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El estudio psicológico del
                                               desarrollo moral:
                                           consideraciones teóricas y
                                                  metateóricas


                                                              Ignacio Dobles &opera*



                                                                                   Rastrearé, después de presen-
                                                                                tar algunas consideraciones ini-




                                    E
                                                                                ciales en torno a objeto de eatu-
                                                                                                 l
                                             ste ensayo se centra en al-        dio, el desarrollo de la perspecti-
                                             gunas de ias discusiones cla-      va estructuralista-cognitiva,para
                                             ve en u11 ámbito central del       introducir posteriormente diversas
                                    estudio psicoltjgico: el que se re-         propuestas o planteamientos crí-
                                    fiere. al desarrollo del juicio moral,      ticos, con el propósito de delinear
                                    y muy particularmente el de las             algunas de las áreas problemáti-
                                    discusiones derivadas de los plan-          cas en este campo, que a su vez
                                    teamientos estruchualistas-cogni-           conducen de manera inevitable al
                                    tivos inspirados en el trabajo de           tema de las potencialidades del
                                    Piaget y de Kohlberg.                       ser humano.

      IZTAPALAPA 35
EXTRAORDINARIO DE 1994, pp. 21-54
                                    *                                                           -
                                        Psichiow costamcmse. exdirector de la Facultad de Psicoloela de la Univcaidad de
                                        costa &a.
22                                           ígnacio Dobles Oropew



   Este esfuerzo, debo advertirlo, forma parte de un       lidad sin que el propio investigador asuma ui1.i “posi-
proyecto mayor, en el que he trabajado con miras a         ción moral”. En esa inteligencia, la “falacia iiatura-
relacionar el estudio del desarrollo moral con el estu-    lisia” según la cual los hechos “por sí mismos” pro-
dio de los valores. En esta búsqueda, en que he inten-     ducen valores entraña un callejón sin salida.
tado trascender las fragmentaciones y compartimen-            Es inevitable, por lo tanto, remitir los diferentes
taciones típicas de la psicologia, me he t o M o con la    discursos psicosociales a concepciones acerca de la
necesidad de articular las discusiones alrededor de        sociedad y del ser humano. Esta advertencia cobra
ejes analíticos más giobalizantes, inspirados en la        particular importancia si atendemos a la observación
teoría de la alienación (Israel, 1977) y en la teoría de   de Packer (1992) de que los psicólogos tienden a
la identidad social (Montero, 1987). En esta ocasión,      asumir, erróneamente, la existencia de una “homoge-
sin embargo, se trata de presentar consideraciones en      neidad moral”. En éste, como en otros asuntos, la psi-
tomo al estudio psicológico del desarrollo moral           cología de la moral no puede desatenderse de la moral
                                                           de la psicología.

SOBRE CI. ESIUDIO DE LA MORAL EN PSICOLOüíA
                                                           PIAOE‘I
En el contexto ontogenético de la socialización hu-
mana, el desarrollo del juicio moral implica la adqui-     Históricamente, el enfoque evolutivo-cognitivo o es-
sición y la configuración de criterios de definición de    truciwalista-genético surge de la precursora obra de
lo bueno y lo malo, lo deseable o indeseable, lo           Piaget El juicio moral del niño, publicada en 1935.
permitido y lo vedado. Esto no se produce en un            En ella, el psicólogo suizo estudió el desarrollo de la
vacio social, o de manera mecánica u homogénea en          adaptación de los niños a las reglas en los juegos
todos los individuos, sino que diversos procesos de        como paradigma para la indagación de la construc-
mediación, de índole psicológica y psicosocial, Ile-       ción de la moral. Piaget eligió este contexto por con-
van a una “individuación” del contenido de la moral        siderar que de ese modo la intervención adulta que-
que, como expresa Gonzáles-Rey (1 989), opera en el        daba reducida a su mínima expresión.
sentido de regular el comportamiento humano.                  Piaget postulaba la existencia de dos tipos básicos
   El estudio de esta problemática desde lo que se ha      de moralidad: la heferónoma, determinada por la au-
conformado como la disciplina psicológica, en sus          toridad de los padres como algo externo y sagrado, y
múltiples expresiones, encierra conflictos de suma         la autónoma, en la que:
complejidad. En un trabajo publicado en 1982, una
de las psicólogas estadounidenses que ha abordado el         ...la regla aparece al niao no ya como exterior y sagrada
tema con mayor tenacidad, Norma Haan, insiste en             en tanto que impuesta por los adultos, sino como el
que no es posible estudiar aspecto alguno de la mora-        resultado de una libre decisión, y como digna de respeto
El estudio psicoldgico del desarrollo moral                                       23



   en medi en que es mutuamente aceptada (Piaget,                Es la relación con otros ni 8 io que permitirá ir
                                                                                              s
   1935,p. 60).                                               construyendo el otro tipo de moralidad propuesto por
                                                              Piaget: la moral autónoma. En ésta:
    Piaget ubicaba en la moral heterónoma la preseii-
cia de un “realismo moral” con el que el niño cree              ...la regla aparece al niflo no ya como exterior y sagrada
que una trasgresión moral recibirá su castigo inma-             en tanto que impuesta por los adultos, sino como el
nente, al igual que en numerosos adultos funciona el            resultado de una libre decisión, y como digna de respeto
pensamiento mágico de que aquel que “trasgreda las              en la medida en que es mutuamente aceptada (Piaget,
 leyes de Dios” recibirá un “castigo divino” en su              1935, p. 60).
existencia. Piaget postulaba que los niños pequeños,
al evaluar una situación moral, enfatizan los resulta-           De esta manera el niño llegará a admitir que pue-
dos de las acciones mientras que los niños mayores            den existir cambios de reglas, y que las reglas no
tomarían en cuenta las intenciones. (Así,para ilustrar        tienen que ser coercitivas, “externas”, sino que pue-
con un ejemplo, sería juzgado culpable en mayor               den ser producto de la propia interacción con los
grado el niño que accidentalmente quebrara I O tanis          demás. La “toma de roles sociales” cobra en este
en relación con aquel que intencionalmente destruye-          proceso una importancia fundamental.
ra una sola.) La moral heterónoma es definida en                 Kohlberg y Higgins postulan, al referirse a la teo-
función de la autoridad, como algo externo al niño.           ría piagetiana, que:
AI decir de Piaget, “La primera moral del niño es la
obediencia, y el primer criterio del bien es, durante           Una moralidad de autonomía se basa en el diálogo libre y
mucho tiempo, para el pequeño, la voluntad de sus               en las normasde reciprocidad e igualdad que son inmanen-
padres” (Piaget, 1974,p. 52).                                   tes en interacciones sociales no basadas en la contención,
    Desde otra perspectiva, la moral heterónoma impli-          el poder o iaautondad(KohlbergyHiggins, 1987,p. 120).
ca la reificación absoluta, al construirse sobre la baie
de una negación del carácter relaciona1 y dinámico               En su aniilisis acerca de las concepciones de Pia-
de la existencia humana, y plantear como inalterable          get sobre la moral, Kay (1976)destaca la atención
lo que es producto de la interacción. Piaget postulaba        brindada por el autor citado a los siguientes aspectos:
que la moral heterónoma implicaría de esta manera
que los deberes y los valores se consideraran como algo       I . La influencia que tiene en el niño la compulsión
que existe de por s , imponiéndosea la realidad del niño.
                     í                                           impuesta por el adulto.
Así, lo que debe cumplirse es la ‘‘letra’’ y no el “espíri-   2. El efecto que la cooperación social ejerce sobre
tu” de la ley, y la responsabilidad(por los actos) adquiere      el juicio moral.
características objetivas, al margen de la intención de       3. El reflejo del desarrollo intelectual sobre los pro-
los sujetos o las particularidades de las circunstancias.        cesos de desarrollo moral.
24                                            Ignacio Dobles Oropezu


      Kay refiere que para Piaget: “... toda moralidad      KOHLBER~
 consiste en un sistema de reglas, y la esencia de ellas
 debe buscarse en el respeto que una persona adquiere       El discípulo directo de Piaget en este campo de estu-
 hacia estas reglas”(Kay, 1976, p. 141).                    dio fue el psicólogo estadounidense Lawrence Kohl-
      Incluso autores que se han acercado al tema desde     berg, fallecido en 1985, quien realizó importantes
 perspectivas radicalmente diferentes, como Wright          contribuciones en el estudio evolutivo-cognitivo del
 ( I 983), han partido de esta premisa básica.              desarrollo moral. La ligazón entre ambos autores es
      En los jardines de juego suizos de los años 1920 y    destacada por Habermas (1985) al afirmar que “am-
  1930 Piaget buscaba descifrar algunos de los secretos     bos tratan de explicar competencias, que se definen
 de las definiciones humanas sobre lo legítimo y lo         como capacidades para resolver cierto tipo de proble-
 vedado. Esta contribución de Piaget, y su influencia       mas. empírico-analíticos o práctico-morales” (Ha-
 sobre desarrollos posteriores no pueden valorarse sin      bernias, 1985, p. 47). Kohlberg empieza a elaborar
 ponderar la totalidad de su obra, que concibe el desa-     sus consideraciones acerca de la evolución moral en
 rrollo intelectual como un proceso de adaptación,con       su tesis doctoral de 1958. Según Gibbs y Schnell
 su dialéctica de asimilación y acomodo, enfatizando        (1985), este autor cuestionó en su momento dos tesis
 el papel activo del ser humano en el mundo que lo          compartidas por la mayoría de los psicólogos nortea-
 circunda, y el desarrolJo de estructuras o esquemas        mericanos:
 mentales.
     Piaget rescata el concepto de “equilibrio” como        1. Que la moralidad era cuestión de acomodo del
 estado de “máxima tensión” en las facultades del              individuo a los valores y requisitos de la sociedad,
 sujeto.                                                       suponiendo un sujeto pasivo y conformista, y
     L o que heredarán los continuadores de Piaget será     2 Que la moralidad es fundamentalmenteun asunto
 un enfoque formalista, abstracto, de la formación de          de “sentimientos” y que la conducta moral debe
 capacidades en el sujeto para su relación con el mun-         su poder motivador a procesos de “socialización
 do y con los demás seres humanos, además de una               afectiva”.
 concepción de La moralidad basada en una “ética de
 la justicia”. Estos aspectos, en el estudio de la moral,      Kohlberg ponía el acento en cuestiones de cogni-
 generarán algunas de las discusiones más relevantei        ción y del rol activo del sujeto en su medio, siguien-
 que consideraremos en las siguientes secciones de este     do la perspectiva interaccionista piagetiana.
irabajo. Sin embargo, la visión dicotómica de Piaget           Este autor intentó, de manera explícita, hacer una
 en tomo a la moralidad ofrece un esquema interpreta-       combinación de filosofia y psicología, como se evi-
 tivo que no hace justicia a la complejidad del fenóme-     dencia en su afirmación siguiente, citada por Haber-
 no; de ahí las eiaboraciones postenores, más comple-       mas (1985, pp. 52-53):
jas, de otros autores.
..           I.               ,    ,    j   .      .   I   <




                                          El esiudio psicológico del desarrollo moral                                          25



  ...mien- que los criterios morales de la adecuación de                   De ese modo se configura un modelo estructural
  los juicios morales coadyuvan a la definición de una pauta            evolutivo-cognitivo que: “no trata cambio alguno en
  de adecuación psicológica o del d e m l l o psicológico, la           competencia estructural a menos que el cambio sea
  investigación empírica del desarrollo psicológico reac-               evidente en un patrón de respuestas cualitativamente
  ciona sobre aquellos, ayudando a explicarlos. Nuestra                 nuevo” (Kohlberg, 1973, p. 186).
  teorla psicológica acerca de por qué los individuos avan-                Cada estadio constituye un “patrón equilibrado de
  zan de una etapa a la siguiente se fundamenta en una teoría           interacción entre organismo y materia” (Kohlberg,
  filosófica-moral, que explica porqué la última eiapa es               1973, p. 182). Al respecto recordemos aquí la con-
  mejor o m& adecuada moralmente que la anterior.                       cepción piagetiana de equilibrio no como sinónimo
                                                                        de pasividad sino de tensión entre organismo y am-
   Este intento de combinación de la filosofia y la                     biente. Por otro lado, la propuesta kohlkrgiana parte
psicología ha atraído la atención de especialistas en                   de una premisa de aplicación universal, como l re-
                                                                                                                        o
ambos campos, como l revela la publicación de un
                        o                                               velan Kohlberg y Gilligan en 1971:
número especial de la revista Erhics (volumen 92) en
el año 1982. En ésta encontramos una interesante                          ...el concepto de estadio implica una invariancia que
discusión entre psicólogos que apoyan las posiciones                      secuencia en el desarrollo, una regularidad de progreso
de Kohlberg y otros que defienden posturas funda-                         poco a poco, independiente de la enseAanza cultural o la
mentadas en el aprendizaje social.                                        circunstancia. La enseAanza cultural y la experiencia
   Hersch, Reimer y Paolitto (1984) sugieren que                          pueden acelerar o hacer m&slento el desarrollo, pero no
desde sus primeros escritos Kohlberg se interesa por                      pueden cambiar su orden o secuencia (1971, p. 1058).
los juicios morales como procesos cognoscitivos que
“nos permitirán reflexionar sobre nuestros valores y                       Este autor ha defendido la existencia de “princi-
ordenarlos en una jerarquía lógica” (1984, p. 47).                      pios morales universales” en el marco de una teoría
   Para su formulación acerca del desarrollo moral                      que él mismo ha definido como “formalista” (Kohl-
Kohlberg toma de la psicología evolutiva el concepto                    berg, 1973). Discutiré en una sección posterior de
de “estadio” o “etapa”, que implica:                                    este trabajo las implicaciones de este pretendido uni-
                                                                        versalismo.
1. Diferencias cualitativas en el modo de pensar de
   cada estadio.
2. Que cada estadio forma un todo estructurado.                         NIVELESDEL DESARROLLO M O W
3. Que los estadios forman una secuencia invariante.                    EN LA TEORfA KOHLBERGIANA
4. Que los estadios son integraciones jerárquicas.
5. Que los estadios son universalmente válidos.                         En el modelo de Kohlberg se proponen tres niveles
                                                                        del juicio moral, y en su primera formulación, poste-
26                                            Ignacio Dobles Oropeza



riormente revisada, seis estadios. cada nivel co-           de la subietivida Y estudios realiza srecientemen-
rresponden dos de estos estadios. E paso de un esta-
                                      l                     te a nivei nacional ;Campos, Dobles, Blanco y Clara-
dio a otro es un proceso de aprendizaje constructivis-       mount, 1990) revelan que más de la mitad de la
ta (Habemas, 1985), en que el conocimiento es pro-          población está de acuerdo con que “algunos delitos
ducto de procesos de aprendizaje que tienen que ver         justifican la pena de muerte”, lo cual, dicho sea de
con la solución de problemas en los que participa de         paso, proporciona inquietantes indicios de autorita-
manera activa el sujeto, y en los que el proceso es          rismo. Debo mencionar, sin embargo, que el discer-
dirigido de manera inmediata por las cogniciones de          nimiento de modaiidades de pensamiento moral si-
quienes aprenden. Estamos entonces ante una concep           guiendo el esquema kohlbergiano no se puede basar
ción “constnictivista” del desarrollo moral. Habemias        en fragmentos del mismo, sino en un análisis de
lo i n t e r n de la siguiente manera (1985, p. 148):       diversos elementos del rezonamiento moral eviden-
                                                            ciado ante la presencia de dilemas. Lo que expongo a
   . las estructuras cognitivas que estsn en la base del     continuación tiene, por l tanto, un propósito mera-
                                                                                      o
  juicio moral no pueden explicarse en primer lugar por     mente ilustrativo.
  el medio ambiente o a causa de programas y procesos de        Desde una perspectiva moral, las r a z w y los
  maduración innatos, sino como resultado de U M reor-      procesos involucrsdos en la Iepitimaciós de medidas
  ganización creadora de un inventario cognitivo presente   como la pena de muerte no podrían sems indiferentes.
  que se ve superado por la presencia de problemas que se
  plantean con una tozuda insistencia.
                                                            NIVEL PRECONVENCIONAL
   El desarrollo del juicio moral a través de las etapas
supone para Kohlberg un doble proceso de creciente          Este nivel enfoca la cuestión moral desde la perspec-
diferenciación y creciente integración (Kohlberg, 1973).    tiva de los intereses concretos de los individuos im-
   A continuación presento una breve caracterización        plicados. Contempla los siguientes estadios:
de la formulación inicial de los estadios y niveles
kohlbergianos, sustentada en la descripción hecha
por Hersch, Reimer y Paolitto (1984). Con un propó-         E,stadio I: moralidad heierónomu
sito ilustrativo intentaré proporcionar ejemplos del
razonamiento perteneciente a cada estadio basándo-          Similar a l planteado por Piaget. En este caso la
                                                                         o
me en lo que podría plantear una persona acerca de          obediencia se presenta ante el castigo, la presencia
porqué debe o no existir la pena de muerte. Este            física, el poder superior de seres vistos como autori-
ejemplo podría en un primer momento parecer extra-          dades. El individuo asume un punto de vista egocén-
ho planteándose desde un país en que no existe la           trico y no considera los puntos de vista de los demás.
pena de muerte; sin embargo, estamos en el ámbito           Se confunde la perspectiva de la autoridad con la
El estudio psicológico del desarrollo moral                                   21



propia. Del mismo modo que la autoridad del padre        minados delitos justificándola por la autoridad de aque-
se convierte por sí misma en factor legitimador para     1 0 poderes que la solicitan. La autoridad, por s sola, se
                                                          1s                                              í
el niño pequeño, en el ejemplo que nos ocupa podría      convierte en elemento definitorio de la moralidad.
apoyarse la exigencia de la pena de muerte para deter-

                                                         Estadio 2. IndividuaIismo conFnes
                                                         instrwnentales y de intercambio

                                                         En este estadio se siguen las reglas debido al interés
                                                         propio inmediato. Se trata de hacer cumplir los pro-
                                                         pios intereses y necesidades, y dejar a los demás
                                                         actuar de la misma manera. Es una perspectiva con-
                                                         creta individualista que busca servir a los intereses
                                                         propios y que a la vez reconoce que los demás tienen
                                                         sus propios intereses. Creo que una legitimación de
                                                         la pena de muerte articulada sobre una conciencia
                                                         ingenua de que “si cada quien se atiene a l suyo”
                                                                                                       o
                                                         (“Cada quien en su casa y Dios en la de todos”) no
                                                         habrá injusticias ni arbitrariedades, puede obedecer a
                                                         la lógica de esta etapa. De esta manera, si alguien se
                                                         ve afectado con la muerte como castigo, se debe en
                                                         Última instancia a que se esm’a metiendo “en cosas
                                                         que no le importan”. Con el ejemplo quiero resaltar
                                                         la característica fundamental de la orientación moral
                                                         definida en esta etapa por Kohlberg, de responder a
                                                         intereses y necesidades individuales, concretos, sugi-
                                                         riendo una lógica de razonamiento coherente con
                                                         esta perspectiva.


                                                         NIVEL
                                                             CONVENCIONAL

                                                         En este nivel se adopta la perspectiva de los requeri-
                                                         mientos de la sociedad o del grupo (el “otro genera-
28                                           Ignucio Dobles Oropeza


lizado” de Mead-1934). AI decir de Habermas (1985),        esta categoría. Se reifica al “sistema social” en esta
se construye de esta forma el “mundo social”. Tam-         perspectiva, en tanto se le concibe como algo estático,
bién contiene dos estadios.                                con “vida propia” y no como producto de la acción de
                                                           los seres humanos, y por lo tanto, modificable.

Estudio 3 Expectativas interpersonales mutuas
                                                           NIVELPOSCONVENCIONAL O D E PRINCIPIOS
Aqui estamos en el plano de la conformidad. Se espe-
ra vivir de acuerdo con lo que personas cercanas           Los dos estadios originalmente asociados con este
consideren “correcto” Es la orientación del good           nivel, que trasciende la mera ubicación en las “nece-
boy, según Kohlberg.                                       sidades” de un sistema social, son los siguientes:
   Se resalta aquí la necesidad de llenar las expectati-
vas de los demás, operando la llamada “regla de
oro”: “ponerse en el lugar del otro”. No existe aún,       Estudio 5. Conirato social o utilidad
sin embargo, una perspectiva de sistema generaliza-        y derechos individuaes
do. Una opinión que pretenda ciegamente seguir lo
que dicta la “mayoría”, en este caso sobre la pena de      En este estadio se presenta un sentido de obligación
muerte, sería un ejemplo apropiado, o, en otro plano,      ante la ley a causa del “contrato social”, ajustándose
el “votar para ganar” en los procesos electorales.         a las leyes “por el bien de todos” y por la protección
                                                           de los derechos de todos. Existepreocupación en este
                                                           estadio de que las leyes, los deberes, deben basarse
Estadio 3. Sistema social y conciencia                     en cálculos racionales que busquen el mayor bien
                                                           para el número mayor de personas. Un razonamiento
   Este estadio implica la necesidad de mantener un        que destaque que, aunque represiva, la pena de muer-
orden social tomando el punto de vista del sistema‘        te es necesaria ya que al castigar de esta manera a los
que define roles y reglas. Existe, ahora si, una pers-     ejecutores de determinados delitos se estará evitando
pectiva de sistema generalizado, pero altamente con-       que -por via del ejemplo- se repitan hechos simi-
formista. Se consideran las relaciones interpersona-       lares en el futuro, sigue la lógica aquí referida
les en términos de su lugar en el sistema. Esta especie
de “fwcionalismo burdo” da poco margen a la flexi-
bilidad. Una legitimación de la pena de muerte arii-       Esíadio 6. Principios éticos universales
culada en torno al discurso de que los delincuentes
son “peligrosos” para la sociedad y que por lo tanto       Con esta etapa culminaba Kohlberg su sistema. Pre-
merecen ser eliminados sería, a mi juicio. ubicable en     supone la evistencia de principios éticos, categh-
El estudio psicológico del desarrollo moral                                   29



cos, elegidos por el individuo, pero con validez uni-         Davidson, Robbins y Swanson (1978) indagaron
versal (es decir, aplicables en todos los contextos).      acerca del carácter jerárquico y secuencia1 de la teo-
Estos principios serían los parámetros para evaluar la     ría que comentamos. Ésta, según ellos, establece las
validez de las normas y las leyes: cuando las leyes        siguientes premisas:
violan los principios, se “actúa de acuerdo con los
principios”. Una oposición categórica a la pena de         1 Que el razonamiento de etapas adyacentes es más
                                                             .
muerte por considerar la vida humana como “sagra-              similar estructuralmente que el de etapas no ad-
da” se ubicaría en este nivel de razonamiento moral.           yacentes.
Ejemplificaba Kohlberg este tipo de pensamiento, de        2. Que existe un ordenamiento en las etapas.
manera simplificada, con casos de la vida de perso-        3. Que el ordenamiento corresponde a la secuencia
najes como Martin Luther King y Mahatma Ghandi.                formulada teóricamente por Kohlberg.
   La formulación de este modelo sufre posterior-
mente dos cambios importantes: la puesta en duda,             Los resultados de su investigación sostienen en
de parte del mismo Kohlberg, a raíz de las críticas y      términos generales estos supuestos, aunque encuen-
las discusiones generadas por su primera formula-          tran que las distinciones entre los niveles preconven-
ción, de la existencia de la etapa seis tal y como fuera   cional, convencional y posconvencional son más pro-
originalmente definida, y el hallazgo empírico de lo       nunciadas que las distinciones entre etapas en cada
que Kohlberg denominó la “etapa cuatro y medio”            nivel. En cuanto a la relación entre niveles, los inves-
(Kohlberg, 1973, p. 91) que conlleva un patrón de          tigadores destacan que:
pensamiento en la transición del razonamiento conven-
cional al posconvencionalcaracterizado por un “escep-        ...losjuicios preconvencionales no desaparecen del pen-
ticismo ético” o un “relativismo ético extremo”.             samiento de sujetos mayores, como parece sugerir la
   Para Gibbs (1992), siguiendo el pensamiento pia-          teoria, sino que permanecen como consideraciones mo-
getiano, la clave en esta visión del desarrollo moral        rales importantes aun cuando las razones de principios
consiste en la creciente capacidad para descentrarse:        se hacen cada vez más prominentes en su pensamiento
“la habilidad desarrollada para atender e interrela-         (Davidson, Robbins, Swanson, 1978,p. 143).
cionar perspectivas múltiples en una situación social,
o en términos generales, aspectos múltiples de una            Este último hallazgo es particularmente importan-
situación problemática” (Gibbs, 1992, p. 224).             te en el contexto de la teoría, al apuntar hacia una
   A continuación se hace referencia a algunas inves-      complejidad en el pensamiento moral que trasciende
tigaciones que hemos encontrado que se relacionan          la separación nítida entre “etapas”.
con el modelo de Kohlberg en el sentido referido.             Deana Kuhn (1976) investigó también el carácter
Ilustran algunos de los aspectos de este modelo que        secuencial de la teoría, llevando a cabo lo que deno-
lian sido sometidos a pruebas empíricas.                   minó “un estudio longitudinal a corto plazo”. Esta
30                                           Ignacio Dobles Oropezu


autora hace una anotación metodológica importan-           valorar adecuadamente el desarrollo de la secuencia
te al criticar la tendencia a utilizar estudios experi-    del desariollo moral. Por otro lado, tal y como lo
mentales y transversales en las investigaciones acer-      resalta Ma (1988), Snarey no encontró apoyo empíri-
ca del desarrollo moral, el mencionar que: “las tenden-    co para la universalidad del razonamiento poscon-
cias etarias no dicen nada acerca del orden, cn que los    vencional, aspecto crucial para un modelo de la mo-
individuos exhiben varias etapas” (Kuhn, 1976,p. 163).     ralidad que propone la existencia de valores univer-
   Esta investigadora encontró, en su estudio realiza-     sales como parámetros para la definición de esque-
do con niños pequeños, que la evaluación a un plazo        mas de alta moralidad.
de un año de haber efectuado las primeras enirevistas         Rest (1975)cosfuvo que los estudios longitudina-
apoyaba la secuencia propuesta por Kohlberg, mien-         les tenían que examinar no sólo el incremento en
tras que la evaluación hecha a los seis meses no l a       etapas superiores sino también el decrecimiento en
apoya.                                                     las inferiores. Con el uso de una metodologfa propia,
   Creo necesario destacar la relevancia de la obser-      denominada el Defining Issues Test, que consiste en
vación hecha por esta autora acerca de la necesidad        la lectura por parte del entrevistado de un dilema
de llevar a cabo, en este campo de estudio, indagacio-     moral y la posterior evaluación, por su parte, de 12
nes de carácter longitudinal. Una de las =ones de lo       afirmaciones que definen los temas morales del dile-
anterior se refere a la complejidad del tema, y otra a     ma (estas afirmaciones les son presentadas por el
la necesidad de entender cabalmente las característi-      investigador). Investigó a 88 sujetos de 16-20 años
cas de los cambios que se presentan a l largo del
                                            o              de edad, encontró un incremento significativo -en
ciclo vital en la construcción y definición de la mora-    un plazo de dos años- en la importancia atribuida a
lidad, con sus efectos sobre la acción del ser humano.     los pensamientos de principios morales (etapas 5 y 6
   Esto es muy diflcil de entender con estudios que        de Kolhberg). Postula que el progreso moral, en vez
comparan sincrónicamente cohortes generacionales           de implicar un proceso que se lleve a cabo paso a
que conllevan, si se examina con precisión, historias      paso entraíla una distribución cambiante del tipo de
y determinaciones culturales y sociales diferentes         repuesta. Es importante subrayar que Rest define su
   Page (198 I), en otro de estas estudios longitudina-    metodología como una tarea de reconocimiento, con-
les. encontró apoyo empírico para la propuesta se-         trastándola con la tarea de producción que exige la
cuencial postulada por Kohlberg. S m y (l985), en          metodología kohlbergiana. Rest destaca que las ta-
una reseña crítica de estudios llevados a cabo en varios   reas de reconocimiento tienden a detectar mayor pre-
países también encontró apoyo empírico relativo para       valecencia de las etapas superiores de pensamiento
el carácter secuencia1 y progresivo de las etapas mo-      moral que las tareas de producción.
rales. Sin embargo, también advierte que la mayor             En un interesante estudio publicado en 1989, la
parte de los estudios examinados son correlacionales       socióloga polaca Jasinska-Kania utiliza el esquema
y que es necesaria la dimensión longitudinal para          de las etapas kohlbergianas no como estadios en el
El esíudiopsicológico del desarrollo moral                                      31



desarrollo moral progresivo sino como diferentes ti-      cia” en detrimento de una “ética de cuidado” es uno
pos de “orientaciones morales”, obviando de esta          de los puntos de la teoría que suscitará mayores con-
manera la distinción entre forma y contenido postula-     troversias, especialmente a partir del trabajo de Gil&
da por Kohlberg (en el sentido de que l que caracte-
                                         o                gan (1982). A esto nos referiremos en una sección
riza a cada estadio en el modelo kohlbergiano es la       posterior.
manera en que la persona justifica una respuesta mo-
ral y no la respuesta moral en sí). En su estudio,
Jasínska-Kania relaciona estructuras de razonamien-       LARELACION ENTRE DESARROLLO INTELECTUAL Y
to moral, percepción de justicia (concepto clave en la    DESARROLLO MORAL
versión kohlbergiana de la moral) y legitimación
otorgada al sistema social. Encuentra diferentes tipos    Según Kohlberg, existe relación entre el desarrollo
de legitimación de la autoridad presente en las dife-     del pensamiento lógico-conceptual y el desarrollo
rentes orientaciones morales; por ejemplo, en la co-      del juicio moral; no obstante, no se trata de un para-
rrespondiente a la etapa l de Kohlberg la legitima-       lelismo, ya que la “toma de roles sociales” cobra
ción de la autoridad se hace depender exclusivamen-       particular importancia para la evolución moral. Coin-
te de su poderío, siguiendo lo que en inglés se expre-    cidentemente, cabe destacar la importancia que otor-
sa como might is right (lo poderoso es lo correcto)       gaba Piaget a la “cooperación social’’ para el desa-
mientras que en la orientación correspondiente a la       rrollo moral. Las etapas del desarrollo intelectual
etapa 3 la legitimidad se asocia a la percepción de       serían entonces condiciones necesarias pero no sufi-
autoridades que tienen “buenas intenciones” hacia la      cientes para alcanzar una etapa moral análoga.
gente, para terminar con el ejemplo - e n la orienta-        Kohlberg postula que:
ción correspondiente a la etapa 6- de que la legiti-
midad estaría en ñmción de la concordanciadel sistema          Para que un adolescente de operaciones formales
sociopolítico con principios universales, tales como la     logre el razonamiento de principios morales, debe pasar
“igualdad”, la “dignidad” y la “justicia”. Esta autora      por experiencias sociales y morales que no pueden ser
no se preocupa por el carácter secuencia1 de las dife-      conceptualizadas como experiencias que i ayuden a
                                                                                                           o
rentes orientaciones, ni por su ubicación en el desa-       transferir los principios lógicos a las situaciones socia-
rrollo ontogenético del individuo, sino que retoma el       les. Más bien son las experiencias que l llevan a trans-
                                                                                                      o
modelo de Kohlberg para caracterizar el contenido           formar sus modos de evaluación de lo moralmente co-
del razonamiento moral, en un intento por caracteri-        rrecto y justo (Kohlberg, 1973, p. 193).
zar el pensamiento de diversos sectores de la socie-
dad polaca en un momento crucial de su historia.             En un trabajo publicado en 1977, Kuhn, Langer,
   El énfasis puesto tanto por Piaget como por Kohl-      Kohlberg y Haan evalúan conceptual y empíricamente
berg en una moralidad basada en una “ética de justi-      la relación enire las etapas del desarrollo del juicio
32                                                    ignucio Dobles Oropezu



moral y las etapas de desarrollo intelectual. Para ana-           razonamiento moral correspondiente a etapas supe-
lizar sus datos retoman el concepto piagetiano de                 riores a aquella en la que se encuentra. De esta mane-
“equilibrio”, ya que encuentran que el cambio de las              ra da cuerpo a una posición epistemológica funda-
esíructuras mentales ocurre cuando los resultados de              mental, a mi juicio: que la praxis antecede al conoci-
las acciones retroalimentan la estructura mental exis-            miento, y que éste es producto de aquélla. Los proce-
tente de manera discrepante con lo establecido hasia              sos mentales estarían precedidos, en ambos casos, por
ese momento, presentando la siguiente cadena de                   cambios que se presentan en la vida social de los
eventos:                                                          individuos, ya sea por la adopción de roles o por
                                                                  situaciones vitales que verifican disonancia entre el
   Dtscrepan~ia~Desequil,b,,~~Reesvucturacl6”Equilibrio
                                          del                     pensamiento existente y aquello a io que se expone
                                                                  el individuo. De esta manera, la secuencia seflalada
   Estos investigadores encuentran que el logro de                en el esquema anterior no se ve determinada por el
las etapas del desarrollo intelectual es un prerrequisi-          desarrollo intelectual en s , sino por factores provenien-
                                                                                             í
to para el desarrollo moral, pero se da un fenómeno de            tes de la interacción del sujeto con su mundo social.
“decalaje”: l lógico-intelectual no es suficiente para
              o                                                      Kohlberg plantea otro supuesto muy controver-
explicar la evolución moral. Sugieren la siguiente se-            sial: que el funcionamiento mental en torno a io mo-
cuencia & logro del desarrollo moral superior:                    ral, al enfrentar dilemas hipotéticos y al actuar en la
                                                                  vida real, tiene las mismas características. Hersch,
Se logranoperaciones               Sepuede pasar a un nivel       Reimer y Paolitto indican que Kohlberg: “...supone
formaíes en el pcmamiento   - de principiosen in                  que una vez que la persona ha desarrollado una es-
                                   concepción del orden social    tructura de razonamiento, está disponible para él a la

Sepuede p.sal al “SO
                                              I
                                   Sepuede pasar a un nivel
                                                                  hora de pensar sobre situaciones de la vida real tanto
                                                                  como al resolver dilemas hipot6ticos” (1984, 53).  p.
espontsmo del juicio   ~           dc principiosen la                De esta manera se acerca a los ‘‘esquemas’’ piage-
mwal de principios                 comprensión del juicio moral
                                                                  tianos, y de paso justifica su estrategia metodológica
                                                                  investigativa, a la cual no nos hemos referido hasta el
                                                                  momento.
                                                                     Si aceptamos el supuesto de que existen niveles
ROLESSUCIALES Y DESEQUiLlBRlOCOGNiTíVO                            progresivos (estadios) del & m I l o moral, esto im-
                                                                  plica que mientras más oportunidadestenga el sujeto
Kohlberg revela la importancia de la “toma de roles               de conocer modelos o roles variados de comporta-
sociales” para la evolución del pensamiento moral,                miento -partiendo de que pueda efectivnmente asu-
asi como la influencia del “desequilibrio cognosciti-             mir estos roles- mayor será su desenvolvimiento
YO” que se presenta ai enfrentarse el sujeto en un                moral. Por otro lado, situaciones conflictivas, que
El esiudio psicológico del desarrollo moral                                  33



provoquen contradicciones en el sujeto, presentarían      que se desenvolvía y el desarrollo de una solidaridad
la oportunidad para lograr un desarrollo moral supe-      efectiva con la abuela de s hija adoptiva. Este dra-
                                                                                       u
rior. Berger y L u c h a n (1969) afirman que para los    mático ejemplo, que representó cinematográficamen-
procesos de definición subjetiva existen “manteni-        te un terrible procedimiento que se multiplicó en los
mientos de rutina” que no implican problematiza-          estados de la llamada Doctrina de la seguridad nacio-
ción alguna de la vida cotidiana: los diferencian de      nal vale para ilustrar el efecto de la exposición a
los “mantenimientos de crisis” en la medida en que        diferentes roles y del conflicto moral para el d e m o -
se potencian los cambios debido a que algún aspecto       1 0 de la moralidad, a la manera kohlbergiana.
                                                           1
de la realidad subjetiva deja de considerarse de “ruti-      En intentos iniciales de fomentar lo que Blatt y
na”, al problematimse. La disonancia creada por           Kohlberg (1975) llamaron la “educación moral”, se
“conflictos morales” que se presentan a los indivi-       buscaba que estudiantes discutieran dilemas morales
duos, y que pueden sacudir lo que hasta ese momento       hipotéticos, y se calibraba la progresión moral me-
se desenvolvía en un “mantenimiento de rutina”,           diante el discernimiento de las etapas encontradas.
pueden provocar cambios importantes en la autodefi-       Sin embargo, en trabajos posteriores (Kohlberg y
nición y en la definición de la moralidad proporcio-      Higgins, 1987) se postula la crítica a la visión piage-
nada por el sujeto. Esto, como lo llegara a reconocer     tiana de la construcción de la moral, ya que deja
el propio Kohlberg (Kohlberg y Higgins, 1987) ocu         fuera el aspecto grupa1 e institucional que influye
rrirá siempre en un medio social, con su organización     sobre la misma, que dicho sea de paso, está presente
respectiva, que influirá sobre los cambios y reaccio-     en el ejemplo que hemos citado y al que volvemos
nará ante los mismos.                                     una vez más para efectos ilustrativos, ya que los
   En la renombrada película argentina La historia        esfuerzos de las abuelas para recuperar a los nietos,
ofkial, la protagonista Alicia, esposa de uno de los      que se presentan en la película, cristalizan en la orga-
ejecutores de la política represiva de la dictadura       nización de las “Madres de la Plaza de Mayo”.
militar, llega a percatarse de que la niña que tenía en      Este punto es interesante, ya que Kohlberg no sólo
adopción era resultado de esa política que despojaba      se preocupó por elaborar una teoría acerca del desa-
de sus hijos a las detenidas y desaparecidas para         rrollo del juicio moral, sino en repetidos escritos, y
entregarlos a familiares de sus verdugos. Para eSte       en experiencias prácticas como las efectuadas en el
cambio de conciencia es fundamental la aparición de       Cambridge Cluster Alternativa School y en Scarsdale
una amiga que había sido víctima de la represión y        Alternativa School, elaboró el problema de la llama-
exiliada en Europa. Su testimonio, a la par de algu-      da “educación moral”, rechazando tanto el papel del
nos eventos obseniados por la protagonista hacen          psicólogo o el investigador como “prescriptor” de
añicos el “mantenimiento de rutina” que guiaba su         deducciones derivadas de la investigación y de la
existencia, al provocar un conflicto moral que tiene      teoría como la “educación del carácter” propia de
como desenlace el abandono de la cómoda rutina en         métodos indoctrinarios en la enseñanza (Kohlberg,
34                                           Ignacio Dobles Oropeza



1987). Las implicaciones para la discusión actual en        mo nivel (posconvencional) como indicador y facili-
nuestra sociedad acerca del “rescate” y la “inculca-        tador del pensamiento crítico y, en consecuencia, se
ción” de valores son evidentes. Apoyado en una lec-         ha dedicado junto con sus colaboradoras a promover
tura particular de la teoría grupa1 de Durkheim, Kohl-      metodologías para intentar desarrollarlo en sectores
berg llega a plantear que el desarrollo de la moral         de la población brasileña. Sin embargo, un escruti-
(entendiéndola siempre en función de la progresión          nio riguroso nos lleva a la conclusión de que una
en sus etapas postuladas) está estrechamente vincula-       parte importante de las controversias generadas por los
do con el desarrollo de nomas grupales en contextos         planteamientos de Kohlberg se presentan precisamente
de “comunidades justas” en las que todos sus miem-          aqui: en su concepción de una “moralidad superior”.
bros tienen voz y voto en los asuntos de toma de deci-      Esto no debe extraiiar, ya que al hacer estas formula-
siones, y en las que se analizan colectivainente contlic-   ciones Kohlberg está apuntando a una visión de “mo-
tos o prob1emáth.1 de índole moral.                         delo ideal” de ser humano (de “moralidad superior”)
                                                            y al hacer esto no puede abstraerse de sus propias
                                                            convicciones ontológicas y su propio marco históri-
U N MODELO DE “MORALIDAD SUPERIOR’                          co-social.
QUE GENERA CUESTIONAMIENTOS                                     Bloom (1986)postula que para los psicólogos evo-
                                                             lutivo-cognitivos el paso de la moralidad convencional
La secuencia de las etapas del desarrollo moral pro-        a laposconvencimd consiste en transitar de prescrip-
puestas permiten discernir el grado de complejidad          ciones morales derivadas externamente a prescripcio-
de la estructura moral del sujeto. En forma análoga,        nes morales internamente derivadas (desde otro pun-
Habennas (1981) hace uso de este esquema para va-           to de vista, esto implica para el psicoanálisis el trán-
lorar las estructuras morales institucionales de dife-      sito de la “obediencia” a la “autonegulación” a tra-
rentes tipos de sociedades, asumiendo que determi-          vés del desarrollo del superyo (Freud, 1935)). En la
nados sistemas sociales pueden favorecer el desarro-        perspectiva kohlbergiana, esta conciencia metamoral
llo de una u otra moralidad, aunque no exista necesa-       se basa en la posibilidad de una “toma de roles ideal”
riamente un paralelismo entre las estructuras institu-      (ideal role taking) entendida como un proceso cog-
cionales y la modalidad moral dominante en sentido          noscitivo en que se valoran: “...las posiciones de
cualitativo: por ejemplo, en las sociedades modernas        cada uno de los individuos involucrados en un con-
el derecho tendría su fundamento en la etapa 5 de la        flicto moral para definir los reclamos legítimos de
formulación kohlbergiana, sin que esto signifque que        cada individuo” (Bloom, 1986, p. 91).
ésa sea la moralidad dominante en la mayoría de los             Se estima que este proceso, en que se tomarian en
ciudadanos                                                  cuenta características del dilema moral y no de los
   Volviendo a Kohlberg, autores como la brasileña          actores particulares en la situación específica, lleva-
Biaggio (1988) han destacado la importancia del últi-       ria al consenso en pensadores de “alta moral”. Estos
El estudio psicológ,icodel desarrollo moral                                 35



juicios morales racionales, superiores, se constitui-     conflictos morales concretos-, se construiría en abs-
 rían:                                                    tracto, al margen de las situaciones y las personas
                                                          concretas, lo cual impide, entre otras cosas, que estos
 I . Imaginándose a uno mismo en la posición de cada      supuestos “pensadores de alta moral” enfrenten las
     persona (incluyendo la propia) en la situación       consecuencias de las aplicaciones de los principios
     concreta, considerando las demandas que los in-      priorizados. Esta “ruta simplificada” para los su-
     dividuos pueden presentar.                           puestos “pensadores de alta moral” significaría, ni
 2. Imaginándose luego que el individuo no sabe con       más ni menos, una especie de “autocontención afir-
     qué persona específica se encuentra en la situa-     mativa” que, paradójicamente, puede ubicarlos “más
     ción, preguntándose si aun así mantendríasu “de-     allá del bien y del mal”.
     manda moral”.                                           Siguiendo a Montero (1987) en sus ideas acerca
 3. Por último, actuando en consecuencia con estas        de las representaciones de identidades, tendríamos
     demandas en una situación dada.                      que cuestionar que estos sistemas axiológicos “supe-
                                                          riores”, en la vida cotidiana, sean construidos de ma-
    Se sigue así la propuesta del filósofo Rawls (Ha-     nera tan abstracta, tan desligada de las circunstancias
 bermas, 1985) del “equilibrio reflexivo”, entendido      especificas en que se desenvuelve la interacción hu-
 como: “una reconstrucción de aquellas intuiciones        mana. En coincidencia con esta critica, Baumrind ha
de la vida cotidiana que se encuentran en la base del     señalado que: “La realidad psicológica investigada
juicio imparcial de los conflictos de acción moral”       por Kohlberg es disociada de los eventos sociales y
 (Habermas, 1985, p. 37).                                 materiales que implican al sujeto” (Baumrind, 1992,
    Se enfatiza el elemento de “reciprocidad” (aplica-    p. 258).
 ción de un elemento de igualdad como principio uni-         Como hemos sugerido, la propia metaética de Kohl-
 versal) que Habermas considera necesario para un         berg parece inundar la teoría presentada, a pesar de la
desarrollo adecuado de la “identidad del yo” (Haber-      separación que este autor defiende entre la “forma”
 mas, 1985). Nótese que en estas consideraciones de       y el “contenido” del razonamiento moral.
Bloom se presupone a un individuo que, fuera de las          Para Puka (1982), la propuesta de Kohlberg es:
relaciones sociales, puede valorar las situaciones        “un cuadro de la moralidad naiural, que revela las
abstrayéndose de los vínculos concretos en que se en-     normas esencialmente elitistas de los teóricos mora-
cuentra. La critica que hace Bloom del modelo se sinte-   les en los principios operativos de la naturaleza hu-
tiza en su observación de que Kohlberg reduce la em-      mana”.
 patia a un “acto cognitivo”. E s decir, la moralidad        Packer (1992) objeta el “fundacionismo” que en-
 superior a la que parece apuntar - q u e fundamenta      cuentra en la teoría de Kohlberg, a la cud critica por
en un consenso de pensadores de “alta moral” y que        intentar anclar una definición de moralidad en princi-
Bloom considera muy poco probable se presente ante        pios universales incuestionables y en una perspectiva
36                                           Ignacio Dobles Oropeza


 que vislumbra una “naturaleza humana universal”           muestra de 76 niños y niñas del séptimo al duodéci-
 El “democratismo individualista” que identifica en        m o grado en los Estados Unidos, expresa que los
 Kohlberg lo vincula con la ética derivada del ilumi-      niveles altos de juicio moral de ambos tipos (“orien-
 nismo, con el peso que ésta brinda al individuo autó-     tado a las restricciones” y “prosocial”) se relacionan
 nomo, autocontenido, como “observador en el mun-          con el “liberalismo” en asuntos políticos. Encuentra
 do”. Tappan (1989), en un análisis de la “estructura      efectos significativos de la edad, pero no del sexo, en
 iiarrativa” de la teoría kohlbergiana, identifica en      10s índices de pensamiento “restrictivo” y “proso-
 ella un “patrón romántico”, de lucha progresiva del       cial” encontrados, así como en la medida de “libera-
 individuo autónomo por afirmarse en un mundo in-          lismo” usada. Su hipótesis es apoyada por las corre-
justo.                                                     laciones significativas que encuentra entre “libera-
    Bloom (1986), por su parte, ha cuestionado la pre-     lismo” y los niveles más altos de juicio moral en
tendida validez universal de la teoría de Kohlberg al      ambas modalidades.
comparar esta visión con las de sistemas de pensa-            El quid del asunto radica, como se ha indicado, en
 miento no-occidentales. En una crítica que conside-       que al considerar las propuestas en tomo a lo que se
 ramos muy acertada, censura el énfasis puesto en una      considera una “moralidad superior” se está caracte-
 “responsabilidad negativa” (lo moral como no impo-        rizando de manera global al sistema de desarrollo
 ner restricciones, no hacer daño, etc.) en detrimento     moral que se postula, ya que se delinea el nivel ópti-
de una “responsabilidadpositiva” que Bloom entien-         mo que puede alcanzar en este sentido el individuo.
de como “_    .nuestros compromisos con las institucio-       En otras palabras, en el ideal de “moralidad supe-
nes particulares a las que estamos afiliados y nues-       rior” propuesto se caracteriza el punto culminante y
tros compromisos con los individuos con quienes            superior del modelo de moralidad del individuo, lo
tenemos lazos especiales” (Bloom, 1986,p. 643).            cual tiene importanciaparatodos los componentes de
    Este autor señala que mientras el concepto de “pen-    un modelo que se supone secuencia1 y progresivo.
samiento de alta moral” de Kohlberg implica priori-
zar determinados valores ante situaciones dadas, el
confucionismo, en contraste, buscará como ideal el         INDIVIDUAC16N Y RESPONSABILIDADCOLECTIVA
 “balance”, la satisfacción de todos los reclamos, no
sólo los que son considerados prioritarios.                Algunas de las críticas más fecundas desarrolladas en
    Eisenberg-Berg (1976), por su parte, rechaza el én-    torno a esta temática provienen de las psicólogas
tasis puesto por Kohlberg en el razonamiento “orien-       feministas estadounidenses,empezando con los plan-
tado hacia las restricciones”.                             teamientos que hiciera Gilligan, quien fuera colabo-
    Esta última autora contrasta dicha posición de Kohl-   radora de Kohlberg en 1982.
berg con lo que ella ha estudiado como la “conducta           Dicha autora censura a Kohlberg por haber cons-
prosocial”. Su hipótesis, que somete a prueba en una       truido su teoría a partir del estudio empírico de una
El eshuiio psicológico del desarrollo moral                                  37



muestra que incluía exclusivamente a hombres. Di-              vistas acerca de dilemas morales reales, y no sólo
cho sea de paso, ya en 1977 Sampson hahia identifi-            hipotéticos. Mientras que Kohlberg, de acuerdo con
cado la prevalecencia en el sistema de Kohlberg de             su esquema, sugiere que los hombres revelan un ma-
una perspectiva “masculina” (agencial) en detrimen-            yor grado de desarrollo moral que las mujeres, Gilli-
to de una “femenina” (comunal). Esto lleva, según              gan cuestiona directamente estos resultados, al adju-
Gilligan, a la construcción de un “sistema moral”              dicar estas diferencias no a inferioridad en la progre-
desligado de las relaciones interindividuales, que:            sión moral kohlbergiana, sino a la construcción de
“...se deriva del estudio de la vida de los hombres y          una moral alternativa. Brownfield (1986) refiere por
refleja la importancia de la individuación en su desa-         su parte que mientras los hombres se desempeñan
rrollo’’ (Gilligan, 1982, p. 18).                              mejor en presencia de dilemas morales hipotéticos
    Podríamos afladir que esta construcción de siste-          (metodología de Kohlberg), esta diferencia desapare-
mas morales desligados de las relaciones interindivi-          ce cuando se trata de dilemas de la vida real, sigaifi-
duales ahre potencialmente el camino a procesos de             cativos para el sujeto entrevistado.
“cosificación” en la definición de la moral en tanto              Lyons (1983), colaboradorade Gilligan, da un paso
la “separación” implique ubicar a los “otros” o al             adicional al asociar los planteamientos acerca de la
“otro” en marcos de interacción rígidos o asimétri-            diferenciación en modos de construir la moral (las
cos. AI respecto, Gilligan y Wiggins señalan que:              “voces diferentes” según Gilligan (1983)) con una
                                                               diferenciacirh paralela en los modos de autodefini-
   La distancia entre uno y los demk ha sido celebrada         ción de las personas.
   como la marca de la distinción sujeto-objeto, el naci-         La perspectivade Kohlberg, para esta autora, conci-
   miento de relaciones sujeto-objeto.Pero también carga       be a los demás en términos del propio sujeto, mien-
   consigo el peligro de objetificación, la habilidad de       tras que la “otra voz” (femenina, según Gilligan y
   hatar a oms como objetos y a no smtu conexiones con         Lyons), los ve en sus propios términos. La “voz” de
   ellos. La sensación de que la seguridad y el autodiscemi-   Kohlberg, en su visión del juicio moral, pmupone l    a
   miento se adquieren a travb del desapego es m a t a d a     existencia de un “yo separado” mientras que la “voz”
   por el reconocimiento de que en ausenciadel co-sentimien-   de Gilligan descubre un “yo conectado”. Lo anterior
   to uno no puede saber l que obus sienten, y por lo tanto,
                          o                                    es resumido por Lyons de la siguiente manera (Ly-
   se puede vivir en ignorancia egocéntnca, peligrosamente     ons, 1983, p. 134):
   susceptible a la mionalización (1987,p. 91).
                                                                Yo separudo: Experimenta las relaciones en términos
    Gilligan plantea, desde esta perspectiva, una críti-          de equidad y reciprocidad entre los individuos.
 ca al énfasis puesto por Kohlberg en una “ética de la            Importancia de los demás consideradoscomo a uno
justicia” al construir su modelo de la moral. Además,             mismo le gusiaría ser considerado, con justicia y
en su estudio va más allá de Kohlberg al hacer entre-             con objetividad.
38                                           Ignacio Dobles Oropeza



 Medializado a través de’ Reglas, que mantienen la         considera no sólo lo que pasó sino también su efecto
   reciprocidad y la equidad en las relaciones.            sobre las personas.
 Anclado en: Roles. Deberes de obligación y de com-           Pemítaseme rastrear el origen de esta distinción
   promiso.                                                hecha por Gilligan y seguida por Lyons. En una críti-
 Yo conectado:Experimenta las relaciones respondiendo      ca publicada por Lykes en 1983, esta autora señalaba
   a los demás en SW términos. Es decir, cornpromism       que aunque Gilligan revelaba tópicos importantes re-
   con el b e de los otms para aliviar sus arrgas, sufn-
           in                                              lacionados con la problemática de un sector impor-
   mientoso heridas (fisicas o psicoiógicas).              tante de mujeres estadounidenses, no enfrentaba la
 Mediatizado a través de. La actividad de cuidar, que      discusión acerca de las c a w m de las diferenciaspostu-
   mantiene y sostiene las relaciones.                     ladas entre hombres y mujeres, dejando la puerta abier-
 Anclado en: La interdependencia: viene del reconoci-      ta a posibles interpretaciones biologistas. En 1987,
   miento de la interconexión de las personas.             Gilligan y Wiggins ofrecieron, en respuesta a ésta y a
                                                           otras críticas, una explicación posible, basada en la
   Lo anterior lleva a postular la existencia de dos       experiencia social diferencial de género. Postulaban
tipos de moralidad: una de justicia (postulada por         que existen básicamente dos dimensiones de la expe-
Kohlberg) y otra de responsabilidad y cuidado (enfa-       riencia de las relaciones de los niños pequeños (si-
tizada por Gilligan y Lyons). La primera se asocia         guiendo a Piaget (1935). L s autoras nos muerdan que
                                                                                      a
con individuos separados; la segunda reconoce y par-       si no existieran las relaciones con las demás personas
te de la interdependencia. La primera conceptualiza        tampoco existiría la necesidad moral). Las dos dimen-
las relaciones como reciprocidad y acarrea el uso de       siones referidas son las siguientes:
reglas imparciales, principios y nomas; la segunda
interpreta las relaciones como “respuestas al otro” y        La experiencia de desigualdad, que conlleva la
la construcción de problemas morales como un asun-           dependencia y la carencia de poder del niño pe-
to relacional, determinado por la necesidad de res-          queño en sus relaciones con tos adultos, y
ponder a io5 demás en sus propios términos.                  La experiencia de apego, que produce una pers-
   Otra característica de la “moralidad de justicia” es      pectiva acerca de las relaciones humanas que aso-
que implica obligaciones, deberes o compromisos              cia la moralidad con el amor.
ligados a roles y a reglas, o a valoraciones de uno
mismo y de lo moral considerando sobre todo si uno            Aunque estas dimensiones inieractúan, una de ellas
mantiene los valores, principios o las normas, funda-      puede ser dominante, lo que depende de la experien-
mentalmente el de la equidad. La moralidad de “res-        cia vital de las personas. Se entiende, por lo tanto,
ponsabilidad y cuidado”, por su parte, se basa en          que si ha prevalecido la dimensión de “apego” se
promover el bienestar de los demás o prevenir que se       facilitará la construcción de una moral de “responsa-
les haga daño, con una evaluación de la moral que          bilidad y cuidado”. La validez de la existencia de
.   ”,   .   ,*             _ I   . . . .   <   . .   .




                                     El estudiopsicológico del desarrollo moral                                39


ambas formas de moralidad la sustentan Gilligan y          tiva, cuestionan premisas básicas de la teoría al suge-
Wiggins en la existencia de estas dos dimensiones de       rir consirucciones diferenciales de la moralidad en
las relaciones desde la experiencia muy temprana del       los individuos. Sin embargo, Lykes ha hecho una
niño. Asume que en las niñas predomina la dimen-           crítica aguda a la forma en que se propone la “otra
sión de “apego” en su interacción con el mundo,            voz”, la de un ser “conectado” al señalar que: “asu-
mientras que en los niños prevalece la dimensión de        mir la existencia de una conexión es implicar y con-
“desigualdad”.                                             firmar una separaciód, o sea, que son entidades sepa-
   Langsdale (1986) sometió a prueba empírica la           radas y deben juntarse...” (Lykes, 1983,p. 167).
existencia de estos dos tipos de moralidades, utili-          Opone a este modelo el postulado de que el “yo”
zando una metodología que permitía evaluar (al con-        y los “otros” se co-definen, se co-constituyen, en un
trario de Kohlberg y de Gilligan) producciones de          contexto social con experiencias diferenciales de po-
pensamiento moral que no se acoplaban a esquemas           der. Desarrolla la categoría de “individualidad so-
aprioristicos de codificación. En su muestra de 144        cial” en contraste con la valoración del si-mismo
sujetos, que cubrían todas las edades, encontró la         como autocontenido y desligado de los demás, y con-
existencia de estas dos orientaciones de pensamiento       trasta también con el sí-mismo de modelos “socio-
moral, sin identificar otras alternativas, que están       céntricos, orgánicos” que asumen la determinación
asociados con la variable género, y que ambas se           del individuo por la totalidad. En esta co-definición,
presentan a lo largo del ciclo vital. Tambien identifi-    co-constitución se pueden, no obstante, edificar sis-
ca a cada una como una orientación predominante en         temas morales que respondan a las características
sus sujetos. Langsdale, quien no abandona una pers-        propuestas por Gilligan y por Lyons, entendiéndolas
pectiva evolutiva-cognitiva, discute e concepto de
                                        l                  como productos de procesos sociales y no de deter-
“todo estructurado” que encuentra fundamental en la        minaciones apriorísticas.
teoría, considerando que Kohlberg se equivoca al              Por ultimo, quiero señalar que diversos autores
buscar el “todo estructurado” en las etapas diferen-       han criticado la metodología usada por Gilligan para
ciales, y que en realidad se presenta en las dos orien-    llegar a sus conclusiones. Por ejemplo, Luria (en
taciones morales identificadas.                            Kerber et al., 1986) ha señalado que en el estudio de
   Ni Gilligan ni Lyons indagan l posibilidad de
                                      a                    Gilligan sobre la decisión de abortar existen proble-
combinar ambas formas de moralidad, mientras que a         mas de muestreo, carencia de reglas de categoriza-
Kohlberg no se le ocurrió siquiera que pudiesen exis-      ción de respuestas y de combinación de datos, y de
tir modalidades alternativas de construcción de la         representatividad. Sin embargo, la discusión empren-
moralidad.                                                 dida hasta el momento permite discernir que el punto
   La perspectiva de Gilligan y de Lyons es suma-          crucial de la propuesta de Gilligan, retomada por
mente interesante, ya que sin abandonar postulados         Lyons, tiene que ver con la postulación conceptual de
básicos de lo que sería una posición evolutivo-cogni-      maneras altemativas de construcción de la morali-
40                                          Ignacio Dobles Oropeza



dad, y, al igual de Kohlberg, Piaget y otros autores,     rrollar un “plan interno de razonamiento” con im-
este esfuerzo teórico-conceptual no se reduce a deri-     portantes consecuencias para su accionar. Dice esta
vaciones de procedimientos investigativos impeca-         autora (Bozhovich 1978, p. 37): “La estnicturajerár-
bles con significancia estadística. Algunas de las cn-    quica de la esfera motivacional presupone, en su for-
ticas referidas dejan U ver el aspecto fundamental por
                       e                                  ma más desarrollada, la intemalización de determi-
enfocar detolles metodológicos que nunca heron esen-      nados valores morales: representaciones, conceptos,
ciales en el aporte de estas perspectivas.                ideas, convertidos en motivos dominantes de la con-
                                                          ducta”.
                                                             Gonzáles-Rey (1983) resalta la importancia de la
          Y AUTOVALORACI~N Y su
AUTODEFWCION                                              autovaloración como expresión de un concepto pre-
RELACIÓN CON E L DESARROLLO MORAL                         ciso y generalizado de sí mismo:

 Las propuestas de Lyons vinculan directamente la           L a autovaloraci6n es un sistema regulador constante de
construcción de la moralidad en los seres humanos           la actividad del sujeto, mediante el cual no se analiza
con sus procesos de autodefinición.                         solamente la correspondencia entre las conductas expre-
   Gonzáles-Rey (1985) quien desde una orientación          sadas y las cualidades integrantes de la autovaloración,
marxista (véase Gonzáles-Rey, 1988) ha estudiado            sino que se relacionan las cualidadesy los elementosque
con detenimiento las particularidades psicológicas y        la integran tanto en la vida fuma como en las distintas
 sociopsicológicas del desarrollo moral, para la psico-     exigencias del medio hacia el sujeto (Gonzáles-Rey,
 logía destaca la necesidad de entender las especifici-      1983, p. 33).
dades de estos procesos en el marco de una concep-
ción integradora de la personalidad humana (véase            La autovaloración es considerada por Gonzáles-
 Rivera y Gonzáles-Rey, 1986).                            Rey como un “subsistema” de la personalidad, un
   Este autor destaca la “tendencia orientadora de la     tipo de “formación rnotivacional” que condiciona la
personalidad” como tendencia motivacional de or-          regulación moral. La distingue de la otra “formación
den general que regula el significado que el sujeto       motivacional”, la que tiene que ver con la autorregu-
 proporciona a determinados acontecimientos y moti-       lación moral, que es para Gonzáles-Rey la que con-
vos. Según este criterio, no basta con conocer los        forman los ideales.
motivos o los valores que sustenta el individuo; hay         En lo que concierne a la autovaloración, Gonzá-
que discernir la efectividad de estos motivos en la       les-Rey ha examinado la producción escrita de jóve-
jerarquia de la personalidad y en el potencial cons-      nes adolescentes para indagar acerca del contenido
ciente del motivo para responder a objetivos situados     de l o que expresan y la “dinámica” o valoración
en una perspectiva temporal distinta. Siguiendo a         afectiva existente en esta producción. Utiliza las si-
Bozhovich (i978), el individuo puede llegar a desa-       guientes categorías analíticas:
El esiudiopsicológico del desarrollo moral                                  41



1 . La riqueza de contenidos, que permiten al sujeto        gicos del tema en estudio. Si hemos hecho alguna
    orientarse conscientemente con precisión.               referencia a éstos en este apartado se debe a un afán
2. La flexibilidad, que posibilita la asimilación de        de ilustrar cómo los aportes de Gonzáles-Rey mues-
    elementos autovalorativos disonantes con la ten-        tran un notable esfuerzo por concretar la búsqueda de
    dencia general, y por último:                           elementos analíticos que permitan entender los pro-
3 . La integridad: la tendencia de la autovaloración        cesos involucrados en las autovaloraciones hechas
    de mantener su estabilidad y particularidadescua-       por los sujetos, que, a la par de los ideales en este
    litativas.                                              modelo, se convierten en reguladores de la concien-
                                                            cia moral. Estos aportes se presentan en el marco de
   Desde esta perspectiva, es muy diferente la autova-      una visión articulada, integradora, evitando la frag-
loración de un joven que destaque de manera estereoti-      mentación tan corriente en la psicología.
pada algún valor, por ejemplo, el de ser “buen estu-
diante”, que la de aquel que expresa, con relación a este
mismo valor, riqueza en el contenido: aspciando ser         PODER Y CONSTRUCCIÓN DE LA MORALIDAD
“buen estudiante” con situaciones concretas que le ata-
ñen directamente, y que además muestra autocrítica y        Lykes (1983) añade otro elemento fundamental a la
flexibilidad en la incorporación de esta característica.    discusión al considerar que el “carácter social” de
   En lo que se refiere a los ideales, Gonzáles-Rey         las diferencias en la construcción de la moralidad no
(1983) investiga el nivel de elaboración, consciente        puede explicarse al margen de las relaciones de po-
en el sujeto, del contenido del ideal, el nivel de asi-     der existentes. El factor poder ha sido definido por
milación del ideal con base en necesidades esenciales       Martín-Baró como: “...aquel carácter de las relaciones
de la personalidad, y el vínculo del sujeto con el modelo   sociales basado en la posesión diferencial de recursos
ideal, diferenciando tipos de ideales de acuerdo con la     que permite a unos realizar sus intereses, personales o
estructura de los mismos:                                   de clase, e imponerlos a otros” (1989, p. 101).
                                                               Dicho factor constituye un marco que posibilita o
 Concreto: que representamodelos específicos insepa-        limita, según el caso, la construcción de autodefini-
    rables de sus contextos.                                ciones o de identidades. Ya en el acápite sobre la
 Sintético: que integra diversos aspectos de diferentes     construcción de la identidad me he detenido en ese
    personalidadesconcretas.                                asunto.
 Generaiido: que implica la suma de cualidades abitrao         Para Lykes las fuentes de las diferencias en la
    tas y generalizadasde distintos modelos concretos.      construcción de la moralidad y del autoentendimien-
                                                            to (o autovaloración) radican en la experiencia social
   Hasta este momento no nos hemos detenido, en             de poder o de carencia del mismo. Es importante aquí
términos generales, a considerar aspectos metodoló-         resaltar que la falta de control acerca de la propia
42                                           Ignacio Dobles Oropeza


vida tiene implicaciones para un “mantmirni-anto de        rección definida: la progresión, en estadios cualitati-
rutina” que profundiza y refuma la mimvalía, como          vamente diferentes, del pensamiento moral.
lo ha desiado Montero (1987) en sus esnidios a m              Esta visión “organicista” es la de un ser humano
de la identidad latinoamericana. Dice Israel (1977, p.     que se desenvuelve de manera muy racional, con un
418): “si el hombre se experimenta a sí mismo como         pensamiento que, en sus formas superíores, se des-
impotente, en sus relaciones con los demás, como un        vincula de las contingencias inmediatas.
objeto, esta percepción le hace experimentar la cosi-         Kohlbe4 plantea una concepción unitaria sobre la
ficación como un estado normal. Su conciencia está         moralidad: con postulados teóricos que se supone
cosificada”.                                               actúan en cualquier circunstancia. Existe una estruc-
   Lykes ha criticado a Gilligany a Lyons por presentar    tura universal de valores moraks. En esto difiere
una “versión femenina” de la idea egocéntncoi-con-         radicalmente de concepciones especificas acerca del
hactual del yo, que extrae en sus versiones sobre l    a   desarrollo m o d , como las que sostienen algunos íe6ri-
moralidad la dinámica real de poder y coerción exhien-     cos del aprendizaje social ( v h Rushton, 1982). Quie
tes en la sociedad, y al hacerlo termina presentando una   ro referirme a estos últimos, con el propósito de
versión indiferenciada de la sociedad que tiende a su-     abordar su aproximación a la moral, la cual por más
bestimar las “resistencias individuales y colsctivas” &    que autores como Packer (1992) quieran asimilarla a
las mujeres a las “fumas opresorss”.                       la del enfoque evolutivo-cognitivo, tiene fundamen-
   En su criterio, el sí-mismo hay que. concebirlo         tos y consecuencias muy diferentes. Liebert (1984)
como un “ensamblaje de relaciones sociales” y no           ha ubicado esta distinción en términos de paradigmas
como atgo definido en un marco interaccionista que         absolutistas (unitarios) que asocia con Piaget y Kohl-
busca relaciones entre entes autónomos y diferencia-       berg, cuyo origen en la psicología, dicho sea de paso,
dos, como lo sugiere la noción de “conexión”.              rastrea hasta McDougall, quien refería un ‘‘instinto
                                                           moral”, y, por otro lado, paradigmas relativistas (es-
                                                           pecíficos) entre los cuales identifica, en la psicolo-
CONCEPCIÓN UNITARIA O ESPECfFICA                           gía, a los planteamientos inspirados en el aprendizaje
DE LA MORALIDAD                                            social (“wgnitivo-conductista”), según el autor.
                                                              Aunque existan diversas posiciones al respecto,
En la concepción de ser humano presente en la teoría       los teóricos del aprendizaje obedecen a l que Nudler
                                                                                                     o
kohlbergiana encontramos lo que Overton (1984) de-         (1979) ha denominado un “modelo conductista”, de-
nomina un “programa de investigación organísmi-            finiéndolo como: “...el conjunto d supuestos o pos-
                                                                                               e
co” en psicología, en el cual se enfatiza la actividad     tulados más generales que sostienen tanto en relación
propia &I sujeto y la importancia de su autoorgani-        con la realidad que investiga como con los métodos
zación y su automgulación, así como una concep-            para abordarla” (Nudler, 1979, p. 347).
ci6n dialéctica del cambio que apunta hacia una di-           Este autor caracteriza este “modelo conductista”
_.          ..       .   ,   .   . .   .   .   .   ,   .




                                    El estudiopsicológico del desarrollo moral                                               43



por dos postulados fundamentales: a) Antimentalis-                ría en la historia de contingencias que han afectado al
ta: el predicado mental empleado en una explicación               sujeto. Lieberi especifica que: “la conducta verbal y
psicológica debe relacionarse con una descripción de              sustancial dentro de la esfera moral, como toda con-
la conducta con que tenga conexión lógica y b) Anti-              ducta, está bajo la influencia directa de consecuen-
gestaltista: las conductas son vistas como respuestas             cias objetiva o subjetivamente percihidas o anticipa-
específicas a estímulos específicos.                              das” (Liebert, 1984).
   Por su parte, Rushton (1982) encuentra las siguien-               Por su parte, Rushton afirma que: “...los juicios
tes similitudes en las diferentes teorías del aprendizaje:        morales se derivan de reglas cognoscitivasque han sido
                                                                  adquiridas a través del aprendkje social” (1982).
I . Se enfoca la conducta observable como el fenó-                   Contrastando con lo anterior, Habermas (1985)
    meno a ser explicado.                                         defiende lo que considera fundamental para cual-
2. Se enfocan las leyes que gobiernan la adquisición,             quier teoría que pretenda dar cuenta del complejo
    el mantenimiento y la modificación de la conduc-              fenómeno del desarrollo moral: su pretensión de va-
    ta observable, y                                              lidez general. Plantea que:
3. Se prefiere analizar y llegar a entender la conduc-
    ta a través de la experimentación y el “método                    ...si los juicios morales no pretendieran una validez gen-
    científico”.                                                      eral, una teoría del desarrollo mod que trata & señalar
                                                                      vias evolutivas con carácter gen-   esiaría condenada al
   Se han destacado estas características porque con-                 fracaso desde el principio (Habermas, 1985, p. 142).
dicionan el cuestionamiento a una concepción “uni-
taria” sobre la moralidad, y a la pregonada existencia               Este autor defiende así la postulación de teorías
de un desarrollo por etapas de la misma. Rushton es               unitarias sobre la moralidad, aunque la “validez ge-
enfático al expresar que:                                         neral” de estas teorías es un asunto que amerita una
                                                                  discusión posterior. Los teóricos del aprendizaje so-
  ...Las tendencias etarias en los juicios morales, por lo        cial no pretenden delinear una teoría evolutiva con
  tanto, no son de acuerdo con la perspectiva del aprendi-        estas características.
  zaje social tanto el resultado del desarrollo secuencia1           En nuestro criterio, desde esta perspectivadel apren-
  de etapas como reflexiones de reglas cognitivas que han         dizaje social se impone en última instancia un deter-
  sido abstraída como resultado de contingenciasde mode-          minismo del medio social inmediato, con los “he-
  iaje y de reforzamiento (Rushton, 1982, p. 440).                chos cognoscitivos” como correlatos. La “especifi-
                                                                  cidad” antigestaltista de esta perspectiva, que se pue-
   De ese modo, las conductas que pueden ser defini-              de justificar en tanto que lo teorizado no puede desli-
das como “morales” serán, al igual que otras, el resul-           garse de las relaciones concretas (como han insistido
tado de leyes del aprendizaje, y su explicación residi-           Gilligan y Lyons) pierde su fuerza en tanto que con-
44                                            lgnacio Dobles Oropera



diciona una dispersión y fragmentación que atenta            2. El retiro del amor: que consiste en ignorar al
contra cualquier perspectiva sistémica. Como señala             niño, rehusar hablarle u oirio, o declararle ex-
Krebs (1982, p. 451), refiriéndose a los teóricos del           plícitamente disgusto, así como aislarlo o ame-
aprendizajesocial: “Cuando hablan de respuestas men-            nazado.
tales que intervienen, tienden a tratarlas de manera         3. La inducción. que implica dar explicaciones o
aislada, como algo de contenido particular, aislado de          razones para el cambio deseado en el comporta-
la estructura cognoscitiva en que está inmersa”                 miento. En este caso, se apela a los “agentes
                                                                inductivos” de conformidad que pueden existir en
                                                                el niño, producto del aprendizaje.
ORGANIZACIÓN INTERNA DEL SUJETO
i.
 sDETERMINISM0 DEL MEDIO                                       Los resultados de diversas investigaciones empíri-
                                                            cas referidas por Hoffman (1977), que han sido funda-
 Siguiendo la discusión desarrollada en el apartado         mentalmente correlacionales, indican que una orienta-
anterior, cabe anotar que mientras Kohlberg, Gonzá-         ción moral caracterizada por la independencia de san-
 les-Rey, o las posiciones psicoanalíticas apelan a         ciones externas se asocia con el uso frecuente de la
algún tipo de planteamiento acerca de la “organiza-         “disciplina inductiva” (estudiada fundamentalmente
ción interna” en el sujeto, los teóricos del aprendiza-     en su uso por parte de la madre), mientras que el uso
j e social, al desarrollar sus propuestas relacionadas      de una disciplina preponderante de “afirmación del
con el tema, enfatizan el peso de los factores contin-      poder” se relaciona con una orientación moral basa-
gentes del ambiente.                                        da en el “miedo al castigo”, y. por último, no se
    Por ejemplo, Hoffman (1977), quien también ubica        evidencia relación consistente entre el “retiro del
el conflicto moral central en la disyuntiva de la oposi-    amor” y una orientación moral determinada.
ción de las necesidades egoístas del sujeto con las nor-       Hoffman sostiene que el tipo de disciptina utiliza-
mas morales sociales, enfetiza lo que é l denomina el       da tiene también el efecto de brindar información al
 “encuentro disciplinario” como escenario en que se         niño: as¡, la “afirmación del poder”, que “. .subraya
dirime la interioriuición moral en el individuo, como       hasta qué punto la acción del niño está circunscrita
producto de las “estrafegias disciplinarias”que utilicen    por el poder superior y los rejxrsos d l mundo adulto”
                                                                                                  e
fundamentalmente las figuras parentales.                    (Hoffman, 1977, p. 92) dirige la atención del niño hacia
    Este autor distingue tres tipos de estrategias disci-   las consecuencias de la conducta para uno mismo y
plinarias que pueden utilizarse:                            acentúa, ante la reacción punitiva anticipada, la per-
                                                            cepción de las normas morales como elementos ex-
 1. La afirmación del poder: que se relaciona con el        ternos. Dicho de otra forma, esta modalidad de “en-
    uso de la fuerza fisica, la privación de privilegios    cuentro disciplinario” fomentaría la heteronimidad
     y de objetos deseables.                                de la moral.
..          I.         .   ,.     . .        . .




                                       El estudio psicológico del desarrollo moral                                45



   El “retiro del amor”, por su parte, dirige la atención      bién brinda un marco para entender el desarrollo de
del niño hacia las consecuenciasemocionales punitivas          “normas personales” como características cogniti-
de la conducta para uno mismo, y puede asociarse con          vas contingentes con las influencias del medio. Así,
la alta ansiedad que se relaciona con la pérdida del           se fortalecerán aquellas “normas” que aumenten la
amor. Por último, la disciplina “inductiva” dirige la          autoeficacia.
atención hacia las consecuencias de la conducta para              Los ejemplos citados revelan cómo para la orien-
los demás, y puede coadyuvar a la empatía.                    tación basada en el aprendizaje social, la preocupa-
   Hemos sostenido, siguiendo a Rushton (1982), que            ción fundamental reside en caracterizar los mecanis-
para los teóricos del aprendizaje social se llegan a           mos mediante los cuales la persona recibe detennina-
desarrollar en los seres humanos “normas persona-              das contingencias o información de su medio, mien-
les” como fenómenos cognitivos derivados de los               tras que Kohlberg, en lo fundamental, ofrece un mo-
procesos de aprendizaje. Bandura (1977) ha enfatiza-           delo para caracterizar el “desarrollo interno” del su-
do la importancia de factores cognoscitivos como              jeto en materia moral, sustentandose para ello en una
mediadores de los procesos conductuales, aunque sin            concepción acerca de la moral.
abandonar la “actitud básica conductista” que hemos               Liebert (1984), en u afán por establecer las ven-
                                                                                       n
referido con anterioridad. P a t a que los procesos cog-
                            lne                               tajas de ias posiciones sobre el desarrollo moral asu-
nitivos son inducidos y alteradas por la experiencia de        midas por los planteamientos inspirados en el con-
“maestría” que acompaña al desempeño eficaz.                   ductismo en relación con la perspectiva evolutiva-
   El supuesto fundamental de Bandura es que: “...los          cognitiva de Piaget y de Kohlberg, afirma que mien-
procedimientos psicológicos,cualquieraque sea s for-u         tras estos últimos subrayan que lo que se logra en el
ma, sirven como medio para crear y fortalecer expecta-         desarrollo moral progresivo es la superioridad moral,
tivas de eficacia personal” (Bandura, 1977, p. 103).           lo que defienden las posiciones relativistas sería la
   La persona recibe información acerca de su de-              obtención de una complejización moral. Dando un
sempeño de cuatro fuentes posibles:                            salto lógico que resulta difícil de entender, acusa a
                                                               Kohlberg de fomentar con s modelo la intolerancia.
                                                                                           u
1. Los logros en s desempeho directo (que Bandura
                  u                                            Desde mi perspectiva, y en contraposición a Liebert,
   considera la fuente primordial de información).             una defensa de la adquisición de una “complejiza-
2. La experiencia vicaria.                                     ción moral” que no presente indicadores de progreso
3. La persuasión verbal y                                      o retroceso termina cayendo en un desconcertante
4. Los estados fisiológicos (en especial los de “ac-           relativismo.
   tivación emocional”).                                          Haciendo una crítica análoga a la planteada en el
                                                               penúltimo párrafo, Wren (1982) ha censurado la po-
   Este modelo alude directamente a situaciones de             sición de Bandura relativa a l o moral, por considerar
éxito o fracaso en el desempeño personal, pero tam-            que carece de “prescriptividad”
46                                              Ignacio Dobles Oropera



   Dice que sólo se ofrecen conceptos “param&i-
cos” de moraiidnd, que camen de una jerarquiui-
ción de conductas o de motivos: “el yo es regulado,
pero no por un yo interno”, afrma (1982, p. 418).
También agrega que:

   ...para el punto de vista de Bandura, el afecto ligado
   a un proceso cognoscitivo no es función del signi-
   ficado de la imagen,como sosteadríarilos evolutivo-cog-
   nitivos como Kohlberg, sino solamente de las asociaCiones
   lógicamente contingentes que esa imagen ha disfrutado
   en la historia de aprendizaje del agente (Wren, 1982,p
  415)

   Krebs, por su parte (1982), al referirse a los teóri-
cos del aprendizaje social, refiere que: “...cuando
hablan de respuestas mentales que intervienen, tien-
den a tratarlas de manera aislada, como algo de con-
tenido particular, aislado de la estructura cognoseiti-
va en que esta inmersa” (Krebs, 1982, p. 451).
   Como señalamiento de une-consecuencia lógica de
esta posición, Packer (1992) plantea que si toda mo-
ral es relativa, como considera se especifica en las
teorias del aprendizaje social, l Único que queda es
                                 o
la búsqueda del “interés personal”. Podría entender-
se, por lo tanto, cómo el conductismo puede conver-
tirse en soporte teórico-conceptual del individualis-
mo en l que a la moralidad se. refiere.
        o
   Una concepción de la relación individuo-sociedad
como la que se sustenta en este trabajo obliga a
intentar superar las limitaciones que han señalado
Sloan j Hognn (1986) ai caracterizar los modelos
dominantes en el estudio de la moral, que tienden a
descontextualizar la experiencia moral tanto ai igno-
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  • 1. El estudio psicológico del desarrollo moral: consideraciones teóricas y metateóricas Ignacio Dobles &opera* Rastrearé, después de presen- tar algunas consideraciones ini- E ciales en torno a objeto de eatu- l ste ensayo se centra en al- dio, el desarrollo de la perspecti- gunas de ias discusiones cla- va estructuralista-cognitiva,para ve en u11 ámbito central del introducir posteriormente diversas estudio psicoltjgico: el que se re- propuestas o planteamientos crí- fiere. al desarrollo del juicio moral, ticos, con el propósito de delinear y muy particularmente el de las algunas de las áreas problemáti- discusiones derivadas de los plan- cas en este campo, que a su vez teamientos estruchualistas-cogni- conducen de manera inevitable al tivos inspirados en el trabajo de tema de las potencialidades del Piaget y de Kohlberg. ser humano. IZTAPALAPA 35 EXTRAORDINARIO DE 1994, pp. 21-54 * - Psichiow costamcmse. exdirector de la Facultad de Psicoloela de la Univcaidad de costa &a.
  • 2. 22 ígnacio Dobles Oropew Este esfuerzo, debo advertirlo, forma parte de un lidad sin que el propio investigador asuma ui1.i “posi- proyecto mayor, en el que he trabajado con miras a ción moral”. En esa inteligencia, la “falacia iiatura- relacionar el estudio del desarrollo moral con el estu- lisia” según la cual los hechos “por sí mismos” pro- dio de los valores. En esta búsqueda, en que he inten- ducen valores entraña un callejón sin salida. tado trascender las fragmentaciones y compartimen- Es inevitable, por lo tanto, remitir los diferentes taciones típicas de la psicologia, me he t o M o con la discursos psicosociales a concepciones acerca de la necesidad de articular las discusiones alrededor de sociedad y del ser humano. Esta advertencia cobra ejes analíticos más giobalizantes, inspirados en la particular importancia si atendemos a la observación teoría de la alienación (Israel, 1977) y en la teoría de de Packer (1992) de que los psicólogos tienden a la identidad social (Montero, 1987). En esta ocasión, asumir, erróneamente, la existencia de una “homoge- sin embargo, se trata de presentar consideraciones en neidad moral”. En éste, como en otros asuntos, la psi- tomo al estudio psicológico del desarrollo moral cología de la moral no puede desatenderse de la moral de la psicología. SOBRE CI. ESIUDIO DE LA MORAL EN PSICOLOüíA PIAOE‘I En el contexto ontogenético de la socialización hu- mana, el desarrollo del juicio moral implica la adqui- Históricamente, el enfoque evolutivo-cognitivo o es- sición y la configuración de criterios de definición de truciwalista-genético surge de la precursora obra de lo bueno y lo malo, lo deseable o indeseable, lo Piaget El juicio moral del niño, publicada en 1935. permitido y lo vedado. Esto no se produce en un En ella, el psicólogo suizo estudió el desarrollo de la vacio social, o de manera mecánica u homogénea en adaptación de los niños a las reglas en los juegos todos los individuos, sino que diversos procesos de como paradigma para la indagación de la construc- mediación, de índole psicológica y psicosocial, Ile- ción de la moral. Piaget eligió este contexto por con- van a una “individuación” del contenido de la moral siderar que de ese modo la intervención adulta que- que, como expresa Gonzáles-Rey (1 989), opera en el daba reducida a su mínima expresión. sentido de regular el comportamiento humano. Piaget postulaba la existencia de dos tipos básicos El estudio de esta problemática desde lo que se ha de moralidad: la heferónoma, determinada por la au- conformado como la disciplina psicológica, en sus toridad de los padres como algo externo y sagrado, y múltiples expresiones, encierra conflictos de suma la autónoma, en la que: complejidad. En un trabajo publicado en 1982, una de las psicólogas estadounidenses que ha abordado el ...la regla aparece al niao no ya como exterior y sagrada tema con mayor tenacidad, Norma Haan, insiste en en tanto que impuesta por los adultos, sino como el que no es posible estudiar aspecto alguno de la mora- resultado de una libre decisión, y como digna de respeto
  • 3. El estudio psicoldgico del desarrollo moral 23 en medi en que es mutuamente aceptada (Piaget, Es la relación con otros ni 8 io que permitirá ir s 1935,p. 60). construyendo el otro tipo de moralidad propuesto por Piaget: la moral autónoma. En ésta: Piaget ubicaba en la moral heterónoma la preseii- cia de un “realismo moral” con el que el niño cree ...la regla aparece al niflo no ya como exterior y sagrada que una trasgresión moral recibirá su castigo inma- en tanto que impuesta por los adultos, sino como el nente, al igual que en numerosos adultos funciona el resultado de una libre decisión, y como digna de respeto pensamiento mágico de que aquel que “trasgreda las en la medida en que es mutuamente aceptada (Piaget, leyes de Dios” recibirá un “castigo divino” en su 1935, p. 60). existencia. Piaget postulaba que los niños pequeños, al evaluar una situación moral, enfatizan los resulta- De esta manera el niño llegará a admitir que pue- dos de las acciones mientras que los niños mayores den existir cambios de reglas, y que las reglas no tomarían en cuenta las intenciones. (Así,para ilustrar tienen que ser coercitivas, “externas”, sino que pue- con un ejemplo, sería juzgado culpable en mayor den ser producto de la propia interacción con los grado el niño que accidentalmente quebrara I O tanis demás. La “toma de roles sociales” cobra en este en relación con aquel que intencionalmente destruye- proceso una importancia fundamental. ra una sola.) La moral heterónoma es definida en Kohlberg y Higgins postulan, al referirse a la teo- función de la autoridad, como algo externo al niño. ría piagetiana, que: AI decir de Piaget, “La primera moral del niño es la obediencia, y el primer criterio del bien es, durante Una moralidad de autonomía se basa en el diálogo libre y mucho tiempo, para el pequeño, la voluntad de sus en las normasde reciprocidad e igualdad que son inmanen- padres” (Piaget, 1974,p. 52). tes en interacciones sociales no basadas en la contención, Desde otra perspectiva, la moral heterónoma impli- el poder o iaautondad(KohlbergyHiggins, 1987,p. 120). ca la reificación absoluta, al construirse sobre la baie de una negación del carácter relaciona1 y dinámico En su aniilisis acerca de las concepciones de Pia- de la existencia humana, y plantear como inalterable get sobre la moral, Kay (1976)destaca la atención lo que es producto de la interacción. Piaget postulaba brindada por el autor citado a los siguientes aspectos: que la moral heterónoma implicaría de esta manera que los deberes y los valores se consideraran como algo I . La influencia que tiene en el niño la compulsión que existe de por s , imponiéndosea la realidad del niño. í impuesta por el adulto. Así, lo que debe cumplirse es la ‘‘letra’’ y no el “espíri- 2. El efecto que la cooperación social ejerce sobre tu” de la ley, y la responsabilidad(por los actos) adquiere el juicio moral. características objetivas, al margen de la intención de 3. El reflejo del desarrollo intelectual sobre los pro- los sujetos o las particularidades de las circunstancias. cesos de desarrollo moral.
  • 4. 24 Ignacio Dobles Oropezu Kay refiere que para Piaget: “... toda moralidad KOHLBER~ consiste en un sistema de reglas, y la esencia de ellas debe buscarse en el respeto que una persona adquiere El discípulo directo de Piaget en este campo de estu- hacia estas reglas”(Kay, 1976, p. 141). dio fue el psicólogo estadounidense Lawrence Kohl- Incluso autores que se han acercado al tema desde berg, fallecido en 1985, quien realizó importantes perspectivas radicalmente diferentes, como Wright contribuciones en el estudio evolutivo-cognitivo del ( I 983), han partido de esta premisa básica. desarrollo moral. La ligazón entre ambos autores es En los jardines de juego suizos de los años 1920 y destacada por Habermas (1985) al afirmar que “am- 1930 Piaget buscaba descifrar algunos de los secretos bos tratan de explicar competencias, que se definen de las definiciones humanas sobre lo legítimo y lo como capacidades para resolver cierto tipo de proble- vedado. Esta contribución de Piaget, y su influencia mas. empírico-analíticos o práctico-morales” (Ha- sobre desarrollos posteriores no pueden valorarse sin bernias, 1985, p. 47). Kohlberg empieza a elaborar ponderar la totalidad de su obra, que concibe el desa- sus consideraciones acerca de la evolución moral en rrollo intelectual como un proceso de adaptación,con su tesis doctoral de 1958. Según Gibbs y Schnell su dialéctica de asimilación y acomodo, enfatizando (1985), este autor cuestionó en su momento dos tesis el papel activo del ser humano en el mundo que lo compartidas por la mayoría de los psicólogos nortea- circunda, y el desarrolJo de estructuras o esquemas mericanos: mentales. Piaget rescata el concepto de “equilibrio” como 1. Que la moralidad era cuestión de acomodo del estado de “máxima tensión” en las facultades del individuo a los valores y requisitos de la sociedad, sujeto. suponiendo un sujeto pasivo y conformista, y L o que heredarán los continuadores de Piaget será 2 Que la moralidad es fundamentalmenteun asunto un enfoque formalista, abstracto, de la formación de de “sentimientos” y que la conducta moral debe capacidades en el sujeto para su relación con el mun- su poder motivador a procesos de “socialización do y con los demás seres humanos, además de una afectiva”. concepción de La moralidad basada en una “ética de la justicia”. Estos aspectos, en el estudio de la moral, Kohlberg ponía el acento en cuestiones de cogni- generarán algunas de las discusiones más relevantei ción y del rol activo del sujeto en su medio, siguien- que consideraremos en las siguientes secciones de este do la perspectiva interaccionista piagetiana. irabajo. Sin embargo, la visión dicotómica de Piaget Este autor intentó, de manera explícita, hacer una en tomo a la moralidad ofrece un esquema interpreta- combinación de filosofia y psicología, como se evi- tivo que no hace justicia a la complejidad del fenóme- dencia en su afirmación siguiente, citada por Haber- no; de ahí las eiaboraciones postenores, más comple- mas (1985, pp. 52-53): jas, de otros autores.
  • 5. .. I. , , j . . I < El esiudio psicológico del desarrollo moral 25 ...mien- que los criterios morales de la adecuación de De ese modo se configura un modelo estructural los juicios morales coadyuvan a la definición de una pauta evolutivo-cognitivo que: “no trata cambio alguno en de adecuación psicológica o del d e m l l o psicológico, la competencia estructural a menos que el cambio sea investigación empírica del desarrollo psicológico reac- evidente en un patrón de respuestas cualitativamente ciona sobre aquellos, ayudando a explicarlos. Nuestra nuevo” (Kohlberg, 1973, p. 186). teorla psicológica acerca de por qué los individuos avan- Cada estadio constituye un “patrón equilibrado de zan de una etapa a la siguiente se fundamenta en una teoría interacción entre organismo y materia” (Kohlberg, filosófica-moral, que explica porqué la última eiapa es 1973, p. 182). Al respecto recordemos aquí la con- mejor o m& adecuada moralmente que la anterior. cepción piagetiana de equilibrio no como sinónimo de pasividad sino de tensión entre organismo y am- Este intento de combinación de la filosofia y la biente. Por otro lado, la propuesta kohlkrgiana parte psicología ha atraído la atención de especialistas en de una premisa de aplicación universal, como l re- o ambos campos, como l revela la publicación de un o velan Kohlberg y Gilligan en 1971: número especial de la revista Erhics (volumen 92) en el año 1982. En ésta encontramos una interesante ...el concepto de estadio implica una invariancia que discusión entre psicólogos que apoyan las posiciones secuencia en el desarrollo, una regularidad de progreso de Kohlberg y otros que defienden posturas funda- poco a poco, independiente de la enseAanza cultural o la mentadas en el aprendizaje social. circunstancia. La enseAanza cultural y la experiencia Hersch, Reimer y Paolitto (1984) sugieren que pueden acelerar o hacer m&slento el desarrollo, pero no desde sus primeros escritos Kohlberg se interesa por pueden cambiar su orden o secuencia (1971, p. 1058). los juicios morales como procesos cognoscitivos que “nos permitirán reflexionar sobre nuestros valores y Este autor ha defendido la existencia de “princi- ordenarlos en una jerarquía lógica” (1984, p. 47). pios morales universales” en el marco de una teoría Para su formulación acerca del desarrollo moral que él mismo ha definido como “formalista” (Kohl- Kohlberg toma de la psicología evolutiva el concepto berg, 1973). Discutiré en una sección posterior de de “estadio” o “etapa”, que implica: este trabajo las implicaciones de este pretendido uni- versalismo. 1. Diferencias cualitativas en el modo de pensar de cada estadio. 2. Que cada estadio forma un todo estructurado. NIVELESDEL DESARROLLO M O W 3. Que los estadios forman una secuencia invariante. EN LA TEORfA KOHLBERGIANA 4. Que los estadios son integraciones jerárquicas. 5. Que los estadios son universalmente válidos. En el modelo de Kohlberg se proponen tres niveles del juicio moral, y en su primera formulación, poste-
  • 6. 26 Ignacio Dobles Oropeza riormente revisada, seis estadios. cada nivel co- de la subietivida Y estudios realiza srecientemen- rresponden dos de estos estadios. E paso de un esta- l te a nivei nacional ;Campos, Dobles, Blanco y Clara- dio a otro es un proceso de aprendizaje constructivis- mount, 1990) revelan que más de la mitad de la ta (Habemas, 1985), en que el conocimiento es pro- población está de acuerdo con que “algunos delitos ducto de procesos de aprendizaje que tienen que ver justifican la pena de muerte”, lo cual, dicho sea de con la solución de problemas en los que participa de paso, proporciona inquietantes indicios de autorita- manera activa el sujeto, y en los que el proceso es rismo. Debo mencionar, sin embargo, que el discer- dirigido de manera inmediata por las cogniciones de nimiento de modaiidades de pensamiento moral si- quienes aprenden. Estamos entonces ante una concep guiendo el esquema kohlbergiano no se puede basar ción “constnictivista” del desarrollo moral. Habemias en fragmentos del mismo, sino en un análisis de lo i n t e r n de la siguiente manera (1985, p. 148): diversos elementos del rezonamiento moral eviden- ciado ante la presencia de dilemas. Lo que expongo a . las estructuras cognitivas que estsn en la base del continuación tiene, por l tanto, un propósito mera- o juicio moral no pueden explicarse en primer lugar por mente ilustrativo. el medio ambiente o a causa de programas y procesos de Desde una perspectiva moral, las r a z w y los maduración innatos, sino como resultado de U M reor- procesos involucrsdos en la Iepitimaciós de medidas ganización creadora de un inventario cognitivo presente como la pena de muerte no podrían sems indiferentes. que se ve superado por la presencia de problemas que se plantean con una tozuda insistencia. NIVEL PRECONVENCIONAL El desarrollo del juicio moral a través de las etapas supone para Kohlberg un doble proceso de creciente Este nivel enfoca la cuestión moral desde la perspec- diferenciación y creciente integración (Kohlberg, 1973). tiva de los intereses concretos de los individuos im- A continuación presento una breve caracterización plicados. Contempla los siguientes estadios: de la formulación inicial de los estadios y niveles kohlbergianos, sustentada en la descripción hecha por Hersch, Reimer y Paolitto (1984). Con un propó- E,stadio I: moralidad heierónomu sito ilustrativo intentaré proporcionar ejemplos del razonamiento perteneciente a cada estadio basándo- Similar a l planteado por Piaget. En este caso la o me en lo que podría plantear una persona acerca de obediencia se presenta ante el castigo, la presencia porqué debe o no existir la pena de muerte. Este física, el poder superior de seres vistos como autori- ejemplo podría en un primer momento parecer extra- dades. El individuo asume un punto de vista egocén- ho planteándose desde un país en que no existe la trico y no considera los puntos de vista de los demás. pena de muerte; sin embargo, estamos en el ámbito Se confunde la perspectiva de la autoridad con la
  • 7. El estudio psicológico del desarrollo moral 21 propia. Del mismo modo que la autoridad del padre minados delitos justificándola por la autoridad de aque- se convierte por sí misma en factor legitimador para 1 0 poderes que la solicitan. La autoridad, por s sola, se 1s í el niño pequeño, en el ejemplo que nos ocupa podría convierte en elemento definitorio de la moralidad. apoyarse la exigencia de la pena de muerte para deter- Estadio 2. IndividuaIismo conFnes instrwnentales y de intercambio En este estadio se siguen las reglas debido al interés propio inmediato. Se trata de hacer cumplir los pro- pios intereses y necesidades, y dejar a los demás actuar de la misma manera. Es una perspectiva con- creta individualista que busca servir a los intereses propios y que a la vez reconoce que los demás tienen sus propios intereses. Creo que una legitimación de la pena de muerte articulada sobre una conciencia ingenua de que “si cada quien se atiene a l suyo” o (“Cada quien en su casa y Dios en la de todos”) no habrá injusticias ni arbitrariedades, puede obedecer a la lógica de esta etapa. De esta manera, si alguien se ve afectado con la muerte como castigo, se debe en Última instancia a que se esm’a metiendo “en cosas que no le importan”. Con el ejemplo quiero resaltar la característica fundamental de la orientación moral definida en esta etapa por Kohlberg, de responder a intereses y necesidades individuales, concretos, sugi- riendo una lógica de razonamiento coherente con esta perspectiva. NIVEL CONVENCIONAL En este nivel se adopta la perspectiva de los requeri- mientos de la sociedad o del grupo (el “otro genera-
  • 8. 28 Ignucio Dobles Oropeza lizado” de Mead-1934). AI decir de Habermas (1985), esta categoría. Se reifica al “sistema social” en esta se construye de esta forma el “mundo social”. Tam- perspectiva, en tanto se le concibe como algo estático, bién contiene dos estadios. con “vida propia” y no como producto de la acción de los seres humanos, y por lo tanto, modificable. Estudio 3 Expectativas interpersonales mutuas NIVELPOSCONVENCIONAL O D E PRINCIPIOS Aqui estamos en el plano de la conformidad. Se espe- ra vivir de acuerdo con lo que personas cercanas Los dos estadios originalmente asociados con este consideren “correcto” Es la orientación del good nivel, que trasciende la mera ubicación en las “nece- boy, según Kohlberg. sidades” de un sistema social, son los siguientes: Se resalta aquí la necesidad de llenar las expectati- vas de los demás, operando la llamada “regla de oro”: “ponerse en el lugar del otro”. No existe aún, Estudio 5. Conirato social o utilidad sin embargo, una perspectiva de sistema generaliza- y derechos individuaes do. Una opinión que pretenda ciegamente seguir lo que dicta la “mayoría”, en este caso sobre la pena de En este estadio se presenta un sentido de obligación muerte, sería un ejemplo apropiado, o, en otro plano, ante la ley a causa del “contrato social”, ajustándose el “votar para ganar” en los procesos electorales. a las leyes “por el bien de todos” y por la protección de los derechos de todos. Existepreocupación en este estadio de que las leyes, los deberes, deben basarse Estadio 3. Sistema social y conciencia en cálculos racionales que busquen el mayor bien para el número mayor de personas. Un razonamiento Este estadio implica la necesidad de mantener un que destaque que, aunque represiva, la pena de muer- orden social tomando el punto de vista del sistema‘ te es necesaria ya que al castigar de esta manera a los que define roles y reglas. Existe, ahora si, una pers- ejecutores de determinados delitos se estará evitando pectiva de sistema generalizado, pero altamente con- que -por via del ejemplo- se repitan hechos simi- formista. Se consideran las relaciones interpersona- lares en el futuro, sigue la lógica aquí referida les en términos de su lugar en el sistema. Esta especie de “fwcionalismo burdo” da poco margen a la flexi- bilidad. Una legitimación de la pena de muerte arii- Esíadio 6. Principios éticos universales culada en torno al discurso de que los delincuentes son “peligrosos” para la sociedad y que por lo tanto Con esta etapa culminaba Kohlberg su sistema. Pre- merecen ser eliminados sería, a mi juicio. ubicable en supone la evistencia de principios éticos, categh-
  • 9. El estudio psicológico del desarrollo moral 29 cos, elegidos por el individuo, pero con validez uni- Davidson, Robbins y Swanson (1978) indagaron versal (es decir, aplicables en todos los contextos). acerca del carácter jerárquico y secuencia1 de la teo- Estos principios serían los parámetros para evaluar la ría que comentamos. Ésta, según ellos, establece las validez de las normas y las leyes: cuando las leyes siguientes premisas: violan los principios, se “actúa de acuerdo con los principios”. Una oposición categórica a la pena de 1 Que el razonamiento de etapas adyacentes es más . muerte por considerar la vida humana como “sagra- similar estructuralmente que el de etapas no ad- da” se ubicaría en este nivel de razonamiento moral. yacentes. Ejemplificaba Kohlberg este tipo de pensamiento, de 2. Que existe un ordenamiento en las etapas. manera simplificada, con casos de la vida de perso- 3. Que el ordenamiento corresponde a la secuencia najes como Martin Luther King y Mahatma Ghandi. formulada teóricamente por Kohlberg. La formulación de este modelo sufre posterior- mente dos cambios importantes: la puesta en duda, Los resultados de su investigación sostienen en de parte del mismo Kohlberg, a raíz de las críticas y términos generales estos supuestos, aunque encuen- las discusiones generadas por su primera formula- tran que las distinciones entre los niveles preconven- ción, de la existencia de la etapa seis tal y como fuera cional, convencional y posconvencional son más pro- originalmente definida, y el hallazgo empírico de lo nunciadas que las distinciones entre etapas en cada que Kohlberg denominó la “etapa cuatro y medio” nivel. En cuanto a la relación entre niveles, los inves- (Kohlberg, 1973, p. 91) que conlleva un patrón de tigadores destacan que: pensamiento en la transición del razonamiento conven- cional al posconvencionalcaracterizado por un “escep- ...losjuicios preconvencionales no desaparecen del pen- ticismo ético” o un “relativismo ético extremo”. samiento de sujetos mayores, como parece sugerir la Para Gibbs (1992), siguiendo el pensamiento pia- teoria, sino que permanecen como consideraciones mo- getiano, la clave en esta visión del desarrollo moral rales importantes aun cuando las razones de principios consiste en la creciente capacidad para descentrarse: se hacen cada vez más prominentes en su pensamiento “la habilidad desarrollada para atender e interrela- (Davidson, Robbins, Swanson, 1978,p. 143). cionar perspectivas múltiples en una situación social, o en términos generales, aspectos múltiples de una Este último hallazgo es particularmente importan- situación problemática” (Gibbs, 1992, p. 224). te en el contexto de la teoría, al apuntar hacia una A continuación se hace referencia a algunas inves- complejidad en el pensamiento moral que trasciende tigaciones que hemos encontrado que se relacionan la separación nítida entre “etapas”. con el modelo de Kohlberg en el sentido referido. Deana Kuhn (1976) investigó también el carácter Ilustran algunos de los aspectos de este modelo que secuencial de la teoría, llevando a cabo lo que deno- lian sido sometidos a pruebas empíricas. minó “un estudio longitudinal a corto plazo”. Esta
  • 10. 30 Ignacio Dobles Oropezu autora hace una anotación metodológica importan- valorar adecuadamente el desarrollo de la secuencia te al criticar la tendencia a utilizar estudios experi- del desariollo moral. Por otro lado, tal y como lo mentales y transversales en las investigaciones acer- resalta Ma (1988), Snarey no encontró apoyo empíri- ca del desarrollo moral, el mencionar que: “las tenden- co para la universalidad del razonamiento poscon- cias etarias no dicen nada acerca del orden, cn que los vencional, aspecto crucial para un modelo de la mo- individuos exhiben varias etapas” (Kuhn, 1976,p. 163). ralidad que propone la existencia de valores univer- Esta investigadora encontró, en su estudio realiza- sales como parámetros para la definición de esque- do con niños pequeños, que la evaluación a un plazo mas de alta moralidad. de un año de haber efectuado las primeras enirevistas Rest (1975)cosfuvo que los estudios longitudina- apoyaba la secuencia propuesta por Kohlberg, mien- les tenían que examinar no sólo el incremento en tras que la evaluación hecha a los seis meses no l a etapas superiores sino también el decrecimiento en apoya. las inferiores. Con el uso de una metodologfa propia, Creo necesario destacar la relevancia de la obser- denominada el Defining Issues Test, que consiste en vación hecha por esta autora acerca de la necesidad la lectura por parte del entrevistado de un dilema de llevar a cabo, en este campo de estudio, indagacio- moral y la posterior evaluación, por su parte, de 12 nes de carácter longitudinal. Una de las =ones de lo afirmaciones que definen los temas morales del dile- anterior se refere a la complejidad del tema, y otra a ma (estas afirmaciones les son presentadas por el la necesidad de entender cabalmente las característi- investigador). Investigó a 88 sujetos de 16-20 años cas de los cambios que se presentan a l largo del o de edad, encontró un incremento significativo -en ciclo vital en la construcción y definición de la mora- un plazo de dos años- en la importancia atribuida a lidad, con sus efectos sobre la acción del ser humano. los pensamientos de principios morales (etapas 5 y 6 Esto es muy diflcil de entender con estudios que de Kolhberg). Postula que el progreso moral, en vez comparan sincrónicamente cohortes generacionales de implicar un proceso que se lleve a cabo paso a que conllevan, si se examina con precisión, historias paso entraíla una distribución cambiante del tipo de y determinaciones culturales y sociales diferentes repuesta. Es importante subrayar que Rest define su Page (198 I), en otro de estas estudios longitudina- metodología como una tarea de reconocimiento, con- les. encontró apoyo empírico para la propuesta se- trastándola con la tarea de producción que exige la cuencial postulada por Kohlberg. S m y (l985), en metodología kohlbergiana. Rest destaca que las ta- una reseña crítica de estudios llevados a cabo en varios reas de reconocimiento tienden a detectar mayor pre- países también encontró apoyo empírico relativo para valecencia de las etapas superiores de pensamiento el carácter secuencia1 y progresivo de las etapas mo- moral que las tareas de producción. rales. Sin embargo, también advierte que la mayor En un interesante estudio publicado en 1989, la parte de los estudios examinados son correlacionales socióloga polaca Jasinska-Kania utiliza el esquema y que es necesaria la dimensión longitudinal para de las etapas kohlbergianas no como estadios en el
  • 11. El esíudiopsicológico del desarrollo moral 31 desarrollo moral progresivo sino como diferentes ti- cia” en detrimento de una “ética de cuidado” es uno pos de “orientaciones morales”, obviando de esta de los puntos de la teoría que suscitará mayores con- manera la distinción entre forma y contenido postula- troversias, especialmente a partir del trabajo de Gil& da por Kohlberg (en el sentido de que l que caracte- o gan (1982). A esto nos referiremos en una sección riza a cada estadio en el modelo kohlbergiano es la posterior. manera en que la persona justifica una respuesta mo- ral y no la respuesta moral en sí). En su estudio, Jasínska-Kania relaciona estructuras de razonamien- LARELACION ENTRE DESARROLLO INTELECTUAL Y to moral, percepción de justicia (concepto clave en la DESARROLLO MORAL versión kohlbergiana de la moral) y legitimación otorgada al sistema social. Encuentra diferentes tipos Según Kohlberg, existe relación entre el desarrollo de legitimación de la autoridad presente en las dife- del pensamiento lógico-conceptual y el desarrollo rentes orientaciones morales; por ejemplo, en la co- del juicio moral; no obstante, no se trata de un para- rrespondiente a la etapa l de Kohlberg la legitima- lelismo, ya que la “toma de roles sociales” cobra ción de la autoridad se hace depender exclusivamen- particular importancia para la evolución moral. Coin- te de su poderío, siguiendo lo que en inglés se expre- cidentemente, cabe destacar la importancia que otor- sa como might is right (lo poderoso es lo correcto) gaba Piaget a la “cooperación social’’ para el desa- mientras que en la orientación correspondiente a la rrollo moral. Las etapas del desarrollo intelectual etapa 3 la legitimidad se asocia a la percepción de serían entonces condiciones necesarias pero no sufi- autoridades que tienen “buenas intenciones” hacia la cientes para alcanzar una etapa moral análoga. gente, para terminar con el ejemplo - e n la orienta- Kohlberg postula que: ción correspondiente a la etapa 6- de que la legiti- midad estaría en ñmción de la concordanciadel sistema Para que un adolescente de operaciones formales sociopolítico con principios universales, tales como la logre el razonamiento de principios morales, debe pasar “igualdad”, la “dignidad” y la “justicia”. Esta autora por experiencias sociales y morales que no pueden ser no se preocupa por el carácter secuencia1 de las dife- conceptualizadas como experiencias que i ayuden a o rentes orientaciones, ni por su ubicación en el desa- transferir los principios lógicos a las situaciones socia- rrollo ontogenético del individuo, sino que retoma el les. Más bien son las experiencias que l llevan a trans- o modelo de Kohlberg para caracterizar el contenido formar sus modos de evaluación de lo moralmente co- del razonamiento moral, en un intento por caracteri- rrecto y justo (Kohlberg, 1973, p. 193). zar el pensamiento de diversos sectores de la socie- dad polaca en un momento crucial de su historia. En un trabajo publicado en 1977, Kuhn, Langer, El énfasis puesto tanto por Piaget como por Kohl- Kohlberg y Haan evalúan conceptual y empíricamente berg en una moralidad basada en una “ética de justi- la relación enire las etapas del desarrollo del juicio
  • 12. 32 ignucio Dobles Oropezu moral y las etapas de desarrollo intelectual. Para ana- razonamiento moral correspondiente a etapas supe- lizar sus datos retoman el concepto piagetiano de riores a aquella en la que se encuentra. De esta mane- “equilibrio”, ya que encuentran que el cambio de las ra da cuerpo a una posición epistemológica funda- esíructuras mentales ocurre cuando los resultados de mental, a mi juicio: que la praxis antecede al conoci- las acciones retroalimentan la estructura mental exis- miento, y que éste es producto de aquélla. Los proce- tente de manera discrepante con lo establecido hasia sos mentales estarían precedidos, en ambos casos, por ese momento, presentando la siguiente cadena de cambios que se presentan en la vida social de los eventos: individuos, ya sea por la adopción de roles o por situaciones vitales que verifican disonancia entre el Dtscrepan~ia~Desequil,b,,~~Reesvucturacl6”Equilibrio del pensamiento existente y aquello a io que se expone el individuo. De esta manera, la secuencia seflalada Estos investigadores encuentran que el logro de en el esquema anterior no se ve determinada por el las etapas del desarrollo intelectual es un prerrequisi- desarrollo intelectual en s , sino por factores provenien- í to para el desarrollo moral, pero se da un fenómeno de tes de la interacción del sujeto con su mundo social. “decalaje”: l lógico-intelectual no es suficiente para o Kohlberg plantea otro supuesto muy controver- explicar la evolución moral. Sugieren la siguiente se- sial: que el funcionamiento mental en torno a io mo- cuencia & logro del desarrollo moral superior: ral, al enfrentar dilemas hipotéticos y al actuar en la vida real, tiene las mismas características. Hersch, Se logranoperaciones Sepuede pasar a un nivel Reimer y Paolitto indican que Kohlberg: “...supone formaíes en el pcmamiento - de principiosen in que una vez que la persona ha desarrollado una es- concepción del orden social tructura de razonamiento, está disponible para él a la Sepuede p.sal al “SO I Sepuede pasar a un nivel hora de pensar sobre situaciones de la vida real tanto como al resolver dilemas hipot6ticos” (1984, 53). p. espontsmo del juicio ~ dc principiosen la De esta manera se acerca a los ‘‘esquemas’’ piage- mwal de principios comprensión del juicio moral tianos, y de paso justifica su estrategia metodológica investigativa, a la cual no nos hemos referido hasta el momento. Si aceptamos el supuesto de que existen niveles ROLESSUCIALES Y DESEQUiLlBRlOCOGNiTíVO progresivos (estadios) del & m I l o moral, esto im- plica que mientras más oportunidadestenga el sujeto Kohlberg revela la importancia de la “toma de roles de conocer modelos o roles variados de comporta- sociales” para la evolución del pensamiento moral, miento -partiendo de que pueda efectivnmente asu- asi como la influencia del “desequilibrio cognosciti- mir estos roles- mayor será su desenvolvimiento YO” que se presenta ai enfrentarse el sujeto en un moral. Por otro lado, situaciones conflictivas, que
  • 13. El esiudio psicológico del desarrollo moral 33 provoquen contradicciones en el sujeto, presentarían que se desenvolvía y el desarrollo de una solidaridad la oportunidad para lograr un desarrollo moral supe- efectiva con la abuela de s hija adoptiva. Este dra- u rior. Berger y L u c h a n (1969) afirman que para los mático ejemplo, que representó cinematográficamen- procesos de definición subjetiva existen “manteni- te un terrible procedimiento que se multiplicó en los mientos de rutina” que no implican problematiza- estados de la llamada Doctrina de la seguridad nacio- ción alguna de la vida cotidiana: los diferencian de nal vale para ilustrar el efecto de la exposición a los “mantenimientos de crisis” en la medida en que diferentes roles y del conflicto moral para el d e m o - se potencian los cambios debido a que algún aspecto 1 0 de la moralidad, a la manera kohlbergiana. 1 de la realidad subjetiva deja de considerarse de “ruti- En intentos iniciales de fomentar lo que Blatt y na”, al problematimse. La disonancia creada por Kohlberg (1975) llamaron la “educación moral”, se “conflictos morales” que se presentan a los indivi- buscaba que estudiantes discutieran dilemas morales duos, y que pueden sacudir lo que hasta ese momento hipotéticos, y se calibraba la progresión moral me- se desenvolvía en un “mantenimiento de rutina”, diante el discernimiento de las etapas encontradas. pueden provocar cambios importantes en la autodefi- Sin embargo, en trabajos posteriores (Kohlberg y nición y en la definición de la moralidad proporcio- Higgins, 1987) se postula la crítica a la visión piage- nada por el sujeto. Esto, como lo llegara a reconocer tiana de la construcción de la moral, ya que deja el propio Kohlberg (Kohlberg y Higgins, 1987) ocu fuera el aspecto grupa1 e institucional que influye rrirá siempre en un medio social, con su organización sobre la misma, que dicho sea de paso, está presente respectiva, que influirá sobre los cambios y reaccio- en el ejemplo que hemos citado y al que volvemos nará ante los mismos. una vez más para efectos ilustrativos, ya que los En la renombrada película argentina La historia esfuerzos de las abuelas para recuperar a los nietos, ofkial, la protagonista Alicia, esposa de uno de los que se presentan en la película, cristalizan en la orga- ejecutores de la política represiva de la dictadura nización de las “Madres de la Plaza de Mayo”. militar, llega a percatarse de que la niña que tenía en Este punto es interesante, ya que Kohlberg no sólo adopción era resultado de esa política que despojaba se preocupó por elaborar una teoría acerca del desa- de sus hijos a las detenidas y desaparecidas para rrollo del juicio moral, sino en repetidos escritos, y entregarlos a familiares de sus verdugos. Para eSte en experiencias prácticas como las efectuadas en el cambio de conciencia es fundamental la aparición de Cambridge Cluster Alternativa School y en Scarsdale una amiga que había sido víctima de la represión y Alternativa School, elaboró el problema de la llama- exiliada en Europa. Su testimonio, a la par de algu- da “educación moral”, rechazando tanto el papel del nos eventos obseniados por la protagonista hacen psicólogo o el investigador como “prescriptor” de añicos el “mantenimiento de rutina” que guiaba su deducciones derivadas de la investigación y de la existencia, al provocar un conflicto moral que tiene teoría como la “educación del carácter” propia de como desenlace el abandono de la cómoda rutina en métodos indoctrinarios en la enseñanza (Kohlberg,
  • 14. 34 Ignacio Dobles Oropeza 1987). Las implicaciones para la discusión actual en mo nivel (posconvencional) como indicador y facili- nuestra sociedad acerca del “rescate” y la “inculca- tador del pensamiento crítico y, en consecuencia, se ción” de valores son evidentes. Apoyado en una lec- ha dedicado junto con sus colaboradoras a promover tura particular de la teoría grupa1 de Durkheim, Kohl- metodologías para intentar desarrollarlo en sectores berg llega a plantear que el desarrollo de la moral de la población brasileña. Sin embargo, un escruti- (entendiéndola siempre en función de la progresión nio riguroso nos lleva a la conclusión de que una en sus etapas postuladas) está estrechamente vincula- parte importante de las controversias generadas por los do con el desarrollo de nomas grupales en contextos planteamientos de Kohlberg se presentan precisamente de “comunidades justas” en las que todos sus miem- aqui: en su concepción de una “moralidad superior”. bros tienen voz y voto en los asuntos de toma de deci- Esto no debe extraiiar, ya que al hacer estas formula- siones, y en las que se analizan colectivainente contlic- ciones Kohlberg está apuntando a una visión de “mo- tos o prob1emáth.1 de índole moral. delo ideal” de ser humano (de “moralidad superior”) y al hacer esto no puede abstraerse de sus propias convicciones ontológicas y su propio marco históri- U N MODELO DE “MORALIDAD SUPERIOR’ co-social. QUE GENERA CUESTIONAMIENTOS Bloom (1986)postula que para los psicólogos evo- lutivo-cognitivos el paso de la moralidad convencional La secuencia de las etapas del desarrollo moral pro- a laposconvencimd consiste en transitar de prescrip- puestas permiten discernir el grado de complejidad ciones morales derivadas externamente a prescripcio- de la estructura moral del sujeto. En forma análoga, nes morales internamente derivadas (desde otro pun- Habennas (1981) hace uso de este esquema para va- to de vista, esto implica para el psicoanálisis el trán- lorar las estructuras morales institucionales de dife- sito de la “obediencia” a la “autonegulación” a tra- rentes tipos de sociedades, asumiendo que determi- vés del desarrollo del superyo (Freud, 1935)). En la nados sistemas sociales pueden favorecer el desarro- perspectiva kohlbergiana, esta conciencia metamoral llo de una u otra moralidad, aunque no exista necesa- se basa en la posibilidad de una “toma de roles ideal” riamente un paralelismo entre las estructuras institu- (ideal role taking) entendida como un proceso cog- cionales y la modalidad moral dominante en sentido noscitivo en que se valoran: “...las posiciones de cualitativo: por ejemplo, en las sociedades modernas cada uno de los individuos involucrados en un con- el derecho tendría su fundamento en la etapa 5 de la flicto moral para definir los reclamos legítimos de formulación kohlbergiana, sin que esto signifque que cada individuo” (Bloom, 1986, p. 91). ésa sea la moralidad dominante en la mayoría de los Se estima que este proceso, en que se tomarian en ciudadanos cuenta características del dilema moral y no de los Volviendo a Kohlberg, autores como la brasileña actores particulares en la situación específica, lleva- Biaggio (1988) han destacado la importancia del últi- ria al consenso en pensadores de “alta moral”. Estos
  • 15. El estudio psicológ,icodel desarrollo moral 35 juicios morales racionales, superiores, se constitui- conflictos morales concretos-, se construiría en abs- rían: tracto, al margen de las situaciones y las personas concretas, lo cual impide, entre otras cosas, que estos I . Imaginándose a uno mismo en la posición de cada supuestos “pensadores de alta moral” enfrenten las persona (incluyendo la propia) en la situación consecuencias de las aplicaciones de los principios concreta, considerando las demandas que los in- priorizados. Esta “ruta simplificada” para los su- dividuos pueden presentar. puestos “pensadores de alta moral” significaría, ni 2. Imaginándose luego que el individuo no sabe con más ni menos, una especie de “autocontención afir- qué persona específica se encuentra en la situa- mativa” que, paradójicamente, puede ubicarlos “más ción, preguntándose si aun así mantendríasu “de- allá del bien y del mal”. manda moral”. Siguiendo a Montero (1987) en sus ideas acerca 3. Por último, actuando en consecuencia con estas de las representaciones de identidades, tendríamos demandas en una situación dada. que cuestionar que estos sistemas axiológicos “supe- riores”, en la vida cotidiana, sean construidos de ma- Se sigue así la propuesta del filósofo Rawls (Ha- nera tan abstracta, tan desligada de las circunstancias bermas, 1985) del “equilibrio reflexivo”, entendido especificas en que se desenvuelve la interacción hu- como: “una reconstrucción de aquellas intuiciones mana. En coincidencia con esta critica, Baumrind ha de la vida cotidiana que se encuentran en la base del señalado que: “La realidad psicológica investigada juicio imparcial de los conflictos de acción moral” por Kohlberg es disociada de los eventos sociales y (Habermas, 1985, p. 37). materiales que implican al sujeto” (Baumrind, 1992, Se enfatiza el elemento de “reciprocidad” (aplica- p. 258). ción de un elemento de igualdad como principio uni- Como hemos sugerido, la propia metaética de Kohl- versal) que Habermas considera necesario para un berg parece inundar la teoría presentada, a pesar de la desarrollo adecuado de la “identidad del yo” (Haber- separación que este autor defiende entre la “forma” mas, 1985). Nótese que en estas consideraciones de y el “contenido” del razonamiento moral. Bloom se presupone a un individuo que, fuera de las Para Puka (1982), la propuesta de Kohlberg es: relaciones sociales, puede valorar las situaciones “un cuadro de la moralidad naiural, que revela las abstrayéndose de los vínculos concretos en que se en- normas esencialmente elitistas de los teóricos mora- cuentra. La critica que hace Bloom del modelo se sinte- les en los principios operativos de la naturaleza hu- tiza en su observación de que Kohlberg reduce la em- mana”. patia a un “acto cognitivo”. E s decir, la moralidad Packer (1992) objeta el “fundacionismo” que en- superior a la que parece apuntar - q u e fundamenta cuentra en la teoría de Kohlberg, a la cud critica por en un consenso de pensadores de “alta moral” y que intentar anclar una definición de moralidad en princi- Bloom considera muy poco probable se presente ante pios universales incuestionables y en una perspectiva
  • 16. 36 Ignacio Dobles Oropeza que vislumbra una “naturaleza humana universal” muestra de 76 niños y niñas del séptimo al duodéci- El “democratismo individualista” que identifica en m o grado en los Estados Unidos, expresa que los Kohlberg lo vincula con la ética derivada del ilumi- niveles altos de juicio moral de ambos tipos (“orien- nismo, con el peso que ésta brinda al individuo autó- tado a las restricciones” y “prosocial”) se relacionan nomo, autocontenido, como “observador en el mun- con el “liberalismo” en asuntos políticos. Encuentra do”. Tappan (1989), en un análisis de la “estructura efectos significativos de la edad, pero no del sexo, en iiarrativa” de la teoría kohlbergiana, identifica en 10s índices de pensamiento “restrictivo” y “proso- ella un “patrón romántico”, de lucha progresiva del cial” encontrados, así como en la medida de “libera- individuo autónomo por afirmarse en un mundo in- lismo” usada. Su hipótesis es apoyada por las corre- justo. laciones significativas que encuentra entre “libera- Bloom (1986), por su parte, ha cuestionado la pre- lismo” y los niveles más altos de juicio moral en tendida validez universal de la teoría de Kohlberg al ambas modalidades. comparar esta visión con las de sistemas de pensa- El quid del asunto radica, como se ha indicado, en miento no-occidentales. En una crítica que conside- que al considerar las propuestas en tomo a lo que se ramos muy acertada, censura el énfasis puesto en una considera una “moralidad superior” se está caracte- “responsabilidad negativa” (lo moral como no impo- rizando de manera global al sistema de desarrollo ner restricciones, no hacer daño, etc.) en detrimento moral que se postula, ya que se delinea el nivel ópti- de una “responsabilidadpositiva” que Bloom entien- mo que puede alcanzar en este sentido el individuo. de como “_ .nuestros compromisos con las institucio- En otras palabras, en el ideal de “moralidad supe- nes particulares a las que estamos afiliados y nues- rior” propuesto se caracteriza el punto culminante y tros compromisos con los individuos con quienes superior del modelo de moralidad del individuo, lo tenemos lazos especiales” (Bloom, 1986,p. 643). cual tiene importanciaparatodos los componentes de Este autor señala que mientras el concepto de “pen- un modelo que se supone secuencia1 y progresivo. samiento de alta moral” de Kohlberg implica priori- zar determinados valores ante situaciones dadas, el confucionismo, en contraste, buscará como ideal el INDIVIDUAC16N Y RESPONSABILIDADCOLECTIVA “balance”, la satisfacción de todos los reclamos, no sólo los que son considerados prioritarios. Algunas de las críticas más fecundas desarrolladas en Eisenberg-Berg (1976), por su parte, rechaza el én- torno a esta temática provienen de las psicólogas tasis puesto por Kohlberg en el razonamiento “orien- feministas estadounidenses,empezando con los plan- tado hacia las restricciones”. teamientos que hiciera Gilligan, quien fuera colabo- Esta última autora contrasta dicha posición de Kohl- radora de Kohlberg en 1982. berg con lo que ella ha estudiado como la “conducta Dicha autora censura a Kohlberg por haber cons- prosocial”. Su hipótesis, que somete a prueba en una truido su teoría a partir del estudio empírico de una
  • 17. El eshuiio psicológico del desarrollo moral 37 muestra que incluía exclusivamente a hombres. Di- vistas acerca de dilemas morales reales, y no sólo cho sea de paso, ya en 1977 Sampson hahia identifi- hipotéticos. Mientras que Kohlberg, de acuerdo con cado la prevalecencia en el sistema de Kohlberg de su esquema, sugiere que los hombres revelan un ma- una perspectiva “masculina” (agencial) en detrimen- yor grado de desarrollo moral que las mujeres, Gilli- to de una “femenina” (comunal). Esto lleva, según gan cuestiona directamente estos resultados, al adju- Gilligan, a la construcción de un “sistema moral” dicar estas diferencias no a inferioridad en la progre- desligado de las relaciones interindividuales, que: sión moral kohlbergiana, sino a la construcción de “...se deriva del estudio de la vida de los hombres y una moral alternativa. Brownfield (1986) refiere por refleja la importancia de la individuación en su desa- su parte que mientras los hombres se desempeñan rrollo’’ (Gilligan, 1982, p. 18). mejor en presencia de dilemas morales hipotéticos Podríamos afladir que esta construcción de siste- (metodología de Kohlberg), esta diferencia desapare- mas morales desligados de las relaciones interindivi- ce cuando se trata de dilemas de la vida real, sigaifi- duales ahre potencialmente el camino a procesos de cativos para el sujeto entrevistado. “cosificación” en la definición de la moral en tanto Lyons (1983), colaboradorade Gilligan, da un paso la “separación” implique ubicar a los “otros” o al adicional al asociar los planteamientos acerca de la “otro” en marcos de interacción rígidos o asimétri- diferenciación en modos de construir la moral (las cos. AI respecto, Gilligan y Wiggins señalan que: “voces diferentes” según Gilligan (1983)) con una diferenciacirh paralela en los modos de autodefini- La distancia entre uno y los demk ha sido celebrada ción de las personas. como la marca de la distinción sujeto-objeto, el naci- La perspectivade Kohlberg, para esta autora, conci- miento de relaciones sujeto-objeto.Pero también carga be a los demás en términos del propio sujeto, mien- consigo el peligro de objetificación, la habilidad de tras que la “otra voz” (femenina, según Gilligan y hatar a oms como objetos y a no smtu conexiones con Lyons), los ve en sus propios términos. La “voz” de ellos. La sensación de que la seguridad y el autodiscemi- Kohlberg, en su visión del juicio moral, pmupone l a miento se adquieren a travb del desapego es m a t a d a existencia de un “yo separado” mientras que la “voz” por el reconocimiento de que en ausenciadel co-sentimien- de Gilligan descubre un “yo conectado”. Lo anterior to uno no puede saber l que obus sienten, y por lo tanto, o es resumido por Lyons de la siguiente manera (Ly- se puede vivir en ignorancia egocéntnca, peligrosamente ons, 1983, p. 134): susceptible a la mionalización (1987,p. 91). Yo separudo: Experimenta las relaciones en términos Gilligan plantea, desde esta perspectiva, una críti- de equidad y reciprocidad entre los individuos. ca al énfasis puesto por Kohlberg en una “ética de la Importancia de los demás consideradoscomo a uno justicia” al construir su modelo de la moral. Además, mismo le gusiaría ser considerado, con justicia y en su estudio va más allá de Kohlberg al hacer entre- con objetividad.
  • 18. 38 Ignacio Dobles Oropeza Medializado a través de’ Reglas, que mantienen la considera no sólo lo que pasó sino también su efecto reciprocidad y la equidad en las relaciones. sobre las personas. Anclado en: Roles. Deberes de obligación y de com- Pemítaseme rastrear el origen de esta distinción promiso. hecha por Gilligan y seguida por Lyons. En una críti- Yo conectado:Experimenta las relaciones respondiendo ca publicada por Lykes en 1983, esta autora señalaba a los demás en SW términos. Es decir, cornpromism que aunque Gilligan revelaba tópicos importantes re- con el b e de los otms para aliviar sus arrgas, sufn- in lacionados con la problemática de un sector impor- mientoso heridas (fisicas o psicoiógicas). tante de mujeres estadounidenses, no enfrentaba la Mediatizado a través de. La actividad de cuidar, que discusión acerca de las c a w m de las diferenciaspostu- mantiene y sostiene las relaciones. ladas entre hombres y mujeres, dejando la puerta abier- Anclado en: La interdependencia: viene del reconoci- ta a posibles interpretaciones biologistas. En 1987, miento de la interconexión de las personas. Gilligan y Wiggins ofrecieron, en respuesta a ésta y a otras críticas, una explicación posible, basada en la Lo anterior lleva a postular la existencia de dos experiencia social diferencial de género. Postulaban tipos de moralidad: una de justicia (postulada por que existen básicamente dos dimensiones de la expe- Kohlberg) y otra de responsabilidad y cuidado (enfa- riencia de las relaciones de los niños pequeños (si- tizada por Gilligan y Lyons). La primera se asocia guiendo a Piaget (1935). L s autoras nos muerdan que a con individuos separados; la segunda reconoce y par- si no existieran las relaciones con las demás personas te de la interdependencia. La primera conceptualiza tampoco existiría la necesidad moral). Las dos dimen- las relaciones como reciprocidad y acarrea el uso de siones referidas son las siguientes: reglas imparciales, principios y nomas; la segunda interpreta las relaciones como “respuestas al otro” y La experiencia de desigualdad, que conlleva la la construcción de problemas morales como un asun- dependencia y la carencia de poder del niño pe- to relacional, determinado por la necesidad de res- queño en sus relaciones con tos adultos, y ponder a io5 demás en sus propios términos. La experiencia de apego, que produce una pers- Otra característica de la “moralidad de justicia” es pectiva acerca de las relaciones humanas que aso- que implica obligaciones, deberes o compromisos cia la moralidad con el amor. ligados a roles y a reglas, o a valoraciones de uno mismo y de lo moral considerando sobre todo si uno Aunque estas dimensiones inieractúan, una de ellas mantiene los valores, principios o las normas, funda- puede ser dominante, lo que depende de la experien- mentalmente el de la equidad. La moralidad de “res- cia vital de las personas. Se entiende, por lo tanto, ponsabilidad y cuidado”, por su parte, se basa en que si ha prevalecido la dimensión de “apego” se promover el bienestar de los demás o prevenir que se facilitará la construcción de una moral de “responsa- les haga daño, con una evaluación de la moral que bilidad y cuidado”. La validez de la existencia de
  • 19. . ”, . ,* _ I . . . . < . . . El estudiopsicológico del desarrollo moral 39 ambas formas de moralidad la sustentan Gilligan y tiva, cuestionan premisas básicas de la teoría al suge- Wiggins en la existencia de estas dos dimensiones de rir consirucciones diferenciales de la moralidad en las relaciones desde la experiencia muy temprana del los individuos. Sin embargo, Lykes ha hecho una niño. Asume que en las niñas predomina la dimen- crítica aguda a la forma en que se propone la “otra sión de “apego” en su interacción con el mundo, voz”, la de un ser “conectado” al señalar que: “asu- mientras que en los niños prevalece la dimensión de mir la existencia de una conexión es implicar y con- “desigualdad”. firmar una separaciód, o sea, que son entidades sepa- Langsdale (1986) sometió a prueba empírica la radas y deben juntarse...” (Lykes, 1983,p. 167). existencia de estos dos tipos de moralidades, utili- Opone a este modelo el postulado de que el “yo” zando una metodología que permitía evaluar (al con- y los “otros” se co-definen, se co-constituyen, en un trario de Kohlberg y de Gilligan) producciones de contexto social con experiencias diferenciales de po- pensamiento moral que no se acoplaban a esquemas der. Desarrolla la categoría de “individualidad so- aprioristicos de codificación. En su muestra de 144 cial” en contraste con la valoración del si-mismo sujetos, que cubrían todas las edades, encontró la como autocontenido y desligado de los demás, y con- existencia de estas dos orientaciones de pensamiento trasta también con el sí-mismo de modelos “socio- moral, sin identificar otras alternativas, que están céntricos, orgánicos” que asumen la determinación asociados con la variable género, y que ambas se del individuo por la totalidad. En esta co-definición, presentan a lo largo del ciclo vital. Tambien identifi- co-constitución se pueden, no obstante, edificar sis- ca a cada una como una orientación predominante en temas morales que respondan a las características sus sujetos. Langsdale, quien no abandona una pers- propuestas por Gilligan y por Lyons, entendiéndolas pectiva evolutiva-cognitiva, discute e concepto de l como productos de procesos sociales y no de deter- “todo estructurado” que encuentra fundamental en la minaciones apriorísticas. teoría, considerando que Kohlberg se equivoca al Por ultimo, quiero señalar que diversos autores buscar el “todo estructurado” en las etapas diferen- han criticado la metodología usada por Gilligan para ciales, y que en realidad se presenta en las dos orien- llegar a sus conclusiones. Por ejemplo, Luria (en taciones morales identificadas. Kerber et al., 1986) ha señalado que en el estudio de Ni Gilligan ni Lyons indagan l posibilidad de a Gilligan sobre la decisión de abortar existen proble- combinar ambas formas de moralidad, mientras que a mas de muestreo, carencia de reglas de categoriza- Kohlberg no se le ocurrió siquiera que pudiesen exis- ción de respuestas y de combinación de datos, y de tir modalidades alternativas de construcción de la representatividad. Sin embargo, la discusión empren- moralidad. dida hasta el momento permite discernir que el punto La perspectiva de Gilligan y de Lyons es suma- crucial de la propuesta de Gilligan, retomada por mente interesante, ya que sin abandonar postulados Lyons, tiene que ver con la postulación conceptual de básicos de lo que sería una posición evolutivo-cogni- maneras altemativas de construcción de la morali-
  • 20. 40 Ignacio Dobles Oropeza dad, y, al igual de Kohlberg, Piaget y otros autores, rrollar un “plan interno de razonamiento” con im- este esfuerzo teórico-conceptual no se reduce a deri- portantes consecuencias para su accionar. Dice esta vaciones de procedimientos investigativos impeca- autora (Bozhovich 1978, p. 37): “La estnicturajerár- bles con significancia estadística. Algunas de las cn- quica de la esfera motivacional presupone, en su for- ticas referidas dejan U ver el aspecto fundamental por e ma más desarrollada, la intemalización de determi- enfocar detolles metodológicos que nunca heron esen- nados valores morales: representaciones, conceptos, ciales en el aporte de estas perspectivas. ideas, convertidos en motivos dominantes de la con- ducta”. Gonzáles-Rey (1983) resalta la importancia de la Y AUTOVALORACI~N Y su AUTODEFWCION autovaloración como expresión de un concepto pre- RELACIÓN CON E L DESARROLLO MORAL ciso y generalizado de sí mismo: Las propuestas de Lyons vinculan directamente la L a autovaloraci6n es un sistema regulador constante de construcción de la moralidad en los seres humanos la actividad del sujeto, mediante el cual no se analiza con sus procesos de autodefinición. solamente la correspondencia entre las conductas expre- Gonzáles-Rey (1985) quien desde una orientación sadas y las cualidades integrantes de la autovaloración, marxista (véase Gonzáles-Rey, 1988) ha estudiado sino que se relacionan las cualidadesy los elementosque con detenimiento las particularidades psicológicas y la integran tanto en la vida fuma como en las distintas sociopsicológicas del desarrollo moral, para la psico- exigencias del medio hacia el sujeto (Gonzáles-Rey, logía destaca la necesidad de entender las especifici- 1983, p. 33). dades de estos procesos en el marco de una concep- ción integradora de la personalidad humana (véase La autovaloración es considerada por Gonzáles- Rivera y Gonzáles-Rey, 1986). Rey como un “subsistema” de la personalidad, un Este autor destaca la “tendencia orientadora de la tipo de “formación rnotivacional” que condiciona la personalidad” como tendencia motivacional de or- regulación moral. La distingue de la otra “formación den general que regula el significado que el sujeto motivacional”, la que tiene que ver con la autorregu- proporciona a determinados acontecimientos y moti- lación moral, que es para Gonzáles-Rey la que con- vos. Según este criterio, no basta con conocer los forman los ideales. motivos o los valores que sustenta el individuo; hay En lo que concierne a la autovaloración, Gonzá- que discernir la efectividad de estos motivos en la les-Rey ha examinado la producción escrita de jóve- jerarquia de la personalidad y en el potencial cons- nes adolescentes para indagar acerca del contenido ciente del motivo para responder a objetivos situados de l o que expresan y la “dinámica” o valoración en una perspectiva temporal distinta. Siguiendo a afectiva existente en esta producción. Utiliza las si- Bozhovich (i978), el individuo puede llegar a desa- guientes categorías analíticas:
  • 21. El esiudiopsicológico del desarrollo moral 41 1 . La riqueza de contenidos, que permiten al sujeto gicos del tema en estudio. Si hemos hecho alguna orientarse conscientemente con precisión. referencia a éstos en este apartado se debe a un afán 2. La flexibilidad, que posibilita la asimilación de de ilustrar cómo los aportes de Gonzáles-Rey mues- elementos autovalorativos disonantes con la ten- tran un notable esfuerzo por concretar la búsqueda de dencia general, y por último: elementos analíticos que permitan entender los pro- 3 . La integridad: la tendencia de la autovaloración cesos involucrados en las autovaloraciones hechas de mantener su estabilidad y particularidadescua- por los sujetos, que, a la par de los ideales en este litativas. modelo, se convierten en reguladores de la concien- cia moral. Estos aportes se presentan en el marco de Desde esta perspectiva, es muy diferente la autova- una visión articulada, integradora, evitando la frag- loración de un joven que destaque de manera estereoti- mentación tan corriente en la psicología. pada algún valor, por ejemplo, el de ser “buen estu- diante”, que la de aquel que expresa, con relación a este mismo valor, riqueza en el contenido: aspciando ser PODER Y CONSTRUCCIÓN DE LA MORALIDAD “buen estudiante” con situaciones concretas que le ata- ñen directamente, y que además muestra autocrítica y Lykes (1983) añade otro elemento fundamental a la flexibilidad en la incorporación de esta característica. discusión al considerar que el “carácter social” de En lo que se refiere a los ideales, Gonzáles-Rey las diferencias en la construcción de la moralidad no (1983) investiga el nivel de elaboración, consciente puede explicarse al margen de las relaciones de po- en el sujeto, del contenido del ideal, el nivel de asi- der existentes. El factor poder ha sido definido por milación del ideal con base en necesidades esenciales Martín-Baró como: “...aquel carácter de las relaciones de la personalidad, y el vínculo del sujeto con el modelo sociales basado en la posesión diferencial de recursos ideal, diferenciando tipos de ideales de acuerdo con la que permite a unos realizar sus intereses, personales o estructura de los mismos: de clase, e imponerlos a otros” (1989, p. 101). Dicho factor constituye un marco que posibilita o Concreto: que representamodelos específicos insepa- limita, según el caso, la construcción de autodefini- rables de sus contextos. ciones o de identidades. Ya en el acápite sobre la Sintético: que integra diversos aspectos de diferentes construcción de la identidad me he detenido en ese personalidadesconcretas. asunto. Generaiido: que implica la suma de cualidades abitrao Para Lykes las fuentes de las diferencias en la tas y generalizadasde distintos modelos concretos. construcción de la moralidad y del autoentendimien- to (o autovaloración) radican en la experiencia social Hasta este momento no nos hemos detenido, en de poder o de carencia del mismo. Es importante aquí términos generales, a considerar aspectos metodoló- resaltar que la falta de control acerca de la propia
  • 22. 42 Ignacio Dobles Oropeza vida tiene implicaciones para un “mantmirni-anto de rección definida: la progresión, en estadios cualitati- rutina” que profundiza y refuma la mimvalía, como vamente diferentes, del pensamiento moral. lo ha desiado Montero (1987) en sus esnidios a m Esta visión “organicista” es la de un ser humano de la identidad latinoamericana. Dice Israel (1977, p. que se desenvuelve de manera muy racional, con un 418): “si el hombre se experimenta a sí mismo como pensamiento que, en sus formas superíores, se des- impotente, en sus relaciones con los demás, como un vincula de las contingencias inmediatas. objeto, esta percepción le hace experimentar la cosi- Kohlbe4 plantea una concepción unitaria sobre la ficación como un estado normal. Su conciencia está moralidad: con postulados teóricos que se supone cosificada”. actúan en cualquier circunstancia. Existe una estruc- Lykes ha criticado a Gilligany a Lyons por presentar tura universal de valores moraks. En esto difiere una “versión femenina” de la idea egocéntncoi-con- radicalmente de concepciones especificas acerca del hactual del yo, que extrae en sus versiones sobre l a desarrollo m o d , como las que sostienen algunos íe6ri- moralidad la dinámica real de poder y coerción exhien- cos del aprendizaje social ( v h Rushton, 1982). Quie tes en la sociedad, y al hacerlo termina presentando una ro referirme a estos últimos, con el propósito de versión indiferenciada de la sociedad que tiende a su- abordar su aproximación a la moral, la cual por más bestimar las “resistencias individuales y colsctivas” & que autores como Packer (1992) quieran asimilarla a las mujeres a las “fumas opresorss”. la del enfoque evolutivo-cognitivo, tiene fundamen- En su criterio, el sí-mismo hay que. concebirlo tos y consecuencias muy diferentes. Liebert (1984) como un “ensamblaje de relaciones sociales” y no ha ubicado esta distinción en términos de paradigmas como atgo definido en un marco interaccionista que absolutistas (unitarios) que asocia con Piaget y Kohl- busca relaciones entre entes autónomos y diferencia- berg, cuyo origen en la psicología, dicho sea de paso, dos, como lo sugiere la noción de “conexión”. rastrea hasta McDougall, quien refería un ‘‘instinto moral”, y, por otro lado, paradigmas relativistas (es- pecíficos) entre los cuales identifica, en la psicolo- CONCEPCIÓN UNITARIA O ESPECfFICA gía, a los planteamientos inspirados en el aprendizaje DE LA MORALIDAD social (“wgnitivo-conductista”), según el autor. Aunque existan diversas posiciones al respecto, En la concepción de ser humano presente en la teoría los teóricos del aprendizaje obedecen a l que Nudler o kohlbergiana encontramos lo que Overton (1984) de- (1979) ha denominado un “modelo conductista”, de- nomina un “programa de investigación organísmi- finiéndolo como: “...el conjunto d supuestos o pos- e co” en psicología, en el cual se enfatiza la actividad tulados más generales que sostienen tanto en relación propia &I sujeto y la importancia de su autoorgani- con la realidad que investiga como con los métodos zación y su automgulación, así como una concep- para abordarla” (Nudler, 1979, p. 347). ci6n dialéctica del cambio que apunta hacia una di- Este autor caracteriza este “modelo conductista”
  • 23. _. .. . , . . . . . . , . El estudiopsicológico del desarrollo moral 43 por dos postulados fundamentales: a) Antimentalis- ría en la historia de contingencias que han afectado al ta: el predicado mental empleado en una explicación sujeto. Lieberi especifica que: “la conducta verbal y psicológica debe relacionarse con una descripción de sustancial dentro de la esfera moral, como toda con- la conducta con que tenga conexión lógica y b) Anti- ducta, está bajo la influencia directa de consecuen- gestaltista: las conductas son vistas como respuestas cias objetiva o subjetivamente percihidas o anticipa- específicas a estímulos específicos. das” (Liebert, 1984). Por su parte, Rushton (1982) encuentra las siguien- Por su parte, Rushton afirma que: “...los juicios tes similitudes en las diferentes teorías del aprendizaje: morales se derivan de reglas cognoscitivasque han sido adquiridas a través del aprendkje social” (1982). I . Se enfoca la conducta observable como el fenó- Contrastando con lo anterior, Habermas (1985) meno a ser explicado. defiende lo que considera fundamental para cual- 2. Se enfocan las leyes que gobiernan la adquisición, quier teoría que pretenda dar cuenta del complejo el mantenimiento y la modificación de la conduc- fenómeno del desarrollo moral: su pretensión de va- ta observable, y lidez general. Plantea que: 3. Se prefiere analizar y llegar a entender la conduc- ta a través de la experimentación y el “método ...si los juicios morales no pretendieran una validez gen- científico”. eral, una teoría del desarrollo mod que trata & señalar vias evolutivas con carácter gen- esiaría condenada al Se han destacado estas características porque con- fracaso desde el principio (Habermas, 1985, p. 142). dicionan el cuestionamiento a una concepción “uni- taria” sobre la moralidad, y a la pregonada existencia Este autor defiende así la postulación de teorías de un desarrollo por etapas de la misma. Rushton es unitarias sobre la moralidad, aunque la “validez ge- enfático al expresar que: neral” de estas teorías es un asunto que amerita una discusión posterior. Los teóricos del aprendizaje so- ...Las tendencias etarias en los juicios morales, por lo cial no pretenden delinear una teoría evolutiva con tanto, no son de acuerdo con la perspectiva del aprendi- estas características. zaje social tanto el resultado del desarrollo secuencia1 En nuestro criterio, desde esta perspectivadel apren- de etapas como reflexiones de reglas cognitivas que han dizaje social se impone en última instancia un deter- sido abstraída como resultado de contingenciasde mode- minismo del medio social inmediato, con los “he- iaje y de reforzamiento (Rushton, 1982, p. 440). chos cognoscitivos” como correlatos. La “especifi- cidad” antigestaltista de esta perspectiva, que se pue- De ese modo, las conductas que pueden ser defini- de justificar en tanto que lo teorizado no puede desli- das como “morales” serán, al igual que otras, el resul- garse de las relaciones concretas (como han insistido tado de leyes del aprendizaje, y su explicación residi- Gilligan y Lyons) pierde su fuerza en tanto que con-
  • 24. 44 lgnacio Dobles Oropera diciona una dispersión y fragmentación que atenta 2. El retiro del amor: que consiste en ignorar al contra cualquier perspectiva sistémica. Como señala niño, rehusar hablarle u oirio, o declararle ex- Krebs (1982, p. 451), refiriéndose a los teóricos del plícitamente disgusto, así como aislarlo o ame- aprendizajesocial: “Cuando hablan de respuestas men- nazado. tales que intervienen, tienden a tratarlas de manera 3. La inducción. que implica dar explicaciones o aislada, como algo de contenido particular, aislado de razones para el cambio deseado en el comporta- la estructura cognoscitiva en que está inmersa” miento. En este caso, se apela a los “agentes inductivos” de conformidad que pueden existir en el niño, producto del aprendizaje. ORGANIZACIÓN INTERNA DEL SUJETO i. sDETERMINISM0 DEL MEDIO Los resultados de diversas investigaciones empíri- cas referidas por Hoffman (1977), que han sido funda- Siguiendo la discusión desarrollada en el apartado mentalmente correlacionales, indican que una orienta- anterior, cabe anotar que mientras Kohlberg, Gonzá- ción moral caracterizada por la independencia de san- les-Rey, o las posiciones psicoanalíticas apelan a ciones externas se asocia con el uso frecuente de la algún tipo de planteamiento acerca de la “organiza- “disciplina inductiva” (estudiada fundamentalmente ción interna” en el sujeto, los teóricos del aprendiza- en su uso por parte de la madre), mientras que el uso j e social, al desarrollar sus propuestas relacionadas de una disciplina preponderante de “afirmación del con el tema, enfatizan el peso de los factores contin- poder” se relaciona con una orientación moral basa- gentes del ambiente. da en el “miedo al castigo”, y. por último, no se Por ejemplo, Hoffman (1977), quien también ubica evidencia relación consistente entre el “retiro del el conflicto moral central en la disyuntiva de la oposi- amor” y una orientación moral determinada. ción de las necesidades egoístas del sujeto con las nor- Hoffman sostiene que el tipo de disciptina utiliza- mas morales sociales, enfetiza lo que é l denomina el da tiene también el efecto de brindar información al “encuentro disciplinario” como escenario en que se niño: as¡, la “afirmación del poder”, que “. .subraya dirime la interioriuición moral en el individuo, como hasta qué punto la acción del niño está circunscrita producto de las “estrafegias disciplinarias”que utilicen por el poder superior y los rejxrsos d l mundo adulto” e fundamentalmente las figuras parentales. (Hoffman, 1977, p. 92) dirige la atención del niño hacia Este autor distingue tres tipos de estrategias disci- las consecuencias de la conducta para uno mismo y plinarias que pueden utilizarse: acentúa, ante la reacción punitiva anticipada, la per- cepción de las normas morales como elementos ex- 1. La afirmación del poder: que se relaciona con el ternos. Dicho de otra forma, esta modalidad de “en- uso de la fuerza fisica, la privación de privilegios cuentro disciplinario” fomentaría la heteronimidad y de objetos deseables. de la moral.
  • 25. .. I. . ,. . . . . El estudio psicológico del desarrollo moral 45 El “retiro del amor”, por su parte, dirige la atención bién brinda un marco para entender el desarrollo de del niño hacia las consecuenciasemocionales punitivas “normas personales” como características cogniti- de la conducta para uno mismo, y puede asociarse con vas contingentes con las influencias del medio. Así, la alta ansiedad que se relaciona con la pérdida del se fortalecerán aquellas “normas” que aumenten la amor. Por último, la disciplina “inductiva” dirige la autoeficacia. atención hacia las consecuencias de la conducta para Los ejemplos citados revelan cómo para la orien- los demás, y puede coadyuvar a la empatía. tación basada en el aprendizaje social, la preocupa- Hemos sostenido, siguiendo a Rushton (1982), que ción fundamental reside en caracterizar los mecanis- para los teóricos del aprendizaje social se llegan a mos mediante los cuales la persona recibe detennina- desarrollar en los seres humanos “normas persona- das contingencias o información de su medio, mien- les” como fenómenos cognitivos derivados de los tras que Kohlberg, en lo fundamental, ofrece un mo- procesos de aprendizaje. Bandura (1977) ha enfatiza- delo para caracterizar el “desarrollo interno” del su- do la importancia de factores cognoscitivos como jeto en materia moral, sustentandose para ello en una mediadores de los procesos conductuales, aunque sin concepción acerca de la moral. abandonar la “actitud básica conductista” que hemos Liebert (1984), en u afán por establecer las ven- n referido con anterioridad. P a t a que los procesos cog- lne tajas de ias posiciones sobre el desarrollo moral asu- nitivos son inducidos y alteradas por la experiencia de midas por los planteamientos inspirados en el con- “maestría” que acompaña al desempeño eficaz. ductismo en relación con la perspectiva evolutiva- El supuesto fundamental de Bandura es que: “...los cognitiva de Piaget y de Kohlberg, afirma que mien- procedimientos psicológicos,cualquieraque sea s for-u tras estos últimos subrayan que lo que se logra en el ma, sirven como medio para crear y fortalecer expecta- desarrollo moral progresivo es la superioridad moral, tivas de eficacia personal” (Bandura, 1977, p. 103). lo que defienden las posiciones relativistas sería la La persona recibe información acerca de su de- obtención de una complejización moral. Dando un sempeño de cuatro fuentes posibles: salto lógico que resulta difícil de entender, acusa a Kohlberg de fomentar con s modelo la intolerancia. u 1. Los logros en s desempeho directo (que Bandura u Desde mi perspectiva, y en contraposición a Liebert, considera la fuente primordial de información). una defensa de la adquisición de una “complejiza- 2. La experiencia vicaria. ción moral” que no presente indicadores de progreso 3. La persuasión verbal y o retroceso termina cayendo en un desconcertante 4. Los estados fisiológicos (en especial los de “ac- relativismo. tivación emocional”). Haciendo una crítica análoga a la planteada en el penúltimo párrafo, Wren (1982) ha censurado la po- Este modelo alude directamente a situaciones de sición de Bandura relativa a l o moral, por considerar éxito o fracaso en el desempeño personal, pero tam- que carece de “prescriptividad”
  • 26. 46 Ignacio Dobles Oropera Dice que sólo se ofrecen conceptos “param&i- cos” de moraiidnd, que camen de una jerarquiui- ción de conductas o de motivos: “el yo es regulado, pero no por un yo interno”, afrma (1982, p. 418). También agrega que: ...para el punto de vista de Bandura, el afecto ligado a un proceso cognoscitivo no es función del signi- ficado de la imagen,como sosteadríarilos evolutivo-cog- nitivos como Kohlberg, sino solamente de las asociaCiones lógicamente contingentes que esa imagen ha disfrutado en la historia de aprendizaje del agente (Wren, 1982,p 415) Krebs, por su parte (1982), al referirse a los teóri- cos del aprendizaje social, refiere que: “...cuando hablan de respuestas mentales que intervienen, tien- den a tratarlas de manera aislada, como algo de con- tenido particular, aislado de la estructura cognoseiti- va en que esta inmersa” (Krebs, 1982, p. 451). Como señalamiento de une-consecuencia lógica de esta posición, Packer (1992) plantea que si toda mo- ral es relativa, como considera se especifica en las teorias del aprendizaje social, l Único que queda es o la búsqueda del “interés personal”. Podría entender- se, por lo tanto, cómo el conductismo puede conver- tirse en soporte teórico-conceptual del individualis- mo en l que a la moralidad se. refiere. o Una concepción de la relación individuo-sociedad como la que se sustenta en este trabajo obliga a intentar superar las limitaciones que han señalado Sloan j Hognn (1986) ai caracterizar los modelos dominantes en el estudio de la moral, que tienden a descontextualizar la experiencia moral tanto ai igno-