DÍA DE LA INMACULADA.
DON BOSCO CONOCE A BARTOLOMÉ GARELLI Y EMPIEZA EL ORATORIO
Estaba Don Bosco paseando por la Sacristía de San Francisco de Asís, cuando escuchó unos gritos
y vio a Don Cafaso persiguiendo con una escoba a un niño.
-¿QUÉ HACES AQUÍ? ¡VETE!-Gritaba don Cafaso. Don Bosco sorprendido se acercó.
-Qué pasó Don Cafaso?- preguntó Don Bosco.
-He pillado a este muchacho robando una manzana de la despensa- contestó enfadado Don Cafaso.
-No te preocupes de él, ya me ocupo yo- dijo Don Bosco. Don Cafaso se marchó a la cocina.
-¿Cómo te llamas?- le preguntó Don Bosco al muchacho.
-Me llamo Bartolomé Garelli- contestó el muchacho.
- ¿Cómo es que ya tienes canas?
-Soy aprendiz de albañil.
-¿Tus padres, dónde están?
-Soy huérfano.
-¿No vas al colegio?
- No, porque soy mayor y se reirán de mi.
-Ahora tengo una misa, podrás esperarme.
Después de la misa, Bartolomé seguía allí.
-Hola Don Bosco.
-Hola, estás aquí. No sabrás leer ni escribir si no has ido nunca al colegio.
-No, no sé.
-Lo primero que vamos a hacer es rezar un Avemaría.
Después de rezar le pregunta-¿Sabes silbar?
- ¡Eso sí sé!- dijo contento Bartolomé.
Después de la lección de ese día Don Bosco vio que se había abierto una puerta de amistad y
confianza con el muchacho.
-Prométeme que el siguiente domingo vendrás aquí.
-Te lo prometo.
Bartolomé cumplió su promesa, el siguiente domingo fue con una docena de compañeros, y así
poco a poco nació el oratorio.