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LA TORMENTA PERFECTA




GUATEMALA
LA TORMENTA PERFECTA
Impacto del cambio climático y la
crisis económica en la niñez y la
adolescencia

© Fondo de las Naciones Unidas para
la Infancia, UNICEF

Oficina de UNICEF en Guatemala
13 calle, 8-44, edificio Edyma Plaza,
Nivel 2, zona 10
Ciudad de Guatemala, Guatemala

Año 2010
Primera edición
Con información actualizada a octubre
de 2010

Adriano González-Regueral
Representante

Parisa Nabili
Oficial de Comunicación

Documento elaborado por:
Aridane Hernández

Texto revisado por:
Iván Yerovi
Julián Duarte
Gonzalo Arteaga
Jonathan Menkos
Ricardo Stein

Diseño y diagramación:
Rolando Chews

Edición:
Isabel Aguilar

Fotografía de portada:
Laboratorio de Medios 2009




                                        2
LA TORMENTA PERFECTA




Índice
PRESENTACIÓN ....................................................................................................... 5 
INTRODUCCIÓN ....................................................................................................... 6 
1.  Panorama de la niñez ......................................................................................... 7 
y la adolescencia pre-crisis ........................................................................................ 7 
2.  Impacto del cambio climático............................................................................. 11 
y la crisis económico-financiera ................................................................................ 11 
  2.1      Cambio climático ....................................................................................... 13 
  2.2      Crisis económico-financiera ......................................................................... 17 
  2.3      Crisis de empleo ........................................................................................ 21 
  2.4      Remesas................................................................................................... 24 
3.  Consecuencias en la niñez ................................................................................. 26 
y la adolescencia.................................................................................................... 26 
  3.1      Cambio climático ....................................................................................... 30 
  3.2      Cambios en la dieta .................................................................................... 32 
  3.3      Salud ....................................................................................................... 36 
  3.4      Formación de parejas ................................................................................. 39 
  3.5      Abandono escolar ...................................................................................... 41 
  3.6      Trabajo infantil .......................................................................................... 44 
  3.7      Migración .................................................................................................. 47 
  3.8      Negocios ilícitos ......................................................................................... 48 
  3.9      Explotación y violencia ................................................................................ 50 
  3.10  Víctimas colaterales de la violencia ............................................................... 51 
4. De la preocupación ............................................................................................. 54 
a la acción ............................................................................................................ 54 
Referencias bibliográficas ........................................................................................ 59 
Listado de siglas y acrónimos .................................................................................. 64 




                                                            3
LA TORMENTA PERFECTA




Los datos utilizados en este documento han sido recopilados de diversas fuentes nacionales y
extranjeras. Se trata de un documento vivo que se actualiza con periodicidad y puede
consultarse en la siguiente dirección de Internet:


                           www.unicef.org/guatemala

Cualquier comentario sobre la «tormenta perfecta» la puede realizar en la página ‘web’ o a la
dirección electrónica:


                           guatemalacity@unicef.org




                                                                      ©UNICEF/Guatemala2010/JRChewsKlée




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LA TORMENTA PERFECTA




PRESENTACIÓN

En Guatemala, tanto los efectos del cambio climático como los de la crisis económico-
financiera mundial han provocado una «tormenta perfecta» que tiene consecuencias sobre la
situación de la niñez y la adolescencia de múltiples maneras y que puede condicionar el
alcance pleno de sus potencialidades. En este documento se encontrarán datos, cifras y
testimonios de personas que están sufriendo los embates de estos dos fenómenos que, si bien
tuvieron su origen fuera de esta República, tienen grandes consecuencias en su interior.
La «tormenta perfecta» derivada del alza de los precios, las difíciles circunstancias económico-
financieras, el cambio climático y la pérdida de oportunidades de empleo, tiene consecuencias
en la población del país, algunas de las cuales se relatan aquí. Esto ha hecho aumentar el
número de personas que pasan hambre, resintiéndose su salud y exponiéndolas a una mayor
vulnerabilidad y abuso en un contexto de impunidad, entre otros aspectos.
La suma de estas crisis aumentan las vulnerabilidades sociales, medioambientales y
económicas, como ha quedado patente tras el paso de la tormenta Agatha por Guatemala, la
cual destruyó infraestructura y arrasó miles de hectáreas de producción agrícola en veintiuno
de los veintidós departamentos del país. Agatha tuvo como consecuencia un impacto
psicosocial significativo entre las personas que fueron más afectadas, provocando desplazados
y cifras lamentables de decenas de muertos, así como daños en infraestructura y redes de
comunicación.
Tras cada cifra expuesta en este documento hay personas que son parte integrante y activa de
la sociedad guatemalteca, más allá de su condición social, económica, étnica y sexual. En este
documento también se busca visibilizar la situación de la niñez y la adolescencia de
Guatemala, con el fin de desarrollar respuestas adecuadas y apropiadas para todas las esferas
de su vida. Con tal propósito, desde septiembre del año 2008, UNICEF ha realizado diferentes
acciones para conocer las consecuencias del cambio climático y la crisis económica en niñas,
niños y adolescentes mediante estudios cualitativos y encuestas cuantitativas en diferentes
regiones del país.
Aunque no existen soluciones mágicas, la situación de la vida de las personas puede cambiar
en la medida en que se tomen las decisiones correctas que logren que el crecimiento
económico se haga sostenible en el tiempo. Esta es la manera más eficiente y menos costosa
de enfrentar futuras crisis económicas, así como de asegurar un mejor desarrollo para la niñez
y la adolescencia. Si no se toman las decisiones oportunas y adecuadas, la situación también
cambiará, pero de manera negativa.
Sin dejar de preocuparnos -por los análisis, estudios…- debemos ocuparnos por mejorar la
situación de la niñez y la adolescencia de Guatemala ante las difíciles situaciones que se han
vivido y se prevén para el futuro, dadas las circunstancias en torno a los aspectos climáticos, la
crisis alimentaria y la problemática económico-financiera.




                                                5
LA TORMENTA PERFECTA




INTRODUCCIÓN

Son muchos los hogares guatemaltecos que están padeciendo en su vida diaria las
consecuencias directas del cambio climático y la crisis económica que se reflejan, sobre todo,
en la pérdida de empleo y poder adquisitivo, lo que limita las posibilidades de abastecerse y
alimentarse. Aspectos como la deserción escolar, la formación de parejas a temprana edad en
hogares que no reciben remesas, arreglos en la dieta, la explotación sexual comercial, la
migración o la incorporación a negocios ilícitos, si bien no son consecuencias directas de las
crisis económica y climática, sí se han agudizado como resultado de las mismas.
Los efectos del cambio climático en Guatemala se han profundizado en la última década. Si no
se toman las medidas oportunas para asegurar un desarrollo compatible con el medio ambiente
pero, sobre todo, que cubra las necesidades de la sociedad sin poner en riesgo la seguridad
alimentaria de los años venideros, es decir, la disponibilidad y acceso a los alimentos, la
situación puede agravarse Por ejemplo, las lluvias torrenciales acaecidas durante el año 2010
tienen consecuencias sobre las condiciones de vida de la población, principalmente por la
magnitud de los daños y pérdidas para la población en situación de subsistencia.
La pérdida de cultivos y el incremento de los precios de los alimentos se encuentran, asimismo,
enmarcados en un contexto de crisis económica que está repercutiendo en las exportaciones e
importaciones, a la inversión extranjera, al turismo y a las remesas, entre otros. Todo ello tiene
impacto negativo en la recaudación fiscal de Guatemala, disminuyendo los recursos públicos
para el desarrollo de niñas, niños y adolescentes, para quienes la situación antes de estos
fenómenos distaba de ser la ideal.
La pérdida de oportunidades de empleo —debido a la contracción de la economía y a los
efectos de las crisis ambientales— afecta a la sociedad guatemalteca, orillando a muchas
personas a realizar trabajos peligrosos o que se sitúan fuera de la ley para obtener ingresos.
Todo parece indicar que la recuperación laboral será más lenta que la recuperación económica
mundial.
Desde ya, la prioridad ha de ser mejorar la calidad de vida de las niñas, niños y adolescentes
de Guatemala. No sólo porque representan el 49% de la población total del país, sino porque el
desarrollo social y económico se juega ahora. En este sentido, si no se toman decisiones
oportunas, los efectos de la crisis económica sobre la niñez y la adolescencia guatemaltecas
traerán consigo una mayor brecha social, sobre todo entre la población indígena rural,
especialmente las mujeres.
Las políticas y programas deberán ayudar a minimizar el impacto de ambas problemáticas,
privilegiando la protección social que garantice el cumplimiento de las necesidades básicas de
las personas en mayor desventaja. La recuperación económica será frágil si no trae consigo,
como mínimo, el fortalecimiento con rostro humano del tejido social.




                                                6
LA TORMENTA PERFECTA – Impacto del cambio climático y la crisis económica en la niñez y la adolescencia




1. Panorama de la niñez
   y la adolescencia pre-crisis

Después de varios años de crecimiento económico con valores superiores al 3% del producto
interno bruto (PIB) y de relativa estabilidad macroeconómica (FMI, 2010), se produjeron tímidos
avances en la mejoría de las condiciones de vida de la población. A partir del año 2007, el alza
de los precios de los alimentos y el combustible, la crisis económico-financiera mundial, el
cambio climático y, de manera más reciente, el deterioro del empleo, han contribuido a
aumentar el número de personas que están en situación de pobreza y que pasan hambre en
Guatemala.
                                     Gráfica 1.
                 Crecimiento económico anual como porcentaje del PIB
  7
  6
                                                                                       6.3%
  5
                                                                          5.4%
  4
  3                  3.9%
        3.6%
                                               3.2%          3.3%                                   3.3%
  2
                                  2.5%                                                                                    2.5%
  1
  0                                                                                                        0.6%
        1999‐         2002        2003         2004         2005          2006         2007         2008          2009    2010*
        2001


Fuente: Fondo Monetario Internacional (FMI, 2010).
* Proyección de crecimiento para 2010 según el Banco de Guatemala (Banguat, 2010d).


Entre los años 2000 y 2006, caracterizados por el crecimiento económico, la tasa de pobreza
general disminuyó en cinco puntos porcentuales, pasando del 56 al 51%. Esta cifra no permite
ver en su magnitud las grandes disparidades existentes en el país, donde la pobreza entre la
población indígena y rural era del 71.9%, según la Encuesta nacional de condiciones de vida
(Encovi, 2006). En lo que respecta a la niñez y la adolescencia, el 59.2% vive en condiciones
de pobreza y, de este porcentaje, el 19.2% es extremadamente pobre (Encovi, 2006).
Además, la pobreza contribuye al aumento del hambre en Guatemala, donde el principal
problema es la desnutrición crónica (baja estatura para la edad), que afecta al 49.8% de la
población menor de cinco años de edad, según Nutrition Update 2010 (Usaid, 2010), 0.5% más
respecto al año 2002. Para el Banco Mundial (2009), la desnutrición crónica es «el único
indicador que no ha mejorado, y en el que Guatemala desgraciadamente tiene uno de los
peores indicadores del mundo».




                                                                  7
LA TORMENTA PERFECTA




En Guatemala, el hambre está relacionada con la dificultad en el acceso a los alimentos. Según
el Programa Mundial de Alimentos (PMA, 2008), «las familias del medio rural adquieren más de
un 80% de sus alimentos en el mercado y el 20% proviene de la producción propia», por lo que
el aumento en los precios les dificulta el acceso a ellos ya que, además, este grupo de
población tiene escasas posibilidades de aumentar o diversificar sus ingresos.
En el ámbito rural, la situación alimentaria y nutricional ha empeorado desde finales del año
2007 debido al aumento del costo de los alimentos y la crisis económica y climática. En muchas
familias, el limitado acceso a alimentos les obliga a consumirlos en menor cantidad y calidad o,
en algunos casos, espaciar las comidas, incluso por varios días.
El 20.5% de la población no tiene acceso a los servicios públicos de salud, según la Encovi
(2006). En lo que respecta a la mortalidad infantil, ésta ha descendido de manera paulatina y
constante a lo largo de los años; sin embargo, aún existe una brecha importante entre el área
urbana y la rural.
Según la Ensmi (2008/09), la tasa de mortalidad infantil nacional es de 34 por cada mil nacidos
vivos: esta cifra es inferior en el área urbana (27) y superior en el área rural (38). Para la región
de Petén, en el norte del país, esta tasa es de 43 por cada mil nacidos vivos, cercana al triple
del área metropolitana (16), lo que evidencia una vez más las grandes disparidades del país en
ámbitos vitales para el desarrollo.
                                            Gráfica 2.
                                    Tasa de mortalidad infantil

     90
     80
     70
     60
     50                                                                                     Urbano

     40                                                                                     Rural

     30                                                                                     Nacional
     20
     10
       0
                1987            1995           1998/99       2002      2008/09


Fuente: elaboración propia con base en la Ensmi (2008/09).

Tanto el limitado acceso a los servicios de salud, como la falta de información básica sobre
salud reproductiva y sexual, inciden en la alta tasa de fecundidad de Guatemala, que se sitúa
en 3.6 hijas e hijos por mujer en edad fértil, según la Ensmi (2008/09). Otro de los factores que
explica esta tasa de fecundidad es la educación ya que, entre las mujeres sin estudios, la tasa
se sitúa en 5.2 hijas e hijos, frente a los 2.3 en mujeres con educación secundaria y superior
(Ensmi, 2009).




                                                         8
LA TORMENTA PERFECTA




En el ámbito educativo se han logrado importantes avances, como la tasa neta de
escolarización en primaria, que ha «aumentado casi el 25% desde principios de los años
noventa, hasta alcanzar el 96.3% en 2007» (Icefi, 2009). Para el año 2009, según el Ministerio
de Educación (Mineduc), esta tasa neta de escolarización en primaria (niñas y niños entre 7 y
12 años) alcanzó el 98.3%.
Un análisis de las tasas educativas
promedio en los diferentes grupos de
la población nos da una idea de los
grandes desafíos existentes en el país:
«Un guatemalteco no-indígena del
área urbana tiene como promedio un
nivel de alfabetismo comparable con el
promedio de Brasil (97%). La tasa de
alfabetismo de la mujer indígena del
área rural es 30% más bajo,
comparable a la de Burundi (68%)»
(Icefi, 2009).
El bajo rendimiento en los niveles
educativos que presenta Guatemala se
deben a factores estructurales como la                                    ©UNICEF/Guatemala2010/JRChewsKlée
pobreza extrema, el nivel de ingreso
familiar, la educación de los padres, la
distancia de los centros educativos o el acceso a servicios básicos (USAID/AED/Icefi, 2007).
Por su parte, entre la población indígena escolar, los principales problemas que se encuentran
para su ingreso y permanencia en la escuela son el rezago escolar, la sobre edad, el
ausentismo y la deserción escolar, así como «otras causas de carácter cultural, social y
económico» en las que «la pobreza es, sin lugar a dudas, el factor determinante que explica el
abandono de las aulas por parte de la niña» (UNICEF, 2007b). Para el Banco Mundial (2009),
«los problemas de salud y la falta de interés son las principales razones para el abandono entre
los estudiantes de primaria».
La productividad laboral es baja en comparación con otros países del entorno, debido, en parte,
al bajo nivel educativo y a las consecuencias de la desnutrición. Asimismo, la tendencia
histórica al trabajo infantil es alta y va en aumento debido, muchas veces, a la necesidad de
contribuir al sustento del hogar, agravado en períodos de crisis económica y por los efectos del
cambio climático. Con frecuencia, estas situaciones llevan a la migración temporal o
permanente a otras partes del país e, incluso, al extranjero.
Durante el siglo XXI la población guatemalteca residente fuera del país ha aumentado de
manera constante. De esta manera, para el año 2003, el 10.5% de la población vivía fuera (1
273 658); este porcentaje ha llegado, en 2009, al 11.3% (1 590 832). Asimismo, la entrada de
remesas ha seguido la misma tendencia positiva durante todos estos años hasta que, en 2009,
descendió un 9.3% respecto al año 2008. Ello, como consecuencia de la crisis económica y la
pérdida de empleo, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM/UNICEF,
2009).
Desde la firma de los Acuerdos de paz, los hechos delictivos han ido en aumento en todo el
país. En 1996, año de dicha firma, la tasa de homicidios por cada cien mil habitantes era de 40,
es decir 3619 homicidios. Aunque esta tasa se redujo durante tres años consecutivos, llegando
en 1999 a 26 (2655 homicidios), desde entonces se ha incrementado cada año. De esa cuenta,
en 2008 se llegó a 46 por cada cien mil habitantes (un total de 6292 homicidios). Por su parte,
                                                    9
LA TORMENTA PERFECTA




2009 fue el año más violento de la historia de la República, alcanzando una tasa de homicidios
de 47 (6498 muertes violentas, según la Policía Nacional Civil, PNC). «Del total de víctimas,
720 fueron mujeres y 510 niños» (OACNUDH, 2010).


                                       Gráfica 3.
                         Homicidios en Guatemala (1995-2009).
   7000
                                                                                                            6498
                                                                                        5885            6292
   6000
                                                                                                 5781
                                                                                     5338
   5000
                                                                              4507
                                                                       4237
   4000                      3998
                      3619                                      3631
               3260                 3310                 3230
   3000                                           2904
                                           2655
   2000

   1000

      0
           1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009


Fuente: elaboración propia con base a PNUD (2007), PDH (2009) y OACNUDH (2010).


En 2006, se cometieron 5885 homicidios de acuerdo con la misma organización policial. En ese
año, el costo de la violencia en Guatemala ascendió a Q. 17 900.4 millones (USD 2386
millones), representando el 7.3% del PIB. Esto supone «más del doble del valor de los daños
que causó al país la tormenta Stan en octubre del año 2005, y a más del doble de los recursos
asignados a los ministerios de Salud, Educación y Agricultura para el año 2006», según el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2006).
Según el Banco Mundial (2009), «la frecuente impunidad y la exclusión social, un sistema de
justicia ineficaz y una juventud que enfrenta el problema de tomar decisiones con incentivos
negativos, son algunos de los factores que contribuyen a una mayor actividad delictiva».
Durante estos años también se han producido avances importantes en el marco normativo del
país, como la implementación de la Ley de adopciones, aprobada en 2007, así como la entrada
en vigencia del Convenio de La Haya sobre protección del niño y cooperación internacional con
relación a la adopción internacional. Con ello se puso fin a un período negro de la historia de
Guatemala: en un lapso de diez años, entre 1997 y 2007, 25 198 niñas y niños fueron
entregados en adopción internacional (UNICEF, 2008), sin garantías que aseguraran sus
derechos. Sin embargo, el persistente clima de impunidad —en el que más del 98% de los
crímenes y delitos quedan impunes, según la Comisión Internacional Contra la Impunidad en
Guatemala (Cicig)— dificulta una implementación efectiva de dichas leyes.




                                                     10
LA TORMENTA PERFECTA – Impacto del cambio climático y la crisis económica en la niñez y la adolescencia




2. Impacto del cambio climático
   y la crisis económico-financiera


Guatemala se ha visto impactada de manera severa por los efectos del cambio climático y de la
crisis económica y financiera, sufriendo transformaciones sustanciales en las condiciones de
vida de su población, especialmente de la niñez y la adolescencia, grupos que con anterioridad
a estas crisis se encontraban ya en una situación particularmente preocupante.
Debido al aumento de los precios de los alimentos y los combustibles, gran cantidad de familias
se vieron incapacitadas para asegurar su abastecimiento regular de muchos productos básicos,
como el maíz y el frijol. Esta situación tiene como consecuencia un empeoramiento en la
situación nutricional de niñas, niños y adolescentes de dichas familias y puede condicionar su
desarrollo físico e intelectual.
Los altos niveles de inequidad, la urbanización no
planificada, la discriminación por género y etnia,
la insuficiencia de acciones orientadas de
manera específica a la agricultura y al desarrollo
rural, el abandono escolar y el hambre, así como
los efectos de los embates climatológicos, son
algunas de las razones por las que más de una
de cada dos niñas, niños y adolescentes en
Guatemala sufría condiciones de pobreza desde
antes de la crisis.
La crisis económico-financiera mundial continúa
impactando en Guatemala, tanto en el sector
público como el privado, trayendo como
consecuencia un aumento en la ya de por sí alta
brecha social.
Las dos crisis analizadas en el presente
                                                                                                     ©UNICEF/Guatemala2010/JRChewsKlée
documento han aumentado el número de
guatemaltecos y guatemaltecas que están en
situación de desempleo, tanto dentro como fuera del país.
Las remesas, uno de los motores de la economía nacional (11.08% del PIB en 2009, según el
Banguat), también cayeron durante ese año debido al impacto de la crisis económica sobre los
guatemaltecos que se encontraban viviendo y trabajando fuera del territorio y que enviaban
periódicamente una suma económica a sus familias en el país. El descenso alcanzó el -9.3%,
por lo que algunos hogares que reciben remesas se han visto en la necesidad de buscar
estrategias para complementar los ingresos forzando, en ocasiones, a sus hijas e hijos a
emplearse o ausentarse de la escuela. En efecto, según la encuesta realizada por
OIM/UNICEF en 2009, el 8.7% de niñas y niños de entre siete y diecisiete años de edad que
viven en hogares que reciben remesas desertaron del sistema educativo sobre un total de 1
247 048 personas.




                                                             11
LA TORMENTA PERFECTA




                                 Gráfica 4.
    Escolaridad de niños y niñas de 7 a 17 años de edad beneficiarias de
                              remesas (2009)




                                                                                                                                                          550,773; (44.17%)
    1,200,000




                                                                                                  524,180; (42.03%)
                                         1,074,953; (86.2%)
    1,000,000
                      172,095; (13.8%)
      800,000
                                                                                                                                                                                                  No inscritos

                                                              108,514; (8.7%)




                                                                                                                                        82,727; (6.63%)
                                                                                89,368; (7.17%)



                                                                                                                      54,178; (4.34%)




                                                                                                                                                                              54,336; (4.36%)
      600,000                                                                                                                                                                                     Inscritos 

      400,000                                                                                                                                                                                     Deserción Escolar

      200,000

            0
                                  Total                                                    Niñas                                                 Niños



Fuente: OIM/UNICEF (2009).



Además, las crisis analizadas inciden en la alimentación, especialmente de las familias más
pobres. Se come menos y de menor calidad. Al escasear la alimentación, los niveles de
desnutrición aumentan. Los cambios en el consumo alimenticio repercuten la ingesta de carne
roja, pollo y lácteos que, en su mayoría, suelen estar ausentes de la dieta, incluso desde antes
de la crisis, circunstancia que en la actualidad se ha agravado. El grupo más damnificado
dentro de la población son las mujeres, especialmente aquellas que tienen varios hijos e hijas,
ya que son las más afectadas por la falta de comida (pues suelen ser las últimas en comer) e
ingieren alimentos en menor cantidad.
La escasa alimentación daña también a las mujeres adolescentes, las más vulnerables frente a
las crisis. Según la Red Humanitaria, tras el periodo de sequía que padeció Guatemala durante
el año 2009, de entre la población femenina entre diez y diecinueve años consultada en el
corredor seco del país, el 24.8% presentaba cuadros de desnutrición aguda, observándose la
existencia de «una correlación directa entre el grupo de edad y la ocurrencia de desnutrición
aguda. Así, el grupo de mujeres más jóvenes presentan mayor probabilidad de desnutrición
aguda» (Red Humanitaria, 2009).
Esta situación probablemente se ha agravado aún más tras el paso de Agatha y la erupción del
volcán Pacaya, «descapitalizando a los hogares afectados, lo que reduce su capacidad de
respuesta y adaptación para futuros shocks» (MFEWS/USAID, 2010) y aumentando la
vulnerabilidad ante próximos fenómenos atmosféricos. A este respecto, según el Banco
Mundial (2009), «las condiciones particulares de los pobres –su falta de ahorros y de otros
medios para compensar una pérdida inesperada- los hace particularmente susceptibles o
vulnerables».



                                                                                                                      12
LA TORMENTA PERFECTA




       2.1 Cambio climático
Variabilidad en el régimen de lluvias, incremento de las temperaturas, inundaciones… Todas,
evidencias de que el cambio climático está impactando de manera cotidiana el desarrollo
social, cultural, económico y medioambiental del país, condicionando negativamente las
oportunidades de desarrollo de niñas, niños y adolescentes, más aún si no se cuenta con
planes y acciones que lo prevengan.
Según el Banco Mundial (2009), las personas que «viven muy cerca de la línea de la pobreza
extrema, fácilmente pueden caer del otro lado sólo con un pequeño embate provocado por un
desastre natural» y que, además, «les toma mucho más tiempo recuperarse de una crisis, por
lo que es mejor tratar de contar con estrategias de prevención que ayuden a mitigar los efectos
de la crisis desde un primer momento». Ello se torna especialmente preocupante en
Guatemala, uno de los diez países más vulnerables a desastres naturales, según la Estrategia
Internacional para la Reducción de Desastres (UNISDR, 2009).
Para Oxfam (2010) «la pobreza, más que cualquier otro factor, determina la vulnerabilidad
frente al cambio climático y limita la capacitad de adaptación. La combinación del acceso a y el
control de la tierra, el dinero, los créditos, la información, la atención sanitaria, la movilidad
personal y la educación determina la capacidad de supervivencia y de recuperación frente a
desastres».




                            ¿Qué es el cambio climático?

                     Es la modificación del «clima atribuida directa o
                   indirectamente a la actividad humana que altera la
               composición de la atmósfera mundial y que se suma a la
                  variabilidad del clima observada durante períodos de
               tiempo comparables», según la Convención marco de las
                       Naciones Unidas sobre el cambio climático.




Según el Gobierno de Guatemala (2010b), entre mayo y septiembre del año 2010 la población
afectada por los diferentes eventos climáticos que azotaron Guatemala ascendió a 911 043
(3.9% de la población total de Guatemala) personas, el 75% debido a la tormenta Agatha y a la
erupción del volcán Pacaya. Los daños y pérdidas ocasionados en 2010 por el acumulado de
eventos ascienden a 1,553.3 millones de dólares, equivalente a casi el 25% del monto del
presupuesto de egresos de la Nación.
Los efectos del cambio climático tienen un fuerte impacto en la economía guatemalteca. La
agricultura, una de las principales actividades económicas legales del país, que representa el



                                               13
LA TORMENTA PERFECTA




13.5% del PIB (Banguat, 2010e) y emplea al 29.2% de la población (Encovi, 2006), está
seriamente afectada. Se trata, además, de un sector muy vulnerable a cualquier cambio de
temperatura o fenómeno atmosférico, como sequías, olas de calor o tormentas.
Según el Sistema Mesoamericano de Alerta Temprana para la Seguridad Alimentaria
(MFEWS/USAID, 2010), el paso de la tormenta Agatha provocó pérdidas y daños en la
producción de hortalizas, papa, café y otros cultivos, lo que «afectará la generación de ingresos
por una reducción en los volúmenes comercializados y también por una menor demanda de
mano de obra no calificada, fuente importante de ingresos en los hogares más pobres».
Cuando una cosecha se pierde, muchas familias quedan sin alimentación y sin empleo.
Además, al darse menos cosechas, los precios de los alimentos aumentarán, por lo que habrá
sectores sociales que estarán impedidos económicamente para poder comprar determinados
alimentos, como frijol o maíz, lo que podría aumentar el número de personas que pasan
hambre.
Para Oxfam (2010) a nivel mundial, «las poblaciones que dependen de la agricultura son
particularmente vulnerables al cambio climático, debido a que sus actividades son sensibles al
clima y debido a la marginalización económica en la que se encuentran». Ello, además «se
agrava en el caso de las mujeres debido a las desigualdades de género y debido a los
impactos de la emigración de la población masculina en respuesta a los choques climáticos y la
pérdida de cosechas».
Según el Instituto de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) en el
boletín climático 1-2010, los acumulados de precipitación en 2009 disminuyeron en un 33% en
comparación con 2008, debido a la sequía que azotó, sobre todo, al corredor seco. Esto
provocó daños en los suelos y en la vegetación, lo que causa serios problemas de retención de
agua en periodos de lluvias y produciéndose deslaves con lluvias torrenciales
La calidad del agua se ve afectada, tanto por el
efecto del cambio climático como por acciones
humanas irresponsables. La contaminación de
ríos y lagos (como en el caso del lago de Atitlán),
así como la degradación de zonas de captación
de agua, son situaciones que se están agravando
como consecuencia de los vertidos y su escasa
protección, tanto por parte del Estado como de la
ciudadanía.
La Laguna del Tigre, en el departamento de
Petén, que contiene la reserva de agua dulce más
grande de Centroamérica, también está
amenazada por su escasa conservación.
El deterioro de la calidad del agua tiene un efecto
directo y perjudicial para la salud, higiene y
saneamiento ambiental, impactando en la
nutrición de niñas y niños, especialmente los de
menor edad.
El rico patrimonio histórico y cultural de
Guatemala también padece las consecuencias de
las alteraciones en el clima. No sólo aumentan los                      ©UNICEF/Guatemala2010/JRChewsKlée
costos para su conservación, sino que su ritmo de
                                               14
LA TORMENTA PERFECTA




deterioro es mayor, lo que tiene incidencia en la cantidad de turistas que llegan a Guatemala
con el propósito de conocer el país. El ingreso de divisas por turismo y, sobre todo, el número
de empleos —formales e informales— se reducen. Sólo en el año 2009, el ingreso de divisas
por turismo y viajes descendió un 9.63% respecto a 2008 asociado a la crisis económica. Lejos
de mejorar, durante el primer semestre del año 2010 estas divisas se redujeron un 3.99% con
respecto al mismo período del año 2009, según Banguat.
Por otro lado, algunas regiones del país podrían beneficiarse del cambio climático, ya que el
aumento de la temperatura puede repercutir de manera positiva en ciertos cultivos, aunque a
largo plazo también podría suscitar efectos negativos, como la aparición de nuevas plagas y
enfermedades, o menor cantidad de agua potable, particularmente en el denominado corredor
seco, ya que «las altas temperaturas facilitan la existencia de insectos y enfermedades en las
plantas, agravando el riesgo de la pérdida de las plantaciones. Los cambios en la precipitación
afectan directamente la humedad del suelo y por lo tanto, la producción de alimentos» (Cepal,
2010).
El cambio climático tiene, igualmente, efectos sobre la salud. Aparecen más casos por estrés
del calor, malaria, dengue, cólera, enfermedades respiratorias y otras relacionadas con la
variabilidad en las precipitaciones, la disponibilidad de agua potable y la calidad del aire. Para
hacer frente a un deterioro de la salubridad y a una mayor demanda de servicios, el Estado
deberá aumentar el gasto destinado a la salud, el cual, en la actualidad, representa el ya
altamente insuficiente 1% del PIB.
Además, podría aumentar la movilidad humana. Habrá zonas del país donde será difícil
sobrevivir, sea porque no se puede cultivar, o porque la temperatura y eventos climatológicos lo
desaconsejen. Con ello se espera un incremento de la migración del área rural a las zonas
urbanas, ocasionada por la búsqueda tanto de nuevas fuentes de trabajo como de lugares
donde vivir, aumentado el número de asentamientos urbanos y periurbanos precarios.
Los casos por diarrea pueden incrementarse. De ser así, continuaría una tendencia histórica en
Guatemala, aunque ésta se podría ver agravada. Desde el año 1987, con datos de la Ensmi, el
porcentaje de niñas y niños menores de cinco años de edad que han tenido diarrea durante las
dos semanas previas a la encuesta, según las madres, ha aumentado, pasando de 16.7%, en
aquel año, a 22.5% para el periodo 2008-2009 (Ensmi, 2009).
                                                    Según Acción contra el Hambre, tras la
                                                    tormenta Agatha los casos de niños y niñas
                                                    con enfermedades diarreicas agudas
                                                    (EDAS) aumentaron un 300%, lo cual
                                                    evidencia «el impacto de la contaminación
                                                    generalizada de pozos debido al traslado de
                                                    los contenidos de las letrinas y sedimentos
                                                    por las inundaciones» (Acción contra el
                                                    Hambre,     2010).    Asimismo,     también
                                                    aumentaron las infecciones respiratorias
                                                    agudas (IRAS).
                                               Esto incide directamente en el estado
                                               nutricional de la población, especialmente
©UNICEF/Guatemala2010/JRChewsKlée              de las y los menores de cinco años. La
                                               diarrea y la desnutrición forman un círculo
                                               vicioso que incide en el desarrollo de niñas
y niños. La diarrea y otras infecciones provocan pérdida de peso, dañan los intestinos e
                                               15
LA TORMENTA PERFECTA




impiden el crecimiento adecuado. La desnutrición, por su parte, produce un descenso
importante en las defensas del organismo, lo cual provoca una mayor propensión a contraer
infecciones. La falta de acceso a agua potable y saneamiento básico agrava este ciclo
perverso, incrementando el riesgo de enfermedades infecciosas, más aún en aquellos lugares
en donde hay acumulación de agua contaminada.
Los efectos de las alteraciones en el patrón del clima serán más intensos en aquellos lugares
en donde la deforestación es más severa. Tradicionalmente, los bosques han sido
considerados como productores de madera y leña, pero también contribuyen «a regular el
clima, inundaciones, enfermedades y el agua; ofrecen recreación y educación; y apoyan la
formación de suelos, así como la producción primaria y reciclaje de nutrientes» (IARNA, 2009).
Tienen, por consiguiente, un papel fundamental en la conservación medioambiental.
De hecho, la tala de árboles en las áreas rurales ha aumentado a un ritmo superior a su
reforestación. Los desprendimientos de tierra, por ejemplo, son más constantes allí donde hay
poca cantidad de árboles. En muchas comunidades, la tala de árboles obedece a la necesidad
de conseguir leña para los hogares. Aunque la tala se realice por adultos, los niños y los
adolescentes suelen trabajar acarreando la leña hasta la cabecera municipal para su venta o
consumo, lo que les impide asistir de manera regular a la escuela y, además, frena su
desarrollo físico deseable.
Un bajo nivel de adaptación al cambio climático aumenta el riesgo de pérdida de las cosechas,
contribuye a la disminución del empleo y, por ende, genera sensibles dificultades para
encontrar la senda del desarrollo sostenible. Cabe recordar que si la agricultura se reduce, las
arcas públicas se resienten. De esta manera, el Estado debe hacer frente a más gastos
derivados de sequías, inundaciones, epidemias, olas de calor o pérdidas en la infraestructura,
entre otros, pero cuenta con menos recursos económicos para hacerlo.



         ¿En qué me afecta el cambio climático?
            Aumento de la temperatura. Algunas regiones del país tendrán más días
             de calor extremo y otras de frío extremo.
            Variabilidad en los regímenes de lluvia. La temporada de lluvias en el
             país puede padecer cambios; en algunas zonas lloverá con más fuerza.
            Aumento en el nivel del mar, especialmente en la costa sur de
             Guatemala. Mayor probabilidad de padecer eventos climáticos extremos
             como lluvias intensas, inundaciones y deslizamientos de tierra.
            Contaminación de ríos y lagos.




                                              16
LA TORMENTA PERFECTA




         2.2 Crisis económico-financiera
Aunque esta crisis comenzó a manifestarse a nivel global a finales del año 2007, fecha en la
que afectó a Guatemala en el alza de los precios de los combustibles y los alimentos, no fue
sino hasta 2009 cuando tuvo su mayor impacto en todos los sectores del país, especialmente
en la población más vulnerable. Las exportaciones, las remesas, la inversión extranjera directa
y el turismo se vieron duramente dañados, reduciéndose de manera considerable.
Mientras que en 2008 la economía guatemalteca experimentó un crecimiento del PIB del 3.3%,
para el año 2009 lo hizo un 0.6% (Banguat, 2010), alcanzando los 193 949 millones de
quetzales. El ritmo inflacionario disminuyó del 9.4% en 2008 al -0.28% en 2009. Junto a ello, la
entrada de remesas cayó un 9.3% respecto al año 2008. Todo ello pudo contribuir a un
deterioro en la situación de la niñez y la adolescencia del país, segmentos poblacionales que, si
bien no sintieron mayores beneficios durante los años de bonanza económica, sí están
padeciendo las consecuencias más graves de la crisis.


                                        Tabla 1.
                     Guatemala: principales indicadores económicos


                                                                              Tasa
                Indicador
                                                    2007             2008              2009                2010
                                                                                                    (Proyección)

Inflación                                        8.75              9.4              -0.28                 4.6

Crecimiento económico                             6.3              3.3               0.6                  2.5


Remesas (variación interanual)                   14.4              4.5               -9.3                 3.5

Déficit fiscal (como porcentaje del
                                                  1.4              1.6               3.2                  3.1
PIB)

Déficit en cuenta corriente                      -5.2             -4.5               -0.6             -3.3

Ingresos tributarios (variación
                                                 15.8              5.8               -4.9             6.49
interanual)
Valor FOB de las exportaciones
                                                 14.7             12.2               -6.6                 5.7
totales (tasa de variación)
Valor CIF de las importaciones
                                                 13.9              7.2              -20.8             10.3
totales (tasa de variación)
Fuente: elaboración propia con datos del Banguat, el FMI y el Ministerio de Finanzas Públicas (Minfin).




                                                         17
LA TORMENTA PERFECTA




Las finanzas públicas experimentan los efectos de la crisis de manera contundente. Para el año
2009, se aprobó un presupuesto de 49 723.1 millones de quetzales (Asíes, 2008), con base en
una expectativa de recaudación de impuestos que no se logró cumplir. Además, los ingresos
tributarios en el país se redujeron un 4.9% respecto a 2008 (Minfin, 2010). Sin embargo, para el
año 2010, según el proyecto de presupuestos, la variación esperada en los ingresos tributarios
es del 6.49% con respecto al cierre de 2009 (30 525 millones de quetzales).
El Estado, ante la dificultad de cumplir con sus compromisos financieros debido a la caída en la
recaudación tributaria, recurrió al endeudamiento y a la contención del gasto público. Como
resultado, el déficit fiscal aumentó hasta el 3.2% del PIB, 9 920.6 millones de quetzales, de los
cuales el 44.2% se sufragó mediante financiamiento interno bruto, el 41.4% con financiamiento
externo y el restante 14.3% con recursos de caja.




                                     ¿Qué es el PIB?

                  El producto interno bruto es el resultado de la suma
                   monetaria de los bienes y servicios producidos en
                 Guatemala y transados en un año determinado. El PIB
                sumó 193 949 millones de quetzales en 2009, creciendo
                               un 0.6% respecto a 2008.




También se redujo el consumo interno debido a que, por una parte, hay más personas sin
empleo que, cuentan con menos recursos económicos. Por otro lado, los precios siguen altos,
por lo que no todas las personas tienen un acceso adecuado, especialmente a los alimentos
básicos.
Las personas que viven en situación de pobreza extrema dedican la totalidad de su
presupuesto para abastecerse de los alimentos básicos. Cualquier aumento en los precios
tiene un mayor impacto en la situación de estas personas, lo que incide en el aumento de la
brecha de pobreza.
Jesús Alvarado, indígena achí, de cincuenta años, vive en Rabinal (municipio de Baja
Verapaz); relata el impacto de la crisis en su familia de la siguiente manera: «Las cosechas ya
no son las mismas y comprar maíz o frijol sale muy caro. En 2008 subió a cinco quetzales la
libra y no baja. Por eso, mi esposa muchas veces mezcla el maíz con maicillo para que abunde
la masa para hacer tortillas».
El aumento en el costo de los productos está asociado con los precios internacionales de los
carburantes y de los alimentos de mayor consumo en Guatemala, como el maíz, arroz y frijol.
Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la mayor parte de las familias depende del
mercado para adquirir sus bienes y el aumento de precios de la canasta básica puede causar
un incremento del número de personas viviendo en condiciones de pobreza (PMA, 2008).

                                               18
LA TORMENTA PERFECTA




                                      Gráfica 5.
                Precios internacionales del petróleo, el maíz y el trigo


     100
      90
      80
      70
      60                                                                               Petróleo
      50
                                                                                       Maíz
      40
                                                                                       Trigo
      30
      20
      10
        0
                2006      2007     2008        2009      2010*       2011*




Fuente: Banguat (2010).
* Proyección.



Tal como se desprende de la gráfica anterior, aunque en 2009 hubo una disminución de los
precios internacionales del petróleo, el maíz y el trigo, durante el año 2010 el costo de estos
productos ha vuelto a aumentar, según lo había previsto el Banco de Guatemala (Banguat,
2010). De acuerdo con este organismo, el precio del petróleo para este último año se ubicaría
en 84.6 dólares el barril, superior en 37% respecto del precio promedio de 2009. En el caso del
maíz, el incremento sería de un 19.4% en 2010, hasta llegar a los 8 dólares por quintal; por su
parte, el trigo tendría un precio promedio de 9.5 dólares el quintal, aumentando un 8% respecto
a 2009. Para el año 2011, se prevé que los precios seguirán incrementándose, según el
Banguat.
El análisis del Presupuesto de ingresos y egresos de la nación 2009 permite conocer la
cantidad de recursos ejecutados para mejorar las condiciones de vida de la niñez y la
adolescencia en el país. Según un estudio del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales,
elaborado para UNICEF (Icefi, 2009b), el gasto público destinado a niñez y adolescencia
ascendió a 17 753.3 millones de quetzales, «lo que representa el 35.7% del presupuesto total
de egresos». De este monto, el 49.6% se refiere a gasto relacionado con programas dirigidos
específicamente a este grupo de población.
El 46.3% de la inversión pública nacional en niñez y adolescencia, según el Icefi, se destina a
educación, otro 20.7% a vivienda y servicios comunitarios, «donde los programas de
abastecimiento de agua juegan un papel significativo». La protección social equivale al 18.9%
del presupuesto destinado a niñez y adolescencia, teniendo «un rol importante tanto el
                                              19
LA TORMENTA PERFECTA




programa de transferencias condicionadas, “Mi Familia Progresa”, como el programa de
alimentación escolar»
.
El Icefi hace un análisis de la inversión pública en niñez y adolescencia por persona para este
grupo de edad con base al presupuesto. De esta manera, «el gasto destinado a educación se
aproxima a los Q1,200.00, en contraste con los Q239.7 destinados a Salud. Por su parte,
protección social y Vivienda y Servicios Comunitarios registran gastos por habitante (de 0 a 17
años cumplidos) entre los Q490.0 y los Q540.0, respectivamente» (sic).
De acuerdo con cifras del Banguat establecidas con información al mes de abril, en 2010 la
economía guatemalteca puede llegar a crecer entre el 1.7 y el 2.5%. No obstante, la población
tardará mucho más tiempo en recuperarse de los efectos de la crisis económica, especialmente
en los ámbitos vinculados con el desarrollo de la niñez y la adolescencia, sobre todo si no se
incrementa la inversión social destinada a este grupo de edad. Además, «dicha estimación no
incluye el posible efecto derivado de la erupción del Volcán de Pacaya [sic] y de la tormenta
tropical Agatha» (Banguat, 2010b), que ha provocado daños y pérdidas en el sector público y
privado por valor de 7 855.7 millones de quetzales (Gobierno de Guatemala, 2010), teniendo un
impacto total sobre el PIB del 2.6%. Sin embargo, para el segundo semestre, Banguat ha
ajustado su proyección a un crecimiento esperado entre el 2.0% a 2.8%.
Para el año 2010, la carga tributaria se mantiene baja, al igual que el año precedente. Por ello,
el Estado tiene que recompensar el espacio fiscal con deuda pública. En este aspecto, para el
año 2009, la recaudación representó el 10.4% del PIB, porcentaje que la ubica como una de las
más bajas de la región (Minfin, 2010). Este porcentaje está compuesto principalmente por lo
que se recauda a partir de impuestos indirectos, ya que el «sistema de tributación directa,
relacionado con la renta es, en cambio, muy débil y representa menos del 30% de la
recaudación tributaria. Además, las exenciones y los gastos deducibles, junto con el
establecimiento de regímenes alternativos, han hecho del impuesto sobre la renta un impuesto
complejo y poco efectivo» (Icefi, 2009).
Las estimaciones contemplan que, para el 2010 la carga tributaria sufrirá un ligero retroceso,
rondando el 10.2% del PIB (Minfin, 2010b). En lo que respecta a la deuda pública, para este
mismo año se plantea la emisión de bonos del tesoro por valor de 4500 millones de quetzales,
mientras que la contratación de deuda pública externa supone el desembolso de,
aproximadamente, 6700 millones de quetzales. Para finales del año 2010, la deuda pública
podría pasar del 23.6%, en el año 2009, al 26.5%.
En lo que respecta a la reforma fiscal, en el momento de finalizar este documento aún se
encontraban en el Congreso de la República las iniciativas de ley que contemplan la
modernización del sistema tributario indirecto y aduanero, el fortalecimiento del Código
Tributario, algunos cambios a la imposición directa y la modernización del marco legal
aduanero, entre otras.




                                               20
LA TORMENTA PERFECTA




     Algunos efectos de la crisis económica y financiera en
     Guatemala
     -    Incremento del número de personas que pasan hambre
     -    Menos exportaciones
     -    Menos remesas
     -    Más violencia
     -    Mayor inseguridad alimentaria
     -    Más demanda en servicios públicos de educación y salud
     -    Menor presupuesto público
     -    Más presión sobre los recursos medioambientales
     -    Aumento de los negocios ilícitos




         2.3 Crisis de empleo
Como consecuencia de la crisis económica-financiera y el cambio climático, se ha generado
una crisis laboral de gran impacto que tiene como resultado la pérdida de oportunidades de
empleo de guatemaltecos y guatemaltecas, tanto dentro como fuera del país. En Guatemala,
miles de personas han perdido sus puestos de trabajo y, con ello, una entrada importante de
recursos económicos para el hogar, cuando no la única entrada de dinero. La pérdida de
oportunidades de empleo de quienes viven fuera del país también repercute, ya que se reduce
el envío de remesas para algunas familias.
La carencia de un sistema de protección social público que
provea un seguro de desempleo, la pérdida de puestos de
trabajo y la disminución en la disponibilidad de recursos
económicos en el hogar obligan a las familias a adoptar
estrategias, sea para complementar ingresos, o sea para
reducir costes, lo que incide en la situación de niñas, niños y
adolescentes. Entre otros, aumentan el trabajo infantil, la
violencia y la explotación sexual. En algunos casos, se
termina aceptando empleos de alto riesgo            y que, en
ocasiones, están mal remunerados.
 «Yo le ayudo a mi papá a buscar chatarra y botes en el
basurero porque eso nos da para comer», dice William
Santos, de diez años, quien vive junto a su familia en el
caserío Pueblo Nuevo, en el municipio de Olintepeque
(departamento de Quetzaltenango). William afirma que
diariamente logra juntar un costal de pedazos de hierro y latas
que recoge entre la basura y que luego vende en un comercio.
                                                                     ©UNICEF/Guatemala2008/JRChewsKlée
Su padre, Víctor Santos, observa atento el trabajo de su hijo
en el vertedero de desechos. «Yo no sé la letra y sin eso no



                                              21
LA TORMENTA PERFECTA




encuentro trabajo, tampoco consigo en el campo porque la gente ya no siembra maíz. Un día
decidí irme al basurero y aprendí a ganar dinero buscando latas de aluminio, cobre y bronce
que luego vendo», expresa Santos.
«Cada día hay más gente en el basurero y desde principios de 2009 la competencia es fuerte
porque mucha gente fue despedida de su trabajo y ahora busca cómo ganar unos centavos.
Llegan albañiles, agricultores… y ahora me cuesta más juntar latas», agrega Víctor Santos.
La creación de empleos a nivel mundial será más lenta que la recuperación económica, ya que
las empresas tardarán en volver a contratar mano de obra. En el caso de Guatemala, esto se
evidencia, por ejemplo, en la tasa de variación de las exportaciones totales, que se redujo en el
año 2009 un 6.6%, con respecto a 2008 (Banguat, 2010d). Aunque en 2010 las exportaciones
vuelvan a valores positivos (5.7%, según el Banguat), todavía no se recupera el valor de los
años precedentes de crecimiento económico. Es por ello que hasta que la demanda de Estados
Unidos —país receptor «del 50% de las exportaciones» (Icefi, 2010) guatemaltecas— no se
afiance, el empleo en Guatemala seguirá estancado, según diferentes análisis.




                                        Gráfica 6.
                Valor FOB de las exportaciones totales (tasa de variación)


                                                                                           14.70%
     15.00%
                                                                     12.90%
                                   12.20%                                             11.70%    12.20%
                 11.20%

     10.00%                                          8.80%
                                                             7.10%            6.90%
                                                                                                                  5.70%

      5.00%



      0.00%

                          ‐1.40%
                                            ‐3.40%
      ‐5.00%

                                                                                                         ‐6.60%

    ‐10.00%
                  1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010*


Fuente: Banco de Guatemala (Banguat, 2010c).
* Proyección.



                                                               22
LA TORMENTA PERFECTA




Intervenir cuando hay empleos en riesgo es siempre menos costoso que hacerlo cuando éstos
ya se perdieron. En algunos países de la zona euro, como Alemania, se ha recurrido a la
jornada reducida como medida de protección laboral (FMI, 2009); ello, bajo la perspectiva del
Estado y las empresas, en el sentido de que es mejor mantener a los trabajadores de planta y
esperar tiempos mejores que pagar indemnizaciones por despido y luego, tras contratar nuevo
personal, invertir en su formación.
Por otro lado, el desempleo originado por los efectos de los fenómenos climatológicos en el
sector de la agricultura podría ser utilizado por el crimen organizado para apropiarse de tierras
y expulsar a sus propietarios, lo que crea un entorno propicio para la delincuencia, en un
contexto marcado por la impunidad. Sirva como dato que los daños y pérdidas generados
durante la temporada de lluvias en el sector de la agricultura, ganadería y pesca ascienden a
862.6 millones de quetzales (Gobierno de Guatemala, 2010b). A lo que hay que agregar que
«la delincuencia es un obstáculo para los negocios y la generación de empleo» (Banco
Mundial, 2009).
La baja cualificación de la mano de obra limita el crecimiento económico y productivo de
Guatemala. Ello se debe tanto a un bajo nivel educativo como a las consecuencias de la
desnutrición crónica en los primeros años de vida. En su conjunto, esto limita el acceso a
trabajos mejor remunerados y con buenas prestaciones y puede inducir a muchas personas a
aceptar empleos en actividades ilícitas ligadas, en más de una ocasión, a conductas criminales
o violentas, lo que incide en sectores clave para el desarrollo del país, como salud, educación,
economía, trabajo y agricultura.




                                               23
LA TORMENTA PERFECTA




           2.4 Remesas
Hablar del impacto de la crisis económica en las y los guatemaltecos es ampliar la frontera
geográfica. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 1 590 832
guatemaltecos residen en el extranjero y envían remesas a sus hogares en Guatemala con
cierta periodicidad. De los 4 386 678 guatemaltecas y guatemaltecos que se benefician de las
remesas, el 39% tiene menos de dieciocho años de edad (OIM/UNICEF, 2009).
Las remesas representaron el 11.08% del PIB guatemalteco en 2009, suponiendo un descenso
del 9.3% respecto al año 2008, según datos del Banco de Guatemala. No obstante, en los
primeros nueve meses de 2010 se revirtió esta tendencia negativa, pues aumentó la entrada de
remesas entre enero y septiembre en un 4.5%, en comparación con el mismo período de 2009,
lo que ha llevado al Banguat a estimar un crecimiento del 3.5% para el año 2010 (Banguat,
2010).
                                       Gráfica 7.
                   Ingreso de divisas por remesas (tasa de variación)



     35

     30

     25

     20
                33.4
     15

                           21.1           21
     10                           17.3
                                                     14.4
       5
                                                             4.5                  3.5
       0

      ‐5                                                             ‐9.3

     ‐10
                2003       2004   2005   2006        2007   2008    2009        2010*


Fuente: Banguat (2010c).
* Proyección.



En otros períodos de crisis económica, las remesas han jugado un papel crucial, aumentando
el consumo y reactivando la economía, sobre todo en crisis nacionales. En el caso de las
actuales dificultades financieras, el colapso se originó en Estados Unidos, país de donde
procede la mayoría de las remesas (95.8%, según OIM/Unicef 2009) y cuyos emisores se


                                                24
LA TORMENTA PERFECTA




encuentran, en muchos casos, sin empleo y, por lo tanto, con escasa disponibilidad para seguir
enviándolas.
En Estados Unidos, el desempleo tiene un impacto desigual entre sectores y tipos de
trabajador. Según el Departamento de Trabajo de ese país, el desempleo en latinos llegó al
11.9% en hombres y al 12% en mujeres, según datos de septiembre de 2010 (tasas similares a
las registradas en el mismo mes de 2009: 12.6 y 11.6%, respectivamente).
Para medir el impacto de la crisis económica en hogares que reciben remesas, en junio de
2009, OIM y UNICEF (2009) realizaron una encuesta que permitió conocer la situación de la
niñez y la adolescencia de estas familias. A la pregunta sobre la situación económica en el
hogar, el 61.9% de las personas encuestadas la consideraron «regular», mientras que el 10.5%
la calificó como «mala». El 21.4% consideró la situación económica del hogar como «buena».
El 65.8% de los hogares encuestados afirmó que están afectados por la crisis económica. De
este porcentaje, el 73.3% dice contar con menos recursos, en comparación con 2008. Para el
23.8%, la situación del hogar es la misma que en 2008 y para un 2.5% la situación había
mejorado.
Las causas de esta reducción en los ingresos se deben, según los propios encuestados, a que
estaban recibiendo menos remesas (37.3%), los salarios eran inferiores a los percibidos
durante el año 2008 (28%), y/o a la pérdida de empleo (15.3%). En muchos hogares se da una
combinación entre las diferentes respuestas, dado que la problemática no se debe a una sola
causa.
                               Gráfica 8.
  Causas de disminución de ingresos en hogares con menores de 17 años




                                                                          Están recibiendo menos remesas 
                                                                          (37.34%)
                                                                          Salarios inferiores a los percibidos 
                                                                          en el año 2008 (28.02%)
                                                                          Perdida de empleo de alguno de 
                                                                          los miembros del hogar (15.32%)
                                                                          Muerte de algún miembro del 
                                                                          hogar (4.93%)
                                                                          Abandono del jefe del hogar 
                                                                          (3.67%)
                                                                          Otros (10.72%)




Fuente: Encuesta Remesas 2009, niñez y adolescencia (OIM/UNICEF, 2009).




                                                   25
LA TORMENTA PERFECTA




3. Consecuencias en la niñez
   y la adolescencia

La combinación de los efectos del cambio climático y la crisis económica están haciendo mella
en la situación de la niñez y la adolescencia de Guatemala, grupos que ya estaban viviendo
una crisis histórica y silente en los ámbitos clave para su desarrollo, como el alimenticio, el
educativo, o la desprotección frente al abuso y la violencia.
Las dificultades históricas que han afectado el desarrollo y bienestar de muchas generaciones
en el país se han profundizado debido a los embates de las crisis económicas recurrentes.
Durante el año 2008, el incremento del 11.4% en los precios de los alimentos pudo haber
aumentado la cifra de pobreza en Guatemala, pasando del 51%, en 2006, al 56% para el año
2008; es decir, hubo un retroceso a los niveles de 2000, según el Programa Mundial de
Alimentos (PMA, 2008).
Aunque durante 2009 los precios aumentaron en un porcentaje menor a la media histórica, la
difícil situación económica por la que atraviesan muchas familias hace que el acceso a diversos
alimentos se vea obstaculizado. Para el año 2010, de acuerdo con la proyección del FMI, los
precios de los alimentos aumentarán un 3.3%, cifra inferior a la proyectada por el Banguat, que
estima alrededor del 5%. Cabe anotar, no obstante, ambas proyecciones no tuvieron cuenta los
efectos que sobre la producción han ocasionado la tormenta Agatha y la erupción del volcán
Pacaya (mayo de 2010), así como otras lluvias intensas y tormentas tropicales. Estos hechos
podrían incidir en el aumento de los precios, debido a una menor producción; en efecto, de
acuerdo con el Gobierno de Guatemala (2010), se reportaron pérdidas en la agricultura por
valor de 595.01 millones de quetzales.
                                         Gráfica 9.
                         Variación en los precios de los alimentos

   12.0%
                                                                         11.4%
   10.0%
                  9.0%                           9.1%
                          8.1%
     8.0%
                                         7.6%            6.6%
                                                                 6.8%
     6.0%
                                 5.6%
     4.0%
                                                                                          3.3%
     2.0%
                                                                                 1.9%
     0.0%




Fuente: FMI (2010).
* Proyección.

                                                26
LA TORMENTA PERFECTA




La crisis económica también ha contribuido a aumentar la presión sobre los recursos
medioambientales, justo cuando los efectos del cambio climático comienzan a ser considerados
como el gran desafío a nivel mundial. El desarrollo de actividades que contaminan ríos y lagos,
que aumentan la desforestación, la agricultura no sostenible o la construcción indiscriminada,
afectan la sustentabilidad climática. Según la Cepal (2010), de acuerdo a la temperatura anual
y la precipitación acumulada histórica (22,6ºC y 1738,7 mm, respectivamente, proyecta
aplicando un modelo un probable «aumento de la temperatura media anual de 1,55ºC y una
disminución de la precipitación acumulada de 27,23 mm con relación a los valores medios
históricos».
Durante el año 2009, la situación de régimen irregular en las lluvias, consecuencia de los
efectos del cambio climático, provocó pérdidas en las cosechas, lo que pudo contribuir al
aumento de los niveles de pobreza, especialmente entre la población rural, donde alcanzaba
antes de la crisis al 75.7% de la niñez y adolescencia (16.5% por encima de la media nacional
para este grupo de edad, según Encovi 2006). Debido a ello, la mayoría de personas que
trabajan en la agricultura se encontraron en una situación de alta vulnerabilidad alimentaria y
nutricional.
Según una evaluación rápida realizada tras el paso de la tormenta Agatha por Acción contra el
Hambre (2010) en sesenta y dos comunidades de siete municipios ubicados en los
departamentos de Escuintla, Suchitepéquez, Retalhuleu y San Marcos, estableció que, entre
los pequeños productores un «área dañada de 1662 hectáreas en los cultivos de plátano y la
distribución del daño está en el 79% de las comunidades, se estiman pérdidas totales en el
90% del área dañada». En el conjunto del país, las pérdidas y daños causados por Agatha en
la agricultura, ganadería y pesca ascendieron a 672.4 millones de quetzales, lo que da una idea
de la severidad de esta tormenta (Gobierno de Guatemala, 2010), a lo que habría que sumar
190.2 millones de quetzales más por otras tormentas y lluvias intensas.
Todo ello merma las oportunidades de empleo de muchas personas, quienes no encuentran
otra fuente de ingresos por trabajo, ya que el mercado laboral se ha reducido al ser duramente
impactado por la crisis en todo el mundo. Como resultado, muchas familias optan por emplear a
sus hijos e hijas o, en casos extremos, los abocan al abandono del hogar como manera de
reducir los gastos. Aumentan, además, las uniones a temprana edad y el embarazo en
adolescentes en los hogares donde no se reciben remesas, en un contexto marcado por el alto
índice de impunidad (98%, según Cicig) de los crímenes cometidos contra la niñez y la
adolescencia.
Por su parte, la disminución de la cantidad de comida que efectúan muchas familias como
estrategia para adaptarse a la crisis económica no sólo no es recomendable sino que, además,
tiene repercusiones negativas para la salud. Según un informe de la Red Humanitaria (2009), el
«77.5% de los hogares encuestados [en el corredor seco] tienen en promedio reservas para 8
semanas en vez de las 24 de reserva mantenidas en período normal», lo que los deja en una
situación de vulnerabilidad ante otros fenómenos, aumentando el hambre.
Para hacer frente a esta situación, muchas familias se ven obligadas a emigrar, ya sea a otras
zonas del país o al extranjero, como manera de complementar los ingresos que disminuyen
debido a la crisis climatológica y económica. Por ejemplo, según el estudio cualitativo llevado a
cabo por UNICEF, en el municipio de Chisec (Alta Verapaz), adolescentes entre trece y catorce
años de edad migran a fincas cercanas para trabajar en labores agrícolas, cobrando menos del
salario agrícola legal (cincuenta y seis quetzales diarios) y llegando a pasar varios días —
incluso semanas— fuera de su hogar y sin contacto con sus familiares.



                                               27
LA TORMENTA PERFECTA




Esta adaptación a la crisis por parte de los hogares con población más vulnerable —la cual,
como se ha visto, está especialmente relacionada con el desarrollo de la niñez y la
adolescencia— tiene una incidencia negativa, ya que aumenta el riesgo de disminuir el acceso
a los derechos básicos como salud, educación, protección contra la violencia, el abuso o la
explotación sexual comercial.
De esta manera, las familias más perjudicadas por el impacto de la crisis económica y el
cambio climático no utilizan una única estrategia de adaptación sino que, tal como se
desprende de varios estudios, adoptan una serie de ellas.



                              Cuestión de derechos

         Artículo 32 de la Convención sobre los derechos del niño (CDN):
       «Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a estar protegido
       contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier
        trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que
           sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental,
                            espiritual, moral o social».

          Artículo 80 de la Ley de Protección Integral de la Niñez y la
     Adolescencia (ley PINA): «La protección integral de los niños, niñas y
     adolescentes deberá realizarse a nivel social, económico y jurídico».




                                            28
LA TORMENTA PERFECTA – Impacto del cambio climático y la crisis económica en la niñez y la adolescencia




                                                 29
LA TORMENTA PERFECTA – Impacto del cambio climático y la crisis económica en la niñez y la adolescencia




       3.1 Cambio climático
Inundaciones, erosión del suelo, deslizamiento de tierras, desertificación, menor acceso a agua
potable y aumento de las enfermedades son sólo algunas de las consecuencias que el cambio
climático puede tener sobre la niñez y la adolescencia de Guatemala, especialmente en el
ámbito rural. Según CEPAL (2010), «un ligero aumento en las temperaturas conlleva un
impacto negativo hacia la agricultura guatemalteca. De igual manera, un incremento en la
precipitación acumulada anual de 10 mm implica una disminución en la renta de la tierra por
hectárea de aproximadamente 2 dólares».
En 2009, debido al cambio climático y al fenómeno «El Niño», Guatemala presenció
irregularidades en las lluvias, lo que trajo como consecuencia la pérdida de muchas cosechas y
un aumento en los casos de desnutrición crónica en niñas y niños menores de cinco años,
especialmente en los departamentos que
integran el denominado corredor seco:
Baja Verapaz, El Progreso, Zacapa,
Chiquimula, Jutiapa y Jalapa.
«El maíz y el frijol, junto a el sorgo [sic] y
la yuca, son los cuatro cultivos que
sufrieron pérdidas de más del 50%
debido a la sequía que azotó el país en
2009», según un informe de la Red
Humanitaria del año 2009. De esa
cuenta, las familias que se dedicaban a la
agricultura no sólo vieron sus ingresos                               ©UNICEF/Guatemala2010/JRChewsKlée
disminuidos de manera drástica, sino que
también vieron limitada su alimentación
ya que, entre los pequeños y medianos agricultores, los cultivos se destinan mayormente al
autoconsumo y, de haber excedente, a la venta, asegura la Red Humanitaria.
Junto a ello, a nivel mundial «los cultivos principales de subsistencia están alcanzando los
límites de viabilidad por intervalos de temperatura; las pautas erráticas de las precipitaciones y
de las estaciones alteran los ciclos agrícolas y convierten la alimentación de muchas familias
en una lucha continua» (Oxfam, 2009).
En cambio, para el año 2010, la irrupción de la tormenta Agatha generó grandes daños en la
mayoría de los departamentos del país (Gobierno de Guatemala, 2010). La situación se vio
agravada por la erupción del volcán Pacaya, el cual arrojó millares de metros cúbicos de arena
volcánica, provocando, entre otros, el cierre durante cinco días del aeropuerto internacional La
Aurora, en la ciudad de Guatemala, con las consecuentes pérdidas económicas.
Jaime Martínez tiene trece años de edad y vive en San Juan Ermita (municipio del
departamento de Chiquimula). Realiza labores agrícolas por las cuales recibe diez quetzales al
día: «me voy desde la mañana con mi machete a limpiar las matas de maíz y frijol y regreso en
la tarde. Este trabajo me cansa pero tengo que hacerlo para llevar a casa algo para comer»,
dice. «Mi mamá nos da tortillas con frijol, pero a veces no alcanza y nos tenemos que hacer los
locos cuando nos chillan las tripas», agrega Jaime.
Lejos de ser un caso puntual el que protagoniza Jaime, las familias acuestan a sus hijas e hijos
más temprano para que no pidan cena debido a la escasez en la disponibilidad de alimentos.



                                                              30
LA TORMENTA PERFECTA




Aunque es un fenómeno histórico, esta práctica se está extendiendo a familias que, con
anterioridad a la crisis, tenían suficiente disponibilidad para el acceso a los alimentos. Como
podrá colegirse, esta costumbre se torna perjudicial para el desarrollo de la niñez, pues afecta
su salud y disminuye el rendimiento escolar, en un país como Guatemala donde, los años de
escolaridad promedio se sitúa en 4.8 años (UNICEF, 2008) con datos del Censo 2002.
No sólo la agricultura se resiente por los efectos del cambio climático, también la avicultura,
que se redujo en un 67% en 2009 en el corredor seco (Red Humanitaria, 2009). La pérdida de
aves por parte de las familias «disminuye la capacidad de respuesta ante futuros eventos
adversos», asegura el informe. La disminución de la cantidad de animales es clave pues éstos
constituyen un activo que se vende cuando se agrava la situación de crisis.
Según la Red Humanitaria, para el 25.6% de los hogares el principal problema generado por la
sequía era la pérdida de empleo; para un 16.2%, la falta de lluvias; el 16.1% aseguró que la
crisis en que vive se debe al incremento del precio de los alimentos, mientras que para el
12.5% el principal obstáculo era la pérdida de las cosechas. «Estos elementos están
relacionados con la capacidad actual y a futuro de acceso a alimentos, que para los hogares es
percibido como uno de los principales riesgos», advierte el informe.


                                Gráfica 10.
  Principales problemas y riesgos ocasionados por la sequía de 2009 en el
                               corredor seco



                                                                   Pérdida de empleo (25.6%)


                                                                   Falta de lluvias  (16.2%)


                                                                   Aumento de los precios de los 
                                                                   alimentos (16.1%)
                                                                   Pérdida de cosechas (12.5%)


                                                                   Otros (14.7%)




Fuente: Red Humanitaria (2009).



El cambio climático también tiene consecuencias en el acceso al agua para consumo humano,
sobre todo en el área rural donde, según el Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y
Ambiente de la Universidad Rafael Landívar (IARNA, 2009), para el año 2006, «más del 30%
equivalente a 498.191 hogares, debían acarrear agua desde un chorro público o privado, un
pozo o un río, lago o manantial». En el lado opuesto están los hogares urbanos, de los cuales
                                              31
LA TORMENTA PERFECTA




el 90% «tiene acceso a una red de agua dentro de la vivienda o, al menos, dentro del terreno».
Este aún incompleto acceso al agua puede verse limitado tanto por los fenómenos atmosféricos
como por la deforestación y la urbanización no planificada.
La falta de acceso adecuado al agua puede provocar la aparición de varias enfermedades.
Debe subrayarse, en este sentido, que el 21% de los hogares del área rural y el 10% de los
ubicados en el área urbana no contaban, en 2006, con servicios mejorados de saneamiento
(IARNA, 2009). El IARNA también advierte que «más del 50% de los hogares de las áreas
urbanas en los departamentos de Alta Verapaz, Baja Verapaz, Sololá, Totonicapán y Petén no
poseen condiciones sanitarias mínimas».
El daño causado por la tormenta Agatha en los sistemas de agua y saneamiento, así como la
acumulación de agua contaminada, favorecen «el aumento en la incidencia de enfermedades,
como las diarreicas, respiratorias, cutáneas y el dengue y la malaria, en menoscabo del estado
de salud y nutrición de la población afectada, especialmente en niños y niñas menores de 5
años» (MFEWS/USAID, 2010).
Como resultado de todo ello, las familias adoptan diferentes estrategias para enfrentar los
efectos del cambio climático mediante la búsqueda de otras fuentes de ingreso más allá de la
agricultura o la acuicultura.


       3.2 Cambios en la dieta
Una de las consecuencias de las crisis referidas en el presente documento, estima que los
hogares se ven obligados a realizar cambios en la dieta, con el propósito de aprovechar de
mejor manera los recursos —económicos y/o alimenticios— con los que cuentan, consumiendo
menos alimentos y, además, de menor calidad.
En Guatemala, estos cambios en el patrón alimenticio se deben, entre otros al aumento de los
precios de los alimentos que forman parte de la dieta básica del país, como el maíz, el cual en
parte está siendo importado. Este grano es también el principal cultivo de subsistencia entre los
pequeños y medianos agricultores, quienes se vieron severamente impactados por los
fenómenos climáticos del año 2009 que tuvieron como consecuencia la pérdida o disminución
de las cosechas.
«Los fuertes vientos y las copiosas lluvias ocasionadas por Agatha causaron daños y pérdidas
en los cultivos por inundaciones, desborde de ríos y deslaves» (MFEWS/USAID, 2010), a lo
que habría que sumar los efectos de la erupción del volcán Pacaya. Ambos fenómenos
ocurrieron entre el 25 y el 30 de mayo de 2010, período en el cual la mayoría de los hogares
pobres de Guatemala enfrentaba la temporada anual de escasez de alimentos y, por
consiguiente, se encontraba dependiendo del mercado para su alimentación.
En temporada normal, la primera cosecha se recoge durante el mes de agosto. Ello propiciaba
una reducción en la dependencia de los mercados en las familias más pobres. En la actualidad,
en la costa sur y en el oriente de Guatemala, algunas cosechas se retrasaron hasta el mes de
octubre, por lo que «los hogares seguirán dependientes de la compra hasta entonces»
(MFEWS/USAID, 2010).
Por su parte, en el altiplano, según el Sistema Mesoamericano de Alerta Temprana para
Seguridad Alimentaria (MFEWS, por sus siglas en inglés), debido a sus características, «la
opción de resiembra es poco viable» (MFEWS/USAID, 2010). Por este motivo, los hogares más
pobres dependen casi únicamente de los mercados para obtener sus alimentos, ya que no
cuentan con reservas de comida. Así las cosas, a partir de octubre de 2010 «podría agudizarse

                                               32
LA TORMENTA PERFECTA




la inseguridad alimentaria de estos hogares» del altiplano, ya que «no contarán con la opción
de recurrir a sus cosechas a final de año para acceder a sus alimentos», según MFEWS.
Como consecuencia del menor acceso a los alimentos, se incide en el patrón cultural histórico
según el cual, a la hora de la comida, suele ser que, en primer lugar, coma el padre, luego los
hijos varones, más tarde las hijas y, por último y en caso de que haya sobrado algo de comida,
la madre.
No sólo se come menos, sino que de peor calidad. La crisis económica ha producido cambios
en el consumo de alimentos debido al aumento en el precio de éstos. Ello coincide, además,
con un descenso del poder adquisitivo de la mayoría de consumidores. Igualmente, disminuye
el número de comidas y aumenta el número de días sin comer. Esto tiene impacto significativo
en los niveles proteínicos-energéticos, donde no se llega a cubrir las «necesidades promedio
de energía de la población» (SNU, 2003), tal como se expresa en la siguiente gráfica.


                                      Gráfica 11.
                            Nivel de suficiencia energética

   2750
   2650
   2550                                                              Suficiente
   2450
   2350
   2250
                                                                                  Insuficiente
   2150
   2050
   1950
   1850                                                               Critico
   1750
          1980
          1981
          1982
          1983
          1984
          1985
          1986
          1987
          1988
          1989
          1990
          1991
          1992
          1993
          1994
          1995
          1996
          1997
          1998
          1999
          2000
          2001
          2002
          2003
          2004
          2005
          2006
          2007
Fuente: datos FAOSTAT.



Efectivamente, si se observa el nivel de suficiencia energética, la población guatemalteca vive
en niveles de insuficiencia energética, especialmente desde 1994 hasta la fecha, cuando la
tendencia se agrava. Esto se «debe a factores naturales adversos que han azotado la región
centroamericana, principalmente las lluvias huracanadas en 1997 y 1998 y las sequías de los
veranos de 1999, 2000 y 2001» (SNU, 2003), así como a la pérdida de oportunidades de
empleo.
Si proyectamos esta gráfica a la actualidad, probablemente encontraríamos otra caída similar a
la producida entre 1994 y 2001 ya que, para el año 2009, se sumaría la sequía originada por el
cambio climático y la falta de acceso a los alimentos y, para el año 2010, los efectos de la
tormenta Agatha y la erupción del volcán Pacaya, entre otros fenómenos climatológicos.
Además, «se ha tornado más caro comprar los productos alimenticios que proveen los

                                              33
LA TORMENTA PERFECTA




requerimientos calóricos mínimos del guatemalteco medio (2,173 kilocalorías por día por
persona)» (Banco Mundial, 2009).
Por su parte, los alimentos de origen animal están limitados en la dieta de la mayoría de la
población. Respecto a la canasta básica de alimentos, el estudio cualitativo de percepción
realizado por UNICEF advierte que ha habido un descenso importante en la ingesta de carne
roja, pollo y lácteos, así como de los granos debido al alto costo de los mismos.
En el departamento de San Marcos, en los municipios de Comitancillo e Ixchiguán, las
personas consultadas en el referido estudio cualitativo indicaron que si antes consumían una
vez por semana carne roja (res) o carne blanca (pollo), ahora lo hacen una o dos veces por
mes. Espacian los tiempos de comida porque compran alimentos básicos en menor cantidad y
en menos ocasiones.
En estos municipios, como en otros muchos del país, la compra de alimentos se limita a maíz,
café, azúcar y sal, además de verduras y hierbas. La compra de carne o de otro producto
similar se realiza de manera eventual. En Comitancillo, además, ha disminuido la adquisición
de productos básicos como el arroz, papas, huevos y leche, con el objetivo de incrementar la
compra de maíz, café, sal y tomate.
En el altiplano, uno de los cultivos más afectados por la tormenta Agatha fue la papa, que
reportó un aumento del 54% la semana siguiente al paso de las lluvias torrenciales, por lo que
muchas familias vieron imposibilitada su compra. De esta manera, y no sólo en esta región del
país, se espera que los efectos de las intensas lluvias impulsen un aumento de la canasta
básica de alimentos, que hasta el mes de septiembre de 2010 representaba una variación
interanual del 3.55%, llegando a 2,030.10 quetzales (página ‘web’ del INE). Es decir, un hogar
promedio guatemalteco (5.38 miembros) necesita 67.6 quetzales diarios para alimentarse, a
pesar de que el salario mínimo por día es de 56 quetzales.




                              ¿Qué es la canasta básica?

                  «Es el mínimo alimentario que debe satisfacer por lo
                 menos las necesidades energéticas y proteínicas de un
                hogar», según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
                 En Guatemala, una familia de 5.38 personas necesitó
                2030.10 quetzales en septiembre de 2010 para comprar
                                 los alimentos básicos.




Cuando los productos son de origen local, los precios son generalmente menores. Por ejemplo,
en el municipio de Rabinal (del departamento de Baja Verapaz), la población indígena y rural
tiene como base de su alimentación diaria el frijol, tortillas de maíz, arroz, café, azúcar, pepita,
ayote tierno, tomate, cebolla y pinol, entre otros productos que proceden del lugar, por lo que el
precio es inferior.

                                                34
LA TORMENTA PERFECTA




Esta limitada variedad en el patrón de consumo de los alimentos contribuye a aumentar los ya
elevados índices de desnutrición en niñas y niños menores de cinco años de edad, quienes no
consumen la cantidad ni calidad adecuada de proteínas y micronutrientes de origen animal.
Una alimentación deficitaria durante los primeros años de vida determina el desarrollo físico e
intelectual, lo que se traduce en un bajo rendimiento educativo y, más tarde, en una baja
productividad laboral.
La situación de restricción en las comidas es paliada, en parte, gracias a las ayudas que los
hogares están recibiendo, sea mediante alimentos o transferencias monetarias condicionadas.
En este sentido, el 30% de los hogares consultados (436) por la Red Humanitaria (2009) en el
corredor seco indicó que ha recibido dicha clase de transferencias, lo que les ha «permitido
mejorar temporalmente la disponibilidad de alimentos dentro del hogar».
Por su parte, del 1 104 736 hogares que se benefician de remesas, el 49.2% ha hecho cambios
en sus gastos para hacer frente a la disminución de los ingresos económicos, según la
encuesta realizada por OIM y UNICEF (2009). Entre estos hogares, el 85.3% de las personas
encuestadas compra actualmente productos más baratos; el 78.8% ha dejado de consumir
determinados productos; el 67.16% compran menos cantidad de alimentos. Otro 50.9% ha
disminuido la compra de ropa y calzado. El 3% de estos hogares han traslado a sus hijos e
hijas a escuelas públicas. Muchos hogares han realizado varios de estos cambios, como se
observa en la siguiente gráfica.
                                   Gráfica 12.
                 Hogares que han realizado cambios en sus gastos
                                                                 Sustitución de productos más baratos 
                                                                 (85.32%)

                                                                 Ha dejado de consumir productos 
                                                                 (78.77%)

                                                                 Menor cantidad de alimentos (leche, 
                                                                 carnes, etc) (67.16%)

                                                                 Disminución de compra de ropa y 
                                                                 calzado (50.93%)

                                                                 Utilización de transporte público 
                                                                 (13.74%)

                                                                 No asisten a cines y restaurantes 
                                                                 (26.21%)

                                                                 Se quitaron los sevicios de cable e 
                                                                 internet (5.19%)

                                                                 Trasladaron a los niños a escuelas 
                                                                 públicas (2.95%)

                                                                 Utilización de hospitales públicos 
                                                                 (14.57%)

                                                                 Otros (2.98%)



Fuente: OIM/UNICEF (2009).

                                              35
LA TORMENTA PERFECTA – Impacto del cambio climático y la crisis económica en la niñez y la adolescencia




        3.3 Salud
La crisis económica también tiene efectos sobre la atención en salud, especialmente en un país
como Guatemala donde «el 57% del gasto total en salud es pagado directamente por las
personas y las familias» (USAID/Proyecto Diálog, 2009b) esto es, no se cuenta con un seguro
médico, sino que se acude a los centros de salud en dependencia de la posibilidad económica.
Además, «menos de la mitad de todas las enfermedades infantiles en Guatemala son
atendidas fuera de la casa» (Banco Mundial, 2009).
Para paliar esta situación, el Consejo de Cohesión Social, por conducto del programa de
transferencias monetarias condicionadas llamado «Mi Familia Progresa», ha trazado como
objetivo «mejorar el estado de salud y nutrición de las familias pobres, con niños entre 0 y 6
años de edad y/o mujeres gestantes», según su página ‘web’, propiciando que niñas y niños
acudan a los chequeos médicos de manera gratuita, ayudando a la prevención de
enfermedades y la desnutrición.
En el departamento de Chiquimula, desde el primer cuatrimestre del año 2009, las consultas
médicas han aumentado debido, entre otros factores, a los mecanismos establecidos para la
recepción de transferencias monetarias condicionadas. Además, la ampliación del horario de
atención en el Centro de Atención Permanente, durante las 24 horas del día, también propicia
que más personas hagan uso del mismo.
En San Marcos, tras el aumento de los servicios de salud gratuitos, las personas acuden con
mayor frecuencia a consulta médica por problemas de desnutrición y anemia. También se ha
incrementado el número de atención por enfermedades gastrointestinales, diarrea, neumonía,
deshidratación y atención de partos.
Según el Banco Mundial (2009), las personas
que viven en pobreza utilizan los servicios
públicos de salud con la misma frecuencia que
los no pobres, pero «hay diferencias
importantes en el tipo de centros a los que
acuden». Aunque, en promedio, ambos grupos
utilizan los servicios públicos de salud 1.6
veces por año, los hogares pobres se
concentran en los servicios locales (Centros de
salud, Puestos de salud y Centros comunitarios
(1.2 veces por año) y van poco a los hospitales
(0.4 veces por año). En el caso de los hogares
no pobres, estos «utilizan con más frecuencia
los hospitales (una vez por año) que los
servicios de salud locales (0.6 veces por año)».
Por su parte, la Red Humanitaria de
Guatemala, de la que forma parte UNICEF,
asegura que las causas más frecuentes de
enfermedad en niñas y niños en el corredor
seco son «tos, fiebre o gripe (61% de los
casos), seguida de diarrea (27%). La
desnutrición fue reconocida como causa de
enfermedad solamente por el 1%», lo que
                                                                         ©UNICEF/Guatemala2010/JRChewsKlée
evidencia la escasa identificación del problema.
El 81% de las niñas y los niños enfermos
recibió algún tratamiento en centros de salud. Según este informe, las razones por las que no

                                                              36
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  • 2. LA TORMENTA PERFECTA GUATEMALA LA TORMENTA PERFECTA Impacto del cambio climático y la crisis económica en la niñez y la adolescencia © Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF Oficina de UNICEF en Guatemala 13 calle, 8-44, edificio Edyma Plaza, Nivel 2, zona 10 Ciudad de Guatemala, Guatemala Año 2010 Primera edición Con información actualizada a octubre de 2010 Adriano González-Regueral Representante Parisa Nabili Oficial de Comunicación Documento elaborado por: Aridane Hernández Texto revisado por: Iván Yerovi Julián Duarte Gonzalo Arteaga Jonathan Menkos Ricardo Stein Diseño y diagramación: Rolando Chews Edición: Isabel Aguilar Fotografía de portada: Laboratorio de Medios 2009 2
  • 3. LA TORMENTA PERFECTA Índice PRESENTACIÓN ....................................................................................................... 5  INTRODUCCIÓN ....................................................................................................... 6  1.  Panorama de la niñez ......................................................................................... 7  y la adolescencia pre-crisis ........................................................................................ 7  2.  Impacto del cambio climático............................................................................. 11  y la crisis económico-financiera ................................................................................ 11  2.1  Cambio climático ....................................................................................... 13  2.2  Crisis económico-financiera ......................................................................... 17  2.3  Crisis de empleo ........................................................................................ 21  2.4  Remesas................................................................................................... 24  3.  Consecuencias en la niñez ................................................................................. 26  y la adolescencia.................................................................................................... 26  3.1  Cambio climático ....................................................................................... 30  3.2  Cambios en la dieta .................................................................................... 32  3.3  Salud ....................................................................................................... 36  3.4  Formación de parejas ................................................................................. 39  3.5  Abandono escolar ...................................................................................... 41  3.6  Trabajo infantil .......................................................................................... 44  3.7  Migración .................................................................................................. 47  3.8  Negocios ilícitos ......................................................................................... 48  3.9  Explotación y violencia ................................................................................ 50  3.10  Víctimas colaterales de la violencia ............................................................... 51  4. De la preocupación ............................................................................................. 54  a la acción ............................................................................................................ 54  Referencias bibliográficas ........................................................................................ 59  Listado de siglas y acrónimos .................................................................................. 64  3
  • 4. LA TORMENTA PERFECTA Los datos utilizados en este documento han sido recopilados de diversas fuentes nacionales y extranjeras. Se trata de un documento vivo que se actualiza con periodicidad y puede consultarse en la siguiente dirección de Internet: www.unicef.org/guatemala Cualquier comentario sobre la «tormenta perfecta» la puede realizar en la página ‘web’ o a la dirección electrónica: guatemalacity@unicef.org ©UNICEF/Guatemala2010/JRChewsKlée 4
  • 5. LA TORMENTA PERFECTA PRESENTACIÓN En Guatemala, tanto los efectos del cambio climático como los de la crisis económico- financiera mundial han provocado una «tormenta perfecta» que tiene consecuencias sobre la situación de la niñez y la adolescencia de múltiples maneras y que puede condicionar el alcance pleno de sus potencialidades. En este documento se encontrarán datos, cifras y testimonios de personas que están sufriendo los embates de estos dos fenómenos que, si bien tuvieron su origen fuera de esta República, tienen grandes consecuencias en su interior. La «tormenta perfecta» derivada del alza de los precios, las difíciles circunstancias económico- financieras, el cambio climático y la pérdida de oportunidades de empleo, tiene consecuencias en la población del país, algunas de las cuales se relatan aquí. Esto ha hecho aumentar el número de personas que pasan hambre, resintiéndose su salud y exponiéndolas a una mayor vulnerabilidad y abuso en un contexto de impunidad, entre otros aspectos. La suma de estas crisis aumentan las vulnerabilidades sociales, medioambientales y económicas, como ha quedado patente tras el paso de la tormenta Agatha por Guatemala, la cual destruyó infraestructura y arrasó miles de hectáreas de producción agrícola en veintiuno de los veintidós departamentos del país. Agatha tuvo como consecuencia un impacto psicosocial significativo entre las personas que fueron más afectadas, provocando desplazados y cifras lamentables de decenas de muertos, así como daños en infraestructura y redes de comunicación. Tras cada cifra expuesta en este documento hay personas que son parte integrante y activa de la sociedad guatemalteca, más allá de su condición social, económica, étnica y sexual. En este documento también se busca visibilizar la situación de la niñez y la adolescencia de Guatemala, con el fin de desarrollar respuestas adecuadas y apropiadas para todas las esferas de su vida. Con tal propósito, desde septiembre del año 2008, UNICEF ha realizado diferentes acciones para conocer las consecuencias del cambio climático y la crisis económica en niñas, niños y adolescentes mediante estudios cualitativos y encuestas cuantitativas en diferentes regiones del país. Aunque no existen soluciones mágicas, la situación de la vida de las personas puede cambiar en la medida en que se tomen las decisiones correctas que logren que el crecimiento económico se haga sostenible en el tiempo. Esta es la manera más eficiente y menos costosa de enfrentar futuras crisis económicas, así como de asegurar un mejor desarrollo para la niñez y la adolescencia. Si no se toman las decisiones oportunas y adecuadas, la situación también cambiará, pero de manera negativa. Sin dejar de preocuparnos -por los análisis, estudios…- debemos ocuparnos por mejorar la situación de la niñez y la adolescencia de Guatemala ante las difíciles situaciones que se han vivido y se prevén para el futuro, dadas las circunstancias en torno a los aspectos climáticos, la crisis alimentaria y la problemática económico-financiera. 5
  • 6. LA TORMENTA PERFECTA INTRODUCCIÓN Son muchos los hogares guatemaltecos que están padeciendo en su vida diaria las consecuencias directas del cambio climático y la crisis económica que se reflejan, sobre todo, en la pérdida de empleo y poder adquisitivo, lo que limita las posibilidades de abastecerse y alimentarse. Aspectos como la deserción escolar, la formación de parejas a temprana edad en hogares que no reciben remesas, arreglos en la dieta, la explotación sexual comercial, la migración o la incorporación a negocios ilícitos, si bien no son consecuencias directas de las crisis económica y climática, sí se han agudizado como resultado de las mismas. Los efectos del cambio climático en Guatemala se han profundizado en la última década. Si no se toman las medidas oportunas para asegurar un desarrollo compatible con el medio ambiente pero, sobre todo, que cubra las necesidades de la sociedad sin poner en riesgo la seguridad alimentaria de los años venideros, es decir, la disponibilidad y acceso a los alimentos, la situación puede agravarse Por ejemplo, las lluvias torrenciales acaecidas durante el año 2010 tienen consecuencias sobre las condiciones de vida de la población, principalmente por la magnitud de los daños y pérdidas para la población en situación de subsistencia. La pérdida de cultivos y el incremento de los precios de los alimentos se encuentran, asimismo, enmarcados en un contexto de crisis económica que está repercutiendo en las exportaciones e importaciones, a la inversión extranjera, al turismo y a las remesas, entre otros. Todo ello tiene impacto negativo en la recaudación fiscal de Guatemala, disminuyendo los recursos públicos para el desarrollo de niñas, niños y adolescentes, para quienes la situación antes de estos fenómenos distaba de ser la ideal. La pérdida de oportunidades de empleo —debido a la contracción de la economía y a los efectos de las crisis ambientales— afecta a la sociedad guatemalteca, orillando a muchas personas a realizar trabajos peligrosos o que se sitúan fuera de la ley para obtener ingresos. Todo parece indicar que la recuperación laboral será más lenta que la recuperación económica mundial. Desde ya, la prioridad ha de ser mejorar la calidad de vida de las niñas, niños y adolescentes de Guatemala. No sólo porque representan el 49% de la población total del país, sino porque el desarrollo social y económico se juega ahora. En este sentido, si no se toman decisiones oportunas, los efectos de la crisis económica sobre la niñez y la adolescencia guatemaltecas traerán consigo una mayor brecha social, sobre todo entre la población indígena rural, especialmente las mujeres. Las políticas y programas deberán ayudar a minimizar el impacto de ambas problemáticas, privilegiando la protección social que garantice el cumplimiento de las necesidades básicas de las personas en mayor desventaja. La recuperación económica será frágil si no trae consigo, como mínimo, el fortalecimiento con rostro humano del tejido social. 6
  • 7. LA TORMENTA PERFECTA – Impacto del cambio climático y la crisis económica en la niñez y la adolescencia 1. Panorama de la niñez y la adolescencia pre-crisis Después de varios años de crecimiento económico con valores superiores al 3% del producto interno bruto (PIB) y de relativa estabilidad macroeconómica (FMI, 2010), se produjeron tímidos avances en la mejoría de las condiciones de vida de la población. A partir del año 2007, el alza de los precios de los alimentos y el combustible, la crisis económico-financiera mundial, el cambio climático y, de manera más reciente, el deterioro del empleo, han contribuido a aumentar el número de personas que están en situación de pobreza y que pasan hambre en Guatemala. Gráfica 1. Crecimiento económico anual como porcentaje del PIB 7 6 6.3% 5 5.4% 4 3 3.9% 3.6% 3.2% 3.3% 3.3% 2 2.5% 2.5% 1 0 0.6% 1999‐ 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010* 2001 Fuente: Fondo Monetario Internacional (FMI, 2010). * Proyección de crecimiento para 2010 según el Banco de Guatemala (Banguat, 2010d). Entre los años 2000 y 2006, caracterizados por el crecimiento económico, la tasa de pobreza general disminuyó en cinco puntos porcentuales, pasando del 56 al 51%. Esta cifra no permite ver en su magnitud las grandes disparidades existentes en el país, donde la pobreza entre la población indígena y rural era del 71.9%, según la Encuesta nacional de condiciones de vida (Encovi, 2006). En lo que respecta a la niñez y la adolescencia, el 59.2% vive en condiciones de pobreza y, de este porcentaje, el 19.2% es extremadamente pobre (Encovi, 2006). Además, la pobreza contribuye al aumento del hambre en Guatemala, donde el principal problema es la desnutrición crónica (baja estatura para la edad), que afecta al 49.8% de la población menor de cinco años de edad, según Nutrition Update 2010 (Usaid, 2010), 0.5% más respecto al año 2002. Para el Banco Mundial (2009), la desnutrición crónica es «el único indicador que no ha mejorado, y en el que Guatemala desgraciadamente tiene uno de los peores indicadores del mundo». 7
  • 8. LA TORMENTA PERFECTA En Guatemala, el hambre está relacionada con la dificultad en el acceso a los alimentos. Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA, 2008), «las familias del medio rural adquieren más de un 80% de sus alimentos en el mercado y el 20% proviene de la producción propia», por lo que el aumento en los precios les dificulta el acceso a ellos ya que, además, este grupo de población tiene escasas posibilidades de aumentar o diversificar sus ingresos. En el ámbito rural, la situación alimentaria y nutricional ha empeorado desde finales del año 2007 debido al aumento del costo de los alimentos y la crisis económica y climática. En muchas familias, el limitado acceso a alimentos les obliga a consumirlos en menor cantidad y calidad o, en algunos casos, espaciar las comidas, incluso por varios días. El 20.5% de la población no tiene acceso a los servicios públicos de salud, según la Encovi (2006). En lo que respecta a la mortalidad infantil, ésta ha descendido de manera paulatina y constante a lo largo de los años; sin embargo, aún existe una brecha importante entre el área urbana y la rural. Según la Ensmi (2008/09), la tasa de mortalidad infantil nacional es de 34 por cada mil nacidos vivos: esta cifra es inferior en el área urbana (27) y superior en el área rural (38). Para la región de Petén, en el norte del país, esta tasa es de 43 por cada mil nacidos vivos, cercana al triple del área metropolitana (16), lo que evidencia una vez más las grandes disparidades del país en ámbitos vitales para el desarrollo. Gráfica 2. Tasa de mortalidad infantil 90 80 70 60 50 Urbano 40 Rural 30 Nacional 20 10 0 1987 1995 1998/99 2002 2008/09 Fuente: elaboración propia con base en la Ensmi (2008/09). Tanto el limitado acceso a los servicios de salud, como la falta de información básica sobre salud reproductiva y sexual, inciden en la alta tasa de fecundidad de Guatemala, que se sitúa en 3.6 hijas e hijos por mujer en edad fértil, según la Ensmi (2008/09). Otro de los factores que explica esta tasa de fecundidad es la educación ya que, entre las mujeres sin estudios, la tasa se sitúa en 5.2 hijas e hijos, frente a los 2.3 en mujeres con educación secundaria y superior (Ensmi, 2009). 8
  • 9. LA TORMENTA PERFECTA En el ámbito educativo se han logrado importantes avances, como la tasa neta de escolarización en primaria, que ha «aumentado casi el 25% desde principios de los años noventa, hasta alcanzar el 96.3% en 2007» (Icefi, 2009). Para el año 2009, según el Ministerio de Educación (Mineduc), esta tasa neta de escolarización en primaria (niñas y niños entre 7 y 12 años) alcanzó el 98.3%. Un análisis de las tasas educativas promedio en los diferentes grupos de la población nos da una idea de los grandes desafíos existentes en el país: «Un guatemalteco no-indígena del área urbana tiene como promedio un nivel de alfabetismo comparable con el promedio de Brasil (97%). La tasa de alfabetismo de la mujer indígena del área rural es 30% más bajo, comparable a la de Burundi (68%)» (Icefi, 2009). El bajo rendimiento en los niveles educativos que presenta Guatemala se deben a factores estructurales como la ©UNICEF/Guatemala2010/JRChewsKlée pobreza extrema, el nivel de ingreso familiar, la educación de los padres, la distancia de los centros educativos o el acceso a servicios básicos (USAID/AED/Icefi, 2007). Por su parte, entre la población indígena escolar, los principales problemas que se encuentran para su ingreso y permanencia en la escuela son el rezago escolar, la sobre edad, el ausentismo y la deserción escolar, así como «otras causas de carácter cultural, social y económico» en las que «la pobreza es, sin lugar a dudas, el factor determinante que explica el abandono de las aulas por parte de la niña» (UNICEF, 2007b). Para el Banco Mundial (2009), «los problemas de salud y la falta de interés son las principales razones para el abandono entre los estudiantes de primaria». La productividad laboral es baja en comparación con otros países del entorno, debido, en parte, al bajo nivel educativo y a las consecuencias de la desnutrición. Asimismo, la tendencia histórica al trabajo infantil es alta y va en aumento debido, muchas veces, a la necesidad de contribuir al sustento del hogar, agravado en períodos de crisis económica y por los efectos del cambio climático. Con frecuencia, estas situaciones llevan a la migración temporal o permanente a otras partes del país e, incluso, al extranjero. Durante el siglo XXI la población guatemalteca residente fuera del país ha aumentado de manera constante. De esta manera, para el año 2003, el 10.5% de la población vivía fuera (1 273 658); este porcentaje ha llegado, en 2009, al 11.3% (1 590 832). Asimismo, la entrada de remesas ha seguido la misma tendencia positiva durante todos estos años hasta que, en 2009, descendió un 9.3% respecto al año 2008. Ello, como consecuencia de la crisis económica y la pérdida de empleo, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM/UNICEF, 2009). Desde la firma de los Acuerdos de paz, los hechos delictivos han ido en aumento en todo el país. En 1996, año de dicha firma, la tasa de homicidios por cada cien mil habitantes era de 40, es decir 3619 homicidios. Aunque esta tasa se redujo durante tres años consecutivos, llegando en 1999 a 26 (2655 homicidios), desde entonces se ha incrementado cada año. De esa cuenta, en 2008 se llegó a 46 por cada cien mil habitantes (un total de 6292 homicidios). Por su parte, 9
  • 10. LA TORMENTA PERFECTA 2009 fue el año más violento de la historia de la República, alcanzando una tasa de homicidios de 47 (6498 muertes violentas, según la Policía Nacional Civil, PNC). «Del total de víctimas, 720 fueron mujeres y 510 niños» (OACNUDH, 2010). Gráfica 3. Homicidios en Guatemala (1995-2009). 7000 6498 5885 6292 6000 5781 5338 5000 4507 4237 4000 3998 3619 3631 3260 3310 3230 3000 2904 2655 2000 1000 0 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 Fuente: elaboración propia con base a PNUD (2007), PDH (2009) y OACNUDH (2010). En 2006, se cometieron 5885 homicidios de acuerdo con la misma organización policial. En ese año, el costo de la violencia en Guatemala ascendió a Q. 17 900.4 millones (USD 2386 millones), representando el 7.3% del PIB. Esto supone «más del doble del valor de los daños que causó al país la tormenta Stan en octubre del año 2005, y a más del doble de los recursos asignados a los ministerios de Salud, Educación y Agricultura para el año 2006», según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2006). Según el Banco Mundial (2009), «la frecuente impunidad y la exclusión social, un sistema de justicia ineficaz y una juventud que enfrenta el problema de tomar decisiones con incentivos negativos, son algunos de los factores que contribuyen a una mayor actividad delictiva». Durante estos años también se han producido avances importantes en el marco normativo del país, como la implementación de la Ley de adopciones, aprobada en 2007, así como la entrada en vigencia del Convenio de La Haya sobre protección del niño y cooperación internacional con relación a la adopción internacional. Con ello se puso fin a un período negro de la historia de Guatemala: en un lapso de diez años, entre 1997 y 2007, 25 198 niñas y niños fueron entregados en adopción internacional (UNICEF, 2008), sin garantías que aseguraran sus derechos. Sin embargo, el persistente clima de impunidad —en el que más del 98% de los crímenes y delitos quedan impunes, según la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig)— dificulta una implementación efectiva de dichas leyes. 10
  • 11. LA TORMENTA PERFECTA – Impacto del cambio climático y la crisis económica en la niñez y la adolescencia 2. Impacto del cambio climático y la crisis económico-financiera Guatemala se ha visto impactada de manera severa por los efectos del cambio climático y de la crisis económica y financiera, sufriendo transformaciones sustanciales en las condiciones de vida de su población, especialmente de la niñez y la adolescencia, grupos que con anterioridad a estas crisis se encontraban ya en una situación particularmente preocupante. Debido al aumento de los precios de los alimentos y los combustibles, gran cantidad de familias se vieron incapacitadas para asegurar su abastecimiento regular de muchos productos básicos, como el maíz y el frijol. Esta situación tiene como consecuencia un empeoramiento en la situación nutricional de niñas, niños y adolescentes de dichas familias y puede condicionar su desarrollo físico e intelectual. Los altos niveles de inequidad, la urbanización no planificada, la discriminación por género y etnia, la insuficiencia de acciones orientadas de manera específica a la agricultura y al desarrollo rural, el abandono escolar y el hambre, así como los efectos de los embates climatológicos, son algunas de las razones por las que más de una de cada dos niñas, niños y adolescentes en Guatemala sufría condiciones de pobreza desde antes de la crisis. La crisis económico-financiera mundial continúa impactando en Guatemala, tanto en el sector público como el privado, trayendo como consecuencia un aumento en la ya de por sí alta brecha social. Las dos crisis analizadas en el presente ©UNICEF/Guatemala2010/JRChewsKlée documento han aumentado el número de guatemaltecos y guatemaltecas que están en situación de desempleo, tanto dentro como fuera del país. Las remesas, uno de los motores de la economía nacional (11.08% del PIB en 2009, según el Banguat), también cayeron durante ese año debido al impacto de la crisis económica sobre los guatemaltecos que se encontraban viviendo y trabajando fuera del territorio y que enviaban periódicamente una suma económica a sus familias en el país. El descenso alcanzó el -9.3%, por lo que algunos hogares que reciben remesas se han visto en la necesidad de buscar estrategias para complementar los ingresos forzando, en ocasiones, a sus hijas e hijos a emplearse o ausentarse de la escuela. En efecto, según la encuesta realizada por OIM/UNICEF en 2009, el 8.7% de niñas y niños de entre siete y diecisiete años de edad que viven en hogares que reciben remesas desertaron del sistema educativo sobre un total de 1 247 048 personas. 11
  • 12. LA TORMENTA PERFECTA Gráfica 4. Escolaridad de niños y niñas de 7 a 17 años de edad beneficiarias de remesas (2009) 550,773; (44.17%) 1,200,000 524,180; (42.03%) 1,074,953; (86.2%) 1,000,000 172,095; (13.8%) 800,000 No inscritos 108,514; (8.7%) 82,727; (6.63%) 89,368; (7.17%) 54,178; (4.34%) 54,336; (4.36%) 600,000 Inscritos  400,000 Deserción Escolar 200,000 0 Total Niñas Niños Fuente: OIM/UNICEF (2009). Además, las crisis analizadas inciden en la alimentación, especialmente de las familias más pobres. Se come menos y de menor calidad. Al escasear la alimentación, los niveles de desnutrición aumentan. Los cambios en el consumo alimenticio repercuten la ingesta de carne roja, pollo y lácteos que, en su mayoría, suelen estar ausentes de la dieta, incluso desde antes de la crisis, circunstancia que en la actualidad se ha agravado. El grupo más damnificado dentro de la población son las mujeres, especialmente aquellas que tienen varios hijos e hijas, ya que son las más afectadas por la falta de comida (pues suelen ser las últimas en comer) e ingieren alimentos en menor cantidad. La escasa alimentación daña también a las mujeres adolescentes, las más vulnerables frente a las crisis. Según la Red Humanitaria, tras el periodo de sequía que padeció Guatemala durante el año 2009, de entre la población femenina entre diez y diecinueve años consultada en el corredor seco del país, el 24.8% presentaba cuadros de desnutrición aguda, observándose la existencia de «una correlación directa entre el grupo de edad y la ocurrencia de desnutrición aguda. Así, el grupo de mujeres más jóvenes presentan mayor probabilidad de desnutrición aguda» (Red Humanitaria, 2009). Esta situación probablemente se ha agravado aún más tras el paso de Agatha y la erupción del volcán Pacaya, «descapitalizando a los hogares afectados, lo que reduce su capacidad de respuesta y adaptación para futuros shocks» (MFEWS/USAID, 2010) y aumentando la vulnerabilidad ante próximos fenómenos atmosféricos. A este respecto, según el Banco Mundial (2009), «las condiciones particulares de los pobres –su falta de ahorros y de otros medios para compensar una pérdida inesperada- los hace particularmente susceptibles o vulnerables». 12
  • 13. LA TORMENTA PERFECTA 2.1 Cambio climático Variabilidad en el régimen de lluvias, incremento de las temperaturas, inundaciones… Todas, evidencias de que el cambio climático está impactando de manera cotidiana el desarrollo social, cultural, económico y medioambiental del país, condicionando negativamente las oportunidades de desarrollo de niñas, niños y adolescentes, más aún si no se cuenta con planes y acciones que lo prevengan. Según el Banco Mundial (2009), las personas que «viven muy cerca de la línea de la pobreza extrema, fácilmente pueden caer del otro lado sólo con un pequeño embate provocado por un desastre natural» y que, además, «les toma mucho más tiempo recuperarse de una crisis, por lo que es mejor tratar de contar con estrategias de prevención que ayuden a mitigar los efectos de la crisis desde un primer momento». Ello se torna especialmente preocupante en Guatemala, uno de los diez países más vulnerables a desastres naturales, según la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres (UNISDR, 2009). Para Oxfam (2010) «la pobreza, más que cualquier otro factor, determina la vulnerabilidad frente al cambio climático y limita la capacitad de adaptación. La combinación del acceso a y el control de la tierra, el dinero, los créditos, la información, la atención sanitaria, la movilidad personal y la educación determina la capacidad de supervivencia y de recuperación frente a desastres». ¿Qué es el cambio climático? Es la modificación del «clima atribuida directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad del clima observada durante períodos de tiempo comparables», según la Convención marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático. Según el Gobierno de Guatemala (2010b), entre mayo y septiembre del año 2010 la población afectada por los diferentes eventos climáticos que azotaron Guatemala ascendió a 911 043 (3.9% de la población total de Guatemala) personas, el 75% debido a la tormenta Agatha y a la erupción del volcán Pacaya. Los daños y pérdidas ocasionados en 2010 por el acumulado de eventos ascienden a 1,553.3 millones de dólares, equivalente a casi el 25% del monto del presupuesto de egresos de la Nación. Los efectos del cambio climático tienen un fuerte impacto en la economía guatemalteca. La agricultura, una de las principales actividades económicas legales del país, que representa el 13
  • 14. LA TORMENTA PERFECTA 13.5% del PIB (Banguat, 2010e) y emplea al 29.2% de la población (Encovi, 2006), está seriamente afectada. Se trata, además, de un sector muy vulnerable a cualquier cambio de temperatura o fenómeno atmosférico, como sequías, olas de calor o tormentas. Según el Sistema Mesoamericano de Alerta Temprana para la Seguridad Alimentaria (MFEWS/USAID, 2010), el paso de la tormenta Agatha provocó pérdidas y daños en la producción de hortalizas, papa, café y otros cultivos, lo que «afectará la generación de ingresos por una reducción en los volúmenes comercializados y también por una menor demanda de mano de obra no calificada, fuente importante de ingresos en los hogares más pobres». Cuando una cosecha se pierde, muchas familias quedan sin alimentación y sin empleo. Además, al darse menos cosechas, los precios de los alimentos aumentarán, por lo que habrá sectores sociales que estarán impedidos económicamente para poder comprar determinados alimentos, como frijol o maíz, lo que podría aumentar el número de personas que pasan hambre. Para Oxfam (2010) a nivel mundial, «las poblaciones que dependen de la agricultura son particularmente vulnerables al cambio climático, debido a que sus actividades son sensibles al clima y debido a la marginalización económica en la que se encuentran». Ello, además «se agrava en el caso de las mujeres debido a las desigualdades de género y debido a los impactos de la emigración de la población masculina en respuesta a los choques climáticos y la pérdida de cosechas». Según el Instituto de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) en el boletín climático 1-2010, los acumulados de precipitación en 2009 disminuyeron en un 33% en comparación con 2008, debido a la sequía que azotó, sobre todo, al corredor seco. Esto provocó daños en los suelos y en la vegetación, lo que causa serios problemas de retención de agua en periodos de lluvias y produciéndose deslaves con lluvias torrenciales La calidad del agua se ve afectada, tanto por el efecto del cambio climático como por acciones humanas irresponsables. La contaminación de ríos y lagos (como en el caso del lago de Atitlán), así como la degradación de zonas de captación de agua, son situaciones que se están agravando como consecuencia de los vertidos y su escasa protección, tanto por parte del Estado como de la ciudadanía. La Laguna del Tigre, en el departamento de Petén, que contiene la reserva de agua dulce más grande de Centroamérica, también está amenazada por su escasa conservación. El deterioro de la calidad del agua tiene un efecto directo y perjudicial para la salud, higiene y saneamiento ambiental, impactando en la nutrición de niñas y niños, especialmente los de menor edad. El rico patrimonio histórico y cultural de Guatemala también padece las consecuencias de las alteraciones en el clima. No sólo aumentan los ©UNICEF/Guatemala2010/JRChewsKlée costos para su conservación, sino que su ritmo de 14
  • 15. LA TORMENTA PERFECTA deterioro es mayor, lo que tiene incidencia en la cantidad de turistas que llegan a Guatemala con el propósito de conocer el país. El ingreso de divisas por turismo y, sobre todo, el número de empleos —formales e informales— se reducen. Sólo en el año 2009, el ingreso de divisas por turismo y viajes descendió un 9.63% respecto a 2008 asociado a la crisis económica. Lejos de mejorar, durante el primer semestre del año 2010 estas divisas se redujeron un 3.99% con respecto al mismo período del año 2009, según Banguat. Por otro lado, algunas regiones del país podrían beneficiarse del cambio climático, ya que el aumento de la temperatura puede repercutir de manera positiva en ciertos cultivos, aunque a largo plazo también podría suscitar efectos negativos, como la aparición de nuevas plagas y enfermedades, o menor cantidad de agua potable, particularmente en el denominado corredor seco, ya que «las altas temperaturas facilitan la existencia de insectos y enfermedades en las plantas, agravando el riesgo de la pérdida de las plantaciones. Los cambios en la precipitación afectan directamente la humedad del suelo y por lo tanto, la producción de alimentos» (Cepal, 2010). El cambio climático tiene, igualmente, efectos sobre la salud. Aparecen más casos por estrés del calor, malaria, dengue, cólera, enfermedades respiratorias y otras relacionadas con la variabilidad en las precipitaciones, la disponibilidad de agua potable y la calidad del aire. Para hacer frente a un deterioro de la salubridad y a una mayor demanda de servicios, el Estado deberá aumentar el gasto destinado a la salud, el cual, en la actualidad, representa el ya altamente insuficiente 1% del PIB. Además, podría aumentar la movilidad humana. Habrá zonas del país donde será difícil sobrevivir, sea porque no se puede cultivar, o porque la temperatura y eventos climatológicos lo desaconsejen. Con ello se espera un incremento de la migración del área rural a las zonas urbanas, ocasionada por la búsqueda tanto de nuevas fuentes de trabajo como de lugares donde vivir, aumentado el número de asentamientos urbanos y periurbanos precarios. Los casos por diarrea pueden incrementarse. De ser así, continuaría una tendencia histórica en Guatemala, aunque ésta se podría ver agravada. Desde el año 1987, con datos de la Ensmi, el porcentaje de niñas y niños menores de cinco años de edad que han tenido diarrea durante las dos semanas previas a la encuesta, según las madres, ha aumentado, pasando de 16.7%, en aquel año, a 22.5% para el periodo 2008-2009 (Ensmi, 2009). Según Acción contra el Hambre, tras la tormenta Agatha los casos de niños y niñas con enfermedades diarreicas agudas (EDAS) aumentaron un 300%, lo cual evidencia «el impacto de la contaminación generalizada de pozos debido al traslado de los contenidos de las letrinas y sedimentos por las inundaciones» (Acción contra el Hambre, 2010). Asimismo, también aumentaron las infecciones respiratorias agudas (IRAS). Esto incide directamente en el estado nutricional de la población, especialmente ©UNICEF/Guatemala2010/JRChewsKlée de las y los menores de cinco años. La diarrea y la desnutrición forman un círculo vicioso que incide en el desarrollo de niñas y niños. La diarrea y otras infecciones provocan pérdida de peso, dañan los intestinos e 15
  • 16. LA TORMENTA PERFECTA impiden el crecimiento adecuado. La desnutrición, por su parte, produce un descenso importante en las defensas del organismo, lo cual provoca una mayor propensión a contraer infecciones. La falta de acceso a agua potable y saneamiento básico agrava este ciclo perverso, incrementando el riesgo de enfermedades infecciosas, más aún en aquellos lugares en donde hay acumulación de agua contaminada. Los efectos de las alteraciones en el patrón del clima serán más intensos en aquellos lugares en donde la deforestación es más severa. Tradicionalmente, los bosques han sido considerados como productores de madera y leña, pero también contribuyen «a regular el clima, inundaciones, enfermedades y el agua; ofrecen recreación y educación; y apoyan la formación de suelos, así como la producción primaria y reciclaje de nutrientes» (IARNA, 2009). Tienen, por consiguiente, un papel fundamental en la conservación medioambiental. De hecho, la tala de árboles en las áreas rurales ha aumentado a un ritmo superior a su reforestación. Los desprendimientos de tierra, por ejemplo, son más constantes allí donde hay poca cantidad de árboles. En muchas comunidades, la tala de árboles obedece a la necesidad de conseguir leña para los hogares. Aunque la tala se realice por adultos, los niños y los adolescentes suelen trabajar acarreando la leña hasta la cabecera municipal para su venta o consumo, lo que les impide asistir de manera regular a la escuela y, además, frena su desarrollo físico deseable. Un bajo nivel de adaptación al cambio climático aumenta el riesgo de pérdida de las cosechas, contribuye a la disminución del empleo y, por ende, genera sensibles dificultades para encontrar la senda del desarrollo sostenible. Cabe recordar que si la agricultura se reduce, las arcas públicas se resienten. De esta manera, el Estado debe hacer frente a más gastos derivados de sequías, inundaciones, epidemias, olas de calor o pérdidas en la infraestructura, entre otros, pero cuenta con menos recursos económicos para hacerlo. ¿En qué me afecta el cambio climático?  Aumento de la temperatura. Algunas regiones del país tendrán más días de calor extremo y otras de frío extremo.  Variabilidad en los regímenes de lluvia. La temporada de lluvias en el país puede padecer cambios; en algunas zonas lloverá con más fuerza.  Aumento en el nivel del mar, especialmente en la costa sur de Guatemala. Mayor probabilidad de padecer eventos climáticos extremos como lluvias intensas, inundaciones y deslizamientos de tierra.  Contaminación de ríos y lagos. 16
  • 17. LA TORMENTA PERFECTA 2.2 Crisis económico-financiera Aunque esta crisis comenzó a manifestarse a nivel global a finales del año 2007, fecha en la que afectó a Guatemala en el alza de los precios de los combustibles y los alimentos, no fue sino hasta 2009 cuando tuvo su mayor impacto en todos los sectores del país, especialmente en la población más vulnerable. Las exportaciones, las remesas, la inversión extranjera directa y el turismo se vieron duramente dañados, reduciéndose de manera considerable. Mientras que en 2008 la economía guatemalteca experimentó un crecimiento del PIB del 3.3%, para el año 2009 lo hizo un 0.6% (Banguat, 2010), alcanzando los 193 949 millones de quetzales. El ritmo inflacionario disminuyó del 9.4% en 2008 al -0.28% en 2009. Junto a ello, la entrada de remesas cayó un 9.3% respecto al año 2008. Todo ello pudo contribuir a un deterioro en la situación de la niñez y la adolescencia del país, segmentos poblacionales que, si bien no sintieron mayores beneficios durante los años de bonanza económica, sí están padeciendo las consecuencias más graves de la crisis. Tabla 1. Guatemala: principales indicadores económicos Tasa Indicador 2007 2008 2009 2010 (Proyección) Inflación 8.75 9.4 -0.28 4.6 Crecimiento económico 6.3 3.3 0.6 2.5 Remesas (variación interanual) 14.4 4.5 -9.3 3.5 Déficit fiscal (como porcentaje del 1.4 1.6 3.2 3.1 PIB) Déficit en cuenta corriente -5.2 -4.5 -0.6 -3.3 Ingresos tributarios (variación 15.8 5.8 -4.9 6.49 interanual) Valor FOB de las exportaciones 14.7 12.2 -6.6 5.7 totales (tasa de variación) Valor CIF de las importaciones 13.9 7.2 -20.8 10.3 totales (tasa de variación) Fuente: elaboración propia con datos del Banguat, el FMI y el Ministerio de Finanzas Públicas (Minfin). 17
  • 18. LA TORMENTA PERFECTA Las finanzas públicas experimentan los efectos de la crisis de manera contundente. Para el año 2009, se aprobó un presupuesto de 49 723.1 millones de quetzales (Asíes, 2008), con base en una expectativa de recaudación de impuestos que no se logró cumplir. Además, los ingresos tributarios en el país se redujeron un 4.9% respecto a 2008 (Minfin, 2010). Sin embargo, para el año 2010, según el proyecto de presupuestos, la variación esperada en los ingresos tributarios es del 6.49% con respecto al cierre de 2009 (30 525 millones de quetzales). El Estado, ante la dificultad de cumplir con sus compromisos financieros debido a la caída en la recaudación tributaria, recurrió al endeudamiento y a la contención del gasto público. Como resultado, el déficit fiscal aumentó hasta el 3.2% del PIB, 9 920.6 millones de quetzales, de los cuales el 44.2% se sufragó mediante financiamiento interno bruto, el 41.4% con financiamiento externo y el restante 14.3% con recursos de caja. ¿Qué es el PIB? El producto interno bruto es el resultado de la suma monetaria de los bienes y servicios producidos en Guatemala y transados en un año determinado. El PIB sumó 193 949 millones de quetzales en 2009, creciendo un 0.6% respecto a 2008. También se redujo el consumo interno debido a que, por una parte, hay más personas sin empleo que, cuentan con menos recursos económicos. Por otro lado, los precios siguen altos, por lo que no todas las personas tienen un acceso adecuado, especialmente a los alimentos básicos. Las personas que viven en situación de pobreza extrema dedican la totalidad de su presupuesto para abastecerse de los alimentos básicos. Cualquier aumento en los precios tiene un mayor impacto en la situación de estas personas, lo que incide en el aumento de la brecha de pobreza. Jesús Alvarado, indígena achí, de cincuenta años, vive en Rabinal (municipio de Baja Verapaz); relata el impacto de la crisis en su familia de la siguiente manera: «Las cosechas ya no son las mismas y comprar maíz o frijol sale muy caro. En 2008 subió a cinco quetzales la libra y no baja. Por eso, mi esposa muchas veces mezcla el maíz con maicillo para que abunde la masa para hacer tortillas». El aumento en el costo de los productos está asociado con los precios internacionales de los carburantes y de los alimentos de mayor consumo en Guatemala, como el maíz, arroz y frijol. Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la mayor parte de las familias depende del mercado para adquirir sus bienes y el aumento de precios de la canasta básica puede causar un incremento del número de personas viviendo en condiciones de pobreza (PMA, 2008). 18
  • 19. LA TORMENTA PERFECTA Gráfica 5. Precios internacionales del petróleo, el maíz y el trigo 100 90 80 70 60 Petróleo 50 Maíz 40 Trigo 30 20 10 0 2006 2007 2008 2009 2010* 2011* Fuente: Banguat (2010). * Proyección. Tal como se desprende de la gráfica anterior, aunque en 2009 hubo una disminución de los precios internacionales del petróleo, el maíz y el trigo, durante el año 2010 el costo de estos productos ha vuelto a aumentar, según lo había previsto el Banco de Guatemala (Banguat, 2010). De acuerdo con este organismo, el precio del petróleo para este último año se ubicaría en 84.6 dólares el barril, superior en 37% respecto del precio promedio de 2009. En el caso del maíz, el incremento sería de un 19.4% en 2010, hasta llegar a los 8 dólares por quintal; por su parte, el trigo tendría un precio promedio de 9.5 dólares el quintal, aumentando un 8% respecto a 2009. Para el año 2011, se prevé que los precios seguirán incrementándose, según el Banguat. El análisis del Presupuesto de ingresos y egresos de la nación 2009 permite conocer la cantidad de recursos ejecutados para mejorar las condiciones de vida de la niñez y la adolescencia en el país. Según un estudio del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales, elaborado para UNICEF (Icefi, 2009b), el gasto público destinado a niñez y adolescencia ascendió a 17 753.3 millones de quetzales, «lo que representa el 35.7% del presupuesto total de egresos». De este monto, el 49.6% se refiere a gasto relacionado con programas dirigidos específicamente a este grupo de población. El 46.3% de la inversión pública nacional en niñez y adolescencia, según el Icefi, se destina a educación, otro 20.7% a vivienda y servicios comunitarios, «donde los programas de abastecimiento de agua juegan un papel significativo». La protección social equivale al 18.9% del presupuesto destinado a niñez y adolescencia, teniendo «un rol importante tanto el 19
  • 20. LA TORMENTA PERFECTA programa de transferencias condicionadas, “Mi Familia Progresa”, como el programa de alimentación escolar» . El Icefi hace un análisis de la inversión pública en niñez y adolescencia por persona para este grupo de edad con base al presupuesto. De esta manera, «el gasto destinado a educación se aproxima a los Q1,200.00, en contraste con los Q239.7 destinados a Salud. Por su parte, protección social y Vivienda y Servicios Comunitarios registran gastos por habitante (de 0 a 17 años cumplidos) entre los Q490.0 y los Q540.0, respectivamente» (sic). De acuerdo con cifras del Banguat establecidas con información al mes de abril, en 2010 la economía guatemalteca puede llegar a crecer entre el 1.7 y el 2.5%. No obstante, la población tardará mucho más tiempo en recuperarse de los efectos de la crisis económica, especialmente en los ámbitos vinculados con el desarrollo de la niñez y la adolescencia, sobre todo si no se incrementa la inversión social destinada a este grupo de edad. Además, «dicha estimación no incluye el posible efecto derivado de la erupción del Volcán de Pacaya [sic] y de la tormenta tropical Agatha» (Banguat, 2010b), que ha provocado daños y pérdidas en el sector público y privado por valor de 7 855.7 millones de quetzales (Gobierno de Guatemala, 2010), teniendo un impacto total sobre el PIB del 2.6%. Sin embargo, para el segundo semestre, Banguat ha ajustado su proyección a un crecimiento esperado entre el 2.0% a 2.8%. Para el año 2010, la carga tributaria se mantiene baja, al igual que el año precedente. Por ello, el Estado tiene que recompensar el espacio fiscal con deuda pública. En este aspecto, para el año 2009, la recaudación representó el 10.4% del PIB, porcentaje que la ubica como una de las más bajas de la región (Minfin, 2010). Este porcentaje está compuesto principalmente por lo que se recauda a partir de impuestos indirectos, ya que el «sistema de tributación directa, relacionado con la renta es, en cambio, muy débil y representa menos del 30% de la recaudación tributaria. Además, las exenciones y los gastos deducibles, junto con el establecimiento de regímenes alternativos, han hecho del impuesto sobre la renta un impuesto complejo y poco efectivo» (Icefi, 2009). Las estimaciones contemplan que, para el 2010 la carga tributaria sufrirá un ligero retroceso, rondando el 10.2% del PIB (Minfin, 2010b). En lo que respecta a la deuda pública, para este mismo año se plantea la emisión de bonos del tesoro por valor de 4500 millones de quetzales, mientras que la contratación de deuda pública externa supone el desembolso de, aproximadamente, 6700 millones de quetzales. Para finales del año 2010, la deuda pública podría pasar del 23.6%, en el año 2009, al 26.5%. En lo que respecta a la reforma fiscal, en el momento de finalizar este documento aún se encontraban en el Congreso de la República las iniciativas de ley que contemplan la modernización del sistema tributario indirecto y aduanero, el fortalecimiento del Código Tributario, algunos cambios a la imposición directa y la modernización del marco legal aduanero, entre otras. 20
  • 21. LA TORMENTA PERFECTA Algunos efectos de la crisis económica y financiera en Guatemala - Incremento del número de personas que pasan hambre - Menos exportaciones - Menos remesas - Más violencia - Mayor inseguridad alimentaria - Más demanda en servicios públicos de educación y salud - Menor presupuesto público - Más presión sobre los recursos medioambientales - Aumento de los negocios ilícitos 2.3 Crisis de empleo Como consecuencia de la crisis económica-financiera y el cambio climático, se ha generado una crisis laboral de gran impacto que tiene como resultado la pérdida de oportunidades de empleo de guatemaltecos y guatemaltecas, tanto dentro como fuera del país. En Guatemala, miles de personas han perdido sus puestos de trabajo y, con ello, una entrada importante de recursos económicos para el hogar, cuando no la única entrada de dinero. La pérdida de oportunidades de empleo de quienes viven fuera del país también repercute, ya que se reduce el envío de remesas para algunas familias. La carencia de un sistema de protección social público que provea un seguro de desempleo, la pérdida de puestos de trabajo y la disminución en la disponibilidad de recursos económicos en el hogar obligan a las familias a adoptar estrategias, sea para complementar ingresos, o sea para reducir costes, lo que incide en la situación de niñas, niños y adolescentes. Entre otros, aumentan el trabajo infantil, la violencia y la explotación sexual. En algunos casos, se termina aceptando empleos de alto riesgo y que, en ocasiones, están mal remunerados. «Yo le ayudo a mi papá a buscar chatarra y botes en el basurero porque eso nos da para comer», dice William Santos, de diez años, quien vive junto a su familia en el caserío Pueblo Nuevo, en el municipio de Olintepeque (departamento de Quetzaltenango). William afirma que diariamente logra juntar un costal de pedazos de hierro y latas que recoge entre la basura y que luego vende en un comercio. ©UNICEF/Guatemala2008/JRChewsKlée Su padre, Víctor Santos, observa atento el trabajo de su hijo en el vertedero de desechos. «Yo no sé la letra y sin eso no 21
  • 22. LA TORMENTA PERFECTA encuentro trabajo, tampoco consigo en el campo porque la gente ya no siembra maíz. Un día decidí irme al basurero y aprendí a ganar dinero buscando latas de aluminio, cobre y bronce que luego vendo», expresa Santos. «Cada día hay más gente en el basurero y desde principios de 2009 la competencia es fuerte porque mucha gente fue despedida de su trabajo y ahora busca cómo ganar unos centavos. Llegan albañiles, agricultores… y ahora me cuesta más juntar latas», agrega Víctor Santos. La creación de empleos a nivel mundial será más lenta que la recuperación económica, ya que las empresas tardarán en volver a contratar mano de obra. En el caso de Guatemala, esto se evidencia, por ejemplo, en la tasa de variación de las exportaciones totales, que se redujo en el año 2009 un 6.6%, con respecto a 2008 (Banguat, 2010d). Aunque en 2010 las exportaciones vuelvan a valores positivos (5.7%, según el Banguat), todavía no se recupera el valor de los años precedentes de crecimiento económico. Es por ello que hasta que la demanda de Estados Unidos —país receptor «del 50% de las exportaciones» (Icefi, 2010) guatemaltecas— no se afiance, el empleo en Guatemala seguirá estancado, según diferentes análisis. Gráfica 6. Valor FOB de las exportaciones totales (tasa de variación) 14.70% 15.00% 12.90% 12.20% 11.70% 12.20% 11.20% 10.00% 8.80% 7.10% 6.90% 5.70% 5.00% 0.00% ‐1.40% ‐3.40% ‐5.00% ‐6.60% ‐10.00% 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010* Fuente: Banco de Guatemala (Banguat, 2010c). * Proyección. 22
  • 23. LA TORMENTA PERFECTA Intervenir cuando hay empleos en riesgo es siempre menos costoso que hacerlo cuando éstos ya se perdieron. En algunos países de la zona euro, como Alemania, se ha recurrido a la jornada reducida como medida de protección laboral (FMI, 2009); ello, bajo la perspectiva del Estado y las empresas, en el sentido de que es mejor mantener a los trabajadores de planta y esperar tiempos mejores que pagar indemnizaciones por despido y luego, tras contratar nuevo personal, invertir en su formación. Por otro lado, el desempleo originado por los efectos de los fenómenos climatológicos en el sector de la agricultura podría ser utilizado por el crimen organizado para apropiarse de tierras y expulsar a sus propietarios, lo que crea un entorno propicio para la delincuencia, en un contexto marcado por la impunidad. Sirva como dato que los daños y pérdidas generados durante la temporada de lluvias en el sector de la agricultura, ganadería y pesca ascienden a 862.6 millones de quetzales (Gobierno de Guatemala, 2010b). A lo que hay que agregar que «la delincuencia es un obstáculo para los negocios y la generación de empleo» (Banco Mundial, 2009). La baja cualificación de la mano de obra limita el crecimiento económico y productivo de Guatemala. Ello se debe tanto a un bajo nivel educativo como a las consecuencias de la desnutrición crónica en los primeros años de vida. En su conjunto, esto limita el acceso a trabajos mejor remunerados y con buenas prestaciones y puede inducir a muchas personas a aceptar empleos en actividades ilícitas ligadas, en más de una ocasión, a conductas criminales o violentas, lo que incide en sectores clave para el desarrollo del país, como salud, educación, economía, trabajo y agricultura. 23
  • 24. LA TORMENTA PERFECTA 2.4 Remesas Hablar del impacto de la crisis económica en las y los guatemaltecos es ampliar la frontera geográfica. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 1 590 832 guatemaltecos residen en el extranjero y envían remesas a sus hogares en Guatemala con cierta periodicidad. De los 4 386 678 guatemaltecas y guatemaltecos que se benefician de las remesas, el 39% tiene menos de dieciocho años de edad (OIM/UNICEF, 2009). Las remesas representaron el 11.08% del PIB guatemalteco en 2009, suponiendo un descenso del 9.3% respecto al año 2008, según datos del Banco de Guatemala. No obstante, en los primeros nueve meses de 2010 se revirtió esta tendencia negativa, pues aumentó la entrada de remesas entre enero y septiembre en un 4.5%, en comparación con el mismo período de 2009, lo que ha llevado al Banguat a estimar un crecimiento del 3.5% para el año 2010 (Banguat, 2010). Gráfica 7. Ingreso de divisas por remesas (tasa de variación) 35 30 25 20 33.4 15 21.1 21 10 17.3 14.4 5 4.5 3.5 0 ‐5 ‐9.3 ‐10 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010* Fuente: Banguat (2010c). * Proyección. En otros períodos de crisis económica, las remesas han jugado un papel crucial, aumentando el consumo y reactivando la economía, sobre todo en crisis nacionales. En el caso de las actuales dificultades financieras, el colapso se originó en Estados Unidos, país de donde procede la mayoría de las remesas (95.8%, según OIM/Unicef 2009) y cuyos emisores se 24
  • 25. LA TORMENTA PERFECTA encuentran, en muchos casos, sin empleo y, por lo tanto, con escasa disponibilidad para seguir enviándolas. En Estados Unidos, el desempleo tiene un impacto desigual entre sectores y tipos de trabajador. Según el Departamento de Trabajo de ese país, el desempleo en latinos llegó al 11.9% en hombres y al 12% en mujeres, según datos de septiembre de 2010 (tasas similares a las registradas en el mismo mes de 2009: 12.6 y 11.6%, respectivamente). Para medir el impacto de la crisis económica en hogares que reciben remesas, en junio de 2009, OIM y UNICEF (2009) realizaron una encuesta que permitió conocer la situación de la niñez y la adolescencia de estas familias. A la pregunta sobre la situación económica en el hogar, el 61.9% de las personas encuestadas la consideraron «regular», mientras que el 10.5% la calificó como «mala». El 21.4% consideró la situación económica del hogar como «buena». El 65.8% de los hogares encuestados afirmó que están afectados por la crisis económica. De este porcentaje, el 73.3% dice contar con menos recursos, en comparación con 2008. Para el 23.8%, la situación del hogar es la misma que en 2008 y para un 2.5% la situación había mejorado. Las causas de esta reducción en los ingresos se deben, según los propios encuestados, a que estaban recibiendo menos remesas (37.3%), los salarios eran inferiores a los percibidos durante el año 2008 (28%), y/o a la pérdida de empleo (15.3%). En muchos hogares se da una combinación entre las diferentes respuestas, dado que la problemática no se debe a una sola causa. Gráfica 8. Causas de disminución de ingresos en hogares con menores de 17 años Están recibiendo menos remesas  (37.34%) Salarios inferiores a los percibidos  en el año 2008 (28.02%) Perdida de empleo de alguno de  los miembros del hogar (15.32%) Muerte de algún miembro del  hogar (4.93%) Abandono del jefe del hogar  (3.67%) Otros (10.72%) Fuente: Encuesta Remesas 2009, niñez y adolescencia (OIM/UNICEF, 2009). 25
  • 26. LA TORMENTA PERFECTA 3. Consecuencias en la niñez y la adolescencia La combinación de los efectos del cambio climático y la crisis económica están haciendo mella en la situación de la niñez y la adolescencia de Guatemala, grupos que ya estaban viviendo una crisis histórica y silente en los ámbitos clave para su desarrollo, como el alimenticio, el educativo, o la desprotección frente al abuso y la violencia. Las dificultades históricas que han afectado el desarrollo y bienestar de muchas generaciones en el país se han profundizado debido a los embates de las crisis económicas recurrentes. Durante el año 2008, el incremento del 11.4% en los precios de los alimentos pudo haber aumentado la cifra de pobreza en Guatemala, pasando del 51%, en 2006, al 56% para el año 2008; es decir, hubo un retroceso a los niveles de 2000, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA, 2008). Aunque durante 2009 los precios aumentaron en un porcentaje menor a la media histórica, la difícil situación económica por la que atraviesan muchas familias hace que el acceso a diversos alimentos se vea obstaculizado. Para el año 2010, de acuerdo con la proyección del FMI, los precios de los alimentos aumentarán un 3.3%, cifra inferior a la proyectada por el Banguat, que estima alrededor del 5%. Cabe anotar, no obstante, ambas proyecciones no tuvieron cuenta los efectos que sobre la producción han ocasionado la tormenta Agatha y la erupción del volcán Pacaya (mayo de 2010), así como otras lluvias intensas y tormentas tropicales. Estos hechos podrían incidir en el aumento de los precios, debido a una menor producción; en efecto, de acuerdo con el Gobierno de Guatemala (2010), se reportaron pérdidas en la agricultura por valor de 595.01 millones de quetzales. Gráfica 9. Variación en los precios de los alimentos 12.0% 11.4% 10.0% 9.0% 9.1% 8.1% 8.0% 7.6% 6.6% 6.8% 6.0% 5.6% 4.0% 3.3% 2.0% 1.9% 0.0% Fuente: FMI (2010). * Proyección. 26
  • 27. LA TORMENTA PERFECTA La crisis económica también ha contribuido a aumentar la presión sobre los recursos medioambientales, justo cuando los efectos del cambio climático comienzan a ser considerados como el gran desafío a nivel mundial. El desarrollo de actividades que contaminan ríos y lagos, que aumentan la desforestación, la agricultura no sostenible o la construcción indiscriminada, afectan la sustentabilidad climática. Según la Cepal (2010), de acuerdo a la temperatura anual y la precipitación acumulada histórica (22,6ºC y 1738,7 mm, respectivamente, proyecta aplicando un modelo un probable «aumento de la temperatura media anual de 1,55ºC y una disminución de la precipitación acumulada de 27,23 mm con relación a los valores medios históricos». Durante el año 2009, la situación de régimen irregular en las lluvias, consecuencia de los efectos del cambio climático, provocó pérdidas en las cosechas, lo que pudo contribuir al aumento de los niveles de pobreza, especialmente entre la población rural, donde alcanzaba antes de la crisis al 75.7% de la niñez y adolescencia (16.5% por encima de la media nacional para este grupo de edad, según Encovi 2006). Debido a ello, la mayoría de personas que trabajan en la agricultura se encontraron en una situación de alta vulnerabilidad alimentaria y nutricional. Según una evaluación rápida realizada tras el paso de la tormenta Agatha por Acción contra el Hambre (2010) en sesenta y dos comunidades de siete municipios ubicados en los departamentos de Escuintla, Suchitepéquez, Retalhuleu y San Marcos, estableció que, entre los pequeños productores un «área dañada de 1662 hectáreas en los cultivos de plátano y la distribución del daño está en el 79% de las comunidades, se estiman pérdidas totales en el 90% del área dañada». En el conjunto del país, las pérdidas y daños causados por Agatha en la agricultura, ganadería y pesca ascendieron a 672.4 millones de quetzales, lo que da una idea de la severidad de esta tormenta (Gobierno de Guatemala, 2010), a lo que habría que sumar 190.2 millones de quetzales más por otras tormentas y lluvias intensas. Todo ello merma las oportunidades de empleo de muchas personas, quienes no encuentran otra fuente de ingresos por trabajo, ya que el mercado laboral se ha reducido al ser duramente impactado por la crisis en todo el mundo. Como resultado, muchas familias optan por emplear a sus hijos e hijas o, en casos extremos, los abocan al abandono del hogar como manera de reducir los gastos. Aumentan, además, las uniones a temprana edad y el embarazo en adolescentes en los hogares donde no se reciben remesas, en un contexto marcado por el alto índice de impunidad (98%, según Cicig) de los crímenes cometidos contra la niñez y la adolescencia. Por su parte, la disminución de la cantidad de comida que efectúan muchas familias como estrategia para adaptarse a la crisis económica no sólo no es recomendable sino que, además, tiene repercusiones negativas para la salud. Según un informe de la Red Humanitaria (2009), el «77.5% de los hogares encuestados [en el corredor seco] tienen en promedio reservas para 8 semanas en vez de las 24 de reserva mantenidas en período normal», lo que los deja en una situación de vulnerabilidad ante otros fenómenos, aumentando el hambre. Para hacer frente a esta situación, muchas familias se ven obligadas a emigrar, ya sea a otras zonas del país o al extranjero, como manera de complementar los ingresos que disminuyen debido a la crisis climatológica y económica. Por ejemplo, según el estudio cualitativo llevado a cabo por UNICEF, en el municipio de Chisec (Alta Verapaz), adolescentes entre trece y catorce años de edad migran a fincas cercanas para trabajar en labores agrícolas, cobrando menos del salario agrícola legal (cincuenta y seis quetzales diarios) y llegando a pasar varios días — incluso semanas— fuera de su hogar y sin contacto con sus familiares. 27
  • 28. LA TORMENTA PERFECTA Esta adaptación a la crisis por parte de los hogares con población más vulnerable —la cual, como se ha visto, está especialmente relacionada con el desarrollo de la niñez y la adolescencia— tiene una incidencia negativa, ya que aumenta el riesgo de disminuir el acceso a los derechos básicos como salud, educación, protección contra la violencia, el abuso o la explotación sexual comercial. De esta manera, las familias más perjudicadas por el impacto de la crisis económica y el cambio climático no utilizan una única estrategia de adaptación sino que, tal como se desprende de varios estudios, adoptan una serie de ellas. Cuestión de derechos Artículo 32 de la Convención sobre los derechos del niño (CDN): «Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a estar protegido contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social». Artículo 80 de la Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia (ley PINA): «La protección integral de los niños, niñas y adolescentes deberá realizarse a nivel social, económico y jurídico». 28
  • 29. LA TORMENTA PERFECTA – Impacto del cambio climático y la crisis económica en la niñez y la adolescencia 29
  • 30. LA TORMENTA PERFECTA – Impacto del cambio climático y la crisis económica en la niñez y la adolescencia 3.1 Cambio climático Inundaciones, erosión del suelo, deslizamiento de tierras, desertificación, menor acceso a agua potable y aumento de las enfermedades son sólo algunas de las consecuencias que el cambio climático puede tener sobre la niñez y la adolescencia de Guatemala, especialmente en el ámbito rural. Según CEPAL (2010), «un ligero aumento en las temperaturas conlleva un impacto negativo hacia la agricultura guatemalteca. De igual manera, un incremento en la precipitación acumulada anual de 10 mm implica una disminución en la renta de la tierra por hectárea de aproximadamente 2 dólares». En 2009, debido al cambio climático y al fenómeno «El Niño», Guatemala presenció irregularidades en las lluvias, lo que trajo como consecuencia la pérdida de muchas cosechas y un aumento en los casos de desnutrición crónica en niñas y niños menores de cinco años, especialmente en los departamentos que integran el denominado corredor seco: Baja Verapaz, El Progreso, Zacapa, Chiquimula, Jutiapa y Jalapa. «El maíz y el frijol, junto a el sorgo [sic] y la yuca, son los cuatro cultivos que sufrieron pérdidas de más del 50% debido a la sequía que azotó el país en 2009», según un informe de la Red Humanitaria del año 2009. De esa cuenta, las familias que se dedicaban a la agricultura no sólo vieron sus ingresos ©UNICEF/Guatemala2010/JRChewsKlée disminuidos de manera drástica, sino que también vieron limitada su alimentación ya que, entre los pequeños y medianos agricultores, los cultivos se destinan mayormente al autoconsumo y, de haber excedente, a la venta, asegura la Red Humanitaria. Junto a ello, a nivel mundial «los cultivos principales de subsistencia están alcanzando los límites de viabilidad por intervalos de temperatura; las pautas erráticas de las precipitaciones y de las estaciones alteran los ciclos agrícolas y convierten la alimentación de muchas familias en una lucha continua» (Oxfam, 2009). En cambio, para el año 2010, la irrupción de la tormenta Agatha generó grandes daños en la mayoría de los departamentos del país (Gobierno de Guatemala, 2010). La situación se vio agravada por la erupción del volcán Pacaya, el cual arrojó millares de metros cúbicos de arena volcánica, provocando, entre otros, el cierre durante cinco días del aeropuerto internacional La Aurora, en la ciudad de Guatemala, con las consecuentes pérdidas económicas. Jaime Martínez tiene trece años de edad y vive en San Juan Ermita (municipio del departamento de Chiquimula). Realiza labores agrícolas por las cuales recibe diez quetzales al día: «me voy desde la mañana con mi machete a limpiar las matas de maíz y frijol y regreso en la tarde. Este trabajo me cansa pero tengo que hacerlo para llevar a casa algo para comer», dice. «Mi mamá nos da tortillas con frijol, pero a veces no alcanza y nos tenemos que hacer los locos cuando nos chillan las tripas», agrega Jaime. Lejos de ser un caso puntual el que protagoniza Jaime, las familias acuestan a sus hijas e hijos más temprano para que no pidan cena debido a la escasez en la disponibilidad de alimentos. 30
  • 31. LA TORMENTA PERFECTA Aunque es un fenómeno histórico, esta práctica se está extendiendo a familias que, con anterioridad a la crisis, tenían suficiente disponibilidad para el acceso a los alimentos. Como podrá colegirse, esta costumbre se torna perjudicial para el desarrollo de la niñez, pues afecta su salud y disminuye el rendimiento escolar, en un país como Guatemala donde, los años de escolaridad promedio se sitúa en 4.8 años (UNICEF, 2008) con datos del Censo 2002. No sólo la agricultura se resiente por los efectos del cambio climático, también la avicultura, que se redujo en un 67% en 2009 en el corredor seco (Red Humanitaria, 2009). La pérdida de aves por parte de las familias «disminuye la capacidad de respuesta ante futuros eventos adversos», asegura el informe. La disminución de la cantidad de animales es clave pues éstos constituyen un activo que se vende cuando se agrava la situación de crisis. Según la Red Humanitaria, para el 25.6% de los hogares el principal problema generado por la sequía era la pérdida de empleo; para un 16.2%, la falta de lluvias; el 16.1% aseguró que la crisis en que vive se debe al incremento del precio de los alimentos, mientras que para el 12.5% el principal obstáculo era la pérdida de las cosechas. «Estos elementos están relacionados con la capacidad actual y a futuro de acceso a alimentos, que para los hogares es percibido como uno de los principales riesgos», advierte el informe. Gráfica 10. Principales problemas y riesgos ocasionados por la sequía de 2009 en el corredor seco Pérdida de empleo (25.6%) Falta de lluvias  (16.2%) Aumento de los precios de los  alimentos (16.1%) Pérdida de cosechas (12.5%) Otros (14.7%) Fuente: Red Humanitaria (2009). El cambio climático también tiene consecuencias en el acceso al agua para consumo humano, sobre todo en el área rural donde, según el Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente de la Universidad Rafael Landívar (IARNA, 2009), para el año 2006, «más del 30% equivalente a 498.191 hogares, debían acarrear agua desde un chorro público o privado, un pozo o un río, lago o manantial». En el lado opuesto están los hogares urbanos, de los cuales 31
  • 32. LA TORMENTA PERFECTA el 90% «tiene acceso a una red de agua dentro de la vivienda o, al menos, dentro del terreno». Este aún incompleto acceso al agua puede verse limitado tanto por los fenómenos atmosféricos como por la deforestación y la urbanización no planificada. La falta de acceso adecuado al agua puede provocar la aparición de varias enfermedades. Debe subrayarse, en este sentido, que el 21% de los hogares del área rural y el 10% de los ubicados en el área urbana no contaban, en 2006, con servicios mejorados de saneamiento (IARNA, 2009). El IARNA también advierte que «más del 50% de los hogares de las áreas urbanas en los departamentos de Alta Verapaz, Baja Verapaz, Sololá, Totonicapán y Petén no poseen condiciones sanitarias mínimas». El daño causado por la tormenta Agatha en los sistemas de agua y saneamiento, así como la acumulación de agua contaminada, favorecen «el aumento en la incidencia de enfermedades, como las diarreicas, respiratorias, cutáneas y el dengue y la malaria, en menoscabo del estado de salud y nutrición de la población afectada, especialmente en niños y niñas menores de 5 años» (MFEWS/USAID, 2010). Como resultado de todo ello, las familias adoptan diferentes estrategias para enfrentar los efectos del cambio climático mediante la búsqueda de otras fuentes de ingreso más allá de la agricultura o la acuicultura. 3.2 Cambios en la dieta Una de las consecuencias de las crisis referidas en el presente documento, estima que los hogares se ven obligados a realizar cambios en la dieta, con el propósito de aprovechar de mejor manera los recursos —económicos y/o alimenticios— con los que cuentan, consumiendo menos alimentos y, además, de menor calidad. En Guatemala, estos cambios en el patrón alimenticio se deben, entre otros al aumento de los precios de los alimentos que forman parte de la dieta básica del país, como el maíz, el cual en parte está siendo importado. Este grano es también el principal cultivo de subsistencia entre los pequeños y medianos agricultores, quienes se vieron severamente impactados por los fenómenos climáticos del año 2009 que tuvieron como consecuencia la pérdida o disminución de las cosechas. «Los fuertes vientos y las copiosas lluvias ocasionadas por Agatha causaron daños y pérdidas en los cultivos por inundaciones, desborde de ríos y deslaves» (MFEWS/USAID, 2010), a lo que habría que sumar los efectos de la erupción del volcán Pacaya. Ambos fenómenos ocurrieron entre el 25 y el 30 de mayo de 2010, período en el cual la mayoría de los hogares pobres de Guatemala enfrentaba la temporada anual de escasez de alimentos y, por consiguiente, se encontraba dependiendo del mercado para su alimentación. En temporada normal, la primera cosecha se recoge durante el mes de agosto. Ello propiciaba una reducción en la dependencia de los mercados en las familias más pobres. En la actualidad, en la costa sur y en el oriente de Guatemala, algunas cosechas se retrasaron hasta el mes de octubre, por lo que «los hogares seguirán dependientes de la compra hasta entonces» (MFEWS/USAID, 2010). Por su parte, en el altiplano, según el Sistema Mesoamericano de Alerta Temprana para Seguridad Alimentaria (MFEWS, por sus siglas en inglés), debido a sus características, «la opción de resiembra es poco viable» (MFEWS/USAID, 2010). Por este motivo, los hogares más pobres dependen casi únicamente de los mercados para obtener sus alimentos, ya que no cuentan con reservas de comida. Así las cosas, a partir de octubre de 2010 «podría agudizarse 32
  • 33. LA TORMENTA PERFECTA la inseguridad alimentaria de estos hogares» del altiplano, ya que «no contarán con la opción de recurrir a sus cosechas a final de año para acceder a sus alimentos», según MFEWS. Como consecuencia del menor acceso a los alimentos, se incide en el patrón cultural histórico según el cual, a la hora de la comida, suele ser que, en primer lugar, coma el padre, luego los hijos varones, más tarde las hijas y, por último y en caso de que haya sobrado algo de comida, la madre. No sólo se come menos, sino que de peor calidad. La crisis económica ha producido cambios en el consumo de alimentos debido al aumento en el precio de éstos. Ello coincide, además, con un descenso del poder adquisitivo de la mayoría de consumidores. Igualmente, disminuye el número de comidas y aumenta el número de días sin comer. Esto tiene impacto significativo en los niveles proteínicos-energéticos, donde no se llega a cubrir las «necesidades promedio de energía de la población» (SNU, 2003), tal como se expresa en la siguiente gráfica. Gráfica 11. Nivel de suficiencia energética 2750 2650 2550 Suficiente 2450 2350 2250 Insuficiente 2150 2050 1950 1850 Critico 1750 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 Fuente: datos FAOSTAT. Efectivamente, si se observa el nivel de suficiencia energética, la población guatemalteca vive en niveles de insuficiencia energética, especialmente desde 1994 hasta la fecha, cuando la tendencia se agrava. Esto se «debe a factores naturales adversos que han azotado la región centroamericana, principalmente las lluvias huracanadas en 1997 y 1998 y las sequías de los veranos de 1999, 2000 y 2001» (SNU, 2003), así como a la pérdida de oportunidades de empleo. Si proyectamos esta gráfica a la actualidad, probablemente encontraríamos otra caída similar a la producida entre 1994 y 2001 ya que, para el año 2009, se sumaría la sequía originada por el cambio climático y la falta de acceso a los alimentos y, para el año 2010, los efectos de la tormenta Agatha y la erupción del volcán Pacaya, entre otros fenómenos climatológicos. Además, «se ha tornado más caro comprar los productos alimenticios que proveen los 33
  • 34. LA TORMENTA PERFECTA requerimientos calóricos mínimos del guatemalteco medio (2,173 kilocalorías por día por persona)» (Banco Mundial, 2009). Por su parte, los alimentos de origen animal están limitados en la dieta de la mayoría de la población. Respecto a la canasta básica de alimentos, el estudio cualitativo de percepción realizado por UNICEF advierte que ha habido un descenso importante en la ingesta de carne roja, pollo y lácteos, así como de los granos debido al alto costo de los mismos. En el departamento de San Marcos, en los municipios de Comitancillo e Ixchiguán, las personas consultadas en el referido estudio cualitativo indicaron que si antes consumían una vez por semana carne roja (res) o carne blanca (pollo), ahora lo hacen una o dos veces por mes. Espacian los tiempos de comida porque compran alimentos básicos en menor cantidad y en menos ocasiones. En estos municipios, como en otros muchos del país, la compra de alimentos se limita a maíz, café, azúcar y sal, además de verduras y hierbas. La compra de carne o de otro producto similar se realiza de manera eventual. En Comitancillo, además, ha disminuido la adquisición de productos básicos como el arroz, papas, huevos y leche, con el objetivo de incrementar la compra de maíz, café, sal y tomate. En el altiplano, uno de los cultivos más afectados por la tormenta Agatha fue la papa, que reportó un aumento del 54% la semana siguiente al paso de las lluvias torrenciales, por lo que muchas familias vieron imposibilitada su compra. De esta manera, y no sólo en esta región del país, se espera que los efectos de las intensas lluvias impulsen un aumento de la canasta básica de alimentos, que hasta el mes de septiembre de 2010 representaba una variación interanual del 3.55%, llegando a 2,030.10 quetzales (página ‘web’ del INE). Es decir, un hogar promedio guatemalteco (5.38 miembros) necesita 67.6 quetzales diarios para alimentarse, a pesar de que el salario mínimo por día es de 56 quetzales. ¿Qué es la canasta básica? «Es el mínimo alimentario que debe satisfacer por lo menos las necesidades energéticas y proteínicas de un hogar», según el Instituto Nacional de Estadística (INE). En Guatemala, una familia de 5.38 personas necesitó 2030.10 quetzales en septiembre de 2010 para comprar los alimentos básicos. Cuando los productos son de origen local, los precios son generalmente menores. Por ejemplo, en el municipio de Rabinal (del departamento de Baja Verapaz), la población indígena y rural tiene como base de su alimentación diaria el frijol, tortillas de maíz, arroz, café, azúcar, pepita, ayote tierno, tomate, cebolla y pinol, entre otros productos que proceden del lugar, por lo que el precio es inferior. 34
  • 35. LA TORMENTA PERFECTA Esta limitada variedad en el patrón de consumo de los alimentos contribuye a aumentar los ya elevados índices de desnutrición en niñas y niños menores de cinco años de edad, quienes no consumen la cantidad ni calidad adecuada de proteínas y micronutrientes de origen animal. Una alimentación deficitaria durante los primeros años de vida determina el desarrollo físico e intelectual, lo que se traduce en un bajo rendimiento educativo y, más tarde, en una baja productividad laboral. La situación de restricción en las comidas es paliada, en parte, gracias a las ayudas que los hogares están recibiendo, sea mediante alimentos o transferencias monetarias condicionadas. En este sentido, el 30% de los hogares consultados (436) por la Red Humanitaria (2009) en el corredor seco indicó que ha recibido dicha clase de transferencias, lo que les ha «permitido mejorar temporalmente la disponibilidad de alimentos dentro del hogar». Por su parte, del 1 104 736 hogares que se benefician de remesas, el 49.2% ha hecho cambios en sus gastos para hacer frente a la disminución de los ingresos económicos, según la encuesta realizada por OIM y UNICEF (2009). Entre estos hogares, el 85.3% de las personas encuestadas compra actualmente productos más baratos; el 78.8% ha dejado de consumir determinados productos; el 67.16% compran menos cantidad de alimentos. Otro 50.9% ha disminuido la compra de ropa y calzado. El 3% de estos hogares han traslado a sus hijos e hijas a escuelas públicas. Muchos hogares han realizado varios de estos cambios, como se observa en la siguiente gráfica. Gráfica 12. Hogares que han realizado cambios en sus gastos Sustitución de productos más baratos  (85.32%) Ha dejado de consumir productos  (78.77%) Menor cantidad de alimentos (leche,  carnes, etc) (67.16%) Disminución de compra de ropa y  calzado (50.93%) Utilización de transporte público  (13.74%) No asisten a cines y restaurantes  (26.21%) Se quitaron los sevicios de cable e  internet (5.19%) Trasladaron a los niños a escuelas  públicas (2.95%) Utilización de hospitales públicos  (14.57%) Otros (2.98%) Fuente: OIM/UNICEF (2009). 35
  • 36. LA TORMENTA PERFECTA – Impacto del cambio climático y la crisis económica en la niñez y la adolescencia 3.3 Salud La crisis económica también tiene efectos sobre la atención en salud, especialmente en un país como Guatemala donde «el 57% del gasto total en salud es pagado directamente por las personas y las familias» (USAID/Proyecto Diálog, 2009b) esto es, no se cuenta con un seguro médico, sino que se acude a los centros de salud en dependencia de la posibilidad económica. Además, «menos de la mitad de todas las enfermedades infantiles en Guatemala son atendidas fuera de la casa» (Banco Mundial, 2009). Para paliar esta situación, el Consejo de Cohesión Social, por conducto del programa de transferencias monetarias condicionadas llamado «Mi Familia Progresa», ha trazado como objetivo «mejorar el estado de salud y nutrición de las familias pobres, con niños entre 0 y 6 años de edad y/o mujeres gestantes», según su página ‘web’, propiciando que niñas y niños acudan a los chequeos médicos de manera gratuita, ayudando a la prevención de enfermedades y la desnutrición. En el departamento de Chiquimula, desde el primer cuatrimestre del año 2009, las consultas médicas han aumentado debido, entre otros factores, a los mecanismos establecidos para la recepción de transferencias monetarias condicionadas. Además, la ampliación del horario de atención en el Centro de Atención Permanente, durante las 24 horas del día, también propicia que más personas hagan uso del mismo. En San Marcos, tras el aumento de los servicios de salud gratuitos, las personas acuden con mayor frecuencia a consulta médica por problemas de desnutrición y anemia. También se ha incrementado el número de atención por enfermedades gastrointestinales, diarrea, neumonía, deshidratación y atención de partos. Según el Banco Mundial (2009), las personas que viven en pobreza utilizan los servicios públicos de salud con la misma frecuencia que los no pobres, pero «hay diferencias importantes en el tipo de centros a los que acuden». Aunque, en promedio, ambos grupos utilizan los servicios públicos de salud 1.6 veces por año, los hogares pobres se concentran en los servicios locales (Centros de salud, Puestos de salud y Centros comunitarios (1.2 veces por año) y van poco a los hospitales (0.4 veces por año). En el caso de los hogares no pobres, estos «utilizan con más frecuencia los hospitales (una vez por año) que los servicios de salud locales (0.6 veces por año)». Por su parte, la Red Humanitaria de Guatemala, de la que forma parte UNICEF, asegura que las causas más frecuentes de enfermedad en niñas y niños en el corredor seco son «tos, fiebre o gripe (61% de los casos), seguida de diarrea (27%). La desnutrición fue reconocida como causa de enfermedad solamente por el 1%», lo que ©UNICEF/Guatemala2010/JRChewsKlée evidencia la escasa identificación del problema. El 81% de las niñas y los niños enfermos recibió algún tratamiento en centros de salud. Según este informe, las razones por las que no 36