El documento describe varios riesgos asociados con el mal uso de Internet, incluyendo el acceso a contenido no fiable o peligroso, la adicción a Internet, y contactos indeseados. También discute la importancia de que los padres supervisen el uso que hacen sus hijos de Internet y les enseñen habilidades para navegar de forma segura, como seleccionar fuentes confiables y no compartir información personal. Además, ofrece recomendaciones sobre el uso adecuado de Internet.
2. Son indiscutibles las numerosas
posibilidades y ventajas que ofrece el uso
de internet en todos los ámbitos. Sin
embargo, no se deben ignorar los peligros
y riesgos que puede conllevar el hacer un
mal uso del mismo, sobretodo en sectores
de la población especialmente
influenciables o vulnerables como pueden
ser los niños, los adolescentes o las personas
con determinados problemas psicológicos.
3. Los principales riesgos asociados a un mal uso de internet son:
El acceso a contenidos no contrastados, poco fiables o falsos.
Una sobre estimulación, dispersión de la atención o dedicación de excesivo tiempo para buscar una
determinada información.
La facilidad de acceso a páginas con información peligrosa o nociva, por ejemplo, a imágenes de contenido
sexual, pornográfico o violento o a textos y relatos que pueden incitar al consumo de drogas o
medicación, así como al seguimiento de ideologías de tipo racista, sexista o, incluso, a la afiliación a
determinadas sectas.
La recepción por correo electrónico de determinados mensajes de propaganda no deseada, el contenido
de la cual puede proponer negocios ilegales o contener virus.
La participación en chats, foros o determinadas redes sociales puede facilitar contactos indeseados con
personas que pueden utilizar identidades falsas, buscando, por ejemplo, víctimas para actos
sexuales, violentos o delictivos. Asimismo, la recepción de mensajes personales cuyo contenido puede resultar
ofensivo puede también propiciar la posibilidad de entrar en discusiones, recibir amenazas
o, incluso, encontrarse involucrado en situaciones de abuso o acoso a través de la red. Hay que tener en
cuenta que el anonimato que proporciona internet puede facilitar el atrevimiento de determinados
comentarios o actitudes que difícilmente se expresarían en las relaciones directas con otras personas.
La pérdida de intimidad que conlleva la cumplimentación de formularios de acceso a algunas
páginas, facilitándose información personal a individuos o empresas desconocidas.
Los menores pueden verse influenciados por una publicidad engañosa o abusiva, que les incite a realizar
compras por internet sin la autorización de sus padres. Los datos personales y los códigos secretos de las
tarjetas de crédito que se facilitan en las compras pueden convertirles en víctimas de estafas o robos en
páginas web poco fiables o controladas por terceros.
El desarrollo de trastornos psicológicos como la adicción a internet que pueden surgir cuando confluyen
determinados factores, como problemas en la autoestima, la sociabilidad o dificultades familiares, unidos a la
vulnerabilidad típica de esta edad y a la cantidad de estímulos atractivos y sensaciones placenteras que
puede proporcionar internet.
4. Un adolescente puede haber desarrollado una adicción
a internet cuando de manera habitual es incapaz de
controlar el tiempo que permanece conectado, relega
sus principales obligaciones, evita o abandona otras
actividades importantes, pierde contactos
sociales, reduce las horas de sueño, descuida hábitos de
alimentación, salud, higiene personal y actividad física y
tiende a mostrarse irritable. Existen diferentes modalidades
específicas de adicción a internet, como la necesidad de
buscar información constantemente, la de la búsqueda
de determinadas sensaciones, la de frecuentar entornos
sociales, anhelando conocer gente nueva con
personalidades ficticias, la adicción al juego o a la
compra compulsiva, entre otras.
5. Los padres deben estar atentos al uso que sus hijos hacen de internet, controlando el
tiempo que éstos pasan conectados, la frecuencia con la que lo hacen, los motivos
por los que dicen que se conectan, la reacción que tienen cuando se les interrumpe y
la actitud que muestran mientras están navegando por la red.
Es importante enseñarles progresivamente a seleccionar contenidos y fuentes de
información fiables, desarrollando la capacidad de ser críticos con las mismas. Este
proceso educativo debe pasar por alertarles del peligro que conlleva facilitar datos
personales en la red, entablar relación con personas desconocidas o el intercambio de
archivos y mensajes en un entorno no seguro.
Al mismo tiempo, se les debe ayudar a evitar la dispersión, concretando los términos
según la información buscada y delimitando a la vez el tiempo destinado a la conexión
a internet en función del objetivo que se persiga: trabajos escolares, juegos, contactos
con amigos, etc. Un buen recurso es también la instalación de programas de
protección en los ordenadores que limiten el acceso a determinadas páginas web.
Sea precavido con los mensajes que le soliciten contraseñas y nombres de usuario:
últimamente el delito informático en auge es el “phishing” y va en aumento, el
propósito de esta conducta es pedirle que digite información personal incluyendo
contraseñas bancarias a través de páginas de Internet falsas.
Denuncie: conozca la mejor manera de informar a las autoridades competentes sobre
cualquier anomalía que encuentre en la red.
6. Difundiendo el uso adecuado de Internet, tenemos unas recomendaciones útiles, esperamos que las aprovechen y las
tengan en cuenta.
Para usar adecuadamente Internet, es aconsejable tener en mente los siguientes pasos:
1. Tus datos personales, números telefónicos y dirección de residencia son para compartir con tus familiares y amigos de
verdad. Es peligroso que los envíes a desconocidos que contactes por chat.
2. Ninguna persona te puede convencer, insinuar, obligar y presionar a realizar actos que vulneren tu intimidad y
privacidad.
3. Los sobrenombres sugestivos incitan a otras personas a irrespetarte.
4. Si vas a encontrarte con una persona que conociste por Internet, asiste en compañía de un adulto responsable.
5. Consulta en enciclopedias, periódicos y textos toda la información que encuentras en Internet, de esta forma la verificas
y complementas.
6. Actualiza permanentemente en tu computador los programas antivirus, anti espía, contra ventanas emergentes y correo
basura.
7. Utiliza cuentas de correo electrónico que tengan filtros de correo basura.
8. Recuerda que las personas que navegan en chats, salas de conversación y mensajería instantánea pueden mentir en lo
que dicen ser.
9. Los comportamientos de mal gusto en línea te pueden afectar también a ti.
10. Cuando asumes con seguridad tu edad, tu sexo y situación social, ganas puntos contigo y con los otros e inspiras
respeto.
11. Si encuentras páginas o personas que promuevan conductas inadecuadas, denúncialos ante las autoridades policiales.
12. Recuerda que las contraseñas son privadas y deben ser extensas para que no sean descifradas fácilmente.