramente inspirada en los estudios de perspectiva de Brunelleschi- y los frescos de la capilla Brancacci, en la iglesia del Carmine, sienta las bases de la nueva pintura., tanto por el realismo de las figuras como por el marco arquitectónico y paisajístico en que estas se sitúan. Otros pintores como Paolo Ucello y Andrea del Castagno se manifiestan en parecidos términos, destacando la gran figura de Piero della Francesca, pintor a caballo entre las dos partes del siglo pero cuya sensibilidad corresponde más a la primera. Poseedor de un estilo muy personal, caracterizado por el dominio de la perspectiva –de la que es también teórico- y la luz clara que ilumina sus figuras de formas oblongas y rostros ausentes. Entre otras obras, los frescos de la Historia de la Santa Cruz, en Arezzo, o las obras realizadas para Federico de Montefeltro, duque de Urbino, están entre las más importante creaciones del Quattrocento. La 2ª mitad del siglo, dominados ya en gran parte los problemas de la perspectiva, el volumen y la luz, florece una pintura esencialmente narrativa y de carácter menos profundo, más decorativo, en la que se encuadran pintores de muy diversa personalidad, como Benozo Gozzoli o Ghirlandaio. De ellos se aparte en cierto modo Botticelli, poseedor de un estilo basado en la elegancia del dibujo, la delicadeza del color y la belleza y melancolía de sus figuras, pero a la vez de mayor contenido. Es el primero en pintar temas mitológicos, inspirados por los humanistas, siendo La Primavera y el Nacimiento de Venus sus obras más destacadas. Otras escuelas se desarrollan sobre todo en la 2ª mitad de siglo: En la de Umbría, destacan Pietro Perugino, de composiciones ordenadas y simétricas y figuras de rostros dulces, que enseñará a su discípulo Rafael de Urbino, y Luca Signorelli, que practica una pintura dura y de gran fuerza expresiva, que en cierto modo anticipa a Miguel Ángel. En la de Padua la gran figura es Andrea Mantenga, uno de los más notables pintores del Quattrocento, caracterizado por el dominio del escorzo y la monumentalidad de sus figuras. Venecia inicia su florecimiento en el último cuarto de siglo, gracias especialmente a la obra de Giovanni Bellini, de exquisita técnica, y a un pintor foráneo, Antonello de Mesina, introductor de la técnica de la pintura al óleo. Ambos preparan el camino de la gran pintura veneciana del XVI, basada fundamentalmente en el color.
  • 13. PINTURA EN EL CINQUECENTO A) Conseguidas ya las búsquedas del XV, la pintura del Pleno Renacimiento se hace más natural y vital, menos intelectual. Momento de equilibrio; mayor monumentalidad, grandiosidad y simplificación: unificación del tema, supresión de escenas y personajes secundarios; las composiciones ganan en claridad; figuras o grupos inscritos en una pirámide o relacionadas entre sí con naturalidad. De acuerdo con el idealismo platónico, la figura humana se representa según un ideal de belleza, de máxima corrección formal, actitudes elegantes, flexibilidad en cuerpos y ademanes, tendencia al movimiento. Es la plenitud clásica. Los grandes maestros Leonardo, Rafael y Miguel Ángel -iniciador también del manierismo- coinciden en esos años. Tres genios de muy distinto concepto y sentimiento, con profunda repercusión en la historia del arte. Leonardo (1452-1519), fue un espíritu científico, abierto siempre a todos los conocimientos y en continua búsqueda. Dentro de la faceta artística, y partiendo de su condición de extraordinario dibujante, le preocupa la arquitectura, aunque no se conoce ningún edificio de su mano, e hizo escultura, aunque no se ha conservado, pero es fundamentalmente pintor. Sus ideas acerca de la pintura, que considera la principal de las artes, se explicitan en diversos escritos, reunidos en forma de tratado después de su muerte. Aportación fundamental es la definición de la perspectiva aérea, que se materializa en la utilización del sfumato, consistente en suavizar y matizar los contornos y los colores, de acuerdo con las modificaciones que la distancia y la atmósfera producen en nuestra percepción visual así de personas y objetos como del paisaje. Interesantes son también sus logros en la composición -muchas veces piramidal-, con figuras que se agrupan y se relacionan emocionalmente. Su obra pictórica no es larga pero abarca distintos géneros y técnicas -algunas incluso fallidas por su afán de experimentar- dentro siempre de un modo de hacer muy personal. Entre sus principales creaciones están: la Adoración de los Magos, obra inacabada pero que supone un gran avance frente al tratamiento que sus contemporáneos dan al mismo tema; la Última Cena para el convento de Santa María de las Gracias, en Milán, verdadero hito en esa iconografía; la Virgen de las Rocas y el grupo de Santa Ana, la Virgen y el Niño, paradigmas de su estilo más personal. Entre sus restantes retratos femeninos, delicados y elegantes, la llamada Gioconda, una pintura enigmática incluso en su protagonista, ha alcanzado la categoría de mito artístico. Es un retrato de gran sobriedad, envuelto en una atmósfera unitaria gracias al empleo riguroso del sfumato. Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564), pese a su manifiesta preferencia por la escultura, es genial también como pintor. Desdeñando el marco arquitectónico y paisaje, su interés se centra exclusivamente en la figura humana que concibe con potente anatomía, incluso la femenina, interesándose sobremanera por el desnudo, que representa con un profundo conocimiento anatómico. Al margen de algunas obras perdidas, de su mano se conservan numeroso y magistrales dibujos y una sola pintura de caballete: el llamado Tondo Doni (h.1503), una representación de la Sagrada Familia, la Virgen El Niño y San José, en la que se están ya presentes muchas de las características de su estilo como la precisión del dibujo, la brillantez del color y el gusto por la torsión de las figuras. La obra pictórica fundamental de M. A. corresponde a la decoración de la Capilla Sixtina hecha con la técnica del fresco. Entre 1508 y 1512, por encargo del papa Julio II, recubre la parte alta de las paredes y el techo de la capilla con un grandioso programa pictórico relativo al Antiguo Testamento. En los medios puntos y en los lunetos situados sobre ellos representa a los antecesores de Cristo dentro del pueblo judío. En los laterales del techo, compartimentado a través de marcos igualmente pictóricos, una secuencia de monumentales figuras de profetas y sibilas anuncian al Mesías mientras que en las pechinas de los ángulos se representan cuatro escenas de la historia del pueblo elegido; por fin, en la zona central del techo se suceden nueve escenas, alternativamente pequeñas y grandes, con historias del Génesis, seis de las cuales representan el inicio de la creación y las otras tres historias de Noé. Las escenas pequeñas están escoltadas por cuatro figuras masculinas desnudas, los “ignudi”, en los que M. A. despliega un variado repertorio de posturas y actitudes. Otras figuras de carácter más decorativo completan el grandioso conjunto. El artista comenzó a pintar las escenas centrales en sentido contrario a la narración: primero pintó las historias de Noé, que son las más cercanas a la puerta, y terminó con el comienzo de la creación, la “separación de las luces y las sombras”, que es la más próxima al altar, utilizando un estilo cada vez más suelto. Un cuarto de siglo después, el papa Pablo III encargó a M. A. el gran fresco de “El juicio final”, para la pared principal de la capilla, del que se ocupa entre 1536 y 1541. En torno a un Cristo de gran fuerza y aspecto iracundo, junto al cual la Virgen ejerce su papel de intercesora y al que rodean algunos santos, se agolpa la humanidad, dividida entre los salvados, que ascienden, y los condenados que se precipitan al infierno. Se cierra así el ciclo del tiempo, inaugurado por la creación. En esta ocasión M.A. acentúa los aspectos manieristas, con una cierta confusión estructural y un mayor rebuscamiento de posturas y actitudes. Hasta hace pocos años se había puesto en duda el interés de M A por el color, sin embargo, la restauración de la Capilla Sixtina, llevada a cabo entre 1980 y 1994, ha mostrado su enorme modernidad también en esta faceta, por la utilización de un rico y atrevido colorido que abre claramente el camino de la pintura manierista.
  • 14. Rafael Sanzio, o Rafael de Urbino (1483-1520), el tercero de los grandes pintores del Pleno R., también arquitecto, representa quizá como ningún otro artista el concepto de lo clásico. Tras un primer periodo en Perugia, en que se nota el influjo de Perugino, Rafael, asimilando las influencias de Leonardo -la composición piramidal y el sfumato- y de Miguel Ángel –monumentalidad- creó un estilo personal caracterizado por la perfección formal de sus figuras y la claridad y orden de sus composiciones, que desarrolla primero en Florencia y luego en Roma. Además de numerosísimas pinturas de caballete principalmente de tema religioso, en las que toca con singular belleza los temas marianos -Madonna de Foligno, Madonna Sixtina, Virgen de ka silla, entre otras-destaca en su obra la pintura al fresco de las llamadas “Estancias” de Julio II en el Vaticano, con monumentales composiciones para cuya realización, a partir de 1511 y hasta su muerte, contó con un organizado taller. Especial relevancia tiene la llamada estancia “Della Signatura”, o del Sello, en cuyas paredes se representan escenas que tiene que ver con la Verdad revelada, el Conocimiento racional, la Justicia y la Poesía, como elementos imprescindibles en la vida del hombre. El fresco de la Escuela de Atenas es una de las obras más representativas del Renacimiento. Otro apartado especialmente brillante de su producción es el del retrato, en el que supo aunar la perfección formal con la captación de la personalidad del retratado, desde el Papa y los dignatarios eclesiásticos hasta una mujer anónima. Sin embargo, en La Transfiguración, su última obra que dejó inacabada y en la que se hace notar el influjo de M. A., se atisban ya rasgos de un temprano manierismo hacia el que seguramente hubiese también evolucionado. Muero en plena juventud y gloria, fue enterrado en el Panteón de Roma. B) Manierismo supone la crisis del equilibrio clásico del Pleno Renacimiento. La pintura se intelectualiza, pierde naturalidad, clasicismo; se hace elitista y compleja: figuras alargadas, posturas rebuscadas, figuras helicoidales, colores caprichosos; composiciones más complejas y faltas de claridad compositiva. A la vez: extremado refinamiento, perfección técnica. Se podría hablar de dos formas de manifestar el manierismo, una caracterizada por refinamiento y preciosismo formal, que tiene importantes intérpretes en Florencia y Parma y se extiende al manierismo francés a partir del palacio de Fontainebleau, y otra que se desarrolla fundamentalmente en Roma, aunque se exportará a otros países, el llamado “manierismo romanista”, que copia y exageralas grandiosas anatomías miguelangelescas pero sin la profundidad del maestro. Entre los principales pintores manieristas destacan los nombres de Pontormo y Bronzino, en Florencia, y de Parmigianino, en Parma, todos artistas de gran calidad y personalidad definida. También a la escuela de Parma pertenece un pintor de difícil clasificación, Correggio, de obra variada, que en ocasiones podría entrar dentro del manierismo y en otras anticipa en cierto modo el barroco. C) La pintura veneciana. Durante el siglo XVI en Venecia conoce el desarrollo de una escuela pictórica de gran brillantez, que, en general, se mantiene al margen del manierismo y cuyo principal rasgo diferenciador es la importancia del color y la fusión entre paisaje y figura. Quien sienta las bases de la escuela veneciana en el Cinquecento es Giorgione (h.1477-1510), discípulo de Giovanni Bellini, artista de corta vida pero de enorme interés, cuya obra más conocida es La Tempestad, pero la gran figura es Tiziano (h.1490-1576). Asimismo discípulo de Bellini y colaborador de Giorgione, con cuyo estilo llega casi a mimetizarse en sus inicios, es el máximo representante de la pintura basada en la mancha de color por encima de la línea del dibujo. Artista triunfador, que tuvo la mejor clientela de Europa, Tiziano se caracteriza por la enorme vitalidad de su pintura, la brillantez del color, la sensualidad de sus figuras, la luminosidad de sus paisajes. Todos los géneros pictóricos, religioso, mitológico, alegórico, retrato, son tratados con igual maestría. No obstante, su larga vida le permitió evolucionar de modo muy notorio, desde una primera etapa en que el dibujo es aún muy rotundo hasta unos años finales, ya en su fecunda ancianidad, en que el artista atenúa la brillantez de su paleta y llega a aplicar la pasta pictórica con los dedos, como afirma uno de sus discípulos. Pintor favorito de los monarcas españoles Carlos V y Felipe II, la cantidad y calidad de sus obras que atesoraron las colecciones reales serviría de enseñanza a muchos pintores españoles, entre ellos al propio Velázquez. En general, Tiziano influyó de modo decisivo en la pintura del barroco europeo, como se demuestra en el caso de uno de sus máximos representas, Rubens. Notables pintores venecianos del XVI son asimismo Veronés (1528-1588), refinado colorista y autor de grandes composiciones en las que los temas religiosos se revisten de gran aparatosidad, con personajes elegantemente vestidos, lo que le ocasionó algún problema con la Inquisición, y, sobre todo, Tintoretto (1518- 1594), pintor de larga obra y variadas facetas, el único veneciano al que se puede calificar en algún sentido de manierista, especialmente por su caprichosa manera de utilizar la luz. Admirador confeso del dibujo de Miguel Ángel y el color de Tiziano, su enorme facilidad para pintar hace que su obra sea irregular en calidad. Obsesionado por la profundidad y el escorzo, sus composiciones, de notable originalidad, anticipan en ocasiones el barroco, ya incipiente.
  • 15. LOS PINTORES DEL RENACIMIENTO I.- QUATTROCENTO (SIGLO XV) A) Escuela Florentina: (En general: pintura racional; búsqueda de soluciones científicas) 1ª mitad (o 1ª Generación): 2 corrientes o líneas de actuación. a).- De tradición gótica: elegancia lineal, gracia decorativa, delicadeza de color - Gentile da Fabriano - Pisanello - Massolino da Panicale - Fra Angelico (1387/95-1455) b).- Corriente racional y científica: realismo,volumen, perspectiva, sobriedad expresiva y decorativa. - Masaccio (1401-1428) - Paolo Uccello (1397 1475) - Andrea del Castagno (1423 -1457) - Domenico Veneziano (h. 1410 -1461) - Piero della Francesca (h. 1415/20 -1492) - Fra Filippo Lippi (1406 -1469) 2ª mitad (o 2ª Generación). Tendencia a lo narrativo y lo decorativo: - Benozzo Gozzoli (1420 -1498) - Doménico Ghirlandaio (1449 -1494) - Sandro Botticelli (1445 -1510). (Su arte va más allá de lo narrativo) - Filippino Lippi (1457-1504) - Andrea Verrocchio (1435 - 1488) B) Escuela de Umbría (sólo 2ª mitad del siglo). Religiosa, paisajes abiettos y claros, dulzura: - Pietro Perugino (1446 -1524) - Bernardino Pinturicchio (1454 – 1513) - Lucca Signorelli (1441 – 1523) C) Escuela de Padua (A medio camino entre Florencia y Venecia: - Andrea Mantegna (1431-1506) D) Escuela de Venecia. 2ª mitad del siglo. Triunfo del Color y de la pintura al óleo - Jacopo Bellini (1429-1507) - Giovanni Bellini (1430-1516) - Vittore Carpaccio (h. 1455/60- 1526) - Antonello de Messina (1430-1479). No es veneciano pero influye notablemente en la escuela. II.- CINQUECENTO (SIGLO XVI) A) Los grandes maestros del pleno Renacimiento (No se puede mantener, salvo excepciones, la misma división en escuelas): - Leonardo (da Vinci) (1452-1519). Activo en Florencia y Milán, especialmente - Miguel Ángel (Buonarroti) (1475-1564). Florencia y, sobre todo, Roma. - Rafael (Sanzio o de Urbino) (1483-1520). Urbino, Florencia y Roma. B) El Manierismo. Existen varias escuelas, de las que sólo hemos estudiado Florencia y Parma. En Roma se da el “manierismo romanista”, basado en Miguel Ángel, con exaltación de la anatomía hercúlea, y Rafael. Entre sus representantes: Giulio Romano, Daniel Volterra, Vasari, etc. a).- Escuela de Florencia: Preciosismo formal, elegancia, refinamiento, cierta frialdad. - Andrea del Sarto (1486-1531). No es todavía claramente manierista - Jacopo Carucci “Il Pontormo” (1494-1556) - Agnolo Bronzino (1503-1572) b).- Escuela de Parma: Similar en las características: - Antonio Alegri “Il Corregio” (h.1489/94- 1534). (No es un manierista al uso; casi prebarroco) - Francesco Mazzola, “Il Parmigianino” (1503-1540)
  • 16. C) La Escuela de Venecia. Al margen del Manierismo; máximo esplendor. Grandes maestros.: -Giorgio Castelfranco, Giorgione (h. 11478-1510) - Tiziano (Vecellio) (h. 1490-1576) - Paolo Cagliari “Il Veronés” (1528-1588) - Jacopo Robusti “Il Tintoretto” (1518-1594) PINTURA DEL RENACIMIENTO FUERA DE ITALIA. SIGLO XVI A) Países Bajos (Holanda y Bélgica). Realismo burgués, representación detallada; menos idealismo - Peter Brueghel, el Viejo (1528/30- 1569) - Joaquín Patinir (1480-1524) - Jan Gossaert, llamado Mabuse (h. 1478-1532) B) Alemania. Caracterizada especialmente por el expresionismo - Mathías Grünewald (h.1470/80-1528) - Alberto Durero (1471-1528). Figura capital, equiparable a los grandes maestros italianos. - Albrecht Aldorfer (h. 1480-1538) - Hans Holbein el Joven (1497/8-1543)