El documento discute la importancia de la enseñanza bíblica en la formación de discípulos y en prepararlos para la batalla espiritual. Explica que la educación cristiana no es independiente de la iglesia y su misión, y que su objetivo es transformar vidas a través de una relación personal con Cristo y su Palabra. También destaca que a menudo se ignora la realidad sobrenatural y lo que significa ser un nuevo ser en Cristo, lo que debilita la enseñanza y el ministerio cristiano.