Clase 15 Artrologia mmii 1 de 3 (Cintura Pelvica y Cadera) 2024.pdf
Plan de manejo integrado. argentina 2010, chile 2011
1. PLAN DE MANEJO INTEGRADO PARA LA PREVENCIÓN Y EL
CONTROL DE LAS ENFERMEDADES QUE AFECTAN A LA
ABEJA MELÍFERA EN CUBA
Dra. Mayda Verde Jiménez1 y Dr. Tomás Gómez Bernia2
1. Introducción
A partir de 1959 para Cuba cambió el enfoque productivo de la apicultura. Su práctica
hoy, dista mucho de aquella que trabajaran nuestros abuelos, como otro también es el
paradigma productivo agrícola, con fuertes retos productivos para cubrir la creciente
demanda de alimentos que, al igual que el desarrollo urbano, provocan importantes
cambios en los ecosistemas, en su mayoría impactados por los efectos antrópico y el
cambio climático.
La apicultura adquiere interés económico y se inserta como rama agropecuaria incluida
dentro de los Planes de Desarrollo del Ministerio de la Agricultura, considerando el papel
de la abeja en la polinización y equilibrio de los ecosistemas, asociada a la demanda y
evolución que a escala global alcanza la comercialización de la miel –destinada en su
mayoría para clientes de Europa-, la cera y otros productos de la colmena, tanto con fines
nutricionales, industriales o farmacéuticos,
Servicio Veterinario Estatal tiene la misión de: “preservar la salud animal con el
objetivo de aumentar la disponibilidad de alimentos zoógenos inocuos para el hombre,
así como, satisfacer otras necesidades veterinarias de la sociedad.” (Infomed, 2008). De
modo, que la apicultura es una actividad que genera alimentos de origen animal para
consumo directo y como resultado del propio desarrollo, se hizo necesario incluir a la
especie dentro de las ramas de atención de la Medicina Veterinaria, con regulaciones
sanitarias encaminadas a asegurar una apicultura sostenible y redituable con colmenas
sanas, disminuyendo los riesgos por residuos o contaminaciones, favoreciendo el
equilibrio de los ecosistemas y el comercio seguro. (Verde, Mayda. y Demedio, J. 2010).
Los cambios socio-políticos ocurridos en el país condujeron a la promoción y el fomento
de nuevas áreas melíferas a cubrir, con incremento de apiarios y apicultores, generando
este auge fuentes de empleo en las áreas rurales y diversificación en la oferta de las
producciones. Por su impacto económico y social, la apicultura dejó de ser un
1
Médico Veterinario. Especialista en Apicultura. Sociedad de Higiene de los Alimentos del
Consejo Científico Veterinario de Cuba. E-mail: maydaverde@infomed.sld.cu Teléfono: (537)-
6401418.
2
Master en Ciencias Veterinarias. Especialista Principal en Control Sanitario del Instituto de
Medicina Veterinaria, del Ministerio de la Agricultura de Cuba. E-mail:
tgomezb@infomed.sld.cu. Teléfono: (537)- 6443848.
2. “patrimonio individual”, para convertirse en “patrimonio de la sociedad”, enfocada hacia
un sistema empresarial moderno, trashumante e intensivo. (Verde, Mayda. 2009).
Pero este desarrollo, como señalara Kouba, V. (1987), entraña riesgos sanitarios, pues en
la misma medida que un sistema de producción sea más intensivo y moderno, las
poblaciones animales se encuentran más vulnerables, abundando Tor, C. (2007), que la
dependencia abeja - medio ambiente, determina los mecanismos de defensa y la salud
animal, tanto de la colonia de abejas (unidad básica funcional), como del apiario (unidad
epizootiológica), tema poco abordado desde el punto de vista Veterinario en esta especie,
donde se acentúa el protagonismo del apicultor como intermediario entre los ecosistemas
y las familias de abejas, determinando, con las buenas prácticas de producción, el estado
sanitario de las poblaciones que maneja.
De hecho, el incremento de colmenas y las nuevas formas de producción iniciadas en la
década de los sesenta, propiciaron el desarrollo de enfermedades bacterianas (loques) y
micóticas (ascosferosis), las que motivaron, a partir de 1981, un trabajo veterinario
encaminado a controlar las población de abejas involucradas en los focos para proyectar
el saneamiento sanitario de la masa afectada, conllevando esto a un proceso de
modernización y adecuación de la carga de colmenas a los potenciales melíferos
disponibles en los radios de vuelo económicos de cada emplazamiento, concebido por
Verde, Mayda. y Álvarez, C. (1989), en cuatro etapas de trabajo:
I ETAPA. Censo y mapificación de toda la apicultura presente en un territorio (por
estructura de Municipio), tarea que, aún después de concluida, requiere continuar su
actualización de forma periódica, teniendo en cuenta que siempre surgen nuevos
propietarios de colmenas.
II ETAPA. Discriminación de cada apiario censado y mapificado, apoyada en
criterios de empirismo rural, analizando la ubicación y el número de colmenas
pertenecientes a propietarios privados individuales, Unidades Básicas de Producción
Cooperada (UBPC), Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA) y otros
estatales en relación con el potencial melífero disponible en el radio de vuelo
económico del apiario objeto de análisis. Una vez concluida, queda confeccionado el
Registro de apicultores del municipio, amparados por la Licencia Zootécnico -
Veterinaria. (Anexo 1).
III ETAPA. Saneamiento y reordenamiento apícola, en correspondencia con las
medidas propuestas y derivadas del análisis efectuado en la II ETAPA.
IV ETAPA. Análisis de posibles áreas de fomento apícola, como consecuencia del
resultado de la ejecución de la III ETAPA. Perfeccionar el conocimiento acerca de la
distribución del potencial melífero existente y solapar la distribución de este potencial
(reflejado en mapas de igual escala), con la carga de colmenas ubicadas en cada
emplazamiento durante la II ETAPA. Mantener y actualizar el trabajo ejecutado,
incorporar o dar baja a los apiarios de productores estatales o privados individuales y
controlar la producción por apiarios con el apoyo de un programa computarizado.
3. Surge así un método para el reordenamiento y la modernización de la apicultura (Verde,
Mayda. y Álvarez, C., 1989), iniciado y consolidado con los objetivos Veterinarios
siguientes:
mantener el control epizootiológico de la especie, definiendo una estructura de
atención veterinaria racional, capaz de brindar una vigilancia sanitaria que permita
detectar y cubrir las brechas sanitarias o posibles focos de enfermedades.
en poblaciones enfermas, proponer de forma objetiva las tareas contraepizoóticas y
las campañas de recuperación, logrando programas eficientes y el control sanitario
del proceso productivo en cada punto de la cadena productiva.
proyectar el desarrollo sostenible de la especie con soportes científicos,
contribuyendo a mantener el equilibrio animal (colmena) – ecosistema, de modo
que las colonias se mantengan sanas y con ello lograr producciones inocuas y
trazables.
Creada esta herramienta, quedan sentadas las bases para desarrollar lo que podemos
llamar un plan de manejo integrado para la prevención y el control de las enfermedades
que afectan a la abeja melífera, cuya estrategia y fundamento Veterinario se
argumentan.
2. Manejo integrado para el control de la varroosis.
A partir de la introducción del ácaro Varroa destructor, reportado en abril de 1996
(González, A., 1998; citada por Puentes, Teresa., et al., 1998), se instauró y extendió un
proceso epizoótico parasitario considerado en el mundo como el de mayor impacto
económico para Apis melífera, por su diseminación vertiginosa y por ser la enfermedad
que más recursos demanda para su control, en particular, para aquellos países que
practican una apicultura intensiva. (Cajero, 2000; Vandame et al., 2002; González, Ana
R., et al,. 2005).
Enfrentar esta parasitosis llevó a tomar en cuenta el conjunto de estrategias contra
epizoóticas que, de manera concensuada existían en el mundo para evitar la propagación
o para frenar su impacto económico y tomar en cuenta, comparar e incorporar a las
estrategias de lucha conocidas, otras tareas contrepizooticas generales seguidas para
enfrentar las enfermedades en diversas especies animales (fiebre porcina africana, fiebre
aftosa, influenza o gripe aviar, etc.), notando que en todas ellas se incluía actuar de
manera integrada sobre la masa animal comprometida y sobre los factores que
determinan la salud, resaltando en estos Programas Sanitarios la inclusión del productor
como elemento imprescindible para lograr los propósitos del trabajo veterinario, incluso,
de ser necesario, hasta la inclusión de todos los ciudadanos. Verde, Mayda. 2006.
Considerando los argumentos antes señalados, se asume que para establecer la conducta
contre epizoótica para el control de las enfermedades en las abejas y en particular la
varroosis bajo Programas Específicos eficaces, al igual que sucede con las demás
especies, resulta necesario valorar aquellos factores que condicionan la instauración, el
desarrollo y la extinción del proceso morboso, estudiando las poblaciones animales
involucradas en él (o los) focos de enfermedad y el universo de aspectos que,
4. relacionados con la interacción del animal en los ecosistemas donde vive, puedan
vulnerar las barreras de protección y con ello la resistencia de las colmenas.
Verde, Mayda. 2006. refirió que valorando los Programas de Lucha propuestos en
diversos países para el control de las enfermedades que afectan a las abejas y en
particular la varroosis, salta a la vista como los especialistas e instituciones dejan a
elección a los apicultores o de los dueños de las colmenas el peso de la “decisión
sanitaria que asumirán con sus colonias”, centrando la atención en brindar
capacitación, el acceso a la tecnología y la recomendación de los medicamentos o
prácticas más eficaces y en el mejor de los casos, ponen en manos de las Asociaciones de
apicultores las tareas veterinarias. Dicho de otra manera: el apicultor “como dueño
absoluto” puede decidir (y decide), por citar algunos ejemplos sobre:
el medicamento que emplea para un tratamiento antiparasitario o para curar
enfermedades infectocontagiosas graves;
el momento; la dosis y la estrategia de los tratamientos de su elección;
dónde situar sus colmenas, estén o no sanas y la cuantía, con o sin respaldo de
alimentos en su radio de acción;
el momento y hacia donde trasladar sus colonias;
si remplazan o no a la abeja reina y determinar el origen de la nueva reina que
introducirá en sus colonias;
elegir y organizar bajo criterios empíricos y muchas veces guiado por tradiciones,
las acciones a ejecutar para recuperar la salud de las colonias enfermas, aún
desconociendo la situación sanitaria que puedan tener algunas colmenas vecinas,
tan próximas en ocasiones, que les permite convivir con las abejas propias; entre
otros.
Estas conductas sanitarias entran en contradicción con la misión de los Servicios
Veterinarios antes referida y en particular, para la estrategia sanitaria fijada por el
Instituto de Medicina Veterinaria, obligando a rediseñar un plan sanitario adecuado a las
condiciones sociopolíticas y económicas y propias de la Isla, enfocado hacia un manejo
integrado para la prevención y el control de las enfermedades reportadas en la especie, el
que abarca la varroosis.
3. Principales enfermedades de la abeja melífera. Fundamentos y enfoque del plan
de manejo integrado para el control de las enfermedades invasivas e
infectocontagiosas reportadas.
La Oficina Internacional de Epizootias (OIE), integrada por 166 países constituye el
Centro de Referencia Internacional para el reporte y control de las enfermedades de
mayor interés que afectan a las diferentes especies animales y, como organismo mundial
de la salud animal, ha tomado un papel protagónico para las relaciones inter
organizacionales e institucionales para establecer medidas zoosanitarias y resoluciones
que coadyuvan a los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio. Estas
5. regulaciones abarcan aquellas enfermedades que se consideran importantes desde el
punto de vista sanitario y económico con repercusión significativa en el comercio
internacional de animales, productos y subproductos, señalando para la abeja melífera: la
varroosis, loque americana, loque europea, acarapisosis, nosemosis y la parasitosis
producida por el ácaro externo Tropilaelaps clareae. (Cuba. 2006).
Enfermedades infectocontagiosas cosmopolitas y de impacto económico como las loques,
micosis, virosis; las invasivas como nosemosis, varroosis, acarapisosis u otras parasitarias
que afectan la integridad de las colmenas como las toxicosis o aquellas provocadas por
depredadores (sapos, aves, polillas, etc.), han sido diagnosticadas en la apicultura cubana,
motivando el empleo de antibióticos (no autorizados) y antiparasitarios que, de ser mal
manejados por el apicultor, dejan residuos en la miel y la cera y desvirtúan, encarecen o
entorpecen los objetivos del sector productivo. (Castillo, R. 2005; Rojas, C. 2005 y
Fuenzalida, C. et. al. 2008).
Llorente, J. (2003) y Eguaras, M. y Ruffinengo, S. (2006), coinciden en señalar que las
principales enfermedades de las abejas para las que se indican los antibióticos, son las
loques, causadas por bacterias, las que se agravan cuando cursan asociadas a parasitarias
como la varroosis. Los apicultores utilizan medicamentos con el fin de prevenir o
recuperar las colonias enfermas, señalando Gómez, T, et al. (2004) y Gómez, T. (2008),
como causas potenciales de la presencia de antibióticos, no declarar el uso del
medicamento; incumplir la castra de limpieza; insuficiente control técnico y malas
prácticas sanitarias y de manejo durante el proceso productivo o de manufactura.
Para enfrentar la varroosis CONASA (2003) y Eguaras, M. et al. (1999), señalaron que
existen muchas opciones en el mundo, pero sugirieron la necesidad de diseñar estrategias
adecuadas a cada región ó país, ya que tanto el ácaro como las características
climatológicas íntimamente vinculadas a su reproducción, son propias de cada lugar,
centrando la atención en el uso, forma y momento de tratamientos de sustancias
químicas, en correspondencia con las tasas de infestación evaluadas y la rotación de los
principios activos para evitar el fenómeno de resistencia a los acaricidas, proponiendo el
tratamiento zonal coordinado entre apicultores para evitar la re infestación entre apiarios
cercanos.
Otras recomendaciones de control para esta parasitosis dadas por Verde, Mayda, (2002);
Panettieri, V. (2005) y CONASA (2004), incluyen: el uso de cuadros zánganeros; pisos
trampas para Varroas y otras medidas biotécnicas que en su mayoría coinciden con las
sugeridas por Calis et al., (1999); Herrera, S. (1999); Verde, M. (2002) y Verde, M. y
Chan, S. (2005) autores que propusieron además: seleccionar y mejorar la abeja en busca
de tolerancia a Varroa, tomando en cuenta la conducta higiénica por métodos como puede
ser el pinchado de la cría (Sanabria, J. L, 2007); perfeccionar el trabajo de campo
relacionado con las buenas prácticas de manejo; efectuar controles epizootiológicos que
impidan la propagación del parásito y que contribuyan a bajar las tasas de infestación, así
como asociar y capacitar a los productores sin excluir el uso de químicos u orgánicos al
menos una vez por año, hasta tanto sea posible alargar los intervalos de tratamientos.
Patrón, E. (2004) propuso para Uruguay realizar un ordenamiento del sector apícola e
implementar un Plan Regional y/o Nacional Sanitario Patrón, Elena. 2007., registro
6. establecido por SENASA en Argentina a partir de 2004, para revertir la pérdida de
confiabilidad del mercado por detección de antibióticos en sus envíos de miel hacia el
Reino Unido, fortaleciendo el programa de control de residuos e implementando, en
forma acelerada, un sistema de trazabilidad de mieles para garantizar el origen y la
producción de sus embarques. Larraín, Jeannette. (S/A).
En Chile se creó, por la División de Protección Pecuaria, del Servicio Agrícola y
Ganadero del Ministerio de la Agricultura (División de Protección Pecuaria, SAG. 2005),
el Registro de Apicultores de Miel de Exportación RAMEX/MP, con el propósitos de
certificar la inocuidad de la producción apícola destinada a la exportación, asegurar la
trazabilidad ante posibles riesgos de contaminación, así como, ubicar en el tiempo y en el
espacio un eventual problema en los lotes de producción, aislando los lotes problemas.
Éste responsabiliza al apicultor con el cumplimiento de las indicaciones sanitarias
señaladas por esta normativa y establece que el apicultor cumpla también con los
requisitos señalados para las Salas de Extracción.
Difieren la estrategia de Registros de Apicultores establecida por Argentina y Chile con
relación a Cuba, los que, aún con igual propósito de trazabilidad, en el caso de Cuba se
responsabiliza al Servicio Veterinario del Estado con censar a todos los tenedores de
colmenas, sean apicultores que producen para la exportación o aquellos considerados
como hobbistas o pequeños apicultores, inventariando, desde la instancia municipal
(menor estructura de la base productiva) y mapíficando el total de apiarios existentes
(Durán, O. et al. 1993), con el propósito de implementar un plan de manejo integrado,
capaz de prevenir y control las enfermedades endémicas (invasivas o infectocontagiosas),
considerando la epizootiología de cada entidad, la interrelación de las áreas focos con las
sanas, los factores sociales y los factores ambientales de los ecosistemas, para trazar
medidas de recuperación sin el uso de antibióticos, apoyados con programas genéticos
encaminados a mejorar la conducta higiénica de las familias (Sanabria, J. L. y Demedio
J., 2009), priorizando medidas biotécnicas y tratamientos varroicidas orgánicos, entre
otras. (Cuba, 1999; Demedio, J. 2001 y Verde, M. y Chan, S. 2005).
En poblaciones de abejas con las que hoy se trabaja una apicultura moderna e intensiva,
es necesario considerar la interrelación de los radios de vuelo entre los apiarios y las
colmenas, donde circulan diversos agentes etiológicos que solo manifiestan sus efectos
morbosos cuando existen factores bióticos o abióticos que rompen el equilibrio (interno o
externo) de las colmenas o poblaciones, por lo que se consideran sanas cuando hay
ausencia de signos y síntomas clínicos de enfermedad, aún en presencia de los agentes.
Verde, M. (2009), señaló, que esta interrelación constituye la piedra angular de cualquier
plan o estrategia sanitaria en la apicultura para prevenir o recuperar las enfermedades
invasivas o infectocontagiosas de esta especie, estableciéndose como radio de vuelo
económico 3 Km., distancia que coincide con la referida por Del Cura, F. 1993 y con la
establecida por Italia para la importación de miel procedente de apiarios que hayan
padecido loque para asegurarse de que no existen riesgos de poseer contaminantes.
Campos, M. 2007
En Cuba se utiliza con este fin el Sistema de Vigilancia por Cuadrante Geográfico
(SIVE), establecido por la Oficina Internacional de Epizootias vinculado al Sistema de
Reordenamiento ya descrito, el que permite solapar los potenciales melíferos y las
7. densidades de colmenas presentes en cada territorio del país, presentando Mena, C. et. al.
(2008), en Chile, una base de datos digital georreferenciada de las formaciones vegetales
de importancia apícola para la macrozona Vilches – Curepto, valorando la capacidad de
carga apícola de cada zona de estudio, a partir de la georreferenciación de estas
formaciones, con el fin de optimizar la utilización de los recursos y diseñar una estrategia
de gestión apícola tomando en consideración la interrelación de los radios de vuelo,
estimando mayores riesgos sanitarios para aquellos apiarios ubicados en las áreas donde
se concentraron superiores intercepciones por existir una mayor densidad poblacional.
Álvarez, R. et al. (2008) implementaron un Sistema de Información Geográfico (SIG)
digitalizado para obtener la ubicación exacta de cada uno de los apiarios perteneciente en
un municipio de Cuba y los puntos de trashumancia, como elemento de soporte
complementario para el trabajo de reordenamiento apícola y el trabajo sanitario en
correspondencia con el Sistema de Cuadrantes (SIVE), establecido por el IMV,
incorporando a esta información digital la cantidad de colmenas, propietarios y otras
informaciones de interés para la producción apícola y el trabajo Veterinario, empleado el
software ILWIS (Sistema de Información Integrada Tierra Agua) apoyados por el
Sistema de Geoposesionamiento Global (GPS), resaltando que la cartografía digital
brindó además información sobre las vías de acceso a los emplazamientos apícolas,
floraciones predominante y el radio de vuelo económico en que acciona cada apiario,
permitiendo conocer la procedencia de los productos (cera, miel, propóleos), ayudando a
certificar su origen geográfico, visualizando de manera rápida las relaciones entre los
colmenares, para un preciso control de las posibles trasmisiones de plagas y
enfermedades.
Verde, Mayda (2006) y Verde, Mayda et., al. (2006), mostraron resultados concluyentes
sobre las ventajas productivas y sanitarias al identificada y ubicar geográficamente la
cuantía de colmenas que interactúan en un mismo territorio, señalando que ello permite:
definir la estructura sanitaria; organizar las tareas de prevención o recuperación de la
salud, entre ellas el pesquizaje parasitológico y otras relacionadas con la protección de la
especie para la aplicación de plaguicidas a cultivos; conocer las áreas sub-explotadas o
sobre-explotadas y proponer acciones para incrementar la producción apícola como
pueden ser la reforestación, la apertura de nuevas vías de acceso (viales), o la fusión de
colmenas para adecuar las existencias al potencial melífero disponible, etc.; calcular los
volúmenes de producción posibles, en un período dado; controlar la trashumancia de
colmenas o el ingreso de material biológico sin riesgos epizootiológicos; planificar las
necesidades de recursos a insumir en el proceso productivo incluyendo las abejas reinas;
sustentar la producción de miel orgánica o mieles específicas y la trazabilidad de la
producción desde el campo, asegurando la inocuidad desde su origen (Vit, Patricia.
2005).
Otros estudios realizados por Verde, Mayda et al. (2006) entre 1981 y 1989, apoyados de
la mapificación, permitieron concluir que en los casos de enfermedades bacterianas y
micóticas de la cría, la mayor incidencia y prevalencia focal se mantuvo en los territorios
sobre-explotados, con hacinamiento de colonias o en aquellos de menos recursos
melíferos y con colmenas que mantenían reinas no renovadas por otras procedentes de
centros genéticos o trabajada con malas prácticas (Concepción, R. et al., 2008), mientras
8. que las recidivas de estas patologías, en todos los casos, se presentó en colmenas
ubicadas en áreas donde, por no estar definida la estructura sanitaria de la población, se
mantenían reservorios de los agentes etiológicos, refiriendo Verde, Mayda y Chan, S.
(2005), que el conjunto de propuestas evaluadas de manera individual sentaron las bases
para, a partir de 1996, organizar y agrupar todos estos elementos en un plan de manejo
integrado para el control de Varroa destructor, válido y aplicable para todas las
enfermedades presentes en esta especie e instrumentado en un programa único nacional.
(González, Ana R, 2010.Comunicación personal).
4. Plan de manejo integrado para la prevención y el control de las enfermedades que
afectan a la abeja melífera.
Considerando el concepto de salud animal señalado por Astudillo y Rosenberg (citados
por Kouba, V., 1987) como: “...aquel estado de la población animal en que alcanza una
optimización de sus funciones productivas”, los indicador de salud tomados en cuenta
para evaluar de los resultados territoriales de esta estrategia sanitaria han sido:
incremento (o decrecimiento) de la masa de colmenas.
niveles de producción de miel obtenida, comparándola con años anteriores y los
rendimientos alcanzados, expresados en kilogramos de miel por colmena (kg/col);
caterísticas de calidad, inocuidad y trazabilidad de las producciones que se acopian
y que cumplen con los parámetros establecidos para el consumo humano y la
comercialización.
Como indicador nacional, se consideran los niveles de residuos en la miel,
monitoreados por el Plan de Vigilancia para Residuos Químicos y Sustancias
Prohibidas, establecidos desde 1996 para cumplir la Directiva 96/23/CE de la Unión
Europea, principal destino comercial de la producción cubana. (Gómez, T. 2008).
Esta estrategia contraepizoótica preserva la condición de apicultura intensiva y
sostenible, aún en presencia de los agentes etiológicos, centrando la atención en
medidas que permiten:
1. Mantener e incrementar de forma sostenida la masa apícola bajo control
Veterinario, cubrir los potenciales melíferos de los territorios y alcanzar
producciones apícolas inocuas.
2. Mantener en abejas adultas, tasas de infestación por Varroa inferiores a 5 %.
3. Disminuir la incidencia y prevalencia de las enfermedades infectocontagiosas e
invasivas sin el uso de antibióticos y reducir, a corto plazo, el uso de sustancias
químicas para el control de Varroa, sustituyendo estas por productos orgánicos
menos contaminantes, efectivos y con opciones para alternar.
4. Disminuir los costos de control sanitario sin deprimir su eficacia.
5. Impedir la aparición de resistencia del ácaro Varroa a los ingredientes activos
seleccionados.
6. Mejorar la calidad genética de la abeja, con líneas locales adaptadas a las
condiciones de los ecosistemas donde producen.
9. El plan de manejo integrado, abarca el universo de colmenas que conforman la
población apícola del país, establecido para cumplir por todos los actores involucrados
(apicultores, técnicos, directivos e instituciones), con el respaldo de instrumentos legales
(Anexo 2) y de una infraestructura de atención veterinaria a la especie (Anexo 3).
Contempla las tareas Veterinarias siguientes:
1. Control de las poblaciones de abejas a partir de un cuidadoso censo y
mapificación de la apicultura presente según la metodología establecida por el
Reordenamiento Apícola y el SIVE como base para:
1.1. Eliminar la apicultura no apta para modernizar, por ser artesanal y por encontrarse
mal atendida, resultando focos permanentes de los agentes etiológicos; con colmenas en
manos de apicultores aficionados y sin perspectivas de mejorar el manejo zootécnico ni
de cumplir con las regulaciones sanitarias establecidas para la especie por los Servicios
Veterinarios estatales.
1.2. Adecuar el número de colmenas al potencial melífero disponible en el radio de vuelo
económico del apiario, paso esencial en el equilibrio alimentario y sanitario de la
apicultura intensiva en su interrelación con el medio ambiente.
1.3. Controlar la estructura epizootiológica de las poblaciones de abejas y, a partir de ello,
trazar las medidas contra epizoóticas específicas adecuadas a las condiciones puntuales
de cada ecosistema.1.4. Mantener actualizado el Registro de Apicultores, herramienta que
garantiza la trazabilidad de las producciones apícolas.
2. Asegurar las buenas prácticas de manejo, dando prioridad a:
2.1. Reemplazar la abeja reina de las colmenas en producción con una periodicidad no
mayor a los 18 meses.
2.2. Renovar 6 panales (como mínimo) de la cámara de cría, introduciendo para ello
láminas de cera estampadas con calidad sanitaria controlada por el Servicio Veterinario.
2.3. Realizar el crecimiento vertical acorde con la población de abejas presentes en la
colonia.
2.4. Ofertar alimentación suplementaria con calidad, cantidad y en el momento oportuno,
incluyendo el agua de bebida.
2.5. Mantener la higiene interior de la colonia y la del apiario.
2.6. Respetar las dimensiones constructivas de los elementos de colmenas; cumplir el
espacio de abejas e impedir las piqueras adicionales.
3. Mejorar genéticamente la abeja mediante la selección de líneas tolerantes a
Varroa y con hábitos higiénicos marcados bajo un Programa Nacional rectorado de
manera centralizada por el Ministerio de la Agricultura.
3.1. Capacitar a los criadores de abejas reinas.
3.2. Crear centros especializados para la producción de abejas reinas obtenidas por
selección genética, con conducta higiénica y sanitariamente certificadas.
10. 3.3. Identificar las colonias de producción, con el fin de registrar los parámetros de
producción que permitan seleccionar los pies de crías (maternas y paternas), multiplicar
las mejores familias y fijar los caracteres deseados.
4. Aplicar medidas biotécnicas y contra epizoóticas para disminuir las tasas de
infestación parasitaria o impedir la multiplicación y propagación de los agentes
etiológicos de enfermedades infectocontagiosas sin aplicar antibióticos u otros
químicos de síntesis.
4.1. Sistematizar el uso de un panal trampa para la cría de zánganos en colmenas donde
se garantice por el apicultor retirarlos antes de su nacimiento, sólo en épocas de entrada
de néctar y sin presencia de varroicidas.
4.2. Sanear la colonia afectada por enfermedades sobreañadidas, eliminar las recidivas ó
con tasas altas por el “método de sacudimiento” ó de “enjambre desnudo” y cremar los
cadáveres, de modo que sea posible disminuir el tenor de agente etiológicos cohabitando
con la familia de abejas.
4.3. Donde sea posible, utilizar el piso sanitario deslizante o colector de desechos.
4.4. Impedir el pillaje y la deriva.
4.5. Controlar los traslados e introducción de material biológico y la trashumancia de
colmenas
4.6. Asegurar la desinfección sistemática con sosa cáustica (1%) y formol (4 ó 6%), de
los elementos de colmena, naves apícolas y otros materiales que estén en contacto con la
abeja o sus producciones.
5. Una vez cumplido los aspectos comprendidos en los puntos del 1 al 4, para los
focos de Varroa aplicar medicamentos respetando las dosis y modo de empleo
señalados por el fabricante.
5.1. Utilizar un químico (producto de impacto) o un orgánico (producto tampón), en
dependencia de las tasas de infestación (> 5 %: químico y < 5 %: orgánico). Medir las
tasas de infestación en abejas adultas antes y después de los tratamientos varroicidas,
utilizando el método de De Jong, D. (1986), corroborados (de manera eventual) con el
diagnóstico de laboratorio de la Red Diagnóstica Veterinaria.
5.2. Medicar a manera de campaña diseñada, dirigida y adecuada por el Servicio
Veterinario de cada territorio, con medicamentos seleccionados y distribuidos por
personal veteinario y en coordinación con las asociaciones de productores, hasta alcanzar
tasas de infestación territoriales que permitan reducir la frecuencia de los tratamientos,
como máximo, a uno por año, desplazando los antiparasitarios de síntesis por orgánicos
eficaces.
5.3. Medicar las colonias comprendidas en las áreas focales y perifocales, sin dejar nichos
no tratados que propicien la reinfestación o se creen mosaicos epizootiológicos.
Todo este plan se complementa con las acciones siguientes:
1. Capacitación y extensionismo dirigido a cada uno de los actores de la cadena
productiva.
11. 2. Evaluación periódica de la ejecución, con mecanismos de retroalimentación por los
resultados de producción registrados por la Dirección Nacional de la Empresa de
Apicultura, el SIVE, por el monitoreo de los residuos por el Plan de Vigilancia para
Residuos Químicos y Sustancias Prohibidas, a tenor de la Directiva 96/23 CE, entre
otras.
3. Apoyo material y de gestión financiera para el productor y las instituciones estatales
responsabilizadas con la ejecución del programa de manejo integrado.
4. Inspección técnica de campo o visitas veterinarias asistenciales.
5. Apertura de centros de producción especializados en la crianza de abejas reinas de
calidad genética certificada, con la venta a los productores de más de
50 000 unidades por año.
6. Medidas punitivas a los infractores de las disposiciones Veterinarias contempladas en
el plan de manejo integrado.
En Cuba, desde que se reportó Varroa hasta la fecha, se alterna BAYVAROL
(ingrediente activo el piretroide flumetrina), con el orgánico APILIFE-VAR (timol,
mentol, eucalipto y alcanfor), este último, a partir de 1998, coincidiendo esta elección
con las sugerencias hechas por investigadores como Koeniger y Fuchs; 1995; Calis et al.,
1999 y Eguaras et al., 1999; los que propusieron alternar los tratamientos químicos con
aceites esenciales, ácidos orgánicos o sustancias hormonales de eficacia variable, pero
menos contaminantes. Los tratamientos adquiridos, por razones económicas cada año han
resultado inferiores a la población de colmenas registradas, hecho que si bien es cierto ha
impedido materializar de forma cabal la estrategia propugnada para este punto afectando
los resultados de control parasitario esperados, el solo hecho de no disponer de este
recurso, ha contribuido como consecuencia colateral a:
Eliminar las colmenas menos resistentes a Varroa.
Tengan los apicultores que prestar más atención a las medidas biotécnicas de
control y a las buenas prácticas de manejo, manteniendo de esta forma bajas tasas
de infestación.
Se observe una tendencia marcada a mantenerse las tasas de infestación en abejas
adultas por debajo del 5%, alargándose la medicación en determinadas zonas del
país a intervalos mayores a 2 años (o más) para colmenas productoras de miel
orgánica.
Se haya alargado la vida útil del piretroide sin presencia de residuos del producto
en la miel y la cera estudiada.
El Gráfico 1 recoge los resultados de las muestras investigadas para plaguicidas por el
Plan de Vigilancia para Residuos Químicos (1999-2007) y corrobora la manera en que se
ha preservado el riesgo de contaminación de la miel por varroicidas, no apareciendo
residuos del piretroide flumetrina, a pesar de utilizarse solo este químico por más de 8
años, producto que mantiene una eficacia de control de 98 % en la mayoría de los casos.
Los resultados de las muestras investigadas con igual fin para determinar residuos de
antibióticos se muestran en el Gráfico 2 (1999-2007). Estudios realizados Gómez, T.
(2008), concluyeron que la oxitretaciclina fue el antibiótico detectado con mayor
12. frecuencia durante los primeros años de implantado el programa de monitoreo (1998)
para el Plan de Vigilancia, coincidiendo el período de establecido el plan de manejo
integrado (pos Varroa), alcanzando concentración hasta de 120 µmg/kg. La miel
producida en la región central del país tributaria a la Planta de Beneficio de Sacti Spíritus,
representó la más frecuentemente contaminada, atribuido por ser el territorio donde se
localiza la mayor densidad de colmenas manejadas de manera moderna e intensiva,
relacionado con las violaciones de las buenas prácticas de producción y manejo y
adecuadas prácticas de manofactura, comprobando una tendencia hacia la disminución de
la presencia de residuos de sustancias químicas desde los primeros años de implantadas
las medidas sanitarias contempladas en este plan de manejo integrado, de conjunto con
las medidas punitivas impuesta a los infractores del Plan de Monitoreo para cumplir la
Directiva 96/23 CE. (Gráfico 3).
13. Gráfico 1. Residuos de piretroides 1999-2007*
12
10
8
6
4
2
0
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007
Fosforados Clorados Piretroides Carbamatos
Cipermetrina
* Plan de Monitoreo para cumplir la Directiva 96/23 CE. (Gómez, T. 2008).
15. Gráfico 3. Muestras positivas con antibióticos por regiones 1999-2007*
* Plan de Monitoreo para cumplir la Directiva 96/23 CE. (Gómez, T. 2008).
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20. 46. Vit, Patricia. 2005. La calidad de los productos apícolas comienza en el campo.
Apiterapia y Bioactividad. Departamento Ciencia de los Alimentos. Facultad de
Farmacia y Bioanálisis. Universidad de los Andes, Mérida. vit@ula.ve Venezuela.
Impreso.
21. ANEXO 1
MODELO DE LICENCIA VETERINARIA
MINISTERIO DE LA AGRICULTURA
INSTITUTO DE MEDICINA VETERINARIA
LICENCIA VETERINARIA PARA LA ESPECIE APÍCOLA
El Dr.(a): _______________________________ Médico Veterinario del Instituto de Medicina Veterinaria en el
municipio ____________________________, de la provincia ___________________________________ y
facultado(a) para emitir LICENCIA VETERINARIA por esta dependencia del Ministerio de la Agricultura, lo cual
consta asentado en Registro Oficial con folio No.__________, en uso de las facultades así conferidas, extiende
la
LICENCIA VETERINARIA NO._____________
para la tenencia de colmenas, a nombre del productor _______________________________, vecino
de_________________________________________________________________________________,
Propietario de ______________ colmenas, ubicadas en el (los) apiario(s) siguientes:
APIARIO COLMENAS**
Cuadrante de Máximo
No.* Nombre del apiario Reales
ubicación autorizado
* El número se corresponde con el Registro de Apicultores que obra en poder del IMV municipal.
** Consignar el número máximo de colmenas que se autorizan para ese emplazamiento y también
las colmenas que, en el momento en que se extiende la LICENCIA, se encuentran físicamente
en ese apiario. En los casos de más apiarios, anexar relación.
Se CERTIFICA que las colmenas fueron sometidas a inspección veterinaria, están libres de enfermedades
infecto-contagiosas que prohíban su tenencia, se mantienen bajo vigilancia sanitaria con la periodicidad que
establece el IMV para la explotación de abejas en el país; que el propietario cumple con las buenas prácticas de
manejo previstas para la especie y que, el lugar donde se autoriza el emplazamiento, fue analizado previamente
por la Comisión de Salud del Municipio, de acuerdo con la Dirección Provincial de Apicultura del Ministerio de la
Agricultura.
A los _______ días de ____________ del año _______, debiendo ser renovada en el mes de
____________________________________, del año _________.
___________________
Médico Veterinario
1. Renovado el día____ de__________del
año________.
Médico Veterinario
CUÑO
__________________________________
Firma y cuño
2. Renovado el día____ de__________del
año________.
Médico Veterinario
__________________________________
Firma y cuño
22. OBSERVACIONES
Se prohíbe la tenencia y explotación de abejas, cualquiera que sea su propietario, sin
el amparo de la Licencia Veterinaria la que abarca toda la apicultura que posea en
el municipio que la expide, constituyendo un documento personal e intransferible.
Esta Licencia Veterinaria tiene vigencia por un (1) año. Es responsabilidad del
propietario su renovación, mostrándola al inspector estatal que la solicite, según se regula
por el Decreto-Ley No. 137, el Decreto No. 181 y el Decreto No. 176, así como para
cumplir con las disposiciones sanitarias previstas por el Plan de Vigilancia para Residuos
Químicos vigente en el país, en correspondencia a la Directiva 96/23 del Consejo de la
UE.
Esta Licencia Veterinaria se extiende, cobra y controla por los funcionarios de la
Dirección Municipal del IMV donde se encuentran ubicadas las colonias. En aquellos
casos de productores con apiarios ubicados en varios municipios de una misma provincia
o de otra provincia del país, tendrá tantas Licencias como municipios y provincias
abarquen su apicultura.
El propietario queda comprometido a:
Mantener y cumplir las normas zootécnico-veterinarias establecidas para la especie
por el Ministerio de la Agricultura, las que, de ser violadas, pueden motivar la
suspensión de la presente Licencia Veterinaria.
Ubicar en el emplazamiento apícola tan solo hasta el número máximo de colmenas
que se fijan en la presente Licencia.
Solicitar a la Dirección Municipal del IMV que la emite, la autorización para trasladar
las colmenas de emplazamiento, enjambres, materiales apícolas o producciones,
traspasar su propiedad, fomentar o incrementar colmenas, modificándose la Licencia
si fuera objeto de variación por cualquiera de las causas aquí señaladas.
Solicitar a la Dirección Municipal del IMV que emite esta Licencia, la autorización
para introducir abejas reinas o material genético procedente de otras provincias o
municipios.
No utilizar antibióticos u otros medicamentos incluyendo varroicidas sin que
haya sido prescripto por el Médico Veterinario del Servicio Veterinario del IMV o de
la Dirección de Apicultura, cumpliendo las indicaciones de uso que se señalen e
identificar la miel, cera y otros productos de la colmena que procedan de las colmenas
tratadas.
Permitir y colaborar con el muestreo sanitario de las familias de abejas que oriente el
IMV, tanto para la vigilancia epizootiológica, como para la confirmación diagnóstica.
Ante la presencia de enfermedades exóticas graves u otras patologías endémicas que
por su cuadro clínico comprometa la especie, someter a las familias de abejas a
sacrificio sanitario si así se considerara y prescribiera por el especialista del Servicio
Veterinario del IMV facultado.
Notificar a la Dirección Municipal del IMV donde se ubican las familias de abejas,
cualquier sospecha de enfermedad en las abejas y sus crías, así como la muerte
masiva de abejas adultas por causas desconocidas.
23. Anexo 2
RELACIÓN DE LAS PRINCIPALES REGULACIONES LEGALES QUE EN
CUBA RESPALDAN EL DESARROLLO APÍCOLA SOSTENIBLE
1. Ley No. 41 de la Salud Pública, del 13 de julio de 1983.
2. Ley No. 81 Ley del Medio Ambiente, del 11 de julio de 1997.
3. Decreto-Ley No. 54 relativo a las Disposiciones Sanitarias Básicas, del 23 de abril de
1982.
4. Decreto-Ley No. 137 de la Medicina Veterinaria, del 19 de abril de 1993.
5. Decreto No. 139 Reglamento de la Ley de la Salud Pública, del 22 de febrero de
1988.
6. Decreto No. 176 Protección a la Apicultura y a los Recursos Melíferos y sus
Contravenciones, del 22 de octubre de 1992.
7. Decreto No. 181 sobre las Contravenciones de las Regulaciones sobre Medicina
Veterinaria, del 17 de abril de 1993.
8. Resolución Conjunta No. 1/99, del 25 de mayo de 1999.
9. Resoluciones Nos. 222/84 y 223/84 del Ministerio de la Agricultura que crea el
Registro General de Medicamentos de Uso Veterinario Nacionales y de Importación,
y dicta sus Reglamentos respectivos, del 20 de octubre de 1984.
10. Resolución Conjunta del MINSAP-MINAG (Ministerio de Salud Pública y
Ministerio de la Agricultura), del 23 de marzo de 1987.
11. Resolución No. 887/89 del Ministerio de la Agricultura.
12. Norma Cubana 29-04:1985. Plaguicidas. Registro de Plaguicidas.
13. Resolución No. 3/92 del Instituto de Medicina Veterinaria.
14. Manual de Salud Apícola. 1992. Instituto de Medicina Veterinaria. MINAG. Cuba.
15. Manual de Apicultura. Edición electrónica. (Estación Experimental Apícola).
24. Anexo 3. ESTRUCTURA DE ATENCIÓN VETERINARIA A LA APICULTURA
Ministerio de la Agricultura
INSTITUTO DE MEDICINA GRUPO EMPRESARIAL (GEAM)
VETERINARIA (IMV)
EMPRESA DE APICULTURA
Con un Médico Veterinario Principal
Dirige y controla el trabajo
que a través de la Dirección de la
veterinario a través de la
Estación de Investigaciones Apícola,
subdirección de Epizootiología y
vinculada a su vez con la Dirección
el “Centro de Referencia para las
Nacional de Apicultura, cumple y
Enfermedades de las Abejas”,
hace cumplir el trabajo veterinario
adscrito a la Dirección General
con la especie, apoyándose para ello
del IMV, apoyándose para ello en:
en:
La red nacional de laboratorios de
diagnóstico y bromatológicos.
Un Médico Veterinario especialista para Un Médico Veterinario en
la atención a la apicultura en cada cada una de las
dirección provincial. Organizaciones Económicas
Estatales provinciales
Un especialista apícola para la
asistencia veterinaria municipal Técnicos veterinarios u obreros
calificados que a instancia de las
Técnicos veterinarios que en los UBPC, Centros de Crianza de
Consejos Populares dan cobertura Abejas Reinas y de producción de
de asistencia a la especie. Jalea Real, dan cobertura de
asistencia veterinaria a la
especie.