1. CARACTERÍSTICAS DE LOS TEXTOS
1.1. Punto de partida: La Lengua
El lenguaje es un instrumento que permite la comunicación entre los miembros de una
misma comunidad lingüística, es decir, entre quienes conocen una misma lengua, por
ejemplo: el español, el francés, el inglés, etc. Cada una de estos sistemas de
comunicación puede estudiarse desde distintas perspectivas; así, Teun Van Dijk
(1992) señala que en el lenguaje pueden reconocerse los siguientes niveles:
La fonología estudia las formas del sonido en una gramática. Es decir, analiza
cómo se caracterizan los fonemas (/a/, /b/, /c/, etc.) y qué combinaciones pueden
establecerse.
La morfología estudia las formas de las palabras, los accidentes o variaciones que
poseen “en su interior” (por ejemplo: raíz y desinencia).
La sintaxis señala qué combinaciones entre palabras constituyen oraciones
inteligibles en una lengua. Así: *Los chica fueron. No responde a las reglas
sintácticas del español.
La semántica se ocupa del sentido que adquieren la combinación de palabras y
frases. Cuando este sentido depende del contexto estamos frente al nivel
pragmático.
1.2. La noción de Texto: características
Como hemos dicho, una lengua es un sistema de signos cuyos significados permiten
la comunicación en una sociedad. Cuando usamos ese sistema en una instancia
concreta, producimos un texto que puede ser tanto oral como escrito. La palabra
deriva del latín texere que significan tejer, la referencia etimológica es útil pues nos
invita a pensar en una actividad que genera “un entramado interdependiente”. Es
decir, un texto es un “tejido de palabras” que constituye una unidad significativa. Al
respecto, Enrique Bernárdez (1982:85) propone la siguiente definición:
Un texto es una unidad lingüística comunicativa fundamental, producto de la actividad
verbal humana, que posee siempre carácter social; está caracterizado por su cierre
semántico y comunicativo, así como por su coherencia profunda y superficial, debida a
la intención (comunicativa) del hablante de crear un texto íntegro y a su estructuración
mediante dos conjuntos de reglas: las propias del nivel textual y las del sistema de la
lengua.
Todo texto, entonces, en tanto unidad de sentido, busca transmitir un mensaje, para
ello es necesario que posea las siguientes propiedades (Cassany, 1999):
Coherencia: debe contener cierta “organicidad temática” que nos permita percibirlo
como “una unidad”.
Materia: Lengua -1-
2. Cohesión: cada una de sus partes deben estar “unidas” entre sí.
Corrección: debe cumplir con las normas sintácticas y ortográficas vigentes.
Adecuación: el grado de formalidad debe corresponderse con la situación
comunicativa (el contexto) y las relaciones entre los integrantes de la comunicación.
1.2.1. La función textual
El texto, en tanto unidad comunicativa, circula entre los hablantes de una comunidad
lingüística. Por ello podemos decir que toda práctica discursiva pone a los textos a
funcionar en sociedad.
Roman Jakobson (1896-1982) diseñó el esquema de la comunicación que incluye
un emisor (quien produce el texto), un mensaje, un código (en el caso de las lenguas
naturales puede ser el español, el inglés, etc.). A su vez, todo mensaje requiere de un
canal para su transmisión (el aire a través de las ondas sonoras, el papel, etc.) que
será el medio físico para conducir el mensaje. Por último, el receptor debe conocer el
código para poder interpretar aquello que el mensaje quiere significar, es decir, el
referente.
Materia: Lengua -2-
3. En relación con la intencionalidad comunicativa, el emisor pone énfasis en uno u otro
elemento del esquema de la comunicación. De manera más o menos consciente, el
emisor pretende que el mensaje “cumpla un rol” o “funcione” de acuerdo con sus
propias expectativas. Las funciones del lenguaje suelen aparecer combinadas en los
textos, aunque predominan unas sobre otras.
1. Función expresiva: el emisor tiene la intención de expresar los propios
sentimientos y emociones. El elemento acentuado en el circuito de la comunicación es
el emisor.
Ejemplo:
Recuerdo siempre a mi madre de la misma manera: con un libro en la mano y una
sonrisa en su rostro.
2. Función apelativa: el emisor busca convencer o llamar la atención del receptor.
Ejemplo:
Salí al jardín, el día está hermoso, te va a hacer bien tomar un poco de sol.
Materia: Lengua -3-
4. 3. Función referencial o informativa: el emisor pone énfasis sobre el tema o
referente del mensaje.
Ejemplo:
Fundación leer desarrolla un concurso educativo destinado a niños que concurren a
escuelas públicas o privadas con el objetivo de promover la lectura y la escritura en
todo el país. (Revista Rumbos. Año 5 N°256-20/7/08:15)
4. Función poética: se pretende producir un texto estético, generalmente se utilizan
figuras retóricas.
Ejemplo:
Yo tomo la palabra y la recorro
como si fuera sólo forma humana
me embelesan sus líneas y navego
en cada resonancia del idioma
pronuncio y soy y sin hablar me acerca
a fin de las palabras al silencio.
(Pablo Neruda, La palabra. 1962)
5. Función Fática: la intención es corroborar si el canal de la comunicación es
adecuado. Expresiones como: ¿Sabes? ¿no te parece? etc.
Ejemplo:
En medio de una conversación telefónica, uno de los interlocutores advierte silencio en
la línea y dice: “¿Hola? ¿Me escucha? ¿Se cortó la comunicación?”
6. Función Metalingüística: se cumple cuando el emisor refiere al código lingüístico,
es decir, cuando el lenguaje refiere, por ejemplo, al mismo español.
Ejemplo:
La palabra “comer” es un infinitivo que pertenece a la segunda conjugación.
1.2.2. Distintos tipos de textos
Recordando la metáfora etimológica, texere, podemos decir que tanto texto y tejido
poseen diferentes tramas en función de las particularidades de cada entramado. Las
tramas textuales refieren al modo de organización de la estructura y contenido de los
textos. Además, tal como sostienen Calsamiglia y Tusón (1999:269): “la consideración
de cada uno de los modos y secuencias por separado pretende mostrar los rasgos que
los distinguen, aunque en el discurso real puedan aparecer combinados o
superpuestos”. En este sentido, reconoceremos las siguientes tramas textuales:
1. Trama narrativa. Presenta una sucesión de hechos que ocurren en un tiempo y en
un espacio, pues en todo relato los acontecimientos se anclan en un ámbito espacio-
temporal. A su vez, encontramos una voz que relata los sucesos: el narrador, que
cuenta desde un punto de vista (1ra, 2da, 3ra persona; omnisciente, testigo, etc.).
Dicha voz no debe confundirse con el autor, agente productor del texto narrativo.
Esta trama predomina en anécdotas cotidianas, cuentos, novelas, etc.
Materia: Lengua -4-
5. 2. Trama descriptiva. Supone la caracterización de rasgos de personas, lugares,
estados emocionales, etc. Uno de los procedimientos más frecuentes en las
descripciones es la enumeración que puede ir acompañada de adjetivos los cuales
explicitan el punto de vista del emisor.
Es frecuente que esta trama aparezca combinada con otras. Por ejemplo, en un texto
narrativo suele presentarse la descripción de lugares y personajes.
3. Trama argumentativa. Implica la intencionalidad del emisor de defender una idea
que es discutible. Generalmente poseen una Introducción que presenta el tema sobre
el que se va a debatir; una Tesis que es la idea que se pretende defender; una
Argumentación o Defensa que implica el uso de distintas estrategias (citas de
autoridad, preguntas retóricas, ejemplificaciones, etc.) para defender la tesis. Y por
último, la Conclusión es la instancia en la cual se refuerza la tesis y se concluye o
cierra el texto.
Suele predominar en cartas de lector, discusiones cotidianas, etc.
4. Trama dialogal. Implica la interacción entre los hablantes de una situación
comunicativa. Por esto, Calsamiglia y Tusón (Ibid, 318) sostienen: “La conversación es
el „protogénero‟ que mejor ilustra esa característica dialógica de la comunicación, que
impregna todas las demás formas de la expresión discursiva”.
Esta trama predomina en obras de teatro, conversaciones cotidianas, etc.
Trama explicativa. Supone el desarrollo más o menos extenso de una explicación en
la cual el emisor se constituye como sujeto autorizado para darla. Suelen aparecer en
textos escolares, diccionarios enciclopédicos y textos científicos. En general, ante un
objeto de suma complejidad se explica por qué y cómo es. A veces las explicaciones
se entrecruzan con otras tramas, por ejemplo, la descriptiva.
Como ya hemos visto, las tramas implican modos de organizar el contenido y, a
menudo, se presentan combinadas unas y otras. Además, revisando lo ya explicado
en torno a las funciones textuales (I.2), advertimos que estas categorías aportan
ópticas diferentes para observar el hecho discursivo, siendo al mismo tiempo,
complementarias. Al respecto, Kaufman y Rodríguez (1997) han elaborado una
tipología textual que permite advertir cómo estas nociones son válidas para pensar la
constitución y el funcionamiento de los textos:
Función Informativa Expresiva Literaria (o Apelativa
Poética)
Trama
Descriptiva Definición Nota Poema Aviso Folleto
de enciclopedia
Afiche Receta
Informe de
Instructivo
experimentos
Argumentativa Artículo de
opinión
Materia: Lengua -5-
6. Monografía
Narrativa Noticia Biografía Carta Cuento Novela
Relato histórico Poema Historieta
Carta
Conversacional Reportaje Teatro
Entrevista
1.3. Oralidad y escritura
Hemos tratado hasta aquí fundamentalmente la lengua escrita, es importante pensar
que aunque el uso de la lengua deba ser correcto en ambos tipos de comunicación,
las lógicas de producción y de recepción del lenguaje oral y escrito son diferentes.
Podemos decir, en principio, que la oralidad es fugaz, espontánea, inmediata, copiosa,
situada en el espacio y en el tiempo del aquí y el ahora; donde debe existir siempre
una relación interpersonal. Cuando abandonamos esas condiciones comienza a ser
otra cosa: el relato de una charla, la trascripción (por ejemplo cuando tomamos
apuntes de una clase oral), la crítica escrita sobre un discurso oral, etc. A la oralidad la
acompaña el “cuerpo”: los gestos, la mímica, la proxemia; la voz, con todos sus
matices e inflexiones, su capacidad de interpretación y su riqueza expresiva y también,
los silencios.
La oralidad posibilita corregir aquello que se dice en el momento mismo de su emisión,
no tiene “una” versión correcta sino que se va modificando según el orador y su
relación con los interlocutores: los asentimientos, las negaciones, los aplausos, las
frases de estímulo, etc. llevan al hablante a proseguir o rectificar su elocución oral.
Con respecto a la situación concreta de comunicación oral, Alvarado Jiménez plantea
que “un aspecto constitutivo de esa situación es la dimensión visual y auditiva. La
performance (puesta en escena oral) no sólo se escucha sino se aprecia visualmente.
No sólo se establece una suerte de co-presencia narrador-público sino que se
establecen ciertas formas de co-participación y co-operación comunicativa”
(1994:105).
Por el contrario, la escritura puede tener una recepción diferida, es decir, los textos
escritos a menudo son leídos en un contexto de recepción diferente de la instancia de
producción. Y por lo mismo, exigen correcciones previas del redactor antes de que su
mensaje sea leído por el receptor. R. Barthes (1985) dice al respecto que la
trascripción de la oralidad nunca es exacta: la oralidad pierde “su cuerpo” e “invoca” a
otros destinatarios.
La oralidad es fundante ya que es anterior a toda cultura escritural; hoy es imposible
pensar un mundo sin textos escritos, pero en nuestra vida estudiantil y profesional
tendremos que comunicarnos oralmente en un sinfín de situaciones. Rescatar las
ventajas de la oralidad en cuanto a las posibilidades expresivas, tonales y el uso de los
paratextos que ayudan a la comunicación eficiente es muy importante. Algunas
pautas:
Materia: Lengua -6-
7. Debo adecuar mi discurso oral a la situación de comunicación y al/los interlocutores
con conocimiento de aquello que voy a decir.
La fugacidad del lenguaje oral solicita sencillez, evitar frases subordinadas y el uso
repeticiones de palabras o conceptos; sin que esto signifique pobreza de vocabulario.
El volumen de la voz y sus posibilidades expresivas depende de una correcta
postura y de la respiración diafragmática.
El uso adecuado de mis manos, de mi mirada al interlocutor/público, la proximidad o
distancia; condicionará la comunicación oral.
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