2. Introducción a la Biblia
INSTITUTO BIBLICO
PENTECOSTAL
SEMESTRE I
FUNDACIÓN EDUCACIÓN
CRISTIANA PENTECOSTAL
Iglesia Pentecostal Unida de Colombia
1
3. Introducción a la Biblia
Recopilado por
INSTITUTO BIBLICO PENTECOSTAL
Institución de formación Teológica Adscrita al
ÁREA DE EDUCACIÓN TEOLÓGICA
De la
FUNDACION EDUCACION CRISTIANA PENTECOSTAL
Y la
Iglesia Pentecostal Unida de Colombia
Nota Aclaratoria
Este material es el producto de varios años de recopilaciones hechas por varias personas,
haciendo uso de diversas fuentes, autores y páginas web
La Ejecución de Este proyecto estuvo coordinada por
HONORABLE CONSISTORIO DE ANCIANOS
Iglesia Pentecostal Unida de Colombia (IPUC)
Rev. FERNANDO LOPEZ PIMIENTO
Director General Dpto. Educación Cristiana IPUC
La Dirección General de este proyecto estuvo a cargo de
Rev. JOSE IGNACIO SIERRA BONILLA
Director Nacional Educación Teológica IPUC
La Revisión y diseño instruccional de este proyecto estuvo a cargo de
Lic. Edison Andrés Betancourt Duarte
Coordinador Grupo pedagógico nacional IBP
La revisión, redacción y adaptación pedagógica de este módulo estuvo a cargo de
Hno. MIGUEL ANGEL LOZANO OYOLA
Pastor IPUC
Revisión de estilo
VICTORIA MEDINA GUZMÁN
A Dios gracias por su infinita Bondad y misericordia
Por su respaldo incondicional a este proyecto
Y por la inspiración que nos ha dado
Porque de Él dependemos siempre
2
4. Introducción a la Biblia
INTRODUCCION 7
LOGRO GENERAL 9
LECCIÓN NO. 1 11
GENERALIDADES DE LA BIBLIA 11
Indicadores de Logro 11
Saberes Previos 11
Desarrollo de la lección 11
Significado de la palabra Biblia 11
Contenido y autoridad 12
El mensaje de la biblia 13
La biblia, palabra de Dios 14
Arqueología bíblica 16
En resumen 17
Actividad de Auto aprendizaje extra clase 18
LECCIÓN NO. 2 19
LOS MATERIALES 19
Indicadores de Logros 19
Saberes Previos 19
Desarrollo de la lección 19
Piedra 19
Tablas de escribir 20
Tablillas de arcilla 20
El papiro 21
El cuero y el pergamino 21
Óstraca 21
Instrumentos para escribir 22
Formas de los documentos 23
En resumen 25
Actividad De Auto aprendizaje Extra clase 25
3
5. Introducción a la Biblia
LECCIÓN NO. 3 27
LOS IDIOMAS DE LA BIBLIA 27
Indicadores de Logro 27
Saberes Previos 27
Desarrollo de la lección 27
HEBREO 27
GRIEGO 28
EL IDIOMA DE JESÚS 29
En Resumen 31
Actividad de Auto aprendizaje Extra clase 31
LECCIÓN NO. 4 33
FUENTES DEL TEXTO BÍBLICO 33
Indicadores de Logro 33
Saberes Previos 33
Desarrollo de la lección 33
REVELACIÓN 33
INSPIRACIÓN 34
LA ILUMINACIÓN 36
En Resumen 38
Actividad de Auto aprendizaje Extra clase 39
LECCIÓN NO. 5 41
DIVISIONES DE LA BIBLIA 41
Indicadores de Logro 41
Saberes Previos 41
Desarrollo de la lección 41
CLASIFICACIÓN DE LOS LIBROS DEL ANTIGUO TESTAMENTO 44
CLASIFICACIÓN DE LOS LIBROS DEL NUEVO TESTAMENTO 47
En Resumen 49
Actividad de Auto-aprendizaje Extra-clase 49
LECCIÓN NO. 6 51
EL CANON DE LA BIBLIA 51
Indicador de Logro 51
Saberes Previos 51
Desarrollo de la lección 51
Proceso de «canonización» 53
La Septuaginta: el canon griego 55
El Antiguo Testamento griego 57
La iglesia y el canon 58
Canon del Nuevo Testamento 62
Religión y texto sagrado 62
La historia del texto, la transmisión del texto y la formación del canon 63
4
6. Introducción a la Biblia
El canon 67
En Resumen 72
Actividad de Auto-aprendizaje Extra-clase 72
LECCIÓN NO. 7 73
LIBROS APÓCRIFOS. 73
Indicadores de Logro 73
Saberes Previos 73
Desarrollo de la lección 73
¿QUE ES APOCRIFOS? 73
EVIDENCIAS EXTERNAS DEL CANON 74
¿POR QUÉ NO SON CANONICOS? 77
ENUMERACIÓN Y EXPLICACIÓN 77
En Resumen 81
Actividad de Auto aprendizaje extra clase 81
LECCIÓN NO. 8 83
ANÁLISIS DE LAS DIFERENTES VERSIONES DE LA BIBLIA 83
Indicadores de Logro 83
Saberes Previos 83
Desarrollo de la lección 83
VERSIONES DE LA BIBLIA 83
El Resumen 96
Actividad De Auto aprendizaje Extra clase 96
Autoevaluación 97
Glosario 100
BIBLIOGRAFÍA 101
5
8. Introducción a la Biblia
INTRODUCCION
―Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para
reargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el
hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda
buena obra‖
2ª Timoteo 3:16
Este módulo contiene la información necesaria para llevar al lector
a un aprendizaje sobre la forma como está compuesta la Biblia.
Considerando la gran necesidad que hay en el pueblo de Dios de
aferrarse al conocimiento estructural bíblico, para obtener una
mejor comprensión de forma literal y hallar una coherencia bíblica
en cada uno de sus relatos. De esta forma evitamos la presencia
de malas interpretaciones que diversas sectas asumen acerca de
la historicidad bíblica.
También tratamos de dar explicación al orden consecutivo que
llevan los libros en su lógica secuencial, ya que este orden no es
producto de una decisión al azar o que tal vez carezca de
argumentos valederos, al contrario las razones por las cuales el
orden de los libros bíblicos aparecen de esta forma y no de otra,
procura presentar la armonía literal que es necesaria para
comprender el mensaje central de la Biblia, la salvación del ser
humano.
7
10. Introducción a la Biblia
Logro General
Dar a conocer al alumno del instituto bíblico
como fue constituida la biblia como palabra
de Dios, por medio de un estudio abordado
desde sus origines desarrollado en forma
cronológica a través del tiempo. Con el fin
de que el estudiante pueda adquirir un
dominio conceptual más amplio de lo que
hoy conocemos como la biblia o sagradas
escrituras.
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12. Introducción a la Biblia
LECCIÓN No. 1
Describir la forma como se conformo la biblia.
Identificar el mensaje esencial de la palabra de Dios.
¿Cuál es el mensaje central de la palabra de Dios?
¿Cuáles son las actividades que abarca la arqueología bíblica?
El término Biblia llegó al latín del griego biblia o ‗libros‘, forma
diminutiva de byblos, el término para ‗papiro‘ o ‗papel‘ que se
exportaba desde el antiguo puerto fenicio de Biblos. En la edad
media, los libros de la Biblia eran considerados como una entidad
unificada. El uso cristiano más antiguo de la biblia (‗los libros‘) en
11
13. Introducción a la Biblia
este sentido se encuentra, según se cree, en 2 Clemente 14:2 (ca.
150 d.C.): ―los libros y los apóstoles declaran que la iglesia… ha
existido desde el principio.‖ Cf. Dn. 9.2, ―yo Daniel miré
atentamente en los libros‖, donde la referencia está vinculada al
corpus de escritos proféticos del AT. El gr. biblion (del que biblia es
el plural) es un diminutivo de biblos, que en la práctica denota
cualquier tipo de documento escrito, pero originalmente un
documento escrito sobre papiro (gr. byblos; cf. el puerto fn. de
Biblos, por el que en la antigüedad se importaba el papiro desde
Egipto).
Un término sinónimo de ―la Biblia‖ es ―los escritos‖ o ―las
Escrituras‖, usado frecuentemente en el NT para hacer referencia a
los documentos del AT en conjunto o en parte; cf. Mt. 21.42,
―¿Nunca leísteis en las Escrituras?‖; el pasaje paralelo de Mr. 12.10
tiene el singular, referido al texto particular que se cita, ―¿Ni aun
esta escritura habéis leído?‖; 2 Ti. 3.15, ―las Sagradas Escrituras‖,
vv. 16, ―toda la Escritura es inspirada por Dios‖. En 2 P. 3.16
―todas‖ las epístolas de Pablo están incluidas junto con ―las otras
Escrituras‖, expresión que incluye los escritos del AT, y
probablemente también los evangelios. Tanto el AT como el NT la
tawrat y el injé÷l se reconocen en el Corán (Sura 3) como
revelaciones divinas anteriores. El AT en hebreo es la Biblia judía.
El Pentateuco en hebreo es la Biblia samaritana.
Entre los cristianos, para quienes el AT y el NT constituyen
juntamente la Biblia, no hay acuerdo completo en cuanto a su
contenido. Algunas ramas de la iglesia siriaca no incluyen 2 Pedro,
2 y 3 Juan, Judas, ni Apocalipsis en el NT. Las confesiones romana
y griega incluyen varios libros en el AT además de los que forman
la Biblia hebrea; estos libros adicionales formaban parte de la
Septuaginta cristiana. Aunque se incluyen, junto con uno o dos
libros más, en la Biblia protestante inglesa completa, la Iglesia de
Inglaterra (igual que la iglesia luterana) sigue a Jerónimo cuando
sostiene que pueden ser leídos ―para ejemplo de vida e instrucción
de costumbres; pero no se aplican para establecer ninguna
doctrina‖ (Artículo VI). Otras iglesias reformadas no les acuerdan
valor canónico alguno (* APÓCRIFOS). La Biblia etíope incluye 1
Enoc y el libro de Jubileos.
12
14. Introducción a la Biblia
En las confesiones romana y griega, y en otras confesiones
antiguas, la Biblia, juntamente con la tradición viviente de la iglesia
en algún sentido, constituyen la autoridad última. En las iglesias de
la Reforma, por otra parte, la Biblia sola es la corte final de
apelación en asuntos de doctrina y práctica. Así el Artículo VI de la
Iglesia de Inglaterra afirma: ―La Sagrada Escritura contiene todo lo
necesario para la salvación: de manera que nada de lo que no se
lee en ella, ni pueda. Probarse mediante ella, debe exigírsele a
ningún hombre para que sea aceptado como artículo de la fe, ni
considerarse como requisito o como necesario para la salvación.‖
En este mismo sentido la Confesión de fe de Westminster (1. 2)
enumera los 39 libros del AT y los 27 del NT como ―todos… dados
por inspiración de Dios, para ser la regla de fe y vida‖.
La Biblia ha representado, y sigue representando hoy, un papel
notable en la historia de la civilización. Muchas lenguas tienen
forma escrita gracias al hecho de que se les ha ideado un alfabeto
a fin de que la Biblia, en su totalidad o en parte, pudiese ser
traducida a dichas lenguas y publicada en forma escrita. Y esto no
es más que una pequeña muestra de la misión civilizadora de la
Biblia en el mundo. Esta misión civilizadora es resultado directo del
mensaje central de la Biblia. Puede parecer sorprendente que se
pueda hablar de un mensaje central en una colección de escritos
que refleja la historia de la civilización en el Cercano Oriente a lo
largo de varios milenios. Pero tiene un mensaje central en efecto, y
es el reconocimiento de este hecho lo que ha llevado a considerar
a la Biblia como un libro, y no simplemente una colección de libros
(así como el plural griego biblia (―libros‖) se convirtió en el singular
latino biblia (―el libro‖). El mensaje central de la Biblia es la historia
de la salvación, y a través de ambos testamentos tres hilos pueden
distinguirse en el desenvolvimiento de dicha historia:
1. El portador de la salvación.
2. El camino de salvación.
3. Los herederos de la salvación.
Esto podría expresarse en función del concepto del pacto, diciendo
que el mensaje central de la Biblia es el pacto de Dios con los
hombres, y que los hilos lo constituyen el mediador del pacto, la
base del pacto, y el pueblo del pacto. Dios mismo es el Salvador de
su pueblo; es él quien confirma su misericordia para con ellos de
13
15. Introducción a la Biblia
conformidad con el pacto. El portador de la salvación, el mediador
del pacto, es Jesucristo. El camino de salvación, la base del pacto,
es la gracia de Dios, que provoca en su pueblo una respuesta de fe
y obediencia. Los herederos de la salvación, el pueblo del pacto,
están constituidos la iglesia de Jesucristo.
La continuidad del pueblo del pacto entre el AT y el NT está
oscurecida para el lector de las versiones bíblicas corrientes,
porque ―iglesia‖ es una palabra exclusivamente neo testamentaria
y, naturalmente, el lector piensa que se trata de algo que comenzó
en el período del NT. Pero el lector de la Biblia griega no se
encontraba con ninguna palabra nueva cuando leía ekkleµsiaen el
NT; ya la había visto en la LXX como una de las palabras utilizadas
para denotar a Israel como la ―asamblea‖ de Yahvéh. Por cierto
que en el NT tiene un significado nuevo y más completo. Jesús dijo
―edificaré mi iglesia‖ (Mt. 16.18), porque el pueblo del pacto viejo
tenía que morir con él a fin de resucitar con él a nueva vida, vida
nueva en la que desaparecían las restricciones nacionales. Pero él
provee en sí mismo la continuidad vital entre la vieja Israel y la
nueva, y sus fieles seguidores eran tanto el remanente justo de la
antigua como el núcleo de la nueva. El Yahvéh-siervo y su pueblo-
siervo ligan entre sí los dos testamentos. El mensaje de la Biblia es
el mensaje del único Dios al hombre, comunicado ―muchas veces y
de muchas maneras‖ (He. 1.1), y finalmente encarnado en Cristo.
Así, ―la autoridad de la sagrada escritura, por la que debe ser
aceptada y obedecida, no depende del testimonio de ningún
hombre o iglesia, sino enteramente de Dios (quien es la verdad
misma), el autor de ella; y por lo tanto ha de ser recibida, porque es
la palabra de Dios‖.
La otra respuesta no se contenta con explicar el significado de una
palabra, sino que da otro paso y trata de penetrar más en la
realidad profunda de la Biblia: la Biblia es la Palabra de Dios. En la
Biblia se encuentran mensajes de los profetas, palabras de Jesús y
testimonios de los apóstoles. Los profetas, Jesús y los apóstoles
actuaron y hablaron en distintas épocas y en circunstancias muy
diversas. Pero todos anunciaron la Palabra de Dios. Los profetas
se presentaron como testigos y mensajeros de la Palabra, y así lo
expresaron muchas veces de manera inequívoca, por ejemplo,
cuando introducían sus mensajes con la frase: «Así dice el Señor».
14
16. Introducción a la Biblia
(Cf. Jer 1.9–10a: «Entonces el Señor extendió la mano, me tocó los
labios y me dijo: ‗Yo pongo mis palabras en tus labios‘».) Después
de haber comunicado su Palabra por medio de los profetas, Dios
se manifestó en carne, como lo expresa la Carta a los Hebreos
(1.1–2): «En tiempos antiguos Dios habló a nuestros antepasados
muchas veces y de muchas maneras por medio de los profetas.
Ahora, en estos tiempos últimos, nos ha hablado por su Hijo».
Jesucristo, Dios hecho carne (Jn 1.14), dio testimonio del Padre (Jn
1.18; cf. Mt 11.27), y envió a sus discípulos diciéndoles: «El que los
escucha a ustedes, me escucha a mí; y el que los rechaza a
ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza al
que me envió» (Lc 10.16).
Los apóstoles, a su vez, fueron testigos oculares y servidores de la
Palabra (Lc 1.2). Ellos fueron elegidos de antemano por Dios (Hch
10.41–42), y a ellos se les confió la misión de anunciar la Palabra
de Dios y el Nombre de Jesús a todo el mundo (Mc 16.15).
Este mensaje de los profetas, de Jesús y de los apóstoles fue
luego consignado por escrito, y así nació la Biblia, que es la
Palabra de Dios encarnada en un lenguaje humano. Ella, como
Jesucristo, es plenamente Divina y plenamente humana, sin que lo
divino ceda en detrimento de lo humano, ni lo humano de lo divino.
Ahora bien: la palabra es la acción de una persona que expresa
algo de sí misma y se dirige a otra para establecer una
comunicación.
La Palabra de Dios posee un contenido: Es la buena noticia por
excelencia, el Evangelio de la salvación. Así puede apreciarse, por
ejemplo, en los pasajes siguientes:
«Oye, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor.
Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con
todas tus fuerzas». (Dt 6.4–5)
«Ama a tu prójimo como a ti mismo». (Lv 19.18; Ro 13.9)
«Si con tu boca reconoces a Jesús como Señor, y con tu corazón
crees que Dios lo resucitó, alcanzarás la salvación». (Ro 10.9)
15
17. Introducción a la Biblia
Estos tres pasajes expresan contenidos fundamentales del
mensaje bíblico, como son el mandamiento principal (cf. Mt 22.34–
40) y la profesión de fe en Cristo (cf. 1 Co 15.1–7).
Pero no basta escuchar con los oídos, porque la Palabra de Dios
interpela, quiere ser acogida interiormente, reclama una respuesta.
Esa respuesta es la fe. Mediante la fe, que acoge el mensaje de la
Palabra, se realiza el encuentro con el Dios viviente. Y esta
respuesta de la fe hace que la Palabra de Dios - creída,
proclamada y vivida individual y eclesialmente- llegue a ser una
fuerza eficaz en la historia.
La Palabra de Dios es también eficaz: «…tiene vida y poder. Es
más aguda que cualquier espada de dos filos, y penetra hasta lo
más profundo del alma y del espíritu, hasta lo más íntimo de la
persona;…» (Heb 4.12).
Esta Palabra tiene tanta eficacia porque Dios actúa desde el
exterior y también en el interior de las personas. A diferencia de los
seres humanos, que sólo disponen de la fuerza expresiva y
significativa del lenguaje, el Espíritu de Dios penetra en el interior
de las personas y allí realiza su acción más profunda.
Para referirse a esta eficacia, la Escritura habla de una revelación
especial (Mt 11.25), de una luz que Dios hace brotar en nuestro
corazón (2 Co 4.6), y de una atracción interior (Jn 6.44).
Por el poder del Espíritu Santo, Dios puede infundir en el espíritu
humano una luz que lo incline a aceptar confiadamente el
testimonio divino. La iniciativa parte siempre de Dios. De él
proceden el mensaje de la salvación y la capacidad para dar una
respuesta de fe a ese mensaje.
La arqueología recobra el pasado de pueblos y culturas anteriores
a nosotros por medio del descubrimiento, registro, estudio
sistemático e interpretación de los materiales existentes que nos
dejaron. Estos materiales consisten en variados tipos de
documentos escritos, objetos de la vida cotidiana y testimonios no
escritos de distintas épocas y culturas.
16
18. Introducción a la Biblia
Abarca, por lo tanto, dos actividades:
1. Descubrimiento.
2. interpretación.
La meta de ambas es comprender la vida y el tiempo de los
individuos y comunidades de un lugar particular. En este trabajo de
descubrimiento e interpretación, la arqueología nos ofrece, por un
lado, una corroboración general del contexto histórico y cultural de
la Biblia; por el otro, nos ofrece una corroboración particular de
elementos específicos narrados en la Biblia.
Casi todos los principales arqueólogos bíblicos coinciden en
señalar que el propósito principal de la arqueología no es ni
demostrar, ni probar, ni defender a la Biblia y sus enseñanzas. El
objetivo es entenderla mejor. «El aporte de la arqueología al
estudio de la Biblia es que arroja luz sobre el escenario histórico y
cultural en que tienen lugar los sucesos que indican la intervención
de Dios al desenvolverse sus planes para la redención del
hombre». De modo que el propósito principal de la arqueología, en
los estudios bíblicos, no es confirmación sino iluminación. El
objetivo es entender la Biblia, no defenderla. La arqueología
cumple en realidad su propósito cuando amplía nuestro
conocimiento del contexto histórico y cultural en el cual un
acontecimiento o relato bíblico se coloca. «La arqueología nos ha
dado, ante todo, un fuerte sentido de la realidad histórica de los
sucesos y los personajes de la Biblia». La historia, con la ayuda de
la arqueología, planta sus pies en el suelo.
Para concluir podemos decir, que la biblia desde su origen
presenta el portador del mensaje, el camino de la salvación y los
herederos de la salvación. Narrando los pactos de Dios con el
hombre, y aunque en la biblia encontramos que sus escritores
fueron profetas, apóstoles y el señor Jesús, entre muchos. Todos
ellos hablaron la palabra de Dios. El mensaje de la Biblia es el
mensaje del único Dios al hombre, comunicado ―muchas veces y
de muchas maneras‖ (He. 1.1), y finalmente encarnado en Cristo.
Así, ―la autoridad de la sagrada escritura, por la que debe ser
17
19. Introducción a la Biblia
aceptada y obedecida, no depende del testimonio de ningún
hombre o iglesia, sino enteramente de Dios (quien es la verdad
misma), el autor de ella; y por lo tanto ha de ser recibida, porque es
la palabra de Dios‖.
Realice un ensayo sobre esta lección.
18
20. Introducción a la Biblia
LECCIÓN No. 2
Enumerar los diferentes materiales con los cuales se escribió la
biblia.
Describir los diferentes instrumentos y tipos de documentos en
los tiempos que se escribió la biblia.
¿Cuales el son los diferentes materiales en que se escribió la
palabra de Dios?
Casi cualquier superficie suave se utilizaba para escribir.
Se grababan inscripciones en la superficie de piedras o rocas (Job
19.24), y los textos para monumentos se inscribían en estelas,
obeliscos, o superficies de acantilados preparados (p. ej.
19
21. Introducción a la Biblia
inscripción sepulcral heb. SEBNA, IBA SEBNA, IBA. 53, cf. 43,
48). Las superficies más blandas o rugosas podían cubrirse con
una capa de cal, antes de su inscripción, como en Egipto, y en las
piedras de los altares (Jos. 8.32; Dt. 27.2s). Para los textos reales,
conmemorativos o religiosos, y para las copias públicas de edictos
legales, normalmente se usaban tablillas de piedra (HAMURABI
HAMURABI). Tablillas de piedra rectangulares de este tipo,
aparentemente de no más de 45 x 30 cm., se usaron para los diez
mandamientos (Ex. 32.16). Dichas tablillas (fueron ―escritas con el
dedo de Dios‖ o la ―escritura de Dios‖, lo que generalmente se toma
como indicación de que se trataba de una escritura clara bien
hecha, a diferencia de los garrapatos del hombre. La palabra
―tablilla‖ (luÆah luÆah) probablemente describe la forma
(rectangular) más bien que el material, y no hay ninguna
certidumbre de que en el AT denote tablilla de arcilla, aun cuando
se sabe del uso de ellas en Palestina en el 2º milenio a.C.
Las tablas empleadas por Isaías (Is. 30.8) y Habacuc (2.2) pueden
haber sido tablas hechas de madera o marfil con una depresión
para acomodar una superficie de cera. Tales tablas, generalmente
con bisagras para formar un díptico o un políptico, podían usarse
para escribir con cualquier tipo de letra. La hoja suelta se llamaba
―puerta‖, término empleado para una columna de escritura también
(Jer. 36.23, ―planas‖). La más antigua que se ha encontrado hasta
ahora, en Nimrud, Asiria, está inscripta con una larga composición
de 6000 líneas fechada ca. Del 705 a.C. (Iraq 17, 1955, pp. 3–13) y
es un tipo que aparece también en las esculturas en uso por los
escribas para las notas de campo. Tablas similares, predecesoras
de las pizarras escolares, se usaron con frecuencia en tiempos gr.
y rom. (Lc. 1.63; pinakidion, pequeña tablilla de escribir).
El ―adobe‖ utilizado por Ezequiel (4.1) probablemente fuera de
arcilla, similar a las tablillas utilizadas para planos y mediciones en
Babilonia, aunque esta palabra podía usarse para describir
cualquier teja plana. La ―tabla‖ grande en la que tenía que escribir
Isaías con ―estilo de hombre‖ (por oposición a la tabla del escriba
experto era una lámina o ―superficie en blanco‖ de un material no
especificado (Is. 8.1).
20
22. Introducción a la Biblia
El papiro no se menciona directamente en el AT como material
para escribir. Sin embargo, se obtenía en Fenicia, el lago Hulé, y el
Jordán (PAPIROS) desde las SS. XI a.C. en adelante, y su uso
está comprobado por las marcas en los reversos de impresiones de
sellos originalmente adheridas a esta substancia perecedera (p. ej.
el reverso del sello de GEDALÍAS). Un ejemplo de escritura hebrea
antigua en papiro se encontró en una cueva cerca del mar Muerto.
El papiro se empleó extensamente en Egipto en todos los períodos,
y se encontraron papiros entre los rollos del *mar Muerto
pertenecientes al período que va del ss. II a.C. al II d.C. La ―caña
del papel‖ de Isaías, aun cuando posiblemente sea una referencia
indirecta al papiro, se interpreta mejor como ―lugar desnudo‖ (vss.
cast. en gral. ―pradera‖, ―prado‖). El ―papel‖ empleado por Juan (2
Jn. 12) probablemente fuera papiro.
El cuero se usaba a veces en Egipto para llevar registros de
trabajo, porque la tinta podía eliminarse para volver a usar la
superficie. Por lo menos durante el período persa en Babilonia se
preparaban pieles para escribir porque allí no crecía el papiro. Los
israelitas seguramente disponían de pieles de cabras y de ovejas, y
su uso para hacer copias de los textos bíblicos en el período neo
testamentario.
Los tiestos u óstraca constituían también materiales de escritura
comunes, por cuanto su bajo costo y su disponibilidad los hacían
muy útiles para escribir memorandos breves con pluma o pincel y
tinta. Tiestos de esta clase se han recuperado en cantidades
considerables en Palestina, y son prácticamente indestructibles, a
menos que se borrase la tinta. Del período de la monarquía se han
encontrado alrededor de 240.
La cerámica a veces se inscribía con caracteres antes o después
de ser sometida al horno. Generalmente proporcionan el nombre
del propietario o el contenido o la capacidad del recipiente.
21
23. Introducción a la Biblia
1. Los cinceles y buriles metálicos para grabar en piedra, metal,
marfil, o arcilla existían en abundancia. El ―cincel‖ o ―punzón‖ usado
por Jeremías (17.1) con su punta de ―hierro‖ se ha interpretado en
el sentido de que se usaba ya sea para escribir con una ―pluma‖
blanda o como punta dura (esmeril [?]) para escribir sobre hierro,
plomo, u otra superficie dura Job 19.24. Ninguno de los muchos
instrumentos con punta excavados hasta ahora puede establecerse
incuestionablemente como destinado a escribir caracteres lineales.
La ―pluma… de los escribas‖ (Jer. 8.8) utilizada para escribir con
tinta sobre óstraca, papiro, u otras superficies suaves era una caña,
partida o cortada, para que obrase como pincel. En el antiguo
Egipto dichas plumas se cortaban de los juncos de 15–40 cm. de
largo, y la punta se recortaba para darle forma de cincel plano, a fin
de que los trazos gruesos o finos se pudieran hacer con los lados
anchos o angostos según el caso. En la época grecorromana las
cañas se cortaban en punta y se tajaban como plumas de ave. El
estilo utilizado para escribir con la escritura cuneiforme era una
caña con extremo cuadrado.
2. La tinta era generalmente un carbón (vegetal) negro, mezclado
con resina o aceite para uso en pergamino, o con una sustancia
metálica para papiro. Se lo conservaba en forma de torta seca en la
que el escriba hundía su pluma humedecida. La tinta de los óstraca
de Laquis era una mezcla de carbón y hierro (tal como la que se
obtiene de las agallas del roble o de la caparrosa). Los romanos
usaban también el jugo de la jibia, el que, como la mayoría de las
tintas, podía borrarse fácilmente mediante lavado (Nm. 5.23), o
raspando con el ―cortaplumas‖ (Jer. 36.23, heb ‗cuchillo de escriba‘)
que normalmente se usaba para recortar o cortar plumas o rollos.
La tinta usada por Pablo (2 Co. 3.3) y Juan (2 Jn. 12) se designa
simplemente ―negro‖ (melan).
3. El ―tintero‖ (Ez. 9.2–3, 11; heb. qeset_) podría ser la paleta, la
tabla de madera, rectangular y angosta, con una larga acanaladura
para contener las plumas de junco, y huecos circulares para las
tortas de tinta negra y roja.
22
24. Introducción a la Biblia
Tablillas
Los documentos de arcilla en los que se inscribía con la escritura
cuneiforme varían en tamaño (alrededor de 6 mm de lado hasta 45
x 30 cm.), según la cantidad de espacio requerida por el texto. La
inscripción, de izquierda a derecha, se hacía en líneas (a veces
rayadas) a lo largo del anverso (lado plano), siguiendo el borde
inferior, luego seguía del reverso (lado convexo) por los bordes
superior e izquierdo. Cuando se necesitaba más de una tablilla
para completar el trabajo cada texto en la serie se ligaba mediante
una frase vinculadora y colofón
Los contratos con frecuencia se guardaban en un sobre de arcilla
en el que se repetía el texto y se colocaban los *sellos de los
testigos. Las inscripciones históricas o conmemorativas más
grandes se escribían en prismas de arcilla, o en cilindros con forma
de barriles, que a menudo se colocaban como depósitos en las
fundaciones. Las tablillas o tablas de escribir de madera variaban
tanto en tamaño como en el número de hojas, según la necesidad.
El rollo
La forma usual del ―libro‖ de la época bíblica era un rollo de papiro,
cuero, o pergamino, en el que había texto escrito ―por delante‘
(recto) y, cuando se hacía necesario, continuaba ―por detrás‖
(verso), como lo describe Ezequiel (2.10). A veces se le daba el
nombre de ―rollo del libro‖; Sal. 40.8; Ez. 2.9); la LXX (B) de Jer.
36.2, 4 supone el uso de papiro. El término para rollo no es
necesariamente un término tardío en heb. (BDB), y es probable que
la tradición judía que exigía que las copias de la ley se hiciesen en
un rollo de cuero refleje una costumbre más antigua.
El heb. seµfer, traducido generalmente ―libro‖ en °VRV2, podría
referirse a un rollo (así °VRV2 en Is. 34.4, correctamente). Denota
cualquier documento en pergamino o papiro) y significa un ―escrito,
documento, misiva, o libro‖. Es sinónimo del término para ―carta‖, y
se usaba también para una carta u orden del rey (2 S. 11.14; 2 R.
5.10; 10.1; Is. 37.14) o decreto publicado (Est. 1.22).
seµferseµfer, como término general para la escritura, se usa con
referencia a la comunicación del profeta (Jer. 25.13; 29.1; Dn.
23
25. Introducción a la Biblia
12.4); al certificado legal de divorcio (Dt. 24.1; Jer. 3.8; Is. 50.1); al
contrato relacionado con la compra de propiedad inmueble (Jer.
32.11); o a los sumarios judiciales (Job 31.35). También denota un
registro general (Neh. 7.5; Gn. 5.1), un pacto (Ex. 24.7) o libro de la
ley (Dt. 28.61; Jos. 8.31), un libro de poemas (Nm. 21.14; Jos.
10.13), además de colecciones de datos históricos (1 R. 11.41;
14.19; 1 Cr. 27.24; 2 Cr. 16.11; 25.26). Una vez ―los libros‖ se
refiere a las escrituras canónicas de la época (Dn. 9.2). Se refiere a
los registros divinos (Sal. 69.28; 139.16; Mal. 3.16; Ex. 32.32; Dn.
12.1), y una vez al conocimiento libresco en general (Is. 29.11; cf.
Dn. 1.4). Esta palabra y sus cognados era corriente con
significados similares en los textos de *Ugarit, y seµfer, ‗escriba‘,
aparece como préstamo en Egipto durante el ss. XIII a.C.
El rollo, como las tablas de escribir y las tablillas de arcilla, se
inscribía con tantas columnas como hiciera falta (Jer. 36.23), y por
lo tanto podía tener cualquier longitud.
En la época del NT el ―libro‖ (biblion) era un rollo como el que se
usaba para la ley (Mr. 12.26; Lc. 4.17–20). Se enrollaba (Ap. 6.14),
y estaba formado por secciones de *papiro, del que se usaba la
corteza interior (byblos). Como el heb. seµfer, el gr. biblion se podía
usar con referencia a cualquier forma (incluso no especificada) de
documento escrito, incluyendo listas de inscripción (Fil. 4.3; Ap.
13.8). ―Los libros‖ (plural la biblia; Jn. 21.25; 2 Ti. 4.13, de allí
nuestra ―Biblia‖) se convirtió con el tiempo en el término para la
colección total de las Escrituras. Para hacer referencia a un rollo
pequeño se usaba la palabra biblaridion (Ap. 10.2, 8–10).
El códice
Alrededor del ss. II d.C. el rollo comenzó a ser reemplazado por el
códice, colección de hojas de material de escribir plegadas y
aseguradas en un extremo, y con frecuencia protegidas por
cubiertas. Este fue un paso importante en el proceso de creación
del ―libro‖ moderno, y se basaba en la forma física de la escritura
en tablillas. Al principio estos anotadores de papiro o pergamino se
usaron poco para la literatura pagana, pero se usaron en Palestina,
y especialmente en Egipto, para escritos bíblicos, donde la
adaptación del ―formato del códice para recibir todos los textos
tanto del AT como del NT utilizados en las comunidades cristianas.
24
26. Introducción a la Biblia
Se completó, hasta donde puedan determinarlo las pruebas
documentales con las que se cuenta hasta ahora, antes de la
finalización del ss. II, si no antes‖. Fuera de los círculos cristianos el
formato del códice tuvo aceptación general en el ss. IV d.C. Hasta
se ha sugerido, aunque no está probado, que dicho formato fue
ideado por los cristianos primitivos debido a la facilidad para
transportarlos y consultarlos. Por cierto que los membrana pedidos
por Pablo (2 Ti. 4.13) pueden haber constituido un anotador de
papiro con sus propios discursos u otros escritos o, más
probablemente, algún escrito cristiano primitivo, tal vez el segundo
evangelio o el Libro de Testimonios, antología de pasajes del AT
empleados para apoyar la tesis cristiana. Estos escritos
contrastaban con los ―libros‖ (la biblia), en general probablemente
rollos (de la LXX [?]). Para la significación de los códices primitivos
en la historia del *canon de la Escritura, véase C. H. Roberts en P.
R. Ackroyd (eds.), Cambridge History of theBible, 1, 1970, pp. 57.
La palabra de Dios se escribió en diferentes materiales tales como:
piedra, tablas de escribir, tablas de arcilla, papiros de diferentes
materiales como piel de animales y otros de diferente textura. Hay
que entender que fueron más de 40 generaciones en casi 1.600
años que duro la transcripción de la palabra de Dios y dependiendo
del contexto cultural y el avance tecnológico la escritura de la
palabra de Dios avanzaba en materiales contemporáneos para
aquella época. Lo más importante de este proceso de escritura
bíblica, es el propósito de Dios en comunicarse con la humanidad
para que entienda el plan de salvación.
Realice un cuadro comparativo acerca de los diferentes
materiales en que fue escrita la Biblia.
25
28. Introducción a la Biblia
LECCIÓN No. 3
Enumerar los diferentes idiomas con los cuales se escribió la
biblia.
Comprender la importancia de conocer acerca de los idiomas
en que fue escrita la palabra de Dios.
¿Cuáles es el idioma original del pueblo de Israel?
¿Cuáles son las características de este idioma?
El idioma original del pueblo de Israel era el hebreo. La mayoría del
Antiguo Testamento está escrito en hebreo. El nombre hebreo de
Siria es Aram. El idioma de Siria se conocía como el arameo. Es un
idioma muy parecido al hebreo, pero diferente. El arameo llegó a
27
29. Introducción a la Biblia
ser el idioma internacional del Oriente Medio durante los años que
precedieron a la caída de Jerusalén. En Isaías 36 (especialmente
los versículos 11–13), vemos un ejemplo interesante de la relación
entre el hebreo y el arameo en los días del rey Ezequías. El
arameo era el idioma para discutir con los extranjeros, pero el
hebreo era el idioma que empleaba la gente común. Parece que
cuando los babilonios conquistaron Jerusalén y se llevaron a
muchas personas de Judea a Babilonia, dio inicio el fin de la lengua
hebrea. Después de esto, la lengua aramea cobró más
importancia, no sólo en la tierra de Israel sino también en otras
regiones. Esto duró años, y para la época de Jesús, el hebreo
probablemente ya no se hablaba, excepto para fines religiosos. Ya
desde Nehemías 8.8 pueden hallarse pruebas de este cambio en el
idioma, pues el libro de la Ley (el Pentateuco) se leyó en hebreo y
se tradujo allí mismo en forma oral al arameo, para que los oyentes
lo comprendieran. Algunas partes del Antiguo Testamento están
escritas en arameo—Esdras 4.7–6.18 y Daniel 2.4–7.28—, como
también lo están algunos versículos aislados en otras partes. Las
versiones no oficiales de los materiales del Antiguo Testamento
también se tradujeron al arameo para ayudar a los que predicaban
en las sinagogas. Estas traducciones se conocen como
«tárgumes».
Alejandro Magno fue un poderoso conquistador que sometió a
todos los países, desde Grecia hasta Egipto e India, entre ellos
Siria, Israel y Persia. Tras su muerte, sus generales se dividieron el
territorio. Uno de ellos fue el primero de la familia de los tolomeos,
y gobernó sobre Egipto. El otro fue el primero de la familia
seléucida y gobernó sobre Siria. Desde ese tiempo al menos, el
griego pasó a ser una lengua muy importante en esa parte del
mundo. Estas dos familias de reyes—los lágidas en Egipto y los
seléucidas en Siria—llegaron a ser muy importantes en la historia
del pueblo judío durante el período comprendido entre el Antiguo y
el Nuevo Testamento. Estos reyes siempre estaban peleándose el
control de la tierra que mediaba entre ellos, así que hubo muchas
batallas en la tierra de Israel. Algunas veces Israel era gobernado
por Egipto, y otras veces por Siria.
Por último, uno de los reyes de Siria llamado Antíoco IV Ephifanes
intentó acabar con la religión judía. Sus soldados entraron en el
templo, donde les estaba prohibida la entrada, y llegaron incluso a
28
30. Introducción a la Biblia
sacrificar un cerdo en el altar. Trataron de forzar a los judíos a
comer carne de cerdo y a hacer otras cosas que iban en contra de
sus creencias. Esta situación llegó a ser tan grave que finalmente
estalló una rebelión encabezada por la familia de los Macabeos. La
rebelión tuvo éxito. Sacaron al ejército extranjero y se
independizaron. Durante este tiempo, el líder de los judíos fue el
sumo sacerdote. No sólo era líder religioso sino también líder
político. Los judíos fueron independientes durante casi cien años,
hasta que finalmente fueron anexados al Imperio Romano,
aproximadamente 60 años antes del nacimiento de Jesús.
Mucho tiempo antes, en la época de la caída de Jerusalén, muchos
judíos se habían ido a Egipto, y al cabo del tiempo esa comunidad
se había vuelto muy importante. Al igual que los judíos que
emigraron a otras regiones, dejaron de hablar el hebreo. Para ellos,
el nuevo idioma era el griego. Estos judíos ansiaban leer las
Escrituras en un idioma que pudieran entender, y tomaron las
medidas necesarias para que los libros del Antiguo Testamento se
tradujeran al griego. Esta es la famosa traducción que hoy se
conoce como la Septuaginta. La comunidad judía que utilizó la
Septuaginta no sólo usó los libros que habían sido traducidos del
hebreo. Había también otros libros religiosos que se habían escrito
en griego (o en hebreo, aunque sólo nos han llegado en griego), de
los cuales algunos también se añadieron a la Septuaginta. Por
tanto, desde el principio, la Septuaginta fue bastante diferente de
las Escrituras hebreas.
Para la época de Jesús, el idioma de Palestina (Galilea, Samaria y
Judea) era el arameo. Jesús probablemente les habló a sus
discípulos y a las multitudes en arameo. Sin embargo, es muy
probable que Jesús también usara el griego, por ejemplo, cuando
le habló a Pilato. Aunque el latín era el idioma de los romanos, el
griego era el idioma principal del Imperio Romano. Muchos eruditos
creen que el Evangelio según San Marcos se escribió en arameo y
se tradujo después al griego, mientras que otros creen que también
otros pasajes del Nuevo Testamento se escribieron originalmente
en arameo o hebreo. Tal vez haya sido así. Lo que sí es verdad es
que los únicos materiales del Nuevo Testamento que tenemos hoy
día están todos en griego. Para el tiempo en que se estaba
escribiendo el Nuevo Testamento, la iglesia cristiana se había
29
31. Introducción a la Biblia
extendido hacia muchas regiones y países diferentes, y el griego
era la lengua que se hablaba.
Esto es sumamente interesante porque significa que, en su mayor
parte, no tenemos registró alguno de las palabras exactas de
Jesús. Tenemos sus palabras sólo en la traducción griega que
usaron los escritores del Evangelio. (Hay unos cuantos casos en
que el Nuevo Testamento usa palabras arameas, como por
ejemplo, abba, «padre»). Desde sus inicios mismos, el cristianismo
ha sido una religión que ha recurrido a la traducción para darles
sus Escrituras a los creyentes. Los que participamos en la
traducción hoy día simplemente estamos siguiendo los pasos de
los primeros escritores del Evangelio. Esto también es cierto de
otra manera. Cuando los escritores del Nuevo Testamento
deseaban citar el Antiguo Testamento, debían hacerlo en griego.
Básicamente, lo hacían en alguna de estas tres formas: (1)
traducían por sí mismos del hebreo (o de traducciones del hebreo
al arameo); (2) citaban de memoria (de fuentes hebreas, arameas o
griegas); o (3) utilizaban la antigua traducción griega, la
Septuaginta. Por la forma de las citas, pareciera que en un 60 por
ciento o más de las veces, se utilizó la Septuaginta para citar el
Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento.
Cuando la iglesia cristiana quiso ponerse de acuerdo en cuanto a
los libros que debían integrar su propia Biblia completa, surgieron
varios desacuerdos, especialmente en relación con el Antiguo
Testamento. Algunos creían que únicamente los libros hebreos
debían ser incluidos, pues eran los únicos libros que aceptaban los
judíos. Otros consideraban que no debían perderse los libros y las
partes adicionales que habían sido incluidos en la Septuaginta.
Este desacuerdo nunca se resolvió entre los diferentes grupos de
cristianos, y sigue vigente entre nosotros hasta el día de hoy. La
Iglesia Católica Romana acepta los libros hebreos como la primera
parte del Antiguo Testamento, pero considera que el material del
griego es también parte plena del Antiguo Testamento (la segunda
parte, o lo que llaman el Deuterocanon). Los anglicanos y otras
iglesias protestantes también utilizan todos o algunos de estos
libros del griego, los cuales fueron incluidos en la mayoría de las
versiones protestantes cuando se tradujeron por primera vez a una
lengua vernácula. Sin embargo, otras iglesias protestantes
consideraron como parte de la Biblia a los libros hebreos; de
30
32. Introducción a la Biblia
manera que ahora casi todas las versiones protestantes excluyen
los libros del griego. Por otra parte, las iglesias ortodoxas tienen
más libros que consideran autoritativos, aunque esto también varía
de grupo en grupo.
Debido a esto, ahora tenemos muchas traducciones de la Biblia en
dos (y quizás pronto tres) ediciones. La edición más breve contiene
únicamente los libros del hebreo, y es la preferida por la mayoría
de las iglesias protestantes. La edición más larga es principalmente
la de los católicos, aunque también la utilizan algunos luteranos y
anglicanos. Las iglesias ortodoxas, que sólo hasta hace poco han
empezado a pensar en hacer traducciones modernas, quizá
requieran de otra versión.
La escritura de la biblia en diferentes idiomas tales como el griego y
el hebreo obedecen a dos factores importantes; primero al contexto
socio -cultural de las diferentes épocas en las cuales fue escrita la
biblia. Donde tuvo gran transcendencia los acontecimientos de la
época. Donde los imperios se disputaban el poder y el dominio de
los territorios circunvecinos. Al prevalecer uno de ellos, imponía no
solo su poderío doblegando a los demás sino que también a su
idiosincrasia, cultura, forma de creer y de expresarse; también
serian un legado impuesto a los colonizados por el imperio de la
época. También con el deseo de que la biblia como resultado de
inspiración divina sea universalizada en todo el mundo ha sido
escrita en los idiomas no solo provinciales sino también en los
idiomas más dominantes en el mundo.
Elija un texto bíblico del nuevo testamento y tradúzcalo en el
idioma hebreo y griego.
31
34. Introducción a la Biblia
LECCIÓN No. 4
Dar cuenta de las fuentes originarias del texto sagrado.
Identificar las características de la biblia como palabra de Dios.
¿Cuáles son las fuentes divinas que hace que la biblia sea la
palabra de Dios?
Cuando hablamos de fuentes del texto sagrado, nos referimos al
origen o a los orígenes de donde salió el texto que hoy conocemos
como palabra de Dios.
: Es la comunicación de Dios al hombre de
verdades conocidas por Él antes, y que el hombre nunca podría
haber indagado por su propia cuenta o inteligencia (Job.1 1-17).
33
35. Introducción a la Biblia
Comunicación: Aviso, noticia, notificación, señal, escrito.
En el Antiguo Testamento Revelación significa: galah y en el N.
Testamento: Apocalipsis.
Estas palabras se refieren a una verdad hecha o persona que está
escondida pero ha sido dada a conocer o traída a la luz.
Raíz latina - revelación - quitar el velo o descubrir. Apocalipsis
palabra griega que describe el poder de una cortina para poder
seguir mirando las acciones y sus obras.
Conclusión. Revelación: la claridad de Dios para hacerse conocer
del hombre.
Ej.: Revelación
¿Cuál fue la revelación más grande de Dios para el hombre en la
historia?
Vino en la persona de Jesucristo. Juan 14:7-12 Rom 9:5
Dios revela su naturaleza
Dios revela su voluntad, provecho para el hombre
Dios revela el camino de salvación
Dios revela requisitos para la vida cristiana
Dios se revela al hombre 1 Timoteo 3:16.
:
La inspiración es el poder de Dios que obra en el mensajero y lo
hace infalible en la comunicación de la verdad, y se habla o se
escribe.
¿Cómo se que la inspiración es el habla?
Es el poder de del Espíritu Santo que descendió sobre los
escritores del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento que los
habilitaba para introducir en sus escritos y dichos "Así dice
Jehová".
34
36. Introducción a la Biblia
Timoteo 3:16 Verbal. Los escritos son inspirados. La Escritura es
de origen divino II Timoteo 3:16 inspirada por Dios, II Pedro: Los
hombres ya hablaban siendo inspirados por el Espíritu Santo. La
escritura es el trabajo de escritores humanos II Pedro 1:21
Hombres de Dios hablaron siendo inspirados... La palabra de Dios
primero hablada, y luego escrita. II Pedro 2:20-2 1.
La Biblia no solo contiene la palabra de Dios sino es la palabra de
Dios.
Los escritos son inspirados - hechos de Dios pero la comunicación
es de los hombres, ahí obra la inspiración. Así el Antiguo como el
Nuevo testamento. Ej.: Pedro habló inspirado en las palabras del
profeta Joel. Creemos en la inspiración verbal. La palabra
inspiración viene de las palabras latinas que significaron Soplar
Adentro Por la Inspiración de la Biblia queremos decir aquella
influencia especial sobre los escritores en virtud de la cual sus
producciones, aparte de errores de transcripción, traducción o
interpretación, la hacen una regla infalible de la fe y la conducta.
Es más que un ingenio humano. Con frecuencia se oye hablar de la
inspiración de poetas y escritores, como Dante y Shakespeare,
pero ellos no fueron inspirados. Lo que ellos tenían era talento e
ingenio humano. La inspiración divina solo se halla en la Biblia.
Shakespeare la cita más de 500 veces en sus escritos. La Biblia es
mucho más que el producto del ingenio humano, del cual hay
grados, más o menos. La inspiración divina no tiene grados.
Inspiración significa: "exhalado por Dios" el soplo divino fue
comunicado al mundo por un humano escogido llamado profeta,
apóstol, etc. No se puede explicar a fondo la manera en que el
Espíritu Santo capacitaba al escritor para que cumpliera esta
misión, sin embargo creemos en el hecho de la inspiración (2a.
Pedro 1:21).
La inspiración de la Biblia (texto II Timoteo 3:16).
LA EXTENSIÓN DE LA INSPIRACIÓN. Creemos en la inspiración
plenaria (cabal), rechazamos la teoría de la inspiración parcial.
Algunos afirman que la Biblia contiene la Palabra de Dios. Si solo
una parte de ella fuera inspirada ¿quién sería capaz de escoger
cuál es la porción que inspiró a Dios? "Toda la Escritura es
35
37. Introducción a la Biblia
inspirada por Dios". Eso significa que no hay parte más inspirada
que otra.
Por inspiración divina, Daniel escribió palabras que no podía
entender. (Daniel 12:8 9).
David dijo : "El Espíritu.., ha hablado por mí, y su palabra ha sido
en mi lengua" (2do. Samuel 23:2).
Otras referencias: (Apocalipsis 1:1) (1ª. Pedro 1:10, 12).
A. EVIDENCIAS DE LA INSPIRACIÓN
1. DE LAS ESCRITURAS MISMAS
a. Su preeminencia sobre la literatura.
b. Su preservación por Dios contra toda clase de ataques y
esfuerzos por desacreditarla y destruirla, material y moralmente.
c. Su poder para transformar individuos, comunidades y naciones.
d. La unidad de todas sus partes.
e. Su precisión científica, con el tiempo se ha comprobado que
todas sus menciones científicas son exactas.
2. DE LA ARQUEOLOGÍA. Los arqueólogos han descubierto y
verificado más de 5.000 lugares mencionados en la historia bíblica.
3. DE LAS PROFECÍAS YA CUMPLIDAS. Acerca de Israel, del
mundo, de Cristo. (Salmo 22) (Isaías 53) (Daniel 12) (San Mateo
24).
Lucas 24:32. Es el poder del Espíritu Santo que vivifica la mente
humana para comprender la verdad ya revelada.
Vivifica: animar, reanimar, alentar, reavivar, confortar, estimular,
avivar.
Así en la revelación tenemos el discernimiento, la inspiración, la
comunicación, la iluminación y el entendimiento de las verdades
divinas.
36
38. Introducción a la Biblia
CARACTERIZACION DE LA BIBLIA.
Entre los judíos esta colección de libros se conoce como ―TANAK‖,
que es una sigla formada con las iníciales de los nombres de las
tres secciones en que se divide la Biblia Hebrea: (La Ley), (los
profetas) y (Los Escritos).
Fue escrita a través de 1600 años por 60 generaciones. Dios utilizó
alrededor de 40 personas de diferentes épocas y ocupaciones que
transmitieron el mensaje de Dios a la humanidad, evidenciando la
intervención de Dios en su inspiración. Es el libro que más se ha
traducido (más de 5.000 idiomas que existen en el mundo). De
igual manera, la Biblia es ambos, tanto de origen divino como
humano. Es la revelación de Dios, y es un registro humano. El
mensaje, en referencia a las palabras mismas, es divino,
originándose en el Dios eterno sin embargo, es profundamente
humano, escrito en la historia. Incluye no solamente la bondadosa
revelación que Dios nos da de sí mismo, sino también el testimonio
humano acerca de Dios.
Finalmente, dado que la Biblia fue escrita por muchas personas a
través de muchos siglos, uno no puede sorprenderse de que
contenga tantos tipos literarios. La poesía y la prosa, la narración y
el discurso, el oráculo y el lamento, la parábola y la fábula, la
historia y la teología, la genealogía y la apocalíptica, el proverbio y
el salmo, el Evangelio y la epístola, las leyes y la literatura
sapiencial, la misiva y el sermón, las copias y la épica: la Biblia está
compuesta de toda esta variedad de géneros literarios y más. ―La
Biblia es la demostración del origen de las cosas, de la humanidad,
escogencia de un pueblo (Israel), la salvación a un mundo que
estaba sin esperanza, pero sobre todo es la base de la fidelidad al
único y soberano Dios‖.
La Biblia está dividida en dos partes de extensión desigual,
llamadas Antiguo Testamento y Nuevo Testamento. La palabra
testamento es la traducción latina del término hebreo berit que
puede significar: Un contrato, Gen 31:44; Un convenio o acuerdo
entre amigos, 1 Sam 18:23-; un pacto de un súbdito con su rey, 2
Sam 5:3; una alianza entre dos reyes o naciones, 1 Rey. 5:2. En la
practica el término equivale a un juramento en el que se promete
algo solemne. se refiere al rito que acompaña al juramento: el que
pronuncia el juramento pasa entre animales ―cortados‖ por la mitad,
uno por cada parte, significando que el que falle correrá la misma
37
39. Introducción a la Biblia
suerte que los animales. (Génesis 15, Jer. 34:18-21). Este
compromiso puede ser mutuo o solamente de una de las partes
hacia la otra.
Para la primera alianza o Antiguo Testamento en los textos bíblicos
no se describe una alianza mutua, sino de un compromiso
unilateral de Dios con su pueblo. Dios se compromete mediante
juramento sagrado a cuidar, proteger, defender a su pueblo y el
pueblo en respuesta a esa fidelidad, debe observar sus estatutos.
En la nueva alianza la exigencia fundamental no consiste en un
código de leyes externas al hombre, sino en la transformación
interior, en el corazón mismo de del hombre.
Libros Capítulos y Versículos. Cada testamento está dividido en
libros, estos en capítulos y versículos:
• LIBROS. En los originales la única división es en libros y su
número varía de acuerdo al canon con que fueron organizados.
• CAPÍTULOS. La primera división en secciones, 145
agrupaciones, (año 586 a.C.) se hizo al Pentateuco, para facilitar la
lectura y la ubicación de referencias, más tarde en el 250 d.C. se
dividió en capítulos, hasta que Esteban Langton en 1206 la
organizó en los 1189 capítulos que hoy conocemos.
• Versículos: Alrededor del año 900 de nuestra era aparecieron las
primeras divisiones en versículos hasta llegar al año 1550, donde
Roberto Estienne realizó la división actual de 31.163 versículos.
Para concluir podemos decir que la biblia es el producto de las
diferentes formas que Dios ha usado para comunicarse con el
hombre (inspiración, revelación y iluminación); y no solo en un
tiempo dado, la biblia no se desarrollo como texto sagrado en un
par de años, es el resultado de un continuo proceso histórico que
ha quedado plasmado como testimonio a las nuevas generaciones
relatando lo que El señor Jesucristo ha hecho por las generaciones
pasadas y lo que hará con las que vienen. Sus divisiones en
38
40. Introducción a la Biblia
capítulos y versículos, de ninguna manera han buscado cambiar el
contenido textual bíblico literal. Sino facilitar al lector el estudio de
la biblia como lo que es, LA PALABRA DE DIOS.
Realice una sopa de letras con palabras claves de esta lección, y
compártalo con sus compañeros.
39
42. Introducción a la Biblia
LECCIÓN No. 5
Identificar la diferencia que existe entre el antiguo y nuevo
testamento.
Distinguir las subdivisiones y la forma de clasificación bíblica.
¿Cuáles son las clasificaciones que contiene la biblia?
El Antiguo Testamento
En la Biblia hebrea los libros están dispuestos en tres divisiones: la
Ley, los Profetas, y los Escritos.
La Ley comprende el Pentateuco, los cinco ―libros de Moisés‖.
Los Profetas se subdividen en dos partes: los ―Primeros Profetas‖,
que comprenden Josué, Jueces, Samuel, y Reyes, y los ―Últimos
41
43. Introducción a la Biblia
Profetas‖, que comprenden Isaías, Jeremías, Ezequiel, y ―El libro
de los doce Profetas‖. Los Escritos contienen el resto de los libros:
primero, Salmos, Proverbios, y Job; luego los cinco ―rollos‖, a saber
Cantares, Rut, Lamentaciones, Eclesiastés, y Ester; y finalmente
Daniel, Esdras-Nehemías y Crónicas. El total se considera
tradicionalmente 24, pero estos 24 corresponden exactamente a
nuestros 39, por cuanto en nuestra forma de contarlos los profetas
menores constituyen doce libros, y Samuel, Reyes, Crónicas, y
Esdras-Nehemías se componen de dos libros cada uno. Había en
la antigüedad otras formas de agrupar o contar estos mismos 24
libros; en una de ellas (comprobada por Josefo) el total se reducía
a 22; en otra (conocida por Jerónimo) se elevaba a 27.El origen de
la disposición de los libros adoptada en la Biblia hebrea no puede
verificarse; con frecuencia se piensa que la división en tres partes
corresponde a las tres etapas en las que los libros fueron
recibiendo el reconocimiento canónico, pero no hay pruebas
directas de esto.
En la LXX los libros están dispuestos según la semejanza de su
contenido. Al Pentateuco siguen los libros históricos, y estos van
seguidos por los libros poéticos y sapienciales, y estos a su vez por
los profetas. Es este orden el que, en sus aspectos esenciales, se
ha adoptado (a través de la Vg.) en la mayoría de las ediciones
cristianas de la Biblia. En algunos aspectos este orden respeta
mejor el orden cronológico del contenido narrativo que el de la
Biblia hebrea; por ejemplo, Rut aparece inmediatamente después
de Jueces (ya que registra cosas que ocurrieron ―en los días en
que gobernaban los jueces‖), y la obra del Cronista aparece en el
siguiente orden: Crónicas, Esdras, Nehemías. La triple división de
la Biblia hebrea se refleja en la fraseología de Lc. 24.44 (―la ley de
Moisés… los profetas… los salmos‖); más comúnmente el NT se
refiere a ―la ley y los profetas‖ (véase Mt. 5.17, etc.) o a ―Moisés y
los profetas‖ (Lc. 16.29, etc.).
La revelación divina que conserva el AT fue transmitida de dos
modos principales: mediante obras portentosas y palabras
proféticas. Estos dos modos de revelación están indisolublemente
ligados. Los actos de misericordia y juicio, por los que el Dios de
Israel se dio a conocer al pueblo del pacto, no hubiesen podido
transmitir su mensaje preciso si no les hubieran sido interpretados
por los profetas, los portavoces de Dios que recibían y
comunicaban su palabra. Por ejemplo, los acontecimientos del
éxodo no hubiesen adquirido su significación permanente para los
42
44. Introducción a la Biblia
israelitas si Moisés nos les hubiese dicho que en esos
acontecimientos el Dios de sus padres estaba obrando para lograr
su liberación, de conformidad con sus antiguas promesas, a fin de
que ellos fuesen en adelante su pueblo y él fuese su Dios. Por otra
parte, las palabras de Moisés hubieran sido inútiles si no las
hubiesen vindicado los acontecimientos del éxodo. Podemos
comparar el papel similarmente significativo de Samuel en la época
de la amenaza filistea, el de los grandes profetas del ss. VIII,
cuando Asiria arrasaba con todo lo que encontraba a su paso, el de
Jeremías y Ezequiel cuando el reino de Judá se vino abajo, etc.
Esta interacción de obras portentosas y palabras proféticas en el
AT explica por qué la historia y la profecía están tan entrelazadas
en sus páginas; sin duda fue cierta comprensión de este hecho lo
que llevó a los judíos a incluir los principales libros históricos entre
los Profetas.
Pero los escritos del AT no sólo registran esta doble revelación
progresiva de Dios; al mismo tiempo registran la respuesta del
hombre a esa revelación de Dios, respuesta que a veces es de
obediencia, pero con demasiada frecuencia de desobediencia;
expresada tanto en hechos como en palabras. En este antiguo
registro de la respuesta de aquellos a quienes llegó la palabra de
Dios, el NT encuentra instrucciones prácticas para el cristiano; de
la rebelión de los israelitas en el desierto y los desastres a que esto
dio lugar escribe Pablo: ―Estas cosas les acontecieron como
ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes
han alcanzado los fines de los siglos‖ (1 Co. 10.11).
En cuanto a su lugar en la Biblia cristiana, el AT cumple un papel
preparatorio: lo que Dios habló ―muchas veces y de muchas
maneras en otro tiempo a los padres por los profetas‖ esperaba su
cumplimiento en la palabra que ―en estos postreros días nos ha
hablado por el Hijo‖ (He. 1.1s). Mas el AT era la Biblia que los
apóstoles y otros predicadores del evangelio en los primeros días
del cristianismo llevaban consigo cuando proclamaban a Jesús
como Mesías, Señor, y Salvador divinamente enviado; encontraban
en él un claro testimonio de Cristo (Jn. 5.39) y una clara explicación
del camino de salvación por la fe en él (Ro. 3.21; 2 Ti. 3.15). Para
este uso del AT tenían la autoridad y el ejemplo de Cristo mismo; y
desde entonces la iglesia ha obrado bien cuando ha seguido el
precedente sentado por él y sus apóstoles, y ha reconocido al AT
como parte de las Escrituras cristianas. ―Lo que era indispensable
43
45. Introducción a la Biblia
para el Redentor tiene que ser siempre indispensable para el
redimido‖.
Génesis
Éxodo
Pentateuco Levítico
Números
Deuteronomio
Josué
Literatura Jueces
histórico-narrativa Rut
1 y 2 Samuel
Libros Históricos 1 y 2 Reyes
1 y 2 Crónicas
Esdras
Nehemías
Ester
Literatura poética y Job
Salmos
sapiencial Proverbios
Eclesiastés
Cantar de los
(o de sabiduría) Cantares
44
46. Introducción a la Biblia
Isaías
Jeremías
Profetas mayores Lamentaciones
Ezequiel
Daniel
Oseas
Joel
Amós
Literatura
Abdías
profética
Jonás
Miqueas
Profetas menores
Nahúm
Habacuc
Sofonías
Hageo
Zacarías
Malaquías
El Nuevo Testamento
La relación entre el NT y el AT es la del cumplimiento de la
promesa. Si el AT relata lo que Dios habló ―en otro tiempo a los
padres por los profetas‖, el NT relata esa palabra final que habló en
su Hijo, en la que toda la revelación anterior quedó resumida,
confirmada, y adquirió trascendencia. Las portentosas obras de la
revelación en el AT culminan en la obra redentora de Cristo; las
palabras de los profetas del AT reciben su cumplimiento en él. Pero
Cristo no constituye únicamente la revelación culminante de Dios al
hombre; es también la perfecta respuesta del hombre a Dios, el
sumo sacerdote a la vez que el apóstol de nuestra confesión (He.
3.1). Si el AT registra el testimonio de los que vieron el día de
Cristo antes que amaneciera, el NT registra el testimonio de los
que lo vieron y lo oyeron en los días de su carne, y que llegaron a
comprender y a proclamar el sentido de su venida más
plenamente, por el poder de su Espíritu, después de su
resurrección de entre los muertos.
El NT ha sido aceptado por la gran mayoría de los cristianos, en los
últimos 1.600 años, con sus 27 libros. Estos 27 libros se distribuyen
en forma natural en cuatro divisiones: (a) los cuatro evangelios, (b)
los Hechos de los Apóstoles, (c) 21 cartas escritas por apóstoles y
―hombres apostólicos‖, (d) el Apocalipsis. Este orden no sólo es
lógico, sino aproximadamente cronológico en cuanto se refiere al
45
47. Introducción a la Biblia
contenido de los documentos; no corresponde, sin embargo, al
orden en que fueron escritos.
Los primeros documentos neo testamentarios que se escribieron
fueron las primeras epístolas de Pablo. Estas (juntamente, tal vez,
con la Epístola de Santiago) fueron escritas entre el 48 y el 60 d.C.,
antes que se escribiese el más primitivo de los evangelios. Los
cuatro evangelios pertenecen a las décadas entre el año 60 y el
100, y todos (o casi todos) los demás escritos del NT deben
ubicarse también dentro de dichas décadas. Mientras que la
preparación del AT abarca un período de 1.000 años o más, los
libros del NT se escribieron en menos de un siglo.
Los escritos del NT no fueron reunidos en la forma en que los
conocemos ahora inmediatamente después de que fueran escritos.
Al principio cada uno de los *evangelios tuvo una existencia local e
independiente en los distritos para los cuales fueron compuestos
originalmente. A comienzos del ss. II, empero, fueron reunidos y
comenzaron a circular como un solo relato cuádruple. Cuando así
ocurrió, *Hechos fue separado de Lucas, con el que había formado
hasta ese momento una sola obra en dos tomos, e inició así su
carrera separada, pero no por ello menos importante.
Las cartas de Pablo fueron conservadas al principio por las
comunidades o individuos a quienes fueron escritas. Pero hacia
fines del ss. I hay indicios que sugieren que la correspondencia
paulina que se conservaba comenzó a ser reunida en un corpus
paulino, que rápidamente circuló entre las iglesias: primeramente
un corpus reducido de 10 cartas y, poco después, uno más
completo con 13 cartas, que se aumentó con la inclusión de las tres
*epístolas pastorales. Dentro del corpus paulino parecería que las
cartas han sido ordenadas no cronológicamente sino en un orden
descendente según su extensión. Este principio puede verse
todavía en el orden en que aparecen en la mayoría de las
ediciones del NT hoy en día: las cartas dirigidas a iglesias vienen
antes que las que están dirigidas a individuos, y dentro de estas
dos subdivisiones están dispuestas de modo que las más largas
vienen primero y las más cortas al final. (El único caso en que no
se cumple esta disposición es el de Gálatas, que viene antes de
Efesios, a pesar de que Efesios es ligeramente más larga que la
otra.)
46
48. Introducción a la Biblia
Con la colección de los evangelios y el corpus paulino, y Hechos
para hacer de puente entre ambos grupos, tenemos el comienzo
del *canon del NT como lo conocemos hoy. La iglesia primitiva, que
heredó la Biblia hebrea (o la vss. gr. de la LXX) como sus
Escrituras sagradas, no tardó mucho en colocar los nuevos escritos
evangélicos y apostólicos a la par de la Ley y los Profetas, y en
usarlos para la propagación y la defensa del evangelio, como así
también en el culto cristiano. Así, Justino Mártir, alrededor de la
mitad del ss. II, describe cómo los cristianos en sus reuniones
dominicales leían ―las memorias de los apóstoles o los escritos de
los profetas‖ (Apología 1. 67). Era natural, por lo tanto, que cuando
el cristianismo se extendió entre pueblos que hablaban lenguas
que no fuera el griego, el NT fuese traducido del griego a dichas
lenguas para beneficio de los nuevos conversos. Para el año 200
d.C. había ya versiones latinas y siriacas, y dentro del siglo
siguiente ya existía una versión copta también.
Mateo
Literatura Marcos
Evangelios
Histórico- Lucas
narrativa Juan
Histórico Hechos de los Apóstoles
Romanos
1 y 2 Corintios
Gálatas
Efesios
Filipenses
Epístolas paulinas
Colosenses
1 y 2 Tesalonicenses
Literatura
1 y 2 Timoteo
epistolar
Tito
Filemón
Epístola a los Hebreos
Santiago
1 y 2 Pedro
Epístolas universales
1,2 y 3 Juan
Judas
Literatura Apocalipsis de San Juan (o
apocalíptica Revelación)
47
49. Introducción a la Biblia
GUÍA PRÁCTICA PARA APRENDER DE MEMORIA LOS LIBROS
DE LA BIBLIA
48
50. Introducción a la Biblia
Para concluir, podemos decir que la palabra testamento viene del
griego ― testamentum‖ y del hebreo berit que significa pacto o
alianza. Los dos testamentos tienen características diferentes. El
antiguo habla de la unión que estableció Dios con su pueblo, por
medio de moisés en el monte Sinaí. Y la nueva habla del pacto que
el señor Jesucristo hizo por nosotros en la cruz del calvario. En el
antiguo testamento sus leyes fueron escritas en tablas de piedras
en el nuevo fue escrita su palabra en el corazón de hombres. En el
antiguo testamento el pacto fue ratificado con sangre de animales
pero en el nuevo fue incomparablemente superior, porque fue con
la sangre del señor Jesucristo.
Aprenda de memoria las clasificaciones de la biblia.
49
52. Introducción a la Biblia
LECCIÓN No. 6
Conocer el canon de la Biblia y cuál fue su proceso hasta el día
de hoy.
Reconocer la importancia del canon bíblico.
¿Qué significa canon?
¿Cuáles son las características del canon Biblico?
De acuerdo con los diversos relatos evangélicos, Jesús utilizó las
Escrituras hebreas para validar su misión, sus palabras y sus obras
(véase Mc 1.14; Lc 12.32). Los primeros creyentes continuaron esa
tradición hermenéutica y utilizaron los textos hebreos—y
particularmente sus traducciones al griego—en sus discusiones
teológicas y en el desarrollo de sus doctrinas y enseñanzas. De
51
53. Introducción a la Biblia
esa forma la iglesia contó, desde su nacimiento, con una serie de
escritos de alto valor religioso.
De particular importancia es el uso que Jesús hace del libro del
profeta Isaías (61.1–2), según se relata en Lucas 4.18–19. El
Señor, luego de leer el texto bíblico, afirmó: «Hoy se ha cumplido
esta Escritura delante de vosotros» (Lc 4.21; RVR). Este relato
pone de manifiesto la interpretación cristológica que los primeros
cristianos hicieron de las Escrituras hebreas. El objetivo primordial
de los documentos judíos, desde el punto de vista cristiano, era
corroborar la naturaleza mesiánica de Jesús de Nazaret (Lc 24.27).
De esa forma la Biblia hebrea se convirtió en la primera Biblia
cristiana. Con el paso del tiempo, la iglesia le dio el nombre de
«Antiguo Testamento», para poner de manifiesto la novedad de la
revelación de la persona y misión de Cristo.
Los libros de la Biblia hebrea son 24, divididos en tres grandes
secciones:
La primera sección, conocida como («Ley»), contiene los llamados
«cinco libros de Moisés»: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y
Deuteronomio.
La segunda división, conocida como («Profetas»), se subdivide, a
su vez, en dos grupos: (a) «Los profetas anteriores»: Josué,
Jueces, Reyes y Samuel; (b) «Los profetas posteriores»: Isaías,
Jeremías, Ezequiel y el Libro de los Doce.
La tercera sección de la Biblia hebrea se conoce como
(«Escritos»), e incluye once libros: Salmos, Proverbios y Job; un
grupo de cinco libros llamados («Rollos»)—Cantar de los Cantares,
Rut, Lamentaciones, Eclesiastés y Ester—; y finalmente Daniel,
Esdras-Nehemías y Crónicas.
Con las iníciales de ellas se ha formado la palabra hebrea Tanak,
nombre que los judíos usan para referirse a la Biblia hebrea,
nuestro Antiguo Testamento.
Los 24 libros de la Biblia hebrea son idénticos a los 39 que se
incluyen en el Antiguo Testamento de las Biblias «protestantes»; es
decir, las que no contienen los libros deuterocanónicos. La
diferencia en numeración se originó cuando se empezó a contar,
52
54. Introducción a la Biblia
por separado, cada uno de los doce profetas menores, y cuando se
separaron en dos las obras siguientes: Samuel, Reyes, Crónicas y
Esdras-Nehemías.
La teoría, tradicionalmente aceptada, de que las secciones del
canon hebreo representan las tres etapas en el proceso de su
formación es seriamente cuestionada en la actualidad. Aunque esta
hipótesis parezca lógica y razonable, no hay evidencias que la
respalden en el Antiguo Testamento o en otros documentos judíos
antiguos.
De acuerdo con esa teoría, la Torah fue la primera en ser
reconocida como canónica, luego del retorno de los judíos a Judá,
al concluir el exilio de Israel en Babilonia (ca. siglo V a.C.).
Posteriormente los Nebi<im fueron aceptados en el canon,
posiblemente al final del siglo III a.C. Y finalmente, los Ketubim—
que representan la última sección de la Biblia hebrea—fueron
incorporados al canon al final del siglo I d.C., al concluir el llamado
«Concilio» de Jamnia.
El reconocimiento de la autoridad religiosa de algunas secciones
de las Escrituras hebreas puede verse en el Antiguo Testamento
(Ex 24.3–7; Dt 31.26; 2 R 23.1–3; Neh 8.1–9.38). Sin embargo, ese
reconocimiento de textos como «Palabra de Dios» no revela que la
comunidad judía pensara en un cuerpo cerrado de escritos que
sirviera de base para el desarrollo religioso y social del pueblo.
Incluso algunos profetas reconocían la autoridad y el valor de
mensajes proféticos anteriores (cf. Jer 7.25 y Ez 38.17). Pero la
idea de agrupar las colecciones de dichos y mensajes proféticos en
un cuerpo de escritos tomó siglos en hacerse realidad.
Posiblemente la primera referencia a una colección de escritos de
esa naturaleza se encuentra en Daniel 9.2. Allí se alude a la
profecía de Jeremías, referente a la duración del exilio en
Babilonia, que encontró entre un grupo de «libros» (Jer 25.11–14).
La documentación que reconoce la división tripartita del canon de
la Biblia hebrea es variada. En primer lugar, el Talmud Babilónico
53
55. Introducción a la Biblia
acepta la autoridad religiosa y la inspiración de los 24 libros de las
Escrituras judías. Además, discute el orden de tales libros.
En el prólogo a la traducción del Eclesiástico—también conocido
como la Sabiduría de Jesús ben Sira—el nieto de ben Sira,
traductor del libro, indica que su abuelo era un estudioso de «la Ley
y los Profetas, y los otros libros de nuestros padres». Si esos
«otros libros de nuestros padres» son los Ketubim, la obra
reconoce, ya en el 132 a.C., el ordenamiento tradicional de la Biblia
hebrea.
En el Nuevo Testamento hay otras alusiones a la división de la
Biblia hebrea en tres secciones. En uno de los relatos de la
resurrección de Jesús, el Evangelio según San Lucas (24.44)
indica que el Señor les recordó a los discípulos en Jerusalén lo que
de él decían «la ley de Moisés, los profetas y los Salmos». Es
importante recordar que los Salmos constituyen el primer libro de
los Ketubim, la tercera sección de la Biblia hebrea. Otras
referencias a las Escrituras judías en el Nuevo Testamento aluden
a «la ley y los profetas» (Mt 7.12; Ro 3.21) o simplemente a «la
ley» (Jn 10.34; 1 Co 14.21).
El descubrimiento de numerosos manuscritos cerca del Mar Muerto
ha arrojado gran luz en el estudio y la comprensión de la cuestión
del canon entre los judíos de los siglos I a.C. y I d.C. Entre los
manuscritos encontrados existen copias de todos los libros de la
Biblia, con la posible excepción de Ester. Aunque la gran mayoría
de los documentos bíblicos se han encontrado en forma
fragmentaria, se han descubierto también varios documentos
bíblicos casi completos.
Lamentablemente los qumranitas no dejaron documentación escrita
que nos indique con claridad cuáles de los libros que mantenían en
sus bibliotecas constituían para ellos parte del canon. Sin embargo,
al evaluar las copias de los textos encontrados y analizar sus
comentarios bíblicos, podemos indicar, con cierto grado de
seguridad, que el canon en Qumrán incluía: la Torah, los Nebi<im y
los Salmos (posiblemente con algunos salmos adicionales); incluía
también los libros de Daniel y de Job.
Posiblemente ya para el comienzo de la era cristiana había un
acuerdo básico entre los diferentes grupos judíos respecto a los
libros que se reconocían como autoritativos. Lo más probable es
54
56. Introducción a la Biblia
que, con relación al canon judío, durante el siglo I d.C. se
aceptaban como sagrados los 24 o 22 libros de la Tanak, pero la
lista no se fijó de forma permanente hasta el final del siglo II o a
comienzos del III de la era cristiana.
Es muy difícil determinar con precisión los criterios que se aplicaron
para establecer la canonicidad de los libros. Algunos estudiosos
han supuesto que entre los criterios se encontraban el carácter
legal del escrito y la idea de que fueran inspirados por Dios. Otros,
sin embargo, han indicado que cada libro debía aceptarse de
acuerdo con la forma que celebraba o revelaba la manifestación de
Dios. Ese criterio brindaba al libro la posibilidad de ser utilizado en
el culto.
Uno de los resultados del exilio de Israel en Babilonia fue el
desarrollo de comunidades judías en diversas regiones del mundo
conocido. En Alejandría, capital del reino de los Tolomeos, el
elemento judío de la población de habla griega era considerable. Y
como Judea formaba parte del reino hasta el año 198 a.C., esa
presencia judía aumentó con el paso del tiempo.
Luego de varias generaciones, los judíos de Alejandría adoptaron
el griego como su idioma diario, dejando el hebreo para cuestiones
culticas. Para responder adecuadamente a las necesidades
religiosas de la comunidad, pronto se vio la necesidad de traducir
las Escrituras hebreas al idioma griego. «Pentateuco» como se
conoció en griego—fue la primera parte de las Escrituras en ser
traducida; posteriormente se tradujeron los Profetas y el resto de
los Escritos.
Una leyenda judía, de la cual existen varias versiones, indica que
70 ó 72 ancianos fueron llevados a Alejandría desde Jerusalén
para traducir el texto hebreo al griego. Esa leyenda dio origen al
nombre «Septuaginta» (LXX), con el que generalmente se identifica
y conoce la traducción al griego del Antiguo Testamento.
En un documento conocido como la «Carta de Aristeas» se alude y
se expande la leyenda. Dicha carta describe cómo los ancianos de
Israel finalizaron la traducción del Pentateuco en sólo 72 días; el
documento indica, además, que produjeron la versión griega luego
de comparaciones, diálogos y reuniones.
55
57. Introducción a la Biblia
Posteriormente se añadieron a la leyenda—en círculos judíos y
cristianos—nuevos elementos. Se incorporó la idea de que los
ancianos trabajaron aisladamente y, al final, produjeron 72
versiones idénticas. Filón de Alejandría, el famoso filósofo judío,
relata cómo los traductores trabajaron de forma independiente y
escribieron el mismo texto griego palabra por palabra.
Aunque Filón y Josefo indican que solamente la Torah o el
Pentateuco se tradujo al griego, los escritores cristianos añadieron
a la leyenda de la Septuaginta la traducción de todo el Antiguo
Testamento, contando entre ellos libros que no formaban parte de
las Escrituras hebreas. Pseudo-Justino, en el siglo III, incluso indica
que vio personalmente las celdas en las cuales trabajaron, por
separado, cada uno los traductores de la Septuaginta. Estas
adiciones a la antigua leyenda judía revelan el gran aprecio que la
iglesia cristiana tenía de la Septuaginta.
De la leyenda judía se desprenden algunos datos de importancia
histórica. El Pentateuco fue la primera sección en ser traducida.
Los trabajos comenzaron a mediados del siglo III a.C., y es lógico
pensar que la traducción se efectuara en Alejandría, lugar que
concentraba a la comunidad judía más importante de la diáspora.
El orden de los libros en los manuscritos de la Septuaginta difiere
del que se presenta en las Escrituras hebreas. Al final del capítulo
se encuentra un diagrama donde se pueden comparar ambas
listas. Posiblemente ese orden revela la influencia cristiana sobre el
canon. No fueron los judíos de Alejandría los que fijaron el canon
griego, sino los cristianos.
Con respecto a los libros y adiciones que se encuentran en la
Septuaginta, la nomenclatura en los diversos círculos cristianos no
es uniforme. La mayoría de los protestantes denomina esa sección
de la Septuaginta como «Apócrifos»; la Iglesia Católica los llama
«deuterocanónicos». «Apócrifos», para la comunidad católica, son
los libros que no se incluyeron ni en el canon hebreo ni en el
griego. Los protestantes los conocen como «pseudoepígrafos».
Los libros deuterocanónicos son los siguientes: Tobías, Judit,
Sabiduría, Eclesiástico (Sabiduría de Jesús ben Sira), Baruc, 1 y 2
Macabeos, Daniel 3.24–90; 13; 14 y Ester 10.4–16.24. La mayor
56
58. Introducción a la Biblia
parte de estos textos se conservan únicamente en manuscritos
griegos.
La Septuaginta hizo posible que los judíos de habla griega en la
diáspora y, también, en Palestina tuvieran acceso a los textos
sagrados de sus antepasados, en el idioma que podían entender.
Además, el texto griego dio la oportunidad a grupos no judíos de
estudiar las Escrituras hebreas (Hch 8.26–40).
La iglesia cristiana se benefició sustancialmente de la traducción de
la Septuaginta: la utilizó como su libro santo y lo llamó «Antiguo
Testamento». El texto en griego les dio la oportunidad a los
cristianos de relacionar el mensaje de Jesús con pasajes de
importancia mesiánica (Hch 7; 8); les brindó recursos literarios para
citar textos del canon hebreo en las discusiones con los judíos (Hch
13.17–37; 17.2–3); y jugó un papel fundamental en la predicación
del evangelio a los paganos (Hch 14.8–18; 17.16–32).
El Nuevo Testamento es testigo del uso sistemático de la
Septuaginta en la educación, predicación y apologética de los
primeros creyentes (cf. Ro 8.20 y Ec 1.2; 12.8 gr.). Es importante
señalar, además, que en las Escrituras cristianas también hay citas
y alusiones a las adiciones deuterocanónicas de la Septuaginta (cf.
Ro 1.18–32 y Sab 12–14; cf. Ro 2.1–11 y Sab 11–15; cf. Heb
11.35b-38 con 2 Mac 6.18–7.41 y 4 Mac 5.3–18.24). El Nuevo
Testamento también contiene referencias o alusiones a libros que
ni siquiera se encuentran en la Septuaginta (cf. Jud 14–16 y 1 Enoc
1.9).
La gran aceptación de la Septuaginta entre los primeros cristianos
hizo que la comunidad judía, con el paso del tiempo, rechazara esa
traducción griega como una versión adecuada de las Escrituras
hebreas. En discusiones teológicas en torno al nacimiento de
Jesús, los cristianos citaban el texto griego de Isaías para indicar
que la «virgen», no «la joven», «daría a luz» (cf. Mt 1.23 e Is 7.14
gr.). Además, algunos manuscritos de la Septuaginta incluso
contienen adiciones cristianas a textos del Antiguo Testamento (por
ejemplo, Sal 13; 95).
57
59. Introducción a la Biblia
Cuando las discusiones teológicas entre judíos y cristianos
demandaron un análisis exegético riguroso, la Septuaginta—que en
algunas secciones demostraba un estilo libre en la traducción y
que, además, se basaba en un texto hebreo antiguo—fue relegada
y condenada en los círculos judíos. Posiblemente ese rechazo
judío explica el por qué la mayoría de los manuscritos de la
Septuaginta que se conservan el día de hoy provengan de grupos
cristianos.
Una vez que la comunidad judía rechazó la Septuaginta, se
necesitó una versión griega que la sustituyera. Entre esas nuevas
traducciones de las Escrituras hebreas al griego se pueden
identificar tres: las versiones de Áquila y Símaco, y la revisión de
Teodoción. En la famosa Hexapla de Orígenes se encuentran
copias de estas traducciones al griego.
Áquila, que era un discípulo del gran rabí Ákiba, produjo una
versión extremadamente literal de los textos hebreos. Aunque el
vocabulario usado revela dominio del griego, la traducción
manifiesta un literalismo extremo y un apego excesivo a las
estructuras lingüísticas del texto hebreo. Posiblemente por esas
mismas características esta traducción griega sustituyó a la
Septuaginta y fue muy popular en círculos judíos por el año 130
d.C.
La traducción de Símaco (c. 170 d.C.) se distingue no sólo por su
fidelidad al texto hebreo, sino por el buen uso del idioma griego. De
acuerdo con Eusebio y San Jerónimo, Símaco era un judío
cristiano ebionita.
Teodoción, de acuerdo con la tradición eclesiástica, era un
prosélito que revisó una traducción al griego ya existente, basada
en los textos hebreos. Algunos estudiosos piensan que la
traducción revisada fue la Septuaginta; otros, sin embargo, opinan
que el texto base de Teodoción fue anterior a la versión de los
Setenta.
Una vez que finalizó el período del Nuevo Testamento, la iglesia
continuó utilizando la Septuaginta en sus homilías, reflexiones y
debates teológicos. Una gran parte de los escritores cristianos de la
58
60. Introducción a la Biblia
época utilizaban libremente la Septuaginta y citaban los libros que
no se encontraban en el canon hebreo.
La iglesia Occidental, a fines del siglo IV, aceptó un número fijo de
libros del Antiguo Testamento, entre los cuales se encuentran
algunos deuterocanónicos que aparecen en la Septuaginta. Los
teólogos orientales, por su parte, seguían el canon hebreo de las
Escrituras. Tanto Orígenes como Atanasio insisten en que se
deben aceptar en el canon únicamente los 22 libros del canon
judío; y San Jerónimo, con su traducción conocida como «Vulgata
Latina», propagó el canon hebreo en la iglesia Occidental.
A través de la historia, la iglesia ha hecho una serie de
declaraciones en torno al canon de las Escrituras. Al principio,
estas declaraciones se hacían generalmente en forma de decretos
disciplinares; posteriormente, en el Concilio de Trento, el tema del
canon se abordó de forma directa y dogmática.
El Concilio de Trento se convocó en el año 1545 en el contexto de
una serie de controversias con grupos reformados en Europa.
Entre los asuntos considerados se encontraba la relación de la
Escritura con la tradición y su importancia en la transmisión de la fe
cristiana.
En el Concilio de Trento se discutió abiertamente la cuestión del
canon, y se promulgó un decreto con el catálogo de libros que
estaban en el cuerpo de las Escrituras y tenían autoridad
dogmática y moral para los fieles. Se declaró el carácter oficial de
la Vulgata Latina, y se promulgó la obligación de interpretar las
Escrituras de acuerdo con la tradición de la iglesia, no según el
juicio de cada persona. Además, el Concilio aceptó con igual
autoridad religiosa y moral los libros protocanónicos y
deuterocanónicos, según se encontraban en la Vulgata.
Entre los reformadores siempre hubo serias dudas y reservas en
torno a los libros deuterocanónicos. Finalmente, los rechazaron por
las polémicas y encuentros con los católicos.
Lutero, en su traducción de 1534, agrupó los libros
deuterocanónicos en una sección entre los dos Testamentos, con
una nota que indica que son libros «apócrifos», y que aunque su
lectura es útil y buena, no se igualan a la Sagrada Escritura. La
59
61. Introducción a la Biblia
Biblia de Zürich (1527–29), en la cual participó Zuinglio, relegó los
libros deuterocanónicos al último volumen, pues no los consideró
canónicos. La Biblia Olivetana (1534–35), que contiene un prólogo
de Juan Calvino, incluyó los deuterocanónicos como una sección
aparte del resto de los libros que componen el canon. La Iglesia
Reformada, en sus confesiones «Galicana» y «Bélgica» no incluyó
los deuterocanónicos. En las declaraciones luteranas se prestó
cada vez menos atención a los libros deuterocanónicos.
En Inglaterra la situación fue similar al resto de la Europa
Reformada. La Biblia de Wyclif (1382) incluyó únicamente el canon
hebreo. Y aunque la Biblia de Coverdale (1535) incorpora los
deuterocanónicos, en «Los Treinta y Nueve Artículos» de la Iglesia
de Inglaterra se dice que esa literatura no debe emplearse para
fundamentar ninguna doctrina. La versión «King James» (1611)
imprimió los deuterocanónicos entre los Testamentos.
La traducción al castellano de Casiodoro de Reina—publicada en
Basilea en 1569—incluía los libros deuterocanónicos, de acuerdo
con el orden de la Septuaginta. La posterior revisión de Cipriano de
Valera—publicada en Ámsterdam en 1602—agrupó los libros
deuterocanónicos entre los Testamentos.
La Confesión de Westminster (1647) reaccionó al Concilio de
Trento y a las controversias entre católicos y protestantes: afirmó el
canon de las Escrituras hebreas. En su declaración sobre el canon,
la Confesión indica que los deuterocanónicos—identificados como
«Apócrifa»—, por no ser inspirados, no forman parte del canon de
la Escritura y, por consiguiente, carecen de autoridad para la
iglesia. Indica, además, que pueden leerse únicamente como
escritos puramente humanos. De esa forma se definió claramente
el canon entre las comunidades cristianas que aceptaban la
Confesión de Westminster.
El problema de la aceptación de los apócrifos o deuterocanónicos
entre las comunidades cristianas luego de la Reforma se atendió
básicamente de tres maneras: (1) Los deuterocanónicos se
mantenían en la Biblia, pero separados—alguna nota indicaba que
estos libros no tenían la misma autoridad que el resto de las
Escrituras—; (2) de acuerdo con el Concilio de Trento, tanto los
libros deuterocanónicos como los protocanónicos se aceptaban en
la Biblia con la misma autoridad; (3) basados en la Confesión de
Westminster, se incluía en las ediciones de la Biblia únicamente el
60
62. Introducción a la Biblia
canon hebreo, que contiene los únicos libros aceptados como
autoridad.
Luego de muchas discusiones teológicas y administrativas, la
«British and ForeignBibleSociety» decidió, en el 1826, publicar
Biblias únicamente con el canon hebreo del Antiguo Testamento.
La versión Reina-Valera se publicó por primera vez sin los
deuterocanónicos en el 1850.
En torno a los apócrifos o deuterocanónicos, las iglesias cristianas
han superado muchas de las dificultades que las separaban por
siglos. Ya la polémica y la hostilidad han cedido el paso al diálogo y
la cooperación interconfesional. En la actualidad, grupos católicos y
protestantes trabajan juntos para traducir y publicar Biblias. Esta
literatura, lejos de ser un obstáculo para el diálogo y la cooperación
entre creyentes, es un recurso importante para estudiar la historia,
las costumbres y las ideas religiosas del período que precedió al
ministerio de Jesús de Nazaret y a la actividad apostólica de los
primeros cristianos.
61