1. Cómo imprimir fotografías en blanco y
negro
Tradicionalmente, obtener una buena fotografía en blanco y negro llevaba asociado
aislarse en un cuarto oscuro, mezclar productos químicos, calcular tiempos de
exposición, así como otra serie de tareas, para que la imagen apareciese en el papel
como por arte de magia. La tecnología digital simplificó el proceso, haciéndolo posible
sin el esfuerzo y el coste del revelado de la película. Sin embargo, no ha sido hasta hace
unos pocos años cuando los programas de edición fotográfica, y, más importante aún,
las impresoras inkjet, han dispuesto de la tecnología necesaria para conseguir imágenes
en blanco y negro capaces de igualar, e, incluso, superar, la calidad de lo que era
exclusividad del cuarto oscuro.
Conversión de las imágenes
Para conseguir una gran fotografía en blanco y negro es imprescindible partir de una
buena imagen, para no cumplir con el refrán “lo que mal empieza, mal acaba”. Para
ello, se ha de poner especial cuidado en la toma, resistiendo la tentación de usar el modo
de blanco y negro que suelen ofrecer las cámaras digitales. Es preferible captar la
imagen en color y convertirla posteriormente en una aplicación. Las fotografías en color
contienen más datos y riqueza de detalles que las que se toman directamente en blanco y
negro, lo que resulta muy conveniente para la posterior conversión. Además, con una
imagen en color siempre se tiene la opción de imprimir dos versiones de la misma toma:
una en color y otra en blanco y negro.
Las opciones que ofrecen los programas de edición de imágenes para la conversión a
blanco y negro suelen ser bastante amplias, cada una de ellas, eso sí, sus ventajas y sus
inconvenientes. Por regla general, los métodos más sencillos proporcionan unos
2. resultados bastante discretos. Así, se habrá de evitar la utilización directa de comandos
como “Eliminar color”, “Desaturar” o “Convertir a escala de grises”, ya que estas
conversiones dependen únicamente de los ajustes por defecto de la aplicación. En su
lugar, se han de explorar otros procesos de conversión que ofrezcan un mayor control de
la tonalidad de la imagen.
Las versiones más recientes de Adobe Photoshop ofrecen innumerables opciones de
conversión, y algunas de ellas requieren un buen dominio de Capas y Canales. Pero
Adobe ha facilitado esta tarea incluyendo en sus programas una función de conversión a
blanco y negro. Por ejemplo, en Elements, el “hermano pequeño” de Photoshop, puede
accederse a ella a través de Mejora > Convertir a blanco y negro; mientras que en
Photoshop: Imagen > Ajustes > Blanco y negro. Este comando ofrece la posibilidad de
aplicar un ajuste de conversión predefinido, o, para obtener un mayor control, realizar
ajustes personalizados de la información de color, deslizando las barras específicas.
Las últimas versiones de Adobe Photoshop Lightroom y Apple Aperture también
disponen de mezcladores de escalas de grises, que permiten la conversión rápida de una
imagen en color a blanco y negro, y el posterior ajuste de la luminosidad de acuerdo a
los colores. El uso de estos comandos en ambos programas es muy sencillo, si bien
Lightroom ofrece un mayor control sobre los colores, mientras Aperture ofrece más
opciones de conversión predefinidas.
Para conseguir una gran fotografía en blanco y negro es imprescindible partir de una
buena imagen, para no cumplir con el refrán “lo que mal empieza, mal acaba”. Para
ello, se ha de poner especial cuidado en la toma, resistiendo la tentación de usar el modo
de blanco y negro que suelen ofrecer las cámaras digitales. Es preferible captar la
imagen en color y convertirla posteriormente en una aplicación. Las fotografías en color
contienen más datos y riqueza de detalles que las que se toman directamente en blanco y
negro, lo que resulta muy conveniente para la posterior conversión. Además, con una
imagen en color siempre se tiene la opción de imprimir dos versiones de la misma toma:
una en color y otra en blanco y negro.
Las opciones que ofrecen los programas de edición de imágenes para la conversión a
blanco y negro suelen ser bastante amplias, cada una de ellas, eso sí, sus ventajas y sus
inconvenientes. Por regla general, los métodos más sencillos proporcionan unos
resultados bastante discretos. Así, se habrá de evitar la utilización directa de comandos
como “Eliminar color”, “Desaturar” o “Convertir a escala de grises”, ya que estas
conversiones dependen únicamente de los ajustes por defecto de la aplicación. En su
lugar, se han de explorar otros procesos de conversión que ofrezcan un mayor control de
la tonalidad de la imagen.
3. El ajuste Blanco y negro de Photoshop dispone de opciones para simular los filtros
fotográficos utilizados tradicionalmente para la fotografía en blanco y negro. Además,
ofrece la posibilidad de personalizar los ajustes por medio de deslizadores, que afectan
individualmente a cada uno de los colores.
Las versiones más recientes de Adobe Photoshop ofrecen innumerables opciones de
conversión, y algunas de ellas requieren un buen dominio de Capas y Canales. Pero
Adobe ha facilitado esta tarea incluyendo en sus programas una función de conversión a
blanco y negro. Por ejemplo, en Elements, el “hermano pequeño” de Photoshop, puede
accederse a ella a través de Mejora > Convertir a blanco y negro; mientras que en
Photoshop: Imagen > Ajustes > Blanco y negro. Este comando ofrece la posibilidad de
aplicar un ajuste de conversión predefinido, o, para obtener un mayor control, realizar
ajustes personalizados de la información de color, deslizando las barras específicas.
Las últimas versiones de Adobe Photoshop Lightroom y Apple Aperture también
disponen de mezcladores de escalas de grises, que permiten la conversión rápida de una
imagen en color a blanco y negro, y el posterior ajuste de la luminosidad de acuerdo a
los colores. El uso de estos comandos en ambos programas es muy sencillo, si bien
Lightroom ofrece un mayor control sobre los colores, mientras Aperture ofrece más
opciones de conversión predefinidas.
[View with PicLens]
4. Sin filtro (izquierda). Filtro de densidad neutra (centro). Filtro azul de alto contraste
(derecha).
También existe un amplia oferta de plug-ins de conversión a blanco y negro para
Photoshop. Uno de los más completos es Exposure 2, de Alien Skin, que ofrece una
extensa gama de ajustes predefinidos para la simulación de películas de blanco y negro
o color, con efectos de color, tono, foco y grano. Incluye, además, una opción de
infrarrojos muy interesante. De forma similar, RealGrain, de Imagenomic, dispone de
una excelente selección de herramientas de ajuste para la conversión a blanco y negro.
Color Efex Pro, de Nik Software, también incorpora un sencillo y efectivo conjunto de
opciones de blanco y negro, además de efectos especiales de color.
Uno de los secretos para la adecuada conversión de las imágenes a blanco y negro es
conseguir un extenso rango dinámico, con riqueza en las sombras y altas luces, y una
amplia gama de grises en toda la imagen. Además del aspecto estético, si conseguimos
5. una fotografía con un buen rango tonal, estaremos preparados para el siguiente paso:
trasladar la fotografía a papel.
Impresión en blanco y negro
No todas las impresoras inkjet resultan apropiadas para la impresión monocromática,
por lo que si se piensa realizar una importante producción de impresiones de este tipo,
primero habrá que seleccionar el dispositivo adecuado. Para la impresión de fotografías
en blanco y negro, la impresora ha de contar, al menos, con dos cartuchos distintos de
negro, como es el caso de la Epson Stylus Photo R1900. Estos dos cartuchos
generalmente incluyen uno de negro fotográfico, para las superficies de brillo, y otro de
negro mate, para las superficies mate. La inclusión de tintas grises adicionales mejorará
aún más los resultados, ya que resulta muy difícil obtener grises completamente neutros
en una impresora que no dispone de tintas grises, ya que los ha de reproducir a partir de
tintas de color.
Epson Stylus Pro 4880.
Además, la inclusión de tintas grises hace que las fotografías muestren una mayor y más
suave gradación entre los tonos grises. Por ejemplo, la Canon PIXMA Pro9500 y la HP
B8850 disponen de un cartucho independiente de tinta gris, además de los dos de negro
-fotográfico y mate-. La Epson Stylus Photo R2880 da un paso más en la impresión en
blanco y negro con la inclusión de 3 cartuchos distintos de tinta negra: fotográfico, mate
y negro claro. Menos funcional es que se han de intercambiar manualmente los
cartuchos de negro fotográfico o mate cuando se quiere imprimir sobre superficies brillo
o mate, respectivamente. Sin embargo, la calidad de las imágenes impresas es tan
impactante que hace que este pequeño inconveniente sea poco menos que anecdótico.
6. Las impresoras fotográficas han de disponer de diversas tintas grises y negras para
poder imprimir fotografías en blanco y negro de alta calidad.
No menos importante que las tintas resulta la elección de un papel adecuado. La
mayoría de los fabricantes de impresoras inkjet ofrecen una amplia gama de papeles, de
tal modo que resulta sencillo encontrar papeles brillo, mate, acuarela o artísticos, en una
gran variedad de tamaños y acabados. El uso de un tipo de papel u otro depende
exclusivamente de las preferencias del usuario, si bien, la impresión de imágenes en
blanco y negro sobre papeles mate, acuarela o artísticos resulta impactante. Los últimos
avances en esta tecnología, particularmente los de Epson, sin embargo, también han
hecho posible la utilización de impresoras de tinta pigmentada para la impresión sobre
superficies brillo.
HP Photosmart Pro B8850.
La elección de un papel adecuado posibilita la obtención de un resultado satisfactorio.
En este sentido, las mejores opciones son la gama Velvet Fine Art, de Epson, o los
papeles Hahnemühle, para Canon y HP. Antes de adquirir un papel determinado, sin
embargo, se ha de poner especial atención, ya que no todas las impresoras son
compatibles con todos los papeles. Por ello, es recomendable probar varios papeles,
adquiriendo pequeñas cantidades de cada uno, antes de lanzarse de lleno a la impresión
de las fotografías.
7. Canon PIXMA Pro 9500.
La oferta de papeles de fabricantes independientes también es muy amplia, si bien, los
desarrolladores de impresoras inkjet sólo garantizan los mejores resultados cuando se
utilizan papeles comercializados bajo su propia marca. Esto tiene su sentido, ya que
realizan la investigación de tintas y papeles conjuntamente. Aún así, si se opta por la
utilización de papel de terceros, se han de emplear perfiles ICC específicos para cada
impresora, ya que de no ser así, los resultados son impredecibles.
El creciente interés en la impresión de fotografías en blanco y negro ha llevado a los
fabricantes a desarrollar papeles baritados. Este tipo de papeles reciben tal
denominación por incluir un laminado especial de sulfato de bario aplicado sobre una
base de fibra, simulando la superficie de los papeles blanco y negro utilizados
tradicionalmente en el cuarto oscuro. De estas características es el papel Exhibition
Fiber, de Epson, mientras que otros fabricantes como Hahnemühle, Ilford, Harman
Technology o Innova también lo ofrecen en su gama.
Papel Hahnemühle Photo Rag Baryta.
Antes de lanzarnos a la impresión de fotografías, debemos asegurarnos de estar
utilizando el perfil de impresora adecuado al papel utilizado. La mayoría de los
fabricantes de impresoras inkjet incluyen los perfiles de sus propios papeles en el driver
de la impresora. Así, si se va a utilizar un papel Epson con una impresora Epson, por
ejemplo, no tendremos que preocuparnos. Es recomendable, sin embargo, visitar
regularmente la página web del fabricante para comprobar el lanzamiento de
actualizaciones o nuevos perfiles. En el caso de utilizar papeles de fabricantes
independientes, la mayoría de ellos ofrecen en su página web la descarga gratuita de
perfiles ICC, que han de ser descargados e instalados antes de comenzar a imprimir.
8. Con un poco de práctica, resultará sencillo obtener fotografías en blanco y negro con
las que decorar las paredes de casa.
También es interesante observar algunos conceptos básicos sobre el manejo del color y
asegurarnos que el monitor está bien calibrado. De no hacerlo, corremos el riesgo de
adecuar la imagen a su aspecto en pantalla y obtener una fotografía impresa
notablemente distinta. Otro aspecto que hay que evitar es la utilización simultánea de
más de un perfil. Ya hemos visto que al imprimir una imagen se ha de seleccionar el
perfil adecuado, para que la impresora se encargue de hacer los ajustes apropiados a un
tipo específico de papel. Por otro lado, los programas de edición, como Photoshop,
pueden asumir también esta tarea, de tal modo que se puede crear un conflicto entre la
aplicación y el perfil de la impresora, produciendo resultados inesperados.
Como suele ser habitual, la mejor forma de obtener resultados satisfactorios es la
experimentación. Así, se han de probar diferentes papeles hasta encontrar la superficie
que más se ajusta a nuestros gustos, comparando los diferentes resultados. Así, con un
poco de paciencia y constancia podremos obtener atractivas e impactantes fotografías,
con las que, por ejemplo, decorar las paredes de nuestra casa.