La atención del lector se ve afectada por el abuso de la realidad virtual de tres maneras: 1) Si se pasa demasiado tiempo en internet y redes sociales en lugar de leer, el cerebro se acostumbra a pensar de forma más superficial; 2) La lectura profunda se convierte en un esfuerzo en lugar de ser natural; 3) Con el tiempo, la mente rechaza los esfuerzos intelectuales complejos como la lectura profunda de libros.
2. ¿SE PRODUCE UNA AFECTACIÓN DE
LA ATENCIÓN DEL LECTOR POR EL
ABUSO DE LA REALIDAD VIRTUAL?
Si se produce una afectación de la atención del
lector por el abuso de la realidad
virtual. Lógicamente, si se abusa de esta
realidad virtual del internet, las redes sociales,
etc. pues todo ello en abuso o exceso es dañino,
ya que no es verdad que el Internet sea sólo una
herramienta sino que es un utensilio que pasa a
ser una prolongación de nuestro propio cuerpo,
de nuestro propio cerebro, el que, también, de
una manera discreta, se va adaptando poco a
poco a ese nuevo sistema de informarse y de
pensar, renunciando poco a poco a las funciones
que este sistema hace por él y, a veces, mejor
que él.
3. ¿DE SER POSITIVA SU RESPUESTA,
SEGÚN EL AUTOR, COMO SE
PRODUCE?
Según Nicholas Carr señala "Pierdo el sosiego y el hilo, empiezo a
pensar qué otra cosa hacer. Me siento como si estuviese siempre
arrastrando mi cerebro descentrado de vuelta al texto. La lectura
profunda que solía venir naturalmente se ha convertido en un
esfuerzo".
También sostiene que un buen día descubrió que había dejado de ser
un buen lector, y, casi casi, un lector. Su concentración se disipaba luego
de una o dos páginas de un libro, y, sobre todo si aquello que leía era
complejo y demandaba mucha atención y reflexión, surgía en su mente
algo así como un recóndito rechazo a continuar con aquel empeño
intelectual.
Como nos dice el Autor de este artículo con el pasar del tiempo,
hemos ido haciéndonos y creyendo la idea de que la tecnología es la
forma más fácil y rápida de operar en todos los ámbitos de nuestras
vidas desde el trabajo, hasta labores simples de nuestra casa. No se
trata de menos preciar a la tecnología, si no de ser conscientes de que
un página web no reemplaza un libro.