La economía japonesa se verá gravemente afectada por el terremoto y tsunami que asoló el noreste del país, destruyendo industrias energéticas y nucleares e incrementando la deuda pública, lo que reducirá el crecimiento económico. La reconstrucción supondrá el 8% del PIB de Japón y se han visto afectadas regiones que representan el 40% de la producción total, como Tokio.