Hoy estamos en el Día 8 de la peregrinación en honor a San Juan Eudes.
ha sido un itinerario muy bien acogido en nuestros contextos de misión San Juan Eudes: Ruega por nosotros
1. Por la senda de
Por la senda de
San Juan Eudes
San Juan Eudes
2. Iráscontodoslosqueinicienestecaminosinimportardondeseencuentren.
Nuestrametaalaquedeseamosllegares“LaGloriadeDios”,puesestafuela
metadeSanJuanEudes.Poreso,nuestrarutacomenzaráenRi,aldeadeOrne
enlaregióndelaBajaNormandía.
Para realizar un ejercicio de peregrinación es importante tener en cuenta a dónde desea ir,
con quienes va a ir y desde dónde iniciará su recorrido, de manera que pueda preparar todo
de acuerdo con lo previsto, es bueno tener en cuenta:
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Instruccionesparalaperegrinación
Instruccionesparalaperegrinación
Elrecorridoiniciarádesdeellugardondeteencuentres,soloabretucorazóny
prepárateacaminar.
Preparatodolonecesarioparaelviaje,tuGPSymochilaeudista,enlaque
reservarástodoloquenecesites,enespecial,elmapaenelqueestarálaruta
marcada,tucorazónjuntoconlasmismasdisposiciones,sentimientos,
intencionesquetuvoJesúsaliniciaruncamino.
Nodejesderecorrercadadía,tenpresenteque,sitecansas,puedesdescansary
continuar,loimportanteesseguir,sisientesquenodasmás,recuerdaqueporel
caminovanmáshermanosquetepuedenauxiliarconsuoraciónyayuda
necesaria.
AcudecadamomentoalaintercesióndelaSantísimaVirgenMaría,puesella
viviólaGloriadeDiosdemaneraanticipada.
RecuerdaquerecorreremoselcaminodeSanJuanEudes,porello,tenpresente
queélnosacompañaráparaalcanzarnuestrameta:laGloriadeDios.
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Ahora san Juan Eudes se encuentra en París y no puede esperar más, porque como élmismo
cuenta, la peste asola muchos lugares que élpuede auxiliar, de manera especial en la diócesis de
Séez, ¡Qué admirable, ha vuelto al lugar donde salió! Allá se dirige para atender a los más
necesitados, no importándole sino la Gloria de Dios la cuales que elhombre viva:
En 1627 la peste asoló las parroquias de San Cristóbal, san
Pedro de Vrigny, san Martín de Vrigny, de Avoines y otras
vecinas, de la diócesis de Séez; estando los enfermos
privados de todo auxilio espiritual y encontrándome
entonces en París, solicité autorización al R.P. de Bérulle
para ir a asistirlos. Me la concedió. Fui a hospedarme donde
un sacerdote ejemplar de la parroquia de san Cristóbal, el P.
Laurens, quien me acogió caritativamente en su casa.
Celebrábamos diariamente la santa misa en la capilla de san
Evroult, no lejana de su residencia. Ponía en seguida las
hostias que había consagrado en una cajita de hojalata, que
conservo en el fondo de mi baúl, la que llevaba al cuello.
íbamos luego, este sacerdote y yo, por las parroquias, en
busca de los enfermos; los confesábamos y enseguida yo les
daba el santísimo Sacramento. Así hicimos desde fines de
agosto hasta la fiesta de Todos los Santos cuando la peste
cesó del todo. Dios nos preservó hasta el punto de no haber
experimentado incomodidad alguna.
Te bendigo, Señor y Rey mío, te ensalzo,
Dios Salvador mío; doy gracias a tu Nombre
porque fuiste mi ayuda y mi escudo [20].
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3. Adorar a Nuestro Señor Jesucristo en sus sufrimientos y en las santas disposiciones con las que
los sobrellevó; y darnos a él para sufrir con su espíritu, es decir, con espíritu de amor a Dios, de
sumisión a la divina voluntad, de obediencia a los médicos y a los que nos gobiernan, de
desprendimiento de nosotros mismos, de paciencia y tranquilidad.
4. Manifestar a Nuestros Señor que queremos que todas las asistencias y servicios que se nos
brinden sean, no para nosotros que no merecemos ser servidos ni siquiera mirados, sino por él
pues sólo él es infinitamente digno de ser amado y servido por todo elmundo.
5. Rogar a Nuestro Señor que haga, en nuestro lugar, todo eluso que debemos hacer de nuestra
enfermedad, dándole nuestra voluntad con esta intención y suplicándole que una nuestros
dolores a los suyos y los ofrezca a su Padre por las mismas intenciones con las que él ofreció los
suyos.
6. Rogar a la santísima Virgen, a nuestros ángeles de la guarda, a nuestros santos patronos, que
suplan nuestros defectos y hagan por nosotros, ante Dios cuando debemos hacer para rendirle
nuestros deberes con esta ocasión.
7. Renovar a menudo estos actos, no todos siempre sino alternadamente [21].
A lo largo de nuestras vidas, hemos evidenciado a muchas personas que
han estado enfermas, algunas que pueden sobrellevar sus enfermedades,
otras que están sirviéndose de algún medicamento o de algún aparato y
otras tanto que están postradas en cama. Como otros tantos Jesús, te
invitamos a visitar a los enfermos, no solo con una voz de aliento, sino
que todo tu ser se disponga a brindarle compañía, amor, misericordia, en
una palabra: hazlo de nuevo digno, hazle sentir que es digno de ser amado
y que su enfermedad no es impedimento sino la oportunidad de amar a
Dios.
Salimos de Caen a París, allí se va a encontrar luego de haber estado
hablándonos en Caen, claro está que su estadía allá no durará mucho,
porque su misión como ya se ha anunciado se va a centrar en Caen. Pero,
ahora lucha por los enfermos y eso nos dice mucho ¿Te encontrarás
enfermos en el camino? Lo más probable es que sí, no dudes en atenderlos y
sinecesitasapoyo,avísanos,juntosauxiliaremosalosmásnecesitados
¡Sé Jesús para los enfermos!