Este documento trata sobre la espiritualidad del catequista. Resalta que muchos cristianos no son miembros vivos de la Iglesia ni auténticos discípulos del Señor, por lo que es necesario crear procesos de iniciación para formar discípulos. También habla sobre la importancia de la oración en la vida del catequista y los riesgos de caer en una mediocridad o anemia espiritual al poner más énfasis en la acción que en la intimidad con Dios. Define la espiritualidad como la acc
1. ESPIRITUALIDAD
DEL
CATEQUISTA
II
«son muchos los
cristianos que no son ni
miembros vivos de la
Iglesia ni auténticos
discípulos del Señor, de
ahí que haya que
optar más
decididamente por la
creación de procesos
de iniciación para
formar discípulos».
4. Jesús,
Maestro
de
oración
La oración
en la vida
del
catequista
Llamados a
vivir desde
una
espiritualidad
El Señor nos ha llamado
«amigos» dispongámonos
a entrar con un corazón
humilde a este taller de
formación
Formas y
expresiones
de la
oración.
Medios
para
ayudarnos
en la
oración
En
presencia
de Dios
5. Llamados a vivir desde
una espiritualidad
OBJETIVO: vivir la
espiritualidad de
catequistas para ser
auténticos
comunicadores del
Evangelio
6. Lectura en voz alta:
¿Por qué casi no nos hablas de Dios?
Hace algunos años una persona muy estimada por mi, me hizo una
pregunta que me dejó casi temblando. Esta pregunta tan corta y tan
profunda han seguido acompañándome en la vida, permitiéndome
en muchas ocasiones de cansancio y desilusión refrescar mi
experiencia de Jesús. Dicha pregunta estuvo antecedida por un
comentario.
«Sabe cuando escucho hablar a fulanito que es ingeniero topógrafo,
me sorprende la espontaneidad y frescura, de que habla de caminos
peligrosos en las montañas, camiones, maquinas, compañeros de
trabajo, pendientes, ríos, comunidades lejanas y todo lo que se
relaciona con lo que felizmente realiza como ingeniero»
contrariamente con lo que eres de evangelizadora. ¿Por qué casi no
nos hablas de Dios?
¡Qué pregunta! Me quede sin respuesta. Sonreí sin hacer comentario,
evadiendo la pregunta, pero está ya había calado profundo en mi.
7. Al retirarme a mi cuarto, me vinieron muchas justificaciones, entre ellas.
«No necesito hablar, mi vida y mi compromiso con la Iglesia lo dice
todo de Dios» me dije.
¡Qué gran mentira! ¡Qué tonta justificación!
Y en realidad en esta pregunta había algo más de fondo, esta persona
estaba preocupada no solo por no escuchar «acerca de Dios» sino
sobre todo por ver a una persona consagrada, con un proyecto de
vida decidido por Dios, y con poco entusiasmo en su experiencia de
Dios. Esta pregunta vino a corroborar lo que en otros ambientes había
escuchado: «La boca habla de lo que esta lleno el corazón». Entonces
acepte sencillamente que ¡Dios no ocupa mi corazón! ¡Que Él no
estaba siendo mi centro! Por lo menos no en esa ocasión. Verme con
esta pobreza espiritual me hizo pensar que desafortunadamente más
de algún evangelizador o catequista ha caído también en una cierta
anemia espiritual, trato quizás de un activismo desenfrenado,
buscando un cierto tipo de eficacia y rendimiento pastoral, creando y
desarrollando así una mediocridad espiritual que en mucho estorba a
la auténtica evangelización.
8. Y tú catequista, alguna vez
¿Te has encontrado en situaciones semejantes?
¿Qué piensas de la mediocridad espiritual?
¿Crees que podemos caer en una anemia
espiritual? ¿Porqué?
Comparte con tu compañero de
al lado estas preguntas y también
acerca del riesgo de hablar de
Dios sin que Él esté en el
centro de nuestro corazón.
9.
10. La espiritualidad no es
todo lo que se opone al
mundo, lo inmaterial, lo
escondido, lo oculto, la
pura intimidad.
La espiritualidad no es lo
opuesto al compromiso y a
la acción, rezar o estar en la
Iglesia, pero sin
compromiso…
11. «Fulano tiene mucho espíritu,
tiene una espiritualidad
profunda». Vemos un fuego
interior en la persona.
El espíritu de una persona es lo
profundo y dinámico de su
propio ser, sus más grandes
motivaciones, su ideal…
La vida espiritual es la acción
del Espíritu Santo en nosotros
como, savia que impregna y
da vida a todas las áreas o
zonas de nuestra persona…
¿QUÉ ES
ENTONCES
ESPIRITUALIDAD
12. «Espiritualidad es Dios en
mi corazón y yo que
busco alcanzar a Dios
presente en el corazón
del otro».
San Pablo.
Para él vivir la
espiritualidad
es:
Abrirse a la
esperanza
(Rm 8, 18 –
25)
Tender a la
perfección
(Flp 1, 27 – 30)
Progresar en
la fe (2 Co
8, 7 – 10)
Sostenerse en la
caridad
(2 Co 8, 10 – 16)
Afirmarse en
la justicia
(Flp 1, 11)
14. La vida espiritual es asimilarnos o parecernos
a Cristo, de tal manera que la opción de
Jesús deberá ser nuestra opción, sus actitudes
nuestras actitudes, su modo de vivir a de ser
el nuestro.
18. Estas notas características de la espiritualidad del
catequista, las hemos de vivir en la intimidad y en la
acción, en el silencio y en la palabra; en la soledad y
en el encuentro catequístico. Por ello, retomemos
cada una de estas notas y escribamos cuál de ellas
nos gustaría fortalecer en nuestra vida y de que
medios nos vamos a valer para lograrlo.
19. NO LE RECES A DIOS MIRANDO AL CIELO, ¡MIRA HACIA ADENTRO!
No busque a Dios lejos de ti, sino en ti mismo…
No le pidas a Dios lo que te falta: ¡búscalo tú mismo!, y Dios lo
buscará contigo, por que ya te lo dio como promesa y como meta
para que tú mismo lo alcances…
No reproches a Dios por tu desgracia; ¡súfrela con Él!, y Él sufrirá
contigo; y si hay dos para un dolor, se sufre menos…