2. ¿Qué son?
Los trastornos psicológicos se pueden ver como enfermedad
mental o como problema de conducta: Cuando los psicólogos
hablamos de conducta: incluimos los pensamientos, sentimientos,
sensaciones y emociones, que tienen leyes especiales de
condicionamiento, que están recogidas en la teoría de los marcos
relacionales. Indudablemente los pensamientos, sentimientos,
sensaciones y emociones influyen en nuestro estado y en nuestra
felicidad.
3. Enfermedad orgánica.
La enfermedad del cerebro existe, sería cuando es atacado por virus,
tumores, etc. o cuando por alguna causa física no funciona bien.
Estamos hablando de trastornos orgánicos y de algunas enfermedades
que se suponen de origen físico, como la psicosis o el trastorno bipolar;
aunque no se conocen los procesos que las provocan. En esos casos, la
labor del psicólogo viene apoyada por la medicación y una labor
fundamental es conseguir que el paciente cumpla las prescripciones de
su médico. El objetivo del psicólogo es, de nuevo, conseguir una mejor
calidad de vida para estas personas. Las tareas que se suelen enfrentar
con técnicas cognitivas, entrenamiento en habilidades sociales o de
aceptación para ayudar al paciente a aceptar su enfermedad y tener una
vida más plena.
4. Desequilibrio en los neurotransmisores.
En otros casos hay discusión sobre si las causas son orgánicas o
no, por ejemplo, la depresión. Se habla de que los
neurotransmisores se desequilibran y que es la causa de sentirnos
deprimidos y comportarnos como tales. El problema, según los
biologicistas, es que tenemos una enfermedad mental, porque
nuestro cerebro funciona mal. Podría ser, pero hay que tener en
cuenta que los neurotransmisores están al servicio de la conducta y
que cambian cuando cambiamos nuestra conducta: si nos
enfadamos la adrenalina se dispara, si nos deprimimos los
neurotransmisores se desequilibran.
5. Problemas derivados de la conducta.
Los problemas de conducta producen sufrimiento y trastornos
psicológicos y son el campo de los psicólogos. Si nos comportamos
inadecuadamente. Por ejemplo, queriendo ser perfectos o
negándonos a sufrir, nos produciremos problemas psicológicos. Es
preciso conoce las leyes que rigen nuestros pensamientos,
sentimientos, sensaciones y emociones para no comportarnos de
forma que nos hagamos daño a nosotros mismos.
6. Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Este polémico trastorno que afecta, sobre todo, a niños y jóvenes, es
considerado como una trastorno de la conducta de que incluye síntomas como
falta de atención, hiperactividad y comportamiento impulsivos.
Los síntomas del TDAH tienden a aparecer a una edad temprana y pueden
volverse más intensos cuando las circunstancias o el entorno del niño
cambian. No obstante, en la mayoría de los casos, la sintomatología mejora
con el paso de los años. Aún así, muchos de los adultos con un diagnóstico de
TDAH a una edad temprana, continúan teniendo problemas como problemas
de atención o impulsividad.
Las personas con TDAH también puede pueden padecer otras dificultades
adicionales como ansiedad o trastornos del sueño.
7. Trastorno del espectro autista (TEA).
Al igual que muchos de los otros tipos de trastornos anteriores, el trastorno del
espectro autista engloba toda una variedad de afecciones psicológicas
clasificadas como trastornos del neurodesarrollo.
Las personas diagnosticadas con trastorno de espectro autista pueden
presentar dos tipos de síntomas: dificultades en la comunicación y en la
interacción social, o patrones de comportamiento, intereses o actividades
restringidas y repetitivas.
En manual de diagnóstico DSM-V, se redefinieron los trastornos del espectro
autista, incluyendo diagnósticos como el síndrome de Asperger, el trastorno
generalizado del desarrollo no especificado y el trastorno desintegrativo
infantil.