2. ELABORACIÓN DEL DUELO
• El duelo se define como el proceso natural
y doloroso que vive la persona que pierde
a un ser querido.
• Cuando el proceso es muy intenso,
duradero y altera de forma notable la vida
cotidiana es recomendable acudir a un
especialista.
3. • En la elaboración del duelo, que es el
proceso emocional a través del cual se
asume el mismo (DESAPEGO), pueden
definirse cuatro fases.
• Negación
• Añoranza y apatia, irritabilidad
• Aceptación
• Asunción de la ausencia
4. ETAPAS O FASES DEL DUELO
I. DUELO ANTICIPADO: se caracteriza
por un shock inicial ante un diagnóstico y
negación de la muerte próxima, con
ansiedad y miedo, dejando profundas
huellas en la memoria.
5. II. DUELO AGUDO: el momento de la muerte
y siguientes momentos. Es un tiempo de
catástrofe psicológica. A veces aparecen
vértigos, náuseas u otras alteraciones
neurofisiológicas como temblor, alteración del
ritmo cardíaco. Esta fase se caracteriza por:
• Sensibilidad anestesiada, a nivel afectivo.
• El intelecto está paralizado, inhibido, a nivel
intelectual.
• Sentimientos embotados, a nivel fisiológico.
Dura desde el anuncio de la muerte hasta
aprox. La celebración de los rituales.
6. • III. DUELO TEMPRANO:
• se caracteriza por la negación, por
estallidos de rabia y de momentos de
dolor intenso, profundo sufrimiento y
llanto.
• Suele durar desde semanas hasta tres
meses después de la muerte.
7. IV. DUELO INTERMEDIO O ETAPA
CENTRAL: no se tiene la protección de la
negación del principio, ni el alivio del paso de
los años.
Es un periodo de tormenta emocional y
vivencias contradictorias, de búsqueda, de
culpa y autorreproches, donde continúan los
momentos de dolor intenso y llanto, se
reinicia la vida cotidiana, donde se comienza
a percibir progresivamente la realidad de la
muerte, también es un tiempo de soledad,
aislamiento y pensamientos obsesivos.
8. V. ETAPA FINAL O PERIODO DE
RESTABLECIMIENTO: el sujeto ya es
capaz de volver a sentir nuevos deseos. Este
periodo se manifiesta por el desarrollo de
nuevas relaciones sociales, se separa de los
objetos del fallecido, acepta salir y ver
progresivamente a parientes y amigos y a
estableces nuevas relaciones..
9. • El estado depresivo desaparece, el dolor y la
pena van disminuyendo, el sujeto
experimenta un alivio. El proceso de duelo
se detiene. Los recuerdos son cada vez
menos dolorosos y se asume el seguir
viviendo.
• Esta etapa dura entre meses y años,
normalmente entre 1 y 2 años.
10. • Los objetivos del Duelo:
• 1.- Aceptar la realidad de la pérdida
• 2.- Dar expresión al propio duelo: La consciencia, la
comprensión, la aceptación, la expresión, la integración.
• 3.- Adaptarse al ambiente en el cual el difunto ya no está
presente: La consternación y el abatimiento que
acompañan a una pérdida significativa son reacciones
comprensibles, pero el apartarse del mundo no beneficia
en absoluto. Se deben afrontar los retos que se planteen
en una vida distinta.
• 4.- Invertir la energía emotiva en otras relaciones.
• 5.- La superación del duelo: En general, se puede
afirmar que se ha superado el duelo cuando existe la
capacidad de recordar y de hablar de la persona amada
sin llorar ni desconcertarse y cuando se es capaz de
establecer relaciones nuevas y de aceptar los retos de la
11. ¿CÓMO ENTIENDEN LOS¿CÓMO ENTIENDEN LOS
NIÑ@S LA MUERTE?NIÑ@S LA MUERTE?
¿CÓMO SE LES PUEDE
ACOMPAÑAR? (w. kroen)
12. El niño menor de 2 añosEl niño menor de 2 años
El niño menor de 2 años no entiende lo que
significa una muerte, pero si responde con llanto e
irritabilidad ante la pérdida de un ser cercano a él.
Su reacción es directamente proporcional a los de
los adultos en su entorno.
Viven el abandono. ¿movimiento interrumpido?
El niño puede dejar de comer y su genio puede
verse afectado. Su comportamiento, en general,
puede cambiar. Es importante estar cerca a el niño,
tratar de no alterar mucho sus rutinas y mantener
dentro de lo posible la normalidad.
13. 2-5 AÑOS2-5 AÑOS
• Los niñ@s de estas edades tienden a ser egocéntricos y
extremadamente curiosos.
• Cualquier cosa que digas a un niño de 2 a 5 años de edad,
se lo tomará de un modo muy real.
Unas explicaciones o un lenguaje indirecto le confundirán y
es posible que aumenten la ansiedad y miedo que siente.
• Los niños de estas edades perciben la muerte como un
estado temporal. Pueden equipararla a una forma de
dormir. En su mente, la persona que ha muerto sigue
comiendo, respirando y existiendo, y se despertará en algún
momento para volver a llevar una vida completa.
14. Qué decirlesQué decirles
• Darles las explicaciones con hechos auténticos y
con la realidad.
• Defíneles la muerte como el hecho de que el
cuerpo se detiene del todo. Exponles con claridad
y de un modo concreto, que el estado de la muerte
no es una especie de sueño, el cuerpo no volverá
ya a despertarse. Haz hincapié en la palabra «del
todo».
• Las personas o los animales suelen morir «cuando
son muy, muy, muy, muy mayores». Usar múltiples
«muy» implica que la mayoría de los humanos
gozan de larga vida y llegan a la vejez.
15. 6-9 años6-9 años
• Capacidad para conceptualizar el hecho de la
muerte.
• Pueden experimentar un sentimiento de culpa.
• Aunque se aferren a alguna de sus fantasías,
son capaces de captar la realidad y el carácter
definitivo de la muerte.
• Temor a morirse pronto o que lo hagan los
demás.
• Tienen miedo de que los niños de su edad los
consideren «diferentes» porque alguien de su
familia haya muerto.
16. Qué decirlesQué decirles
• Sé abierto y sincero. Explícale las causas de la
muerte de una forma sensible pero basada en
los hechos. Los niños de estas edades desean y
necesitan saber cuál ha sido la causa de la
muerte.
• Observa atentamente sus reacciones
emocionales. Hablar con ellos sobre sus miedos
y preocupaciones. céntrate en escucharlos,.
Deja que hablen libremente, en lugar seguro,
sin interrupciones.
17. Preadolescentes 10-12 añosPreadolescentes 10-12 años
• Su concepto de la muerte se parece al de los adultos,
saben que la muerte es permanente. Pueden captar el
significado de los rituales, comprender cómo ocurrió la
defunción y entender el impacto que esta pérdida ejerce en
ellos y en su familia.
• Algunos preadolescentes pueden negar que la muerte haya
cambiado sus vidas e insistir en que “no sienten nada” o “no
les importa”, y mostrar despues una colera inusitada o
incluso una conducta violenta.
• Tienen un sentimiento mucho más acusado de su
mortalidas. Lo estuidos han demostrado que piensan sobre
su propia muerte pero que a menudo bloquean o subliman
estos sentimientos para evitar afrontarlos.
18. Qué decirles (10-12)Qué decirles (10-12)
• Dales la oportunidad de expresar sus sentimientos, lo cual puede
significar dejarlos solos con sus pensamientos y con fotografías,
música u otras pertenencias del ser amado fallecido. Ofréceles
después la oportunidad de conversar.
• Explícales que continuas a su lado para cuidar de ellos.
• Invítalos a compartir sus preocupaciones acerca del futuro y
tranquilízalos.
• Responde a sus preguntas de la manera más abierta y sincera que
puedas, y dales detalles específicos cuando sea adecuado.
• A los preadolescentes que niegan la muerte del ser querido,
ofréceles frases realistas sobre cómo la vida será distinta sin él, pero
poniéndoles al mismo tiempo ejemplos de que la vida va a continuar
como antes.
19. LOS ADOLESCENTESLOS ADOLESCENTES
• Son capaces de pensar en abstracto y de razonar. Tienen
un sentido de sí mismos y del lugar que ocupan en la
sociedad. La muerte representa lo más opuesto a todo
aquello que es importante para ellos en ese punto de
sus vidas.
• La comprensión que tienen de la muerte es comparable a
la de un adulto, pero su estado emocional está
constantemente agitado y cambiando. Por un lado, como
abrazan la vida plenamente —y están convencidos de su
inmortalidad y omnipotencia— les resulta difícil aceptar
la muerte. Y por otro, el trauma de la muerte tiende a
aumentar la agitación emocional que experimentan. Sus
reacciones pueden variar ampliamente y cambiar.
• Es posible que su primera respuesta a ella sea
preguntarse: «¿Cómo va a afectarme esto a mí, a mi
vida y a mis planes?». No están siendo egocéntricos, sino
que tan sólo son unos adolescentes.
20. ¿Cómo viven la pérdida?¿Cómo viven la pérdida?
• La muerte constituye un shock en su fundamental sistema de vida.
• La mayoría de adolescentes no se permiten llorar, sobre todo en
presencia de chicos de su edad. Las chicas tienden más a mostrar sus
emociones y buscar consuelo y apoyo en los miembros de la familia y
en las amigas.
• Muchos adolescentes adoptan en cierto modo una actitud cínica o
pesimista ante la vida en general, y una muerte puede aumentar estos
sentimientos. En cambio, los adolescentes que ven claramente que la
muerte forma parte del proceso de la vida son capaces de hablar sobre
la muerte, llorar, y de dar y recibir apoyo.
• Después de la muerte de un ser querido, muchos adolescentes cuidan
de sus familias.
• El sentimiento de culpa adquiere una nueva dimensión durante la
adolescencia. Es posible que sea demasiado doloroso para hablar de
ello, y algunos adolescentes sacan la conclusión de que en cierto modo
estas disputas han contribuido a la muerte del ser querido.
21. ¿Sugerencias para los
Padres y las Madres
• 0.- Mostrar nuestra tristeza y Dar el Mensaje
“Derecho a estar triste, derecho a estar
alegre”
• 1. Estar a su lado dándole apoyo.
2. Hacerle entender que los síntomas físicos
pueden ser parte del duelo.
3. Darle respuestas honestas a las preguntas
que tengan.
4. Ayudarle a entender que la rabia es parte del
duelo.
22. • 5. Hablar abiertamente sobre los recuerdos,
buenos y malos.
6. Hacerle ver que él no tuvo la culpa de nada.
7. Modelar sentimientos normales de duelo para
que no se avergüence de su llanto o tristeza.
8. Estar disponible para sus inquietudes.
9. Mostrarle la realidad. El duelo es doloroso y no
hay que rescatarlo de su dolor.
•
10. Entender que el dolor le impide una buena
concentración. Se va a afectar su ejecución
escolar.
23. • 10. Entender que el dolor le impide una buena
concentración. Se va a afectar su ejecución escolar.
11. Propiciar expresiones de su dolor. Ayudarles a
despedirse de la persona escribiéndole una carta,
pintándole un dibujo o como el niño lo quiera hacer.
12. Permitirle asistir a las ceremonias de despedida. En
caso de niños pequeños, es mejor dejarlos en casa si no
quieren asistir.
13. Entender que un proceso de duelo se demora y que
cada quien lo hace a su manera. Respetar las diferencias
individuales y no comparar ni hablar de que este ha sido
mas fuerte o viceversa.
14. Escucharle con sus oídos, ojos y, más que nada, con el
corazón.
15. Manifestarle un apoyo y un amor incondicional.
24. • Los más comunes mecanismos psíquicos de
defensa son los siguientes:
• - El rechazo: Se niega la realidad. Uno se resiste
a afrontar experiencias dolorosas.
• - La represión: Es la remoción, en el ámbito de
la conciencia, de hechos o estados de ánimo que
comportan ansiedad. El mecanismo impide que
los sentimientos salgan a flote.
• - La fijación: Es un parón en el desarrollo
evolutivo, que se manifiesta con ideas obsesivas.
25. • - La racionalización: Es un mecanismo que se
adopta frecuentemente para controlar la dimensión
emotiva; quien lo usa, privilegia la dimensión
racional y no permite que emerjan los sentimientos.
• - El aislamiento: La persona tiende a retirarse y se
niega a establecer relaciones con los demás. El
aislamiento se encuentra también en el mismo
interior de la persona cuando se da una separación
entre sus planos emotivo e intelectual.
• - La regresión: Vuelta a un estadio de
comportamiento anterior. (Divorcio de Elgoibar)
26. • - La somatización: Es un mecanismo por el que la
tensión no es liberada, sino absorbida por el organismo, el
cuerpo, paga el precio por la incapacidad del individuo de
canalizar sus energías y emociones al exterior.
• - La identificación: Es un proceso psíquico de unificación
con el difunto, la persona no vive su historia o proyecto
existencial, sino el del otro (El cuento de Larrai)
• . Se debe tomar conciencia de los problemas planteados
por la rigidez de los mecanismos de defensa, la capacidad
de desarrollar actitudes y comportamientos constructivos y
el recurso a la ayuda profesional, para facilitar una
recuperación gradual de una condición problemática de
duelo.