2. Juan Ramón Jiménez nació
el 23 de diciembre de 1881
en Moguer (Huelva). Era
hijo de Víctor Jiménez y de
Purificación Mantecón
López-Parejo, quienes se
dedicaban al comercio de
vinos.
3. Estudió Bachillerato en el
colegio de San Luis
Gonzaga del Puerto de
Santa María, y obtuvo el
título de Bachiller en Artes.
Se trasladó a Sevilla, en
1896, para ser pintor,
creyendo que esa era su
vocación. Escribió sus
primeros trabajos en prosa
y verso en la biblioteca
Ateneo sevillano. Empezó
a colaborar en periódicos y
revistas de Sevilla y
Huelva.
4. Comenzó la carrera de Derecho impuesta por su padre en la Universidad de Sevilla
pero la abandonó.
En 1900 se trasladó a Madrid y publicó sus dos primeros libros de textos, Ninfeas y
Almas de violeta.
5. La muerte de su padre en ese mismo año y la ruina familiar, le causaron una honda
preocupación y un año después fue ingresado con depresión en el Sanatorio del
Rosario en Madrid..
6. Su primer amor fue la
idealizada Blanca Hernández
Pinzón, la "novia blanca" de
sus versos, pero pronto el
poeta se convirtió en todo un
donjuán; los 104 poemas de
sus Libros de amor relatan
aventuras con mujeres
solteras, casadas, con una
norteamericana madre de una
hija, con la esposa del
psiquiatra que atendió su
depresión tras la muerte de su
padre y hasta con monjas.
7. En 1902 publicó Arias triste y abandonó el Sanatorio del Rosario y se trasladó al
domicilio particular del doctor Luis Simarro. Dos años más tarde publicó Jardines
Lejanos.
8. En 1905 regresó a su pueblo natal a causa de los problemas económicos por los que
atravesaba su familia. Este periodo coincidió con la etapa de mayor producción
literaria.
9. Conoció a Zenobia Camprubí
Aymar en 1913, en un viaje a
Nueva York, y se enamoró
profundamente de ella. Hizo
varios viajes a Francia y luego a
Estados Unidos, donde se casó
con Zenobia. Este hecho fue
decisivo en su obra, escribiendo
Diario de un poeta recién casado.
A partir de 1931, la esposa del
poeta sufrió los primeros
síntomas de un cáncer que
acabó con su vida.
10. Cuando estalló la Guerra Civil Española, él
apoyó a la República, acogiendo a varios
niños huérfanos en una de sus casas. Los
sublevados saquearon el piso del matrimonio
de Madrid y robaron los libros, manuscritos y
pertenencias del poeta y de su mujer. En
1946 el poeta permaneció hospitalizado otros
ocho meses a causa de un nuevo episodio
depresivo.
11. Le otorgaron el Premio Nobel de
Literatura por su obra Platero y Yo. Tres
días después, murió su esposa. Él jamás
se recuperó de esta pérdida y permaneció
en Puerto Rico mientras que su amigo
Jaime Benítez aceptó el premio en su
nombre. Juan Ramón Jiménez falleció
dos años más tarde, en la misma clínica
en la que falleció su esposa. Sus restos
fueron trasladados a España.
12. Algunas de sus obras fueron: Pastorales, Baladas de primavera, La soledad sonora,
Poemas mágicos y dolientes y su obra más célebre, Platero y yo.
14. Yo me moriré, y la noche
triste, serena y callada,
dormirá el mundo a los rayos
de su luna solitaria.
Mi cuerpo estará amarillo,
y por la abierta ventana
entrará una brisa fresca
preguntando por mi alma.
No sé si habrá quien solloce
cerca de mi negra caja,
o quien me dé un largo beso
entre caricias y lágrimas.
Pero habrá estrellas y flores
y suspiros y fragancias,
y amor en las avenidas
a la sombra de las ramas.
Y sonará ese piano
como en esta noche plácida,
y no tendrá quien lo escuche
sollozando en la ventana.
16. Platero y yo recrea poéticamente la vida y muerte del burro Platero.
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo
de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos
son duros cual dos escarabajos de cristal negro. Lo dejo suelto y se va al
prado y acaricia tibiamente, rozándolas apenas, las florecillas rosas,
celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: ¿Platero?, y viene a mí con un
trotecillo alegre, que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...
17. En 1917 se publicó la edición
completa compuesta por 138
capítulos. Algunos capítulos
encerraban una cierta crítica social.
18. El poeta tenía la intención de ampliar el texto hasta los 190 capítulos. Juan
Ramón Jiménez planeó también una segunda parte, denominada Otra vida
de Platero, de la que esbozó algunos títulos. Un proyecto que no llegaría
nunca a ver la luz.