2024t203.pptx Leccion de Escuela Sabatica 20/4/24 PPT
Cumpliendo nuestras promesas
1.
2. Título: Nuestro Dios es fiel, 100%
Tema: Dios es fiel a sus promesas, ¿no debíamos ser fieles a las nuestras?
Objetos: "Horton Hatches the Egg" por Dr. Seuss. (Si no pueden conseguir el libro, pueden utilizar un elefante de
peluche o algo similar).
Escritura: Y he aquí había en Jerusalén un hombe llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la
consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no
vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor (Lucas 2:25-26).
¿Han leído alguna vez el libro "Horton Hatches the Egg" por el Dr. Seuss? (En español el título podría ser "Horton
incuba el huevo"). Es un cuento muy bonito acerca de un elefante llamado Horton. La historia comienza con May-
sie, una pájara muy perezosa (vaga) que está en un árbol sentada sobre su huevo. Maysie no le gustaba estar
calentando el huevo pues se cansaba y era muy aburrido. "Tomaría unas vacaciones, volando hacia un lugar para
descansar, si pudiera encontrar alguien que pudiera quedarse en mi nido", decía Maysie.
Fue en ese momento que Horton pasaba por allí y Mayzie le preguntó a Horton si podía sentarse sobre su huevo
mientras ella descansaba un poco. Horton no deseaba ayudarle al principio, pero Mayzie le prometió que no tarda-
ría mucho, así que Horton finalmente estuvo de acuerdo y pronto estuvo sentado en el nido mientras Mayzie vola-
ba hacia la Florida a tomar sus vacaciones.
En Florida, Maysie se divertió tanto que decidió no regresar a su nido. Los días se conviertieron en semanas y las
semanas en meses, pero Horton se mantuvo sentado sobre el nido día tras día. Llegó el invierno; sobre los pies y
la trompa de Horton se formaron columnitas de escarcha y hielo, pero él seguía fiel a la promesa que que había
hecho a Maysie.
"Me mantendré sobre este huevo y no dejaré que se congele", decía mientras estornudaba. "Me propongo hacer lo
que dije, y lo que dije me propongo hacer. Un elefante es fiel, 100%".
Ahora, yo no sé si los elefantes son realmente fieles un 100% o no, pero conozco alguien que es: ¡Dios es fiel,
100%! La Biblia está llena de promesas de Dios y Dios es siempre fiel a sus promesas.
En la Biblia se encuentra una historia acerca de un hombre llamado Simeón. Simeón era un hombre mayor, viejito,
que había servido a Dios fielmente toda su vida. Simeón esperaba la venida del Mesías. Dios le había prometido a
Simeón que no moriría hasta no ver al Cristo, el Mesías prometido. Unos días después de Jesús haber nacido, Ma-
ría y José le llevaron al templo para dedicarlo a Dios. Simeón estaba en el templo. Tan pronto Simeón vio al niño
supo que Jesús era el Cristo y que Dios había mantenido su promesa de que no moriría hasta ver al Mesías. ¡Dios
es fiel a sus promesas, 100%!
Estamos al comienzo de un nuevo año. Muchos de nosotros le haremos promesas a Dios acerca de cosas que
haremos en el nuevo año. Me temo que en muchas ocasiones son promesas dichas pero no cumplidas. Si Dios es
fiel al cumplir sus promesas para con nosotros, ¿no creen que es importante que nosotros cumplamos con las
promesas que le hacemos a él?
Este año, mientras hacemos nuestras promesas a Dios digamos como Horton, "Me propongo hacer lo que dije y lo
que dije me propongo hacer. Seré fiel a Dios, 100%".
Querido Padre, permite que seamos fieles en mantener las promesas que a Tí hagamos de la misma manera en
que Tú eres fiel a las tuyas. En el nombre de Jesús oramos. Amén.
3. Título del Sermón: "Nuestro Dios es fiel, 100%"
Escritura: Lucas 2:22-40
TARJETA DE NAVIDAD DEL BEBÉ JESÚS: Dele a cada niño un papel de construcción e
indíquele que lo doblen por la mitad para hacer una tarjeta de Navidad. Provéale a cada niño un
papel que tenga nuestro versículo bíblico escrito (Lucas 2:25-26) para que lo peguen en la parte
interior de la tarjeta. (Otra opción puede ser escribir el versículo con líneas en blanco para que
ellos lo completen.) Dejen que los niños decoren la tarjeta recortando o dibujando al bebé Jesús y
lo peguen en la parte de al frente.)
AFICHE 100%: Déle a los niños una figura de una campana recortada y dígales que escriban DI-
OS ES FIEL, 100% con marcadores rojos y verdes. Cuelgue las campanas alrededor del salón
para recordarle a la clase sobre la fidelidad de Dios.
DRAMATIZANDO: Mientras la historia se lee o es contada por la maestra, los niños pueden rep-
resentar a María, José, Simeón y Ana. Un muñeco puede ser usado para el bebé Jesús. Deje que
los niños repitan la historia mientras otros la dramatizan. Si tienen ropa adecuada, utilícela para
hacer la dramatización.
GRÁFICA DE LAS PROMESAS DE DIOS: Ponga una cartulina en la pared y deje que los niños
tomen su turno para escribir o dibujar cosas que representen algunas de las promesas de Dios.
Luego dibujarán un arco iris al lado de la promesa como símbolo de la fidelidad de Dios al cumplir
esa promesa.
BOTÓN “SERÉ FIEL”: Dele a cada niño un círculo hecho de cartulina del tamaño adecuado para
hacer un botón que se peguen en la ropa. Indíqueles que escriban o tracen las palabras SERÉ
FIEL en el botón y, si desean, lo decoren con marcadores y etiquetas engomadas para hacerlo
más interesante. Luego se lo pegarán en su camisa, blusa o traje.
PROMESAS DE NUEVO AÑO: Pídale a los niños que doblen un papel de construcción tres
veces y hagan dibujos, uno en cada parte, de las promesas que desean mantener durante el año.
Añada etiquetas engomadas y escriban 100% en cada página. Hagan una oración juntos para
que Dios les ayude a mantener esas promesas para agradarle y denle gracias por ser él tan fiel al
mantener sus promesas 100% del tiempo.
PROMESAS EN LA PIZARRA: Pídale a los niños que pasen a la pizarra y escriban SERÉ FIEL y
pongan su firma. Cada niño puede compartir la manera en que le serán fiel a Dios durante el año.
Esto puede hacerse en una cartulina o papel de construcción y mantenerse en el salón todo el
año para que los niños no se olviden.
CALENDARIO DE PROMESAS: Compre un calendario pequeño o haga uno en la computadora
para que los niños escriban o dibujen alguna promesa que harán durante cada mes del nuevo
año.
MERIENDA: Consiga huevos de chocolate o de dulces como merienda para recordarle del ejem-
plo dado en el libro de Dr. Seuss en la historia bíblica de hoy.
Canción: "Dios bueno es"
4. Una promesa es una promesa
Tema: Cumpliendo nuestras promesas - Primer domingo después de Navidad
Objetos: Un calendario del nuevo año
Escritura: Y le había revelado que no moriría sin antes ver al Cristo del Señor. Lucas 2:26 (NVI)
Es el comienzo de un nuevo año. Un nuevo calendario para un nuevo comienzo en la vida. Muchas personas comienzan el nuevo año haciendo resoluciones para el nuevo año. Hacer una resolución es como hacernos una
promesa de que haremos varias cosas. Usualmente es una promesa de portarnos mejor el próximo año de lo que nos portamos el año anterior. He aquí una lista de resoluciones que pueden ser buenas para que los niños
hagan.
Miraré menos televisión y haré mas ejercicio.
Me pondré mi cinturón de seguridad cada vez que esté en un carro.
Me portaré bien con otros niños (¡aún con mis hermanos y hermanas!)
Guardaré mis juguetes cuando termine de jugar con ellos.
¿Puedes pensar algunas otras resoluciones que pudieras hacer?
Algunas personas no toman seriamente las resoluciones de Año Nuevo. Después de todo, son sólo promesas hechas a uno mismo. Piensan que si no las cumplen, no es importante. Bueno, ¡realmente sí es importante! Una
promesa es una promesa, y es importante cumplir con tus promesas, aún siendo una promesa hecha a ti mismo.
Dios es siempre fiel al mantener sus promesas.En la Biblia hay una historia acerca de un hombre llamado Simeón. Simeón era un hombre bien viejecito que había servido fielmente a Dios toda su vida. Simeón había estado
esperando la llegada del Mesías. Dios le había prometido que no moriría sino hasta que viera al Cristo, el Mesías prometido.
Unos días después que Jesús hubo nacido, María y José lo llevaron al templo para dedicárselo a Dios. Simeón estaba en el templo como siempre. Tan pronto Simeón vió al niño, supo que Jesús era el Cristo y que Dios había
cumplido su promesa de que no moriría hasta que hubiese visto al Mesías.
Simeón tomó al niño en sus brazos y alabó a Dios diciendo: "Según tu palabra, Soberano Señor, ya puedes despedir a tu siervo en paz. Porque han visto mis ojos tu salvación, que has preparado a la vista de todos los
pueblos".
Ana, una profetiza, estaba también en el templo. Ella siempre estaba alabando y orando en el templo. Entró al templo justo cuando Simeón estaba hablando con María y José. Cuando ella escuchó lo que Simeón estaba
diciendo, comenzó a alabar a Dios y a decirle a todos que ese niño era el Salvador que Dios había prometido. Tanto Simeón como Ana sabían de que Dios es fiel a sus promesas. Dios es fiel a las promesas hechas a ti y a
mí.
Hoy, al comenzar un nuevo año, recordemos que tal como Dios es fiel en cumplir sus promesas, nosotros debemos ser fieles cumpliendo las nuestras. No importa que la promesa sea hecha a nosotros mismos, a un amigo, o
a Dios. Después de todo, ¡una promesa es una promesa!
Amado Padre, tal como eres fiel para cumplir tus promesas, ayúdanos a ser fieles en el complimiento de las nuestras. En el nombre de Jesús oramos, amén.
Es el comienzo de un nuevo año. Un nuevo calendario para un nuevo comienzo en la vida. Muchas personas comienzan el nuevo año haciendo resoluciones para el nuevo año. Hacer una resolución es como hacernos una
promesa de que haremos varias cosas. Usualmente es una promesa de portarnos mejor el próximo año de lo que nos portamos el año anterior. He aquí una lista de resoluciones que pueden ser buenas para que los niños
hagan.
Miraré menos televisión y haré mas ejercicio.
Me pondré mi cinturón de seguridad cada vez que esté en un carro.
Me portaré bien con otros niños (¡aún con mis hermanos y hermanas!)
Guardaré mis juguetes cuando termine de jugar con ellos.
¿Puedes pensar algunas otras resoluciones que pudieras hacer?
Algunas personas no toman seriamente las resoluciones de Año Nuevo. Después de todo, son sólo promesas hechas a uno mismo. Piensan que si no las cumplen, no es importante. Bueno, ¡realmente sí es importante! Una
promesa es una promesa, y es importante cumplir con tus promesas, aún siendo una promesa hecha a ti mismo.
Dios es siempre fiel al mantener sus promesas.En la Biblia hay una historia acerca de un hombre llamado Simeón. Simeón era un hombre bien viejecito que había servido fielmente a Dios toda su vida. Simeón había estado
esperando la llegada del Mesías. Dios le había prometido que no moriría sino hasta que viera al Cristo, el Mesías prometido.
Unos días después que Jesús hubo nacido, María y José lo llevaron al templo para dedicárselo a Dios. Simeón estaba en el templo como siempre. Tan pronto Simeón vió al niño, supo que Jesús era el Cristo y que Dios había
cumplido su promesa de que no moriría hasta que hubiese visto al Mesías.
Simeón tomó al niño en sus brazos y alabó a Dios diciendo: "Según tu palabra, Soberano Señor, ya puedes despedir a tu siervo en paz. Porque han visto mis ojos tu salvación, que has preparado a la vista de todos los
pueblos".
Ana, una profetiza, estaba también en el templo. Ella siempre estaba alabando y orando en el templo. Entró al templo justo cuando Simeón estaba hablando con María y José. Cuando ella escuchó lo que Simeón estaba
diciendo, comenzó a alabar a Dios y a decirle a todos que ese niño era el Salvador que Dios había prometido. Tanto Simeón como Ana sabían de que Dios es fiel a sus promesas. Dios es fiel a las promesas hechas a ti y a
mí.
Hoy, al comenzar un nuevo año, recordemos que tal como Dios es fiel en cumplir sus promesas, nosotros debemos ser fieles cumpliendo las nuestras. No importa que la promesa sea hecha a nosotros mismos, a un amigo, o
a Dios. Después de todo, ¡una promesa es una promesa!
Amado Padre, tal como eres fiel para cumplir tus promesas, ayúdanos a ser fieles en el complimiento de las nuestras. En el nombre de Jesús oramos, amén.
5. No te pierdas la Navidad
Tema: No confundas los adornos y las luces con la Navidad (La Natividad del Señor)
Objeto: Algunas decoraciones navideñas, un regalo, galletitas de Navidad, etc.
Escritura: “Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada” (Lucas 2:7-NVI).
¡Está aquí! ¡Ya llegó! ¡Llegó la Navidad! Me encanta la Navidad, ¿les gusta a ustedes? ¿Qué es lo más que les gusta de la Navidad? ¿El árbol con luces que prenden y apagan?
Tal vez es la música o las cositas tan deliciosas que comemos en esta época. ¿Acaso es la comida con pavo (o lo que se sirva en su país) y todos los demás aderezos? Puede
ser que para algunos de ustedes sean las fiestas de Navidad o las visitas a los familiares y amigos. Para muchos de nosotros lo mejor de la Navidad son los regalos, tanto los
que damos como los que recibimos… ¡Especialmente los que recibimos!
Hmmm… ¿Pueden pensar en algo que me falta mencionar acerca de la Navidad? Ah, sí, es el cumpleaños de alguien, ¿verdad? ¿Quién cumple años? ¡Correcto! Es el
cumpleaños de Jesús. Sabes, algunas veces nos envolvemos tanto en las decoraciones, luces, fiestas y regalos que perdemos de vista la verdadera Navidad.
Eso me recuerda una historia que escuche sobre un niño que deseaba ir al circo. Un día mientras caminaba por la calle vió un afiche en la vitrina de una tienda. El afiche
indicaba que un circo vendría al pueblo y que el boleto al circo costaba un dólar. El niño corrió a su casa y le pidió a su papá si podía darle un dólar para ir al circo el siguiente
sábado.
Su papá le dijo que si él trabajaba fuertemente y hacía todas sus tareas, le daría el doólar para ir al circo. Llegó la mañana del sábado y el niño se levantó e hizo todas sus
tareas.
“He hecho todas mis tareas”, le dijo el niño a su padre.
El papá le dió el dólar y el niño se dirigió al pueblo, lleno de expectación al pensar que iba a ver animales salvajes, artistas del trapecio y todas las cosas que vienen con el
circo. Como llegó tan temprano al pueblo, estaba en primera fila cuando comenzó la parada del circo en la calle principal del pueblo. El niño estaba encantado cuando vio a los
animales y las diferentes escenas que presentaban en la parada.
Al final de la parada iban los payasos y detrás de ellos el maestro de ceremonias. Cuando el maestro de ceremonias pasó por donde estaba el niño, éste tomando su dólar
doblado del bolsillo se lo entregó al maestro de ceremonias.
”Gracias, señor”, dijo el niño, “ese fue un gran circo”. Entonces, dando la vuelta se dirigió a su casa. Nunca supo lo que se había perdido. El creyó haber estado en el circo,
pero sólo había estado en la parada.
Si no tenemos cuidado podemos ser como ese niñito. Podemos envolvernos tanto en la celebración, las decoraciones y los regalos y perdernos la verdadera Navidad, el
cumpleaños de nuestro Salvador, Jesucristo.
Querido Jesús, es tu cumpleaños. Oramos para que no nos envolvamos tanto en la celebración que nos perdamos la verdadera Navidad. Amén.
¡Está aquí! ¡Ya llegó! ¡Llegó la Navidad! Me encanta la Navidad, ¿les gusta a ustedes? ¿Qué es lo más que les gusta de la Navidad? ¿El árbol con luces que prenden y apagan?
Tal vez es la música o las cositas tan deliciosas que comemos en esta época. ¿Acaso es la comida con pavo (o lo que se sirva en su país) y todos los demás aderezos? Puede
ser que para algunos de ustedes sean las fiestas de Navidad o las visitas a los familiares y amigos. Para muchos de nosotros lo mejor de la Navidad son los regalos, tanto los
que damos como los que recibimos… ¡Especialmente los que recibimos!
Hmmm… ¿Pueden pensar en algo que me falta mencionar acerca de la Navidad? Ah, sí, es el cumpleaños de alguien, ¿verdad? ¿Quién cumple años? ¡Correcto! Es el
cumpleaños de Jesús. Sabes, algunas veces nos envolvemos tanto en las decoraciones, luces, fiestas y regalos que perdemos de vista la verdadera Navidad.
Eso me recuerda una historia que escuche sobre un niño que deseaba ir al circo. Un día mientras caminaba por la calle vió un afiche en la vitrina de una tienda. El afiche
indicaba que un circo vendría al pueblo y que el boleto al circo costaba un dólar. El niño corrió a su casa y le pidió a su papá si podía darle un dólar para ir al circo el siguiente
sábado.
Su papá le dijo que si él trabajaba fuertemente y hacía todas sus tareas, le daría el doólar para ir al circo. Llegó la mañana del sábado y el niño se levantó e hizo todas sus
tareas.
“He hecho todas mis tareas”, le dijo el niño a su padre.
El papá le dió el dólar y el niño se dirigió al pueblo, lleno de expectación al pensar que iba a ver animales salvajes, artistas del trapecio y todas las cosas que vienen con el
circo. Como llegó tan temprano al pueblo, estaba en primera fila cuando comenzó la parada del circo en la calle principal del pueblo. El niño estaba encantado cuando vio a los
animales y las diferentes escenas que presentaban en la parada.
Al final de la parada iban los payasos y detrás de ellos el maestro de ceremonias. Cuando el maestro de ceremonias pasó por donde estaba el niño, éste tomando su dólar
doblado del bolsillo se lo entregó al maestro de ceremonias.
”Gracias, señor”, dijo el niño, “ese fue un gran circo”. Entonces, dando la vuelta se dirigió a su casa. Nunca supo lo que se había perdido. El creyó haber estado en el circo,
pero sólo había estado en la parada.
Si no tenemos cuidado podemos ser como ese niñito. Podemos envolvernos tanto en la celebración, las decoraciones y los regalos y perdernos la verdadera Navidad, el
cumpleaños de nuestro Salvador, Jesucristo.
Querido Jesús, es tu cumpleaños. Oramos para que no nos envolvamos tanto en la celebración que nos perdamos la verdadera Navidad. Amén.
14. 21. Cumplidos los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre JESÚS, el cual le había sido
por el ángel antes que fuese concebido.
22. Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a
salén para presentarle al Señor
23. (como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz será llamado santo al Señor),
24. y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos.
25. Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la
solación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él.
26. Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Se
27. Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, pa
hacer por él conforme al rito de la ley,
28. él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo:
29. Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz,
Conforme a tu palabra;
30. Porque han visto mis ojos tu salvación,
31. La cual has preparado en presencia de todos los pueblos;
32. Luz para revelación a los gentiles,
Y gloria de tu pueblo Israel.
33. Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él.