Después de dar la bienvenida al VII Congreso Nacional del Secretariado bajo el título “Saber Ser. Saber Estar. La Clave del Éxito”, María Claudia Lodoño, Presidenta de ASPM, da paso al primer ponente del día: Juan de Dios Orozco, militar y consultor de protocolo, imagen y comunicación; Especialista en Protocolo de Estado e internacional por la Universidad de Oviedo y la Escuela Diplomática.
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Protocolo en el siglo XXI – Juan de Dios Orozco
Después de dar la
bienvenida al VII
Congreso Nacional
del Secretariado
bajo el título “Saber
Ser. Saber Estar. La
Clave del Éxito”,
María Claudia
Lodoño, Presidenta
de ASPM, da paso
al primer ponente
del día: Juan de
Dios Orozco, militar
y consultor de
protocolo, imagen y
comunicación; Especialista en Protocolo de Estado e internacional por la Universidad de
Oviedo y la Escuela Diplomática.
Juan de Dios nos comenta que el protocolo sirve para convivir, ya
que si no hubiera marco de convivencia y normas de
comportamiento, sería difícil relacionarnos. Los ingredientes del
protocolo del siglo XXI son el respeto, el equilibrio, la adaptación y
el conocimiento: el respeto entre las personas; el equilibrio que se
consigue a través de la diplomacia; la adaptación al contexto, a
las situaciones y a las personas; y el conocimiento para poder
hacer sentir cómodo al otro. No se puede tener éxito profesional
sin conocer la cultura con la que se trata.
El protocolo sirve para determinar los límites que facilitan la convivencia. Constituye un
marco normativo de lo que está bien o mal y un mecanismo de defensa para evitar el
conflicto. Poniendo en práctica los cuatro ingredientes, se puede crear el maravilloso
cóctel del mejor protocolo que es el que no se percibe porque sale todo perfecto. Dice
Juan de Dios: “Una sociedad es tanto más avanzada cuanta más capacidad tiene de
dotarse de normas y asumirlas libremente”. Por eso, el protocolo también ayuda al éxito
personal y profesional porque enseña a crear un clima de confort y evitar el rechazo.
Pero ¿por qué se desprecia el protocolo? Según Juan de Dios se debe a la asociación
del mismo a normas anticuadas y a la identificación con gastos superfluos y lujos, como
nos vienen demostrando los comportamientos de algunos personajes públicos.
En realidad la finalidad del protocolo en el siglo XXI es la de hacernos sentir bien y hacer
sentir bien a los demás. Lo que define el protocolo son los códigos de una cultura, grupo
profesional o grupo social de cuyo conocimiento depende el éxito de las relaciones
interpersonales.
“De la ausencia de
protocolo al imperio
de la grosería no hay
más que un paso”
Sabino Fernández
Campo
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La aplicación del protocolo se consigue a través del conocimiento de los códigos, la
codificación del espacio, de la indumentaria y del verbo, y con una sonrisa sincera. Es
importante conocer los códigos relacionados con los valores culturales. Las normas
culturales y de buen comportamiento pueden variar en función de la procedencia de la
persona con la que nos relacionemos. La codificación del espacio se refiere al
emplazamiento de las personas en una reunión o evento para concederles la importancia
y el respeto adecuados. La codificación de la indumentaria no es otra cosa que vestirnos
apropiadamente para generar credibilidad ya que se suele asociar a la actividad
profesional. Ampliando el título del Congreso “Saber ser, saber estar… y saber parecer”.
Luego no hay que olvidar la importancia de la
sonrisa que significa amabilidad y cordialidad en
cualquier cultura; pero una sonrisa sincera. Esta se
reconoce por la formación de patas de gallo,
bolsas en los párpados inferiores, pómulos
contraídos y los dientes de arriba visibles. Juan de
Dios nos recomienda un truco para practicar
nuestra mejor sonrisa sincera colocándonos
delante del espejo con un bolígrafo en la boca para
buscar el gesto.
Por último, nos habla de la codificación del verbo, que se refiere a expresarse
adecuadamente y pensar antes de hablar
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Como conclusión, Juan de Dios Orozco nos transmite que el mejor protocolo es el que no
se ve, pero que se entiende. El protocolo tiene una finalidad comunicativa implícita. La
ausencia de la percepción sobre protocolo no quiere decir que no exista. El protocolo no
es igual a naturalidad y saber estar significa “actuar”.
Es difícil transmitir en este resumen el buen rato que nos hizo pasar Juan de Dios Orozco
demostrando que el tema del protocolo no tiene por qué ser ni soso ni demasiado serio.
¡Muchas gracias, Juan de Dios, por compartir una pincelada de tus conocimientos,
salpicada de curiosas y divertidas anécdotas!
Si tienes interés en seguirle o contactar con él:
Twitter @ogazprotocolo
Blog www.protocol.es
Web www.protocollum.es
Web www.mayordomos.eu