El documento describe un proyecto para mejorar los valores en una escuela primaria peruana. El proyecto busca desarrollar valores como la autoestima, el respeto y la aceptación de los demás a través de actividades dentro y fuera del aula. El marco teórico explica la importancia de los valores y cómo se enseñan de manera integral a través de lo afectivo, cognitivo y conductual. El propósito es definir claramente los valores objetivos del proyecto antes de implementar cualquier metodología.
1. I. Desarrollo del Proyecto:
1.1. Situación Problemática:
En el Perú, en los últimos años se ha puesto de manifiesto
profundos conflictos éticos – valorativos de sus ciudadanos. Por
ello, el desarrollo moral de los estudiantes debe darse en espacio
más allá de las aulas (casa comunidad)
Por lo consiguiente los valores son i9mportantes en cada una de
las reas en el diseño curricular.
Con la finalidad de revertir esta situación y asumiendo que las
experiencias de crisis son oportunidades de crecimiento
individual y colectivo, estos referentes nos permiten trabajar,
desde la educación, una formación orientada al desarrollo de
valores.
Hemos constatado que en la I.E. “Juan Manuel Iturregui” está en
carencia de valores. Es por ello que creemos conveniente realizar
el Proyecto Comunal “Cultivando los Valores”, con el fin de que
los niños y niñas de esta Institución Educativa rescaten sus
valores.
Por este motivo el grupo de estudiantes de la Universidad Nacional
“Pedro Ruiz Gallo”, hemos constatado a través de observación
que necesitamos atender el problema de valores. Enfatizando el
desarrollo de la autoestima, expresa su sentimiento de pertenencia
a un grupo social y cultural. Es necesario que los estudiantes
desarrollen sentimientos de aceptación y reconocimiento de las
otras personas como diferentes e igualmente valiosas.
1.2. Objetivos:
1.2.1. Generales:
Mejorar el aspecto afectivo de los estudiantes,
expresando sus sentimientos, sus emociones de
una manera positiva mediante valores.
1.2.2. Específicos:
Lograr que los estudiantes pongan en práctica su
aceptación y valoración de una manera positiva
construyendo su identidad.
Desarrolla hábitos de valores
2. Elaborar normas, cuentos, etc., de valores dentro
del aula.
1.3. Metas:
1.3.1. Los valores permiten construir en los estudiantes una
identidad de respeto.
1.3.2. Los alumnos darán a conocer los valores aprendidos a
través de trípticos, carteles, pancartas, teatro, etc.
1.4. Justificación:
El compromiso que tiene el docente, es dar a conocer la
importancia que tiene los valores para los alumnos de 4º grado de
la Institución Educativa “Juan Manuel Iturregui”, siendo la base
fundamental para su propia identidad.
1.0. Marco teórico.
1.1. Valores:
La palabra valor viene del latín valor,valere (fuerza, salud, estar sano, ser
fuerte). Cuando decimos que algo tiene valer afirmamos que es bueno,
digno de aprecio y estimación. En el campo de la ética y la moral, los
valores son cualidades que podemos encontrar en el mundo que nos
rodea. En un paisaje, por ejemplo (un paisaje hermoso), en una persona
(una persona solidaria), en una sociedad (una sociedad tolerante), en un
sistema político (un sistema político justo), en una acción realizada por
alguien (una acción buena), y así sucesivamente.
Valores son aquellas cualidades, propiedades o virtudes morales que
son propios e inherentes en los integrantes de una sociedad, lo que los
distingue como personas íntegras para desempeñar cualquier oficio,
cargo, estudios o profesión, con excelencia cualitativa en lo moral, lo
ético, lo deontológico y obviamente en su propia capacidad personal.
El Valor o los Valores son tocias aquellas cualidades que hacen
que las personas o cosas sean positivas o buenas.
Los Valores (debemos entenderlo) nos conducen a la felicidad que
significa ser personas logradas, en paz, sin causar daño ni
perjuicio a nadie.
1.2. Enseñando valores.
3. Los padres y maestros, son los responsables de reavivar la llamada
votiva que significan los valores humanos, para hacer de nuestros hijos
unos seres superiores y, con ello, apuntar a una sociedad más justa y
renovada en sus aspiraciones de desarrollo.
1.3. Clasificación de los valores:
Aunque son complejos y de varias clases, todos los valores coinciden en
que tienen como fin último mejorar la calidad de nuestra vida, la
clasificación más extendida es la siguiente:
Valores biológicos.- Traen como consecuencia la salud, y se
cultivan mediante la educación física e higiénica.
Valores sensibles.- Conducen al placer, la alegría, el
esparcimiento.
Valores económicos.- Proporcionan todo los que nos es útil; son
valores de uso y de cambio.
Valores estéticos.- Nos muestra la belleza en todas sus formas.
Valores intelectuales.- Nos hacen apreciar la verdad y el
conocimiento.
Valores morales.- Su práctica nos acerca a la bondad, la justicia, la
libertad, la honestidad, la tolerancia, la responsabilidad, la
solidaridad, el agradecimiento, la lealtad, la amistad y la paz, entre
otros.
Los valores morales, una cuestión de humanidad.- De la anterior
tabla los más importantes son, sin duda, los valores morales, ya
que estos les dan sentido y merito a los demás. De poco sirve
tener muy buena salud, ser muy creyente o muy inteligente o vivir
rodeado de comodidades y objetos bellos si no se es justo, bueno,
tolerante u honesto, si se es una mala persona, un elemento
dañino para la sociedad, con quien la convivencia es muy difícil.
La falta de valores morales en los seres humanos es un asunto
lamentable y triste precisamente por eso porque los hace menos
humanos.
1.3.1. Valores morales:
Los significados de las palabras moral (del latín mores, costumbres) y
ética (del griego ethos., morada, lugar donde se vive) son muy parecidos
en la práctica. Ambas expresiones se refieren a ese tipo de actitudes y
4. comportamientos que hacen de nosotros mejores personas, más
humanos. Si bien la moral describe los comportamientos que nos
conducen hacia lo bueno y deseable, y la ética es la ciencia filosófica que
reflexiona sobre dichos comportamientos, tanto una como otra nos
impulsan a vivir de acuerdo con una elevada escala de valores morales.
Los valores morales son los que orientan nuestra conducta, en base a
ello decidirnos cómo actuar ante las diferentes situaciones que nos
plantea la vida. Se relacionan principalmente con los efectos que tiene lo
que hacemos en las otras personas, en la sociedad o en nuestro ambiente
en general. De esta manera, si deseamos vivir en paz y ser felices,
debemos construir entre todos una escala de valores que facilite nuestro
crecimiento individual para que, a través de él, aportemos lo mejor de
nosotros a una comunidad que también tendrá mucho para darnos.
Son, pues, tan humanos los valores, tan necesarios, tan deseables, que lo
más natural es que queramos vivirlos, hacerlos nuestros, defenderlos en
donde estén, en peligro o inculcarlos en donde no existan. En este punto
es donde intervienen la moral vía ética.
1.4. Tipos de valores:
Responsabilidad.- Es la conciencia acerca de las consecuencias que tiene
todo lo que hacemos o dejamos de hacer sobre nosotros mismos o sobre
los demás.
Puntualidad.- Es una norma básica de educación. Consiste,
sencillamente, en respetar los acuerdos de tiempo que establecemos con
otras personas. Las personas puntuales demuestran, por el solo hecho
de estar siempre a tiempo que consideran y respetan a los demás.
Además, dejar en claro algo muy importante que son dignos de confianza.
Gratitud.- El agradecimiento surge cuando una persona se siente en
deuda con otra por que le ha procurado algún bien, le ha prestado un
servicio o le ha hecho algún regalo. No se trata de devolver favor con
favor ni regalo con regalo, sino de sentir y expresar admiración y gratitud
por las cualidades humanas de quienes nos honran con sus dones.
Honestidad.- Quien es honesto no toma nada ajeno, ni espiritual ni
material; es una persona honrada.
5. Humildad.- Es la conciencia que tenemos acerca de lo que somos, de
nuestra fortaleza y debilidades como seres humanos y que nos impide,
por lo tanto, creernos superiores a los demás.
Tolerancia.- Es la expresión más clara del respeto por los demás y, como
tal, es un valor fundamental para la convivencia pacífica entre las
personas. Sin embargo, debemos ser tolerantes, pero no pasivos.
Solidaridad.- Es cuando se persigue una causa noble y justa, cambia el
mundo, lo hace mejor, más habitable y más digno.
Justicia.- Consiste en conocer, respetar y hacer valer los derechos de las
personas.
1.5. Importancia:
De los valores depende que llevemos una vida grata, alegre, en armonía
con nosotros mismos y con los demás; una vida que valga la pena ser
vivida y en la que podamos desarrollarnos plenamente como personas.
Cada ser humano para serlo plenamente, debería ser libre y aspirar a la
igualdad entre los hombres, ser solidario y respetar activamente su
propia persona y a los demás, trabaja por la paz y por el desarrollo de los
pueblos, conserva el medio ambiente y entregarlo a las generaciones
futuras, hacerse responsable de aquello que se le ha sido encomendado.
2.0 LA. FORMACIÓN DE VALORES DESDE LA UNIDAD DE LO AFECTIVO, LO
COGNITIVO Y LO CONDUCTUAL
El proceso pedagógico ha tenido una marcada influencia de la Educación
Tradicional, caracterizado por el papel central del maestro como transmisor
de conocimientos, hasta las concepciones más actuales que lo conciben
como un todo y donde se revela con un carácter determinante la integración
de lo afectivo y lo cognitivo; la instrucción y la educación; la actividad y la
comunicación; de las influencias educativas; del carácter científico e
ideológico; la vinculación de la educación con la vida y del estudio con el
trabajo, así como, el principio de la personalidad y del carácter colectivo e
individual de la educación (Ortiz y Marino, 1996); como principios didácticos
pedagógicos que consolidan no sólo el desarrollo intelectual de los
escolares sino sus sentimientos, emociones, valores, formas de pensar y
actuar.
Las investigaciones efectuadas acerca del estado actual del proceso de
enseñanza aprendizaje "muestran aún el predominio en nuestras aulas de un
proceso con un carácter esencialmente instructivo, cognoscitivo, en el cual
se centran las acciones principales en el maestro y en menor medida en el
6. alumno" (Rico y Silvestre. 1999; 2), y donde el factor afectivo y el conductual,
en ocasiones, se relegan a un segundo plano.
La tendencia a separar la educación de la instrucción, a no aprovechar las
potencialidades que brinda el contenido como proceso en sí para incidir en
la formación de sentimientos y valores, ha traído como consecuencia que el
escolar tenga muy pocas posibilidades de proyectarse en las actividades
curriculares, de participar de forma activa e independiente, de plantear sus
puntos de vista, intereses y valoraciones acerca de todo lo que le rodea, que
tengan un significado, una repercusión social o un valor para ellos.
La unidad de lo afectivo y lo cognitivo como principio didáctico para la
formación de valores juega un papel fundamental por la significación y
conocimiento que se promueve en el escolar. En la formación de valores
influyen las emociones y reflexiones que el sujeto experimenta en sus
relaciones con los otros. Es en este proceso donde él construye y desarrolla
sus propios valores personales, que aunque tienen una base social,
responden a su desarrollo intelectual, emocional y conductual.
Lo que constituye sentimientos y cualidades para unos, es objeto de
aprendizaje para otros, formaciones complejas que se logran mediante el
componente cognitivo. Además, hay un proceso formativo en el que
interactúan lo cognitivo, lo afectivo y lo conductual, donde existen motivos y
aspiraciones, ideales, valoraciones y conductas que en gran medida
conforman la formación de los valores como núcleo central de la
personalidad humana.
El niño no nace con esos valores, se forma a lo largo de un proceso de
interacción social, donde la familia primero y luego la escuela y la sociedad,
en general, desempeñan papeles decisivos cuando son portadores de los
modelos sociales que se desean transmitir. La importancia conferida a la
unidad de lo afectivo, lo cognoscitivo y lo conductual fue tratada con
particularidad por psicólogos y pedagogos de diferentes latitudes
(Bozhovich, Ananiev, Vigotsky, Rublnstein).
Vigotsky (1896-1934) se orientó hacia el descubrimiento de las funciones
psíquicas superiores (cognoscitivas) y también se pronuncio por la
importancia de tener en cuenta los aspectos afectivos. Veía en la vivencia, la
expresión del medio, lo experimentado por el niño y al mismo tiempo lo que
éste es capaz de aportar a esta vivencia. Expuso el papel de la misma en el
desarrollo psíquico del niño y relacionó este término con el concepto de
situación social del desarrollo.
2.1 Propósito:
7. Muchas de las personas que trabajan en esta hermosa tarea de educar para
los valores y formar actitudes olvidan este punto: el punto primero. De una
vez, se lanzan al agua Sin pensarlo por un minuto, eligen una metodología e
inician el programa Grave error
Existe una sencilla explicación de este apresuramiento. Al ser la
preocupación básica de los maestros el cómo hacer o cómo dictar sus
clases, una vez descubren o intuyen un método, se lanzan a aplicarlo,
saltándose la fase fundamental: definir hacia qué valores o actitudes en
particular se orienta o deberla orientar el programa.
Más aún, como consecuencia de estas prácticas, en la planeación curricular
o programática para utilizar un término menos cargado valorativamente
hablando se han dejado por fuera los tres componentes principales y previos
de todo quehacer educativo: a) los propósitos educativos reales hacia los
cuales se orienta el programa, b) los contenidos, los valores, que se anhelan,
y e) la secuencia según la cual han de perseguirse los propósitos qué es
primero, qué debe continuarle, qué ir en tercer lugar, etc.
Quienes prescinden de estos importantes aspectos han omitido «definir los
propósitos (perfiles valorativos y actitudinales)» y al hacerlo actúan como el
capitán del barco, que sin mapa y sin brújula se echa al mar. Es cierto, el
capitán ya posee el barco (la metodología y los recursos), pero le falta lo
principal, decidir hacia dónde, hacia qué puerto lejano desea enrutar su
barco. Al cabo de los días lo más seguro es que no sepa dónde se
encuentra, ni para donde marcha. Nunca llegará a ningún sitio, al menos no
al sitio elegido, pues no ha elegido sitio hacia el cual enrumbar su barco
Igual ocurre con los maestros que se embarcan en la tarea loable de formar
valores y actitudes sin antes haber elegido cuáles serán los valores que
orientarán su actividad. Grave omisión. Es imposible navegar en dirección
de todos los puntos cardinales: es imposible formar todos los valores; es
necesario, optar y elegir unos
Recientemente, asesorando a uno de los grupos adelantados de maestros en
programas orientados a la formación de valores, solicité que, en una hoja en
blanco, los participantes simplemente escribieran las diez actitudes, que de
poseerlas alguno de los bachilleres de su colegio en alta medida pudiesen
darse por bien servidos en su labor Formativa y felices como maestros
La sorpresa fue grande. Entre cuarenta maestros, las respuestas Indicaban
la presencia de más de cien actitudes claramente diferentes. Es decir, entre
ellos mismos, formadores de valores, no existía la mínima coherencia. Como
el capitán del buque, navegaban hacia las más dispares y disparatadas
8. direcciones: hacia más de cien direcciones diferentes. Casi ninguno de los
cien valores o actitudes alcanzó a convocar más de diez votos. La dispersión
resulta impresionante ¿Qué ocurriría al Formular un ejercicio semejante a
maestros cualesquiera (ya lo estoy haciendo), o a enfermeras o a
industriales o a profesores universitarios? Seguramente la heterogeneidad
aumentaría centenares de veces hasta provocar el caos total ¿Será acaso
posible formar valores si ni siquiera sabemos qué valores en concreto
pretendemos formar?
No existe el más mínimo acuerdo entre los formadores de valores. Es eso
algo muy grave y origina nefastas consecuencias sobre nuestros niños y
jóvenes educandos Así es imposible comenzar un programa... Preferible
seria no hacer nada, en lugar de aumentar la confusión entre los muchachos.
Hechas las salvedades anteriores, ha de resultarle a usted clara y categórica
la importancia de establecer cuáles valores apuntará a formar o a promover
el programa diseñado, antes de principiar el proceso educativo. Y aquí
comienzan también los problemas, los dilemas y las preguntas.
¿Anhelo formar muchachos autónomos? ¿O creativos? ¿O responsables?
¿O altruistas? ¿O cooperativos? ¿O competitivos? ¿O con capacidad de
liderazgo? ¿O buscadores de reconocimiento? ¿O con autoestima? ¿O
ecuánimes? ¿Objetivos? ¿Justos? ¿O busco formar personas sensibles,
apasionadas, emotivas, entusiastas? ¿Cuáles de todas dichas virtudes, o de
otras, pretendo que arraiguen en el corazón de mis muchachos? Sí,
¿cuáles?...