2. AGUA DE LAGOS Y RÍOS
El agua de mar tiene una salinidad relativamente constante; pero las aguas de ríos y lagos tienen
composiciones variables. Esto es posible ya que tanto unos como otros a menudo contienen agua
que ha estado en contacto con varias formaciones geológicas. Este liquido a grandes o cortas
distancias sobre la tierra, pudo haber disuelto minerales y substancias de vida vegetal en
descomposición a lo largo de su recorrido y, además, pueden contener materiales descargados por
los seres humanos.
Existen lagos que se saben que son salados, ya que han acumulado grandes cantidades de sales
minerales disueltas. Exceptuando las aguas de los lagos salados, las aguas naturales de lagos y ríos
no son saladas y se conocen con el nombre de agua dulce. Por supuesto, este tipo de agua por lo
común no es ni dulce ni pura, sino que es una solución de iones y moléculas disueltas. Los iones
positivos más comunes en este tipo de agua son el ion de calcio, Ca²+, el ion de magnesio, Mg²+ y
ion de sodio, Na+. Los iones negativos mas comunes incluyen al ion carbonato de hidrogeno
(bicarbonato), HCO- y al ion sulfato, SO²-. Existen muchas otras sustancias presentes en el agua
de lagos y ríos.
Puesto que el agua superficial, junto con el agua de pozos, sirve para uso de consumo públicos, se
han establecido normas químicas para el agua potable.
Estas normas, junto con los reglamentos bacteriológicos, sirven como guía para mantener la
seguridad en función de la salud, el color, el aspecto, el sabor y el olor del agua potable.
3. ¿Cómo se contaminan los lagos y ríos?
Toda el agua pura procede de la lluvia, a veces antes de llegar al
suelo recibe su primera carga contaminante, que se disuelven
sustancias, como óxidos de azufre y de nitrógeno que la convierten
en lluvia ácida. Una vez en el suelo, el agua discurre por la superficie
e infiltra hacia capas subterráneas. Es el agua de escorrentía, que en
las capas y las granjas se carga de pesticidas del exceso de nutrientes
y en las ciudades arrastra productos como aceite de agua, metales
pesados y nafta. La contaminación puntual es la que procede de
fuentes localizadas es controlable mediante plantas depuradoras.
Pero ninguna medida de control sería efectiva si no va acompañada
de disposiciones destinadas a reducir los residuos y reciclar todo lo
que se puede, por que las aguas de infiltración que atraviesan los
vertederos urbanos e industriales contaminan los acuíferos que
suministran agua potable a millones de personas.
4. Agentes contaminantes
Los principales contaminantes de los lagos y ríos son los
siguientes:
Aguas residuales y otros residuos que demandan oxígeno (en su
mayor parte materia orgánica, cuya descomposición produce la
desoxigenación del agua).
Agentes infecciosos (cólera, disentería) causan trastornos
gastrointestinales.
Nutrientes vegetales que pueden estimular al crecimiento de las
plantas acuáticas. Éstas, a su vez, interfieren con los usos a los que
se destina el agua y, al descomponerse, agotan el oxígeno disuelto
y producen olores desagradables.
Productos químicos, incluyendo los pesticidas, diversos productos
industriales, las sustancias tensioactivas contenidas en los
detergentes, jabones y los productos de la descomposición de otros
compuestos orgánicos.
6. Los efectos de la contaminación de los lagos y ríos incluyen
los que afectan a la salud humana. La presencia de nitratos
(sales del ácido nítrico) en el agua potable puede producir
una enfermedad infantil que en ocasiones es mortal. El
presente en los fertilizantes derivados del cieno o lodo puede
ser absorbido por las cosechas, de ser ingerida en cantidad
suficiente, el metal puede producir un trastorno diarreico
agudo, así como lesiones en el hígado y los riñones.
Hace tiempo que se conoce o se sospecha de la peligrosidad
de sustancias inorgánicas, como el mercurio, el arsénico y el
plano.
7. Los lagos son especialmente vulnerables a la contaminación. Hay
un problema, la eutrofización, que se produce cuando el agua se
enriquece de modo artificial con nutrientes, lo que produce un
crecimiento anormal de las plantas. Los fertilizantes químicos
arrastrados por el agua de los campos de cultivo pueden ser los
responsables. El proceso de eutrofización puede ocasionar
problemas estéticos, como mal sabor y olor, y un acumulamiento
de algas o verdín desagradable a la vista así como un crecimiento
denso de las plantas con raíces, el agotamiento del oxígeno en las
aguas más profundas y la acumulación de sedimentos en el fondo
de los lagos, así como otros cambios químicos, tales como la
precipitación del carbonato de calcio en las aguas duras, otro
problema cada vez más preocupante es la lluvia ácida que ha
dejado muchos lagos del Norte y del Este de Europa y del Noroeste
de Norteamérica totalmente de provistos de vida.
8. ¿Qué efectos provoca la contaminación de
los ríos o lagos?
Debido a su escasa entrada y salida de agua, los lagos sufren graves problemas de
contaminación.
Los ríos, por su capacidad de arrastre y el movimiento de las aguas, son capaces de
soportar mayor cantidad de contaminantes. Sin embargo, la presencia de tantos
residuos domésticos, fertilizantes, pesticidas y desechos industriales altera la flora
y fauna acuáticas. En las aguas no contaminadas existe cierto equilibrio entre los
animales y los vegetales, que se rompe por la presencia de materiales extraños. Así,
algunas especies desaparecen mientras que otras se reproducen en exceso.
Además, las aguas adquieren una apariencia y olor desagradables. Los ríos
constituyen la principal fuente de abastecimiento de agua potable de las
poblaciones humanas. Su contaminación limita la disponibilidad de este recurso
imprescindible para la vida.
9. Conclusión
Estamos ante un nuevo desafío. Los lagos y ríos pueden llegar a
convertirse en un desierto nunca esperado. El hombre debe respetar
la naturaleza, vivir en armonía, satisfacer sus necesidades sin
descuidar las de las generaciones futuras. La contaminación,
depredación y sobrexplotación conducen a la pobreza y al hambre.
Pero no todo es negativo en lo que respecta a la contaminación de
lagos y ríos. En los últimos veinte años se han establecido muchos
convenios internacionales con el fin esencial de reducir la
contaminación del agua, y ya hay logros concretos. Sin embargo,
debemos tener claro que el tiempo apremia y que la responsabilidad
es de todos.