El documento es una reflexión de una persona mayor sobre el envejecimiento. Defiende que a pesar de haber participado en la revolución cultural de los 60, los mayores no son responsables de la pérdida de valores como la cortesía, el compromiso familiar y la dedicación al aprendizaje. Aunque ya es mayor, la persona aún disfruta bailar con sus amigos y recuerda con cariño su juventud.