2. Hubo una vez, en algún rincón del planeta
tierra, un hombre que gozaba de todos los
placeres que la mente se pueda imaginar y
un ser humano pueda disfrutar; manjares
exquisitos, viajes impresionantes, mujeres
sirviéndole como el REY que era, joyas
preciosas y exuberantes… en fin, disfrutaba
de todo lo bello de la vida, la gente le
estimaba mucho y deseaban disfrutar la vida
de ese gran personaje.
3. Este, había nacido en una tierra muy
próspera, llena de lindos paisajes, muy
fértil, de abundante riqueza natural y
mucha bendición; había también en dicha
tierra, un hombre pobre, que se dedicaba
a la agricultura y a cuidar animales del
campo para poder subsistir él y toda su
familia.
4. El pobre, al pasar por el palacio del REY,
se dijo a sí mismo: ¡MIRA! Qué vida más
digna la que lleva ese hombre, nada más
date cuenta de cómo ha luchado por ganar
todo lo que ahora disfruta y prácticamente
tiene su vida resuelta, tiene “SALUD”,
“DINERO” Y “AMOR”.
5. Le reprochó su interior otra vez: Acaso te
vas a quedar conforme con lo que tienes,
¿acaso no lucharás por darle a tus hijos y
tu mujer, todo lo que el REY le da a los
suyos y a sus sirvientes?, vamos le dijo,
lucha y no te acobardes por
lograrlo…reflexionó y dijo, lucharé por
alcanzar todo lo que el REY ha logrado y
poder asegurarme un mejor estilo de vida.
6. Un día, el rico se preguntó a sí mismo,
¿A caso no te satisface el poder estar con
tanta mujer se te plazca?, ¿No te llenan el
estómago, tantos manjares exquisitos y
suculentos que te preparan en el palacio?,
¿Será que ya no te apasionas por las
joyas más extravagantes que tienes en tu
cofre?;
7. el mismo se increpó… ¡ NO ! porque siento
un gran vacío al haber perdido el verdadero
AMOR de la mujer que en realidad me
amaba, siento un gran pesar por ver a mis
hijos que son tan vacíos de su corazón, no
sienten más que cariño por mi persona, aman
más sus caballos, sus vestimentas y
diversiones que a éste pobre viejo…ehh..
Hace años eras tan JOVEN…MIRATE
HOY… Tan viejo e infeliz, sólo y destrozado.
8. El hombre rico lloró amargamente, sufría
de la tristeza de estar solo; sin su mujer,
sus hijos e hijas; ninguna cosa material
le había llenado como él creía y esperaba,
se fue muriendo lentamente, causa de sus
acciones y decisiones, no sin antes
reprocharse que mejor hubiera llevado una
vida “tranquila y sin ataduras”
9. El hombre rico dijo para sí mismo: “Tanta
fama, tanta fortuna, tantas cosas
materiales”… pero que vacío se siente en
el corazón… Vah! Qué más da, las
personas al menos me estiman, que mejor
que eso. Ellos no saben lo que sufro.
10. El pobre decidió: Desde hoy lucharé por
alcanzar todas mis metas, llenaré mi casa
con ricos manjares, graneros llenos, la
mejor ropa para mis hijos y todo aquello
que siempre soñé.
11. Así comenzó la travesía del hombre pobre
entre buscar la felicidad financiera… Años
pasaron, en cierta forma fue acumulando
riqueza, fama, poder y el tiempo pasó
como una lluvia pasajera y efímera.
12. El pobre llegó a tener tanta fortuna como nunca
había tenido, sin embargo, su salud se
deterioraba, sus amistades eran superficiales, sus
hijos se olvidaron de él ya que se fueron lejos a
países lejanos por una mejor vida y una mejor
educación, su mujer se fue volviendo vana y
altanera, más amante de las cosas que de las
personas… y así, toda la vida de humildad, cariño,
amor de familia y amistad sincera se fue
esfumando como el agua que corre del río hacia el
mar.
13. Ambos hombres llegaron a su vejez, solos,
abandonados, enfermos y desesperados y
jamás conocieron las palabras de vida
eterna, nunca nadie les hablo del camino
del bien y que había alguien que dio su
vida para darles la vida eterna.
14. Un hombre que era verdaderamente rico,
hijo de DIOS, de casta real, se humilló a lo
sumo para dar vida eterna a todo ser
humano sobre la faz de la tierra.
15. Ese hombre que dejó su trono de REY para venir
a la tierra y dar la vista a los ciegos, sanar a los
enfermos, limpiar a los leprosos, hacer escuchar a
los sordos y hacer caminar a los paralíticos, ese
hombre, con unos cuantos panes y unos pescados
alimento multitudes, resucito a los muertos, liberó
a los cautivos y endemoniados y jamás se jacto
por tantos milagros y prodigios, jamás reclamo sus
derechos como ser humano, sin embargo, cumplió
al pie de la letra cada palabra pronunciada,
porque es el nombre sobre todo nombre.
16. Ese hombre dijo las palabras más
profundas de la historia y que hoy por hoy
todo ser humano sobre la faz de la tierra
debe considerarlas para no perder su
alma:
De qué le sirve al hombre ganar el mundo
entero, si pierde su alma.
San Mateo 16,26
17. Hay que ser felices con el pan de cada
día, la mujer del hogar, el vestido
necesario, una casa digna y todo aquello
que en lo posible nos mantenga con los
pies en la tierra.
Ese hombre se llama “JESÚS”