Ciudad de Derechos: la historia de los niños que cambiaron su ciudad
1. Al Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires
Fiscalía General.
“LA SINDERECHO”
Hace mucho tiempo existía una ciudad llamada “LA SINDERECHO”, en ella
todas las personas hacían lo que les parecía mejor o peor. No tenían normas ni
para lavarse los dientes, pero eso sí, todos sabían leer, y esa sabiduría se pasaba
de generación en generación.
Cuando los chicos nacían los padres les ponían nombres raros, dicen que
los sacaban de los carteles viejos que quedaban en las calles, de una época
lejana, porque en ese lugar una vez hubo una ciudad diferente. Los habitantes
decían que a esa ciudad, la habían hecho los extraterrestres o personas de otros
planetas.
Los niños se llamaban, por ejemplo: Máxima Velocidad, Peatón Senda,
Trabajo Infantil, Tengo Hambre, Prohibido Jugar, Educación Primaria, Prioridad
Salud, Libertad y Justicia. Cuidado Familiar, Contramano, Zona Escolar, No
Estacionar, Reservado Discapacitado, Atención Médica, Protección, Comprensión,
Vivienda Digna, Alimentación Saludable. Estos son algunos de los nombres que
las personas les daban a los niños y que tenían que cargar con ellos aunque no
les gustara, por eso entre ellos se llamaban con sobrenombres como: Vivi, Sen,
Justi, Edu o Ali.
Los chicos deambulaban por las calles sin rumbo fijo tratando de esquivar a
los locos autos que circulaban por cualquier lado. A las bicis que andaban por las
veredas y a las personas apuradas que iban de aquí para allá. No tenían derecho
a transitar o jugar libremente en una plaza, si se lastimaban tenían que arreglarse
como podían o con alguna curita que encontraban en sus casas. A veces los
papás se olvidaban de preparar la comida, de enseñarles a leer correctamente o
2. los mandaban a trabajar de cualquier cosa para que pudieran comer o dormir en
sus casas y ni que hablar de los niños con capacidades diferentes, los ponían en
un lugar al que llamaban “para raros”.
Había un niño al que llamaban Comprensión que toleraba los malos tratos
de casi todo el mundo, cuando sus amigos le preguntaban cómo hacía para
soportar tantas cosas feas, él les contaba que era a causa de su nombre, que
había averiguado que la comprensión era tratar de entender que las cosas tenían
un por qué, y entonces debía soportar hasta que fuera grande y poder hacer las
cosas que hacen los grandes, lo que les parecía mejor o peor.
Cansados de tanto maltrato tomaron una decisión y se reunieron en un
terreno abandonado. Una niña tomo la palabra. Se llamaba Libertad y Justicia,
pero sus amigos le decían Justi. Lo primero que dispusieron fue luchar para no
tener más esos nombres, querían llamarse como les contaban sus abuelos, con
nombres de verdad como los que tenían antes, en esa época lejana de la que
siempre hablaban los grandes y que decían que se vivía de otra forma que no
recordaban ni entendían.
Todos los niños se quejaban de los tratos que recibían, lloraban y lloraban,
sobre todo se escuchaban los llantos de “los raros”. Las familias cansadas de
tantos lloriqueos y quejas, se pusieron a pensar también en su niñez y se dieron
cuenta que no estaban haciendo lo correcto, que tenían que hacer y decidir algo
que cambiara esa situación.
Algunos ciudadanos se encargaron de ir gritando por Las calles que iban a
juntarse en dos días en la enorme plaza de la ciudad para discutir sobre lo que
reclamaban los niños.
Pensaron entonces, primero en cambiarles los nombres, pero utilizarlos
para algo bueno y útil. En esa reunión, pero esta vez en orden, organizaron
nuevas normas. Realizaron Leyes de tránsito y Derechos para los niños. Les
3. dieron un nombre y un apellido, que los mismos chicos sacaron de revistas viejas
y de libros que estaban tirados en un lugar que llamaban “biblioteca en desuso”.
Decidieron también cambiar el nombre de la ciudad, votaron todos y por fin
llegaron a un acuerdo, se llamaría de hoy en adelante “CIUDAD DE DERECHOS”
Armaron un cartel enorme a la entrada de la ciudad con las nuevas leyes y normas
que acordaron, sobre todo las señales de tránsito que son nuestra guía y
garantizan que personas de diversas lenguas y culturas puedan interpretarlas.
Que sirven para mantener un orden y evitar accidentes, advirtiendo la existencia
de un peligro. Colocaron correctamente los carteles con los que nombraban a los
chicos, para que cada vez que algún extranjero o extraterrestre pasara por ahí
supiera cómo debía comportarse.
La “Ciudad de Derechos” comenzó a ser una hermosa ciudad, con
derechos y obligaciones, cuidada y ordenada. Los niños empezaron a ser
respetados, a ir a la escuela, a tener una vivienda digna, a poder cubrir las
necesidades básicas, a los que todos los seres humanos tenemos derecho, y
sobre todo a tener a alguien que los cuide y los ame.
FIN
Escuela Nº 1 D.E. 16 “Delfín Gallo”
Alumnos de 4º grado “B” Turno Tarde
4. Título del cuento: “LA SINDERECHO”
Escuela participante: Esc. Nº1 D.E. 16 - “Delfín Gallo”
Autoridades:
Directora: Sra Claudia Niveiro
Vicedirectora: Sra. Laura Turtula
Secretaria: Sra. Claudia Cappelletti
Docente/s a cargo del curso:
Maestra de grado: Sra. Nora Beatriz Rius
Maestra Bibliotecaria: Sra. María Martínez
Direcciones de correo electrónico:
Escuela 1 D.E. 16 <esc01de16@gmail.com>
Laura Turtula <turtulalaura@gmail.com>
Nora Rius <norarius@gmail.com>
Teléfono escuela: 4501-8138
5. Nombre de los/as niños/as participantes:
CABRERA Gimena Iara
DEMASI SELLES Ludmila
ESTEVEZ Candela Belén
FERNÁNDEZ Melissa Denise
FIGUEROA Dylan David
FLAVIO MARTÍNEZ Roy Aarón
GALLO OCHOA Valentín Nahuel
GARCÍA Farid Thiago José
GARCÍA Kevin
HERRERA Sebastián Nicolás
MALDONDO Candela Brisa
MALDONADO Micaela
MORENO RISSI Elena Teresa
NIEVA Zoe
OVIEDO Matías Nicolás
PONCE Facundo Emanuel
RIVERO LUQUE Ivana
QUINTEROS Camila Rocío
SIMÓN Ramiro Lautaro
VILLARREAL Josué