¿Sabías que 2,5 veces es el promedio mundial de intentos, antes que una persona que emprende consiga tener éxito? Y de algo tan natural como el proceso de prueba –error-aprendizaje-avance, hemos construido sin embargo, una especie de estigma, producto más de la mirada propia que de la mirada ajena en cuanto que no sepamos gestionarlo a nuestro favor.
2. “El fracaso no te sobrecogerá nunca si tu determinación para
alcanzar el éxito es lo suficientemente poderosa”.
Del libro “El vendedor más grande del mundo” de Og Mandino.
3. ¿Sabías que
2,5 veces es
el promedio mundial
de intentos, antes
que un emprendedor
consiga tener éxito?
Y de algo tan natural como el proceso
de prueba-error-aprendizaje-avance,
hemos construido una especie de es-tigma,
simplemente por desconocer
cómo gestionar cada evento a nues-tro
favor.
4. Todas las personas “padecemos”
esa necesidad de etiquetar y eti-quetarnos
según el resultado de
nuestras acciones ¿qué quiero de-cir?
Que si tomamos la decisión de se-pararnos,
nos autodefinimos como in-solventes
emocionales; si nos va mal
en muchos exámenes seguidos, sen-timos
que nos hemos equivocado de
carrera; si nos desborda una situación
familiar, nos creemos malos padres; y
si nos va mal en un emprendimiento,
nos sentimos fracasados. Y a veces
cargamos con esas etiquetas años y
años impidiéndonos crecer y crear, vi-vir
en suma.
5. NO OBSTANTE,
NADA MÁS LEJOS.
La vida es un continuo de situaciones de
las que podemos siempre aprender algo y
de nosotros dependerá capitalizarlas co-rrectamente
para de este modo ampliar y
hacer crecer nuestras fortalezas y habili-dades.
Por supuesto, no me refiero única-mente
a los “fracasos”, también hablo de
los “éxitos”, de las tristezas y de las ale-grías,
porque a partir de todos los estados
siempre es posible construir y reconstruir.
6. Y refiriéndonos ahora sí a estos “fracasos” en
el proceso del emprendedor, es fundamental
entender que no son exclusivos de nadie y
que fracasar no nos convierte en fracasados.
7. ¿Sabes quien nunca
“fracasará” emprendiendo?
Quien nunca lo intenta, quien nunca
tiene la valentía, la fuerza y la pasión
de querer construir sus proyectos.
Quien deja sus proyectos
en el fondo del cajón;
¿NO SERÁ ESTO REALMENTE
UN “FRACASO”?
8. LLAMEMOS A LAS
COSAS POR SU
NOMBRE .
Un emprendimiento fallido no es ni más
ni menos que una experiencia, un apren-dizaje
que nos permitirá prepararnos
mejor para lo que vendrá y para no come-ter
los mismos errores. Lo que llamamos
fracasos son resultados no esperados-deseados
sobre los que podemos decidir
y actuar de maneras muy diferentes; ade-más
de obtener valiosísimas conclusiones.
10. Cada cosa que hacemos,
cada paso que damos,
nos enriquece, nos mo-difica,
nos hace avanzar
en alguna dirección,
y ello implica que siempre tenemos la posibili-dad
de cambiar de rumbo, de renovarnos y de di-rigirnos
a las metas que nos hayamos propues-to.
En esta idea, los fracasos no existen, existen
las experiencias de las que podemos aprender.
11. Y aprender según nuestra
vivencia, no según la opi-nión
de los demás.
Porque siempre estará quien, además de etique-tarse,
disfrute poniéndole título a cualquier per-sona
o situación que le rodee. Si escuchamos
la voz ajena más que la propia, terminaremos
viviendo según la expectativa de otras perso-nas
(además de regodeados en la frustración).
Desequilibrio puro.
12. Ahora bien, si nos detenemos a enfocarnos
en nosotros mismos y en re-emprender
para desarrollar y mejorar la idea ori-ginal,
habremos dado un paso inicial im-portante.
Aunque no es el único paso nece-sario,
cuidado.
Muchas personas emprendedoras que
no han tenido una buena experiencia
en el objetivo, suelen caer en dos ex-tremos:
desistir definitivamente o re-tomar
bajo la premisa “a todo o nada”.
Y esto no es un juego.
Aquí, la mejor decisión es ponernos en
manos de un profesional que nos de he-rramientas,
para aprender de la expe-riencia
y acompañarnos en la vivencia.
14. Necesitaremos iniciar un proceso para aprender
a romper con creencias que además de estar a un
abismo de la realidad, nos desmoronan absurdamente
el ánimo y la confianza. Para recuperar la confianza
en nuestras fortalezas, para quitarnos etiquetas
autoimpuestas y demoledoras, y sustituirlas por
aquellas que nos hagan disfrutar avanzando a
nuestras metas.
Así nos lo asegura Enedina, quien desde
hace mucho tiempo acompaña a las
personas a re-aprender y a sostenerse
en este hermoso camino de emprender.
15. Entre otras cosas, nos acompañará
para que podamos resolver muchos
de nuestros interrogantes, por ejemplo:
16. ¿El rumbo que quiero tomar
es el mejor que puedo tomar?
¿Cómo tomo las decisiones?
Estoy errante, me dejo llevar,
demasiado emocional/racional.
¿Por qué hago lo que hago
y no se me ocurren otras cosas?
17. ¿De qué manera puedo mantener
la motivación y el entusiasmo
cuando ante un síntoma de que
algo anda mal me dan ganas de
claudicar inmediatamente?
¿Cómo planificar
y no caer en la reacción?
¿Cómo ser flexible ante
el cambio? ¿Cómo saberlo?
18. Como decía Séneca:
No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles,
pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas.
Cada uno es lo que quiere ser y el es el creador de todo lo que le sucede.
19. RE-EMPRENDER
el arte de capitalizar
la experiencia.
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