El libro de Hageo exhorta a los judíos a reanudar la construcción del Templo en Jerusalén, el cual habían descuidado. Hageo les recuerda su deber de glorificar a Dios mediante la edificación del Templo, y los consuela diciendo que aunque no sea tan magnífico como el de Salomón, Dios bendecirá su obra. Hageo también anuncia la futura gloria del Templo y la bendición de Dios sobre su pueblo.