Este documento discute los efectos negativos de la hipersexualización infantil causada por la publicidad, los medios y la cultura. La sexualización prematura de niños y niñas a través de ropa, comportamientos y mensajes los puede dañar psicológicamente, reduciendo su autoestima y salud mental. Expertos recomiendan que los padres supervisen el contenido al que los niños acceden para proteger su desarrollo saludable.
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Hipersexualización infantil y publicidad
1. Hipersexualización infantil y
publicidad
Por Carlos Bonilla 7-01-2020
El constante ataque mediático vía la
publicidad contribuye en gran medida a
sexualizar a los pequeños. Desde principios
de esta década surgieron expresiones,
posturas y códigos de vestimenta para
infantes, que por ser prematuros definieron el
concepto hipersexualización.
Los niños aprenden a formarse como
personas mediante la imitación. Por lo tanto,
es esencial que tengan a su disposición modelos a imitar que no promuevan o
faciliten la sexualización en edades tempranas.
En el año 2001 la asociación inglesa Mother’s Union publicó un informe en el
que por primera vez se definió la sexualización infantil como “la sexualización
de las expresiones, posturas o códigos de vestimenta en niños y niñas menores de
edad”. También denunció la utilización y sexualización de menores en
publicidad, considerándola “sumamente peligrosa para el desarrollo de los
niños”.
Los niños tienen libre acceso a dispositivos electrónicos sin la supervisión de los
padres. No tienen la madurez necesaria para procesar la información que reciben.
A nivel general, la sexualización o hipersexualización se basa en otorgar un valor
social a la persona, el cual va en relación con nivel de deseo sexual que esta
despierte. Ello significa que a una persona considerada como sexualmente
deseable o atractiva se le atribuye directamente un mayor valor o prestigio social
que una que no.
Por desgracia, este fenómeno se observa cada vez más y más en niñas y niños de
edades tempranas. La Asociación Americana de Psicología (APA) denunció esta
propensión a hipersexualizar a los menores en un documento publicado en el año
2007. En él se advertía de los riesgos de esta sexualización infantil, la cual
traslada el nocivo mensaje: a mayor nivel de erotismo, mayores beneficios y
éxito social.
Es común ver casos en los que los niños y niñas integran como propios una serie
de patrones de comportamiento y valores personales que no se ajustan a su rango
de edad, los cuales tienden a representar una falsa madurez y a priorizar el
aspecto físico y la atracción por delante de todo.
2. Aunque la hipersexualización puede verse reflejada tanto en niños como en
niñas, esta tiende a afectar más a estas últimas. En los últimos años se ha podido
observar un incremento de la sexualización infantil femenina. Ejemplo de ello
son las numerosas campañas publicitarias, los concursos de belleza infantiles o
los centros de belleza para niñas.
Aunque ya en 1955 Nabokov conmocionó a la sociedad con su novela Lolita, los
concursos de belleza infantiles tan afamados en los Estados Unidos, la
publicidad, los medios, la música o la reciente moda de los centros de estética
para niños y niñas han generado en los últimos años una corriente imparable de
sexualización de la infancia.
Isabel Rovira Salvador, en su blog divulgativo Sexplícitamente Hablando, dice
que esta tendencia puede acarrear gran número de consecuencias y efectos
indeseados tanto en el plano social como a nivel individual en cada niño y niña.
Asegura que “los principales aspectos que se ven afectados por la sexualización
son tanto la imagen personal como la autoestima de los menores. Durante estas
etapas, los niños y niñas forjan su identidad personal y desarrollan el amor
propio.
Cuando este desarrollo se ve condicionado por lo valores y tendencias de la
sociedad, como pasa en este caso con la sexualización infantil, los niños tienden
a apreciarse y a otorgarse un valor específico según su atractivo físico. El cual es
comparado con la idea que transmiten los medios de lo que es socialmente
deseable o hermoso. Como consecuencia, la autoestima se forja con base en ideas
superficiales, temporales e irrealizables; formando personas inseguras, con una
baja autoestima, frágiles y muy susceptibles a la opinión ajena. Además -agrega-
los intentos constantes por conseguir el aspecto ideal en relación con lo
socialmente aceptado, genera unos niveles de frustración tan altos que pueden
llegar a desencadenar alteraciones psicológicas como los trastornos de la
alimentación y los trastornos dismórficos corporales”.
Además, de las consecuencias directas de la sexualización infantil, existen otros
peligro que, a pesar de que no se dan en el 100%, están siempre presentes.
El primer riesgo de todos, el cual puede tener un gran impacto en el desarrollo de
la identidad y la personalidad de los menores es la transición demasiado precoz a
la vida adulta. Los menores adoptan una serie de roles para los que no están
preparados psicológicamente y no son capaces de comprender realmente.
Esta precocidad afecta directamente a la autoestima de los menores, los cuales
pueden llegar a convertirse en adultos inseguros, manipulables y susceptibles.
Además, al centrarse tanto en el aspecto físico, el resto de ámbitos relacionados
con el desarrollo de la identidad quedan apartados, creando también adultos
crónicamente inmaduros.
Raquel Orozco, académica de la Facultad de Psicología UNAM, dice que “la
publicidad de juguetes, películas, videojuegos, videos musicales y moda dirigida
a los niños contribuye a generar una hipersexualización cada vez más temprana
en la infancia, en especial en las niñas de entre 5 y 9 años,
3. Además, promueve el erotismo prematuro de las niñas, que constantemente son
bombardeadas con modelos de éxito social debido a sus atributos físicos, dijo la
especialista. “Esto las expone a comportamientos sexuales patológicos, pues
visten con ropa inadecuada, se maquillan y usan tacones”, explicó.
La hipersexualización exalta la sexualidad de los pequeños, al ser presentados
como miniadultos.
Orozco dijo que este proceso “es innatural e insano para su desarrollo” ya que
puede afectar su salud mental y psicológica, además de propiciar a más corta
edad ansiedad, depresión, insatisfacción corporal y trastornos alimentarios como
anorexia y bulimia. Explicó que los adultos también promueven esta conducta,
“porque regalamos muñecas a las niñas, lo cual exalta un ideal estético
femenino”.
Además, los infantes “tienen libre acceso a dispositivos electrónicos sin la
supervisión de sus padres, cuando carecen de la madurez física y psicológica para
procesar la información que reciben y que contribuye a acelerar su transición
hacia la adolescencia”, dijo Orozco.
Como ejemplo, la especialista en psicobiología y neurociencias de la conducta
destacó que “un sector importante de la población infantil escucha reggaetón,
cuyas letras e imágenes en videos tienen alto contenido sexual y de violencia”.
Por todo lo anterior, es importante estar al pendiente que los juguetes, películas,
música, videojuegos y películas tengan el contenido adecuado para los menores.
Por cierto, como tip, Kiddle es un buscador de Google que muestra únicamente
contenido apropiado para niños.
https://www.merca20.com/hipersexualizacion-infantil-y-publicidad/