2. Gloria Fuertes Mi pueblo es la tierra mi patria el espacio mi paisaje el mundo, mi palacio un árbol. Mi vida es tu vida, mi idea un abrazo. Hundir al que trepa, subir al de abajo, Ese es mi trabajo. Mi pueblo es la tierra
3. Gloria Fuertes Yo puedo decir muchas cosas y algunas no. No puedo decir: Madrid es mi tierra, tengo que decir mi cemento -y lo siento- . Y o puedo decir muchas cosas
4. Gloria Fuertes Me pasó como con tanta gente; se me cayó ceniza del cigarro, apresurada la cogí con estos dedos para que no quemase el tapete, y nada cogí -algo frío grisáceo que ni quemaba ni era-, me pasó como con tanta gente. Fumando
5. Gloria Fuertes En las noches claras, resuelvo el problema de la soledad del ser. Invito a la Luna y con mi sombra somos tres . En las noches claras
6. Gloria Fuertes ...y por Castilla veo un árbol y parece que veo a alguien de mi familia. ...y por Castilla veo un árbol
7. En el mundo siempre somos los mismos, tan solo los besos son diferentes. Gloria Fuertes
8. Gloria Fuertes Ya ves qué tontería, me gusta escribir tu nombre, llenar papeles con tu nombre, llenar el aire con tu nombre; decir a los niños tu nombre, escribir a mi padre muerto y decirle que te llamas así. Me creo que siempre que lo digo me oyes, me creo que da buena suerte: voy por las calles tan contenta y no llevo encima nada más que tu nombre . Ya ves qué tontería
9. Gloria Fuertes Cuando me vaya... no quiero ser estatua, ni cuadro, ni vitrina, sólo si acaso de saco una cortina que te entorne la luz para que duermas. Quisiera convertirme en tu linterna y serte útil cuando no ves claro... Quisiera ser la lluvia en tu pradera o tu mi lluvia o yo tu mar y tú mi barco o al revés, jugar ser siempre un niño que en el amor me crezco, quisiera ser, todo lo que ya soy y aún no merezco. Cuando me vaya
10. Gloria Fuertes Si Gloria Fuertes viviera, es seguro que ya habría escrito unos versos sencillos y precisos (llamadlos ‘ripios’ si queréis) contra la violencia machista. Versos que todos cantaríamos o gritaríamos a coro con los niños a la cabeza. Como Gloria ya no está entre nosotros, no es que nos hayamos quedado mudos, pero no sabemos qué decir. Vicente Lumbreras – Marzo 2008