2. Erick Malpica Flores
Cuando la sensibilidad inunda las 280 páginas
que componen un libro, cuando los
sentimientos más profundos de un personaje
se instalan en tu propio yo y cuando una
historia de amor, trascendental donde las haya,
perdura a lo largo del tiempo, te invita a la
reflexión y te hace partícipe de una historia
que nada tiene que ver con la tuya, pero que
sin embargo, te sientes identificado en cuanto
a sentimientos y sensaciones se refiere,
entonces podrás decir que su lectura te ha
llegado y mucho.
3. Erick Malpica Flores
“Llámame por tu nombre” es la historia de
Elio y Oliver durante la Riviera Italiana de
los años 80. El verano, el calor, el mar, las
sobremesas, las siestas, el primer amor, el
descubrimiento sexual, las emociones a flor
de piel y el deseo prohibido es lo que vamos
a encontrar en una fulgurante y emocional
historia homosexual entre dos inolvidables
personajes. Te enamoras de ellos por igual,
sientes lo que ellos sienten, dudas de lo que
ellos dudan, vives lo que ellos viven y sufres
por ese amor prohibido que te quita el sueño.
4. Erick Malpica Flores
La atracción física que sienten hacia el otro es directamente
proporcional al deseo sexual que manifiestan en cada
mirada, gesto y conversación, por mínima que sea. ¿Cómo
diferenciar amistad de algo mucho más intenso? ¿Cómo
hacerle saber a alguien que mueres por el roce de su piel,
que tiemblas con sólo sentir su presencia y que enloqueces
cuando no lo tienes cerca? Pues todos estos sentimientos a
flor de piel son lo que Elio necesita revelar a Oliver.
Sensaciones que a los diecisiete años se manifiestan como
todo un torrente de inseguridades propias de la edad, pero
que se vuelven a manifestar a lo largo de toda una vida. (Y
nunca deberíamos dejar de sentirlas).
5. Erick Malpica Flores
La excelente ambientación en la que se
desarrolla la historia, su brillante y cuidada
prosa, sus personajes perfectamente definidos,
la intensidad de los profundos y poéticos
pensamientos, así como las respuestas de
Oliver cuando éste es capaz de abrirse y
mostrarle lo que siente, provocan una oleada
de sensaciones tan palpable en el lector, que se
instalan directamente en su corazón.
