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―UNIVERSIDAD NACIONAL DE CAJAMARCA‖

ESCUELA PROFESIONAL DE OBSTETRICIA




ALUMNA       :

                 Shilian Chanta Aliaga
DOCENTE      :

                 Alex Hernández Torres.


CURSO        :

                 Métodos y técnicas de estudio.

CICLO        :

                 I




CAJAMARCA 2012
El embarazo cambia la forma de ver la vida en todas las mujeres, ese tiempo en que tenemos el
privilegio de llevar en nuestro vientre a nuestros hijos y protegerlos de todo. Esa época en la que
ya dejamos de vivir para nosotras y lo hacemos exclusivamente para ellos.

"La salud es belleza y la más perfecta salud es la más perfecta belleza."
DEDICTORIA

Esta monografía se la dedico a nuestro señor que nos regaló el don de la vida, además se lo
dedico a mi madre que gracias a su esfuerzo y dedicación hoy estoy aquí. Por último y no menos
importante este trabajo va dedicado a todas aquellas madres que son la base sobre las cuales se
construye un hogar.
AGRADECIMIENTO

En primer lugar agradezco a Dios nuestro creador por darme un día más de vida, por
acompañarme durante mis estudios, dándome inteligencia y salud. En segundo lugar, a las
personas que me brindaron su apoyo incondicional, como mi madre, familiares y amigos. Y por
último agradezco al profesor Álex por permitirnos realizar este trabajo.
ÍNDICE



INTRODUCCIÓN

CAPITULO I: ENFERMEDADES QUE SE PRESENTAN EN EL EMBARAZO.

       PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

       OBJETIVOS

       HIPOTESIS

       JUSTIFICACIÓNES


       LIMITACIONES


       ANTECEDENTES




CAPITULO II


MARCO TEÓRICO

1.- Rubéola


       1.1.- ¿Qué es la rubéola?


       1.2.- ¿Cuáles son los riesgos que la rubéola supone para el feto?


       1.3.- ¿Cómo se trata a los bebés con síndrome congénito de rubéola?


       1.4.- ¿Cómo puede una mujer averiguar si es susceptible de contraer rubéola?


       1.5.- ¿Se puede prevenir el síndrome congénito de rubéola?


       1.6.- ¿Puede la vacuna contra la rubéola causar daños en el feto, si se administra en
              una fecha próxima a la concepción?


       1.7.- ¿Quién más debe recibir la vacuna?
2.- La preeclampsia


       2.1.- ¿Cuáles son las consecuencias de la preeclampsia en la salud materna y en la
               del bebé?

       2.2.- ¿Cuáles son los síntomas?

       2.3- ¿Por qué se produce?

       2.4.-   ¿Ser hipertensa   previa al embarazo         aumenta el riesgo   de   padecer
               preeclampsia?

       2.5.- ¿Cuál es su tratamiento?

       2.6.- ¿Cómo puedo evitarla?

       2.7.- ¿Cómo se diferencia la preeclampsia de la hipertensión gestacional?




3.- Infección de las vías urinarias durante el embarazo


       3.1.- ¿Qué es una infección de las vías urinarias?

       3.2.- ¿Soy más propensa a la infección de las vías urinarias durante el embarazo?

       3.3.- ¿Cuáles son los síntomas de una infección en la vejiga?


       3.4.- ¿Cuáles son los síntomas de una infección en los riñones?

       3.5.- ¿Qué sucede si tengo bacteriuria asintomática durante el embarazo?


       3.6.- ¿Qué sucede si contraigo una infección en la vejiga?

       3.7.- ¿Qué sucede si contraigo una infección en los riñones?

       3.8.- ¿Qué puedo hacer para evitar contraer una infección de las vías urinarias?
4.- Hipertensión arterial durante el embarazo

       4.1.- ¿Cuando se considera a una mujer como hipertensa?

       4.2.- ¿Existe una caída de la presión arterial durante los primeros meses de
             embarazo?

       4.3.- ¿Cómo debe medirse la presión arterial en la mujer embarazada?

       4.4.- ¿Cómo se clasifica la hipertensión arterial durante el embarazo?

       4.5.- ¿En qué se diferencian cada una de estas hipertensiones y cuál es su
             característica?


       4.6.- Tratamiento farmacológico




5.- Toxoplasmosis

       5.1.- Si me infecto de toxoplasmosis durante el embarazo, ¿se infectaría mi bebé?

       5.2.- ¿Cómo se transmite la toxoplasmosis?

       5.3.- ¿Tengo que deshacerme de mi gato?

       5.4.- ¿Cómo puedo evitar infectarme si tengo un gato en casa?

       5.5.- ¿Qué riesgos corro al comer carne?

       5.6.- ¿Qué otras cosas puedo hacer para evitar una infección?

       5.7.- ¿Cómo sabré si tengo toxoplasmosis?

       5.8.- ¿Me harán pruebas para saber si soy inmune a la toxoplasmosis o si tengo la
             infección?

       5.9.- ¿Qué sucederá si contraigo toxoplasmosis?

       5.10.- ¿Qué puede suceder si mi bebé contrae toxoplasmosis y qué tratamiento
             recibirá?

       5.11.- Si mi bebé padece la infección, ¿presentará síntomas al nacer?
6.- Varicela

        6.1.- ¿Es peligroso estar expuesta a la varicela durante el embarazo?

        6.2.- ¿Qué le puede suceder a mi bebé si me contagio de varicela durante el
               embarazo?

        6.3.- ¿Está mi bebé en riesgo si contraigo varicela cerca de mi fecha de parto?

        6.4.- ¿Es la varicela más grave para mi salud si la contraigo durante el embarazo?

        6.5.- ¿Qué debería hacer en caso de estar expuesta?

        6.6.- Si no soy inmune y estoy expuesta, ¿cuáles son las posibilidades de que me
               contagie de varicela?

        6.7.- ¿Cuándo notaré los síntomas?

        6.8.- ¿Qué debería hacer si pienso que tengo varicela?

        6.9.- ¿Puedo ponerme la vacuna contra la varicela durante el embarazo?

        6.10.- ¿Cómo puedo reducir el riesgo de contagiarme de varicela durante el
                embarazo si no soy inmune?

        6.11.- ¿Puedo contagiarme de varicela de una persona que acaba de ser vacunada?




7.- Placenta previa

        7.1.- ¿Cuáles son los síntomas de la placenta previa?

        7.2.- ¿Cómo se diagnostica la placenta previa?

        7.3.- ¿Cómo se trata la placenta previa?

        7.4.- ¿Qué causa la placenta previa?

        7.5.- ¿Cómo puede reducir su riesgo de tener placenta previa?
8.- Estreptococo del grupo B

       8.1.- ¿Por qué debo hacerme una prueba del estreptococo del grupo B?

       8.2.- ¿Cuáles son las consecuencias del estreptococo del grupo B de aparición
          temprana?
       8.3.- ¿Por qué no me hacen la prueba en la primera visita prenatal y me tratan
              inmediatamente si sale positiva?

       8.4.- ¿En qué consiste la prueba del estreptococo del grupo B?

       8.5.- ¿Qué sucederá si el resultado de la prueba da positivo?

       8.6.- ¿Qué sucederá si empieza el parto y los resultados aún no están disponibles?

       8.7.- ¿Cuáles son los riesgos de tomar antibióticos durante el parto?
       8.8.- ¿Qué tipo de seguimiento se hace una vez que nace el bebé?

       8.9.- ¿Puede mi bebé infectarse después de nacer?

       8.10.- ¿Se puede prevenir la aparición tardía de estreptococo del grupo B?




9.- Diabetes gestacional

       9.1.- ¿Por qué se produce?

       9.2.- ¿Continuará la diabetes luego del parto?

       9.3.- ¿Cuál es el riesgo de padecer diabetes gestacional?

       9.4.- ¿Cuáles son los riesgos en el bebé?

       9.5.- ¿Cómo se diagnostica?

       9.6.- ¿Cómo se lleva el control obstétrico?

       9.7.- ¿Cuáles son los valores de glucemia que deben buscarse?

       9.8.- ¿Cuál es el tratamiento?

       9.9.- ¿Cuál es el pronóstico?
10.- Insuficiencia cervical (cuello uterino incompetente)


       10.1.- ¿Qué es exactamente el cuello uterino o cérvix?

       10. 2.- ¿Qué significa tener insuficiencia cervical?

       10.3.- ¿Cómo saber si tengo insuficiencia cervical?

       10.4.- ¿Quién presenta más riesgo de padecer insuficiencia cervical?

       10.5.- ¿Hay algo que pueda hacer al respecto?




11.- Clamidia durante el embarazo


       11.1.- ¿Cómo puede afectar la clamidia a mi embarazo?

       11.2.- ¿Cuáles son los síntomas de la clamidia?

       11.3.- ¿Me harán pruebas durante el embarazo para saber si tengo clamidia?

       11.4.- ¿Cómo se trata la clamidia durante el embarazo?

       11.5.- ¿Cómo puedo evitar contagiarme de clamidia durante el embarazo?




12.- Citomegalovirus


       12.1.- ¿Puedo transmitir la infección a mi bebé si me enfermo con citomegalovirus?


       12.2.- ¿Tendrá mi bebé problemas de salud si nace con la infección?


       12.3.- ¿Cómo puedo infectarme de citomegalovirus?


       12.4.- ¿Cómo se transmite el virus de la madre al bebé?


       12.5.- ¿Cómo puedo saber si tengo citomegalovirus?
12.6.- ¿Qué sucederá si tengo citomegalovirus?

        12.7.- ¿Cómo puedo evitar contraer citomegalovirus durante el embarazo?




13.- Quinta enfermedad (parvovirus B19)


        13.1.- ¿Qué le puede suceder a mi bebé si me contagio de la quinta enfermedad
              mientras estoy embarazada?

        13.2.- ¿Cuáles son los síntomas?

        13.3.- ¿Qué debo hacer si creo que me puedo haber contagiado?

        13.4.- ¿Puedo hacer algo para evitar contagiarme?




14.- Listeriosis


        14.1.- ¿Cómo puede la listeriosis afectarnos a mí y a mi bebé?

        14.2.- ¿Cómo me daré cuenta si tengo listeriosis?

        14.3.- ¿Cómo se trata la listeriosis durante el embarazo?

        14.4.- ¿Qué puedo hacer para evitar infectarme?




15.- Candidiasis vaginal

        15.1.- ¿Cuáles son los síntomas?

        15.2.- ¿Qué debo hacer si creo que tengo candidiasis vaginal?

        15.3.- ¿Afectará la candidiasis a mi bebé?

        15.4.- ¿Cómo puedo prevenir la candidiasis vaginal?
16.- Hepatitis A

       16.1.- ¿Cómo puedo prevenir el contagio de la hepatitis A?

       16.2.- ¿Cómo puedo saber si tengo hepatitis A?

       16.3.- La hepatitis A y tu bebé

       16.4.- Tratamiento de la hepatitis A




17.- ¿Por qué me han de hacer la prueba de la hepatitis B durante el embarazo?

       17.1.- ¿Cómo podría haberme convertido en portadora del virus de la hepatitis B?

       17.2.- ¿Qué sucede si el resultado de la prueba del virus de la hepatitis B da
               positivo?

       17.3.- ¿Qué pasaría si mi bebé contrajera hepatitis B?

       17.4.- ¿Quién corre mayor riesgo de contraer la hepatitis B?



MARCO JURÍDICO




CAPÍTULO III

   CONCLUSIONES

   BIBLIOGRAFÍA

   ANEXOS
RESUMEN


Enfermarse no es agradable y dependiendo del tipo de enfermedad, puede ocasionar cierta
inquietud al que la padece por sus posibles consecuencias. Pero si la enfermedad ocurre durante
el embarazo, la preocupación sobre sus efectos sobre el desarrollo del bebé puede producir mucha
ansiedad a las futuras madres.


Hay algunas enfermedades que se conocen como ―silenciosas‖ porque no presentan síntomas y
pueden estar presentes antes de quedar embarazadas. Si estas enfermedades no se tratan
adecuadamente, sí que pueden tener influencia sobre el desarrollo del bebé o sobre la evolución
del embarazo.


Las complicaciones que amenazan tu gestación pueden estar causadas por una enfermedad que
la madre padecía con anterioridad o que se desarrolla durante el embarazo. En este sentido, la
consulta pregestacional es de suma importancia para que el obstetra sepa de antemano a qué
problemas podría enfrentarse. Te contamos cuáles son por orden de frecuencia en su
presentación.
PALABRAS CLAVE

1.- Rubéola: Enfermedad infecciosa, contagiosa y epidémica, caracterizada por una erupción
semejante a la del sarampión y por infartos ganglionares.
2.- Mujer: Persona del sexo femenino.

3.- Infección: Dicho de algunos microorganismos patógenos, como los virus o las bacterias: Invadir
un ser vivo y multiplicarse en él.

4.- Hipertensión: Tensión excesivamente alta de la sangre.

5.- Toxoplasmosis: Enfermedad producida por protozoos del género Toxoplasma que, contraída
durante la gestación, puede ocasionar anomalías fetales.

6.- Varicela: Enfermedad contagiosa, aguda y febril, caracterizada por una erupción parecida a la
de la viruela benigna, pero cuyas vesículas supuran moderadamente.


7.- Placenta: Órgano intermediario durante la gestación entre la madre y el feto, que se adhiere a
la superficie interior del útero y del que nace el cordón umbilical.

8.- Estreptococo: Cada una de las bacterias de forma redondeada que se agrupan en forma de
cadenita.



9.- Diabetes: Enfermedad metabólica caracterizada por eliminación excesiva de orina,
adelgazamiento, sed intensa y otros trastornos generales.

10.- Desarrollo: Acrecentar, dar incremento a algo de orden físico, intelectual o moral.

11.- Clamidia: Capa corta y ligera que usaron los griegos, principalmente para montar a caballo, y
que después adoptaron los romanos.


12.-: Hijo: Persona o animal respecto de su padre o de su madre.
13.- Enfermedad: Alteración más o menos grave de la salud.

14.- Virus: Organismo de estructura muy sencilla, compuesto de proteínas y ácidos nucleicos, y
capaz de reproducirse solo en el seno de células vivas específicas, utilizando su metabolismo.

15.- Embarazo: Estado en que se halla la hembra gestante.

16.- Hepatitis: Inflamación del hígado.
ABSTRAC




SUMMARY

To make sick is not pleasant and depending on the illness type, it can cause certain restlessness to
which suffers it for their possible consequences. But if the illness happens during the pregnancy,
the concern on its effects on the baby's development can produce a lot of anxiety to the expectant
mothers.

There are some illnesses that you/they know each other as "silent" because they don't present
symptoms and they can be present before being pregnant. If these illnesses are not appropriately,
yes that can have influence on the baby's development or envelope the evolution of the pregnancy.

The complications that you/they threaten your gestation can be caused by an illness that the mother
suffered previously or that you/he/she is developed during the pregnancy. In this sense, the
consultation pregestacional is of supreme importance so that the obstetrician knows ahead of time
what problems I/you/he/she could face. We count you which they are for order of frequency in their
presentation.




WORDS KEY

1. - rubella: Infectious, contagious and epidemic illness, characterized by an eruption similar to that
of the measles and for heart attacks ganglionares.

2. - woman: Person of the feminine sex.

3. - infection: Said of some microorganisms patógenos, as the virus or the bacterias: To invade an
alive being and to multiply in him.

4. - hypertension: Excessively high tension of the blood.

5. - Toxoplasmosis: Illness taken place by protozoos of the gender Toxoplasma that, contracted
during the gestation, it can cause fetal anomalies.

6. - chicken pox: Contagious, sharp and feverish illness, characterized by a similar eruption to that
of the benign pock, but whose vesicles fester moderately.

7. - placenta: Intermediary organ during the gestation among the mother and the fetus that he/she
adheres to the interior surface of the uterus and of the one that the umbilical cord is born.
8. - streptococcus: Each one of the bacterias in a rounded way that group in chain form.

9. - diabetes: Metabolic illness characterized by excessive elimination of urine, weigh loss, intense
thirst and other general dysfunctions.

10. - development: To increase, to give increment to something of physical order, intellectual or
moral.

11. - Clamidia: It castrates short and slight that the Greeks used, mainly to mount horse, and that
later the Romans adopted.

12. -: son: Person or animal regarding their father or of their mother.

13. - illness: Alteration more or less serious of the health.

14. - virus: Organism of very simple structure, made up of proteins and nucleic, and able acids of
reproducing alone in the breast of specific alive cells, using their metabolism.

15. - pregnancy: State in that he/she is the female gestante.

16. - hepatitis: Inflammation of the liver.
INTRODUCCIÓN

Sé que todas las mujeres y madres estarán de acuerdo conmigo, el sentimiento maternal está en
las mujeres desde el momento en que saben de la existencia de su hijo. Una madre lo es desde el
momento en que empieza a imaginar la cara de su bebé, de cuidarse para él, de amarle
incondicionalmente             y            sobre             todas            las            cosas.
Ese sentimiento es ser Madre, aunque tu bebé aún no haya nacido ya eres una madre.

La mujer, principal pilar para la construcción de una familia, porque gracias a ellas todos nosotros
estamos aquí viviendo, riendo, disfrutando de la vida, gracias a la mujer que luego se convierte en
madre, existen grandes personajes, grandes mentes que han llevado al mundo a un gran
desarrollo, al ser tan importante una madre necesita un cuidado y un especial trato para que tenga
una vida saludable antes, durante y después del embarazo, por todo eso y mucho más motivos la
obstetricia es muy importante porque se encarga del cuidado de tan especial ser: LA MUJER.

Existen diferentes y muy variadas enfermedades y anomalías que se pueden presentar durante un
embarazo y también durante el parto, por este motivo daré a conocer un poco más sobre todos
estos problemas que se presentan y el tratamiento que se puede dar, además de pautas que
ayudaran a prevenir estos problemas futuros, que tengo la certeza de que servirá de mucho para
cada una de las madres y futuras madres.

Para desarrollar este tema he necesitado buscar mucha información, analizarla e interpretarla,
escoger lo más importante para tener como resultado una buena información.
CAPITULO I: ENFERMEDADES QUE SE PRESENTAN EN EL EMBARAZO.



PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA:

En la actualidad, la poca información que reciben las gestantes o las madres, es muchas veces la
que causa que no tengan el conocimiento suficiente para evitar contraer o evitar estos problemas
durante el embarazo y el parto.

Por tal motivo todas las gestantes deben tener conocimiento sobre las enfermedades que se
pueden originar en el embarazo y sus respectivos tratamientos, logrando que el parto sea eficaz y
el bebé nazca naso y salvo.
Cuáles son las enfermedades más frecuentes en el periodo del embarazo?

¿Cómo prevenir las enfermedades en el embarazo?
OBJETIVO GENERAL:

       Conocer profundamente las distintas enfermedades que se pueden producir durante el
        embarazo y su respectivo tratamiento.

OBJETIVO ESPECÍFICO

       Compartir toda la información recopilada.
       Instruir a todas las madres gestantes para evitar futuros problemas.




HIPOTESIS:

Mientras mayor información se dé a las gestantes, se evitarán muchas enfermedades y
complicaciones durante el embarazo y el parto, logrando que el bebé nazca saludable.




JUSTIFICACIÓN


La razón principal que me ha llevado a realizar este tema, ha sido ver la poca información que
reciben las mujeres embarazadas y las consecuencias que le traen a su salud afectando tanto a
sus bebés como a ellas.




LIMITACIONES


Existieron limitaciones tales como:
        Falta de tiempo.
        No decidir rápidamente el tema.
CAPITULO II


MARCO TEÓRICO:

ENFERMEDADES QUE SE DAN DURANTE EL EMBARAZO

Ciertas enfermedades infecciosas, aunque sean leves para la mujer, pueden suponer un
importante riesgo para el desarrollo del embrión o el feto si se padecen durante el embarazo.

1.- Rubéola

También llamada sarampión alemán, es una leve enfermedad de la niñez que, si es contraída por
una mujer durante el embarazo, supone una grave amenaza para el feto. Durante los años 1964 y
1965, cuando se produjo un brote epidémico de rubéola, nacieron más de 20.000 bebés con
defectos de nacimiento. Durante este mismo brote epidémico se produjeron por lo menos 10.000
abortos espontáneos y nacimientos de bebés sin vida.


Por suerte, ya no se dan grandes brotes epidémicos de rubéola en EE.UU. Desde el año 1969,
cuando fue aprobada una vacuna contra la rubéola, se vacuna a los niños de forma rutinaria para
impedir la propagación de la enfermedad y proteger a las madres embarazadas susceptibles de
contraerla. La mayoría de las mujeres en edad de concebir son inmunes a la rubéola, bien por
haber recibido la vacuna o bien por haber padecido la enfermedad durante la niñez. Gracias al uso
generalizado de la vacuna contra la rubéola, es raro que ésta cause defectos de nacimiento.


Sin embargo, como todavía aparecen pequeños brotes epidémicos de rubéola, aún existe la
posibilidad de que las mujeres embarazadas susceptibles a la enfermedad contraigan la infección.
Dos de cada diez mujeres en edad de tener hijos son vulnerables a la rubéola. Una mujer puede
proteger a su futuro hijo de los efectos de la rubéola sometiéndose a una prueba de inmunidad
antes de quedar embarazada y, si no es inmune, recibiendo la vacuna.


1.1.- ¿Qué es la rubéola?


La rubéola es una enfermedad leve pero altamente contagiosa causada por un virus. Se
caracteriza por la erupción de la piel, la inflamación de las glándulas y, especialmente en los
adultos, dolores en las articulaciones. Por lo general la erupción de la piel dura unos tres días y
puede presentarse acompañada de una ligera fiebre. Otros síntomas, tales como el dolor de
cabeza o de garganta y la pérdida del apetito, son más comunes en los adolescentes y adultos que
contraen la infección que en el caso de los niños. A veces no se produce síntoma alguno.
El virus que causa la rubéola es diferente del que causa el sarampión común. La inmunidad de una
persona contra la rubéola no la protege contra el sarampión, como tampoco la inmunidad contra el
sarampión la protege contra la rubéola.


1.2.- ¿Cuáles son los riesgos que la rubéola supone para el feto?


Alrededor del 25 por ciento de los bebés cuyas madres contraen rubéola durante el primer
trimestre del embarazo, nacen con uno o más defectos de nacimiento que, de manera conjunta, se
denominan síndrome congénito de rubéola. Entre estos defectos se encuentran ciertos defectos de
los ojos (que causan pérdida de la visión o ceguera), la pérdida de la audición, algunos defectos
cardíacos, el retraso mental y, con menor frecuencia, la parálisis cerebral.


Muchos niños con síndrome congénito de rubéola demoran más tiempo en aprender a caminar y a
realizar ciertas tareas, pero algunos de ellos llegan a desarrollarse plenamente y no tienen
problemas.


A menudo, esta infección provoca abortos espontáneos y nacimientos de bebés sin vida. El riesgo
de síndrome congénito de rubéola es de alrededor del uno por ciento cuando la madre contrae la
infección durante las primeras semanas del segundo trimestre de gestación. Es raro que exista
riesgo de que se produzcan defectos de nacimiento cuando la rubéola de la madre aparece
después de transcurridas 20 semanas de embarazo.


Algunos bebés infectados presentan problemas de salud que no perduran. Su peso de nacimiento
puede ser bajo (menos de 5 libras y media) y pueden tener problemas de alimentación, diarrea,
neumonía, meningitis (una inflamación alrededor del cerebro) o anemia. Pueden aparecer
manchas de color púrpura-rojizo en sus caras y cuerpos debido a anomalías pasajeras en la
sangre que pueden provocar una tendencia a sangrar con facilidad. El hígado y el bazo pueden
agrandarse.


Algunos bebés infectados parecen normales en el momento del nacimiento y durante su infancia.
Sin embargo, es necesario realizar un seguimiento cuidadoso de todos los bebés cuyas madres
padecieron rubéola durante su embarazo, porque es posible que los problemas de visión, audición,
aprendizaje y comportamiento no sean evidentes hasta la niñez. Los niños con síndrome congénito
de rubéola también tienen mayor riesgo de padecer diabetes, que puede desarrollarse durante la
niñez o bien a edad adulta.
1.3.- ¿Cómo se trata a los bebés con síndrome congénito de rubéola?


No hay un tratamiento específico para el síndrome congénito de rubéola. Algunos de los problemas
propios del período neonatal, como las anomalías de la sangre y del hígado, generalmente
desaparecen sin practicarse tratamiento alguno. Otros defectos de nacimiento, como los de los
ojos o del corazón, pueden, a veces, corregirse de forma total o parcial mediante prácticas
quirúrgicas realizadas a edad temprana. Los bebés con deficiencias visuales o auditivas, se
benefician al asistir a programas de educación especiales que los estimulan desde pequeños y les
ayudan a desarrollar destrezas de comunicación y de aprendizaje. Los niños con retraso mental
también se benefician al asistir a programas de educación especial desde pequeños. Aquellos
niños con múltiples discapacidades pueden necesitar de la intervención de un equipo de expertos
desde muy temprana edad.


1.4.- ¿Cómo puede una mujer averiguar si es susceptible de contraer rubéola?


Existe un análisis de sangre sencillo que puede determinar si una persona es o no inmune a la
rubéola. El análisis comprueba si la sangre de dicha persona contiene las sustancias que luchan
contra el virus (es decir, los anticuerpos). Los anticuerpos contra la rubéola son producidos por
personas que han padecido la enfermedad o que han sido vacunadas contra la misma.


1.5.- ¿Se puede prevenir el síndrome congénito de rubéola?


March of Dimes recomienda que todas las mujeres se sometan a una prueba de inmunidad contra
la rubéola antes de quedar embarazadas y consideren ser vacunadas si no son inmunes.
La vacunación servirá para prevenir la rubéola en mujeres susceptibles a contraer la enfermedad,
de modo que sus futuros hijos estarán protegidos contra el síndrome congénito de rubéola.


En el caso de mujeres que quedan embarazadas antes de someterse a esta prueba, se procede a
realizar la prueba de inmunidad durante una de las primeras visitas prenatales. Cuando una mujer
embarazada no es inmune a la rubéola, debe evitar el contacto con cualquier persona que tenga la
enfermedad. No existe un tratamiento contra la rubéola que sea eficaz a durante el embarazo,
como tampoco una manera eficaz de prevenir la rubéola en una mujer vulnerable que ha sido
expuesta a la enfermedad. Las mujeres embarazadas que no son inmunes también deben
considerar recibir la vacuna después de dar a luz, para de esa manera estar inmunizadas si
quedan embarazadas en el futuro.


Se puede administrar la vacuna contra la rubéola, sin riesgo alguno, a una mujer que amamanta a
su hijo.
No se recomienda administrar la vacuna durante el embarazo; y se recomienda que toda mujer que
recibe la vacuna aplace sus intentos de concebir un bebé hasta, por lo menos, tres meses después
de recibirla.


1.6.- ¿Puede la vacuna contra la rubéola causar daños en el feto, si se administra en una
fecha próxima a la concepción?


Es muy improbable que la vacuna contra la rubéola dañe a un bebé cuya madre fue vacunada
poco antes de la concepción. Entre los años 1971 y 1989, los centers for Disease Control and
Prevention del gobierno (CDC) estudiaron a cientos de mujeres que fueron vacunadas entre los
tres meses previos y los tres meses posteriores a la concepción. En el momento de recibir la
vacuna, estas mujeres no sabían que estaban embarazadas o que concibirían un bebé poco
tiempo más tarde. Ninguno de los bebés nacidos de estas mujeres tuvo defectos de nacimiento
similares a los que produce la rubéola. Sin embargo, los CDC siguen recomendando que una
mujer posponga la concepción de un bebé durante tres meses después de recibir la vacuna porque
teóricamente existe un pequeño riesgo de que el feto sufra daños.


1.7.- ¿Quién más debe recibir la vacuna?


Todos los niños deben recibir la vacuna contra la rubéola a menos que exista una razón médica
por la cual no deban hacerlo. La vacunación generalizada de los niños contribuye a prevenir la
propagación de esta enfermedad a otras personas, especialmente a mujeres embarazadas.


Por lo general, la primera dosis de la vacuna se administra entre los 12 y los 15 meses de edad,
casi siempre junto con las vacunas contra el sarampión y las paperas. Esta combinación de
vacunas se denomina MMR. Un niño no debe recibir la primera dosis de MMR antes de cumplir los
12 meses de edad. Esto se debe a que el bebé conserva algunos de los anticuerpos de la madre
hasta alcanzar esta edad, y estos anticuerpos pueden interferir con la vacuna e impedir que ésta
funcione debidamente. Suele administrarse una segunda dosis de MMR entre los 4 y los 6 años de
edad, o bien a los 11 o 12 años. En la actualidad hay por lo menos 12 estados donde se exige la
administración de una segunda dosis de MMR antes de que los niños entren al jardín de infancia.


La vacunación de grupos de adolescentes o adultos en centros educativos, lugares de trabajo,
hospitales o bases militares contribuye a prevenir los brotes epidémicos en dichas áreas. Las
personas que trabajan en guarderías de recién nacidos deben vacunarse porque los bebés nacidos
con rubéola son capaces de contagiar a otros durante un breve período después de nacer. Las
mujeres susceptibles a la enfermedad que estén en edad de tener hijos, también deben considerar
someterse a la vacuna antes de salir de EE.UU., ya que la rubéola es una enfermedad común en
muchos países.
2.- La preeclampsia


La preeclampsia, o toxemia gravídica, es una enfermedad propia del embarazo que puede afectar
del 5% al 8% de las mujeres embarazadas. El diagnóstico de preeclampsia se establece cuando
aparecen hipertensión arterial, edemas (retención de líquidos) junto a proteínas en la orina luego
de las 20 semanas de gestación, en el momento del parto o incluso después del nacimiento. Con
menos frecuencia, la preeclampsia aparece antes de las 20 semanas de embarazo, como en los
casos de enfermedad trofoblástica gestacional (mola hidatiforme) o síndrome antifosfolipídico
(trombofilias).
La preeclampsia puede ser leve, moderada o severa, dependiendo de las cifras de presión arterial
y pérdida de proteínas en la orina y su progresión puede ser muy lenta o aparecer bruscamente al
final del embarazo. La enfermedad se soluciona con el nacimiento, que deberá programarse
basándose en la edad gestacional y el estado de salud materno-fetal.


2.1.- ¿Cuáles son las consecuencias de la preeclampsia en la salud materna y en la del
bebé?


Cuanto más precoz sea la aparición de la preeclampsia, mayores serán los riesgos de la madre y
del                                                                                          bebé.
En la mayoría de los casos la preeclampsia aparece en las últimas semanas del embarazo y con
un adecuado control médico obstétrico, reposo, dieta sana y supervisión de la salud del bebé, no
hay     riesgos    importantes     para      la    salud   de    la    madre      y    el    bebé.
En los casos de preeclampsia severa, hay riesgos de afectación en órganos importantes maternos
y alteraciones placentarias que pueden tener consecuencias importantes tanto en la madre como
en la salud del bebé, incluso riesgos en la vida de ambos. Por esta razón, en casos de
preeclampsia severa se aconseja el nacimiento lo más pronto posible, incluso corriendo riesgos de
prematurez importante en el recién nacido.


La preeclampsia se asocia a una vasoconstricción arterial, lo que provoca una disminución en la
llegada de sangre a órganos maternos importantes como los riñones, hígado, cerebro y también la
placenta. Como consecuencia hay una disminución de la llegada de alimentos y oxígeno al bebé
que le impide un crecimiento intrauterino adecuado, favorece una disminución en el volumen de
líquido amniótico, y en casos extremos puede ser causa de un desprendimiento prematuro de
placenta, asociado a numerosos riesgos en la salud del bebé.


La retención de líquidos o edema asociada a la preeclampsia se debe a la disminución de
proteínas en la sangre y a alteraciones en los vasos capilares, que permite la salida de líquidos a
los     tejidos   y     también     la       eliminación   de    proteínas     por     la    orina.
Afortunadamente muy pocas veces la preeclampsia provoca convulsiones en los casos más
severos con altísimo riesgo en la salud de la madre o el bebé. Este último cuadro se
denomina eclampsia.
La eclampsia suele ser precedida de síntomas característicos como visión borrosa, cefaleas
intensas,          dolores      intensos      en       el        abdomen         superior    y     vómitos.
Aproximadamente del 15 al 20% de preeclampsias se complican con otra enfermedad
llamada Síndrome HELLP (de las siglas en ingles: Hemolysis, Elevated Liver enzymes, and Low
Platelets). Este síndrome agrava aún más la enfermedad porque altera mucho el proceso de
coagulación sanguínea.


2.2.- ¿Cuáles son los síntomas?


Los síntomas iniciales de la preeclampsia pueden pasar desapercibidos debido a que se
confunden con los síntomas propios del embarazo, como el aumento de peso y la retención de
líquidos (edema). La forma de detectarla es mediante el control de la presión arterial en todas las
consultas prenatales y un estudio en orina para detectar proteínas (proteinuria). Por esta razón es
fundamental         un       buen   control     obstétrico   y     asistir   a      todas   las   consultas.
Se considera hipertensión arterial cuando tu presión sistólica es mayor de 140 mm. y la diastólica
de más de 90mm. hg. Es normal que la presión varíe a lo largo del día, por lo cual se necesitan
tres controles de presión arterial por encima de los valores normales para considerar hipertensión
arterial.
El test en la orina se realiza con una tira reactiva, similar al test de embarazo casero, que se
sumerge en la orina. El resultado también puede variar durante el día, por lo que si se sospecha
que puede haber un problema deberás recoger la orina durante 24 hs. para realizar el test
nuevamente.
Debes tener en cuenta que la preeclampsia puede aparecer en el intervalo entre tus consultas
prenatales, por lo cual debes estar atenta a los síntomas iniciales:


            Aumento de peso de más de 2 kg. en una semana.
            Hinchazón de cara, párpados, manos, pies o tobillos.
            Alteraciones en la visión: Visión borrosa, doble, ver estrellitas luminosas, intolerancia a la
            luz.
            Dolores abdominales intensos, vómitos o náuseas importantes.
            Cefaleas intensas y persistentes.
2.3- ¿Por qué se produce?


Se desconoce el mecanismo final de la aparición de esta enfermedad. Se especula que pude
existir una predisposición genética hereditaria acerca de una intolerancia inmunológica al
embarazo,        pero      son             teorías    que       todavía      no        se   han         confirmado.
Sí se sabe que esta enfermedad es más frecuente en mujeres que padecen de hipertensión
arterial, diabetes, en casos de enfermedades de la coagulación previas (trombofilias),
enfermedades autoinmunes, como el lupus eritematoso, embarazos múltiples, ser madre primeriza
o           en             los                 extremos            de             la         vida             fértil.
También si en embarazos anteriores has tenido preeclampsia antes de cumplir las 30 semanas de
embarazo tendrás un 40% de riesgo de desarrollarla nuevamente en otro embarazo.

2.4.- ¿Ser hipertensa previa al embarazo aumenta el riesgo de padecer preeclampsia?


Si tienes presión arterial elevada previa al embarazo o durante la primera mitad de tu embarazo se
te diagnosticará una hipertensión crónica. Si este fuera el caso se te realizarán controles
obstétricos más frecuentemente y se controlará muy de cerca tu presión arterial y el crecimiento de
tu bebé. Seguramente recibirás una medicación específica y una dieta lo más saludable posible
asociada con más horas de reposo del habitual.

2.5.- ¿Cuál es su tratamiento?


El tratamiento dependerá del grado de severidad de la preeclampsia y de la edad gestacional.
En general se indica inicialmente internación para realizar un estudio completo materno-fetal que
incluye laboratorio en sangre y orina, electrocardiograma materno, ecografías, doppler obstétrico y
monitoreo                                                                                                     fetal.
Si la enfermedad es leve y estás en tu semana 37 o más, seguramente se indique una inducción
del   parto,     que    es        lo         único    que      previene     complicaciones        más      severas.
En casos donde se sospecha que el bebé no va a soportar el parto se indica directamente
una cesárea.
Si todavía no has llegado a la semana 37 del embarazo, la enfermedad es leve y no hay afectación
del bebé, seguramente se indique reposo, dieta, medicación anti-hipertensiva y un control estricto
de                                    la                                  salud                               fetal.
El reposo es uno de los pocos tratamientos que ha demostrado su eficacia en la mayoría de las
preeclampsias leves. No es necesario un reposo en cama 24 hs. porque aumentaría el riesgo
de trombosis      venosa         en        miembros       inferiores    (coágulos      de   sangre       venosos).
Deberás realizar controles de presión arterial frecuentes (al menos una vez al día), estudios de
sangre y control de proteinuria, además de los controles del bebé: ecografía, monitoreo, Doppler,
etc.
Si la enfermedad avanza, seguramente requieras internación y adelantamiento del parto.
El tratamiento más frecuente para la preeclampsia durante la internación es la administración de
sulfato de magnesio endovenoso, asociado con drogas anti-hipertensivas si no se logra normalizar
la presión arterial. En casos severos esta medicación debe continuarse después del parto para
prevenir complicaciones como la eclampsia post parto (convulsiones).

2.6.- ¿Cómo puedo evitarla?


Al no saberse la causa final de esta enfermedad no se puede realizar un tratamiento preventivo
completo.
Algunos estudios indican que bajas dosis de aspirina y la suplementación con calcio podrían
ayudar a prevenir e incluso tratar la enfermedad. Otros estudios demostraron que las mujeres que
tomaron vitamina      C      y     E      tienen     una      tasa     menor       de      padecerla.
La mejor manera de prevenir esta enfermedad es realizar un adecuado control prenatal y estar
alerta ante cualquier síntoma que pudiera aparecer para consultar lo antes posible con tu médico y
comenzar el tratamiento adecuado.

2.7.- ¿Cómo se diferencia la preeclampsia de la hipertensión gestacional?


Cuando la hipertensión arterial aparece después de la semana 20 de gestación pero no hay
proteinuria (proteínas en la orina) se denomina hipertensión gestacional o hipertensión inducida por
el embarazo. Si posteriormente se detectan proteínas en la orina el diagnóstico cambia a
preeclampsia. El 25% de las mujeres que fueron diagnosticadas primeramente como hipertensas
gestacionales               desarrollarán                posteriormente                 preeclampsia.
En general la presión vuelve a la normalidad después del parto pero si no desaparece después del
nacimiento, generalmente se debe a que ya existía una enfermedad hipertensiva previa a la
gestación no diagnosticada por falta de control médico previo o porque no se detectó durante el
embarazo, ya que dentro de la última etapa del primer trimestre y la mayor parte del segundo la
presión arterial usualmente disminuye, escondiendo de esta forma la hipertensión crónica de base.




3.- Infección de las vías urinarias durante el embarazo


3.1.- ¿Qué es una infección de las vías urinarias?


La mayoría de las personas utilizan la frase infección de las vías urinarias o infección urinaria para
referirse a una infección en la vejiga y a sus síntomas típicos, como la necesidad de orinar
frecuentemente y quemazón al orinar. Esta condición, que también se conoce como cistitis, es
bastante común entre mujeres sexualmente activas que tienen entre 20 y 50 años. Pero no incluye
todas        las        formas           de          una         infección           de          las         vías            urinarias.
De hecho, puedes tener una infección en cualquier parte de las vías urinarias, las cuales
comienzan en los riñones, donde se produce la orina. Continúan a través de unos conductos
denominados uréteres hasta la vejiga, en donde la orina se acumula hasta que te encuentras lista
para orinar. Y finalizan en la uretra, un conducto corto que transporta la orina fuera del cuerpo.
Se produce infección cuando las bacterias de tu piel, vagina o recto entran en tu uretra y se
desplazan hacia arriba. A menudo las bacterias se detienen en la vejiga y se multiplican allí,
causando      una       inflamación       y    los    típicos       síntomas         de    la     cistitis   descritos          arriba.
Pero las bacterias también pueden desplazarse desde tu vejiga, a través de los uréteres, hasta uno
de tus riñones o los dos, causando una infección allí. Una infección en los riñones, también
llamada pielonefritis, es la complicación médica grave más común durante el embarazo. Esta
infección    puede        extenderse      a    tu    corriente      sanguínea         y    poner       tu    vida       en     peligro.
Una infección en los riñones también puede tener consecuencias graves para tu bebé. Aumenta el
riesgo de que tengas un parto prematuro o un bebé que nazca con bajo peso, y se ha asociado
con     un         mayor        riesgo         de          muerte           fetal     o         muerte        al        nacimiento.
También puedes tener bacterias en tus vías urinarias y no presentar ningún síntoma. Esto se
conoce como "bacteriuria asintomática". Cuando no estás embarazada, esta condición
generalmente         no      causa       problemas           y      a       menudo         desaparece          por       sí      sola.
Durante el embarazo, sin embargo, si no se trata la bacteriuria asintomática puede aumentar tu
riesgo de desarrollar infección en los riñones. También se asocia con parto prematuro y bajo peso
al nacer. Ésta es una de las razones por las que siempre que vas a tu visita prenatal te hacen un
análisis de orina.

3.2.- ¿Soy más propensa a la infección de las vías urinarias durante el embarazo?


No está del todo claro que el embarazo aumente el riesgo de que contraigas una cistitis, y existen
bastantes estudios que indican que el embarazo no te hace más propensa a tener bacteriuria
asintomática. Sin embargo, el embarazo sí que aumenta el riesgo de desarrollar una infección en
los                                                                                                                           riñones.
Ésta es la razón: Durante el embarazo, el alto nivel de la hormona progesterona relaja el tono
muscular de los uréteres (los tubos que comunican los riñones y la vejiga), y esto los dilata y hace
más lento el flujo de la orina. Además el útero, que cada vez está más grande, puede comprimir los
uréteres           lo           cual           dificulta               el           paso            de             la           orina.
Tu vejiga también pierde tono muscular durante el embarazo. Resulta más difícil vaciarla por
completo cuando orinas y se vuelve más propensa al reflujo, una condición en la que parte de la
orina       vuelve          a          subir         por         los          uréteres           hacia         los            riñones.
El resultado de todos estos cambios es que la orina tarda más tiempo en atravesar las vías
urinarias, y esto da más oportunidad a que las bacterias se multipliquen y también facilita la
ascensión de la orina hacia los riñones. Además, durante el embarazo tu orina es menos ácida y
es más propensa a contener glucosa, y ambas cosas aumentan el potencial de crecimiento de las
bacterias.

3.3.- ¿Cuáles son los síntomas de una infección en la vejiga?


Los síntomas de una infección en la vejiga o cistitis varían en cada mujer. Los más comunes
incluyen:


• Dolor, incomodidad o ardor al orinar y posiblemente durante las relaciones sexuales.
• Molestia pélvica o dolor en la parte inferior del vientre (generalmente justo arriba del pubis).
• Necesidad frecuente o incontrolable de orinar, incluso cuando hay muy poca orina en la vejiga.


También puedes notar que tu orina huele mal o está turbia. Y quizás notes que tiene sangre.
Puedes tener unas décimas de fiebre, pero lo más común es que tu temperatura siga siendo
normal.
Dado que la necesidad frecuente de orinar es común durante el embarazo, puede resultar difícil
saber con certeza si tienes cistitis, especialmente si tus síntomas son leves. Si piensas que puedes
tener una infección, asegúrate de llamar a tu médico para que te haga un análisis de orina y así
obtener                         un                      diagnóstico                       definitivo.



3.4.- ¿Cuáles son los síntomas de una infección en los riñones?

Si muestras señales de una posible infección en los riñones, debes buscar atención médica
inmediatamente. Los síntomas a menudo se presentan de forma repentina e incluyen:


•    Fiebre     alta     (a      menudo      con     temblores,        escalofríos   o    sudores).
• Dolor en la parte baja de la espalda o en el costado bajo tus costillas, en uno o ambos lados, o
posiblemente                            en                        el                      abdomen.
•                             Náuseas                          y                           vómitos.


También puedes notar sangre o pus es tu orina y los síntomas de la cistitis.

3.5.- ¿Qué sucede si tengo bacteriuria asintomática durante el embarazo?


La bacteriuria asintomática se ha asociado con parto prematuro y bajo peso al nacer. Y, si no se
trata, tienes un 40 por ciento de posibilidades de desarrollar una infección en los riñones. Sin
embargo, con el tratamiento adecuado tu riesgo se reduce dramáticamente, a entre el 1 y el 4 por
ciento.
Para saber si tienes bacterias en tus vías urinarias, tu doctor analizará una muestra de tu orina en
tu primera visita prenatal, tanto si tienes síntomas como si no los tienes. Si este cultivo inicial de
orina da negativo, tus posibilidades de desarrollar una infección en las vías urinarias después son
pequeñas.
Si tu análisis da positivo, te tratarán con antibióticos por vía oral que son seguros durante el
embarazo. Tomar la dosis completa de antibióticos, que generalmente dura una semana, debería
curar                                          la                                           infección.
Al finalizar el tratamiento te harán otro análisis de orina para asegurarse de que ya no hay
infección. Si no se ha curado, te tratarán con un antibiótico diferente. Deberían repetir los análisis
de orina a intervalos regulares durante tu embarazo para asegurarse de que no tienes otra
infección. Si la bacteriuria recurre, te tratarán de nuevo y probablemente te recetarán una dosis
baja y continua de antibióticos durante el resto del embarazo para prevenir la recurrencia.


3.6.- ¿Qué sucede si contraigo una infección en la vejiga?

Si contraes una infección en la vejiga (cistitis) durante el embarazo te tratarán de forma similar,
aunque quizás durante menos días. Los antibióticos probablemente te aliviarán los síntomas con
rapidez, pero es fundamental que termines el tratamiento para poder eliminar todas las bacterias
que           se           encuentran               en         las           vías           urinarias.


Después del tratamiento, te realizarán un nuevo análisis para que no queden dudas de que la
infección ha desaparecido. Luego te deberían hacer pruebas a intervalos regulares durante todo el
embarazo para asegurarse de que no te has infectado nuevamente. Si las infecciones en la vejiga
siguen recurriendo, puede que necesites recibir una dosis baja de antibióticos diariamente, como
medida de prevención.

3.7.- ¿Qué sucede si contraigo una infección en los riñones?


Si tienes una infección en los riñones durante el embarazo, te ingresarán en el hospital y te
administrarán antibióticos por vía intravenosa. Se controlará tu temperatura, tu tensión arterial,
pulso, respiración y capacidad de orinar; el latido del corazón de tu bebé; y si presentas alguna
señal                          de                          parto                          prematuro.
El tiempo de hospitalización debido a una infección en los riñones, varía y dependerá de tu caso
particular. Si tras la evaluación inicial, durante las primeras 12 a 24 horas, se determina que tu
caso no es grave y estás respondiendo adecuadamente al tratamiento y además no hay señales
de un parto prematuro, tu doctor posiblemente decida darte de alta. El resto del tratamiento,
probablemente                consistirá                  en              antibióticos                  orales.
Sin embargo, si tu infección es grave necesitarás permanecer en el hospital para que te traten y te
tengan en observación. No te dejarán salir del hospital hasta 24 a 48 horas después de que tu
temperatura      vuelva      a     su     nivel         normal      y    no          presentes       síntomas.
Una vez hayas completado el tratamiento, te recetarán una dosis baja y continua de antibióticos
durante el resto del embarazo para prevenir otra infección. Sin esta terapia diaria supresiva, corres
un alto riesgo de contraer otra infección en los riñones.

3.8.- ¿Qué puedo hacer para evitar contraer una infección de las vías urinarias?


Sigue estos pasos para reducir la probabilidad de contraer una infección de las vías urinarias:


• Bebe mucha agua, por lo menos ocho vasos grandes de agua (aproximadamente de 8 onzas o
250                                       mililitros)                                            diariamente.
• No ignores las ganas de hacer pipí. Y vacía completamente la vejiga al orinar.
• Después de defecar, límpiate de adelante hacia atrás para evitar que las bacterias de las heces
se                      acerquen                        a                       la                      uretra.
•     Mantén       el     área      genital       limpia      con       jabón         suave      y      agua.
• Antes y después de mantener relaciones sexuales, limpia el área genital y haz pipí.
• Bebe jugo de arándano (cranberry). Hay estudios que demuestran que el jugo de arándano puede
reducir los niveles de bacteria y evitar que se introduzcan nuevas bacterias en las vías urinarias.
Sin embargo, beber este jugo no curará una infección ya existente, de modo que si tienes
síntomas, no dejes de consultar con tu médico de inmediato para que te recete antibióticos.
• Evita los productos de higiene femenina (en aerosol o en polvo) y los jabones fuertes que puedan
irritar la uretra y los genitales y convertirlos en un caldo de cultivo para las bacterias. Y no te des
duchas vaginales durante el embarazo.




4.- Hipertensión arterial durante el embarazo


La hipertensión arterial durante el embarazo es una de las complicaciones más frecuentes durante
la gestación ya que se presenta del 7 al 10% de todas las mujeres gestantes. Cuando existe este
cuadro durante este período se la denomina enfermedad hipertensiva del embarazo e incluye una
gran diversidad de procesos que tienen como factor común la presencia de hipertensión arterial
durante la gestación. Es causa de otras complicaciones tanto en la madre como en el bebé, ya que
puede provocar retraso en el crecimiento intrauterino, parto prematuro, muerte intrauterina, o
secuelas posnatales.
4.1.- ¿Cuando se considera a una mujer como hipertensa?


Se considera hipertensa a toda mujer que presente cifras de presión arterial sistólica (presión
máxima) por encima de 120 mm. Hg. y/o presión arterial diastólica (presión mínima) superior a 90
mm.                                                                                              Hg.
Se llama hipertensión arterial moderada cuando las cifras tensionales se encuentran entre 120/90 y
160/110 mm Hg. e hipertensión arterial severa cuando los valores superan los 160/110 mm. Hg.

4.2.- ¿Existe una caída de la presión arterial durante los primeros meses de embarazo?


En los primeros meses del embarazo existe una tendencia a la disminución de la presión arterial
debido a los cambios secundarios a las hormonas placentarias, lo que puede producir en la
mujer mareos             y           desmayos             durante            el           embarazo.
Lo más habitual durante el primer trimestre del embarazo, es la caída en la presión arterial, incluso
en mujeres hipertensas previas a la gestación. Esto puede resultar peligroso ya que podría
enmascarar una hipertensión arterial previa y dificultar su diferenciación con una preeclampsia
sobreagregada al embarazo

4.3.- ¿Cómo debe medirse la presión arterial en la mujer embarazada?


Debe medirse luego de 10 minutos de reposo, sentada y con el mango inflable del tensiómetro a la
altura del corazón. En caso de detectarse hipertensión arterial debe repetirse la medición después
de 4 horas de reposo para confirmarse. Muchas veces el estrés de la consulta médica puede
elevar las cifras tensionales que se normalizan al cabo de unas horas. De todas formas en este
último caso, la elevación suele ser solamente de la presión arterial sistólica que es la presión
máxima, y no de la diastólica que es la presión mínima.


4.4.- ¿Cómo se clasifica la hipertensión arterial durante el embarazo?


Existen cuatro clasificaciones de la presión arterial durante el embarazo que a continuación
detallaremos:


        Hipertensión arterial crónica o previa al embarazo.


Es la hipertensión que aparece 20 semanas antes de la gestación.


        Hipertensión arterial inducida por el embarazo o preeclampsia


Se desarrolla como consecuencia del embarazo y en general desaparece después del parto.
Hipertensión arterial crónica sobre la cual se agrega una preeclampsia


Es la hipertensión que apareció 20 semanas antes de la gestación y que luego se complica con la
hipertensión inducida por el embarazo o preeclampsia.


        Hipertensión arterial transitoria o gestacional


La hipertensión arterial transitoria, también denominada hipertensión gestacional, es la que
aparece generalmente tardíamente en el embarazo. Es leve o moderada, sin proteinuria y
desaparece después del parto.


4.5.- ¿En qué se diferencian cada una de estas hipertensiones y cuál es su característica?


A continuación detallamos las características de cada cuadro hipertensivo particular para
diferenciarlos entre sí.


        Hipertensión arterial crónica o previa al embarazo


Este tipo de hipertensión aparece antes de las 20 semanas de gestación y es más frecuente en
mujeres multíparas (con varios partos previos). Se caracteriza por presentar cifras tensionales
moderadas o severas y puede presentar o no aumento en los valores de ácido úrico en sangre. No
es frecuente que presente convulsiones y puede tener o no asociación con daño renal. En cambio
no produce daño hepático y no presenta trombocitopenia (disminución en el recuento de plaquetas)


        Hipertensión arterial crónica con preeclampsia sobreagregada


Aparece antes de las 20 semanas de gestación con mas frecuencia en mujeres multíparas y se
caracteriza por producir hipertensión arterial severa y aumento del ácido úrico en sangre.
Este cuadro hipertensivo es peligroso ya que puede presentar convulsiones, daño renal y daño
hepático, como también trombocitopenia (disminución en las plaquetas).


        Hipertensión arterial transitoria o hipertensión gestacional


La hipertensión arterial transitoria o gestacional aparece después de las 36 semanas de gestación
tanto en mujeres primigestas como multíparas. La hipertensión en general es moderada y no
presenta aumento en los niveles de ácido úrico. No es frecuente que se asocie con convulsiones y
no presenta daño renal, ni hepático, ni trombocitopenia (disminución de las plaquetas en sangre).
4.6.- Tratamiento farmacológico


La mayoría de las mujeres embarazadas con hipertensión crónica leve a moderada tienen una muy
baja tasa de complicaciones cardiovasculares en el trascurso del embarazo y mayoritariamente
dan a luz niña a término y saludable. No obstante, las hipertensas grávidas presentan un riesgo
aumentado para el desarrollo de Preeclampsia con aumento de la morbimortalidad fetal. El objetivo
es pues, minimizar los riesgos tempranos de la hipertensión arterial materna y prevenir la aparición
de preeclampsia evitando los tratamientos que pongan en peligro la salud fetal.


Cuando la presión arterial materna alcanza o supera los niveles de 100 mm. Hg. de presión
diastólica indiscutiblemente debe comenzarse el tratamiento antihipertensivo farmacológico.
Es materia de discusión si los niveles inferiores de presión diastólica deben ser tratados.
No hay datos disponibles y concluyentes si el tratamiento preventivo ó el refuerzo de la medicación
antihipertensiva previa, antes de la mitad del embarazo previene la aparición de preeclampsia.


Es indiscutible, no obstante, la necesidad de acentuar todas las medidas de monitoreo clínico
materno        y         fetal       durante      todo         el        trascurso     del         embarazo.
El tratamiento farmacológico de la hipertensa grávida implica el conocimiento profundo de la
eficacia y los mecanismos de acción de las distintas drogas antihipertensivas y el efecto a corto
plazo y largo plazo sobre la salud fetal.


La única droga probadamente útil a éste respecto es la Alfa Metil Dopa en dosis de 500-2000
mgrs./día. No altera el monitoreo fetal y no se han descripto casos de teratogénesis.
De todas maneras es preciso consignar que desde el punto de vista teórico, salvo los inhibidores
de la enzima convertidora y la clonidina (en el primer trimestre), el resto de las drogas usualmente
usadas para el tratamiento de la Hipertensión crónica no presentan contraindicaciones absolutas y
no      se         han      demostrado          aumentos        de        la     morbimortalidad       fetal.
Presentamos a continuación una lista de agentes antihipertensivos en consideración para su uso
como alternativas ó complemetarios al uso de Alfametildopa.




5.- Toxoplasmosis


Es una infección ocasionada por un parásito microscópico denominado toxoplasma gondii. Si bien
la infección es generalmente una enfermedad leve, es peligrosa durante el embarazo ya que, en
ocasiones,         el     parásito      puede       infectar        la     placenta     y     al       bebé.
Los investigadores estiman que, de más de 4 millones de nacimientos que hay en EE.UU. cada
año, entre 400 y 4.000 bebés nacen con toxoplasmosis (conocida como "toxoplasmosis
congénita"). La infección puede ser leve, o puede ser grave y tener efectos devastadores, como el
nacimiento de un bebé sin vida o problemas a largo plazo. Por suerte, puedes hacer muchas cosas
para evitar la infección.

5.1.- Si me infecto de toxoplasmosis durante el embarazo, ¿se infectaría mi bebé?


Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés)
calculan que sólo alrededor del 15 por ciento de las mujeres en edad fértil son inmunes a la
toxoplasmosis (es decir, no pueden contagiarse). Por suerte, son relativamente pocas las mujeres
que contraen la enfermedad durante el embarazo y no todas transmiten la infección a sus bebés.
Si te infectas con toxoplasmosis durante el primer trimestre, el riesgo de que tu bebé también se
infecte es de aproximadamente el 15 por ciento. El riesgo aumenta a alrededor del 30 por ciento si
contraes la infección durante el segundo trimestre y al 60 por ciento durante el tercero. Aunque el
índice de transmisión de la infección es mayor en las últimas etapas del embarazo, la
toxoplasmosis congénita es más grave cuando el bebé se infecta durante el primer trimestre del
embarazo.
También existe un pequeño riesgo de infectar al bebé si contraes la infección unos pocos meses
antes de quedar embarazada. Si sabes que has contraído la infección recientemente, es buena
idea, según algunos expertos, que esperes 6 meses antes de intentar quedar embarazada.

5.2.- ¿Cómo se transmite la toxoplasmosis?


Los expertos creen que alrededor del 50 por ciento de las infecciones de toxoplasmosis se
producen por comer carne infectada cruda o poco cocinada. No obstante, también puedes contraer
el parásito de otras formas, como por ejemplo, si comes frutas o vegetales frescos contaminados,
bebes agua contaminada, o tocas tierra contaminada, arena de la caja de un gato o carne que esté
infectada     y      después    te    tocas     la     boca,     la    nariz     o    los     ojos.
La toxoplasmosis no se puede transmitir de persona a persona, salvo en el caso de la transmisión
de madre a hijo durante el embarazo o a través de una transfusión de sangre infectada o de un
transplante de un órgano de una persona infectada.

5.3.- ¿Tengo que deshacerme de mi gato?


No. Seguramente habrás oído decir que las heces de un gato son una fuente importante de
toxoplasmosis, pero eso no quiere decir que tienes que deshacerte de tu gato. Pero sí que tendrás
que                 observar              algunas                precauciones                extra.
Los felinos son un refugio natural para este parásito, que se reproduce en sus intestinos. Un gato
puede infectarse con toxoplasmosis al comer presas infectadas o carne que no se ha cocinado lo
suficiente, o al beber leche no pasteurizada o agua contaminada. Los parásitos formas ooquistes
en la tripa del gato y el gato excreta millones diariamente durante un periodo de hasta 3 semanas
después de haberse infectado. (Los ooquistes no se pueden apreciar a simple vista, por lo que
probablemente      no      tendrás       ni     idea           de     que     tu       gato            está         enfermo.)
Los ooquistes se vuelven infecciosos alrededor de 24 horas después de haber sido excretados.
Bajo las condiciones idóneas, pueden vivir en la tierra, la arena o la caja de arena del gato y seguir
siendo infecciosos hasta 18 meses. Durante este tiempo se esparcen, contaminando el agua, la
fruta y los vegetales e infectando a las especies de sangre caliente que los comen, incluidos los
seres                                                                                                               humanos.
Así que, aunque es posible infectarse con ooquistes que tienen toxoplasma a partir del contacto
directo con las heces de un gato (por ejemplo, al limpiar la caja de arena de un gato que se ha
infectado recientemente), también puedes estar expuesta a ooquistes en otro lugar (por ejemplo, al
trabajar en el jardín, al comer vegetales sin lavar o al beber agua contaminada).

5.4.- ¿Cómo puedo evitar infectarme si tengo un gato en casa?


Aquí    tienes   algunas      pautas     que        te   serán        de    utilidad        si        tienes    un      gato:


• Haz que otra persona limpie su caja de arena, y que lo haga a dirario. Esto reduce el riesgo de
infección porque los ooquistes no son infecciosos las primeras 24 horas después de haber sido
excretados. Si no tienes otra alternativa que hacerlo tú misma, utiliza guantes desechables y
después lávate bien las manos. Algunos expertos incluso sugieren utilizar una máscara en caso de
que     alguna    partícula    sea       transportada          por     el   aire       al         mover        la     arena.


• Para evitar que tu gato se infecte mientras estás embarazada, aliméntalo con comida especial
para gatos o con restos de comida bien cocidos, nunca con carne cruda o poco hecha.


• Mantén a tu gato dentro de tu casa, de manera que no cace presas que puedan estar infectadas,
como por ejemplo, ratones o pájaros. (De todos modos, recuerda que es posible que el gato atrape
un               ratón                   dentro                       de                         la                    casa.)


• Mantén al gato lejos del mostrador de la cocina y de la mesa en donde comes.


• Si bien es poco probable que el gato tenga parásitos en el pelo, es aconsejable que te laves las
manos      después       de      jugar        con        él,        especialmente           antes          de         comer.


• No traigas un gato nuevo durante tu embarazo ni juegues con gatos de la calle.
5.5.- ¿Qué riesgos corro al comer carne?


Aunque los gatos son los únicos animales que transmiten este parásito a partir de sus heces, otras
especies infectadas albergan el parásito en sus tejidos de forma permanente, en los llamados
"quistes de tejidos". La carne de cerdo, de cordero y de presas de caza son las que albergan este
parásito con más frecuencia, pero cualquier tipo de carne puede estar infectada, por lo que
siempre             debe              cocinarse           y              manipularse                adecuadamente.
El calor mata a los parásitos, pero si comes carne cruda o poco cocida (o la tocas y después te
tocas la boca, la nariz o los ojos), puedes infectarte con estos quistes de tejidos.


Aquí       tienes     las      pautas      para       preparar      la      carne       de      forma      segura:


• Congela la carne unos días antes de cocinarla. Esto reducirá las posibilidades de una infección,
aunque                 no                las              eliminará                    por               completo.


• Cocina bien la carne. Esta es la única forma de asegurarse de eliminar la toxoplasmosis. Utiliza
un termómetro de alimentos para verificar la temperatura interna de la carne. La mayoría de las
carnes se deben cocinar a una temperatura de 160 grados Fahrenheit (71 Celsius), o 180 grados F
en el interior del muslo en el caso de la carne de ave (82 grados C). Si no tomas la temperatura de
la carne, cocínala hasta que desaparezca el color rosado del medio. No pruebes la carne que estás
cocinando              antes              de            que               esté               bien           cocida.


• Evita la carne curada en sal o ahumada, como el salami y el prosciutto, a menos que primero los
calientes hasta que humeen. Por ejemplo, no hay riesgo si se cocinan en una pizza. Tampoco
comas carnes secas como el charqui, ya que pueden no haber recibido suficiente calor durante el
proceso de secado.

5.6.- ¿Qué otras cosas puedo hacer para evitar una infección?


Aquí                tienes               otras                 medidas                 de                seguridad:


• No bebas leche que no esté pasteurizada o comas alimentos hechos con leche no pasteurizada y
evita                            comer                               huevos                                 crudos.


•       Lava    o     pela      las     frutas    y      los      vegetales      antes         de      consumirlos.


• Lava con agua caliente y jabón los mostradores de la cocina, las tablas de cortar, los platos, los
utensilios de cocina y tus propias manos después de que hayan estado en contacto con carnes,
aves                              o                              mariscos                                 crudos.


• No te toques la boca, la nariz ni los ojos mientras estés preparando la comida y lávate siempre las
manos antes de comer. Utiliza guantes desechables si tienes heridas en las manos, para que no
estén      en        contacto    con       posibles        fuentes       de     exposición       al      parásito.


•   Mantén      la    comida     alejada    de   las       moscas    y    de    las   posibles        cucarachas.


• Evita el agua contaminada. Utiliza agua envasada cuando vayas de campamento o viajes a
países                      en                    vías                         de                      desarrollo.


• Utiliza guantes cuando trabajes en el jardín y no te toques la boca, la nariz ni los ojos con las
manos hasta que te las hayas lavado bien, ya que en el jardín pueden haber restos de heces de un
gato                                                                                                    infectado.


• Evita los areneros públicos y cubre el arenero de tus hijos cuando no lo estén usando.
Probablemente tu hijo no contraiga la toxoplasmosis y, en caso de que sí se enferme, tú no puedes
contagiarte de él. No obstante, tú debes evitar el contacto con la arena, ya que puede contener
heces de un gato infectado.

5.7.- ¿Cómo sabré si tengo toxoplasmosis?


Si no te haces ningún análisis, probablemente no sabrás que tienes la infección, ya que la gran
mayoría de la gente no presenta ningún síntoma. En caso de que sí tengas síntomas, los más
frecuentes son: inflamación de los ganglios linfáticos del cuello sin dolor y otros síntomas por lo
general leves como dolores musculares, fatiga, dolor de cabeza, fiebre y posiblemente dolor de
garganta                                               o                                               sarpullido.
A veces es posible sospechar la presencia de toxoplasmosis cuando, en una ecografía prenatal, se
observan ciertas anomalías fetales. No obstante, la mayoría de los bebés infectados no muestran
ninguna anormalidad.

5.8.- ¿Me harán pruebas para saber si soy inmune a la toxoplasmosis o si tengo la
infección?


Los análisis de sangre pueden detectar la presencia de anticuerpos de la toxoplasmosis, los cuales
indican inmunidad o bien una infección reciente. Sin embargo, los expertos no se ponen de
acuerdo acerca de si es necesario someter a las mujeres embarazadas a estas pruebas de forma
sistemática.
En los Estados Unidos, en donde la enfermedad no es muy común, algunos temen que si todas las
mujeres embarazadas tuvieran que hacerse estos estudios, la cantidad de resultados positivos
falsos sería muy grande, lo cual generaría demasiada ansiedad e importantes gastos de
seguimiento. Otros argumentan que, si bien la toxoplasmosis congénita es bastante poco
frecuente, las consecuencias pueden ser terribles, y por eso se manifiestan a favor de hacer
análisis prenatales a todas las mujeres, análisis neonatales a todos los bebés, o ambos estudios.


El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG por sus siglas en inglés) no
recomienda hacer estudios a las mujeres embarazadas, salvo en el caso de aquellas mujeres que
tienen VIH positivo o si se sospecha la presencia de una infección. Por el contrario, en Francia,
donde la enfermedad es más común, se hacen análisis a todas las mujeres, y a aquellas que no
son   inmunes      se   les   efectúan   análisis   mensuales     durante    todo    el   embarazo.


Pídele a tu médico que te informe acerca de las ventajas y desventajas para que después tomen
juntos la decisión más apropiada en tu caso. Asegúrate también de llamar a tu médico si tienes los
ganglios inflamados u otros síntomas que te hagan sospechar que has contraído la infección.


Si hubiese indicios de que estás infectada, te harán un análisis de sangre para medir los niveles de
dos anticuerpos. En base a los resultados, puede que sea necesario hacerte un nuevo análisis en
dos o tres semanas y enviarlo a un "laboratorio de referencia" de toxoplasmosis. Esto se hace para
confirmar los resultados iniciales y para que sea más fácil precisar la fecha en la que te podrías
haber infectado.

5.9.- ¿Qué sucederá si contraigo toxoplasmosis?


Si los resultados indican que contrajiste toxoplasmosis durante el embarazo, tu médico comenzará
a tratarte con un antibiótico que reduzca el riesgo de que transmitas la enfermedad a tu bebé. Y
como no todas las infecciones maternas se transmiten al bebé, quizás te harán una amniocentesis
para determinar si el bebé también tiene la infección. (El laboratorio realizará un análisis de ADN
especial del líquido amniótico para verificar la presencia del parásito de la toxoplasmosis.) También
te realizarán una serie de ultrasonidos (ecografías) durante el embarazo para constatar que no
haya anomalías en la gestación.

5.10.- ¿Qué puede suceder si mi bebé contrae toxoplasmosis y qué tratamiento recibirá?


Las consecuencias que puede sufrir el bebé pueden ser de leves a graves y la infección puede
causar un aborto espontáneo, la muerte del bebé al nacer o fallecimiento al poco tiempo del
nacimiento.
La toxoplasmosis congénita puede afectar el cerebro de la criatura, causando problemas
estructurales y neurológicos, como por ejemplo retrasos mentales o trastornos motrices, parálisis
cerebral                                           y                                           epilepsia.
También es posible que afecte otros órganos, generalmente los ojos, provocando alteraciones
visuales y, en algunos casos, ceguera.

5.11.- Si mi bebé padece la infección, ¿presentará síntomas al nacer?


Algunos bebés tienen síntomas de toxoplasmosis al nacer, incluyendo hepatomegalia (aumento del
tamaño del hígado) e ictericia, esplenomegalia (aumento del tamaño del bazo), bajo recuento de
plaquetas, sarpullido, infección cardiaca o pulmonar y adenopatía (aumento del tamaño de los
ganglios                                                                                   linfáticos).
Sin embargo, la gran mayoría de los bebés que sufren de toxoplasmosis congénita, especialmente
aquellos infectados en la última etapa del embarazo, parecen normales al nacer pero, después de
meses      o   incluso   después   de    muchos    años,   pueden   desarrollar    problemas     graves.
Por esta razón y porque el tratamiento eficaz para los bebés reduce el avance de la enfermedad,
algunos expertos creen que se les deberían hacer estudios de toxoplasmosis a todos los bebés de
los Estados Unidos. En la actualidad, sólo Massachusetts y New Hampshire lo hacen de forma
sistemática.
Si el análisis que le hacen a tu bebé al nacer da positivo, lo tratarán con antibióticos durante
aproximadamente un año, incluso si no presenta síntomas. Se le realizarán exámenes especiales
de audición y de vista, una ecografía o una tomografía axial computerizada (TAC) de la cabeza y
otras pruebas que se consideren necesarias. Las investigaciones muestran que, si bien el
tratamiento después del nacimiento no puede revertir todo el daño producido con anterioridad al
mismo, se logrará disminuir mucho el riesgo que corre el bebé de desarrollar nuevos problemas
durante la infancia y al crecer.




6.- Varicela

Es una enfermedad infecciosa y altamente contagiosa que se transmite de persona a persona por
el contacto directo o a través del aire cuando una persona infectada tose o estornuda. Una persona
con varicela es contagiosa desde 1 a 2 días antes de que aparezca la erupción hasta que las
ampollas formen costras. Toma de 10 a 21 días después de que ocurra el contacto con la persona
infectada            para          que            la         varicela         se          manifieste.
Si una mujer embarazada contrae la varicela durante el primer trimestre del embarazo o a
principios del segundo trimestre, existe una pequeña posibilidad (0.4 – 2.0%) de que el bebé nazca
con un defecto de nacimiento conocido como síndrome de varicela congénita. Esto significa que el
bebé presentará atrofia de las extremidades y cicatrices en la piel. En ocasiones, se presentan
problemas del sistema nervioso central y anomalías en los ojos.

6.1.- ¿Es peligroso estar expuesta a la varicela durante el embarazo?


Depende. Si ya tuviste varicela antes, probablemente seas inmune (no puedes volver a contraer la
enfermedad), así que no debes preocuparte demasiado. Hasta un 95% de los adultos en los
Estados Unidos es inmune a la varicela, lo que incluye a muchas personas que tuvieron varicela
sin                                                                                             enterarse.
Si recibiste la vacuna contra la varicela (disponible en los Estados Unidos desde 1995),
probablemente también seas inmune. Sin embargo, en Latinoamérica las campañas de vacunación
de            la          varicela             no            son               tan              comunes.
Una dosis única de la vacuna contra la varicela (que era la dosis estándar en Estados Unidos en
1995) previene la varicela por completo en el 80 a 85% de las personas vacunadas y en el resto
previene un caso grave de varicela. Desde entonces, la investigación ha demostrado que una
segunda dosis ofrece mayor protección, por lo que los Centros de Control y Prevención de
Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) ahora recomiendan administrar
dos          dosis        de          la            vacuna         contra             la         varicela.
Como muchos adultos son inmunes, no muchas mujeres embarazadas se enferman de varicela; se
estima que se dan entre 1 y 7 casos por cada 10.000 embarazos en los Estados Unidos. Pero si no
eres inmune y te enfermas de varicela durante el embarazo podrías sentirte bastante mal y hay
una pequeña posibilidad de que contagies a tu bebé. Si no estás segura de ser inmune, lo puedes
averiguar con un simple análisis de sangre.

6.2.- ¿Qué le puede suceder a mi bebé si me contagio de varicela durante el embarazo?


Hay muchas posibilidades de que no le suceda nada malo, pero la cantidad de semanas que llevas
de         embarazo        es        un        factor        a         tener               en     cuenta.
Si te contagias de varicela durante el primer o segundo trimestre del embarazo, hay un riesgo muy
pequeño (menos del 1.5 por ciento aproximadamente) de que el bebé padezca lo que se conoce
como síndrome de varicela congénita. El riesgo es mayor (alrededor del 2 por ciento) si contraes
varicela      entre       las        semanas          13      y        20            del        embarazo.


La varicela congénita se caracteriza por defectos de nacimiento y los más comunes son cicatrices
en la piel, malformaciones de las extremidades, microcefalia (cabeza anormalmente pequeña) y
problemas de visión. Además, un bebé con síndrome de varicela congénita también puede sufrir de
crecimiento lento en el útero y padecer convulsiones y discapacidades de desarrollo motriz o
mental. La infección también puede aumentar el riesgo de aborto o muerte fetal tardía.


Si te contagias de varicela, te realizarán un ultrasonido para buscar indicios de anomalías u otros
problemas en el bebé y como mínimo, un ultrasonido de seguimiento más adelante para ver cómo
está. También tienes la opción de recurrir a un asesor genético para hablar sobre los riesgos de tu
caso en particular y decidir cómo quieres proceder.

6.3.- ¿Está mi bebé en riesgo si contraigo varicela cerca de mi fecha de parto?


Si te contagias de varicela a principios del tercer trimestre del embarazo, es muy probable que el
bebé esté bien. La razón es la siguiente: alrededor de cinco días después de contraer varicela, tu
cuerpo desarrolla anticuerpos contra el virus y los transmite al bebé a través de la placenta. De
este modo, le ofrece la protección que su propio sistema inmunitario, todavía inmaduro, no le
puede                                                                                       brindar.


Si contraes varicela de 5 a 21 días antes del parto, el bebé podría padecer varicela después del
nacimiento, pero gracias a los anticuerpos que recibió de ti, es mucho menos probable que sea
grave. Algunos bebés expuestos a la varicela en el útero no presentan síntomas de infección
cuando nacen, pero desarrollan un caso de herpes zoster (o culebrilla) durante la primera infancia,
sin haber padecido nunca antes de varicela. Afortunadamente, por lo general no es algo grave.


El momento que presenta más riesgos si te enfermas de varicela es entre los cinco días anteriores
al parto y los dos días posteriores a él, porque entonces el bebé está expuesto al virus, pero no ha
tenido tiempo de recibir tus anticuerpos antes de nacer. En este caso, tiene entre el 17 y el 30 por
ciento de probabilidad de contraer lo que se denomina varicela neonatal, o varicela del recién
nacido, que puede ser grave e incluso potencialmente mortal, especialmente si no se la trata.


Afortunadamente, el riesgo de que tu bebé padezca un caso grave de varicela puede reducirse
enormemente si se le administra inmunoglobulina contra la varicela zoster (VZIG, por sus siglas en
inglés o VariZIG, que es el nombre comercial de este producto en EE.UU.), un hemoderivado que
contiene anticuerpos de varicela. A tu bebé se le aplicará la inyección poco después de nacer si tu
varicela se manifestó durante los cinco días anteriores al parto o en cuanto se descubra la
erupción,     si     es      durante       los        dos   días      posteriores      al      parto.


Si tu bebé presenta cualquier signo de infección — como fiebre o una erupción de incluso pocas
manchas — se le administrará por vía intravenosa un medicamento antiviral llamado aciclovir.
6.4.- ¿Es la varicela más grave para mi salud si la contraigo durante el embarazo?


No está del todo claro. Pero es más arriesgado contagiarse del virus siendo adulta que de niña.
Eso se debe a que alrededor del 15 por ciento de los adultos que se contagian de la enfermedad
también desarrollan lo que se conoce como neumonía por varicela, que puede ser grave e incluso
potencialmente                                                                              mortal.
En las mujeres embarazadas, a esta complicación se la relaciona con índices más altos de parto
prematuro. El riesgo de desarrollar una neumonía aumenta si te contagias de varicela durante el
tercer trimestre. Fumar durante el embarazo también aumenta el riesgo.

6.5.- ¿Qué debería hacer en caso de estar expuesta?


Si sabes que eres inmune, no necesitas hacer nada. Si no estás segura, o piensas que no eres
inmune, comunícate con tu médico inmediatamente para realizarte un análisis de sangre y así
poder                           confirmar                       tu                         estado.
Si el análisis de sangre muestra que no eres inmune, el médico probablemente te recomiende que
te pongas una inyección de inmunoglobulina contra la varicela zoster (VariZIG) para reducir la
probabilidad      de      una      infección   grave      y     de       complicaciones     serias.
Te pueden administrar dicha inyección hasta 10 días después de haber estado expuesta a la
varicela, pero lo mejor es que te la pongan lo más pronto posible. Desgraciadamente, la inyección
no previene la infección fetal. (Nota: esta protección tiene una duración de aproximadamente tres
semanas, por lo que si estás expuesta nuevamente a la varicela más de tres semanas después de
la inyección, necesitarás otra aplicación).

6.6.- Si no soy inmune y estoy expuesta, ¿cuáles son las posibilidades de que me contagie
de varicela?


La varicela es altamente contagiosa y si no la has tenido antes y estás en contacto directo con una
persona infectada, es muy probable que te contagies. De hecho, si alguien en tu hogar tiene
varicela y no eres inmune, hay un 90 por ciento de probabilidad de que te contagies tú también.

6.7.- ¿Cuándo notaré los síntomas?


Los síntomas pueden demorarse entre 10 y 21 días a partir del contacto con una persona
infectada, si bien lo más frecuente es que percibas síntomas 14 a 16 días después de haber
estado expuesta. Durante el primer o segundo día, puedes tener síntomas leves similares a los de
la gripe, seguidos de una erupción con comezón. La erupción se inicia como pequeños granitos
rojos que se ampollan al aumentar de tamaño y finalmente se secan y quedan cubiertos por una
costra.
La notarás primero en la parte de atrás del cuello, rostro, pecho o abdomen y después aparecerán,
gradualmente, nuevas erupciones en otras partes del cuerpo. Tú puedes contagiar la varicela
desde aproximadamente 48 horas antes de que te aparezcan las primeras marcas hasta que se
hayan formado todas las costras.

6.8.- ¿Qué debería hacer si pienso que tengo varicela?


Si comienzas a experimentar síntomas y piensas que puedes tener varicela, llama a tu médico de
inmediato. Pero no vayas al consultorio sin avisar y expongas a otras mujeres embarazadas a un
contagio. Si necesitas que te vean, se harán los arreglos necesarios para que no tengas que
esperar               en          una             sala         llena           de           gente.
Si efectivamente tienes varicela, se te recetará un medicamento antiviral llamado aciclovir. Si
desarrollas síntomas de neumonía, como fiebre con respiración agitada, dolor al respirar o tos,
vuelve a llamar al médico de inmediato, porque tu condición puede empeorar con rapidez.
Si tus síntomas son aún más severos, por ejemplo, te cuesta respirar o te duele el pecho, llama al
número de emergencia de tu localidad (911 en EE.UU.). Te ingresarán en el hospital para seguirte
de cerca y tratarte con aciclovir por vía intravenosa.

6.9.- ¿Puedo ponerme la vacuna contra la varicela durante el embarazo?


No. De hecho, el CDC aconseja a las mujeres esperar un mes después de vacunarse contra la
varicela, antes de incluso intentar quedar embarazadas. Si estás embarazada y nunca has tenido
varicela, es mejor que te vacunes inmediatamente después de tener al bebé (y ponte una segunda
dosis cuatro a ocho semanas después, cuando vuelvas a ver al médico en la visita posparto). De
ese modo no tendrás que preocuparte por la varicela en tu siguiente embarazo. Sin embargo, sí
puedes ponerte la vacuna durante la lactancia.

6.10.- ¿Cómo puedo reducir el riesgo de contagiarme de varicela durante el embarazo si no
soy inmune?


Tienes que evitar el contacto con cualquier persona que tenga o pueda tener varicela. Esto incluye
a cualquier persona que no sea inmune y que haya estado en contacto con una persona infectada
en las últimas tres semanas, y a cualquier persona con síntomas parecidos a la gripe (las personas
con       varicela   son   muy   contagiosas     antes   de   la   aparición   de   la   erupción).
También necesitarás evitar el contacto con cualquier persona que tenga herpes zoster, porque
puedes desarrollarlo aunque hayas tenido varicela antes si el virus se reactiva en tu sistema.
Aunque no puedes contagiarte de herpes zoster, puedes contagiarte del virus de la varicela de
alguien                   que                   tenga                   herpes                    zoster.
Además, debido a que es más probable que te contagies de varicela de un miembro de tu familia,
el CDC recomienda que todos los niños sanos de 12 meses en adelante y los demás miembros
vulnerables en el hogar se vacunen. Esto es especialmente importante si han estado expuestos a
la varicela recientemente, porque si reciben la vacuna pocos días después de haber estado con
una persona infectada, se reduce el riesgo de contagio de la enfermedad.

6.11.- ¿Puedo contagiarme de varicela de una persona que acaba de ser vacunada?


Y si bien es posible que una persona recién vacunada transmita el virus de la vacuna contra la
varicela a otra persona, el riesgo es ínfimo. De hecho, según el reporte del CDC de 2007 sólo se
han documentado cinco casos (de cada 55 millones de dosis de la vacuna) de niños sanos que
recibieron la vacuna y transmitieron el virus a otra persona. Esta probabilidad es mucho menor que
la posibilidad de que un miembro vulnerable de tu familia se contagie del virus natural y te lo
transmita durante el embarazo.




7.- Placenta previa


La placenta se adhiere a la pared del útero (matriz) y suministra alimentos y oxígeno al bebé a
través del cordón umbilical. La placenta previa es una condición en la que la placenta yace en la
parte inferior del útero y cubre todo o parte del cuello uterino. El cuello uterino es la abertura hacia
el útero que está en la parte superior de la vagina.
La placenta previa sucede en alrededor de 1 de cada 200 embarazos. Si tiene placenta previa a
principios del embarazo, no suele ser un problema. Sin embargo, puede causar sangrado grave y
otras complicaciones más adelante en el embarazo.
Normalmente, la placenta crece en la parte superior de la pared uterina, lejos del cuello uterino. Ahí
se queda hasta que nace su bebé. Durante la última etapa del parto, la placenta se separa de la
pared del útero, y sus contracciones ayudan a empujarla hacia la vagina (canal de parto). A esto se
lo llama también expulsión o alumbramiento de la placenta.
Durante el parto, su bebé pasa por el cuello uterino hacia el canal de parto. Si tiene placenta
previa, cuando el cuello uterino comienza a ablandarse (borrarse) y a dilatarse (abrirse) para el
parto, los vasos sanguíneos que conectan la placenta con el útero pueden desgarrarse. Esto
puede causar sangrado grave durante el parto, y poner en peligro a usted y a su bebé.


7.1.- ¿Cuáles son los síntomas de la placenta previa?


El síntoma más común de la placenta previa es el sangrado indoloro de la vagina durante la
segunda mitad del embarazo. Llame a su profesional de la salud de inmediato si tiene sangrado
vaginal en cualquier momento durante el embarazo. Si sangra en grandes cantidades, acuda al
hospital.
No todas las mujeres con placenta previa tienen sangrado vaginal. De hecho, alrededor de un
tercio de mujeres con placenta previa no tienen este síntoma.


7.2.- ¿Cómo se diagnostica la placenta previa?


Por lo general se puede detectar y ubicar la placenta previa con un ultrasonido. En algunos casos,
su profesional puede usar en cambio un ultrasonido transvaginal.
Aunque no tenga sangrado vaginal, el ultrasonido de rutina del segundo trimestre puede mostrar
que usted tiene placenta previa. No se preocupe demasiado si esto sucede. La placenta previa que
se encuentra en el segundo trimestre suele arreglarse sola en la mayoría de los casos.


7.3.- ¿Cómo se trata la placenta previa?


El tratamiento depende de cuán avanzado está su embarazo, la gravedad del sangrado y la salud
de usted y su bebé. La meta es mantener el embarazo la mayor cantidad de tiempo posible. Los
profesionales recomiendan la cesárea para casi todas las mujeres con placenta previa para
prevenir el sangrado serio.
Si sangra como resultado de la placenta previa, se la deberá controlar estrechamente en el
hospital. Si las pruebas demuestran que usted y su bebé están bien, es posible que su profesional
le dé un tratamiento para tratar de mantener el embarazo lo más posible.
Si tiene mucho sangrado, se la podrá tratar con transfusiones de sangre. La transfusión de sangre
significa que le ponen sangre nueva en el cuerpo. Su profesional también podrá darle
medicamentos llamados corticoesteroides. Estos medicamentos ayudan a acelerar el desarrollo de
los pulmones y otros órganos de su bebé.
También es posible que desee que usted se quede en el hospital hasta el momento del parto. Si el
sangrado se detiene, quizás pueda regresar a su casa. Si tiene sangrado grave debido a placenta
previa en alrededor de las 34 a 36 semanas de embarazo, su profesional puede recomendar una
cesárea inmediata.
Entre las 36 y 37 semanas, su profesional podrá sugerirle una amniocentesis para verificar el
líquido amniótico alrededor de su bebé y ver si tiene los pulmones totalmente desarrollados. Si
están desarrollados, el profesional podrá recomendar una cesárea inmediata para evitar riesgos de
sangrado en el futuro.
En cualquier etapa del embarazo, podrá ser necesario la cesárea si usted tiene sangrado
peligrosamente fuerte o si usted y su bebé están teniendo problemas.
7.4.- ¿Qué causa la placenta previa?


No sabemos qué causa la placenta previa. Sin embargo, quizás corra un riesgo más alto de tener
placenta previa si:


          Fuma cigarrillos.
          Consume cocaína.
          Tiene más de 35 años.
          Estuvo embarazada antes.
          Está embarazada de mellizos, trillizos o más.
          Ha tenido una cirugía en el útero, incluyendo una cesárea o un D&C (dilatación y raspado).
          En el procedimiento D&C un médico saca tejido del revestimiento del útero de la mujer.
          Algunas mujeres tienen D&C después de un aborto espontáneo.


Si tuvo placenta previa antes, ¿qué probabilidades hay de que la tenga otra vez?
Si ha tenido placenta previa en un embarazo anterior, las probabilidades de que le suceda otra vez
son de 2 a 3 de cada 100 (2 a 3 por ciento).


7.5.-     ¿Cómo        puede      reducir    su     riesgo    de     tener     placenta     previa?


No sabemos cómo prevenir la placenta previa. Pero quizás pueda reducir el riesgo al no fumar ni
usar cocaína. También es posible que pueda reducir las probabilidades de la placenta previa en
embarazos futuros si se hace una cesárea sólo por motivos médicos. Si su embarazo es sano y no
hay motivos médicos para que tenga una cesárea, es mejor esperar a que el parto comience por sí
solo. Cuantas más cesáreas tenga, mayor será su riesgo de placenta previa.




8.- Estreptococo del grupo B


El estreptococo del grupo B es un tipo de bacteria que mucha gente tiene en el tracto intestinal. La
bacteria también puede estar en o "colonizar" tu vagina, desde donde puede infectar a tu bebé
durante                                            el                                          parto.
Aproximadamente entre el 10 y el 30 por ciento de las mujeres embarazadas son portadoras de la
bacteria en la vagina o el recto y el área circundante. Por lo general el estreptococo del grupo B es
inofensivo en los adultos sanos, pero puede causar un bebé mortinato (que nace muerto) o
infecciones                    serias                   en               los                  bebés.
Ten en cuenta que aunque el estreptococo del grupo B puede transmitirse a través de una relación
sexual, no se considera una infección de transmisión sexual porque tu área genital puede
infectarse a partir de bacterias que viven en tu propio tracto gastrointestinal. Tampoco es lo mismo
que la infección de garganta por estreptococo, causada por el estreptococo del grupo A.

8.1.- ¿Por qué debo hacerme una prueba del estreptococo del grupo B?


Hacerte una prueba del estreptococo del grupo B a finales del embarazo (y recibir tratamiento con
antibióticos durante el parto si eres portadora de la bacteria) reducirá enormemente el riesgo de
que                         tu                   bebé                   se                     infecte.
Por este motivo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos
(CDC por sus siglas en inglés), la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) y el Colegio
Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) recomiendan que todas las mujeres
embarazadas —con dos excepciones— se hagan una prueba rutinaria de estreptococo del grupo B
entre                 las                  semanas                 35           y                  37.
Las dos excepciones son: mujeres que han tenido un hijo con una infección producida por el
estreptococo del grupo B y mujeres a quienes se les detecta el estreptococo del grupo B en la
orina durante el embarazo. Estas mujeres no necesitan hacerse el estudio, porque ya se sabe que
el      riesgo   es    alto      y    se   las   tratará   automáticamente   durante      el    parto.
Antes de que se les hiciera rutinariamente la prueba a todas las mujeres embarazadas y se
aplicara el tratamiento en caso necesario, aproximadamente entre 2 y 3 bebés cada 1.000
nacimientos sufrían lo que se denomina estreptococo del grupo B de aparición temprana. Esta
enfermedad aparece en la primera semana de vida (con más frecuencia en las primeras 24 horas
después del nacimiento), y puede ser mortal. Ahora hay alrededor de 0.35 casos cada 1.000
nacimientos.

8.2.- ¿Cuáles son las consecuencias del estreptococo del grupo B de aparición temprana?


El estreptococo del grupo B de aparición temprana puede causar septicemia (una infección en la
sangre), neumonía y meningitis en los recién nacidos. Algunos de estos bebés, especialmente
aquellos que contraen meningitis, tendrán problemas de salud a largo plazo, tales como pérdida de
la audición o la visión, parálisis cerebral o discapacidades en el desarrollo, y alrededor del 5 por
ciento                                           no                                       sobrevivirá.
Los bebés prematuros tienen un índice de supervivencia menor que los bebés que nacen a
término, y aquellos que sobreviven tienen mayor riesgo de padecer problemas a largo plazo a
causa                                de                       la                       enfermedad.
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EnfermedadesEmbarazo

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  • 2. ―UNIVERSIDAD NACIONAL DE CAJAMARCA‖ ESCUELA PROFESIONAL DE OBSTETRICIA ALUMNA : Shilian Chanta Aliaga DOCENTE : Alex Hernández Torres. CURSO : Métodos y técnicas de estudio. CICLO : I CAJAMARCA 2012
  • 3. El embarazo cambia la forma de ver la vida en todas las mujeres, ese tiempo en que tenemos el privilegio de llevar en nuestro vientre a nuestros hijos y protegerlos de todo. Esa época en la que ya dejamos de vivir para nosotras y lo hacemos exclusivamente para ellos. "La salud es belleza y la más perfecta salud es la más perfecta belleza."
  • 4. DEDICTORIA Esta monografía se la dedico a nuestro señor que nos regaló el don de la vida, además se lo dedico a mi madre que gracias a su esfuerzo y dedicación hoy estoy aquí. Por último y no menos importante este trabajo va dedicado a todas aquellas madres que son la base sobre las cuales se construye un hogar.
  • 5. AGRADECIMIENTO En primer lugar agradezco a Dios nuestro creador por darme un día más de vida, por acompañarme durante mis estudios, dándome inteligencia y salud. En segundo lugar, a las personas que me brindaron su apoyo incondicional, como mi madre, familiares y amigos. Y por último agradezco al profesor Álex por permitirnos realizar este trabajo.
  • 6. ÍNDICE INTRODUCCIÓN CAPITULO I: ENFERMEDADES QUE SE PRESENTAN EN EL EMBARAZO. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA OBJETIVOS HIPOTESIS JUSTIFICACIÓNES LIMITACIONES ANTECEDENTES CAPITULO II MARCO TEÓRICO 1.- Rubéola 1.1.- ¿Qué es la rubéola? 1.2.- ¿Cuáles son los riesgos que la rubéola supone para el feto? 1.3.- ¿Cómo se trata a los bebés con síndrome congénito de rubéola? 1.4.- ¿Cómo puede una mujer averiguar si es susceptible de contraer rubéola? 1.5.- ¿Se puede prevenir el síndrome congénito de rubéola? 1.6.- ¿Puede la vacuna contra la rubéola causar daños en el feto, si se administra en una fecha próxima a la concepción? 1.7.- ¿Quién más debe recibir la vacuna?
  • 7. 2.- La preeclampsia 2.1.- ¿Cuáles son las consecuencias de la preeclampsia en la salud materna y en la del bebé? 2.2.- ¿Cuáles son los síntomas? 2.3- ¿Por qué se produce? 2.4.- ¿Ser hipertensa previa al embarazo aumenta el riesgo de padecer preeclampsia? 2.5.- ¿Cuál es su tratamiento? 2.6.- ¿Cómo puedo evitarla? 2.7.- ¿Cómo se diferencia la preeclampsia de la hipertensión gestacional? 3.- Infección de las vías urinarias durante el embarazo 3.1.- ¿Qué es una infección de las vías urinarias? 3.2.- ¿Soy más propensa a la infección de las vías urinarias durante el embarazo? 3.3.- ¿Cuáles son los síntomas de una infección en la vejiga? 3.4.- ¿Cuáles son los síntomas de una infección en los riñones? 3.5.- ¿Qué sucede si tengo bacteriuria asintomática durante el embarazo? 3.6.- ¿Qué sucede si contraigo una infección en la vejiga? 3.7.- ¿Qué sucede si contraigo una infección en los riñones? 3.8.- ¿Qué puedo hacer para evitar contraer una infección de las vías urinarias?
  • 8. 4.- Hipertensión arterial durante el embarazo 4.1.- ¿Cuando se considera a una mujer como hipertensa? 4.2.- ¿Existe una caída de la presión arterial durante los primeros meses de embarazo? 4.3.- ¿Cómo debe medirse la presión arterial en la mujer embarazada? 4.4.- ¿Cómo se clasifica la hipertensión arterial durante el embarazo? 4.5.- ¿En qué se diferencian cada una de estas hipertensiones y cuál es su característica? 4.6.- Tratamiento farmacológico 5.- Toxoplasmosis 5.1.- Si me infecto de toxoplasmosis durante el embarazo, ¿se infectaría mi bebé? 5.2.- ¿Cómo se transmite la toxoplasmosis? 5.3.- ¿Tengo que deshacerme de mi gato? 5.4.- ¿Cómo puedo evitar infectarme si tengo un gato en casa? 5.5.- ¿Qué riesgos corro al comer carne? 5.6.- ¿Qué otras cosas puedo hacer para evitar una infección? 5.7.- ¿Cómo sabré si tengo toxoplasmosis? 5.8.- ¿Me harán pruebas para saber si soy inmune a la toxoplasmosis o si tengo la infección? 5.9.- ¿Qué sucederá si contraigo toxoplasmosis? 5.10.- ¿Qué puede suceder si mi bebé contrae toxoplasmosis y qué tratamiento recibirá? 5.11.- Si mi bebé padece la infección, ¿presentará síntomas al nacer?
  • 9. 6.- Varicela 6.1.- ¿Es peligroso estar expuesta a la varicela durante el embarazo? 6.2.- ¿Qué le puede suceder a mi bebé si me contagio de varicela durante el embarazo? 6.3.- ¿Está mi bebé en riesgo si contraigo varicela cerca de mi fecha de parto? 6.4.- ¿Es la varicela más grave para mi salud si la contraigo durante el embarazo? 6.5.- ¿Qué debería hacer en caso de estar expuesta? 6.6.- Si no soy inmune y estoy expuesta, ¿cuáles son las posibilidades de que me contagie de varicela? 6.7.- ¿Cuándo notaré los síntomas? 6.8.- ¿Qué debería hacer si pienso que tengo varicela? 6.9.- ¿Puedo ponerme la vacuna contra la varicela durante el embarazo? 6.10.- ¿Cómo puedo reducir el riesgo de contagiarme de varicela durante el embarazo si no soy inmune? 6.11.- ¿Puedo contagiarme de varicela de una persona que acaba de ser vacunada? 7.- Placenta previa 7.1.- ¿Cuáles son los síntomas de la placenta previa? 7.2.- ¿Cómo se diagnostica la placenta previa? 7.3.- ¿Cómo se trata la placenta previa? 7.4.- ¿Qué causa la placenta previa? 7.5.- ¿Cómo puede reducir su riesgo de tener placenta previa?
  • 10. 8.- Estreptococo del grupo B 8.1.- ¿Por qué debo hacerme una prueba del estreptococo del grupo B? 8.2.- ¿Cuáles son las consecuencias del estreptococo del grupo B de aparición temprana? 8.3.- ¿Por qué no me hacen la prueba en la primera visita prenatal y me tratan inmediatamente si sale positiva? 8.4.- ¿En qué consiste la prueba del estreptococo del grupo B? 8.5.- ¿Qué sucederá si el resultado de la prueba da positivo? 8.6.- ¿Qué sucederá si empieza el parto y los resultados aún no están disponibles? 8.7.- ¿Cuáles son los riesgos de tomar antibióticos durante el parto? 8.8.- ¿Qué tipo de seguimiento se hace una vez que nace el bebé? 8.9.- ¿Puede mi bebé infectarse después de nacer? 8.10.- ¿Se puede prevenir la aparición tardía de estreptococo del grupo B? 9.- Diabetes gestacional 9.1.- ¿Por qué se produce? 9.2.- ¿Continuará la diabetes luego del parto? 9.3.- ¿Cuál es el riesgo de padecer diabetes gestacional? 9.4.- ¿Cuáles son los riesgos en el bebé? 9.5.- ¿Cómo se diagnostica? 9.6.- ¿Cómo se lleva el control obstétrico? 9.7.- ¿Cuáles son los valores de glucemia que deben buscarse? 9.8.- ¿Cuál es el tratamiento? 9.9.- ¿Cuál es el pronóstico?
  • 11. 10.- Insuficiencia cervical (cuello uterino incompetente) 10.1.- ¿Qué es exactamente el cuello uterino o cérvix? 10. 2.- ¿Qué significa tener insuficiencia cervical? 10.3.- ¿Cómo saber si tengo insuficiencia cervical? 10.4.- ¿Quién presenta más riesgo de padecer insuficiencia cervical? 10.5.- ¿Hay algo que pueda hacer al respecto? 11.- Clamidia durante el embarazo 11.1.- ¿Cómo puede afectar la clamidia a mi embarazo? 11.2.- ¿Cuáles son los síntomas de la clamidia? 11.3.- ¿Me harán pruebas durante el embarazo para saber si tengo clamidia? 11.4.- ¿Cómo se trata la clamidia durante el embarazo? 11.5.- ¿Cómo puedo evitar contagiarme de clamidia durante el embarazo? 12.- Citomegalovirus 12.1.- ¿Puedo transmitir la infección a mi bebé si me enfermo con citomegalovirus? 12.2.- ¿Tendrá mi bebé problemas de salud si nace con la infección? 12.3.- ¿Cómo puedo infectarme de citomegalovirus? 12.4.- ¿Cómo se transmite el virus de la madre al bebé? 12.5.- ¿Cómo puedo saber si tengo citomegalovirus?
  • 12. 12.6.- ¿Qué sucederá si tengo citomegalovirus? 12.7.- ¿Cómo puedo evitar contraer citomegalovirus durante el embarazo? 13.- Quinta enfermedad (parvovirus B19) 13.1.- ¿Qué le puede suceder a mi bebé si me contagio de la quinta enfermedad mientras estoy embarazada? 13.2.- ¿Cuáles son los síntomas? 13.3.- ¿Qué debo hacer si creo que me puedo haber contagiado? 13.4.- ¿Puedo hacer algo para evitar contagiarme? 14.- Listeriosis 14.1.- ¿Cómo puede la listeriosis afectarnos a mí y a mi bebé? 14.2.- ¿Cómo me daré cuenta si tengo listeriosis? 14.3.- ¿Cómo se trata la listeriosis durante el embarazo? 14.4.- ¿Qué puedo hacer para evitar infectarme? 15.- Candidiasis vaginal 15.1.- ¿Cuáles son los síntomas? 15.2.- ¿Qué debo hacer si creo que tengo candidiasis vaginal? 15.3.- ¿Afectará la candidiasis a mi bebé? 15.4.- ¿Cómo puedo prevenir la candidiasis vaginal?
  • 13. 16.- Hepatitis A 16.1.- ¿Cómo puedo prevenir el contagio de la hepatitis A? 16.2.- ¿Cómo puedo saber si tengo hepatitis A? 16.3.- La hepatitis A y tu bebé 16.4.- Tratamiento de la hepatitis A 17.- ¿Por qué me han de hacer la prueba de la hepatitis B durante el embarazo? 17.1.- ¿Cómo podría haberme convertido en portadora del virus de la hepatitis B? 17.2.- ¿Qué sucede si el resultado de la prueba del virus de la hepatitis B da positivo? 17.3.- ¿Qué pasaría si mi bebé contrajera hepatitis B? 17.4.- ¿Quién corre mayor riesgo de contraer la hepatitis B? MARCO JURÍDICO CAPÍTULO III CONCLUSIONES BIBLIOGRAFÍA ANEXOS
  • 14. RESUMEN Enfermarse no es agradable y dependiendo del tipo de enfermedad, puede ocasionar cierta inquietud al que la padece por sus posibles consecuencias. Pero si la enfermedad ocurre durante el embarazo, la preocupación sobre sus efectos sobre el desarrollo del bebé puede producir mucha ansiedad a las futuras madres. Hay algunas enfermedades que se conocen como ―silenciosas‖ porque no presentan síntomas y pueden estar presentes antes de quedar embarazadas. Si estas enfermedades no se tratan adecuadamente, sí que pueden tener influencia sobre el desarrollo del bebé o sobre la evolución del embarazo. Las complicaciones que amenazan tu gestación pueden estar causadas por una enfermedad que la madre padecía con anterioridad o que se desarrolla durante el embarazo. En este sentido, la consulta pregestacional es de suma importancia para que el obstetra sepa de antemano a qué problemas podría enfrentarse. Te contamos cuáles son por orden de frecuencia en su presentación.
  • 15. PALABRAS CLAVE 1.- Rubéola: Enfermedad infecciosa, contagiosa y epidémica, caracterizada por una erupción semejante a la del sarampión y por infartos ganglionares. 2.- Mujer: Persona del sexo femenino. 3.- Infección: Dicho de algunos microorganismos patógenos, como los virus o las bacterias: Invadir un ser vivo y multiplicarse en él. 4.- Hipertensión: Tensión excesivamente alta de la sangre. 5.- Toxoplasmosis: Enfermedad producida por protozoos del género Toxoplasma que, contraída durante la gestación, puede ocasionar anomalías fetales. 6.- Varicela: Enfermedad contagiosa, aguda y febril, caracterizada por una erupción parecida a la de la viruela benigna, pero cuyas vesículas supuran moderadamente. 7.- Placenta: Órgano intermediario durante la gestación entre la madre y el feto, que se adhiere a la superficie interior del útero y del que nace el cordón umbilical. 8.- Estreptococo: Cada una de las bacterias de forma redondeada que se agrupan en forma de cadenita. 9.- Diabetes: Enfermedad metabólica caracterizada por eliminación excesiva de orina, adelgazamiento, sed intensa y otros trastornos generales. 10.- Desarrollo: Acrecentar, dar incremento a algo de orden físico, intelectual o moral. 11.- Clamidia: Capa corta y ligera que usaron los griegos, principalmente para montar a caballo, y que después adoptaron los romanos. 12.-: Hijo: Persona o animal respecto de su padre o de su madre. 13.- Enfermedad: Alteración más o menos grave de la salud. 14.- Virus: Organismo de estructura muy sencilla, compuesto de proteínas y ácidos nucleicos, y capaz de reproducirse solo en el seno de células vivas específicas, utilizando su metabolismo. 15.- Embarazo: Estado en que se halla la hembra gestante. 16.- Hepatitis: Inflamación del hígado.
  • 16. ABSTRAC SUMMARY To make sick is not pleasant and depending on the illness type, it can cause certain restlessness to which suffers it for their possible consequences. But if the illness happens during the pregnancy, the concern on its effects on the baby's development can produce a lot of anxiety to the expectant mothers. There are some illnesses that you/they know each other as "silent" because they don't present symptoms and they can be present before being pregnant. If these illnesses are not appropriately, yes that can have influence on the baby's development or envelope the evolution of the pregnancy. The complications that you/they threaten your gestation can be caused by an illness that the mother suffered previously or that you/he/she is developed during the pregnancy. In this sense, the consultation pregestacional is of supreme importance so that the obstetrician knows ahead of time what problems I/you/he/she could face. We count you which they are for order of frequency in their presentation. WORDS KEY 1. - rubella: Infectious, contagious and epidemic illness, characterized by an eruption similar to that of the measles and for heart attacks ganglionares. 2. - woman: Person of the feminine sex. 3. - infection: Said of some microorganisms patógenos, as the virus or the bacterias: To invade an alive being and to multiply in him. 4. - hypertension: Excessively high tension of the blood. 5. - Toxoplasmosis: Illness taken place by protozoos of the gender Toxoplasma that, contracted during the gestation, it can cause fetal anomalies. 6. - chicken pox: Contagious, sharp and feverish illness, characterized by a similar eruption to that of the benign pock, but whose vesicles fester moderately. 7. - placenta: Intermediary organ during the gestation among the mother and the fetus that he/she adheres to the interior surface of the uterus and of the one that the umbilical cord is born.
  • 17. 8. - streptococcus: Each one of the bacterias in a rounded way that group in chain form. 9. - diabetes: Metabolic illness characterized by excessive elimination of urine, weigh loss, intense thirst and other general dysfunctions. 10. - development: To increase, to give increment to something of physical order, intellectual or moral. 11. - Clamidia: It castrates short and slight that the Greeks used, mainly to mount horse, and that later the Romans adopted. 12. -: son: Person or animal regarding their father or of their mother. 13. - illness: Alteration more or less serious of the health. 14. - virus: Organism of very simple structure, made up of proteins and nucleic, and able acids of reproducing alone in the breast of specific alive cells, using their metabolism. 15. - pregnancy: State in that he/she is the female gestante. 16. - hepatitis: Inflammation of the liver.
  • 18. INTRODUCCIÓN Sé que todas las mujeres y madres estarán de acuerdo conmigo, el sentimiento maternal está en las mujeres desde el momento en que saben de la existencia de su hijo. Una madre lo es desde el momento en que empieza a imaginar la cara de su bebé, de cuidarse para él, de amarle incondicionalmente y sobre todas las cosas. Ese sentimiento es ser Madre, aunque tu bebé aún no haya nacido ya eres una madre. La mujer, principal pilar para la construcción de una familia, porque gracias a ellas todos nosotros estamos aquí viviendo, riendo, disfrutando de la vida, gracias a la mujer que luego se convierte en madre, existen grandes personajes, grandes mentes que han llevado al mundo a un gran desarrollo, al ser tan importante una madre necesita un cuidado y un especial trato para que tenga una vida saludable antes, durante y después del embarazo, por todo eso y mucho más motivos la obstetricia es muy importante porque se encarga del cuidado de tan especial ser: LA MUJER. Existen diferentes y muy variadas enfermedades y anomalías que se pueden presentar durante un embarazo y también durante el parto, por este motivo daré a conocer un poco más sobre todos estos problemas que se presentan y el tratamiento que se puede dar, además de pautas que ayudaran a prevenir estos problemas futuros, que tengo la certeza de que servirá de mucho para cada una de las madres y futuras madres. Para desarrollar este tema he necesitado buscar mucha información, analizarla e interpretarla, escoger lo más importante para tener como resultado una buena información.
  • 19. CAPITULO I: ENFERMEDADES QUE SE PRESENTAN EN EL EMBARAZO. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA: En la actualidad, la poca información que reciben las gestantes o las madres, es muchas veces la que causa que no tengan el conocimiento suficiente para evitar contraer o evitar estos problemas durante el embarazo y el parto. Por tal motivo todas las gestantes deben tener conocimiento sobre las enfermedades que se pueden originar en el embarazo y sus respectivos tratamientos, logrando que el parto sea eficaz y el bebé nazca naso y salvo.
  • 20. Cuáles son las enfermedades más frecuentes en el periodo del embarazo? ¿Cómo prevenir las enfermedades en el embarazo?
  • 21. OBJETIVO GENERAL:  Conocer profundamente las distintas enfermedades que se pueden producir durante el embarazo y su respectivo tratamiento. OBJETIVO ESPECÍFICO  Compartir toda la información recopilada.  Instruir a todas las madres gestantes para evitar futuros problemas. HIPOTESIS: Mientras mayor información se dé a las gestantes, se evitarán muchas enfermedades y complicaciones durante el embarazo y el parto, logrando que el bebé nazca saludable. JUSTIFICACIÓN La razón principal que me ha llevado a realizar este tema, ha sido ver la poca información que reciben las mujeres embarazadas y las consecuencias que le traen a su salud afectando tanto a sus bebés como a ellas. LIMITACIONES Existieron limitaciones tales como: Falta de tiempo. No decidir rápidamente el tema.
  • 22. CAPITULO II MARCO TEÓRICO: ENFERMEDADES QUE SE DAN DURANTE EL EMBARAZO Ciertas enfermedades infecciosas, aunque sean leves para la mujer, pueden suponer un importante riesgo para el desarrollo del embrión o el feto si se padecen durante el embarazo. 1.- Rubéola También llamada sarampión alemán, es una leve enfermedad de la niñez que, si es contraída por una mujer durante el embarazo, supone una grave amenaza para el feto. Durante los años 1964 y 1965, cuando se produjo un brote epidémico de rubéola, nacieron más de 20.000 bebés con defectos de nacimiento. Durante este mismo brote epidémico se produjeron por lo menos 10.000 abortos espontáneos y nacimientos de bebés sin vida. Por suerte, ya no se dan grandes brotes epidémicos de rubéola en EE.UU. Desde el año 1969, cuando fue aprobada una vacuna contra la rubéola, se vacuna a los niños de forma rutinaria para impedir la propagación de la enfermedad y proteger a las madres embarazadas susceptibles de contraerla. La mayoría de las mujeres en edad de concebir son inmunes a la rubéola, bien por haber recibido la vacuna o bien por haber padecido la enfermedad durante la niñez. Gracias al uso generalizado de la vacuna contra la rubéola, es raro que ésta cause defectos de nacimiento. Sin embargo, como todavía aparecen pequeños brotes epidémicos de rubéola, aún existe la posibilidad de que las mujeres embarazadas susceptibles a la enfermedad contraigan la infección. Dos de cada diez mujeres en edad de tener hijos son vulnerables a la rubéola. Una mujer puede proteger a su futuro hijo de los efectos de la rubéola sometiéndose a una prueba de inmunidad antes de quedar embarazada y, si no es inmune, recibiendo la vacuna. 1.1.- ¿Qué es la rubéola? La rubéola es una enfermedad leve pero altamente contagiosa causada por un virus. Se caracteriza por la erupción de la piel, la inflamación de las glándulas y, especialmente en los adultos, dolores en las articulaciones. Por lo general la erupción de la piel dura unos tres días y puede presentarse acompañada de una ligera fiebre. Otros síntomas, tales como el dolor de cabeza o de garganta y la pérdida del apetito, son más comunes en los adolescentes y adultos que contraen la infección que en el caso de los niños. A veces no se produce síntoma alguno.
  • 23. El virus que causa la rubéola es diferente del que causa el sarampión común. La inmunidad de una persona contra la rubéola no la protege contra el sarampión, como tampoco la inmunidad contra el sarampión la protege contra la rubéola. 1.2.- ¿Cuáles son los riesgos que la rubéola supone para el feto? Alrededor del 25 por ciento de los bebés cuyas madres contraen rubéola durante el primer trimestre del embarazo, nacen con uno o más defectos de nacimiento que, de manera conjunta, se denominan síndrome congénito de rubéola. Entre estos defectos se encuentran ciertos defectos de los ojos (que causan pérdida de la visión o ceguera), la pérdida de la audición, algunos defectos cardíacos, el retraso mental y, con menor frecuencia, la parálisis cerebral. Muchos niños con síndrome congénito de rubéola demoran más tiempo en aprender a caminar y a realizar ciertas tareas, pero algunos de ellos llegan a desarrollarse plenamente y no tienen problemas. A menudo, esta infección provoca abortos espontáneos y nacimientos de bebés sin vida. El riesgo de síndrome congénito de rubéola es de alrededor del uno por ciento cuando la madre contrae la infección durante las primeras semanas del segundo trimestre de gestación. Es raro que exista riesgo de que se produzcan defectos de nacimiento cuando la rubéola de la madre aparece después de transcurridas 20 semanas de embarazo. Algunos bebés infectados presentan problemas de salud que no perduran. Su peso de nacimiento puede ser bajo (menos de 5 libras y media) y pueden tener problemas de alimentación, diarrea, neumonía, meningitis (una inflamación alrededor del cerebro) o anemia. Pueden aparecer manchas de color púrpura-rojizo en sus caras y cuerpos debido a anomalías pasajeras en la sangre que pueden provocar una tendencia a sangrar con facilidad. El hígado y el bazo pueden agrandarse. Algunos bebés infectados parecen normales en el momento del nacimiento y durante su infancia. Sin embargo, es necesario realizar un seguimiento cuidadoso de todos los bebés cuyas madres padecieron rubéola durante su embarazo, porque es posible que los problemas de visión, audición, aprendizaje y comportamiento no sean evidentes hasta la niñez. Los niños con síndrome congénito de rubéola también tienen mayor riesgo de padecer diabetes, que puede desarrollarse durante la niñez o bien a edad adulta.
  • 24. 1.3.- ¿Cómo se trata a los bebés con síndrome congénito de rubéola? No hay un tratamiento específico para el síndrome congénito de rubéola. Algunos de los problemas propios del período neonatal, como las anomalías de la sangre y del hígado, generalmente desaparecen sin practicarse tratamiento alguno. Otros defectos de nacimiento, como los de los ojos o del corazón, pueden, a veces, corregirse de forma total o parcial mediante prácticas quirúrgicas realizadas a edad temprana. Los bebés con deficiencias visuales o auditivas, se benefician al asistir a programas de educación especiales que los estimulan desde pequeños y les ayudan a desarrollar destrezas de comunicación y de aprendizaje. Los niños con retraso mental también se benefician al asistir a programas de educación especial desde pequeños. Aquellos niños con múltiples discapacidades pueden necesitar de la intervención de un equipo de expertos desde muy temprana edad. 1.4.- ¿Cómo puede una mujer averiguar si es susceptible de contraer rubéola? Existe un análisis de sangre sencillo que puede determinar si una persona es o no inmune a la rubéola. El análisis comprueba si la sangre de dicha persona contiene las sustancias que luchan contra el virus (es decir, los anticuerpos). Los anticuerpos contra la rubéola son producidos por personas que han padecido la enfermedad o que han sido vacunadas contra la misma. 1.5.- ¿Se puede prevenir el síndrome congénito de rubéola? March of Dimes recomienda que todas las mujeres se sometan a una prueba de inmunidad contra la rubéola antes de quedar embarazadas y consideren ser vacunadas si no son inmunes. La vacunación servirá para prevenir la rubéola en mujeres susceptibles a contraer la enfermedad, de modo que sus futuros hijos estarán protegidos contra el síndrome congénito de rubéola. En el caso de mujeres que quedan embarazadas antes de someterse a esta prueba, se procede a realizar la prueba de inmunidad durante una de las primeras visitas prenatales. Cuando una mujer embarazada no es inmune a la rubéola, debe evitar el contacto con cualquier persona que tenga la enfermedad. No existe un tratamiento contra la rubéola que sea eficaz a durante el embarazo, como tampoco una manera eficaz de prevenir la rubéola en una mujer vulnerable que ha sido expuesta a la enfermedad. Las mujeres embarazadas que no son inmunes también deben considerar recibir la vacuna después de dar a luz, para de esa manera estar inmunizadas si quedan embarazadas en el futuro. Se puede administrar la vacuna contra la rubéola, sin riesgo alguno, a una mujer que amamanta a su hijo.
  • 25. No se recomienda administrar la vacuna durante el embarazo; y se recomienda que toda mujer que recibe la vacuna aplace sus intentos de concebir un bebé hasta, por lo menos, tres meses después de recibirla. 1.6.- ¿Puede la vacuna contra la rubéola causar daños en el feto, si se administra en una fecha próxima a la concepción? Es muy improbable que la vacuna contra la rubéola dañe a un bebé cuya madre fue vacunada poco antes de la concepción. Entre los años 1971 y 1989, los centers for Disease Control and Prevention del gobierno (CDC) estudiaron a cientos de mujeres que fueron vacunadas entre los tres meses previos y los tres meses posteriores a la concepción. En el momento de recibir la vacuna, estas mujeres no sabían que estaban embarazadas o que concibirían un bebé poco tiempo más tarde. Ninguno de los bebés nacidos de estas mujeres tuvo defectos de nacimiento similares a los que produce la rubéola. Sin embargo, los CDC siguen recomendando que una mujer posponga la concepción de un bebé durante tres meses después de recibir la vacuna porque teóricamente existe un pequeño riesgo de que el feto sufra daños. 1.7.- ¿Quién más debe recibir la vacuna? Todos los niños deben recibir la vacuna contra la rubéola a menos que exista una razón médica por la cual no deban hacerlo. La vacunación generalizada de los niños contribuye a prevenir la propagación de esta enfermedad a otras personas, especialmente a mujeres embarazadas. Por lo general, la primera dosis de la vacuna se administra entre los 12 y los 15 meses de edad, casi siempre junto con las vacunas contra el sarampión y las paperas. Esta combinación de vacunas se denomina MMR. Un niño no debe recibir la primera dosis de MMR antes de cumplir los 12 meses de edad. Esto se debe a que el bebé conserva algunos de los anticuerpos de la madre hasta alcanzar esta edad, y estos anticuerpos pueden interferir con la vacuna e impedir que ésta funcione debidamente. Suele administrarse una segunda dosis de MMR entre los 4 y los 6 años de edad, o bien a los 11 o 12 años. En la actualidad hay por lo menos 12 estados donde se exige la administración de una segunda dosis de MMR antes de que los niños entren al jardín de infancia. La vacunación de grupos de adolescentes o adultos en centros educativos, lugares de trabajo, hospitales o bases militares contribuye a prevenir los brotes epidémicos en dichas áreas. Las personas que trabajan en guarderías de recién nacidos deben vacunarse porque los bebés nacidos con rubéola son capaces de contagiar a otros durante un breve período después de nacer. Las mujeres susceptibles a la enfermedad que estén en edad de tener hijos, también deben considerar someterse a la vacuna antes de salir de EE.UU., ya que la rubéola es una enfermedad común en muchos países.
  • 26. 2.- La preeclampsia La preeclampsia, o toxemia gravídica, es una enfermedad propia del embarazo que puede afectar del 5% al 8% de las mujeres embarazadas. El diagnóstico de preeclampsia se establece cuando aparecen hipertensión arterial, edemas (retención de líquidos) junto a proteínas en la orina luego de las 20 semanas de gestación, en el momento del parto o incluso después del nacimiento. Con menos frecuencia, la preeclampsia aparece antes de las 20 semanas de embarazo, como en los casos de enfermedad trofoblástica gestacional (mola hidatiforme) o síndrome antifosfolipídico (trombofilias). La preeclampsia puede ser leve, moderada o severa, dependiendo de las cifras de presión arterial y pérdida de proteínas en la orina y su progresión puede ser muy lenta o aparecer bruscamente al final del embarazo. La enfermedad se soluciona con el nacimiento, que deberá programarse basándose en la edad gestacional y el estado de salud materno-fetal. 2.1.- ¿Cuáles son las consecuencias de la preeclampsia en la salud materna y en la del bebé? Cuanto más precoz sea la aparición de la preeclampsia, mayores serán los riesgos de la madre y del bebé. En la mayoría de los casos la preeclampsia aparece en las últimas semanas del embarazo y con un adecuado control médico obstétrico, reposo, dieta sana y supervisión de la salud del bebé, no hay riesgos importantes para la salud de la madre y el bebé. En los casos de preeclampsia severa, hay riesgos de afectación en órganos importantes maternos y alteraciones placentarias que pueden tener consecuencias importantes tanto en la madre como en la salud del bebé, incluso riesgos en la vida de ambos. Por esta razón, en casos de preeclampsia severa se aconseja el nacimiento lo más pronto posible, incluso corriendo riesgos de prematurez importante en el recién nacido. La preeclampsia se asocia a una vasoconstricción arterial, lo que provoca una disminución en la llegada de sangre a órganos maternos importantes como los riñones, hígado, cerebro y también la placenta. Como consecuencia hay una disminución de la llegada de alimentos y oxígeno al bebé que le impide un crecimiento intrauterino adecuado, favorece una disminución en el volumen de líquido amniótico, y en casos extremos puede ser causa de un desprendimiento prematuro de placenta, asociado a numerosos riesgos en la salud del bebé. La retención de líquidos o edema asociada a la preeclampsia se debe a la disminución de proteínas en la sangre y a alteraciones en los vasos capilares, que permite la salida de líquidos a los tejidos y también la eliminación de proteínas por la orina.
  • 27. Afortunadamente muy pocas veces la preeclampsia provoca convulsiones en los casos más severos con altísimo riesgo en la salud de la madre o el bebé. Este último cuadro se denomina eclampsia. La eclampsia suele ser precedida de síntomas característicos como visión borrosa, cefaleas intensas, dolores intensos en el abdomen superior y vómitos. Aproximadamente del 15 al 20% de preeclampsias se complican con otra enfermedad llamada Síndrome HELLP (de las siglas en ingles: Hemolysis, Elevated Liver enzymes, and Low Platelets). Este síndrome agrava aún más la enfermedad porque altera mucho el proceso de coagulación sanguínea. 2.2.- ¿Cuáles son los síntomas? Los síntomas iniciales de la preeclampsia pueden pasar desapercibidos debido a que se confunden con los síntomas propios del embarazo, como el aumento de peso y la retención de líquidos (edema). La forma de detectarla es mediante el control de la presión arterial en todas las consultas prenatales y un estudio en orina para detectar proteínas (proteinuria). Por esta razón es fundamental un buen control obstétrico y asistir a todas las consultas. Se considera hipertensión arterial cuando tu presión sistólica es mayor de 140 mm. y la diastólica de más de 90mm. hg. Es normal que la presión varíe a lo largo del día, por lo cual se necesitan tres controles de presión arterial por encima de los valores normales para considerar hipertensión arterial. El test en la orina se realiza con una tira reactiva, similar al test de embarazo casero, que se sumerge en la orina. El resultado también puede variar durante el día, por lo que si se sospecha que puede haber un problema deberás recoger la orina durante 24 hs. para realizar el test nuevamente. Debes tener en cuenta que la preeclampsia puede aparecer en el intervalo entre tus consultas prenatales, por lo cual debes estar atenta a los síntomas iniciales: Aumento de peso de más de 2 kg. en una semana. Hinchazón de cara, párpados, manos, pies o tobillos. Alteraciones en la visión: Visión borrosa, doble, ver estrellitas luminosas, intolerancia a la luz. Dolores abdominales intensos, vómitos o náuseas importantes. Cefaleas intensas y persistentes.
  • 28. 2.3- ¿Por qué se produce? Se desconoce el mecanismo final de la aparición de esta enfermedad. Se especula que pude existir una predisposición genética hereditaria acerca de una intolerancia inmunológica al embarazo, pero son teorías que todavía no se han confirmado. Sí se sabe que esta enfermedad es más frecuente en mujeres que padecen de hipertensión arterial, diabetes, en casos de enfermedades de la coagulación previas (trombofilias), enfermedades autoinmunes, como el lupus eritematoso, embarazos múltiples, ser madre primeriza o en los extremos de la vida fértil. También si en embarazos anteriores has tenido preeclampsia antes de cumplir las 30 semanas de embarazo tendrás un 40% de riesgo de desarrollarla nuevamente en otro embarazo. 2.4.- ¿Ser hipertensa previa al embarazo aumenta el riesgo de padecer preeclampsia? Si tienes presión arterial elevada previa al embarazo o durante la primera mitad de tu embarazo se te diagnosticará una hipertensión crónica. Si este fuera el caso se te realizarán controles obstétricos más frecuentemente y se controlará muy de cerca tu presión arterial y el crecimiento de tu bebé. Seguramente recibirás una medicación específica y una dieta lo más saludable posible asociada con más horas de reposo del habitual. 2.5.- ¿Cuál es su tratamiento? El tratamiento dependerá del grado de severidad de la preeclampsia y de la edad gestacional. En general se indica inicialmente internación para realizar un estudio completo materno-fetal que incluye laboratorio en sangre y orina, electrocardiograma materno, ecografías, doppler obstétrico y monitoreo fetal. Si la enfermedad es leve y estás en tu semana 37 o más, seguramente se indique una inducción del parto, que es lo único que previene complicaciones más severas. En casos donde se sospecha que el bebé no va a soportar el parto se indica directamente una cesárea. Si todavía no has llegado a la semana 37 del embarazo, la enfermedad es leve y no hay afectación del bebé, seguramente se indique reposo, dieta, medicación anti-hipertensiva y un control estricto de la salud fetal. El reposo es uno de los pocos tratamientos que ha demostrado su eficacia en la mayoría de las preeclampsias leves. No es necesario un reposo en cama 24 hs. porque aumentaría el riesgo de trombosis venosa en miembros inferiores (coágulos de sangre venosos). Deberás realizar controles de presión arterial frecuentes (al menos una vez al día), estudios de sangre y control de proteinuria, además de los controles del bebé: ecografía, monitoreo, Doppler,
  • 29. etc. Si la enfermedad avanza, seguramente requieras internación y adelantamiento del parto. El tratamiento más frecuente para la preeclampsia durante la internación es la administración de sulfato de magnesio endovenoso, asociado con drogas anti-hipertensivas si no se logra normalizar la presión arterial. En casos severos esta medicación debe continuarse después del parto para prevenir complicaciones como la eclampsia post parto (convulsiones). 2.6.- ¿Cómo puedo evitarla? Al no saberse la causa final de esta enfermedad no se puede realizar un tratamiento preventivo completo. Algunos estudios indican que bajas dosis de aspirina y la suplementación con calcio podrían ayudar a prevenir e incluso tratar la enfermedad. Otros estudios demostraron que las mujeres que tomaron vitamina C y E tienen una tasa menor de padecerla. La mejor manera de prevenir esta enfermedad es realizar un adecuado control prenatal y estar alerta ante cualquier síntoma que pudiera aparecer para consultar lo antes posible con tu médico y comenzar el tratamiento adecuado. 2.7.- ¿Cómo se diferencia la preeclampsia de la hipertensión gestacional? Cuando la hipertensión arterial aparece después de la semana 20 de gestación pero no hay proteinuria (proteínas en la orina) se denomina hipertensión gestacional o hipertensión inducida por el embarazo. Si posteriormente se detectan proteínas en la orina el diagnóstico cambia a preeclampsia. El 25% de las mujeres que fueron diagnosticadas primeramente como hipertensas gestacionales desarrollarán posteriormente preeclampsia. En general la presión vuelve a la normalidad después del parto pero si no desaparece después del nacimiento, generalmente se debe a que ya existía una enfermedad hipertensiva previa a la gestación no diagnosticada por falta de control médico previo o porque no se detectó durante el embarazo, ya que dentro de la última etapa del primer trimestre y la mayor parte del segundo la presión arterial usualmente disminuye, escondiendo de esta forma la hipertensión crónica de base. 3.- Infección de las vías urinarias durante el embarazo 3.1.- ¿Qué es una infección de las vías urinarias? La mayoría de las personas utilizan la frase infección de las vías urinarias o infección urinaria para referirse a una infección en la vejiga y a sus síntomas típicos, como la necesidad de orinar
  • 30. frecuentemente y quemazón al orinar. Esta condición, que también se conoce como cistitis, es bastante común entre mujeres sexualmente activas que tienen entre 20 y 50 años. Pero no incluye todas las formas de una infección de las vías urinarias. De hecho, puedes tener una infección en cualquier parte de las vías urinarias, las cuales comienzan en los riñones, donde se produce la orina. Continúan a través de unos conductos denominados uréteres hasta la vejiga, en donde la orina se acumula hasta que te encuentras lista para orinar. Y finalizan en la uretra, un conducto corto que transporta la orina fuera del cuerpo. Se produce infección cuando las bacterias de tu piel, vagina o recto entran en tu uretra y se desplazan hacia arriba. A menudo las bacterias se detienen en la vejiga y se multiplican allí, causando una inflamación y los típicos síntomas de la cistitis descritos arriba. Pero las bacterias también pueden desplazarse desde tu vejiga, a través de los uréteres, hasta uno de tus riñones o los dos, causando una infección allí. Una infección en los riñones, también llamada pielonefritis, es la complicación médica grave más común durante el embarazo. Esta infección puede extenderse a tu corriente sanguínea y poner tu vida en peligro. Una infección en los riñones también puede tener consecuencias graves para tu bebé. Aumenta el riesgo de que tengas un parto prematuro o un bebé que nazca con bajo peso, y se ha asociado con un mayor riesgo de muerte fetal o muerte al nacimiento. También puedes tener bacterias en tus vías urinarias y no presentar ningún síntoma. Esto se conoce como "bacteriuria asintomática". Cuando no estás embarazada, esta condición generalmente no causa problemas y a menudo desaparece por sí sola. Durante el embarazo, sin embargo, si no se trata la bacteriuria asintomática puede aumentar tu riesgo de desarrollar infección en los riñones. También se asocia con parto prematuro y bajo peso al nacer. Ésta es una de las razones por las que siempre que vas a tu visita prenatal te hacen un análisis de orina. 3.2.- ¿Soy más propensa a la infección de las vías urinarias durante el embarazo? No está del todo claro que el embarazo aumente el riesgo de que contraigas una cistitis, y existen bastantes estudios que indican que el embarazo no te hace más propensa a tener bacteriuria asintomática. Sin embargo, el embarazo sí que aumenta el riesgo de desarrollar una infección en los riñones. Ésta es la razón: Durante el embarazo, el alto nivel de la hormona progesterona relaja el tono muscular de los uréteres (los tubos que comunican los riñones y la vejiga), y esto los dilata y hace más lento el flujo de la orina. Además el útero, que cada vez está más grande, puede comprimir los uréteres lo cual dificulta el paso de la orina. Tu vejiga también pierde tono muscular durante el embarazo. Resulta más difícil vaciarla por completo cuando orinas y se vuelve más propensa al reflujo, una condición en la que parte de la orina vuelve a subir por los uréteres hacia los riñones.
  • 31. El resultado de todos estos cambios es que la orina tarda más tiempo en atravesar las vías urinarias, y esto da más oportunidad a que las bacterias se multipliquen y también facilita la ascensión de la orina hacia los riñones. Además, durante el embarazo tu orina es menos ácida y es más propensa a contener glucosa, y ambas cosas aumentan el potencial de crecimiento de las bacterias. 3.3.- ¿Cuáles son los síntomas de una infección en la vejiga? Los síntomas de una infección en la vejiga o cistitis varían en cada mujer. Los más comunes incluyen: • Dolor, incomodidad o ardor al orinar y posiblemente durante las relaciones sexuales. • Molestia pélvica o dolor en la parte inferior del vientre (generalmente justo arriba del pubis). • Necesidad frecuente o incontrolable de orinar, incluso cuando hay muy poca orina en la vejiga. También puedes notar que tu orina huele mal o está turbia. Y quizás notes que tiene sangre. Puedes tener unas décimas de fiebre, pero lo más común es que tu temperatura siga siendo normal. Dado que la necesidad frecuente de orinar es común durante el embarazo, puede resultar difícil saber con certeza si tienes cistitis, especialmente si tus síntomas son leves. Si piensas que puedes tener una infección, asegúrate de llamar a tu médico para que te haga un análisis de orina y así obtener un diagnóstico definitivo. 3.4.- ¿Cuáles son los síntomas de una infección en los riñones? Si muestras señales de una posible infección en los riñones, debes buscar atención médica inmediatamente. Los síntomas a menudo se presentan de forma repentina e incluyen: • Fiebre alta (a menudo con temblores, escalofríos o sudores). • Dolor en la parte baja de la espalda o en el costado bajo tus costillas, en uno o ambos lados, o posiblemente en el abdomen. • Náuseas y vómitos. También puedes notar sangre o pus es tu orina y los síntomas de la cistitis. 3.5.- ¿Qué sucede si tengo bacteriuria asintomática durante el embarazo? La bacteriuria asintomática se ha asociado con parto prematuro y bajo peso al nacer. Y, si no se
  • 32. trata, tienes un 40 por ciento de posibilidades de desarrollar una infección en los riñones. Sin embargo, con el tratamiento adecuado tu riesgo se reduce dramáticamente, a entre el 1 y el 4 por ciento. Para saber si tienes bacterias en tus vías urinarias, tu doctor analizará una muestra de tu orina en tu primera visita prenatal, tanto si tienes síntomas como si no los tienes. Si este cultivo inicial de orina da negativo, tus posibilidades de desarrollar una infección en las vías urinarias después son pequeñas. Si tu análisis da positivo, te tratarán con antibióticos por vía oral que son seguros durante el embarazo. Tomar la dosis completa de antibióticos, que generalmente dura una semana, debería curar la infección. Al finalizar el tratamiento te harán otro análisis de orina para asegurarse de que ya no hay infección. Si no se ha curado, te tratarán con un antibiótico diferente. Deberían repetir los análisis de orina a intervalos regulares durante tu embarazo para asegurarse de que no tienes otra infección. Si la bacteriuria recurre, te tratarán de nuevo y probablemente te recetarán una dosis baja y continua de antibióticos durante el resto del embarazo para prevenir la recurrencia. 3.6.- ¿Qué sucede si contraigo una infección en la vejiga? Si contraes una infección en la vejiga (cistitis) durante el embarazo te tratarán de forma similar, aunque quizás durante menos días. Los antibióticos probablemente te aliviarán los síntomas con rapidez, pero es fundamental que termines el tratamiento para poder eliminar todas las bacterias que se encuentran en las vías urinarias. Después del tratamiento, te realizarán un nuevo análisis para que no queden dudas de que la infección ha desaparecido. Luego te deberían hacer pruebas a intervalos regulares durante todo el embarazo para asegurarse de que no te has infectado nuevamente. Si las infecciones en la vejiga siguen recurriendo, puede que necesites recibir una dosis baja de antibióticos diariamente, como medida de prevención. 3.7.- ¿Qué sucede si contraigo una infección en los riñones? Si tienes una infección en los riñones durante el embarazo, te ingresarán en el hospital y te administrarán antibióticos por vía intravenosa. Se controlará tu temperatura, tu tensión arterial, pulso, respiración y capacidad de orinar; el latido del corazón de tu bebé; y si presentas alguna señal de parto prematuro. El tiempo de hospitalización debido a una infección en los riñones, varía y dependerá de tu caso particular. Si tras la evaluación inicial, durante las primeras 12 a 24 horas, se determina que tu caso no es grave y estás respondiendo adecuadamente al tratamiento y además no hay señales
  • 33. de un parto prematuro, tu doctor posiblemente decida darte de alta. El resto del tratamiento, probablemente consistirá en antibióticos orales. Sin embargo, si tu infección es grave necesitarás permanecer en el hospital para que te traten y te tengan en observación. No te dejarán salir del hospital hasta 24 a 48 horas después de que tu temperatura vuelva a su nivel normal y no presentes síntomas. Una vez hayas completado el tratamiento, te recetarán una dosis baja y continua de antibióticos durante el resto del embarazo para prevenir otra infección. Sin esta terapia diaria supresiva, corres un alto riesgo de contraer otra infección en los riñones. 3.8.- ¿Qué puedo hacer para evitar contraer una infección de las vías urinarias? Sigue estos pasos para reducir la probabilidad de contraer una infección de las vías urinarias: • Bebe mucha agua, por lo menos ocho vasos grandes de agua (aproximadamente de 8 onzas o 250 mililitros) diariamente. • No ignores las ganas de hacer pipí. Y vacía completamente la vejiga al orinar. • Después de defecar, límpiate de adelante hacia atrás para evitar que las bacterias de las heces se acerquen a la uretra. • Mantén el área genital limpia con jabón suave y agua. • Antes y después de mantener relaciones sexuales, limpia el área genital y haz pipí. • Bebe jugo de arándano (cranberry). Hay estudios que demuestran que el jugo de arándano puede reducir los niveles de bacteria y evitar que se introduzcan nuevas bacterias en las vías urinarias. Sin embargo, beber este jugo no curará una infección ya existente, de modo que si tienes síntomas, no dejes de consultar con tu médico de inmediato para que te recete antibióticos. • Evita los productos de higiene femenina (en aerosol o en polvo) y los jabones fuertes que puedan irritar la uretra y los genitales y convertirlos en un caldo de cultivo para las bacterias. Y no te des duchas vaginales durante el embarazo. 4.- Hipertensión arterial durante el embarazo La hipertensión arterial durante el embarazo es una de las complicaciones más frecuentes durante la gestación ya que se presenta del 7 al 10% de todas las mujeres gestantes. Cuando existe este cuadro durante este período se la denomina enfermedad hipertensiva del embarazo e incluye una gran diversidad de procesos que tienen como factor común la presencia de hipertensión arterial durante la gestación. Es causa de otras complicaciones tanto en la madre como en el bebé, ya que puede provocar retraso en el crecimiento intrauterino, parto prematuro, muerte intrauterina, o secuelas posnatales.
  • 34. 4.1.- ¿Cuando se considera a una mujer como hipertensa? Se considera hipertensa a toda mujer que presente cifras de presión arterial sistólica (presión máxima) por encima de 120 mm. Hg. y/o presión arterial diastólica (presión mínima) superior a 90 mm. Hg. Se llama hipertensión arterial moderada cuando las cifras tensionales se encuentran entre 120/90 y 160/110 mm Hg. e hipertensión arterial severa cuando los valores superan los 160/110 mm. Hg. 4.2.- ¿Existe una caída de la presión arterial durante los primeros meses de embarazo? En los primeros meses del embarazo existe una tendencia a la disminución de la presión arterial debido a los cambios secundarios a las hormonas placentarias, lo que puede producir en la mujer mareos y desmayos durante el embarazo. Lo más habitual durante el primer trimestre del embarazo, es la caída en la presión arterial, incluso en mujeres hipertensas previas a la gestación. Esto puede resultar peligroso ya que podría enmascarar una hipertensión arterial previa y dificultar su diferenciación con una preeclampsia sobreagregada al embarazo 4.3.- ¿Cómo debe medirse la presión arterial en la mujer embarazada? Debe medirse luego de 10 minutos de reposo, sentada y con el mango inflable del tensiómetro a la altura del corazón. En caso de detectarse hipertensión arterial debe repetirse la medición después de 4 horas de reposo para confirmarse. Muchas veces el estrés de la consulta médica puede elevar las cifras tensionales que se normalizan al cabo de unas horas. De todas formas en este último caso, la elevación suele ser solamente de la presión arterial sistólica que es la presión máxima, y no de la diastólica que es la presión mínima. 4.4.- ¿Cómo se clasifica la hipertensión arterial durante el embarazo? Existen cuatro clasificaciones de la presión arterial durante el embarazo que a continuación detallaremos: Hipertensión arterial crónica o previa al embarazo. Es la hipertensión que aparece 20 semanas antes de la gestación. Hipertensión arterial inducida por el embarazo o preeclampsia Se desarrolla como consecuencia del embarazo y en general desaparece después del parto.
  • 35. Hipertensión arterial crónica sobre la cual se agrega una preeclampsia Es la hipertensión que apareció 20 semanas antes de la gestación y que luego se complica con la hipertensión inducida por el embarazo o preeclampsia. Hipertensión arterial transitoria o gestacional La hipertensión arterial transitoria, también denominada hipertensión gestacional, es la que aparece generalmente tardíamente en el embarazo. Es leve o moderada, sin proteinuria y desaparece después del parto. 4.5.- ¿En qué se diferencian cada una de estas hipertensiones y cuál es su característica? A continuación detallamos las características de cada cuadro hipertensivo particular para diferenciarlos entre sí. Hipertensión arterial crónica o previa al embarazo Este tipo de hipertensión aparece antes de las 20 semanas de gestación y es más frecuente en mujeres multíparas (con varios partos previos). Se caracteriza por presentar cifras tensionales moderadas o severas y puede presentar o no aumento en los valores de ácido úrico en sangre. No es frecuente que presente convulsiones y puede tener o no asociación con daño renal. En cambio no produce daño hepático y no presenta trombocitopenia (disminución en el recuento de plaquetas) Hipertensión arterial crónica con preeclampsia sobreagregada Aparece antes de las 20 semanas de gestación con mas frecuencia en mujeres multíparas y se caracteriza por producir hipertensión arterial severa y aumento del ácido úrico en sangre. Este cuadro hipertensivo es peligroso ya que puede presentar convulsiones, daño renal y daño hepático, como también trombocitopenia (disminución en las plaquetas). Hipertensión arterial transitoria o hipertensión gestacional La hipertensión arterial transitoria o gestacional aparece después de las 36 semanas de gestación tanto en mujeres primigestas como multíparas. La hipertensión en general es moderada y no presenta aumento en los niveles de ácido úrico. No es frecuente que se asocie con convulsiones y no presenta daño renal, ni hepático, ni trombocitopenia (disminución de las plaquetas en sangre).
  • 36. 4.6.- Tratamiento farmacológico La mayoría de las mujeres embarazadas con hipertensión crónica leve a moderada tienen una muy baja tasa de complicaciones cardiovasculares en el trascurso del embarazo y mayoritariamente dan a luz niña a término y saludable. No obstante, las hipertensas grávidas presentan un riesgo aumentado para el desarrollo de Preeclampsia con aumento de la morbimortalidad fetal. El objetivo es pues, minimizar los riesgos tempranos de la hipertensión arterial materna y prevenir la aparición de preeclampsia evitando los tratamientos que pongan en peligro la salud fetal. Cuando la presión arterial materna alcanza o supera los niveles de 100 mm. Hg. de presión diastólica indiscutiblemente debe comenzarse el tratamiento antihipertensivo farmacológico. Es materia de discusión si los niveles inferiores de presión diastólica deben ser tratados. No hay datos disponibles y concluyentes si el tratamiento preventivo ó el refuerzo de la medicación antihipertensiva previa, antes de la mitad del embarazo previene la aparición de preeclampsia. Es indiscutible, no obstante, la necesidad de acentuar todas las medidas de monitoreo clínico materno y fetal durante todo el trascurso del embarazo. El tratamiento farmacológico de la hipertensa grávida implica el conocimiento profundo de la eficacia y los mecanismos de acción de las distintas drogas antihipertensivas y el efecto a corto plazo y largo plazo sobre la salud fetal. La única droga probadamente útil a éste respecto es la Alfa Metil Dopa en dosis de 500-2000 mgrs./día. No altera el monitoreo fetal y no se han descripto casos de teratogénesis. De todas maneras es preciso consignar que desde el punto de vista teórico, salvo los inhibidores de la enzima convertidora y la clonidina (en el primer trimestre), el resto de las drogas usualmente usadas para el tratamiento de la Hipertensión crónica no presentan contraindicaciones absolutas y no se han demostrado aumentos de la morbimortalidad fetal. Presentamos a continuación una lista de agentes antihipertensivos en consideración para su uso como alternativas ó complemetarios al uso de Alfametildopa. 5.- Toxoplasmosis Es una infección ocasionada por un parásito microscópico denominado toxoplasma gondii. Si bien la infección es generalmente una enfermedad leve, es peligrosa durante el embarazo ya que, en ocasiones, el parásito puede infectar la placenta y al bebé. Los investigadores estiman que, de más de 4 millones de nacimientos que hay en EE.UU. cada año, entre 400 y 4.000 bebés nacen con toxoplasmosis (conocida como "toxoplasmosis
  • 37. congénita"). La infección puede ser leve, o puede ser grave y tener efectos devastadores, como el nacimiento de un bebé sin vida o problemas a largo plazo. Por suerte, puedes hacer muchas cosas para evitar la infección. 5.1.- Si me infecto de toxoplasmosis durante el embarazo, ¿se infectaría mi bebé? Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) calculan que sólo alrededor del 15 por ciento de las mujeres en edad fértil son inmunes a la toxoplasmosis (es decir, no pueden contagiarse). Por suerte, son relativamente pocas las mujeres que contraen la enfermedad durante el embarazo y no todas transmiten la infección a sus bebés. Si te infectas con toxoplasmosis durante el primer trimestre, el riesgo de que tu bebé también se infecte es de aproximadamente el 15 por ciento. El riesgo aumenta a alrededor del 30 por ciento si contraes la infección durante el segundo trimestre y al 60 por ciento durante el tercero. Aunque el índice de transmisión de la infección es mayor en las últimas etapas del embarazo, la toxoplasmosis congénita es más grave cuando el bebé se infecta durante el primer trimestre del embarazo. También existe un pequeño riesgo de infectar al bebé si contraes la infección unos pocos meses antes de quedar embarazada. Si sabes que has contraído la infección recientemente, es buena idea, según algunos expertos, que esperes 6 meses antes de intentar quedar embarazada. 5.2.- ¿Cómo se transmite la toxoplasmosis? Los expertos creen que alrededor del 50 por ciento de las infecciones de toxoplasmosis se producen por comer carne infectada cruda o poco cocinada. No obstante, también puedes contraer el parásito de otras formas, como por ejemplo, si comes frutas o vegetales frescos contaminados, bebes agua contaminada, o tocas tierra contaminada, arena de la caja de un gato o carne que esté infectada y después te tocas la boca, la nariz o los ojos. La toxoplasmosis no se puede transmitir de persona a persona, salvo en el caso de la transmisión de madre a hijo durante el embarazo o a través de una transfusión de sangre infectada o de un transplante de un órgano de una persona infectada. 5.3.- ¿Tengo que deshacerme de mi gato? No. Seguramente habrás oído decir que las heces de un gato son una fuente importante de toxoplasmosis, pero eso no quiere decir que tienes que deshacerte de tu gato. Pero sí que tendrás que observar algunas precauciones extra. Los felinos son un refugio natural para este parásito, que se reproduce en sus intestinos. Un gato puede infectarse con toxoplasmosis al comer presas infectadas o carne que no se ha cocinado lo
  • 38. suficiente, o al beber leche no pasteurizada o agua contaminada. Los parásitos formas ooquistes en la tripa del gato y el gato excreta millones diariamente durante un periodo de hasta 3 semanas después de haberse infectado. (Los ooquistes no se pueden apreciar a simple vista, por lo que probablemente no tendrás ni idea de que tu gato está enfermo.) Los ooquistes se vuelven infecciosos alrededor de 24 horas después de haber sido excretados. Bajo las condiciones idóneas, pueden vivir en la tierra, la arena o la caja de arena del gato y seguir siendo infecciosos hasta 18 meses. Durante este tiempo se esparcen, contaminando el agua, la fruta y los vegetales e infectando a las especies de sangre caliente que los comen, incluidos los seres humanos. Así que, aunque es posible infectarse con ooquistes que tienen toxoplasma a partir del contacto directo con las heces de un gato (por ejemplo, al limpiar la caja de arena de un gato que se ha infectado recientemente), también puedes estar expuesta a ooquistes en otro lugar (por ejemplo, al trabajar en el jardín, al comer vegetales sin lavar o al beber agua contaminada). 5.4.- ¿Cómo puedo evitar infectarme si tengo un gato en casa? Aquí tienes algunas pautas que te serán de utilidad si tienes un gato: • Haz que otra persona limpie su caja de arena, y que lo haga a dirario. Esto reduce el riesgo de infección porque los ooquistes no son infecciosos las primeras 24 horas después de haber sido excretados. Si no tienes otra alternativa que hacerlo tú misma, utiliza guantes desechables y después lávate bien las manos. Algunos expertos incluso sugieren utilizar una máscara en caso de que alguna partícula sea transportada por el aire al mover la arena. • Para evitar que tu gato se infecte mientras estás embarazada, aliméntalo con comida especial para gatos o con restos de comida bien cocidos, nunca con carne cruda o poco hecha. • Mantén a tu gato dentro de tu casa, de manera que no cace presas que puedan estar infectadas, como por ejemplo, ratones o pájaros. (De todos modos, recuerda que es posible que el gato atrape un ratón dentro de la casa.) • Mantén al gato lejos del mostrador de la cocina y de la mesa en donde comes. • Si bien es poco probable que el gato tenga parásitos en el pelo, es aconsejable que te laves las manos después de jugar con él, especialmente antes de comer. • No traigas un gato nuevo durante tu embarazo ni juegues con gatos de la calle.
  • 39. 5.5.- ¿Qué riesgos corro al comer carne? Aunque los gatos son los únicos animales que transmiten este parásito a partir de sus heces, otras especies infectadas albergan el parásito en sus tejidos de forma permanente, en los llamados "quistes de tejidos". La carne de cerdo, de cordero y de presas de caza son las que albergan este parásito con más frecuencia, pero cualquier tipo de carne puede estar infectada, por lo que siempre debe cocinarse y manipularse adecuadamente. El calor mata a los parásitos, pero si comes carne cruda o poco cocida (o la tocas y después te tocas la boca, la nariz o los ojos), puedes infectarte con estos quistes de tejidos. Aquí tienes las pautas para preparar la carne de forma segura: • Congela la carne unos días antes de cocinarla. Esto reducirá las posibilidades de una infección, aunque no las eliminará por completo. • Cocina bien la carne. Esta es la única forma de asegurarse de eliminar la toxoplasmosis. Utiliza un termómetro de alimentos para verificar la temperatura interna de la carne. La mayoría de las carnes se deben cocinar a una temperatura de 160 grados Fahrenheit (71 Celsius), o 180 grados F en el interior del muslo en el caso de la carne de ave (82 grados C). Si no tomas la temperatura de la carne, cocínala hasta que desaparezca el color rosado del medio. No pruebes la carne que estás cocinando antes de que esté bien cocida. • Evita la carne curada en sal o ahumada, como el salami y el prosciutto, a menos que primero los calientes hasta que humeen. Por ejemplo, no hay riesgo si se cocinan en una pizza. Tampoco comas carnes secas como el charqui, ya que pueden no haber recibido suficiente calor durante el proceso de secado. 5.6.- ¿Qué otras cosas puedo hacer para evitar una infección? Aquí tienes otras medidas de seguridad: • No bebas leche que no esté pasteurizada o comas alimentos hechos con leche no pasteurizada y evita comer huevos crudos. • Lava o pela las frutas y los vegetales antes de consumirlos. • Lava con agua caliente y jabón los mostradores de la cocina, las tablas de cortar, los platos, los utensilios de cocina y tus propias manos después de que hayan estado en contacto con carnes,
  • 40. aves o mariscos crudos. • No te toques la boca, la nariz ni los ojos mientras estés preparando la comida y lávate siempre las manos antes de comer. Utiliza guantes desechables si tienes heridas en las manos, para que no estén en contacto con posibles fuentes de exposición al parásito. • Mantén la comida alejada de las moscas y de las posibles cucarachas. • Evita el agua contaminada. Utiliza agua envasada cuando vayas de campamento o viajes a países en vías de desarrollo. • Utiliza guantes cuando trabajes en el jardín y no te toques la boca, la nariz ni los ojos con las manos hasta que te las hayas lavado bien, ya que en el jardín pueden haber restos de heces de un gato infectado. • Evita los areneros públicos y cubre el arenero de tus hijos cuando no lo estén usando. Probablemente tu hijo no contraiga la toxoplasmosis y, en caso de que sí se enferme, tú no puedes contagiarte de él. No obstante, tú debes evitar el contacto con la arena, ya que puede contener heces de un gato infectado. 5.7.- ¿Cómo sabré si tengo toxoplasmosis? Si no te haces ningún análisis, probablemente no sabrás que tienes la infección, ya que la gran mayoría de la gente no presenta ningún síntoma. En caso de que sí tengas síntomas, los más frecuentes son: inflamación de los ganglios linfáticos del cuello sin dolor y otros síntomas por lo general leves como dolores musculares, fatiga, dolor de cabeza, fiebre y posiblemente dolor de garganta o sarpullido. A veces es posible sospechar la presencia de toxoplasmosis cuando, en una ecografía prenatal, se observan ciertas anomalías fetales. No obstante, la mayoría de los bebés infectados no muestran ninguna anormalidad. 5.8.- ¿Me harán pruebas para saber si soy inmune a la toxoplasmosis o si tengo la infección? Los análisis de sangre pueden detectar la presencia de anticuerpos de la toxoplasmosis, los cuales indican inmunidad o bien una infección reciente. Sin embargo, los expertos no se ponen de acuerdo acerca de si es necesario someter a las mujeres embarazadas a estas pruebas de forma sistemática.
  • 41. En los Estados Unidos, en donde la enfermedad no es muy común, algunos temen que si todas las mujeres embarazadas tuvieran que hacerse estos estudios, la cantidad de resultados positivos falsos sería muy grande, lo cual generaría demasiada ansiedad e importantes gastos de seguimiento. Otros argumentan que, si bien la toxoplasmosis congénita es bastante poco frecuente, las consecuencias pueden ser terribles, y por eso se manifiestan a favor de hacer análisis prenatales a todas las mujeres, análisis neonatales a todos los bebés, o ambos estudios. El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG por sus siglas en inglés) no recomienda hacer estudios a las mujeres embarazadas, salvo en el caso de aquellas mujeres que tienen VIH positivo o si se sospecha la presencia de una infección. Por el contrario, en Francia, donde la enfermedad es más común, se hacen análisis a todas las mujeres, y a aquellas que no son inmunes se les efectúan análisis mensuales durante todo el embarazo. Pídele a tu médico que te informe acerca de las ventajas y desventajas para que después tomen juntos la decisión más apropiada en tu caso. Asegúrate también de llamar a tu médico si tienes los ganglios inflamados u otros síntomas que te hagan sospechar que has contraído la infección. Si hubiese indicios de que estás infectada, te harán un análisis de sangre para medir los niveles de dos anticuerpos. En base a los resultados, puede que sea necesario hacerte un nuevo análisis en dos o tres semanas y enviarlo a un "laboratorio de referencia" de toxoplasmosis. Esto se hace para confirmar los resultados iniciales y para que sea más fácil precisar la fecha en la que te podrías haber infectado. 5.9.- ¿Qué sucederá si contraigo toxoplasmosis? Si los resultados indican que contrajiste toxoplasmosis durante el embarazo, tu médico comenzará a tratarte con un antibiótico que reduzca el riesgo de que transmitas la enfermedad a tu bebé. Y como no todas las infecciones maternas se transmiten al bebé, quizás te harán una amniocentesis para determinar si el bebé también tiene la infección. (El laboratorio realizará un análisis de ADN especial del líquido amniótico para verificar la presencia del parásito de la toxoplasmosis.) También te realizarán una serie de ultrasonidos (ecografías) durante el embarazo para constatar que no haya anomalías en la gestación. 5.10.- ¿Qué puede suceder si mi bebé contrae toxoplasmosis y qué tratamiento recibirá? Las consecuencias que puede sufrir el bebé pueden ser de leves a graves y la infección puede causar un aborto espontáneo, la muerte del bebé al nacer o fallecimiento al poco tiempo del
  • 42. nacimiento. La toxoplasmosis congénita puede afectar el cerebro de la criatura, causando problemas estructurales y neurológicos, como por ejemplo retrasos mentales o trastornos motrices, parálisis cerebral y epilepsia. También es posible que afecte otros órganos, generalmente los ojos, provocando alteraciones visuales y, en algunos casos, ceguera. 5.11.- Si mi bebé padece la infección, ¿presentará síntomas al nacer? Algunos bebés tienen síntomas de toxoplasmosis al nacer, incluyendo hepatomegalia (aumento del tamaño del hígado) e ictericia, esplenomegalia (aumento del tamaño del bazo), bajo recuento de plaquetas, sarpullido, infección cardiaca o pulmonar y adenopatía (aumento del tamaño de los ganglios linfáticos). Sin embargo, la gran mayoría de los bebés que sufren de toxoplasmosis congénita, especialmente aquellos infectados en la última etapa del embarazo, parecen normales al nacer pero, después de meses o incluso después de muchos años, pueden desarrollar problemas graves. Por esta razón y porque el tratamiento eficaz para los bebés reduce el avance de la enfermedad, algunos expertos creen que se les deberían hacer estudios de toxoplasmosis a todos los bebés de los Estados Unidos. En la actualidad, sólo Massachusetts y New Hampshire lo hacen de forma sistemática. Si el análisis que le hacen a tu bebé al nacer da positivo, lo tratarán con antibióticos durante aproximadamente un año, incluso si no presenta síntomas. Se le realizarán exámenes especiales de audición y de vista, una ecografía o una tomografía axial computerizada (TAC) de la cabeza y otras pruebas que se consideren necesarias. Las investigaciones muestran que, si bien el tratamiento después del nacimiento no puede revertir todo el daño producido con anterioridad al mismo, se logrará disminuir mucho el riesgo que corre el bebé de desarrollar nuevos problemas durante la infancia y al crecer. 6.- Varicela Es una enfermedad infecciosa y altamente contagiosa que se transmite de persona a persona por el contacto directo o a través del aire cuando una persona infectada tose o estornuda. Una persona con varicela es contagiosa desde 1 a 2 días antes de que aparezca la erupción hasta que las ampollas formen costras. Toma de 10 a 21 días después de que ocurra el contacto con la persona infectada para que la varicela se manifieste. Si una mujer embarazada contrae la varicela durante el primer trimestre del embarazo o a
  • 43. principios del segundo trimestre, existe una pequeña posibilidad (0.4 – 2.0%) de que el bebé nazca con un defecto de nacimiento conocido como síndrome de varicela congénita. Esto significa que el bebé presentará atrofia de las extremidades y cicatrices en la piel. En ocasiones, se presentan problemas del sistema nervioso central y anomalías en los ojos. 6.1.- ¿Es peligroso estar expuesta a la varicela durante el embarazo? Depende. Si ya tuviste varicela antes, probablemente seas inmune (no puedes volver a contraer la enfermedad), así que no debes preocuparte demasiado. Hasta un 95% de los adultos en los Estados Unidos es inmune a la varicela, lo que incluye a muchas personas que tuvieron varicela sin enterarse. Si recibiste la vacuna contra la varicela (disponible en los Estados Unidos desde 1995), probablemente también seas inmune. Sin embargo, en Latinoamérica las campañas de vacunación de la varicela no son tan comunes. Una dosis única de la vacuna contra la varicela (que era la dosis estándar en Estados Unidos en 1995) previene la varicela por completo en el 80 a 85% de las personas vacunadas y en el resto previene un caso grave de varicela. Desde entonces, la investigación ha demostrado que una segunda dosis ofrece mayor protección, por lo que los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) ahora recomiendan administrar dos dosis de la vacuna contra la varicela. Como muchos adultos son inmunes, no muchas mujeres embarazadas se enferman de varicela; se estima que se dan entre 1 y 7 casos por cada 10.000 embarazos en los Estados Unidos. Pero si no eres inmune y te enfermas de varicela durante el embarazo podrías sentirte bastante mal y hay una pequeña posibilidad de que contagies a tu bebé. Si no estás segura de ser inmune, lo puedes averiguar con un simple análisis de sangre. 6.2.- ¿Qué le puede suceder a mi bebé si me contagio de varicela durante el embarazo? Hay muchas posibilidades de que no le suceda nada malo, pero la cantidad de semanas que llevas de embarazo es un factor a tener en cuenta. Si te contagias de varicela durante el primer o segundo trimestre del embarazo, hay un riesgo muy pequeño (menos del 1.5 por ciento aproximadamente) de que el bebé padezca lo que se conoce como síndrome de varicela congénita. El riesgo es mayor (alrededor del 2 por ciento) si contraes varicela entre las semanas 13 y 20 del embarazo. La varicela congénita se caracteriza por defectos de nacimiento y los más comunes son cicatrices en la piel, malformaciones de las extremidades, microcefalia (cabeza anormalmente pequeña) y problemas de visión. Además, un bebé con síndrome de varicela congénita también puede sufrir de
  • 44. crecimiento lento en el útero y padecer convulsiones y discapacidades de desarrollo motriz o mental. La infección también puede aumentar el riesgo de aborto o muerte fetal tardía. Si te contagias de varicela, te realizarán un ultrasonido para buscar indicios de anomalías u otros problemas en el bebé y como mínimo, un ultrasonido de seguimiento más adelante para ver cómo está. También tienes la opción de recurrir a un asesor genético para hablar sobre los riesgos de tu caso en particular y decidir cómo quieres proceder. 6.3.- ¿Está mi bebé en riesgo si contraigo varicela cerca de mi fecha de parto? Si te contagias de varicela a principios del tercer trimestre del embarazo, es muy probable que el bebé esté bien. La razón es la siguiente: alrededor de cinco días después de contraer varicela, tu cuerpo desarrolla anticuerpos contra el virus y los transmite al bebé a través de la placenta. De este modo, le ofrece la protección que su propio sistema inmunitario, todavía inmaduro, no le puede brindar. Si contraes varicela de 5 a 21 días antes del parto, el bebé podría padecer varicela después del nacimiento, pero gracias a los anticuerpos que recibió de ti, es mucho menos probable que sea grave. Algunos bebés expuestos a la varicela en el útero no presentan síntomas de infección cuando nacen, pero desarrollan un caso de herpes zoster (o culebrilla) durante la primera infancia, sin haber padecido nunca antes de varicela. Afortunadamente, por lo general no es algo grave. El momento que presenta más riesgos si te enfermas de varicela es entre los cinco días anteriores al parto y los dos días posteriores a él, porque entonces el bebé está expuesto al virus, pero no ha tenido tiempo de recibir tus anticuerpos antes de nacer. En este caso, tiene entre el 17 y el 30 por ciento de probabilidad de contraer lo que se denomina varicela neonatal, o varicela del recién nacido, que puede ser grave e incluso potencialmente mortal, especialmente si no se la trata. Afortunadamente, el riesgo de que tu bebé padezca un caso grave de varicela puede reducirse enormemente si se le administra inmunoglobulina contra la varicela zoster (VZIG, por sus siglas en inglés o VariZIG, que es el nombre comercial de este producto en EE.UU.), un hemoderivado que contiene anticuerpos de varicela. A tu bebé se le aplicará la inyección poco después de nacer si tu varicela se manifestó durante los cinco días anteriores al parto o en cuanto se descubra la erupción, si es durante los dos días posteriores al parto. Si tu bebé presenta cualquier signo de infección — como fiebre o una erupción de incluso pocas manchas — se le administrará por vía intravenosa un medicamento antiviral llamado aciclovir.
  • 45. 6.4.- ¿Es la varicela más grave para mi salud si la contraigo durante el embarazo? No está del todo claro. Pero es más arriesgado contagiarse del virus siendo adulta que de niña. Eso se debe a que alrededor del 15 por ciento de los adultos que se contagian de la enfermedad también desarrollan lo que se conoce como neumonía por varicela, que puede ser grave e incluso potencialmente mortal. En las mujeres embarazadas, a esta complicación se la relaciona con índices más altos de parto prematuro. El riesgo de desarrollar una neumonía aumenta si te contagias de varicela durante el tercer trimestre. Fumar durante el embarazo también aumenta el riesgo. 6.5.- ¿Qué debería hacer en caso de estar expuesta? Si sabes que eres inmune, no necesitas hacer nada. Si no estás segura, o piensas que no eres inmune, comunícate con tu médico inmediatamente para realizarte un análisis de sangre y así poder confirmar tu estado. Si el análisis de sangre muestra que no eres inmune, el médico probablemente te recomiende que te pongas una inyección de inmunoglobulina contra la varicela zoster (VariZIG) para reducir la probabilidad de una infección grave y de complicaciones serias. Te pueden administrar dicha inyección hasta 10 días después de haber estado expuesta a la varicela, pero lo mejor es que te la pongan lo más pronto posible. Desgraciadamente, la inyección no previene la infección fetal. (Nota: esta protección tiene una duración de aproximadamente tres semanas, por lo que si estás expuesta nuevamente a la varicela más de tres semanas después de la inyección, necesitarás otra aplicación). 6.6.- Si no soy inmune y estoy expuesta, ¿cuáles son las posibilidades de que me contagie de varicela? La varicela es altamente contagiosa y si no la has tenido antes y estás en contacto directo con una persona infectada, es muy probable que te contagies. De hecho, si alguien en tu hogar tiene varicela y no eres inmune, hay un 90 por ciento de probabilidad de que te contagies tú también. 6.7.- ¿Cuándo notaré los síntomas? Los síntomas pueden demorarse entre 10 y 21 días a partir del contacto con una persona infectada, si bien lo más frecuente es que percibas síntomas 14 a 16 días después de haber estado expuesta. Durante el primer o segundo día, puedes tener síntomas leves similares a los de la gripe, seguidos de una erupción con comezón. La erupción se inicia como pequeños granitos rojos que se ampollan al aumentar de tamaño y finalmente se secan y quedan cubiertos por una
  • 46. costra. La notarás primero en la parte de atrás del cuello, rostro, pecho o abdomen y después aparecerán, gradualmente, nuevas erupciones en otras partes del cuerpo. Tú puedes contagiar la varicela desde aproximadamente 48 horas antes de que te aparezcan las primeras marcas hasta que se hayan formado todas las costras. 6.8.- ¿Qué debería hacer si pienso que tengo varicela? Si comienzas a experimentar síntomas y piensas que puedes tener varicela, llama a tu médico de inmediato. Pero no vayas al consultorio sin avisar y expongas a otras mujeres embarazadas a un contagio. Si necesitas que te vean, se harán los arreglos necesarios para que no tengas que esperar en una sala llena de gente. Si efectivamente tienes varicela, se te recetará un medicamento antiviral llamado aciclovir. Si desarrollas síntomas de neumonía, como fiebre con respiración agitada, dolor al respirar o tos, vuelve a llamar al médico de inmediato, porque tu condición puede empeorar con rapidez. Si tus síntomas son aún más severos, por ejemplo, te cuesta respirar o te duele el pecho, llama al número de emergencia de tu localidad (911 en EE.UU.). Te ingresarán en el hospital para seguirte de cerca y tratarte con aciclovir por vía intravenosa. 6.9.- ¿Puedo ponerme la vacuna contra la varicela durante el embarazo? No. De hecho, el CDC aconseja a las mujeres esperar un mes después de vacunarse contra la varicela, antes de incluso intentar quedar embarazadas. Si estás embarazada y nunca has tenido varicela, es mejor que te vacunes inmediatamente después de tener al bebé (y ponte una segunda dosis cuatro a ocho semanas después, cuando vuelvas a ver al médico en la visita posparto). De ese modo no tendrás que preocuparte por la varicela en tu siguiente embarazo. Sin embargo, sí puedes ponerte la vacuna durante la lactancia. 6.10.- ¿Cómo puedo reducir el riesgo de contagiarme de varicela durante el embarazo si no soy inmune? Tienes que evitar el contacto con cualquier persona que tenga o pueda tener varicela. Esto incluye a cualquier persona que no sea inmune y que haya estado en contacto con una persona infectada en las últimas tres semanas, y a cualquier persona con síntomas parecidos a la gripe (las personas con varicela son muy contagiosas antes de la aparición de la erupción). También necesitarás evitar el contacto con cualquier persona que tenga herpes zoster, porque puedes desarrollarlo aunque hayas tenido varicela antes si el virus se reactiva en tu sistema. Aunque no puedes contagiarte de herpes zoster, puedes contagiarte del virus de la varicela de
  • 47. alguien que tenga herpes zoster. Además, debido a que es más probable que te contagies de varicela de un miembro de tu familia, el CDC recomienda que todos los niños sanos de 12 meses en adelante y los demás miembros vulnerables en el hogar se vacunen. Esto es especialmente importante si han estado expuestos a la varicela recientemente, porque si reciben la vacuna pocos días después de haber estado con una persona infectada, se reduce el riesgo de contagio de la enfermedad. 6.11.- ¿Puedo contagiarme de varicela de una persona que acaba de ser vacunada? Y si bien es posible que una persona recién vacunada transmita el virus de la vacuna contra la varicela a otra persona, el riesgo es ínfimo. De hecho, según el reporte del CDC de 2007 sólo se han documentado cinco casos (de cada 55 millones de dosis de la vacuna) de niños sanos que recibieron la vacuna y transmitieron el virus a otra persona. Esta probabilidad es mucho menor que la posibilidad de que un miembro vulnerable de tu familia se contagie del virus natural y te lo transmita durante el embarazo. 7.- Placenta previa La placenta se adhiere a la pared del útero (matriz) y suministra alimentos y oxígeno al bebé a través del cordón umbilical. La placenta previa es una condición en la que la placenta yace en la parte inferior del útero y cubre todo o parte del cuello uterino. El cuello uterino es la abertura hacia el útero que está en la parte superior de la vagina. La placenta previa sucede en alrededor de 1 de cada 200 embarazos. Si tiene placenta previa a principios del embarazo, no suele ser un problema. Sin embargo, puede causar sangrado grave y otras complicaciones más adelante en el embarazo. Normalmente, la placenta crece en la parte superior de la pared uterina, lejos del cuello uterino. Ahí se queda hasta que nace su bebé. Durante la última etapa del parto, la placenta se separa de la pared del útero, y sus contracciones ayudan a empujarla hacia la vagina (canal de parto). A esto se lo llama también expulsión o alumbramiento de la placenta. Durante el parto, su bebé pasa por el cuello uterino hacia el canal de parto. Si tiene placenta previa, cuando el cuello uterino comienza a ablandarse (borrarse) y a dilatarse (abrirse) para el parto, los vasos sanguíneos que conectan la placenta con el útero pueden desgarrarse. Esto puede causar sangrado grave durante el parto, y poner en peligro a usted y a su bebé. 7.1.- ¿Cuáles son los síntomas de la placenta previa? El síntoma más común de la placenta previa es el sangrado indoloro de la vagina durante la
  • 48. segunda mitad del embarazo. Llame a su profesional de la salud de inmediato si tiene sangrado vaginal en cualquier momento durante el embarazo. Si sangra en grandes cantidades, acuda al hospital. No todas las mujeres con placenta previa tienen sangrado vaginal. De hecho, alrededor de un tercio de mujeres con placenta previa no tienen este síntoma. 7.2.- ¿Cómo se diagnostica la placenta previa? Por lo general se puede detectar y ubicar la placenta previa con un ultrasonido. En algunos casos, su profesional puede usar en cambio un ultrasonido transvaginal. Aunque no tenga sangrado vaginal, el ultrasonido de rutina del segundo trimestre puede mostrar que usted tiene placenta previa. No se preocupe demasiado si esto sucede. La placenta previa que se encuentra en el segundo trimestre suele arreglarse sola en la mayoría de los casos. 7.3.- ¿Cómo se trata la placenta previa? El tratamiento depende de cuán avanzado está su embarazo, la gravedad del sangrado y la salud de usted y su bebé. La meta es mantener el embarazo la mayor cantidad de tiempo posible. Los profesionales recomiendan la cesárea para casi todas las mujeres con placenta previa para prevenir el sangrado serio. Si sangra como resultado de la placenta previa, se la deberá controlar estrechamente en el hospital. Si las pruebas demuestran que usted y su bebé están bien, es posible que su profesional le dé un tratamiento para tratar de mantener el embarazo lo más posible. Si tiene mucho sangrado, se la podrá tratar con transfusiones de sangre. La transfusión de sangre significa que le ponen sangre nueva en el cuerpo. Su profesional también podrá darle medicamentos llamados corticoesteroides. Estos medicamentos ayudan a acelerar el desarrollo de los pulmones y otros órganos de su bebé. También es posible que desee que usted se quede en el hospital hasta el momento del parto. Si el sangrado se detiene, quizás pueda regresar a su casa. Si tiene sangrado grave debido a placenta previa en alrededor de las 34 a 36 semanas de embarazo, su profesional puede recomendar una cesárea inmediata. Entre las 36 y 37 semanas, su profesional podrá sugerirle una amniocentesis para verificar el líquido amniótico alrededor de su bebé y ver si tiene los pulmones totalmente desarrollados. Si están desarrollados, el profesional podrá recomendar una cesárea inmediata para evitar riesgos de sangrado en el futuro. En cualquier etapa del embarazo, podrá ser necesario la cesárea si usted tiene sangrado peligrosamente fuerte o si usted y su bebé están teniendo problemas.
  • 49. 7.4.- ¿Qué causa la placenta previa? No sabemos qué causa la placenta previa. Sin embargo, quizás corra un riesgo más alto de tener placenta previa si: Fuma cigarrillos. Consume cocaína. Tiene más de 35 años. Estuvo embarazada antes. Está embarazada de mellizos, trillizos o más. Ha tenido una cirugía en el útero, incluyendo una cesárea o un D&C (dilatación y raspado). En el procedimiento D&C un médico saca tejido del revestimiento del útero de la mujer. Algunas mujeres tienen D&C después de un aborto espontáneo. Si tuvo placenta previa antes, ¿qué probabilidades hay de que la tenga otra vez? Si ha tenido placenta previa en un embarazo anterior, las probabilidades de que le suceda otra vez son de 2 a 3 de cada 100 (2 a 3 por ciento). 7.5.- ¿Cómo puede reducir su riesgo de tener placenta previa? No sabemos cómo prevenir la placenta previa. Pero quizás pueda reducir el riesgo al no fumar ni usar cocaína. También es posible que pueda reducir las probabilidades de la placenta previa en embarazos futuros si se hace una cesárea sólo por motivos médicos. Si su embarazo es sano y no hay motivos médicos para que tenga una cesárea, es mejor esperar a que el parto comience por sí solo. Cuantas más cesáreas tenga, mayor será su riesgo de placenta previa. 8.- Estreptococo del grupo B El estreptococo del grupo B es un tipo de bacteria que mucha gente tiene en el tracto intestinal. La bacteria también puede estar en o "colonizar" tu vagina, desde donde puede infectar a tu bebé durante el parto. Aproximadamente entre el 10 y el 30 por ciento de las mujeres embarazadas son portadoras de la bacteria en la vagina o el recto y el área circundante. Por lo general el estreptococo del grupo B es inofensivo en los adultos sanos, pero puede causar un bebé mortinato (que nace muerto) o infecciones serias en los bebés. Ten en cuenta que aunque el estreptococo del grupo B puede transmitirse a través de una relación
  • 50. sexual, no se considera una infección de transmisión sexual porque tu área genital puede infectarse a partir de bacterias que viven en tu propio tracto gastrointestinal. Tampoco es lo mismo que la infección de garganta por estreptococo, causada por el estreptococo del grupo A. 8.1.- ¿Por qué debo hacerme una prueba del estreptococo del grupo B? Hacerte una prueba del estreptococo del grupo B a finales del embarazo (y recibir tratamiento con antibióticos durante el parto si eres portadora de la bacteria) reducirá enormemente el riesgo de que tu bebé se infecte. Por este motivo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés), la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) y el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) recomiendan que todas las mujeres embarazadas —con dos excepciones— se hagan una prueba rutinaria de estreptococo del grupo B entre las semanas 35 y 37. Las dos excepciones son: mujeres que han tenido un hijo con una infección producida por el estreptococo del grupo B y mujeres a quienes se les detecta el estreptococo del grupo B en la orina durante el embarazo. Estas mujeres no necesitan hacerse el estudio, porque ya se sabe que el riesgo es alto y se las tratará automáticamente durante el parto. Antes de que se les hiciera rutinariamente la prueba a todas las mujeres embarazadas y se aplicara el tratamiento en caso necesario, aproximadamente entre 2 y 3 bebés cada 1.000 nacimientos sufrían lo que se denomina estreptococo del grupo B de aparición temprana. Esta enfermedad aparece en la primera semana de vida (con más frecuencia en las primeras 24 horas después del nacimiento), y puede ser mortal. Ahora hay alrededor de 0.35 casos cada 1.000 nacimientos. 8.2.- ¿Cuáles son las consecuencias del estreptococo del grupo B de aparición temprana? El estreptococo del grupo B de aparición temprana puede causar septicemia (una infección en la sangre), neumonía y meningitis en los recién nacidos. Algunos de estos bebés, especialmente aquellos que contraen meningitis, tendrán problemas de salud a largo plazo, tales como pérdida de la audición o la visión, parálisis cerebral o discapacidades en el desarrollo, y alrededor del 5 por ciento no sobrevivirá. Los bebés prematuros tienen un índice de supervivencia menor que los bebés que nacen a término, y aquellos que sobreviven tienen mayor riesgo de padecer problemas a largo plazo a causa de la enfermedad.