1. Los debates doctrinales
Párrafo 37
Predicar una verdad irrefutable puede tornar al predicador demasiado
autosuficiente y muy engreído—Tenemos el más solemne mensaje de
verdad que jamás haya sido enviado al mundo. Esta verdad es más y más
respetada por los inconversos porque no puede ser refutada. En vista de este
hecho, nuestros jóvenes llegan a ser autosuficientes y muy ingreídos. Ellos
toman las verdades que han sido descubiertas por otras mentes, y sin estudio u
oración ferviente se enfrentan con oponentes y se meten en disputas,
participando con discursos sagaces e ingeniosos, haciéndose ilusiones de que
están haciendo el trabajo de un ministro del Evangelio. A fin de estar
capacitados para la obra de Dios, estos hombres necesitan una conversión
tan cabal como la que Pablo experimentó. Los ministros necesitan ser
verdaderos representantes de la verdad que predican. Ellos deben tener una
vida espiritual más profunda, caracterizada por una mayor simpleza.—
Testimonies for the Church 4:446. {MPa 33.3}