Contextualización y aproximación al objeto de estudio de investigación cualit...
Los sofistas y sócrates
1. Los Sofistas y Sócrates
Presentación realizada por
Francisco García Moreno
Profesor de Filosofía del IES Vistazul de Dos Hermanas (Sevilla)
2. LOS SOFISTAS
Se conoce con este nombre a un conjunto de
pensadores cuya actividad se ejerce durante los siglos V
y IV a.C. y que tuvieron unos intereses filosóficos en
muchos aspectos comunes y un estilo de ejercer la
filosofía muy peculiar.
El movimiento sofista surge en la democracia ateniense
, donde, al menos teóricamente, todos tienen la
oportunidad de acceder a cargos públicos, dependiendo
tan sólo de su capacidad y méritos personales. Dentro
de este marco político el sofista es entendido como
aquella persona capaz de enseñar al ciudadano a
defenderse y ofrecer una buena imagen en la asamblea
pública.
Por otra parte, los sofistas se presentan como
revolucionarios, como inconformistas frente a lo
establecido. Frente a la creencia del carácter inmutable
de lo establecido los sofistas opondrán su teoría del
convencionalismo, tanto en lo social como en otros
ámbitos de la “realidad”.
Sus máximos representantes son PROTÁGORAS Y
GORGIAS
3. LOS SOFISTAS
Características comunes y fundamentales del movimiento sofista.
La actitud escéptica: entendiéndose por escepticismo la afirmación de que no podemos estar seguro
de nada o, al menos, de casi nada. Más técnicamente viene a significar que el entendimiento humano no
puede discernir con certeza entre lo verdadero y lo falso, por su propia finitud y limitaciones.
El relativismo, presente en algunos sofistas en lugar del escepticismo. Esta actitud viene a defender
que lo verdadero y lo falso es relativo, es decir, está en dependencia de una serie de factores.
Popularmente el relativismo queda reflejado en los versos de Campoamor que dicen:
nada es verdad y nada es mentira, / todo depende del color del cristal con el que se mira
Negación de la existencia de normas morales o jurídicas inmutables y necesarias, clara
consecuencia de la postura relativista. Es lo que se llama positivismo ético-jurídico.
El humanismo; frente a las preocupaciones cosmológicas de filósofos anteriores, los sofistas centran el
problema filosófico en el hombre. El mundo de la physis no les interesa en absoluto.
Las cuestiones pedagógicas, debido a su interés por educar y por enseñar a los griegos, y sobre todo
a los atenienses, los sofistas son los primeros que reclaman una pedagogía o un arte de enseñar.
La preocupación por los problemas lingüísticos, no sólo en cuestiones de retórica o dialéctica, sino
también en lo que hoy llamamos filosofía del lenguaje, es decir, la preocupación por la posibilidad que
tiene el lenguaje para expresar nuestro conocimiento del mundo, y por tanto representar al mundo.
4. PROTÁGORAS
Protágoras es conocido por la siguiente frase:
El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en
cuanto que son y de las que no son en cuanto que no son.
El comentario de esta frase nos dará la interpretación de la teoría de
Protágoras.
Los términos a analizar en esta frase son: “hombre”, “medida”, y “todas
las cosas”.
Por hombre se puede entender:
1º) El ser individual, afectado por particularidades accidentales que le
diferencian de los demás seres de la especie humana.
2º) Hombre como especie, es decir el ser humano como género y
3º)Hombre como ser social, que conlleva mentalidades diferentes
según sea el grupo social donde viva y se eduque.
De estas tres interpretaciones parece que Protágoras atendió más a
las dos últimas. Es decir al género humano como género social,
al hombre como influido por el entorno social y cultural que le
rodea y en el cual crece. Es un hecho constatado que el hombre
es influenciado por el entorno socio-cultural en el que vive.
5. PROTÁGORAS
Por medida podemos entender:
1º)El hecho de calibrar, de apresar en dimensiones algo.
2º)El hecho de orientar y de seleccionar algo, lo cual
apresamos en ciertas medidas, las cuales nos sirven de
puntos de referencias para orientarnos.
3º)El hecho de fijar la atención, seleccionar, interpretar
y definir algo según unos parámetros establecidos
previamente por el propio hombre de forma
convencional
6. Por todas las cosas podemos entender, el mundo, es
decir, la realidad.
La realidad es la totalidad de las cosas (objetos), y de los
hechos (aquello que le ocurre a los objetos y a las
personas).
7. PROTÁGORAS
Una vez aclarado, o intentado aclarar, los términos semánticos de la frase, pasamos a
comentar ésta.
Según se desprende de lo dicho, Protágoras considera que la realidad no es algo que
se descubre por el conocimiento, sino algo que el conocimiento humano mismo
construye.
Hasta ahora hemos estudiado filósofos que consideraban que la realidad racional, era algo
que estaba ahí y que el entendimiento humano, la racionalidad descubría y apresaba.
Protágoras invierte los términos; Considera que el hombre no descubre su objeto de
conocimiento, sino que lo construye. Lo construye al fijar su atención en él, al
seleccionarlo, al valorarlo según unos intereses, unas apetencias, unas ideas, o, si
se quiere, a través de una carga teórica o ideológica. Elementos estos que sirven
de parámetros, de ahí lo de medida, para que el hombre construya la realidad que el
mismo conoce, precisamente por el conocimiento mismo.
Conocer significa interpretar lo conocido, y ahí, en la interpretación también está
presente la medida. Ahora bien, a través de qué y cómo se realiza esa interpretación, y
por tanto esa construcción en y del conocimiento. A través del lenguaje. El lenguaje es
el mediador entre nosotros y el mundo. A través del lenguaje, el hombre
representa la realidad, la define, la representa y por tanto, la construye, pues el
mismo la dota de sentido.
En definitiva, Protágoras representa un cambio de orientación dentro del panorama filosófico
al introducir una interpretación tan novedosa como sorprendente.
8. Gorgias
Es el máximo representante del escepticismo sofista. Su
pensamiento se nos presenta a través de estas proposiciones:
Nada existe. Si algo existiera, sería incognoscible. Y si algo
existiera y fuese cognoscible, sería incomunicable.
Gorgias no expresa aquí la imposibilidad de que algo exista, sino
la imposibilidad de que conozcamos con certeza el que algo exista.
Se parte del supuesto de que la realidad es infinita, y el
entendimiento humano finito. Es decir no hay adecuación entre el
objeto de conocimiento y el sujeto. De esa inadecuación surge la
imposibilidad de la seguridad y la certeza en el conocer. Es
decir, no podemos estar seguro de que las cosas que conocemos o
que creemos conocer sean en realidad tal y como nosotros
creemos que son al conocerlas.
Volvemos a la tesis del lenguaje como vehículo del
conocimiento, el lenguaje es la única forma que tenemos de
expresar el conocimiento, y el lenguaje es imperfecto e
inexacto, precisamente porque es variable de sociedad en
sociedad, o de cultura en cultura. Luego nuestro conocimiento
reflejado por nuestro lenguaje no refleja correctamente ni
certeramente la realidad, lo cual significa que en realidad no
conocemos las cosas tal y como creemos que las conocemos.
9. SÓCRATES
Entramos en una de las figuras más románticas de toda la Historia
de la Filosofía, su proceso y posterior muerte han sido considerados
como uno de los ejemplos de ética estética más hermosos.
El problema acerca de la teoría de Sócrates es saber precisamente
qué es lo que dijo; ya que Sócrates no dejo nada escrito
porque, parece ser que, pensaba que la palabra tiene más
fuerza que la escritura. Todo lo que sabemos de Sócrates es por
los testimonios literarios de otros autores, tales como:
Aristófanes, Jenofonte, Platón y Aristóteles.
Ciertamente, las opiniones de Aristófanes y Jenofonte no son nada
benignas sobre el filósofo ateniense, lo presentan como un hombre
vulgar, ridículo, de una filosofía ramplona y despreciable.
Sin embargo, su discípulo Platón nos lo presenta como una mezcla
armoniosa de genio, santo y sabio, cargadas sus palabras de una
profunda y emotiva admiración. Lo que sabemos de Sócrates se lo
atribuimos a los diálogos de juventud platónicos
Quizás la visión más ajustada sea precisamente la de la persona
que no lo conoció directamente, pero que sí trató con sus discípulos
más directos: Aristóteles. Aristóteles nos lo presenta como un
filósofo valioso, aunque no genial, y preocupado exclusivamente
por los temas éticos.
10. SÓCRATES: El método Socrático.
Este método se conoce con el nombre de diálogo socrático y consta
de dos partes: ironía y mayéutica.
El procedimiento de Sócrates era el siguiente: se aproximaba a su
interlocutor, y después de alabarle su sabiduría, le preguntaba qué
era tal cosa, por ejemplo, la virtud. El interlocutor daba una
respuesta y Sócrates la alababa como genial, pero, entonces
proponía un ejemplo concreto, que según la respuesta dada era
algo virtuoso y que, sin embargo, manifiestamente no lo era. El
interlocutor daba entonces otra respuesta, y lo mismo de antes.
Hasta que llegaba un momento en que el interlocutor, hecho un
lío, reconocía que no sabía nada de la virtud.
Con ello Sócrates conseguía una importante victoria: conseguir
que su interlocutor tomara conciencia de que no sabía
nada, ya que la conciencia de la propia ignorancia es el
primer y fundamental paso para poder aprender.
Para Sócrates el principio de la sabiduría se resume en su: sólo se
que no se nada.
Una vez conseguido esto, Sócrates pasaba a aplicar el segundo
momento de su método, la mayéutica, que significa
literalmente, ayudar a dar a luz. Sócrates pensaba que todo hombre
podía legar a conocer lo que fuese por sí mismo, con tal que se le
guiase, y así, guiando a su interlocutor, previamente convencido de
su ignorancia, le conduce a la definición de virtud que Sócrates
quería enseñarle y que, claro está, conocía desde el principio.
11. Parece ser que Sócrates consideraba que el hombre era un compuesto de
cuerpo y alma; ésta es la parte más perfecta, es invisible y de naturaleza casi
divina.
Para Sócrates el fin último y motor de todas las acciones humanas es la
felicidad, ésta se consigue mediante la posesión del bien, que en Sócrates
parece identificarse con la utilidad. Ahora bien, para distinguir lo que es útil
de lo que no lo es, es necesaria la intervención de la razón humana, con lo
cual el utilitarismo de Sócrates es un utilitarismo moral y racional al mismo
tiempo. Es lo que se llama intelectualismo moral
Para la posesión del bien y la consecución de la felicidad es preciso la práctica
de la virtud. Y hay una sola virtud, la frónesis, la sabiduría. La virtud puede
aprenderse. Y puede aprenderse a través del entendimiento racional. Nadie
obra mal a sabiendas. Luego el mal, según Sócrates se identifica con la
ignorancia, si alguien obra mal no es porque sea malo por naturaleza, sino
porque es ignorante.