Desarrollo del lenguaje.
Se llama desarrollo del lenguaje (o adquisición de la lengua materna) al
proceso cognitivo por el cual los seres humanos haciendo uso de su
competencia lingüística innata,1 aprenden a comunicarse
verbalmente usando la lengua natural (donde nacen) usada en su entorno
social al momento de su nacimiento y durante su infancia hasta la pubertad.
En efecto, este proceso está cronológicamente limitado ya que sucede
principalmente dentro de lo que Jean Piaget describe como 'Período
Preoperatorio' o 'período crítico', o sea durante los primeros 4 o 5 años de
vida del niño.
Desarrollo del lenguaje.
En la mayoría de los seres humanos esto se da principalmente durante los
primeros cinco años, especialmente en lo que se refiere a la adquisición de
las formas lingüísticas y de los contenidos. Durante estos primeros años
tiene lugar un aprendizaje a gran velocidad y se adquieren los elementos
básicos y sus significados. Antes de la adolescencia ya se han consolidado la
inferencia pragmática y la capacidad para entender enunciados no literales
(irónicos, sarcásticos, etc.). Los primeros años constituyen el período
fundamental, aunque el desarrollo del lenguaje se prolonga mucho más allá
de los primeros años.
Descripción del desarrollo.
La descripción de las características de desarrollo del lenguaje comprende tres
dimensiones básicas:
La forma, es decir, detallando el orden cronológico de la adquisición de los diferentes
sonidos, el aumento del léxico y del conjunto de formas y morfemas gramaticales, a
medida que el niño avanza en la adquisición del lenguaje.
El contenido, es decir, describiendo qué significado, qué restricciones y qué
intencionalidad tienen las emisiones por parte del niño,
El uso, que se refiere básicamente a la adecuación pragmática y la pertinencia de las
emisiones en cada contexto.
El lenguaje.
El lenguaje es un sistema de comunicación estructurado para el que existe
un contexto de uso y ciertos principios combinatorios formales. Existen contextos
tanto naturales como artificiales.
La comunicación indica una característica común a los humanos y a otros
animales para expresar experiencias mediante el uso de señales y sonidos
registrados por los órganos de los sentidos. Los seres humanos desarrollan un
lenguaje simbólico complejo que se expresa con secuencias sonoras y signos
gráficos. Por su parte, los animales se comunican a través de signos sonoros,
olfativos y corporales que en muchos casos distan de ser sencillos.
Lenguaje humano.
El lenguaje humano se apoya en la capacidad de comunicarse por medio
de signos lingüísticos (usualmente secuencias sonoras y signos gráficos, pero
también con gestos en el caso de las lenguas de señas). En cuanto a su
desarrollo, el lenguaje humano puede estudiarse desde dos puntos de vista
complementarios: la ontogenia y la filogenia. La primera analiza el proceso por el
cual el ser humano adquiere el lenguaje, mientras que la segunda se encarga de
estudiar la evolución histórica de una lengua.
Comunicación animal.
La comunicación animal se basa en el uso de señales visuales, sonoras y olfativas,
a modo de signos, para señalar a un referente o un significado diferente de
dichas señales. Dentro de las formas de comunicación animal (popularmente
denominadas lenguaje animal) están los gritos de alarma, el lenguaje de las
abejas, etc.
Lenguajes formales.
Los lenguajes formales son construcciones artificiales humanas que se usan
en matemáticas y otras disciplinas formales, incluyendo lenguajes de
programación. Estas construcciones tienen estructuras internas que comparten
con el lenguaje humano natural, por lo que pueden ser en parte analizados con
los mismos conceptos que este.