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Honestidad

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28 May 2012
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Honestidad

  1. La importancia de la honestidad 14/07/2008 21:07 por Álvaro J. Iradier La honestidad en internet... Me siento con ganas de filosofar, y lo que me ha sucedido hoy me ha animado a escribir esta entrada. Tal vez alguien pueda pensar lo contrario, todos nos hemos ganado alguna enemistad, pero en general me considero una persona honesta, y me gustaría que los demás fueran así conmigo. Hace no mucho tiempo, un reportaje con cámara oculta en el programa El Intermedio nos mostraba la reacción de varios personajillos y personajillas cuando el kioskero de turno les devolvía una cantidad de dinero extra con el cambio de una compra. Si bien es cierto que el reportaje estaría bastante forzado, y se enseñarían únicamente los peores casos, fue triste comprobar como varias personas no sólo se quedaban con ese dinero que no les corresponde, sino que además respondían de forma maleducada y grosera cuando, pillados in fraganti, la reportera les preguntaba por su actuación. Hoy, vendiendo un material informático de segunda mano, me han dado 10€ de más. La verdad que ni me he dado cuenta hasta llegar a casa y sacar el dinero. Pero lo primero que he hecho ha sido escrbir al comprador y comentarselo. 10€ arriba o abajo no van a ninguna parte (ni aunque fuera más dinero, no me van a hundir en la pobreza ni hacerme rico), pero el quedar bien con alguien, y ser bien valorado, no tiene precio. Mucho más tiempo atrás, esta vez con temas inmobiliarios y de alquileres, una persona nos defraudó bastante. No entraré en detalles, pero por romper un acuerdo, yo y otra persona tuvimos que perder bastante dinero. Podríamos haber perdido menos dinero porque teníamos la fianza, un dinero que había que devolver, pero del que podríamos habernos apropiado como compensación por otras deudas. Tal vez hubiera sido ¿justo? quedárnoslo. Así opinaba casi todo el mundo. Pero nuevamente, prefiero perder dinero, a darle la más mínima razón a cualquier
  2. persona, por injusto que sea, o equivocado que esté, para que pueda hablar mal de mí, y decir que le he robado un sólo céntimo. Si todos pensáramos así, tal vez estas cosas no pasarían, y los malos rollos provocados por el miserable dinero se arreglarían gastándolos en una cena o unas cervezas, y echar unas buenas risas, en lugar de tanta discusión. Tres grandes males de esta sociedad: la deshonestidad, la hipocresía, y ser maleducado. Otro día me explayaré sobre estos temas. Poderoso caballero es don dinero. El día es para los hombres honestos, la noche de los ladrones. Euripides La honestidad. Ser honesto es ser real, auténtico, genuino. Ser deshonesto es ser falso, ficticio, impostado. La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás. La deshonestidad no respeta a la persona en si misma ni a los demás. La honestidad tiñe la vida de apertura, confianza y sinceridad, y expresa la disposición de vivir en la luz. La deshonestidad busca la sombra, el encubrimiento, el ocultamiento. Es una disposición a vivir en la oscuridad. La deshonestidad no tendría ningún papel en un mundo en que imperara la realidad y estuviera habitado por seres humanos plenamente conscientes.
  3. Desgraciadamente, debemos de convivir con la deshonestidad. Los humanos, abrigamos una variedad de tendencias e impulsos que no armonizan espontáneamente con la razón. Los seres humanos necesitan práctica y estudio para convertirse en personas benévolas en las que retomar la chispa divina de la que emergimos. En ese intento hacen muchas cosas que la prudencia les aconseja ocultar. Mentir es una “fácil” herramienta de ocultamiento y, cuando se emplea a menudo, pronto degenera en un vicio que arrastra hacia lo contrario. La honestidad es de suma importancia. Toda actividad social, toda empresa humana que requiera una acción concertada, se atasca cuando la gente no es franca. La honestidad no consiste sólo en la franqueza, la capacidad de decir la verdad, sino en la honestidad del trabajo honesto por una paga honesta. ¿Cómo se cultiva la honestidad? Como la mayoría de las virtudes, conviene desarrollarla y ejercitarla en armonía con las demás. Cuanto más se ejercita, más se convierte en una disposición afincada. Pero hay una respuesta rápida que se puede dar en tres palabras: tomarla en serio. Se debe reconocer que la honestidad es una condición fundamental para las relaciones humanas, para la amistad, para la auténtica vida comunitaria. Pero se debe tomar en serio por sí misma, no “como la política más conveniente”. Hay una gran diferencia entre tomar en serio la verdad y no dejarse pillar. Los padres a menudo decimos “que no te pille de nuevo”, y es comprensible, pero una vida buena y honesta es más que eso. El desarrollo moral no es un juego de
  4. “píllame si puedes”. Conviene concentrarse en lo que importa de verdad, la clase de persona que uno es, y la clase de persona que uno quiere ser. No hay medias tintas con la honestidad. La pregunta Si el mundo entero fuera como tú (ni una pizca mejor), si fuera igualmente puro y franco, tan puro y franco como tú, igualmente libre de malas intenciones, de extorsiones y engaños, de planes para burlar al prójimo, de planes para engañar al prójimo, de planes para aplaudir al desalmado... ¿sería mejor el mundo? Si el mundo entero te siguiera (al pie de la letra) ¿sería un mundo más noble, totalmente despojado de engaños y falsías, la malicia, el egoísmo y la lujuria se borrarían bajo esa costra que cubre el corazón humano? Dime, si a ti te imitara, ¿sería mejor el mundo? BUSCA LA VERDAD EN TI MISMO ANTES DE BUSCARLA EN LOS DEMÁS. Desde ahí, uno empieza a entender la realidad de la honestidad. Honestidad en el Trabajo Miércoles, 25 de agosto de 2010Dejar un comentarioIr a comentarios Hay que considerar algo que no nos sorprende: la inseguridad en el trabajo y el stress financiero pone presión en la ética de los empleados.
  5. Lo que sí es sorprendente y preocupante es el alto porcentaje de empleados que afirman que harían algo deshonesto para conservar sus trabajos. Si esto es cierto, los gerentes deben de estar muy atentos. A continuación, algunas acciones típicamente deshonestas a las que hay que poner atención: · Tomar crédito por algo que no se hizo. Para prevenir que los rivales tengan éxito, los empleados pueden no mencionar, o minimizar sus contribuciones. Por ejemplo, suponga que asigna a dos empleados a trabajar en una tarea. Posteriormente, pregunta a uno de ellos como estuvo. El empleado dice, “Muy bien. Llamé a 10 personas, junté la información y la organicé para la revisión. Luego, Laura le dio una revisara rápida y terminé.” Si usted no está escuchando con atención, puede perderse el hecho de que Laura hizo muy poco, aunque generalmente trabaja muy duro. Ponga atención a estos detalles y no los deje del lado. Pregunte específicamente qué fue lo que hizo Laura y luego pregúntele a Laura. · Culpar a otros. En este caso el trabajador minimiza su participación en un error o falta de avance y culpa a su compañero. De nuevo, la mejor respuesta a cualquier cosa que suene tendenciosa es dar seguimiento con preguntas acerca de quién hizo qué y revisarlo con todas las partes involucradas. · Esconder o falsificar información. Para sabotear a la competencia, un empleado puede proporcionar información que sea inexacta o incompleta. Si los resultados le parecen malos y el empleado que recibió la información le dice que él siguió los procedimientos usuales, busque la información original. Si está diferente, comience su investigación con el empleado que la proporcionó. · Retrasar la acción. Los empleados se pueden también sabotear entre ellos bajando deliberadamente el ritmo de trabajo. Un truco común es el ir estrictamente con el procedimiento, solicitando cambios y aprobaciones superfluas. Si los empleados reclaman, no responda automáticamente “las reglas son las reglas”. Revise quién es el que está abusando de ellas y porqué. Dos tácticas pueden ayudar cuando sospecha que los empleados se están saboteando entre ellos. Primero, permanezca involucrado en el día-a-día de sus empleados, no micro-administrar sino monitorear consistentemente. Segundo, sea muy claro en cuanto a la honestidad e integridad en el trabajo. Cuando los empleados se enteran que la trampa será detectada, se vuelve muy riesgoso y la presión para hacerlo disminuye.
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