Dentro de un edificio de oficinas, se colocan rosetas o conexiones de red en las paredes para conectar equipos informáticos como PCs, servidores e impresoras. Los cables de red van por dentro de las paredes hasta llegar al armario de comunicaciones, donde se conectan a un panel de parches. Desde el panel de parches, solo unos pocos cables se conectan a un conmutador para dar acceso a la red de la empresa e Internet a los equipos seleccionados.