[Edición del «Consejo de Publicaciones» de la Universidad de Los Andes, 1978. Por petición del fallecido médico, artista plástico y poeta Carlos CONTRAMAESTRE -con quien participé en la fundación de la editorial de la citada casa de estudios superiores- estuve a cargo de la edición del poemario] (@jurescritor/jimenezure@hotmail.com)
describimos como son afectados las regiones naturales del peru por la ola de ...
Sobre «el viaje» de juan liscano
1. SOBRE «EL VIAJE» DE JUAN LISCANO
(TEXTO INSERTO EN LA REVISTA «ACTUAL» DE LA
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES N0. 11, NOVIEMBRE DE
1979/AL CUMPLIRSE EL CIENTO UNO AÑO DE SU
NACIMIENTO)
[Edición del «Consejo de Publicaciones» de la Universidad de Los
Andes, 1978. Por petición del fallecido médico, artista plástico y
poeta Carlos CONTRAMAESTRE -con quien participé en la
fundación de la editorial de la citada casa de estudios superiores-
estuve a cargo de la edición del poemario]
Por Alberto JIMÉNEZ URE
(@jurescritor/jimenezure@hotmail.com)
2. La víspera escribí (1), si mal no recuerdo, que LISCANO es
hacedor de una poesía de fundamentación «heroica»: porque, a
despecho de sus investigaciones folklóricas, su lírica no está
invadida por la boga del «criollismo venezolano». Producto, tal
moda, de una bien dirigida campaña de envilecimiento intelectual
por parte de algunos autores. En ningún caso, no pretendo
subestimar al «Folklore Nacional»: empero, lo confieso sin
rencor, sí necesito darle el lugar que exacto merece en la
«Literatura Universal». A mi juicio, mediante argumentos de
obcecado criollismo, en nuestro país se hace mucha y fácil poesía.
Juan, en cuyo Nuevo Mundo Orinoco (1959) ya anuncia cierta
influencia «gnóstica», parece admitir con su madura creación
poética su veneración por «lo intuitivo». En un breve comentario
sobre el citado libro, dije: «[…] LISCANO abre una ruta hacia la
ejecución de una Poesía Paleontológica: donde el todo interior
despierta al consciente […]» El «Ser», su develamiento y la sabia
quietud del alma que representa evoca la antiquísima «Secta de
los Metafísicos». Lo ha confesado en algunas entrevistas: «[…] La
Literatura Venezolana requiere de una dosis de metafísica […]»
Hace tan acertada afirmación y sus textos la abundan.
Ahora me ocupa El Viaje (2), su más reciente libro de poemas.
Según él, un texto «accidentado». Hace diez años, cuando estaba
en manuscrito, uno entre sus amigos lo extravió. A partir de El
Viaje, el intelectual habita un lugar perfectamente suyo: y, la obra
a la cual confía la misión de reflejarlo, igual adquiere el rigor
«óntico» ya consagrado en Nuevo Mundo Orinoco. He aquí El
Viaje: «[…] He viajado dentro del viaje hacia fuentes
escondidas/he sentido el horror del océano en tinieblas de fuegos
nebulosos […]»
Una vez instalado en su espíritu/ego/conciencia, Juan LISCANO
deja escapar una poesía de «dictados religiosos». Se siente, sin
embargo, solo. Desterrado, al parecer a voluntad: «[…] Me he
visto en un escudo de águila con las alas podadas/Soy Martín
3. Pascual, Don Nadie, Juan de nauta/Juan de la noche/Juan sin
apellido, el desterrado […]»
Es importante advertir en LISCANO a un náufrago, hombre cuyo
largo tránsito por la vida le ha dejado luces pero también
decepciones: «[…] Hace tiempo vago sin la paz de un rumbo […]»
-confiesa-. Es ahí donde se gesta el «estoicismo» del hacedor que,
en ese inexistente camino porque no es rumbo, siembra un canto
metafísico. Su musicalidad irrumpe poética y la fluida escritura
que la ejecuta propaga mensajes. Existe, en este punto,
correspondencia con Rafael CADENAS. Que no llega a semejanza
o influencia. Porque el segundo se acerca más a la creación
aforística explícita y el primero a los problemas del «Ser».
La «existencia» asume al «ente», aunque parezca absurdo, como
el «ente» a ella: situación paradójica, sin duda, que hace realidad
las cuestiones del espíritu. El Hombre requiere de su intuición
sensible, de sus facultades más profundas y desconocidas, para
sobrevivir al cálculo. Nos gestan en el vientre de una tierra furiosa
y morimos en su siquis. Es el recorrido infalible de un poeta que
ve «otra orilla». Ruta hacia la cual la percepción extrema conduce.
Primero la angustia, luego la reflexión por sobre los actos, para
culminar en la quietud. Juan yace ahí, en la paz de un tiempo que
(pese habitarlo) le es misterioso. Porque el tiempo no pertenece al
Ser Humano como entidad física, sino a la conciencia ella. Las
inferencias del escritor sostienen mis afirmaciones: «[…] Escribir
es sacar a los muertos de sus tumbas/representar las
interminables tramas del olvido del amor y del recuerdo/revolver
la memoria en procura de fragmentos y restos de civilizaciones
extintas […]»
El tiempo es misterioso porque nos hace existentes fuera de los
sentidos. Agota los campos verdes, las mujeres hermosas y
envejece igual que la bondad. Pero se vuelve senil por partículas,
en seres aislados. Es, además, implacable consigo: destino del que
participamos, de una u otra forma, quienes interpretamos la vida
a través de las letras. LISCANO enfila y con él yo: «[…] Recuerda
4. que recordarás al final asomado al borde del vacío/manoteando
tú ya de vidrio y de circuitos […]»
NOTAS.-
(1) En el diario «El Impulso», Barquisimeto, Venezuela,
Noviembre de 1977.
(2) LISCANO, Juan: EL VIAJE. Edición del «Consejo de
Publicaciones» de la Universidad de Los Andes, 1978. Por
petición del fallecido médico, artista plástico y poeta Carlos
CONTRAMAESTRE (con quien participé en la fundación de la
editorial institucional) estuve a cargo de la edición del poemario.