1. ALIMENTOS MACROBIÓTICAS
La doctrina macrobiótica está basada en un conjunto de normas y consejos orientados a
perseguir una vida saludable y duradera.
Fue el japonés Georges Ohsawa , su creador, quien en 1957 dio a conocer al mundo
occidental esta teoría.
La alimentación macrobiótica está basada en la medicina china y el
budismo zen, donde salud es sinónimo del equilibrio entre los
principios yin (femenino: frío y oscuro) y yang (masculino: caliente y
luminoso), los cuales están presentes en toda la naturaleza.
Según esta filosofía, la ausencia de enfermedad existe cuando estos
dos principios se encuentran en equilibrio, y se logra dicho
equilibrio mediante una alimentación adecuada, la tolerancia y la
serenidad espiritual.
Esta teoría establece una dependencia y relación absoluta entre el
estado de ánimo y la alimentación.
Características de la Dietética macrobiótica:
Los cereales integrales son el 50 % del total de los alimentos diarios: arroz, mijo,
trigo, avena, cebada, cuscus, centeno, trigo sarraceno y maíz.
Las hortalizas y vegetales cocidos abarcan el 25 % de la ingesta diaria,
Se toman una o dos tazas de sopa al día ya sea de miso o tamari (salsa de soja), a las
cuales se le añaden normalmente vegetales o algas.
Las legumbres deben consumirse hasta un 15% del total de la comida
del día.
Con respecto a las proteínas animales, se permite comer pescado
blanco dos veces a la semana, y solo están permitidas las carnes de
pollo y pavo de manera excepcional, ante algún compromiso.
Huevos: solo los fertilizados y uno cada diez días.
Frutas: como ideal se debe tomar fruta cocida o seca, a veces frescas,
siempre y cuando se goce de buena salud.
Bebidas o líquidos: siempre después de las comidas, pero nunca durante. Se debe
beber de a sorbos.
Las más adecuadas son el té de tres años ( té Bancha o té kukicha) y el café de
cereales. Si se bebe agua, debe de estar preferiblemente tibia.
Los alimentos que no pertenecen a este tipo de alimentación y que según ella deben evitarse
son:
las carnes rojas,
las grasas animales,
productos lácteos,
El aspecto positivo de
este tipo de
alimentación es que
induce un concepto de
alimentación
saludable.
2. azúcares,
los tomates, las berenjenas y las patatas,
frutas: las tropicales y los zumos,
condimentos y especias fuertes y picantes,
alimentos refinados,
todos aquellos alimentos que hayan sido cultivados con abonos químicos,
todos aquellos alimentos con conservantes y colorantes añadidos.
La alimentación macrobiótica se distingue de otras formas naturales de dietas por varias
razones:
usan específicamente miso y algas marinas como kuzu, lotus, mebosi y demás
componentes de la alimentación japonesa
la "yanguización" de la alimentación es fundamental mediante formas de
preparación y condimentación
en líneas generales los alimentos yang son los pertenecientes al reino animal y los
yin son los del reino vegetal
los cereales integrales son quienes más se acercan al equilibrio ideal
se debe masticar mucho la comida y ser sobrio a la hora de comer y beber
es fundamental obtener placer a través de las comidas
la sal marina, un alimento yang, equilibra los platos, no puede faltar
las comidas deben llevarse a cabo en ambientes serenos y sin ruidos o bullicios
el alcohol se permite en pequeñas cantidades, si no existen problemas de salud, al
igual que el tabaco, siempre haciendo énfasis en la moderación.
Conclusión
El aspecto positivo de este tipo de alimentación es que induce un concepto de alimentación
saludable. Es el camino hacia un buen estado de salud físico y mental, pero, según los
expertos en nutrición, puede caer en un déficit de proteínas y vitaminas.
¿Qué son los micronutrientes?
Los micronutrientes son nutrientes esenciales, que aunque no aportan energía, son
imprescindibles para el organismo, y debemos obtenerlos a través de la alimentación.
Nuestro cuerpo necesita pequeñas cantidades de micronutrientes. Sin ellos la química del
cuerpo no funcionaría.
Vitaminas
Las vitaminas son sustancias químicas necesarias para el crecimiento, la vitalidad y el
bienestar general de nuestro cuerpo. Estos nutrientes son clave para el funcionamiento
celular, el crecimiento y el desarrollo normal de nuestro organismo. Y aunque se necesitan
en cantidades muy pequeñas, las vitaminas solamente se pueden obtener de los alimentos,
ya que el cuerpo no las fabrica.
Pero hay que tener cuidado ya que altas concentraciones de ciertas vitaminas pueden ser
tóxicas.
3. Las vitaminas pueden actuar como coenzimas (sustancias químicas que activan las
enzimas) en procesos metabólicos como la conversión de glucosa en energía. La piridoxina
(vitamina B6), por ejemplo, participa en la formación de glóbulos rojos y ayuda al
mantenimiento de la función cerebral o la vitamina C (ácido ascórbico) que ayuda al cuerpo
a absorber el hierro, también a mantener el tejido saludable (necesaria para la síntesis del
colágeno) y a la cicatrización de heridas.
Las vitaminas se pueden clasificar en función de si son solubles en grasa o agua:
Vitaminas hidrosolubles (solubles en agua): hay nueve vitaminas hidrosolubles
que el cuerpo usa inmediatamente, ya que no puede almacenarlas por mucho
tiempo. Las vitaminas que no son utilizadas son excretadas a través de la orina. Por
esta razón, es muy importante un aporte continuado de este tipo de nutrientes y de
ahí la necesidad de tomar una dieta rica en frutas y verduras, que además es una
fuente de antioxidantes. En este grupo se encuentran las vitaminas del complejo B
(tiamina, ribiflavina, niacina, pirodixina, folato, vitamina B12, biotina, ácido
pantoténico) y la vitamina C.
Vitaminas liposolubles (o solubles en grasa): se almacenan durante tiempo en el
tejido graso corporal y en el hígado. Pertenecen a este grupo la vitamina A, vitamina
D, vitamina E y vitamina K. Se encuentran presentes en los componentes grasos de
los alimentos.
Un contenido excesivo de este tipo de vitaminas o hipervitaminosis -especialmente
la A y la D- en suplementos puede provocar síntomas de toxicidad, mientras que
una sobredosis de vitaminas por consumo de alimentos es muy rara.
Cada vitamina se encuentra en diversos alimentos y en cantidades diferentes. Granos
enteros (cereales y arroz), frutas y hortalizas, productos lácteos, carnes magra de cerdo,
visceras, carne roja, frutos secos, huevos, arvejas, frijoles, pescados o aves de corral son
fuentes de vitaminas.