El calentamiento global puede aumentar las enfermedades transmitidas por el agua al hacer que los océanos, lagos y ecosistemas costeros sean más propensos a las floraciones de algas tóxicas y la multiplicación de bacterias nocivas. Estudios de la NOAA y la Universidad de Georgia han demostrado que el cambio climático estimula el crecimiento de algas y bacterias dañinas, lo que puede causar intoxicaciones e infecciones en humanos.