Antes de la crisis, Guatemala experimentó un crecimiento económico moderado pero persistía altos niveles de pobreza, especialmente en zonas rurales e indígenas. Cerca del 60% de niños vivían en pobreza y la desnutrición crónica afectaba al 50% de menores de 5 años. La mortalidad infantil ha bajado pero sigue siendo alta en áreas rurales. El acceso a salud y educación es limitado, lo que contribuye a una alta tasa de fecundidad, especialmente entre mujeres sin educación.
5. LA TORMENTA PERFECTA
PRESENTACIÓN
En Guatemala, tanto los efectos del cambio climático como los de la crisis económico-
financiera mundial han provocado una «tormenta perfecta» que tiene consecuencias sobre la
situación de la niñez y la adolescencia de múltiples maneras y que puede condicionar el
alcance pleno de sus potencialidades. En este documento se encontrarán datos, cifras y
testimonios de personas que están sufriendo los embates de estos dos fenómenos que, si bien
tuvieron su origen fuera de esta República, tienen grandes consecuencias en su interior.
La «tormenta perfecta» derivada del alza de los precios, las difíciles circunstancias económico-
financieras, el cambio climático y la pérdida de oportunidades de empleo, tiene consecuencias
en la población del país, algunas de las cuales se relatan aquí. Esto ha hecho aumentar el
número de personas que pasan hambre, resintiéndose su salud y exponiéndolas a una mayor
vulnerabilidad y abuso en un contexto de impunidad, entre otros aspectos.
La suma de estas crisis aumentan las vulnerabilidades sociales, medioambientales y
económicas, como ha quedado patente tras el paso de la tormenta Agatha por Guatemala, la
cual destruyó infraestructura y arrasó miles de hectáreas de producción agrícola en veintiuno
de los veintidós departamentos del país. Agatha tuvo como consecuencia un impacto
psicosocial significativo entre las personas que fueron más afectadas, provocando desplazados
y cifras lamentables de decenas de muertos, así como daños en infraestructura y redes de
comunicación.
Tras cada cifra expuesta en este documento hay personas que son parte integrante y activa de
la sociedad guatemalteca, más allá de su condición social, económica, étnica y sexual. En este
documento también se busca visibilizar la situación de la niñez y la adolescencia de
Guatemala, con el fin de desarrollar respuestas adecuadas y apropiadas para todas las esferas
de su vida. Con tal propósito, desde septiembre del año 2008, UNICEF ha realizado diferentes
acciones para conocer las consecuencias del cambio climático y la crisis económica en niñas,
niños y adolescentes mediante estudios cualitativos y encuestas cuantitativas en diferentes
regiones del país.
Aunque no existen soluciones mágicas, la situación de la vida de las personas puede cambiar
en la medida en que se tomen las decisiones correctas que logren que el crecimiento
económico se haga sostenible en el tiempo. Esta es la manera más eficiente y menos costosa
de enfrentar futuras crisis económicas, así como de asegurar un mejor desarrollo para la niñez
y la adolescencia. Si no se toman las decisiones oportunas y adecuadas, la situación también
cambiará, pero de manera negativa.
Sin dejar de preocuparnos -por los análisis, estudios…- debemos ocuparnos por mejorar la
situación de la niñez y la adolescencia de Guatemala ante las difíciles situaciones que se han
vivido y se prevén para el futuro, dadas las circunstancias en torno a los aspectos climáticos, la
crisis alimentaria y la problemática económico-financiera.
5
6. LA TORMENTA PERFECTA
INTRODUCCIÓN
Son muchos los hogares guatemaltecos que están padeciendo en su vida diaria las
consecuencias directas del cambio climático y la crisis económica que se reflejan, sobre todo,
en la pérdida de empleo y poder adquisitivo, lo que limita las posibilidades de abastecerse y
alimentarse. Aspectos como la deserción escolar, la formación de parejas a temprana edad en
hogares que no reciben remesas, arreglos en la dieta, la explotación sexual comercial, la
migración o la incorporación a negocios ilícitos, si bien no son consecuencias directas de las
crisis económica y climática, sí se han agudizado como resultado de las mismas.
Los efectos del cambio climático en Guatemala se han profundizado en la última década. Si no
se toman las medidas oportunas para asegurar un desarrollo compatible con el medio ambiente
pero, sobre todo, que cubra las necesidades de la sociedad sin poner en riesgo la seguridad
alimentaria de los años venideros, es decir, la disponibilidad y acceso a los alimentos, la
situación puede agravarse Por ejemplo, las lluvias torrenciales acaecidas durante el año 2010
tienen consecuencias sobre las condiciones de vida de la población, principalmente por la
magnitud de los daños y pérdidas para la población en situación de subsistencia.
La pérdida de cultivos y el incremento de los precios de los alimentos se encuentran, asimismo,
enmarcados en un contexto de crisis económica que está repercutiendo en las exportaciones e
importaciones, a la inversión extranjera, al turismo y a las remesas, entre otros. Todo ello tiene
impacto negativo en la recaudación fiscal de Guatemala, disminuyendo los recursos públicos
para el desarrollo de niñas, niños y adolescentes, para quienes la situación antes de estos
fenómenos distaba de ser la ideal.
La pérdida de oportunidades de empleo —debido a la contracción de la economía y a los
efectos de las crisis ambientales— afecta a la sociedad guatemalteca, orillando a muchas
personas a realizar trabajos peligrosos o que se sitúan fuera de la ley para obtener ingresos.
Todo parece indicar que la recuperación laboral será más lenta que la recuperación económica
mundial.
Desde ya, la prioridad ha de ser mejorar la calidad de vida de las niñas, niños y adolescentes
de Guatemala. No sólo porque representan el 49% de la población total del país, sino porque el
desarrollo social y económico se juega ahora. En este sentido, si no se toman decisiones
oportunas, los efectos de la crisis económica sobre la niñez y la adolescencia guatemaltecas
traerán consigo una mayor brecha social, sobre todo entre la población indígena rural,
especialmente las mujeres.
Las políticas y programas deberán ayudar a minimizar el impacto de ambas problemáticas,
privilegiando la protección social que garantice el cumplimiento de las necesidades básicas de
las personas en mayor desventaja. La recuperación económica será frágil si no trae consigo,
como mínimo, el fortalecimiento con rostro humano del tejido social.
6
7. LA TORMENTA PERFECTA – Impacto del cambio climático y la crisis económica en la niñez y la adolescencia
1. Panorama de la niñez
y la adolescencia pre-crisis
Después de varios años de crecimiento económico con valores superiores al 3% del producto
interno bruto (PIB) y de relativa estabilidad macroeconómica (FMI, 2010), se produjeron tímidos
avances en la mejoría de las condiciones de vida de la población. A partir del año 2007, el alza
de los precios de los alimentos y el combustible, la crisis económico-financiera mundial, el
cambio climático y, de manera más reciente, el deterioro del empleo, han contribuido a
aumentar el número de personas que están en situación de pobreza y que pasan hambre en
Guatemala.
Gráfica 1.
Crecimiento económico anual como porcentaje del PIB
7
6
6.3%
5
5.4%
4
3 3.9%
3.6%
3.2% 3.3% 3.3%
2
2.5% 2.5%
1
0 0.6%
1999‐ 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010*
2001
Fuente: Fondo Monetario Internacional (FMI, 2010).
* Proyección de crecimiento para 2010 según el Banco de Guatemala (Banguat, 2010d).
Entre los años 2000 y 2006, caracterizados por el crecimiento económico, la tasa de pobreza
general disminuyó en cinco puntos porcentuales, pasando del 56 al 51%. Esta cifra no permite
ver en su magnitud las grandes disparidades existentes en el país, donde la pobreza entre la
población indígena y rural era del 71.9%, según la Encuesta nacional de condiciones de vida
(Encovi, 2006). En lo que respecta a la niñez y la adolescencia, el 59.2% vive en condiciones
de pobreza y, de este porcentaje, el 19.2% es extremadamente pobre (Encovi, 2006).
Además, la pobreza contribuye al aumento del hambre en Guatemala, donde el principal
problema es la desnutrición crónica (baja estatura para la edad), que afecta al 49.8% de la
población menor de cinco años de edad, según Nutrition Update 2010 (Usaid, 2010), 0.5% más
respecto al año 2002. Para el Banco Mundial (2009), la desnutrición crónica es «el único
indicador que no ha mejorado, y en el que Guatemala desgraciadamente tiene uno de los
peores indicadores del mundo».
7
8. LA TORMENTA PERFECTA
En Guatemala, el hambre está relacionada con la dificultad en el acceso a los alimentos. Según
el Programa Mundial de Alimentos (PMA, 2008), «las familias del medio rural adquieren más de
un 80% de sus alimentos en el mercado y el 20% proviene de la producción propia», por lo que
el aumento en los precios les dificulta el acceso a ellos ya que, además, este grupo de
población tiene escasas posibilidades de aumentar o diversificar sus ingresos.
En el ámbito rural, la situación alimentaria y nutricional ha empeorado desde finales del año
2007 debido al aumento del costo de los alimentos y la crisis económica y climática. En muchas
familias, el limitado acceso a alimentos les obliga a consumirlos en menor cantidad y calidad o,
en algunos casos, espaciar las comidas, incluso por varios días.
El 20.5% de la población no tiene acceso a los servicios públicos de salud, según la Encovi
(2006). En lo que respecta a la mortalidad infantil, ésta ha descendido de manera paulatina y
constante a lo largo de los años; sin embargo, aún existe una brecha importante entre el área
urbana y la rural.
Según la Ensmi (2008/09), la tasa de mortalidad infantil nacional es de 34 por cada mil nacidos
vivos: esta cifra es inferior en el área urbana (27) y superior en el área rural (38). Para la región
de Petén, en el norte del país, esta tasa es de 43 por cada mil nacidos vivos, cercana al triple
del área metropolitana (16), lo que evidencia una vez más las grandes disparidades del país en
ámbitos vitales para el desarrollo.
Gráfica 2.
Tasa de mortalidad infantil
90
80
70
60
50 Urbano
40 Rural
30 Nacional
20
10
0
1987 1995 1998/99 2002 2008/09
Fuente: elaboración propia con base en la Ensmi (2008/09).
Tanto el limitado acceso a los servicios de salud, como la falta de información básica sobre
salud reproductiva y sexual, inciden en la alta tasa de fecundidad de Guatemala, que se sitúa
en 3.6 hijas e hijos por mujer en edad fértil, según la Ensmi (2008/09). Otro de los factores que
explica esta tasa de fecundidad es la educación ya que, entre las mujeres sin estudios, la tasa
se sitúa en 5.2 hijas e hijos, frente a los 2.3 en mujeres con educación secundaria y superior
(Ensmi, 2009).
8
10. LA TORMENTA PERFECTA
2009 fue el año más violento de la historia de la República, alcanzando una tasa de homicidios
de 47 (6498 muertes violentas, según la Policía Nacional Civil, PNC). «Del total de víctimas,
720 fueron mujeres y 510 niños» (OACNUDH, 2010).
Gráfica 3.
Homicidios en Guatemala (1995-2009).
7000
6498
5885 6292
6000
5781
5338
5000
4507
4237
4000 3998
3619 3631
3260 3310 3230
3000 2904
2655
2000
1000
0
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Fuente: elaboración propia con base a PNUD (2007), PDH (2009) y OACNUDH (2010).
En 2006, se cometieron 5885 homicidios de acuerdo con la misma organización policial. En ese
año, el costo de la violencia en Guatemala ascendió a Q. 17 900.4 millones (USD 2386
millones), representando el 7.3% del PIB. Esto supone «más del doble del valor de los daños
que causó al país la tormenta Stan en octubre del año 2005, y a más del doble de los recursos
asignados a los ministerios de Salud, Educación y Agricultura para el año 2006», según el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2006).
Según el Banco Mundial (2009), «la frecuente impunidad y la exclusión social, un sistema de
justicia ineficaz y una juventud que enfrenta el problema de tomar decisiones con incentivos
negativos, son algunos de los factores que contribuyen a una mayor actividad delictiva».
Durante estos años también se han producido avances importantes en el marco normativo del
país, como la implementación de la Ley de adopciones, aprobada en 2007, así como la entrada
en vigencia del Convenio de La Haya sobre protección del niño y cooperación internacional con
relación a la adopción internacional. Con ello se puso fin a un período negro de la historia de
Guatemala: en un lapso de diez años, entre 1997 y 2007, 25 198 niñas y niños fueron
entregados en adopción internacional (UNICEF, 2008), sin garantías que aseguraran sus
derechos. Sin embargo, el persistente clima de impunidad —en el que más del 98% de los
crímenes y delitos quedan impunes, según la Comisión Internacional Contra la Impunidad en
Guatemala (Cicig)— dificulta una implementación efectiva de dichas leyes.
10
12. LA TORMENTA PERFECTA
Gráfica 4.
Escolaridad de niños y niñas de 7 a 17 años de edad beneficiarias de
remesas (2009)
550,773; (44.17%)
1,200,000
524,180; (42.03%)
1,074,953; (86.2%)
1,000,000
172,095; (13.8%)
800,000
No inscritos
108,514; (8.7%)
82,727; (6.63%)
89,368; (7.17%)
54,178; (4.34%)
54,336; (4.36%)
600,000 Inscritos
400,000 Deserción Escolar
200,000
0
Total Niñas Niños
Fuente: OIM/UNICEF (2009).
Además, las crisis analizadas inciden en la alimentación, especialmente de las familias más
pobres. Se come menos y de menor calidad. Al escasear la alimentación, los niveles de
desnutrición aumentan. Los cambios en el consumo alimenticio repercuten la ingesta de carne
roja, pollo y lácteos que, en su mayoría, suelen estar ausentes de la dieta, incluso desde antes
de la crisis, circunstancia que en la actualidad se ha agravado. El grupo más damnificado
dentro de la población son las mujeres, especialmente aquellas que tienen varios hijos e hijas,
ya que son las más afectadas por la falta de comida (pues suelen ser las últimas en comer) e
ingieren alimentos en menor cantidad.
La escasa alimentación daña también a las mujeres adolescentes, las más vulnerables frente a
las crisis. Según la Red Humanitaria, tras el periodo de sequía que padeció Guatemala durante
el año 2009, de entre la población femenina entre diez y diecinueve años consultada en el
corredor seco del país, el 24.8% presentaba cuadros de desnutrición aguda, observándose la
existencia de «una correlación directa entre el grupo de edad y la ocurrencia de desnutrición
aguda. Así, el grupo de mujeres más jóvenes presentan mayor probabilidad de desnutrición
aguda» (Red Humanitaria, 2009).
Esta situación probablemente se ha agravado aún más tras el paso de Agatha y la erupción del
volcán Pacaya, «descapitalizando a los hogares afectados, lo que reduce su capacidad de
respuesta y adaptación para futuros shocks» (MFEWS/USAID, 2010) y aumentando la
vulnerabilidad ante próximos fenómenos atmosféricos. A este respecto, según el Banco
Mundial (2009), «las condiciones particulares de los pobres –su falta de ahorros y de otros
medios para compensar una pérdida inesperada- los hace particularmente susceptibles o
vulnerables».
12
13. LA TORMENTA PERFECTA
2.1 Cambio climático
Variabilidad en el régimen de lluvias, incremento de las temperaturas, inundaciones… Todas,
evidencias de que el cambio climático está impactando de manera cotidiana el desarrollo
social, cultural, económico y medioambiental del país, condicionando negativamente las
oportunidades de desarrollo de niñas, niños y adolescentes, más aún si no se cuenta con
planes y acciones que lo prevengan.
Según el Banco Mundial (2009), las personas que «viven muy cerca de la línea de la pobreza
extrema, fácilmente pueden caer del otro lado sólo con un pequeño embate provocado por un
desastre natural» y que, además, «les toma mucho más tiempo recuperarse de una crisis, por
lo que es mejor tratar de contar con estrategias de prevención que ayuden a mitigar los efectos
de la crisis desde un primer momento». Ello se torna especialmente preocupante en
Guatemala, uno de los diez países más vulnerables a desastres naturales, según la Estrategia
Internacional para la Reducción de Desastres (UNISDR, 2009).
Para Oxfam (2010) «la pobreza, más que cualquier otro factor, determina la vulnerabilidad
frente al cambio climático y limita la capacitad de adaptación. La combinación del acceso a y el
control de la tierra, el dinero, los créditos, la información, la atención sanitaria, la movilidad
personal y la educación determina la capacidad de supervivencia y de recuperación frente a
desastres».
¿Qué es el cambio climático?
Es la modificación del «clima atribuida directa o
indirectamente a la actividad humana que altera la
composición de la atmósfera mundial y que se suma a la
variabilidad del clima observada durante períodos de
tiempo comparables», según la Convención marco de las
Naciones Unidas sobre el cambio climático.
Según el Gobierno de Guatemala (2010b), entre mayo y septiembre del año 2010 la población
afectada por los diferentes eventos climáticos que azotaron Guatemala ascendió a 911 043
(3.9% de la población total de Guatemala) personas, el 75% debido a la tormenta Agatha y a la
erupción del volcán Pacaya. Los daños y pérdidas ocasionados en 2010 por el acumulado de
eventos ascienden a 1,553.3 millones de dólares, equivalente a casi el 25% del monto del
presupuesto de egresos de la Nación.
Los efectos del cambio climático tienen un fuerte impacto en la economía guatemalteca. La
agricultura, una de las principales actividades económicas legales del país, que representa el
13
16. LA TORMENTA PERFECTA
impiden el crecimiento adecuado. La desnutrición, por su parte, produce un descenso
importante en las defensas del organismo, lo cual provoca una mayor propensión a contraer
infecciones. La falta de acceso a agua potable y saneamiento básico agrava este ciclo
perverso, incrementando el riesgo de enfermedades infecciosas, más aún en aquellos lugares
en donde hay acumulación de agua contaminada.
Los efectos de las alteraciones en el patrón del clima serán más intensos en aquellos lugares
en donde la deforestación es más severa. Tradicionalmente, los bosques han sido
considerados como productores de madera y leña, pero también contribuyen «a regular el
clima, inundaciones, enfermedades y el agua; ofrecen recreación y educación; y apoyan la
formación de suelos, así como la producción primaria y reciclaje de nutrientes» (IARNA, 2009).
Tienen, por consiguiente, un papel fundamental en la conservación medioambiental.
De hecho, la tala de árboles en las áreas rurales ha aumentado a un ritmo superior a su
reforestación. Los desprendimientos de tierra, por ejemplo, son más constantes allí donde hay
poca cantidad de árboles. En muchas comunidades, la tala de árboles obedece a la necesidad
de conseguir leña para los hogares. Aunque la tala se realice por adultos, los niños y los
adolescentes suelen trabajar acarreando la leña hasta la cabecera municipal para su venta o
consumo, lo que les impide asistir de manera regular a la escuela y, además, frena su
desarrollo físico deseable.
Un bajo nivel de adaptación al cambio climático aumenta el riesgo de pérdida de las cosechas,
contribuye a la disminución del empleo y, por ende, genera sensibles dificultades para
encontrar la senda del desarrollo sostenible. Cabe recordar que si la agricultura se reduce, las
arcas públicas se resienten. De esta manera, el Estado debe hacer frente a más gastos
derivados de sequías, inundaciones, epidemias, olas de calor o pérdidas en la infraestructura,
entre otros, pero cuenta con menos recursos económicos para hacerlo.
¿En qué me afecta el cambio climático?
Aumento de la temperatura. Algunas regiones del país tendrán más días
de calor extremo y otras de frío extremo.
Variabilidad en los regímenes de lluvia. La temporada de lluvias en el
país puede padecer cambios; en algunas zonas lloverá con más fuerza.
Aumento en el nivel del mar, especialmente en la costa sur de
Guatemala. Mayor probabilidad de padecer eventos climáticos extremos
como lluvias intensas, inundaciones y deslizamientos de tierra.
Contaminación de ríos y lagos.
16
17. LA TORMENTA PERFECTA
2.2 Crisis económico-financiera
Aunque esta crisis comenzó a manifestarse a nivel global a finales del año 2007, fecha en la
que afectó a Guatemala en el alza de los precios de los combustibles y los alimentos, no fue
sino hasta 2009 cuando tuvo su mayor impacto en todos los sectores del país, especialmente
en la población más vulnerable. Las exportaciones, las remesas, la inversión extranjera directa
y el turismo se vieron duramente dañados, reduciéndose de manera considerable.
Mientras que en 2008 la economía guatemalteca experimentó un crecimiento del PIB del 3.3%,
para el año 2009 lo hizo un 0.6% (Banguat, 2010), alcanzando los 193 949 millones de
quetzales. El ritmo inflacionario disminuyó del 9.4% en 2008 al -0.28% en 2009. Junto a ello, la
entrada de remesas cayó un 9.3% respecto al año 2008. Todo ello pudo contribuir a un
deterioro en la situación de la niñez y la adolescencia del país, segmentos poblacionales que, si
bien no sintieron mayores beneficios durante los años de bonanza económica, sí están
padeciendo las consecuencias más graves de la crisis.
Tabla 1.
Guatemala: principales indicadores económicos
Tasa
Indicador
2007 2008 2009 2010
(Proyección)
Inflación 8.75 9.4 -0.28 4.6
Crecimiento económico 6.3 3.3 0.6 2.5
Remesas (variación interanual) 14.4 4.5 -9.3 3.5
Déficit fiscal (como porcentaje del
1.4 1.6 3.2 3.1
PIB)
Déficit en cuenta corriente -5.2 -4.5 -0.6 -3.3
Ingresos tributarios (variación
15.8 5.8 -4.9 6.49
interanual)
Valor FOB de las exportaciones
14.7 12.2 -6.6 5.7
totales (tasa de variación)
Valor CIF de las importaciones
13.9 7.2 -20.8 10.3
totales (tasa de variación)
Fuente: elaboración propia con datos del Banguat, el FMI y el Ministerio de Finanzas Públicas (Minfin).
17
18. LA TORMENTA PERFECTA
Las finanzas públicas experimentan los efectos de la crisis de manera contundente. Para el año
2009, se aprobó un presupuesto de 49 723.1 millones de quetzales (Asíes, 2008), con base en
una expectativa de recaudación de impuestos que no se logró cumplir. Además, los ingresos
tributarios en el país se redujeron un 4.9% respecto a 2008 (Minfin, 2010). Sin embargo, para el
año 2010, según el proyecto de presupuestos, la variación esperada en los ingresos tributarios
es del 6.49% con respecto al cierre de 2009 (30 525 millones de quetzales).
El Estado, ante la dificultad de cumplir con sus compromisos financieros debido a la caída en la
recaudación tributaria, recurrió al endeudamiento y a la contención del gasto público. Como
resultado, el déficit fiscal aumentó hasta el 3.2% del PIB, 9 920.6 millones de quetzales, de los
cuales el 44.2% se sufragó mediante financiamiento interno bruto, el 41.4% con financiamiento
externo y el restante 14.3% con recursos de caja.
¿Qué es el PIB?
El producto interno bruto es el resultado de la suma
monetaria de los bienes y servicios producidos en
Guatemala y transados en un año determinado. El PIB
sumó 193 949 millones de quetzales en 2009, creciendo
un 0.6% respecto a 2008.
También se redujo el consumo interno debido a que, por una parte, hay más personas sin
empleo que, cuentan con menos recursos económicos. Por otro lado, los precios siguen altos,
por lo que no todas las personas tienen un acceso adecuado, especialmente a los alimentos
básicos.
Las personas que viven en situación de pobreza extrema dedican la totalidad de su
presupuesto para abastecerse de los alimentos básicos. Cualquier aumento en los precios
tiene un mayor impacto en la situación de estas personas, lo que incide en el aumento de la
brecha de pobreza.
Jesús Alvarado, indígena achí, de cincuenta años, vive en Rabinal (municipio de Baja
Verapaz); relata el impacto de la crisis en su familia de la siguiente manera: «Las cosechas ya
no son las mismas y comprar maíz o frijol sale muy caro. En 2008 subió a cinco quetzales la
libra y no baja. Por eso, mi esposa muchas veces mezcla el maíz con maicillo para que abunde
la masa para hacer tortillas».
El aumento en el costo de los productos está asociado con los precios internacionales de los
carburantes y de los alimentos de mayor consumo en Guatemala, como el maíz, arroz y frijol.
Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la mayor parte de las familias depende del
mercado para adquirir sus bienes y el aumento de precios de la canasta básica puede causar
un incremento del número de personas viviendo en condiciones de pobreza (PMA, 2008).
18
19. LA TORMENTA PERFECTA
Gráfica 5.
Precios internacionales del petróleo, el maíz y el trigo
100
90
80
70
60 Petróleo
50
Maíz
40
Trigo
30
20
10
0
2006 2007 2008 2009 2010* 2011*
Fuente: Banguat (2010).
* Proyección.
Tal como se desprende de la gráfica anterior, aunque en 2009 hubo una disminución de los
precios internacionales del petróleo, el maíz y el trigo, durante el año 2010 el costo de estos
productos ha vuelto a aumentar, según lo había previsto el Banco de Guatemala (Banguat,
2010). De acuerdo con este organismo, el precio del petróleo para este último año se ubicaría
en 84.6 dólares el barril, superior en 37% respecto del precio promedio de 2009. En el caso del
maíz, el incremento sería de un 19.4% en 2010, hasta llegar a los 8 dólares por quintal; por su
parte, el trigo tendría un precio promedio de 9.5 dólares el quintal, aumentando un 8% respecto
a 2009. Para el año 2011, se prevé que los precios seguirán incrementándose, según el
Banguat.
El análisis del Presupuesto de ingresos y egresos de la nación 2009 permite conocer la
cantidad de recursos ejecutados para mejorar las condiciones de vida de la niñez y la
adolescencia en el país. Según un estudio del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales,
elaborado para UNICEF (Icefi, 2009b), el gasto público destinado a niñez y adolescencia
ascendió a 17 753.3 millones de quetzales, «lo que representa el 35.7% del presupuesto total
de egresos». De este monto, el 49.6% se refiere a gasto relacionado con programas dirigidos
específicamente a este grupo de población.
El 46.3% de la inversión pública nacional en niñez y adolescencia, según el Icefi, se destina a
educación, otro 20.7% a vivienda y servicios comunitarios, «donde los programas de
abastecimiento de agua juegan un papel significativo». La protección social equivale al 18.9%
del presupuesto destinado a niñez y adolescencia, teniendo «un rol importante tanto el
19
20. LA TORMENTA PERFECTA
programa de transferencias condicionadas, “Mi Familia Progresa”, como el programa de
alimentación escolar»
.
El Icefi hace un análisis de la inversión pública en niñez y adolescencia por persona para este
grupo de edad con base al presupuesto. De esta manera, «el gasto destinado a educación se
aproxima a los Q1,200.00, en contraste con los Q239.7 destinados a Salud. Por su parte,
protección social y Vivienda y Servicios Comunitarios registran gastos por habitante (de 0 a 17
años cumplidos) entre los Q490.0 y los Q540.0, respectivamente» (sic).
De acuerdo con cifras del Banguat establecidas con información al mes de abril, en 2010 la
economía guatemalteca puede llegar a crecer entre el 1.7 y el 2.5%. No obstante, la población
tardará mucho más tiempo en recuperarse de los efectos de la crisis económica, especialmente
en los ámbitos vinculados con el desarrollo de la niñez y la adolescencia, sobre todo si no se
incrementa la inversión social destinada a este grupo de edad. Además, «dicha estimación no
incluye el posible efecto derivado de la erupción del Volcán de Pacaya [sic] y de la tormenta
tropical Agatha» (Banguat, 2010b), que ha provocado daños y pérdidas en el sector público y
privado por valor de 7 855.7 millones de quetzales (Gobierno de Guatemala, 2010), teniendo un
impacto total sobre el PIB del 2.6%. Sin embargo, para el segundo semestre, Banguat ha
ajustado su proyección a un crecimiento esperado entre el 2.0% a 2.8%.
Para el año 2010, la carga tributaria se mantiene baja, al igual que el año precedente. Por ello,
el Estado tiene que recompensar el espacio fiscal con deuda pública. En este aspecto, para el
año 2009, la recaudación representó el 10.4% del PIB, porcentaje que la ubica como una de las
más bajas de la región (Minfin, 2010). Este porcentaje está compuesto principalmente por lo
que se recauda a partir de impuestos indirectos, ya que el «sistema de tributación directa,
relacionado con la renta es, en cambio, muy débil y representa menos del 30% de la
recaudación tributaria. Además, las exenciones y los gastos deducibles, junto con el
establecimiento de regímenes alternativos, han hecho del impuesto sobre la renta un impuesto
complejo y poco efectivo» (Icefi, 2009).
Las estimaciones contemplan que, para el 2010 la carga tributaria sufrirá un ligero retroceso,
rondando el 10.2% del PIB (Minfin, 2010b). En lo que respecta a la deuda pública, para este
mismo año se plantea la emisión de bonos del tesoro por valor de 4500 millones de quetzales,
mientras que la contratación de deuda pública externa supone el desembolso de,
aproximadamente, 6700 millones de quetzales. Para finales del año 2010, la deuda pública
podría pasar del 23.6%, en el año 2009, al 26.5%.
En lo que respecta a la reforma fiscal, en el momento de finalizar este documento aún se
encontraban en el Congreso de la República las iniciativas de ley que contemplan la
modernización del sistema tributario indirecto y aduanero, el fortalecimiento del Código
Tributario, algunos cambios a la imposición directa y la modernización del marco legal
aduanero, entre otras.
20
22. LA TORMENTA PERFECTA
encuentro trabajo, tampoco consigo en el campo porque la gente ya no siembra maíz. Un día
decidí irme al basurero y aprendí a ganar dinero buscando latas de aluminio, cobre y bronce
que luego vendo», expresa Santos.
«Cada día hay más gente en el basurero y desde principios de 2009 la competencia es fuerte
porque mucha gente fue despedida de su trabajo y ahora busca cómo ganar unos centavos.
Llegan albañiles, agricultores… y ahora me cuesta más juntar latas», agrega Víctor Santos.
La creación de empleos a nivel mundial será más lenta que la recuperación económica, ya que
las empresas tardarán en volver a contratar mano de obra. En el caso de Guatemala, esto se
evidencia, por ejemplo, en la tasa de variación de las exportaciones totales, que se redujo en el
año 2009 un 6.6%, con respecto a 2008 (Banguat, 2010d). Aunque en 2010 las exportaciones
vuelvan a valores positivos (5.7%, según el Banguat), todavía no se recupera el valor de los
años precedentes de crecimiento económico. Es por ello que hasta que la demanda de Estados
Unidos —país receptor «del 50% de las exportaciones» (Icefi, 2010) guatemaltecas— no se
afiance, el empleo en Guatemala seguirá estancado, según diferentes análisis.
Gráfica 6.
Valor FOB de las exportaciones totales (tasa de variación)
14.70%
15.00%
12.90%
12.20% 11.70% 12.20%
11.20%
10.00% 8.80%
7.10% 6.90%
5.70%
5.00%
0.00%
‐1.40%
‐3.40%
‐5.00%
‐6.60%
‐10.00%
1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010*
Fuente: Banco de Guatemala (Banguat, 2010c).
* Proyección.
22
23. LA TORMENTA PERFECTA
Intervenir cuando hay empleos en riesgo es siempre menos costoso que hacerlo cuando éstos
ya se perdieron. En algunos países de la zona euro, como Alemania, se ha recurrido a la
jornada reducida como medida de protección laboral (FMI, 2009); ello, bajo la perspectiva del
Estado y las empresas, en el sentido de que es mejor mantener a los trabajadores de planta y
esperar tiempos mejores que pagar indemnizaciones por despido y luego, tras contratar nuevo
personal, invertir en su formación.
Por otro lado, el desempleo originado por los efectos de los fenómenos climatológicos en el
sector de la agricultura podría ser utilizado por el crimen organizado para apropiarse de tierras
y expulsar a sus propietarios, lo que crea un entorno propicio para la delincuencia, en un
contexto marcado por la impunidad. Sirva como dato que los daños y pérdidas generados
durante la temporada de lluvias en el sector de la agricultura, ganadería y pesca ascienden a
862.6 millones de quetzales (Gobierno de Guatemala, 2010b). A lo que hay que agregar que
«la delincuencia es un obstáculo para los negocios y la generación de empleo» (Banco
Mundial, 2009).
La baja cualificación de la mano de obra limita el crecimiento económico y productivo de
Guatemala. Ello se debe tanto a un bajo nivel educativo como a las consecuencias de la
desnutrición crónica en los primeros años de vida. En su conjunto, esto limita el acceso a
trabajos mejor remunerados y con buenas prestaciones y puede inducir a muchas personas a
aceptar empleos en actividades ilícitas ligadas, en más de una ocasión, a conductas criminales
o violentas, lo que incide en sectores clave para el desarrollo del país, como salud, educación,
economía, trabajo y agricultura.
23
24. LA TORMENTA PERFECTA
2.4 Remesas
Hablar del impacto de la crisis económica en las y los guatemaltecos es ampliar la frontera
geográfica. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 1 590 832
guatemaltecos residen en el extranjero y envían remesas a sus hogares en Guatemala con
cierta periodicidad. De los 4 386 678 guatemaltecas y guatemaltecos que se benefician de las
remesas, el 39% tiene menos de dieciocho años de edad (OIM/UNICEF, 2009).
Las remesas representaron el 11.08% del PIB guatemalteco en 2009, suponiendo un descenso
del 9.3% respecto al año 2008, según datos del Banco de Guatemala. No obstante, en los
primeros nueve meses de 2010 se revirtió esta tendencia negativa, pues aumentó la entrada de
remesas entre enero y septiembre en un 4.5%, en comparación con el mismo período de 2009,
lo que ha llevado al Banguat a estimar un crecimiento del 3.5% para el año 2010 (Banguat,
2010).
Gráfica 7.
Ingreso de divisas por remesas (tasa de variación)
35
30
25
20
33.4
15
21.1 21
10 17.3
14.4
5
4.5 3.5
0
‐5 ‐9.3
‐10
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010*
Fuente: Banguat (2010c).
* Proyección.
En otros períodos de crisis económica, las remesas han jugado un papel crucial, aumentando
el consumo y reactivando la economía, sobre todo en crisis nacionales. En el caso de las
actuales dificultades financieras, el colapso se originó en Estados Unidos, país de donde
procede la mayoría de las remesas (95.8%, según OIM/Unicef 2009) y cuyos emisores se
24
25. LA TORMENTA PERFECTA
encuentran, en muchos casos, sin empleo y, por lo tanto, con escasa disponibilidad para seguir
enviándolas.
En Estados Unidos, el desempleo tiene un impacto desigual entre sectores y tipos de
trabajador. Según el Departamento de Trabajo de ese país, el desempleo en latinos llegó al
11.9% en hombres y al 12% en mujeres, según datos de septiembre de 2010 (tasas similares a
las registradas en el mismo mes de 2009: 12.6 y 11.6%, respectivamente).
Para medir el impacto de la crisis económica en hogares que reciben remesas, en junio de
2009, OIM y UNICEF (2009) realizaron una encuesta que permitió conocer la situación de la
niñez y la adolescencia de estas familias. A la pregunta sobre la situación económica en el
hogar, el 61.9% de las personas encuestadas la consideraron «regular», mientras que el 10.5%
la calificó como «mala». El 21.4% consideró la situación económica del hogar como «buena».
El 65.8% de los hogares encuestados afirmó que están afectados por la crisis económica. De
este porcentaje, el 73.3% dice contar con menos recursos, en comparación con 2008. Para el
23.8%, la situación del hogar es la misma que en 2008 y para un 2.5% la situación había
mejorado.
Las causas de esta reducción en los ingresos se deben, según los propios encuestados, a que
estaban recibiendo menos remesas (37.3%), los salarios eran inferiores a los percibidos
durante el año 2008 (28%), y/o a la pérdida de empleo (15.3%). En muchos hogares se da una
combinación entre las diferentes respuestas, dado que la problemática no se debe a una sola
causa.
Gráfica 8.
Causas de disminución de ingresos en hogares con menores de 17 años
Están recibiendo menos remesas
(37.34%)
Salarios inferiores a los percibidos
en el año 2008 (28.02%)
Perdida de empleo de alguno de
los miembros del hogar (15.32%)
Muerte de algún miembro del
hogar (4.93%)
Abandono del jefe del hogar
(3.67%)
Otros (10.72%)
Fuente: Encuesta Remesas 2009, niñez y adolescencia (OIM/UNICEF, 2009).
25
26. LA TORMENTA PERFECTA
3. Consecuencias en la niñez
y la adolescencia
La combinación de los efectos del cambio climático y la crisis económica están haciendo mella
en la situación de la niñez y la adolescencia de Guatemala, grupos que ya estaban viviendo
una crisis histórica y silente en los ámbitos clave para su desarrollo, como el alimenticio, el
educativo, o la desprotección frente al abuso y la violencia.
Las dificultades históricas que han afectado el desarrollo y bienestar de muchas generaciones
en el país se han profundizado debido a los embates de las crisis económicas recurrentes.
Durante el año 2008, el incremento del 11.4% en los precios de los alimentos pudo haber
aumentado la cifra de pobreza en Guatemala, pasando del 51%, en 2006, al 56% para el año
2008; es decir, hubo un retroceso a los niveles de 2000, según el Programa Mundial de
Alimentos (PMA, 2008).
Aunque durante 2009 los precios aumentaron en un porcentaje menor a la media histórica, la
difícil situación económica por la que atraviesan muchas familias hace que el acceso a diversos
alimentos se vea obstaculizado. Para el año 2010, de acuerdo con la proyección del FMI, los
precios de los alimentos aumentarán un 3.3%, cifra inferior a la proyectada por el Banguat, que
estima alrededor del 5%. Cabe anotar, no obstante, ambas proyecciones no tuvieron cuenta los
efectos que sobre la producción han ocasionado la tormenta Agatha y la erupción del volcán
Pacaya (mayo de 2010), así como otras lluvias intensas y tormentas tropicales. Estos hechos
podrían incidir en el aumento de los precios, debido a una menor producción; en efecto, de
acuerdo con el Gobierno de Guatemala (2010), se reportaron pérdidas en la agricultura por
valor de 595.01 millones de quetzales.
Gráfica 9.
Variación en los precios de los alimentos
12.0%
11.4%
10.0%
9.0% 9.1%
8.1%
8.0%
7.6% 6.6%
6.8%
6.0%
5.6%
4.0%
3.3%
2.0%
1.9%
0.0%
Fuente: FMI (2010).
* Proyección.
26
27. LA TORMENTA PERFECTA
La crisis económica también ha contribuido a aumentar la presión sobre los recursos
medioambientales, justo cuando los efectos del cambio climático comienzan a ser considerados
como el gran desafío a nivel mundial. El desarrollo de actividades que contaminan ríos y lagos,
que aumentan la desforestación, la agricultura no sostenible o la construcción indiscriminada,
afectan la sustentabilidad climática. Según la Cepal (2010), de acuerdo a la temperatura anual
y la precipitación acumulada histórica (22,6ºC y 1738,7 mm, respectivamente, proyecta
aplicando un modelo un probable «aumento de la temperatura media anual de 1,55ºC y una
disminución de la precipitación acumulada de 27,23 mm con relación a los valores medios
históricos».
Durante el año 2009, la situación de régimen irregular en las lluvias, consecuencia de los
efectos del cambio climático, provocó pérdidas en las cosechas, lo que pudo contribuir al
aumento de los niveles de pobreza, especialmente entre la población rural, donde alcanzaba
antes de la crisis al 75.7% de la niñez y adolescencia (16.5% por encima de la media nacional
para este grupo de edad, según Encovi 2006). Debido a ello, la mayoría de personas que
trabajan en la agricultura se encontraron en una situación de alta vulnerabilidad alimentaria y
nutricional.
Según una evaluación rápida realizada tras el paso de la tormenta Agatha por Acción contra el
Hambre (2010) en sesenta y dos comunidades de siete municipios ubicados en los
departamentos de Escuintla, Suchitepéquez, Retalhuleu y San Marcos, estableció que, entre
los pequeños productores un «área dañada de 1662 hectáreas en los cultivos de plátano y la
distribución del daño está en el 79% de las comunidades, se estiman pérdidas totales en el
90% del área dañada». En el conjunto del país, las pérdidas y daños causados por Agatha en
la agricultura, ganadería y pesca ascendieron a 672.4 millones de quetzales, lo que da una idea
de la severidad de esta tormenta (Gobierno de Guatemala, 2010), a lo que habría que sumar
190.2 millones de quetzales más por otras tormentas y lluvias intensas.
Todo ello merma las oportunidades de empleo de muchas personas, quienes no encuentran
otra fuente de ingresos por trabajo, ya que el mercado laboral se ha reducido al ser duramente
impactado por la crisis en todo el mundo. Como resultado, muchas familias optan por emplear a
sus hijos e hijas o, en casos extremos, los abocan al abandono del hogar como manera de
reducir los gastos. Aumentan, además, las uniones a temprana edad y el embarazo en
adolescentes en los hogares donde no se reciben remesas, en un contexto marcado por el alto
índice de impunidad (98%, según Cicig) de los crímenes cometidos contra la niñez y la
adolescencia.
Por su parte, la disminución de la cantidad de comida que efectúan muchas familias como
estrategia para adaptarse a la crisis económica no sólo no es recomendable sino que, además,
tiene repercusiones negativas para la salud. Según un informe de la Red Humanitaria (2009), el
«77.5% de los hogares encuestados [en el corredor seco] tienen en promedio reservas para 8
semanas en vez de las 24 de reserva mantenidas en período normal», lo que los deja en una
situación de vulnerabilidad ante otros fenómenos, aumentando el hambre.
Para hacer frente a esta situación, muchas familias se ven obligadas a emigrar, ya sea a otras
zonas del país o al extranjero, como manera de complementar los ingresos que disminuyen
debido a la crisis climatológica y económica. Por ejemplo, según el estudio cualitativo llevado a
cabo por UNICEF, en el municipio de Chisec (Alta Verapaz), adolescentes entre trece y catorce
años de edad migran a fincas cercanas para trabajar en labores agrícolas, cobrando menos del
salario agrícola legal (cincuenta y seis quetzales diarios) y llegando a pasar varios días —
incluso semanas— fuera de su hogar y sin contacto con sus familiares.
27
28. LA TORMENTA PERFECTA
Esta adaptación a la crisis por parte de los hogares con población más vulnerable —la cual,
como se ha visto, está especialmente relacionada con el desarrollo de la niñez y la
adolescencia— tiene una incidencia negativa, ya que aumenta el riesgo de disminuir el acceso
a los derechos básicos como salud, educación, protección contra la violencia, el abuso o la
explotación sexual comercial.
De esta manera, las familias más perjudicadas por el impacto de la crisis económica y el
cambio climático no utilizan una única estrategia de adaptación sino que, tal como se
desprende de varios estudios, adoptan una serie de ellas.
Cuestión de derechos
Artículo 32 de la Convención sobre los derechos del niño (CDN):
«Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a estar protegido
contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier
trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que
sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental,
espiritual, moral o social».
Artículo 80 de la Ley de Protección Integral de la Niñez y la
Adolescencia (ley PINA): «La protección integral de los niños, niñas y
adolescentes deberá realizarse a nivel social, económico y jurídico».
28
29. LA TORMENTA PERFECTA – Impacto del cambio climático y la crisis económica en la niñez y la adolescencia
29
31. LA TORMENTA PERFECTA
Aunque es un fenómeno histórico, esta práctica se está extendiendo a familias que, con
anterioridad a la crisis, tenían suficiente disponibilidad para el acceso a los alimentos. Como
podrá colegirse, esta costumbre se torna perjudicial para el desarrollo de la niñez, pues afecta
su salud y disminuye el rendimiento escolar, en un país como Guatemala donde, los años de
escolaridad promedio se sitúa en 4.8 años (UNICEF, 2008) con datos del Censo 2002.
No sólo la agricultura se resiente por los efectos del cambio climático, también la avicultura,
que se redujo en un 67% en 2009 en el corredor seco (Red Humanitaria, 2009). La pérdida de
aves por parte de las familias «disminuye la capacidad de respuesta ante futuros eventos
adversos», asegura el informe. La disminución de la cantidad de animales es clave pues éstos
constituyen un activo que se vende cuando se agrava la situación de crisis.
Según la Red Humanitaria, para el 25.6% de los hogares el principal problema generado por la
sequía era la pérdida de empleo; para un 16.2%, la falta de lluvias; el 16.1% aseguró que la
crisis en que vive se debe al incremento del precio de los alimentos, mientras que para el
12.5% el principal obstáculo era la pérdida de las cosechas. «Estos elementos están
relacionados con la capacidad actual y a futuro de acceso a alimentos, que para los hogares es
percibido como uno de los principales riesgos», advierte el informe.
Gráfica 10.
Principales problemas y riesgos ocasionados por la sequía de 2009 en el
corredor seco
Pérdida de empleo (25.6%)
Falta de lluvias (16.2%)
Aumento de los precios de los
alimentos (16.1%)
Pérdida de cosechas (12.5%)
Otros (14.7%)
Fuente: Red Humanitaria (2009).
El cambio climático también tiene consecuencias en el acceso al agua para consumo humano,
sobre todo en el área rural donde, según el Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y
Ambiente de la Universidad Rafael Landívar (IARNA, 2009), para el año 2006, «más del 30%
equivalente a 498.191 hogares, debían acarrear agua desde un chorro público o privado, un
pozo o un río, lago o manantial». En el lado opuesto están los hogares urbanos, de los cuales
31
32. LA TORMENTA PERFECTA
el 90% «tiene acceso a una red de agua dentro de la vivienda o, al menos, dentro del terreno».
Este aún incompleto acceso al agua puede verse limitado tanto por los fenómenos atmosféricos
como por la deforestación y la urbanización no planificada.
La falta de acceso adecuado al agua puede provocar la aparición de varias enfermedades.
Debe subrayarse, en este sentido, que el 21% de los hogares del área rural y el 10% de los
ubicados en el área urbana no contaban, en 2006, con servicios mejorados de saneamiento
(IARNA, 2009). El IARNA también advierte que «más del 50% de los hogares de las áreas
urbanas en los departamentos de Alta Verapaz, Baja Verapaz, Sololá, Totonicapán y Petén no
poseen condiciones sanitarias mínimas».
El daño causado por la tormenta Agatha en los sistemas de agua y saneamiento, así como la
acumulación de agua contaminada, favorecen «el aumento en la incidencia de enfermedades,
como las diarreicas, respiratorias, cutáneas y el dengue y la malaria, en menoscabo del estado
de salud y nutrición de la población afectada, especialmente en niños y niñas menores de 5
años» (MFEWS/USAID, 2010).
Como resultado de todo ello, las familias adoptan diferentes estrategias para enfrentar los
efectos del cambio climático mediante la búsqueda de otras fuentes de ingreso más allá de la
agricultura o la acuicultura.
3.2 Cambios en la dieta
Una de las consecuencias de las crisis referidas en el presente documento, estima que los
hogares se ven obligados a realizar cambios en la dieta, con el propósito de aprovechar de
mejor manera los recursos —económicos y/o alimenticios— con los que cuentan, consumiendo
menos alimentos y, además, de menor calidad.
En Guatemala, estos cambios en el patrón alimenticio se deben, entre otros al aumento de los
precios de los alimentos que forman parte de la dieta básica del país, como el maíz, el cual en
parte está siendo importado. Este grano es también el principal cultivo de subsistencia entre los
pequeños y medianos agricultores, quienes se vieron severamente impactados por los
fenómenos climáticos del año 2009 que tuvieron como consecuencia la pérdida o disminución
de las cosechas.
«Los fuertes vientos y las copiosas lluvias ocasionadas por Agatha causaron daños y pérdidas
en los cultivos por inundaciones, desborde de ríos y deslaves» (MFEWS/USAID, 2010), a lo
que habría que sumar los efectos de la erupción del volcán Pacaya. Ambos fenómenos
ocurrieron entre el 25 y el 30 de mayo de 2010, período en el cual la mayoría de los hogares
pobres de Guatemala enfrentaba la temporada anual de escasez de alimentos y, por
consiguiente, se encontraba dependiendo del mercado para su alimentación.
En temporada normal, la primera cosecha se recoge durante el mes de agosto. Ello propiciaba
una reducción en la dependencia de los mercados en las familias más pobres. En la actualidad,
en la costa sur y en el oriente de Guatemala, algunas cosechas se retrasaron hasta el mes de
octubre, por lo que «los hogares seguirán dependientes de la compra hasta entonces»
(MFEWS/USAID, 2010).
Por su parte, en el altiplano, según el Sistema Mesoamericano de Alerta Temprana para
Seguridad Alimentaria (MFEWS, por sus siglas en inglés), debido a sus características, «la
opción de resiembra es poco viable» (MFEWS/USAID, 2010). Por este motivo, los hogares más
pobres dependen casi únicamente de los mercados para obtener sus alimentos, ya que no
cuentan con reservas de comida. Así las cosas, a partir de octubre de 2010 «podría agudizarse
32
33. LA TORMENTA PERFECTA
la inseguridad alimentaria de estos hogares» del altiplano, ya que «no contarán con la opción
de recurrir a sus cosechas a final de año para acceder a sus alimentos», según MFEWS.
Como consecuencia del menor acceso a los alimentos, se incide en el patrón cultural histórico
según el cual, a la hora de la comida, suele ser que, en primer lugar, coma el padre, luego los
hijos varones, más tarde las hijas y, por último y en caso de que haya sobrado algo de comida,
la madre.
No sólo se come menos, sino que de peor calidad. La crisis económica ha producido cambios
en el consumo de alimentos debido al aumento en el precio de éstos. Ello coincide, además,
con un descenso del poder adquisitivo de la mayoría de consumidores. Igualmente, disminuye
el número de comidas y aumenta el número de días sin comer. Esto tiene impacto significativo
en los niveles proteínicos-energéticos, donde no se llega a cubrir las «necesidades promedio
de energía de la población» (SNU, 2003), tal como se expresa en la siguiente gráfica.
Gráfica 11.
Nivel de suficiencia energética
2750
2650
2550 Suficiente
2450
2350
2250
Insuficiente
2150
2050
1950
1850 Critico
1750
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
Fuente: datos FAOSTAT.
Efectivamente, si se observa el nivel de suficiencia energética, la población guatemalteca vive
en niveles de insuficiencia energética, especialmente desde 1994 hasta la fecha, cuando la
tendencia se agrava. Esto se «debe a factores naturales adversos que han azotado la región
centroamericana, principalmente las lluvias huracanadas en 1997 y 1998 y las sequías de los
veranos de 1999, 2000 y 2001» (SNU, 2003), así como a la pérdida de oportunidades de
empleo.
Si proyectamos esta gráfica a la actualidad, probablemente encontraríamos otra caída similar a
la producida entre 1994 y 2001 ya que, para el año 2009, se sumaría la sequía originada por el
cambio climático y la falta de acceso a los alimentos y, para el año 2010, los efectos de la
tormenta Agatha y la erupción del volcán Pacaya, entre otros fenómenos climatológicos.
Además, «se ha tornado más caro comprar los productos alimenticios que proveen los
33
34. LA TORMENTA PERFECTA
requerimientos calóricos mínimos del guatemalteco medio (2,173 kilocalorías por día por
persona)» (Banco Mundial, 2009).
Por su parte, los alimentos de origen animal están limitados en la dieta de la mayoría de la
población. Respecto a la canasta básica de alimentos, el estudio cualitativo de percepción
realizado por UNICEF advierte que ha habido un descenso importante en la ingesta de carne
roja, pollo y lácteos, así como de los granos debido al alto costo de los mismos.
En el departamento de San Marcos, en los municipios de Comitancillo e Ixchiguán, las
personas consultadas en el referido estudio cualitativo indicaron que si antes consumían una
vez por semana carne roja (res) o carne blanca (pollo), ahora lo hacen una o dos veces por
mes. Espacian los tiempos de comida porque compran alimentos básicos en menor cantidad y
en menos ocasiones.
En estos municipios, como en otros muchos del país, la compra de alimentos se limita a maíz,
café, azúcar y sal, además de verduras y hierbas. La compra de carne o de otro producto
similar se realiza de manera eventual. En Comitancillo, además, ha disminuido la adquisición
de productos básicos como el arroz, papas, huevos y leche, con el objetivo de incrementar la
compra de maíz, café, sal y tomate.
En el altiplano, uno de los cultivos más afectados por la tormenta Agatha fue la papa, que
reportó un aumento del 54% la semana siguiente al paso de las lluvias torrenciales, por lo que
muchas familias vieron imposibilitada su compra. De esta manera, y no sólo en esta región del
país, se espera que los efectos de las intensas lluvias impulsen un aumento de la canasta
básica de alimentos, que hasta el mes de septiembre de 2010 representaba una variación
interanual del 3.55%, llegando a 2,030.10 quetzales (página ‘web’ del INE). Es decir, un hogar
promedio guatemalteco (5.38 miembros) necesita 67.6 quetzales diarios para alimentarse, a
pesar de que el salario mínimo por día es de 56 quetzales.
¿Qué es la canasta básica?
«Es el mínimo alimentario que debe satisfacer por lo
menos las necesidades energéticas y proteínicas de un
hogar», según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En Guatemala, una familia de 5.38 personas necesitó
2030.10 quetzales en septiembre de 2010 para comprar
los alimentos básicos.
Cuando los productos son de origen local, los precios son generalmente menores. Por ejemplo,
en el municipio de Rabinal (del departamento de Baja Verapaz), la población indígena y rural
tiene como base de su alimentación diaria el frijol, tortillas de maíz, arroz, café, azúcar, pepita,
ayote tierno, tomate, cebolla y pinol, entre otros productos que proceden del lugar, por lo que el
precio es inferior.
34
35. LA TORMENTA PERFECTA
Esta limitada variedad en el patrón de consumo de los alimentos contribuye a aumentar los ya
elevados índices de desnutrición en niñas y niños menores de cinco años de edad, quienes no
consumen la cantidad ni calidad adecuada de proteínas y micronutrientes de origen animal.
Una alimentación deficitaria durante los primeros años de vida determina el desarrollo físico e
intelectual, lo que se traduce en un bajo rendimiento educativo y, más tarde, en una baja
productividad laboral.
La situación de restricción en las comidas es paliada, en parte, gracias a las ayudas que los
hogares están recibiendo, sea mediante alimentos o transferencias monetarias condicionadas.
En este sentido, el 30% de los hogares consultados (436) por la Red Humanitaria (2009) en el
corredor seco indicó que ha recibido dicha clase de transferencias, lo que les ha «permitido
mejorar temporalmente la disponibilidad de alimentos dentro del hogar».
Por su parte, del 1 104 736 hogares que se benefician de remesas, el 49.2% ha hecho cambios
en sus gastos para hacer frente a la disminución de los ingresos económicos, según la
encuesta realizada por OIM y UNICEF (2009). Entre estos hogares, el 85.3% de las personas
encuestadas compra actualmente productos más baratos; el 78.8% ha dejado de consumir
determinados productos; el 67.16% compran menos cantidad de alimentos. Otro 50.9% ha
disminuido la compra de ropa y calzado. El 3% de estos hogares han traslado a sus hijos e
hijas a escuelas públicas. Muchos hogares han realizado varios de estos cambios, como se
observa en la siguiente gráfica.
Gráfica 12.
Hogares que han realizado cambios en sus gastos
Sustitución de productos más baratos
(85.32%)
Ha dejado de consumir productos
(78.77%)
Menor cantidad de alimentos (leche,
carnes, etc) (67.16%)
Disminución de compra de ropa y
calzado (50.93%)
Utilización de transporte público
(13.74%)
No asisten a cines y restaurantes
(26.21%)
Se quitaron los sevicios de cable e
internet (5.19%)
Trasladaron a los niños a escuelas
públicas (2.95%)
Utilización de hospitales públicos
(14.57%)
Otros (2.98%)
Fuente: OIM/UNICEF (2009).
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