SlideShare une entreprise Scribd logo
1  sur  8
Télécharger pour lire hors ligne
EL
 JARDÍN
  SABIO
 O… qué pasaría si las
flores tuvieran cajones




M.Paz Pérez-Campanero
                 2011


  Obra bajo licencia de Creative Commons
  Reconocimiento-No comercial-Compartir
 bajo la misma licencia 3.0 España License.
EL JARDÍN SABIO
O… qué pasaría si las flores tuvieran cajones



-¡Taca, tum, taca, tum…! ¡Papá, mira, acierto todas a la primera!

El padre de Mario se apresuró a llegar al parterre en el que su hijo pare-
cía disfrutar enormemente aplastando las flores con enérgicos pisoto-
nes. -¿Qué haces, hijo? ¿Por qué destrozas las flores?

-Estoy entrenándome. En el cole soy el mejor jugando al Taca-tum –
respondió Mario con cara de satisfacción.

-¿El Taca-tum? ¿Y eso consiste en pisotear las flores? ¿Pero por qué ha-
céis eso?

A sus seis años Mario no entendía muy bien la pregunta de su padre, ya
que para él aquello era obvio: -Porque es divertido.

-¿Divertido? –Ángel no salía de su asombro- ¿Y las flores? ¿No os da pe-
na machacarlas?

-¿Pena? Papá, qué cosas más raras dices. Pero si las flores no sirven para
nada; además, de todas maneras se terminan estropeando así que, ¡qué
más da! Nosotros nos lo pasamos muy bien intentando saltar de una a
otra. Y hay que acertar a la primera, si no, pierdes. Y por ahora yo soy el
campeón-. Y volviendo orgulloso a su tarea, siguió saltando de una flor a
otra mientras las iba aplastando vigorosamente.

-¡Para, para, Mario! Espera un momento. Ven a sentarte conmigo un ra-
to en aquel banco.


                                     1
-Vale… -respondió Mario remolón, haciendo como que salía del parterre,
no sin antes poner su pequeña bota sobre una bonita primavera de color
rojo anaranjado.

-Deja ya las flores y ven conmigo, que esta historia es muy interesante –
dijo mientras le guiñaba un ojo buscando en su hijo algo de complicidad.

-¿Una historia? Eso es otra cosa –a Mario le gustaban mucho las histo-
rias que le relataba su padre.

-¿Ves este jardín? Pues no es nada comparado con otro que llaman El
Jardín Sabio.

-¿El jardín sabio? Qué nombre más raro.

-Calla; guarda silencio o el jardinero no nos permitirá entrar.

-Vale, vale –respondió Mario, esta vez casi en un susurro, mientras co-
menzaba a fijar su atención en las palabras de su padre que, proporcio-
nando a su voz un tono un tanto misterioso, comenzó su relato:

 “Nadie sabe dónde está. Algunos dicen que está en un lugar escondido
entre las nubes y el suelo. No es fácil verlo; sólo se puede llegar a él
cuando el cielo está de ese tono grisáceo tan especial que parece a punto
de llover, pero que luego no llueve.

Pues bien, si en ese preciso momento se para por completo el viento y
consigues ver entre todo el cielo gris una única y pequeña nube casi roja,
con un brillo parecido al de la seda, tendrás una oportunidad para en-
trar; es sólo un instante en el que deberás cerrar los ojos y pedir al jardi-
nero que te abra las puertas de su jardín. Y si has conseguido hacerlo jus-
to en el momento adecuado, te verás transportado a esa extraña nube
en la que están las puertas del mágico jardín sabio.

Nadie sabe desde cuándo vive allí el anciano jardinero; parece que estu-
viera desde siempre. Cuida las plantas como si fueran sus hijas y dicen
                                      2
que son tan grandes y frondosas, que uno no puede casi ni abarcarlas
con las dos manos. Hay flores de todo tipo: petunias, rosas de todas cla-
ses, fucsias, primaveras, pensamientos, incluso margaritas, como las que
tanto le gustan a mamá, y muchas otras más.

Pero estas flores son muy curiosas; aunque tienen la misma forma que
las que vemos aquí (siendo éstas mucho más pequeñas), son todas de
color blanco. Cada una de ellas tiene el mismo número de pétalos: cinco
–ya sabes que los pétalos son las hojitas que forman la flor-, mucho más
carnosos que en las flores normales. Además, tienen algo increíble: cada
pétalo guarda en su interior un pequeño cajón y, cada uno de estos cajo-
nes tiene una importante misión.

Tú que juegas con tus amigos a eso del Taca-tum, ¿puedes imaginar el
mundo sin flores? Pues este jardín especial es el que hace que en la tierra
haya siempre flores, incluso a veces en los sitios más secos e inhabita-
bles, como el desierto.

Las flores del jardín sabio son las que saben dónde, cuándo y por qué de-
be nacer una flor. Cada flor tiene un significado, una razón de existir. Se-
guro que nunca se te había ocurrido que las flores estuvieran aquí por
algo, ¿verdad? Pues es así. Cada flor celebra algo bueno que le ha ocu-
rrido a un niño o a una niña, o anuncia algo bueno que puede llegar a su-
ceder.”

-¿Y cómo se sabe si celebra o anuncia? –interrumpió curioso Mario a su
padre en este punto de la historia.

-Pues cuando aprendas a querer a las flores, de vez en cuando verás al-
guna que te guste más que las otras; en ese momento lo entenderás.
Saber si es porque celebras algo es fácil pero, ¿cómo es eso del anuncio?
Si en tu interior sientes una especie de mariposa juguetona aleteando



                                     3
sin cesar, seguramente es que va a pasar algo en tu vida que a la larga
será bueno para ti, aunque a veces te cueste entenderlo.

Ángel observaba a su hijo, que estaba muy atento a sus palabras. El niño
aprovechó la pausa para preguntar de nuevo: -Papá, ¿y para qué sirven
esos cajones? ¿Cómo funcionan? ¿Cómo los abren las flores?

-No es sencillo. Es una tarea muy organizada e importante. Veamos…

“Cuando una de las flores de este mágico jardín sabe que debe nacer una
nueva flor aquí abajo, sacude ligeramente el primer pétalo y hace que se
abra un pequeño cajón de forma redonda. De su interior flota hacia arri-
ba una pequeña esfera que recuerda a un mapamundi y en la que se ilu-
mina el nombre del lugar exacto donde deberá caer la semilla de la nue-
va flor.

El segundo pétalo contiene el cajón de los nombres y de él saldrá el nom-
bre del niño o niña que dará nombre a la flor. Este cajoncito es cuadrado
y cuando se abre, salen disparadas hacia arriba las letras que componen
el nombre que llevará la nueva flor. Y es que cada flor también tiene su
propio nombre, como todos los niños, para que su familia y amigos los
puedan reconocer. Recuérdalo cuando quieras jugar al Taca-tum. Luego,
esas letras, comienzan a caer como si fueran una fina lluvia de plata y
van desvaneciéndose mientras caen.

El cajón del tercer pétalo es el que decide qué color tendrá la flor; por eso
las flores del jardín sabio son blancas, porque sus colores están ahí guar-
dados y concentrados para dar a las nuevas flores las más atractivas to-
nalidades. Este cajón consiste en una fina lámina que se desplaza hacia
adelante y en la que lucen con gran intensidad los colores de la nueva
flor.

El cuarto cajón contiene las semillas de la flor. También es un cajón re-
dondo, pero éste gira sobre sí mismo, como lo haría un bombo de lotería,

                                      4
hasta que cae la semilla y desciende hasta el lugar donde la nueva planta
debe nacer.

Y, por último, el quinto pétalo empuja su curioso cajón, que se abre al
revés; es decir, cuando el pétalo lo empuja hacia fuera, puedes ver que
está abierto por debajo (y no por arriba como cualquier otro cajón) y de
él se desprende un fino polvillo de oro que va cayendo y que es el abono
que logrará que la flor llegue a arraigar donde después deberá crecer.”

-¿Y cómo sabe la flor que ya es hora de comenzar a abrir esos cajones
tan raros? –interrumpió de nuevo Mario a su padre asombrado ante la
posibilidad de que pudiera haber algo así.

-Pues por eso se llama el jardín sabio. Su jardinero habla cada día con sus
flores, las cuida, las alimenta y se ocupa de que tengan luz y calor. Y,
como ya estás viendo, esas flores son muy especiales. Gracias a los es-
merados cuidados del mágico jardinero, sus estambres (esa especie de
antenitas que hay en el centro de la flor) han desarrollado una especie
de radar y captan todo lo bueno que pasa en el mundo de los niños y
también intuyen lo bueno que les va a ocurrir. No se les escapa nada. Y
esos cajoncitos que llamas raros son preciosos y mágicos y muy diferen-
tes a cualquier cosa que puedas imaginar. Pero espera, que todavía no
hemos terminado.

“Cuando acaba el proceso, la mágica y sabia flor se despereza, como si
saliera de un largo trance y, después de estirarse bien, se vuelve hacia el
jardinero que, satisfecho, la acaricia con cariño, cierra con cuidado sus
pequeños cajones y la deja descansar. Uno casi puede ver que la flor son-
ríe con el orgullo y la satisfacción del trabajo bien hecho, del deber cum-
plido.”

-Papá, yo quiero buscar una de esas flores especiales. ¿Tú crees que por
aquí habrá caído alguna?


                                     5
-Vamos a verlo. Caminemos un poco, a ver qué pasa.

Ambos se dirigieron hacia el paseo de las flores, en aquel precioso par-
que al lado de casa, donde hacía un momento el niño jugaba a pisotear-
las. El padre le observaba con ternura; disfrutaba mucho inventando pa-
ra él historias que, aunque fantásticas, o quizá por eso mismo, le hacían
pensar y aprender algo nuevo y, en este caso, el respeto a la vida bien
merecía un fantástico relato.

De repente Mario se detuvo y se agachó con cuidado. Cuando su padre
se acercó estaba muy concentrado observando un pequeño mímulus de
color rojo intenso.- ¡Mira, papá, ésta es mi flor! –exclamó de repente.

-¿Tú crees?

-Estoy seguro. Es chula ¿verdad?

-Sí que lo es. ¿Y por qué estás tan seguro de que es tu flor, Mario?

-Porque cuando me he acercado y la he mirado, se ha movido hacia mí,
como si me llamara. Y, además, es de mi color favorito.

-Si tú crees que es tu flor, entonces lo es.

-Papá –le dijo Mario frunciendo el ceño-, ¿y qué cosa buena crees que
me va a pasar?

-Tal vez ya te haya pasado; puede que esa flor sea para celebrar algo
bueno.

-Yo no he hecho nada bueno ahora. Además, estaba pisando las flores y
eso no es bueno, ahora me doy cuenta. Pero ya no voy a jugar al Taca-
tum, no quiero pisar más las flores.

-Mario, ¿no crees que es probable que esta flor celebre eso mismo? Tal
vez lo bueno que ha ocurrido es que has empezado a quererla en lugar
de aplastarla para comprobar si sigues siendo el más rápido…

                                      6
Mario se quedó pensativo ante las palabras de su padre y asintió con la
cabeza. –Pero… -añadió- si la dejo aquí, tal vez mañana cuando vuelva ya
la haya pisado otro niño.

-Es posible –le respondió Ángel con comprensión-. Pero hoy has podido
ver a tu flor, acariciarla y quererla y eso es algo que permanecerá para
siempre dentro de ti.

Mario miró por última vez a su maravillosa flor y se despidió de ella. Tal
vez mañana no estuviera, pero seguiría buscando otras flores con su
nombre y, para encontrarlas, su pequeña cabecita iba pensando, mien-
tras caminaba de vuelta a casa agarrado de la mano de su padre, que lo
mejor sería hacer cosas buenas. Así encontraría muchas flores a las que
querer y que tuvieran su nombre.


                                                         “El Jardín Sabio”
                                              Por M.Paz Pérez-Campanero
                                                              Marzo 2011



                                                   Obra bajo licencia de Creative Commons
                                                   Reconocimiento-No comercial-Compartir
                                                 bajo la misma licencia 3.0 España License.




                                     7

Contenu connexe

Similaire à El jardin sabio

Similaire à El jardin sabio (20)

Europa
EuropaEuropa
Europa
 
Fichas para desarrollo del lenguaje en el niño 2
Fichas para desarrollo del lenguaje en el niño 2Fichas para desarrollo del lenguaje en el niño 2
Fichas para desarrollo del lenguaje en el niño 2
 
El jardín de mi abuelo
El jardín de mi abueloEl jardín de mi abuelo
El jardín de mi abuelo
 
El principito
El principitoEl principito
El principito
 
2° comprensión lectora
2° comprensión lectora2° comprensión lectora
2° comprensión lectora
 
Botones
BotonesBotones
Botones
 
Av.inicial lengua
Av.inicial lenguaAv.inicial lengua
Av.inicial lengua
 
Taea santo taea iii info
Taea santo taea iii infoTaea santo taea iii info
Taea santo taea iii info
 
Tarea 3 eco
Tarea 3 ecoTarea 3 eco
Tarea 3 eco
 
El Principito
El PrincipitoEl Principito
El Principito
 
El caracol y el rosal- Cuento de Europa
El caracol y el rosal- Cuento de Europa El caracol y el rosal- Cuento de Europa
El caracol y el rosal- Cuento de Europa
 
El arbol que no sabia
El arbol que no sabiaEl arbol que no sabia
El arbol que no sabia
 
Acl
AclAcl
Acl
 
Cuentos para niños
Cuentos para niñosCuentos para niños
Cuentos para niños
 
Cuentos infantiles
Cuentos infantilesCuentos infantiles
Cuentos infantiles
 
Cuentos de navidad
Cuentos de navidadCuentos de navidad
Cuentos de navidad
 
Trabajo de comparación de expresión artística
Trabajo de comparación de expresión artísticaTrabajo de comparación de expresión artística
Trabajo de comparación de expresión artística
 
Primeras paginas-rosa-candida-alfaguara
Primeras paginas-rosa-candida-alfaguaraPrimeras paginas-rosa-candida-alfaguara
Primeras paginas-rosa-candida-alfaguara
 
Las Semillas
Las SemillasLas Semillas
Las Semillas
 
Las Semillas
Las SemillasLas Semillas
Las Semillas
 

Plus de Un Rincón para Crear (20)

Tómate tu tiempo
Tómate tu tiempoTómate tu tiempo
Tómate tu tiempo
 
Crear entre flores
Crear entre floresCrear entre flores
Crear entre flores
 
Oceano - fotocubo
Oceano - fotocuboOceano - fotocubo
Oceano - fotocubo
 
Madera y flor - fotocubo
Madera y flor - fotocuboMadera y flor - fotocubo
Madera y flor - fotocubo
 
Invierno - fotocubo
Invierno - fotocuboInvierno - fotocubo
Invierno - fotocubo
 
Floral - fotocubo
Floral - fotocuboFloral - fotocubo
Floral - fotocubo
 
Filigrana rosa - fotocubo
Filigrana rosa - fotocuboFiligrana rosa - fotocubo
Filigrana rosa - fotocubo
 
Dado chapas - fotocubo
Dado chapas - fotocuboDado chapas - fotocubo
Dado chapas - fotocubo
 
Cordon azul - fotocubo
Cordon azul - fotocuboCordon azul - fotocubo
Cordon azul - fotocubo
 
Arco iris - fotocubo
Arco iris - fotocuboArco iris - fotocubo
Arco iris - fotocubo
 
Textura verde y marfil - fotocubo
Textura verde y marfil - fotocuboTextura verde y marfil - fotocubo
Textura verde y marfil - fotocubo
 
Es mi cumple RC01
Es mi cumple RC01Es mi cumple RC01
Es mi cumple RC01
 
Marcapaginas RC08
Marcapaginas RC08Marcapaginas RC08
Marcapaginas RC08
 
Marcapaginas RC07
Marcapaginas RC07Marcapaginas RC07
Marcapaginas RC07
 
Marcapaginas RC06
Marcapaginas RC06Marcapaginas RC06
Marcapaginas RC06
 
Marcapaginas RC05
Marcapaginas RC05Marcapaginas RC05
Marcapaginas RC05
 
Marcapaginas RC01
Marcapaginas RC01Marcapaginas RC01
Marcapaginas RC01
 
Marcapaginas RC04
Marcapaginas RC04Marcapaginas RC04
Marcapaginas RC04
 
Jarrones para hacer o regalar
Jarrones para hacer o regalarJarrones para hacer o regalar
Jarrones para hacer o regalar
 
Muebles auxiliares para hacer o regalar
Muebles auxiliares para hacer o regalarMuebles auxiliares para hacer o regalar
Muebles auxiliares para hacer o regalar
 

Dernier

presentacion norma240201056induccion.pdf
presentacion norma240201056induccion.pdfpresentacion norma240201056induccion.pdf
presentacion norma240201056induccion.pdfIsabelSena13
 
TALLERorientacion_herramientas de orientacion laboral.ppt
TALLERorientacion_herramientas de orientacion laboral.pptTALLERorientacion_herramientas de orientacion laboral.ppt
TALLERorientacion_herramientas de orientacion laboral.pptxico33a
 
UNIDAD 2 REGISTRO Y CONTROL DE MERCANCIAS.pdf
UNIDAD 2 REGISTRO Y CONTROL DE MERCANCIAS.pdfUNIDAD 2 REGISTRO Y CONTROL DE MERCANCIAS.pdf
UNIDAD 2 REGISTRO Y CONTROL DE MERCANCIAS.pdfARACELIGINESZARATE1
 
PROGRAMA DE EMPRENDIMIENTOS RENTABLES ARGENTINA.pdf
PROGRAMA DE EMPRENDIMIENTOS RENTABLES ARGENTINA.pdfPROGRAMA DE EMPRENDIMIENTOS RENTABLES ARGENTINA.pdf
PROGRAMA DE EMPRENDIMIENTOS RENTABLES ARGENTINA.pdfrgsteveo32
 
Material modulo para AFP integra en diapositivas
Material modulo para AFP integra en diapositivasMaterial modulo para AFP integra en diapositivas
Material modulo para AFP integra en diapositivasErnesto840942
 
PRÁCTICAS PRE PROFESIONALES SESION_N°4.pptx
PRÁCTICAS PRE PROFESIONALES SESION_N°4.pptxPRÁCTICAS PRE PROFESIONALES SESION_N°4.pptx
PRÁCTICAS PRE PROFESIONALES SESION_N°4.pptxcarlosdaniellujandel1
 
REGLAMENTO DEL APRENDIZ SERVICIO NACIONAL DE APRENDIZAJE SENA.pdf
REGLAMENTO DEL APRENDIZ SERVICIO NACIONAL DE APRENDIZAJE SENA.pdfREGLAMENTO DEL APRENDIZ SERVICIO NACIONAL DE APRENDIZAJE SENA.pdf
REGLAMENTO DEL APRENDIZ SERVICIO NACIONAL DE APRENDIZAJE SENA.pdfJULIOELIDEOROSIERRA
 
Explora el boletín de 17 de abril de 2024
Explora el boletín de 17 de abril de 2024Explora el boletín de 17 de abril de 2024
Explora el boletín de 17 de abril de 2024Yes Europa
 

Dernier (8)

presentacion norma240201056induccion.pdf
presentacion norma240201056induccion.pdfpresentacion norma240201056induccion.pdf
presentacion norma240201056induccion.pdf
 
TALLERorientacion_herramientas de orientacion laboral.ppt
TALLERorientacion_herramientas de orientacion laboral.pptTALLERorientacion_herramientas de orientacion laboral.ppt
TALLERorientacion_herramientas de orientacion laboral.ppt
 
UNIDAD 2 REGISTRO Y CONTROL DE MERCANCIAS.pdf
UNIDAD 2 REGISTRO Y CONTROL DE MERCANCIAS.pdfUNIDAD 2 REGISTRO Y CONTROL DE MERCANCIAS.pdf
UNIDAD 2 REGISTRO Y CONTROL DE MERCANCIAS.pdf
 
PROGRAMA DE EMPRENDIMIENTOS RENTABLES ARGENTINA.pdf
PROGRAMA DE EMPRENDIMIENTOS RENTABLES ARGENTINA.pdfPROGRAMA DE EMPRENDIMIENTOS RENTABLES ARGENTINA.pdf
PROGRAMA DE EMPRENDIMIENTOS RENTABLES ARGENTINA.pdf
 
Material modulo para AFP integra en diapositivas
Material modulo para AFP integra en diapositivasMaterial modulo para AFP integra en diapositivas
Material modulo para AFP integra en diapositivas
 
PRÁCTICAS PRE PROFESIONALES SESION_N°4.pptx
PRÁCTICAS PRE PROFESIONALES SESION_N°4.pptxPRÁCTICAS PRE PROFESIONALES SESION_N°4.pptx
PRÁCTICAS PRE PROFESIONALES SESION_N°4.pptx
 
REGLAMENTO DEL APRENDIZ SERVICIO NACIONAL DE APRENDIZAJE SENA.pdf
REGLAMENTO DEL APRENDIZ SERVICIO NACIONAL DE APRENDIZAJE SENA.pdfREGLAMENTO DEL APRENDIZ SERVICIO NACIONAL DE APRENDIZAJE SENA.pdf
REGLAMENTO DEL APRENDIZ SERVICIO NACIONAL DE APRENDIZAJE SENA.pdf
 
Explora el boletín de 17 de abril de 2024
Explora el boletín de 17 de abril de 2024Explora el boletín de 17 de abril de 2024
Explora el boletín de 17 de abril de 2024
 

El jardin sabio

  • 1. EL JARDÍN SABIO O… qué pasaría si las flores tuvieran cajones M.Paz Pérez-Campanero 2011 Obra bajo licencia de Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Compartir bajo la misma licencia 3.0 España License.
  • 2. EL JARDÍN SABIO O… qué pasaría si las flores tuvieran cajones -¡Taca, tum, taca, tum…! ¡Papá, mira, acierto todas a la primera! El padre de Mario se apresuró a llegar al parterre en el que su hijo pare- cía disfrutar enormemente aplastando las flores con enérgicos pisoto- nes. -¿Qué haces, hijo? ¿Por qué destrozas las flores? -Estoy entrenándome. En el cole soy el mejor jugando al Taca-tum – respondió Mario con cara de satisfacción. -¿El Taca-tum? ¿Y eso consiste en pisotear las flores? ¿Pero por qué ha- céis eso? A sus seis años Mario no entendía muy bien la pregunta de su padre, ya que para él aquello era obvio: -Porque es divertido. -¿Divertido? –Ángel no salía de su asombro- ¿Y las flores? ¿No os da pe- na machacarlas? -¿Pena? Papá, qué cosas más raras dices. Pero si las flores no sirven para nada; además, de todas maneras se terminan estropeando así que, ¡qué más da! Nosotros nos lo pasamos muy bien intentando saltar de una a otra. Y hay que acertar a la primera, si no, pierdes. Y por ahora yo soy el campeón-. Y volviendo orgulloso a su tarea, siguió saltando de una flor a otra mientras las iba aplastando vigorosamente. -¡Para, para, Mario! Espera un momento. Ven a sentarte conmigo un ra- to en aquel banco. 1
  • 3. -Vale… -respondió Mario remolón, haciendo como que salía del parterre, no sin antes poner su pequeña bota sobre una bonita primavera de color rojo anaranjado. -Deja ya las flores y ven conmigo, que esta historia es muy interesante – dijo mientras le guiñaba un ojo buscando en su hijo algo de complicidad. -¿Una historia? Eso es otra cosa –a Mario le gustaban mucho las histo- rias que le relataba su padre. -¿Ves este jardín? Pues no es nada comparado con otro que llaman El Jardín Sabio. -¿El jardín sabio? Qué nombre más raro. -Calla; guarda silencio o el jardinero no nos permitirá entrar. -Vale, vale –respondió Mario, esta vez casi en un susurro, mientras co- menzaba a fijar su atención en las palabras de su padre que, proporcio- nando a su voz un tono un tanto misterioso, comenzó su relato: “Nadie sabe dónde está. Algunos dicen que está en un lugar escondido entre las nubes y el suelo. No es fácil verlo; sólo se puede llegar a él cuando el cielo está de ese tono grisáceo tan especial que parece a punto de llover, pero que luego no llueve. Pues bien, si en ese preciso momento se para por completo el viento y consigues ver entre todo el cielo gris una única y pequeña nube casi roja, con un brillo parecido al de la seda, tendrás una oportunidad para en- trar; es sólo un instante en el que deberás cerrar los ojos y pedir al jardi- nero que te abra las puertas de su jardín. Y si has conseguido hacerlo jus- to en el momento adecuado, te verás transportado a esa extraña nube en la que están las puertas del mágico jardín sabio. Nadie sabe desde cuándo vive allí el anciano jardinero; parece que estu- viera desde siempre. Cuida las plantas como si fueran sus hijas y dicen 2
  • 4. que son tan grandes y frondosas, que uno no puede casi ni abarcarlas con las dos manos. Hay flores de todo tipo: petunias, rosas de todas cla- ses, fucsias, primaveras, pensamientos, incluso margaritas, como las que tanto le gustan a mamá, y muchas otras más. Pero estas flores son muy curiosas; aunque tienen la misma forma que las que vemos aquí (siendo éstas mucho más pequeñas), son todas de color blanco. Cada una de ellas tiene el mismo número de pétalos: cinco –ya sabes que los pétalos son las hojitas que forman la flor-, mucho más carnosos que en las flores normales. Además, tienen algo increíble: cada pétalo guarda en su interior un pequeño cajón y, cada uno de estos cajo- nes tiene una importante misión. Tú que juegas con tus amigos a eso del Taca-tum, ¿puedes imaginar el mundo sin flores? Pues este jardín especial es el que hace que en la tierra haya siempre flores, incluso a veces en los sitios más secos e inhabita- bles, como el desierto. Las flores del jardín sabio son las que saben dónde, cuándo y por qué de- be nacer una flor. Cada flor tiene un significado, una razón de existir. Se- guro que nunca se te había ocurrido que las flores estuvieran aquí por algo, ¿verdad? Pues es así. Cada flor celebra algo bueno que le ha ocu- rrido a un niño o a una niña, o anuncia algo bueno que puede llegar a su- ceder.” -¿Y cómo se sabe si celebra o anuncia? –interrumpió curioso Mario a su padre en este punto de la historia. -Pues cuando aprendas a querer a las flores, de vez en cuando verás al- guna que te guste más que las otras; en ese momento lo entenderás. Saber si es porque celebras algo es fácil pero, ¿cómo es eso del anuncio? Si en tu interior sientes una especie de mariposa juguetona aleteando 3
  • 5. sin cesar, seguramente es que va a pasar algo en tu vida que a la larga será bueno para ti, aunque a veces te cueste entenderlo. Ángel observaba a su hijo, que estaba muy atento a sus palabras. El niño aprovechó la pausa para preguntar de nuevo: -Papá, ¿y para qué sirven esos cajones? ¿Cómo funcionan? ¿Cómo los abren las flores? -No es sencillo. Es una tarea muy organizada e importante. Veamos… “Cuando una de las flores de este mágico jardín sabe que debe nacer una nueva flor aquí abajo, sacude ligeramente el primer pétalo y hace que se abra un pequeño cajón de forma redonda. De su interior flota hacia arri- ba una pequeña esfera que recuerda a un mapamundi y en la que se ilu- mina el nombre del lugar exacto donde deberá caer la semilla de la nue- va flor. El segundo pétalo contiene el cajón de los nombres y de él saldrá el nom- bre del niño o niña que dará nombre a la flor. Este cajoncito es cuadrado y cuando se abre, salen disparadas hacia arriba las letras que componen el nombre que llevará la nueva flor. Y es que cada flor también tiene su propio nombre, como todos los niños, para que su familia y amigos los puedan reconocer. Recuérdalo cuando quieras jugar al Taca-tum. Luego, esas letras, comienzan a caer como si fueran una fina lluvia de plata y van desvaneciéndose mientras caen. El cajón del tercer pétalo es el que decide qué color tendrá la flor; por eso las flores del jardín sabio son blancas, porque sus colores están ahí guar- dados y concentrados para dar a las nuevas flores las más atractivas to- nalidades. Este cajón consiste en una fina lámina que se desplaza hacia adelante y en la que lucen con gran intensidad los colores de la nueva flor. El cuarto cajón contiene las semillas de la flor. También es un cajón re- dondo, pero éste gira sobre sí mismo, como lo haría un bombo de lotería, 4
  • 6. hasta que cae la semilla y desciende hasta el lugar donde la nueva planta debe nacer. Y, por último, el quinto pétalo empuja su curioso cajón, que se abre al revés; es decir, cuando el pétalo lo empuja hacia fuera, puedes ver que está abierto por debajo (y no por arriba como cualquier otro cajón) y de él se desprende un fino polvillo de oro que va cayendo y que es el abono que logrará que la flor llegue a arraigar donde después deberá crecer.” -¿Y cómo sabe la flor que ya es hora de comenzar a abrir esos cajones tan raros? –interrumpió de nuevo Mario a su padre asombrado ante la posibilidad de que pudiera haber algo así. -Pues por eso se llama el jardín sabio. Su jardinero habla cada día con sus flores, las cuida, las alimenta y se ocupa de que tengan luz y calor. Y, como ya estás viendo, esas flores son muy especiales. Gracias a los es- merados cuidados del mágico jardinero, sus estambres (esa especie de antenitas que hay en el centro de la flor) han desarrollado una especie de radar y captan todo lo bueno que pasa en el mundo de los niños y también intuyen lo bueno que les va a ocurrir. No se les escapa nada. Y esos cajoncitos que llamas raros son preciosos y mágicos y muy diferen- tes a cualquier cosa que puedas imaginar. Pero espera, que todavía no hemos terminado. “Cuando acaba el proceso, la mágica y sabia flor se despereza, como si saliera de un largo trance y, después de estirarse bien, se vuelve hacia el jardinero que, satisfecho, la acaricia con cariño, cierra con cuidado sus pequeños cajones y la deja descansar. Uno casi puede ver que la flor son- ríe con el orgullo y la satisfacción del trabajo bien hecho, del deber cum- plido.” -Papá, yo quiero buscar una de esas flores especiales. ¿Tú crees que por aquí habrá caído alguna? 5
  • 7. -Vamos a verlo. Caminemos un poco, a ver qué pasa. Ambos se dirigieron hacia el paseo de las flores, en aquel precioso par- que al lado de casa, donde hacía un momento el niño jugaba a pisotear- las. El padre le observaba con ternura; disfrutaba mucho inventando pa- ra él historias que, aunque fantásticas, o quizá por eso mismo, le hacían pensar y aprender algo nuevo y, en este caso, el respeto a la vida bien merecía un fantástico relato. De repente Mario se detuvo y se agachó con cuidado. Cuando su padre se acercó estaba muy concentrado observando un pequeño mímulus de color rojo intenso.- ¡Mira, papá, ésta es mi flor! –exclamó de repente. -¿Tú crees? -Estoy seguro. Es chula ¿verdad? -Sí que lo es. ¿Y por qué estás tan seguro de que es tu flor, Mario? -Porque cuando me he acercado y la he mirado, se ha movido hacia mí, como si me llamara. Y, además, es de mi color favorito. -Si tú crees que es tu flor, entonces lo es. -Papá –le dijo Mario frunciendo el ceño-, ¿y qué cosa buena crees que me va a pasar? -Tal vez ya te haya pasado; puede que esa flor sea para celebrar algo bueno. -Yo no he hecho nada bueno ahora. Además, estaba pisando las flores y eso no es bueno, ahora me doy cuenta. Pero ya no voy a jugar al Taca- tum, no quiero pisar más las flores. -Mario, ¿no crees que es probable que esta flor celebre eso mismo? Tal vez lo bueno que ha ocurrido es que has empezado a quererla en lugar de aplastarla para comprobar si sigues siendo el más rápido… 6
  • 8. Mario se quedó pensativo ante las palabras de su padre y asintió con la cabeza. –Pero… -añadió- si la dejo aquí, tal vez mañana cuando vuelva ya la haya pisado otro niño. -Es posible –le respondió Ángel con comprensión-. Pero hoy has podido ver a tu flor, acariciarla y quererla y eso es algo que permanecerá para siempre dentro de ti. Mario miró por última vez a su maravillosa flor y se despidió de ella. Tal vez mañana no estuviera, pero seguiría buscando otras flores con su nombre y, para encontrarlas, su pequeña cabecita iba pensando, mien- tras caminaba de vuelta a casa agarrado de la mano de su padre, que lo mejor sería hacer cosas buenas. Así encontraría muchas flores a las que querer y que tuvieran su nombre. “El Jardín Sabio” Por M.Paz Pérez-Campanero Marzo 2011 Obra bajo licencia de Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Compartir bajo la misma licencia 3.0 España License. 7