Tema 4 Rocas sedimentarias, características y clasificación
Dirección y producción de medios audiovisuales
1. Dirección y producción de medios audiovisuales
Denominamos como medios audiovisuales a aquellos medios de comunicación
masiva que apelan a la utilización de los sentidos de la vista y el oído para
transmitir sus mensajes. Es decir, los medios audiovisuales combinan imágenes
y sonido, y por caso, el receptor puede ver y escuchar el mensaje en cuestión.
Entre los medios audiovisuales más destacados se cuentan la televisión, el cine
e internet, quien se ha incorporado a la categoría en las últimas décadas.
Cabe destacarse que los medios de comunicación son aquellos instrumentos a
partir de los cuales se puede concretar el proceso de comunicación.
Sin dudas, ha sido la incorporación del sonido al cine, en el año 1920, el hecho
que marcó el comienzo de esta combinación. Como sabemos, hasta ese
momento solamente era posible ver imágenes a través del séptimo arte,
conocido popularmente como cine mudo, que actores como Charles Chaplin
hicieron tan populares. Lo máximo que se había hecho en ese sentido hasta
aquel entonces era la presentación de orquestas en vivo que musicalizaban la
película muda y así le aportaban sonoridad.
En tanto, estos dos universos que unían, imagen y sonido, traerían una
multiplicidad de novedades y también de nuevos conceptos. Por ejemplo a la
acción de integrar el sonido con la imagen se la denomina como montaje.
Ambos, sonido e imagen pueden plasmarse en diversos soportes, tal es el caso
de una cinta, un DVD, un CD, entre otros, que justamente permiten almacenarlos
de manera simultánea.
Cuando la imagen y el sonido se unen se estará creando una realidad sensorial
original que disparará diversas experimentaciones como ser: la
complementariedad (ya que cada uno aporta su singularidad), la armonía (a cada
sonido le corresponderá una imagen que lo acompaña) y el refuerzo (porque los
significados que cada uno per se expresa se ven potenciados por la
combinación).
Lo que percibimos es la luz. Vemos a través del ojo, que solo distingue una parte
del espectro electromagnético (distinta para los humanos y para otros animales,
que pueden ver rayos ultravioletas o infrarrojos). El ojo recibe los estímulos de
los rayos de luz procedentes del entorno que atraviesan el cristalino incidiendo
en la parte posterior del ojo conocida como retina. Allí estimulan unos foto-
receptores (bastones y conos, estos de tres tipos diferentes, sensibles a tres
2. longitudes de onda distintas que permiten ver en tricromía -hay animales con
mayor o menor número de tipos para tal combinación, y una enfermedad humana
llamada acromatopsia que proviene de la carencia de ellos-) que
envían impulsos nerviosos a través del nervio óptico hacia la corteza
cerebral relacionada con la visión, creándose así las imágenes que
efectivamente vemos. Dado que cada uno de nuestros ojos tiene una visión
levemente diferente de un objeto, nuestro cerebro debe encargarse de fusionar
las imágenes para crear un efecto tridimensional (estereoscópico),
permitiéndonos percibir la profundidad y la distancia. Este proceso es
instantáneo. En la retina, además, se da un fenómeno conocido
como persistencia retiniana, que permite crear la sensación
de movimiento aunque realmente lo percibido sea una sucesión de imágenes
fijas a una determinada velocidad.
Cuando vemos, captamos las formas y colores de los objetos, de modo que uno
de los muchos procesos que se ponen en marcha en nuestro cerebro es el de
dotar a esa información de sentido y de esa forma reconocerlos. Si lo que vemos
coincide con alguno de los esquemas o patrones almacenados en
nuestra memoria, reconoceremos el objeto; pero si no lo hemos visto antes,
podemos seguir observándolo por más tiempo y crearemos en la memoria
un patrón de reconocimiento para ese objeto. Tales patrones son flexibles, no
describen una forma o imagen concreta.
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