1. El Cabañal antiguamente era un pueblo marinero donde la gente vivía en
barracas, que actualmente se han sustituido por casas y fincas de poca altura.
Ahora es un barrio que pertenece a Valencia y está situado en la costa.
En el 1998, el Ayuntamiento de Valencia creó el proyecto Cabañal-Cañamelar
que consistía en prolongar la Avenida Blasco Ibáñez, teniendo que derribar así
parte del barrio del Cabañal.
Desde ese momento los vecinos se dividieron en dos bandas: los que estaban
a favor de este proyecto y los que estaban en contra.
Entonces, estos vecinos, empezaron a expresar su opinión protestando:
colgaban pancartas, pintaban grafitis, recogían firmas y convocaban
manifestaciones.
Para llevar a cabo este proyecto, el Ayuntamiento decidió no dejar hacer
reformas en las casas del barrio para que este se fuera degradando poco a
poco, se instalara mala gente y los vecinos se fueran.
Después de esto, el 22 de abril de 1998, los vecinos, comerciantes, partidos
políticos en la oposición y entidades culturales que estaban en contra crearon
la “Plataforma Salvem el Cabanyal” para evitar la prolongación de la Avenida
Blasco Ibáñez. También solicitaron un Plan de Conservación y Rehabilitación
del barrio, sin recibir respuesta alguna por parte del Ayuntamiento de Valencia,
que ni siquiera accedió a reunirse con ellos.
Los vecinos que estaban a favor también decidieron crear su plataforma “Sí
volem prolongació”. Esta plataforma vecinal, ha conseguido recoger 11.000
firmas apoyando la apertura de Valencia al mar.
Con esto llegamos a la conclusión de que los vecinos del Cabañal no han
dejado de luchar por sus derechos y hogares.
El proyecto de prolongación de la Avenida Blasco Ibáñez pasa por encima de la
cultura y de las leyes, así como de la voluntad y forma de vida de un pueblo. En
lugar de recuperar y conservar una zona con futuro como centro de atracción
cultural y turística.
Si se conservara y rehabilitara el barrio del Cabañal podría llegar a convertirse
en un reclamo turístico de gran interés, además de un barrio residencial para
2. las generaciones futuras. Su destrucción supondría para Valencia un paso más
hacia la pérdida total de su identidad.