1. Ángel Luis Fernández Casco.
Técnico Superior en Dietética y Nutrición.
Estudiante 1º Enfermería de la Unex.
5 de Mayo, 2011
2. El sistema sanitario español presenta, en apariencia, una
buena salud. Es un referente internacional por su
universalidad, nivel de acceso, calidad y nivel de costes
comparado con otros países desarrollados (coste de los m
bajos de UE-15 en términos de gasto total sobre PIB y de
gasto per cápita). Además, es uno de los principales secto
productivos de la economía española.
Tan sólo el sector público supone más de un 5% del PIB, emplea a más de 1 millón de person
gestiona un presupuesto de casi 60.000 millones de euros, cantidad similar al total del gast
en países como Irlanda o Portugal. Sin embargo, la mayor parte de los agentes implicados p
se encuentra en un momento crítico: pocos dudan que bajo el modelo actual, el sistema san
es sostenible ni a corto ni a medio plazo.
3. A corto plazo. La situación financiera del sistema es muy complicada.
El déficit de financiación acumulado por la sanidad entre 2003 y 2007
supuso unos 11.000 millones de euros (un 20% del presupuesto total de
sanidad en 2007). Para 2009, las CCAA esperan que el gasto real supere su
presupuesto en un 10%-15%, cifra que podría doblarse en 2010.
A medio plazo. Más allá de los aspectos financieros, la calidad y la
equidad del sistema también se resentirán si no se introducen cambios
estructurales al sistema. En 10 años, el gasto sanitario podría duplicarse. En
2020, el 50% del gasto público de las CCAA se destinará a la sanidad. En
términos más prácticos, cada español deberá trabajar al menos 30 días al año
para cubrir el coste del sistema sanitario público.
4. Esta situación de colapso virtual del sistema
sanitario vendría motivada básicamente por dos
factores:
5. En diez años, 1 de cada 5 españoles tendrá más de 65 años, es
decir, más de 10 millones de personas tendrán un coste sanitario
entre 4 y 12 veces superior al del resto de la población.
Además, 6 de cada 10 españoles padecerán una enfermedad
crónica, incrementándose significativamente los recursos
destinados a estos pacientes, que suman actualmente más del
70% del total del gasto sanitario.
Por otra parte, los nuevos tratamientos y tecnologías (avances
en genética molecular, medicina personalizada, etc.) servirán de
mayor estímulo a la demanda, al hacer posibles nuevas
intervenciones y tratamientos.
6. En atención primaria, los pacientes son asignados con un
promedio de aproximadamente 6,5 minutos al médico de
familia, las tasas de ocupación en los hospitales públicos
superan el 80% y las listas de espera siguen siendo la asignatura
pendiente de la Sanidad. Con los niveles de productividad
actuales, en 10 años podrían faltar entre 15.000 y 20.000
médicos, especialmente en atención primaria y pediatría.
Por otra parte, los costes de los tratamientos se dispararán en
los próximos años alcanzando niveles muy superiores a los
presentes. Por ejemplo, se estima que los costes por paciente y
año de tratamiento oncológico pasarán de los actuales 20.000-
50.000 a los 70.000 euros aproximadamente.
7. En definitiva, nos enfrentamos a un problema real y
grave de sostenibilidad del sistema y de
preservación de los principios sobre los que se basa.
Su solución no puede limitarse al ámbito económico.
Es seguro que parte de la solución incluya a futuro un
aumento de los recursos públicos y privados
destinados a sanidad, pero también es necesario
asegurar una correcta utilización de los mismos por
parte de todos. La oportunidad es considerable y es
necesario comenzar a capturarla desde este
momento.
8. Los usuarios deben adquirir una mayor conciencia
sobre su propia salud y sobre el uso que hacen del
sistema.
Los profesionales deben ser los catalizadores del
cambio y ayudar a lograr un mayor equilibro entre los
objetivos de calidad y eficiencia del sistema.
Los gestores y administradores del sistema tienen que
asegurar la utilización más eficiente y equitativa de los
recursos públicos a su disposición.
9. En definitiva, el sistema sanitario se encuentra
ante su "momento de la verdad". Podemos
optar por inyectar más recursos y posponer el
problema unos años. O bien, por abordarlo de
una vez, con todas sus consecuencias.
Nuestra propuesta va en este sentido - un reto
formidable que analizaremos en los próximos
artículos.