2. • La inteligencia podría ser definida como la interacción de las capacidades de
nuestro sistema límbico (cerebro emocional) y nuestro neocortex (cerebro
racional) para desarrollar una vida más plena y feliz.
• Durante mucho tiempo se ha primado la inteligencia racional sobre la
emocional.
3. Según Gardner estas son las inteligencias con las que contamos. Las
inteligencias múltiples
Todas ellas se interrelacionan entre sí, trabajan juntas aunque cada una conserve una especial autonomía.
1. Lingüística. En los niños se aprecia en su facilidad para escribir, leer, contar cuentos o hacer crucigramas.
2. Lógica-matemática. Se aprecia en los menores por su interés en patrones de medida, categorías y relaciones. Facilidad para la
resolución de problemas aritméticos, juegos de estrategia y experimentos.
3. Corporal y kinésica. Facilidad para procesar el conocimiento a través de las sensaciones corporales. Deportistas, bailarines o
manualidades como la costura, los trabajos en madera, etc.
4. Visual y espacial. Los niños piensan en imágenes y dibujos. Tienen facilidad para resolver puzzles, dedican el tiempo libre a
dibujar, prefieren juegos constructivos, etc.
5. Musical. Los menores se manifiestan frecuentemente con canciones y sonidos. Identifican con facilidad los sonidos.
6. Interpersonal. Se comunican bien y son líderes en sus grupos. Entienden bien los sentimientos de los demás y proyectan con
facilidad las relaciones interpersonales.
7. Intrapersonal. Aparecen como introvertidos y tímidos. Viven sus propios sentimientos y se automotivan intelectualmente.
8. A estas siete líneas de inteligencia, inicialmente descritas (1983), Gardner añadió posteriormente una octava, referida a la
‘inteligencia naturalista’ o de facilidad de comunicación con la naturaleza.
4. IDENTIFICANDO Y GESTIONANDO EMOCIONES
Objetivo:
• Asumir que los sentimientos tienen una variadísima gama. Identificarlos
personalmente es un gran reto.
• Saber que los sentimientos van a estar y que podemos convivir con ellos e
incluso potenciar los mejores.
5. • El primer paso es, sin duda, ser conscientes de que tenemos esas emociones, y asumir que
pueden ser positivas y negativas. Es sencillo estar satisfecho con uno mismo cuando las
emociones que sentimos son positivas: estamos satisfechas, felices, orgullosas, sanas, nos
sentimos fuertes y lo gritamos a los cuatro vientos con nuestro gestos, nuestras palabras,
nuestros cuerpo, etc.
• Otra cosita es gestionar nuestras emociones cuando estas son negativas, cuando las cosas se
nos vienen encima, se tuercen, creemos que tenemos mala suerte y nos sentimos mal,
desgraciados, tristes, débiles, enfadados, abandonados, solos, etc.
• Esto ya es diferente, por eso es más difícil controlar, manejar o regular nuestras emociones
negativas que acaban confundiéndose y confundiéndonos y nos dejan, en muchas ocasiones
sin saber cómo empezó todo.
6. ¿Metemos nuestras emociones debajo de la alfombra –siempre salen- o las dirigimos y
rentabilizamos? Saberse vulnerable y conocer las propias capacidades genera un entorno
favorable para el desarrollo personal y social.
Somos seres emocionalmente activos, muy activos, a pesar del momento en que nos ha tocado vivir, ese momento
en el que parece que las emociones no están bien vistas.
Si conseguimos identificar la emoción concreta que nos ha provocado un sentimiento de enfado podremos
prevenir situaciones futuras, conocer mejor nuestros puntos vulnerables, aceptarlos y mejorar su fragilidad.
Es decir, el proceso para rentabilizar las emociones negativas es personal, de búsqueda, reconocimiento y
aceptación de las causas esenciales o iniciales, por las que se desencadenan una serie de emociones que van
conformando una bola de nieve que, probablemente, acaba por sobrepasarnos.
7. ¿Es posible identificar las emociones ajenas?
Goleman plantea su teoría contemplando la Inteligencia Emocional como un factor de éxito muy
destacado y lo define como: “capacidad aprensible para conocer, controlar e inducir emociones y
estados de ánimo, tanto en uno mismo como en los demás.”
La Inteligencia Interpersonal es que la que entra en juego a la hora de relacionarnos con los demás.
Aprender a aprender “de uno en uno” utilizando la creatividad para resolver un conflicto. (Reeducar:
Confianza. Curiosidad, Intencionalidad, Autocontrol)
Descubrir a asumir la propia realidad emocional nos facilita herramientas para todas las facetas de nuestra vida.
Ante una situación emocional negativa cuyas causas no se conocen, tanto niños como adultos echamos mano de
patrones de comportamiento negativos.
Tendemos a aislarnos, a la agresividad -incluso para llamar la atención- a la ironía, etc. Es necesario que nuestro
interlocutor en ese momento –o nosotros mismos si somos los interlocutores- busque la manera de ayudar a
identificar la emoción que domina el comportamiento. No se trata de que él o ella, interlocutores, identifiquen la
emoción sino de que la persona que está viviendo esas emociones negativas sepa identificarlas.
8. “Aprender a aprender de tantos en tantos”. (Relación, Capacidad de comunicar,
Cooperación)
Descubrir las propias emociones es un camino tan apasionante como sorprendente. Lo sabemos
bien los adultos que seguimos investigando el asunto.
Se trata de la habilidades interpersonales, esas que hacen de la persona que las posee un ser encantador con el que
uno se siente cómodo y confiado porque esa persona maneja las habilidades emocionales con destreza y es capaz de
establecer lazos de empatía generando una especial aura de amabilidad y simpatía -sentir con el otro- a su alrededor.
9. LA EDUCACIÓN EMOCIONAL MÁS ALLÁ DE LA
ESCUELA
Objetivo:
• Demostrar que una Sociedad que se ocupa de sus emociones es una sociedad más sana, solidaria y
avanzada. Avanzar significa crecer en seguridad personal, en conocimiento de uno mismo y del
entorno.
"Durante el último siglo, la inteligencia ha sido la capacidad más valorada en la sociedad occidental,
tanto en el sistema educativo como en otros contextos. Esta visión se ha sustentado gracias a la
moderada relación existente entre el cociente intelectual (CI) y los resultados académicos, es decir, la
capacidad de dominar la lengua, las matemáticas, los idiomas… Sin embargo, en la actualidad se está
atendiendo a otras capacidades que puedan explicar por qué las personas con mejores notas
académicas, con más cociente intelectual, no consiguen el éxito profesional, social o personal
esperado.”
10. El lado oscuro de la inteligencia emocional
• Ser habilidoso o habilidosa en el manejo de la inteligencia emocional tiene
también un lado de sombra.
¿Es posible hacer un mal uso de la habilidad emocional?¿Estaría relacionado
con la manipulación?