1. II SIMPOSIO NACIONAL DE INVESTIGACIÓN Y FORMACIÓN EN
RECREACIÓN
BOGOTÀ, SEPTIEMBRE 27, 28 Y 29 DE 2001
EL DESARROLLO HUMANO COMO MARCO
DE ANÁLISIS DEL OCIO EN LA ACTUALIDAD
Ponente
José Fernando Tabares Fernández
Aspirante a Doctor en Ocio y Potencial Humano
Universidad de Deusto
Bilbao-España
Introducción
Me llamó mucho la atención, que un artículo referente de la investigación de
ocio1[1]
, empezará de la siguiente manera: “Recientemente recibí un e-mail con las
siguientes reflexiones. La paradoja de nuestra historia actual es que… gastamos
mucho más dinero, pero hay menor calidad en las cosas que nos ofrecen por él.
Tenemos más comodidades pero menos tiempo …más expertos y más
medicamentos pero menos bienestar. Hemos multiplicado nuestras posesiones,
pero reducido nuestros valores; hablamos demasiado, amamos muy raras veces y
odiamos muy fácil y frecuente. Hemos aprendido como ganarnos la vida pero no,
como tener una vida; agregamos años a la vida pero no vida a los años …hemos
aumentado en cantidad pero disminuido en calidad. Tenemos más tiempo para
nuestros propósitos de ocio pero los disfrutamos menos. Comemos más comidas
diferentes, pero nos nutrimos menos. Este es un tiempo en que la tecnología le
puede traer este mensaje y es un tiempo en que usted puede elegir entre hacer
una diferencia al tomarlo o simplemente botarlo a la basura (autor desconocido).
1[1]
HENDERSEN, k.: Y2K: The challenges of leisure Research. World Leisure & Recreation, N°4,26-30
1999..
2. Cuáles son entonces las preguntas que en la actualidad y hacia futuro tendrán que
resolver las reflexiones y análisis frente al ocio. Cuál debe ser el eje aglutinador
para un desarrollo adecuado del trabajo de investigación no sólo en Colombia sino
en el resto de países de América Latina, en la perspectiva del desarrollo humano.
En el informe de la misión de sabios Colombia al Filo de la Oportunidad, se puede
leer en el tomo I dedicado a la ciencia, la educación y el desarrollo, que el 94% del
número total de científicos pertenecen al primer mundo, que a su vez representa el
23% de la población humana y que el tercer mundo que representa el 77% de la
población mundial, sólo contribuye con el 6% de los científicos. Sólo el 1% de los
científicos del mundo son Latinoamericanos y de estos sólo el 1% son
Colombianos. Colombia cuenta en la actualidad con 5000 científicos (180 por
cada millón).
Si tenemos en cuenta que la perspectiva de este informe se dirige
fundamentalmente hacia las ciencias duras, no sería un despropósito considerar
que el área del ocio, la recreación y el tiempo libre carecen en Colombia, de un
grupo consolidado de personas trabajando por un adecuado desarrollo, que
permita la construcción y consolidación de líneas de trabajo hacia la interpretación
de las manifestaciones del ocio y su relación con la calidad de vida de las
personas. De igual manera, las características de nuestra sociedad Colombiana,
requieren a mi parecer de modelos y propuestas que apuesten más allá de las
líneas tradicionales de investigación del ocio, creadas para hacer interpretación en
sociedades, que las más de las veces, no responden a las regularidades de
nuestra sociedad.
EL CONTEXTO DEL OCIO: UN REFERENTE DE VITAL IMPORTANCIA
La tradicional relación del ocio con el desarrollo y de este con el desarrollo
económico, ha conducido también a que no sólo en Colombia sino en la mayor
3. parte de América Latina, el ocio no haya sido considerado como un fenómeno con
suficiente impacto, como para ser estudiado en la perspectiva de su aporte a la
calidad de vida de las personas, es decir, nuestros países al ser considerados
tercer mundo, no cuentan con las condiciones presupuestadas como necesarias
para la aparición del ocio. Quizás hoy se siga pensando que el ocio y las
condiciones necesarias para su aparición, no sea pertinente sino para ciertos
sectores de la población, aquella con suficientes recursos para participar como
consumidor en la industria del ocio.
Hablar del desarrollo económico y del desarrollo humano lleva a pensar en un
análisis de su relación y complementariedad. Se podría decir incluso, que el
crecimiento económico conlleva al desarrollo humano, entendido este como la
plena existencia de los seres humanos. Al menos este debería ser el objetivo de
un adecuado desarrollo económico. Dos conceptos complejos, que encierra cada
uno de ellos una amplia posibilidad de puntos de vista e interpretaciones y que, en
la realidad, no han tenido la relación que se hubiera esperado. Una simple mirada
retrospectiva, permitirá hacer un sencillo recorrido.
El Informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo de la Unesco,
presenta, una interesante definición de desarrollo: ‹‹Cultura y desarrollo se han
convertido en dos conceptos fundacionales que cubren una variedad de
significaciones ambiguas y a veces confusas. Sin embargo, para los propósitos de
este informe bastará limitarnos a dos concepciones distintas de desarrollo. Según
la primera, el desarrollo es un proceso de crecimiento económico, una expansión
rápida y sostenida de la producción, la productividad y el ingreso por habitante
(algunos matizan esta definición insistiendo en una amplia distribución de los
beneficios de este crecimiento). De acuerdo con la segunda, adoptada por el
informe sobre desarrollo humano publicado anualmente por el Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, y asumida también por un gran
número de distinguidos economistas, el desarrollo se concibe como ‹‹un proceso
4. que aumenta la libertad efectiva de quienes se benefician de él para llevar
adelante cualquier actividad a la que atribuyen valor››2[2]
.
El planteamiento frente a esta situación es si el ocio como fenómeno está
influenciado por el modelo de desarrollo que impera en una sociedad, y, a su vez,
la economía como disciplina central en la organización de las condiciones para
dicho desarrollo presenta posiciones sobre la diferenciación de su estudio según
las sociedades que se analicen, ¿no se debe pensar que igualmente el ocio como
manifestación de tal sociedad debería asumir algunos referentes propios para su
estudio en esas mismas sociedades? Y si es así qué otros posibles referentes
además de los ya existentes pueden ser agregados para que se pueda dar cuenta
de la realidad de este fenómeno en sociedades cuyas características son
diferentes a las de las sociedades de referencia.
En palabras de Kelly “Quizá el cambio más significativo sufrido por los estudios de
ocio durante la última década haya sido considerar el ocio como algo refutable.
Este cambio esta relacionado con otras perspectivas: el ocio como algo
socialmente imbricado en lugar de como algo separado o especial; el ocio que
incluye una diversidad de actividades que suponen una multiplicidad de
resultados; el ocio como aspecto culturalmente situado; el ocio como aspecto
político y el ocio como aspecto basado en los esquemas de producción y
distribución de una economía mundial capitalista. La naturaleza refutable del ocio
suscita, asimismo, los antiguos aspectos sociológicos de género y clase social y
los asuntos culturales de raza y etnia. El ocio no es un ideal filosófico, sino un
complejo conjunto de comportamientos, significados, estructuras e ideologías
socialmente construidos”3[3]
.
Puede entonces afirmarse que hoy más que dar cuenta de las diferentes
manifestaciones de ocio, aunque importante también, se debe plantear a la
2[2]
Informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo de la Unesco, unesco, Madrid, 1997, p. 15.
3[3]
KELLY, J., Asuntos en el milenio. Una perspectiva global. En CUENCA, M., Ocio y desarrollo humano,
Propuestas para el 6° Congreso Mundial de Ocio. Universidad de Deusto, Bilbao, 2000
5. manera de Manuel Cuenca Cabeza, la pregunta sobre ese tipo de ocio que en
principio puede ser justificado como necesidad y del cual dice: ‹‹ Cuando hablo de
ocio no me refiero a la mera diversión, el consumo material, el ocio pasivo o la
simple utilización del tiempo libre. Aludo a un concepto de ocio abierto a cualquier
perspectiva presente y futura, pero al mismo tiempo, entendido como marco de
desarrollo humano y dentro de un compromiso social››4[4]
.
Así entendido el ocio y bajo la actual perspectiva de la relación entre ocio y
desarrollo humano, será necesario que gran parte de los esfuerzos se ubiquen en
las reales necesidades de nuestros ciudadanos, intentando identificar e interpretar
las regularidades que subyacen en los hábitos de la gente y su relación con la
construcción de mejores vidas humanas. Temas como ocio y pobreza, ocio y
economía informal, ocio y violencia, ocio y poblaciones desplazadas, etc., deben
empezar a ser analizados para allegar suficientes elementos que nos permitan
aspirar a desarrollar líneas de investigación, formación y gestión que respondan a
las condiciones de esta Colombia.
Hoy es posible afirmar que la industria del ocio no garantiza o mejor, no tiene una
relación directa con mejores condiciones de vida para las personas. Igualmente la
afirmación de que el ocio no es bueno en sí sino que sus diferentes
manifestaciones pueden ser claramente identificadas y ubicadas dentro de una
categoría de mayor o menor aporte a la calidad de vida nos debe prevenir contra
análisis demasiado simples.
EL OCIO Y SU RELACIÓN CON EL DESARROLLO HUMANO:
EL ENFOQUE DE LAS NECESIDADES.
El ocio o alguna de sus manifestaciones han sido justificados como necesidad
humana, por ejemplo Joaquim Sempere citado por Riechmann5[5]
la plantea desde
4[4]
CUENCA, M., Ocio y Formación - Hacia la equiparación de oportunidades mediante la Educación de ocio,
Documentos de Estudios de Ocio núm. 7, Universidad de Deusto, Bilbao, 1999, p. 19.
5[5]
RIECHMANN, J., Necesidades: algunas delimitaciones en las que acaso podríamos convenir, en
RIECHMANN, J., (coord) Necesitar, desear, vivir, Libros de la Catarata, Madrid, 1998. p.16.
6. el juego. Para otros autores, que se pueden entender como estudiosos del
desarrollo, como Marta Nussbaum6[6]
y Manfred Max-Neef7[7]
, el juego y la
recreación para la primera y el ocio como necesidad humana para el segundo,
parecen justificar ese planteamiento de mirar al ocio como algo importante a la
hora de analizar la riqueza de una vida humana, o mejor, del bienestar humano.
Autores mucho más relacionados con el tema específico del ocio como Manuel
Cuenca Cabeza afirman incluso la relación de la experiencia de ocio con la
naturaleza humana: ‹‹Me interesa la vivencia del ocio en cuanto experiencia
enriquecedora, gratuita y solidaria. Experiencia necesaria de la naturaleza
humana, que nos permite restablecer el equilibrio físico y psíquico y nos abre las
puertas a la creatividad, la imaginación, la utopía, la contemplación y el
altruismo››8[8]
. Esto muestra que, a través del tiempo, el ocio ya ha sido mirado
desde la perspectiva de las necesidades.
Para el cometido de encontrar una adecuada justificación del ocio como necesidad
humana, el planteamiento de Manfred Max-Neef, en su enfoque de necesidades
humanas, aparece como valioso. Partiendo de la definición planteada
anteriormente, sí el ocio es un ámbito de la experiencia humana, tendrá que
tenerse en cuenta una serie de aspectos que condicionan de una u otra manera
dicha experiencia humana.
Un ejercicio de imaginación, al modo de Marta Nussbaum9[9]
, puede servir de
marco para desarrollar un ejemplo. Así pues, piénsese en un ser humano o una
sociedad en donde las manifestaciones de ocio, cualquiera que ellas sean, no
existen. Se pensará que dicho ser humano o dicha sociedad no son normales.
Para apoyar este ejemplo en algún enfoque, dígase el de Dumazedier10[10]
de las
funciones, pensar una vida humana sin actividades y espacios para el descanso,
6[6]
NUSSBAUM, M., Capacidades humanas y justicia social, en RIECHMANN, J., (coord), Necesitar, desear,
vivir, Libros de la Catarata, Madrid, 1998.
7[7]
MAX-NEEF, M., op. cit., p. 59.
8[8]
CUENCA, M.,Ocio y Formación - Hacia la equiparación de oportunidades mediantre la educación del ocio,
Documentos de Estudio de Ocio núm 7, Universidad de Deusto, Bilbao, 1999. pp. 19, 20.
9[9]
NUSSBAUM, M., op. cit.
10[10]
DUMAZEDIER, J., Hacia una civilización del ocio, Estela, Madrid, 1964.
7. la diversión o el desarrollo, parece prácticamente imposible. Igualmente si lo que
se utiliza son las dimensiones de Manuel Cuenca11[11]
, siempre se encontrarán
actividades que podrán ser ubicadas en alguna de ellas. Es más, si se analizara
cualquier sociedad, grupo humano o vida personal, se encontrarían siempre
actividades relacionadas con el ocio. Desde este planteamiento, parece posible
pensar que el ocio a través de sus diferentes manifestaciones puede ser asumido
como una necesidad humana, dado por supuesto que aquellas experiencias
vividas como libres, placenteras y gratificantes son necesarias para una buena
vida humana.
Un breve recorrido por las diferentes declaraciones que tienen que ver con los
derechos humanos parece confirmarlo, con la presencia del ocio como derecho
humano. Lo interesante de esto, al parecer, es el hecho de que cuando se llega a
un consenso sobre un determinado aspecto para ser considerado derecho
humano, subyace el pensamiento sobre su carácter imprescindible para la vida
humana.
Es importante considerar que si bien definir el ocio como una necesidad humana
es apenas un primer paso para su análisis, este debe ir acompañado de una
relación entre una serie de variables que marcan su existencia y la particularidad
de sus manifestaciones.
En este punto se recurre a la diferencia que hace Max-Neef entre necesidades y
satisfactores: Para este autor es un error el hecho de que tradicionalmente se
haya creído, que las necesidades humanas tengan una tendencia a ser infinitas, a
estar permanentemente cambiando, que varíen entre culturas y de acuerdo al
periodo histórico. Según Max-Neef estas suposiciones no son correctas y son el
resultado de un error conceptual.
11[11]
CUENCA, M., Temas de Pedagogía del Ocio, Universidad de Deusto, Bilbao, 1995, pp. 58-79.
8. ‹‹El típico error que se comete en la literatura y análisis acerca de las necesidades
humanas es que no se explicita la diferencia fundamental entre lo que son
propiamente necesidades y lo que son satisfactores de esas necesidades››12[12]
.
Este planteamiento parece de vital importancia a la hora de decir que si bien el
ocio puede ser considerado como una necesidad humana universal, los
satisfactores necesarios para su realización pueden ser diferentes de acuerdo con
las particularidades de cada sociedad.
Para Max-Neef: ‹‹Son los satisfactores los que definen la modalidad dominante
que una cultura o una sociedad imprimen a las necesidades. Los satisfactores no
son bienes económicos disponibles sino que están referidos a todo aquello que,
por representar formas de ser, tener, hacer y estar, contribuye a la realización de
necesidades humanas››13[13]
.
Esta definición contiene además un aspecto de suma importancia en lo que se
refiere a los satisfactores que pueden coadyuvar a que una necesidad humana
como el ocio pueda ser garantizada. Es el hecho de la particularidad de cada
sociedad para adoptar las formas como se intentan satisfacer las necesidades.
En palabras de Max-Neef: ‹‹cada sistema económico, social y político adopta
diferentes estilos para la satisfacción de las mismas necesidades humanas
fundamentales. En cada sistema, éstas se satisfacen (o no se satisfacen) a través
de la generación (o no generación) de diferentes tipos de satisfactores (...) Uno de
los aspectos que definen una cultura es su elección de satisfactores. Las
necesidades humanas fundamentales de un individuo que pertenece a una
sociedad consumista son las mismas de aquel que pertenece a una sociedad
ascética. Lo que cambia es la elección de cantidad y calidad de los satisfactores,
y/o las posibilidades de tener acceso a los satisfactores requeridos(...) Lo que
está culturalmente determinado no son las necesidades humanas fundamentales,
sino los satisfactores de esas necesidades. El cambio cultural es —entre otras
12[12]
MAX-NEEF, M., op. cit., 1994, pp. 40-41.
13[13]
Ibíd., p. 50.
9. cosas— consecuencia de abandonar satisfactores tradicionales para
reemplazarlos por otros nuevos y diferentes››14[14]
.
Este planteamiento aporta a la claridad, en un fenómeno como el ocio, que
muchas veces confunde su existencia como derecho y necesidad humana con la
forma como se satisface. Es decir, cuando se plantea que los mismos
satisfactores sirven para todas las sociedades y grupos humanos, independiente
de sus condiciones sociales, económicas, políticas y culturales.
En el camino de la explicación de los satisfactores, se encuentra otro punto
clarificador en lo que respecta al ocio. Este tiene que ver con la tendencia del
mundo del ocio a relacionar, muchas veces de forma exclusiva, la posesión de
bienes y servicios con la satisfacción de la necesidad. Es decir, el pensamiento de
que las cosas por sí mismas garantizan la satisfacción de la necesidad humana. Y
no sólo se hace referencia a objetos, sino a actividades y en muchos casos a
actitudes.
Sobre la manera como funcionan los satisfactores, dice Max-Neef que la
necesidad puede ser satisfecha a niveles diferentes y con intensidades distintas.
Estas necesidades pueden ser satisfechas en tres contextos: en relación con uno
mismo, en relación con el grupo social y en relación con el medio ambiente. Anota
además que factores como el tiempo, el lugar y la circunstancia condiciona la
calidad e intensidad de los contextos15[15]
. En este sentido será necesario intentar
ubicar referentes generales que den cuenta no sólo de la circulación de bienes y
servicios sino además de otros elementos que permitan identificar aspectos
básicos necesarios para el desarrollo del ocio en una determinada sociedad.
Diferentes autores hablan hoy de conceptos de ocio que podríamos asociar con su
calidad, es decir, que ninguna actividad de ocio garantiza por si misma
experiencias gratificantes y que incluso hay algunas que se asocian con estados
14[14]
Ibíd. p. 42.
15[15]
Ibíd. p. 43.
10. de aburrimiento. Csikszentmihalyi, habla del flujo como un estado óptimo de
experiencia, incluidas las actividades que pueden considerarse de ocio. Para
Stebbins, el concepto de ocio serio y ocio casual nos da cuenta de una mirada que
reconoce que no toda actividad de ocio potencia el desarrollo personal y social.
Para Cuenca, el ocio tiene una direccionalidad ya bien sea positiva o negativa en
términos tanto individuales como colectivos. De otra parte este mismo autor
menciona el ocio autotélico del cual afirma “ el ocio autotélico es el verdadero
ocio, es, en realidad, el único ocio que existe, el único que se hace realidad en la
vivencia de cada uno de nosotros. A todos los demás ocios a los que se ha ido
haciendo referencia se les puede denominar de otro modo: vicio, ociosidad o
mundo laboral del ocio. El ocio autotélico es el núcleo esencial, la luz que ilumina
el quehacer o la ausencia de los ocios. El ocio autotélico es, según se ha visto,
una experiencia vital, un ámbito del desarrollo humano, es aquella acción interna o
externa que, partiendo de una determinada actitud ante el objeto de acción,
descansa en tres pilares esenciales: percepción de elección libre, autotelismo y
sensación gratificante”.
Nuestras propuestas no sólo de investigación, sino de formación y gestión
deberán tener en cuenta esta perspectiva, no desde una posición de mera
aplicación sino de lectura atenta. Al final el desarrollo del ocio se evaluará en
términos de calidad de sus formas y del aporte a mejores vidas humanas y
mejores sociedades. Es decir, no importará tanto el número y cantidad de ofertas,
sino la calidad de las mismas en términos de libertad y posibilidad de desarrollo
humano.
Llegados a este punto, la afirmación se dirige hacia el planteamiento de que la
investigación que hoy debe ser impulsada desde nuestros trabajos, deberá
dirigirse además de a los sectores de análisis que necesariamente influyen en una
mayor o menor calidad de la experiencia de ocio (tiempo disponible, participación,
hábitos, etc.), al análisis e interpretación de lo que la gente hace y de como a
11. través de la formación se puede construir formas más dignas y favorecedoras del
bienestar humano.
Se reconoce la enorme dificultad que se presenta a la hora de pensar en la
elaboración de indicadores para evaluar el aporte del ocio al bienestar humano. Y
es difícil porque no es sólo el desarrollo del ocio lo que queremos evaluar, también
se pretende mirar de que manera este favorece o no el bienestar humano.
LA IMPORTANCIA DE LOS SATISFACTORES
EN EL DESARROLLO HUMANO
En este sentido encontramos referentes muy importantes en el Informe Mundial
sobre la Cultura presentado por la UNESCO en 1998. En primer lugar se puede
leer en este sentido a Terry McKinley cuando para presentar su propuesta de
indicadores culturales dice: ‹‹Partimos de la hipótesis de que el verdadero banco
de pruebas de una cultura consiste en determinar si favorece o no el
fortalecimiento de las cualidades humanas y si contribuye a ampliar el abanico de
elecciones que se ofrecen a cada individuo. Una evaluación de estas
características tendría que incluir varias dimensiones importantes. No se trata de
evaluar el ‹‹desarrollo cultural›› o, dicho de otra manera, no se busca determinar sí
una cultura esta más ‹‹desarrollada›› que otra. Puesto que admitimos que las
culturas son únicas y diversas, sería ilusorio tratar de medirlas con un único
rasero. Lo que queremos evaluar es su contribución al bienestar humano, el cual
posee las suficientes características comunes a todas las culturas para que sea
posible comparar la situación entre los diferentes países››16[16]
.
En este mismo Informe y dirigido al mismo aspecto, encontramos el aporte de
Prasanta Pattanaik quien elige el enfoque de los funcionamientos de Amartya Sen
para hacer su propuesta de indicadores culturales: ‹‹Por ejemplo puede afirmarse
16[16]
McKINLEY, T., Medida de la contribución de la cultura al bienestar humano: los indicadores culturales del
desarrollo, en Informe Mundial sobre la cultura, Ediciones UNESCO/CINDOC, ACENTO EDITORIAL, Madrid,
1999, p. 322
12. que la pintura de un periodo histórico es superior a la de una etapa precedente, o
que el ballet clásico posee un nivel cultural superior al de los bailes populares. No
obstante, no nos ocuparemos aquí de juicios estéticos ni de la evaluación de los
niveles culturales.(...) Lo que nos ocupa es la evaluación de los logros de las
sociedades en lo que se refiere al bienestar humano y, por tanto, nos
interesaremos por factores sociales, políticos, intelectuales y estéticos sólo en la
medida en que sean partes integrantes del mismo››17[17]
.
Igualmente es importante la propuesta de Manfred Max-Neef y su concepto de
satisfactores, porque además de plantear su apuesta por la posibilidad de ubicar el
interés en las necesidades humanas, propone un concepto como el de
satisfactores que va más allá de la sola posesión de bienes y servicios, para
buscar su aporte al bienestar humano. Su propuesta de valorar los satisfactores
en términos de su aporte o no a mejores vidas humanas es interesante.
Para el caso particular del ocio, la búsqueda de indicadores debe servir para
conocer las aportaciones que él y sus diferentes manifestaciones hacen al
bienestar humano. Es decir, aunque es posible y de hecho así ha sido, evaluar el
mayor desarrollo del ocio a través de determinados criterios, por ejemplo el acceso
al consumo y posesión de ciertos bienes, lo cierto es que lo que interesa no es
tanto si las manifestaciones de ocio de ciertas sociedades son mejores que otras,
sino su aporte al bienestar humano.
Como por ejemplo pensar algunos referentes que permitan conocer los aportes del
ocio al bienestar humano en un grupo poblacional que no accede a la industria del
ocio a través del consumo. Si como plantea Pattanaik la identificación de los
economistas entre el bienestar de las personas con la felicidad y la satisfacción de
los deseos y la posesión de bienes como la principal forma de conocer dicho
bienestar, como mirar esto en quienes no tienen dichos bienes.
17[17]
PATTANAIK, P., op. cit., pp. 33-34.
13. Parece por tanto importante asumir que cuando lo importante es el bienestar
humano y el aporte que a éste hace el ocio, el desarrollo del ocio por sí mismo no
es garantía de ese aporte.
LOS SATISFACTORES: UN REFERENTE HACIA
LA CALIDAD DE LAS EXPERIENCIAS DE OCIO
Una primera relación del concepto de satisfactor con el mundo del ocio, es
necesaria. Si bien Max-Neef, dentro de su matriz de necesidades y satisfactores
presenta al ocio como una necesidad asociada con satisfactores (formas de ser,
hacer, tener y estar), una más explícita relación con formas de ocio, parece
ineludible.
Para esta primera relación, la propuesta de Manuel Cuenca18[18]
, de las
dimensiones del ocio, puede ser un referente de gran ayuda pues permite, a
través de las definiciones de cada dimensión, ubicar actividades con sus
respectivas finalidades permitiendo una mayor claridad al momento de dar cuenta
de una actividad como satisfactor de lo que en este trabajo se ha considerado
como una necesidad humana.
Cuenca presenta cinco dimensiones: lúdica, ambiental-ecológica, creativa, festiva
y solidaria; que a su vez pueden ser relacionadas con ciertas clases de
satisfactores propuestos por Max-Neef. Igualmente el planteamiento de Cuenca
sobre la direccionalidad del Ocio, puede ser un elemento importante cuando se
mira el carácter endógeno o exógeno de los satisfactores.
Un primer ejercicio, permitiría por ejemplo relacionar las dimensiones lúdica y
ambiental-ecológica con la forma de un satisfactor singular (satisfactor simple),
que podría ser ubicado en una direccionalidad positiva, pero que por tener una
18[18]
CUENCA, M., Temas de Pedagogía del Ocio, Universidad de Deusto, Bilbao, 1995, pp. 58-79.
14. finalidad muy específica, en este caso descanso y diversión, se debe desde el
análisis, evitar presentarlos como satisfactores de otras necesidades mucho más
complejas. Dicho de otra manera, una satisfactor singular que satisface la
necesidad de subsistencia (descanso fisiológico), no debería ser presentado como
satisfactor de otras necesidades como identidad, libertad o creación. Igualmente
una actividad cuya finalidad puede ser ubicada en la diversión, no puede ser
propuesta, o al menos no debería serlo, como satisfactor de otras necesidades
como libertad, creación o participación pues se corre el riesgo de caer en una
situación como la que se lee en el mismo Cuenca ‹‹que la diversión es algo
positivo en cuanto procedimiento de descanso. El problema surge cuando la
diversión, como única referencia de ocio, se transforma en medio de manipulación
y enajenación››19[19]
. Una situación como esta puede hacer que una actividad pase
de ser un satisfactor singular a ser seudo-satisfactor o incluso inhibidor.
La dimensión creativa tiene una clara relación con los satisfactores sinérgicos
(satisfactor complejo) y endógenos. Este tipo de actividades y la forma como se
realizan, garantizan que además de satisfacer la necesidad de ocio, otras
necesidades como el entendimiento, la creación y la libertad se vean estimuladas.
Igualmente la dimensión solidaria aparece como una dimensión que se relaciona
directamente con satisfactores de tipo sinérgico y endógeno, que además de
satisfacer la necesidad de ocio, genera el desarrollo de otra como la participación.
SÍNTESIS
El ocio como manifestación de lo individual y lo colectivo, debe estar en estrecha
relación con la realidad a la cual pertenece, buscando la identificación y
potenciación de mejores formas en la perspectiva de una mayor calidad de vida de
las personas. Lo más importante hoy es definir qué queremos investigar, la forma
o el cómo será un resultado de la respuesta a la pregunta. Reconociendo que el
número de manifestaciones de ocio ofertadas no garantiza su relación con los
19[19]
Ibíd., p. 69.
15. beneficios que en términos de desarrollo humano, una buena parte de nuestros
esfuerzos deberán derigirse hacia la calidad del ocio, entendida como su relación
coherente con mejores formas de vida.