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  1. Paralaje Los giros y las controversias en el campo de la epistemología' y sus consecuencias metodológicas en la investigación científica srSsi-^f! • Andrés Alombrú EDICIONES
  2. Sobre Paralaje E¡ rerrrano paniaje tiene raíz griega (aapa.''Jv.acic) y refiere al efecto óptico que hace que lü-s obser/adores colocados en diferentes lugares vean un mismo objeto en distinta posición como producto de la diferencia dei ánguio desee ei que se observa. El téx-mino aplica en dife­ rentes campos, pero principalmente en ei de la astronomía. Remite también a una técnica para medir la distancia entre las estrellas. Recordemos que la observación astronómica ao se realiza desde un punto fijo, sino desde un cuerpo que se mueve sobre sí mismo, alrededor dei sol y alrededor de la galaxia, sm tener en cuenta que la galaxia también se mueve. Cada obser/ación es siempre aiferente. por lo que es necesario tener en cuenta todos los puntos relativos para al­ canzar una composición mas rica de los fenómenos observados. Si bien en este libro se han de plantear algunos temas vinculados con la astronomía, ellos no harán referencia a ios aspectos técnicos de esa disciplina, sino a algunos ejemmlos histó­ ricos que muestran ei devenir de la ciencia. El sentido es por lo tanto metafórico. No "observare­ mos” las estrellas, sino que reflexionaremos sobre la ciencia, sus momentos históncos, ei modo en que se constituye en una estrategia de instalación del hombre en el mundo y en ei conjunto de controversias que supone las distintas miradas e interpretaciones de ios epistemóiogos sobre los modos de conocer y los métodos utilizados para hacerlo. Al Igual que ei Cielo, que ao es ei lugar estable, incorruptible, eternamente igual a si mismo, que suponían los antiguos, sino turbulento, cambiante, peligroso, como lo muestra la astronomía actual; la ciencia, tampoco es un lugar de certezas donde ei conocimiento madura serena y armoniosamente, sino un torbellino incierto en donde todo cambia, todo el tiempo. La disciplina en la que se discute la naturaleza de esos cambios, los motivos que los proaucen, la conflabilidad que de las nuevas concepciones se pueda obtener se denomina epistemología y se trata de una investigación y reflexión sobre que es, como se produce, como cambia y como in­ vestiga la ciencia a través de los distintos procedimientos o métodos que se ha dado para llevar a cabo su fin. Si pensáramos que hay una única manera de-entender que cosa es ia ciencia, el método científico, el tipo de conocimiento que produce, cometeríamos un grave error, que pane de su­ poner que somos observadores fijos y neutrales que captan con precisión su objeto de investi­ gación. En cambio, la realidad, vertiginosamente cambiante en medio de la cual se da la ciencia y la enorme variedad de formas de entenderla, nos obliga a estar advertidos de que st queremos tener una aproximación medianamente seria al problema y no caer en un error de paralaje, es necesario reconocer el lugar relativo desde el que nos encontramos y también en el que se en­ cuentran los dem.ás. No conseguiremos con ello corregir todos los errores, pero si reconocer que eso que llamamos conocimiento y pensamiento es una tarea colectiva que vamos construyendo históricamente mediante acuerdos y aipturas. Que en ella se encuentra en juego algo mucho más importante que la verdad y es la posibilidad de preservación, continuidad y realización de la especie humana y de cada uno de sus miembros. c Es por todo lo dicho que este libro; Paralaje Los giros y las controversias en el campo de la epistemología y sus consecuencias metodológicas en la investigación cientljica, lejos de ser un manual que explique qué cosa es la ciencia y cuál es su método, es la invitación a reflexionar sobre el amplio, rico y en muchas ocasiones contradictorio espectro de ideas, prácticas, enfoques, métodos, problemas, que plantea el quehacer científico y la reflexión de la ciencia sobre si misma. Andrés Mombrii
  3. Primera Parte Contextos históricos de la investigación científica En un lugar remoto del universo un día unos seres inventaron el conocimiento ... Federico Nietzsche Caos
  4. Capítulo I Perspectiva histórica de la producción científica En todas tas cutruras de todas las épocas y de todos los lugares, la búsqueda.del conocuniento se ha revaiaüo como un común denominador del iatersa nuinano. En realidad todavía ignoramos si ei hombre ha llegado a conocenporque había desarroilado la capacidad dei pensamiento, o si el pensamiento surge porque se genera a panir de una tendencia hacia ei conocimiento. De cualquier manera, podemos aíiiinar que.,ei. hombreen tamo ser social y cuiuirai encuentra en eljjeiiSüry el. conocer el motor de su subsistencia, de *u- des.acoiio material y espintuai, de su creatividad est¿tic.a,.y.de toda la riqueza de su complejo desarrollo.* .1 dejar de ser seres puramente instintivos, casi todos los aspectos de nuestras vidas se vinculan a íonaas raés-e menosootnptejas del oonocer y este conocer es posible por la capacidad de pensar y razonar pero.también de sentir y vivenciar. .A.! llegar a este mundo tenemos que aprender no sólo las cuestiones más elementales de ubicación espacio temporril sino también aquellas mas complejas que hacen a lircultura a la que pertenecemos. Esto plantea'una cuestión central: el conocimiento no es algo abstracto y desencargado, sino que por e! contrario está estrechamente vinculado a las formas históricas, sociales y culturales de las que emerge y en las que encuentra su sentido. Asi como no podemos llamamos ignorantes por no conocer las técnicas de recolección de agua de ios bosquimanos, tampoco podríamos llamar ignorantes a los bosquimanos por que desconocen el sistema decimal; pero si podríamos decir que es ignorante cualquiera de los integrantes de estas culturas que ignore aspectos fundamentales que hacen a sus propias costumbres, tradiciones, saberes y estrategias de supemivencia y preser'/acion de los individuos y de la sociedad. Tuda in actividad humana ha girado pues en tomo al conocimiento, pero el conocimiento no implica an desarrollo acumulativo y lineal de las ¡deas. En la hisioria del conocimiento encontramos quiebres y fraetuftis-, aspectos que se desarrollan en forma conjunta unos a partir de otros, algunos de los cuales lo hacen en forma paralela y sin ningún tipo de contacto. Es falsa ia idea de que el desarrollo de las culturas esté obligado a transitar etapas o estadios en forma cronológica y necesana. £a cierto sentido el devenir de las formas sociales es impredecible. Los bosquimanos libracos a su suerte no tienen com.o forzoso punto de llegada la sociedad tecnocrática. Y los procesos sociales pueden responder a una lógica que es la de las formas políticas, económicas y sociales expuestas tanto a las contradicciones intemas, como a los emees culturales y a las influencias de otras formas sociales. Aun cuando en puestras socieriade.s mnrÍRm.^.1 pndnrnn.s distinguir diferentes tipos de conocimiento. ei.£ieilüfico es quizás uno de los más prestigiosos y quizás en algunos casos de los más confiables, pero de ninguna manera el único ni el que es capaz de resolver todos los problemas. En este sentido se nos plantea una seria dificultad: ¿,Cómo establecer ia genealogía, la historia que dé cuenta de los orígenes del conocimiento científico? Es menester definir entonces qué tioo de conocTmiento es ei conocimiento científico, cuáles han itidn sus orígenes, v a qué formas históricas, sociales.v ennnnmicas ha estado vinculado. No intentaremos hacer una historia de ia ciencia, sino apenas reconocer algunas instancias que han representado momentos significativos en las formas de producir el conocimiento. En-g«Fi«Kil suele decirse-que la ciencia nace en Grecia, y esta es una verdad a medias, pues los griegos supier-en-dar-una nueva perspectiva a las foimas tradicionales de conocer. Sabemos que los egipcios; caldeos, sumerios, babilonios, y otros pueblos habían desarrollado una sene de conocimientos que les petmitieron convertirse en civilizaciones muy importantes en la antigüedad, constniir calendarios bastante e.xactos que les permitían tener control sobre ia agricultura, instrumentos de cálculo y herramientas que los facultaban para constmir imponentes edificios y monumentos, naves marinas que les permitían comerciar con sus vecinos y obras de arte de rica y exuberante belleza. iDesarratfarofl -ootioc¡mientes de matemática, astronomía y ottas-disciptinas corno la medicina, pero no pudieron siste'trratizarlas con autonomía de sus creencias raíticov 9
  5. ias_arú;s adivinaionas. en ias-c-oaies ^f-dcstino'de! hombre~^3 pensario gn rfinHnn r-on 4iaSvj- conocnTuento-s nrpvgnian v -^onriagos a-ja-easta 5] conocimiento que daca iugar a oficios y habilidades en ei manejo de técnicas t»RÍa on.g¿a-¿moinca. U y la. cssíiimbre y circulaba sin que se pretendiera establecer las causas o revisarlos en búsqueda de.oiros taejoces-— Sueie afirmarse que !a ciencia nació en Grecia, con Tales. Pitágoras y los tísicos, fihoscibs ce! Siglo V a.C. Sin embargo, las invasugad&nes mode-mas dieen-que ro- jjieroH-toS' gnegos qurenes nivefitaron las primeras nociones de geometría, astronomía, etc., las aorendieron de los eigipcios-y de-ios asirio-babiiionios, que en estos campos ae investigaciones ya habían realizado descubnmientos indudablemente muy importantes con varios siglos de antenoridad.,;,6TiáHt!e entonces la aponación decisiva de los gnegos? ¿Qué significa la atnbución de ia gloria -a ellos asignada- de haber-dado nacimiento al pensamiento e+entiñco eabaí-y-verdadero? Procio. un neopiatónico del siglo v d. C.. en ei célebre ''Resumen histórico” contenido en el prólogo a su comentano del Libro [ de Euciídes, escnee que -despues-de Tales y de otros estudiosos de matemática contemporáneos- "Pitágoras transformó ese estudio conviniéndolo en una enseñanza liberal que se remontaba a los onncipios generales y anadiaba ios problemas abstractamente y con ia inteligencia pura—, Precisam.ente en esta transformación que luego será desarrollada con tanto éxito por Platón, Aristóteles, Euciides, etc., debe buscarse, según los histonadores modemcs, la verdadera novedad que introdujeron los griegos". Tal^rétéíeFtBacjóo señaló el conuenzo'dfe-k investigación científica autónoma, pues afirmó la exigencia de un saber racional, irreductible a"ia mera, colección de experiencias de ia vida cotidiana. (Geymonat, 1984, p. 7) . En este sentido, sólo 4os-gnegos pudieron sustraer el conocimiento de ia mída'de la religión y d ei sentido común y condueirto hacia un terreno laico, reflexivo -y onentado por una razón que busca -los fiindamentos. Distinguieron ia.episteine, que nosotros traducimos como ciesjcia, (que entendían como saber con fundamentos), de Ia.-doxa u-opimon, (que entendían como un saber no necesariamente falso, pero como un simple parecer subjetivo) y le dieron crédito a los argumentos"-que podían demostrar fia validez de-ios razonamientos, de acuerdo con principios lógicos que conformaron la base de los sistem.as de ideas que construyeron. Sin embargo, esta era una actividad de un grupo relevante pero pequeño de aquella sociedad, loS’ filósofos, ei resto de la sociedad vivía bájo. las creencias de mitos. Suele decirse que la filosofía es la madre de todas las ciencias. Pero, la filosofía misma no .es una ciencia ni lo puede ser. En términos generales hoy concebimos a las ciencias como rjisciplinas que se caractenzan por tener como objeto de investigación una parte del conjunto de nrobiemas Gue plantea la realidad Mientras que la.s ciencia.s ponen-oomo centro-de-atención a su objeto y se dan un método para defintrlo.-abordario y explicarlo, ei objeto de interrogación de ia filosofía es la totalidad, y en ella se encuentranTnueiws problemas que pueden ser tratados de un modo exciusivam.ente especulativo, esto es, de los que resultaimposible o muy difícil proveer evidencias. Sin embargo, no fue así en su ongen enlaafitigua Grecia en-donde la ciencia y la filosofía eran prácticamente lo mismo y loa filósofos*científicos tenían como propósito conocer todas las cosas sin excepción, tanto las del orden físico o natural como del metafísico o sobrenatural. Como se verá esa situación dura hasta la modernidad y a partir de allí se modifica. Por otra parte, se espera que laaxiejicias, tanto las antiguas-como.las-modemas, tengan ia capacidad de-ejtpHcar tenóraenos y predecir acontecimientos en forma universal y necesaria, esto es, si bien observan casos paiticulares, sus conclusiones tienen que referirse no a hechos puntuales, sino a todos los hechos que se produzcan bajo las mismas circunstancias. Los-eofHJcimfoatos que producen no se deben-refenr a un caso sino a todos, los-casos-posibles y los jiacios, los conceptos con que se expresan, deben tener validez para todos en tedosáos iuoaxes. Además, estos juicios deben tener necesidad, es decir, deben tener una y una sola respuesta, v no puede haber otra. Por ejemplo 2-e2=4, y es cuatro con necesidad; no puede ser ni 3 ni 5. Por lo menos esta es una visión que ha surgido en el mundo antiguo y perdurado a lo largo de los siglos y cuya cnsis trataremos también en algún momento. Hoy vemos a la filosofía como más cerca de la especulación que de la certeza apodíctica. pero en el pasado los filósofos estaban convencidos que .sus deducciones rgr.ionalp.s Jes pennitian alcanzar esas
  6. verdades universales. Creían que sus ideas sobre el Cosmos. !a naturaleza, !a esencia última de las cosas eran can precisas y ~'verdadera.s'’ como las de la matemática, Ta~ geometna o Ta lógica. Hoy esas ciencias 5on reconocidas como/<^aTidas^,en si mismas y comiO heiTimientas para otras ciencias, pero no se piensa que puedan ser útiles para abordar cualquier tipo de problemas, como por ejemplo, la existencia de Dios o de -ia inmoruuÍGaá*oei alm.a. este tipo de problema que no puede ser puesto a prueba se denomina raetafísice. Se había mucho de la la&iencia del pensamiento griego sobre la ciencia moderna, pero en realidad lahgunas doctnna-s.cQmo las de Platón v-.Anstoteies. entre otras, innuyerog en iQrma. deierminante ea la co.smov’.s'pr n-iariiBvai y y fue ésta la Que inéuyo de Lin modo compiejo y vanado sobre el nuevo sujeto ge conocimiento que surge en el periodo renacentista. Por toco lo dicho es quecuando hablam.os de cjfiacia tenem.os que distinguir entre, los diferentes tipos de producción de conocimiento en los distintos periodos históricos.^ .ea, relación a ias diierencias entre modos de producción, marco cuitural y condiciones sociales. En lo que hace a la obtención de conocimiento a-pafiif-éei sigírr.XV, nos estamos refiriendo a una forma panicuiar de ciencia, a la que se denomina con más precisión ciencia experimental moderaa; muy diferente en sus objetivos, procedimientos, métodos y expectativas a las desairolladas por los antiguos griegos o por los .medioevales. Esto se-defee-a atte-ia-eteneta- ng-es-una actividad exterior a la sociedad de la que surge, sino que por el contrano está-sujeia a sas formas ecanómicas poiiticas y sociales. Cuando afirmam.os, que el conocimiento científico es una construcción histórica y social, nos refenraos precisamente al hecho de que está sujeta a ias estructuras de la que forma .parte. Los griegos no aivieron desarrollos experimeníaies, no por falta de elementos técnicos, sino pea ser una aoniedad-afístocrática y guetrera que consideraba el trabajo manual (actividad imprescindible para la investigación expenm.ental) como una tarea propia de esclavos esto es, en el decir de-Ajtstóteles, seres mfefiores por nararaleza. Muy diferentes son ios conceptos de la burguesía, clase social que vaioriza el poder transformador üel trabajo como fuente de riqueza. .•1 respecto nos dice Geymmnac: No es difícil comprender el supuesto social que posibilito este cambio filosófico: se trata de la consolidación victoriosa, decidida, de nuevas nquezas vinculadas con el trabajo y -por tanto- dei surgimiento de grupos cada vez más num.erosos de científicos profunda.mence sensibles a ios intereses de la producción y capaces de darse buena cuenta ae m unicad indisoluble entre la práctica y la teona. (Geyrnonat; 1990, p. 14) Por tanto, lo que denomunamos comm ciencia experimental moderna es un tipo particular de conocimiento-que. surge conjuntamente con la emergencia de La burguesía como nueva cieise social que, comienza a detentar el poder económico, con un nuevo orden económico: el capitalismo en su forma mercantil, con la consolidación de ios estados nacionales y la crisis de las instituciones feudales. Pero, antes de entrar en el m.odo en que la ciencia m.odema se consolida en su contexto tratemos de ver cuál es la rupnura - epistémica que se produce con las anteriores formas de conocer. £1 surgimiento de la filosofía y de la ciencia en la Grecia antigua se--da prácticamente ai mismo tiempo y resulta, en la mayoría de los casos, muy difícil poder establecer diferencias entre ellas, ya que posiciones de mucho predicamento han tratado de identificarlas. ( Ün hecho significativo es que la interrogante filosófica primordial, la que trata de apoyarse en la razón yfiescdia tas explicaciones mineas, mágicas, o religiosas, ai mismo tiempo surge como interrogante. por el mundo en su dimensión física material. Las preguntas por el ser aparecen en un primer momento indiferenciadas de las preguntas por el Cosmos, esto es, por el orden que constituye la estructura misma dei mundo y por los fundamentos, tanto materiales como lógicos de ese orden. Los primeros en tratar de descubrir ias causas dei orden cósmico sin el auxilio de la religión fueron ios llamados filósofos pre­ socráticos, o también denominados físicos, (entre e! siglo V y Ü1 a.C.) 11
  7. Para los ,a .dea de una creación dei mundo a pamr de la nada era impensable, por io íanío CQiacdjian un estaco-mrgrror-ai-rrae- Hamarcn en donde loüas las cosas oue oodian ser distinguidas unas de otras estacan mezcladas e-maiferenciadas, A este Caos sobrevino un-Cosrnoi. La oaíseFa-Cosimos signiñca justam.enie cfeen; y la m.áxiiTia preocuDacion ae estos pensadores pre-socrancos radicaba .en oescuonr como « te orcen senabia producido. Eilos buscaron la causa en un onncip:o activo da ia naruraieza, en un elemento pnmcrdiai que se constituía en el ordenador de todas las cosas. Para unos, ese elemento nae ei agua, para otros el aire, para otros ei ruego, etc. Lo iraponaníe es que los recursos para establecer ese principio se basaban, no sólo en observaciones sino y principalmente, enf^üu&ctoaes-raelonal^ Las teorías sobre ia tbnma y comportamiento dei universo son por deima.s vanadas, algunas con un grado tal de Similitud con las actuales que nos asombrarían, otras demasiado diferentes, como por ejemplo una tierra plana sostenida por el viento. Fabulosas si, pero no irracionales. Cbmel-termino ”presDcráttcos”, se hace alusión a una serie de pensadores anteriores y contemporáneos de Sócrates, pertenecientes a otras escuelas y que no conocemos directamente sino a través de la reconstrucción de pensadores postenores, cue hacen referencia a ellos. Entre ios antiguos se encuentran Teofrasto, SimpiieiOj el mismo Anstóteles. y mas tarde en el penodo romano, Plutarco, Cicerón, Diógenes Laercio, Sexto Empinco. etc. De cualquier manera, lo que resulta signmcativo es que sea la filosofía de- Sócrates la que oficia como una bisagra que marca un antes y un después en la historia del pensamiento antigijo. Efectivamente, la temática principal que ocupaba a aquellos pensadores estaba onentada por ia inteiToganie sobre la -fysis- (naturaleza), dándose recién con Sócrates un-giro hacia temáticas referidas al hombre con temas tales como el bien, la Justicia, la virtud, la verdad, etc. Para poder comprender el preciso lugar que ocupaba aquella reflexión, hay qué dar cuenta de que ella se encontraba instalada en la búsqueda de un ámbito laico, poniendo distancia tanto-de-ks concepciones mitológicas,-momo de ¡as religiosas y.de las creencias populares. Lapirsgunta principal de estos filósofos científicos era: ¿Qué es el mundo?. ¿Por-qué existe-?, .¿Que lía-determinado su origen? Las preguntas ya habían sido.formuladas y las respuestas también ya habían sido dadas, tanto en el marco del pensamiento mágico que coiTesponde ai mito, como en las '‘explicaciones” que se encuentran en ei “misterio”, en la religión de los pueblos antiguos que fueron capaces de tener conocimientos que les permitieron construir muy im.portantes civilizaciones, pero no ciencia en el sentido en que lo estamos planteando. La actitud de los presocráticos parece pues, una ruptura con las tradiciones y la fundación de un lugar novedoso para la interrogación, esto es, la reflexión racional. Sin embargo, aunque sus explicaciones van a privilegiar la mirada racional,- todavía no se han desprendido totalmente de influencias que apuntan al misteno al modo dei mito. Quiza en ios aspectos exotéricos pueda manifestarse claramente la racionalidad, pero en las consideraciones esotéricas el mito todavía se-enettentra presente. Ei pasaje dei mito al logos, implica al mismo tiempo pasos progresivos y rupturas. A! respecto señala jaeger: Podríamos decir, parafraseando la afirmación de Kant, que la inruición mítica sin el elemento" fomiador del logos es todavia “ciega”, y la concepción lógica, sin el núcleo viviente de la originaria “intuición mítica” resulta “vacia”. Desde este punto de vista debemos considerar la historia de la filosQiía griega como el proceso de progresiva racionalización de ia concepción religiosa del . mundo implícita en ios mitos. (Jaeger, 1978, p. 151) La búsqueda del primer elemento, como pnneipio que origina el mundo tísico, no los convierte en meros naturalista; sus interrogantes tienen un sentido que conser>/a el enfoque cosmogónico de las visiones míticas. Por otra parte, si la filosofía ha de constituirse en una forma de estar en el mundo, esto es: de comprender la realidad, de producir cosmovisiones, de dar sentido a la existencia, de significar los propios actos y de generar prácticas comunitanas que determinan tanto lo social como lo político y lo económico, cuanto lo cultural, es ella sólo una foima entre otras.|E-lTnito y laTcligión ya habían cumplido antes que ella esa función, pero no desaparecieron por el hecho de que hubiera aparecido este nueva enfoque. De hecho, la ciencia moderna también ha cumplido ese papel significador y ha conformado el modo de estar del hombre moderno en el mundo, eclipsando otros modos en lo que se refiere a su influencia en las prácticas sociales ,y en los modos de entender de una época y de dar significado a las cosas. Por ejemplo, la enfennedad, tratada por la ciencia no es concebida como el resultado de un castigo divino, ni por el incumplimiento de un 12
  8. ncual. Lab rTiáx;mas expresiones, ¿e ia fiicsofia y de ia ciencia anega come ei piatonismc. ei arisioíeiismo y ei epicureismo proliferan en ios momentos de mayor cnsis y disoiucicn social y en aiguna .medida per ia necesidad ae dar respuesta a esa cnsis. frente a la desconfianza en los vaiores ae la tradición que ya no dan respuesta, por io menos para cienes sectores pocerosos de la sociedad. el mundo griego es un mundo de ccnfuencias que se nutre del apone tanto dei lejano oriente como aei onente medie y cercano. uenciailgfrarcuTíurtis egipcia, sumena, caldea, baoilomea, etc., sumada a los saberes y üesarrollos téemeos se conjunto, tanto con las prácticas tradicionales, cuanto con ia emergencia de un nuevo orden social conformado a partir de la polis o ciudad estado ,en donde no pnmaba una casta sacerdotal que rean.mnara ei dogmatismo religioso, smo el conjunto de ciudadanos considerados iguales entre sí, dando lugar a ia isonomía como práctica política. Por tanto, ei surgimiento de un pensamiento que adquiere autonomía con respecto al saber establecido por prácticas consuetudinarias y por instituciones religiosas consolidadas, es solamente posible por ias condiciones de libertad generadas en el marco institucional de ia polis. Recordemos que esas pequeñas ciudades estado estaban presididas no por un palacio real sino por el agora, que era el centro de reunión y discusión de los ciudadanos, cuyas prácticas estimuiaban la polémica democrática. La cultura griega se constimye abnendo a un círculo cada vez mayor, y finalmente _ _ai demos en su totalidad, ei acceso a un mundo espintuai reservado en los comienzos a una aristocracia de carácter guerrero y sacerdotal (la epopeya homénca es un primer ejemplo de este proceso: una poesía cenesana, que sircanta antes que nada en 1a sala dé tos palacios, después sale de ellos, se amplía y se transforma en poesía de-festival). Pero esta ampliación yrapiiea una transformación profunda. ,A.l conveidirse en eiemienco de una cultura común, loa conocímieatos, los-vü-íores,-las técnicas mentales son llevados a la plaza pública y scraetidos a critica y controversia. No se les conserva ya como garantía de poder en el secreto de ias tradiciones familiares; su publicación dará lugar a exegesis, a interpretaciones diversas, a contraposiciones, a debates apasionados. En adelante ia discusión, la argumentación y la poiémica, pasan a ser ias reglas de! juego inteiectual, así com.o de; juego político. La supervisión constante de la comunidad se ejerce sobre las creaciones dei espintu, lo mismo que sobre las magistraturas dei Estado. La ley de la polis, en contraposición ai poder del .monarca, exige que ios.unos y los otros sean sometidos a una «rendición de cuentas». No se impone ya por la fuerza de un prestigio personal o religioso; tienen que demostrar su rectitud .mediante procedimientos de orden dialéctico. La palabra constituye dentro del cuadro de ¡a ciudad, ei instrumento de vida político; la escriaira suministrará, en el piano propiam.ente inteiecaial, el medio de una cultura común, y permitirá una divulgación completa de los conocimientos antenorm.ente reservados o prohibidos. (Vemant, 1965, p. 2S) En esta cita, Vemant-muestra muy claramente cuál es ei marco constitutono de la Polis en relación a las prácticas ciudadanas. Nos señala ia nca y compleja realidad y los muchos elementos que participan solidaria y dialécticamente en la conformación de la Polis. En ia medida en que el poder se laiciza, las instiDuciones se democratizan y la libenad es investida como un valor. El desaixollo de la subjetividad es el que peimite el amor a la belleza, a la libertad, al bien. En este contexto, la belleza se hace arte, la libertad justicia y el bien derecho. La conciencia busca sus medios y ei lenguaje se hace discurso y diálogo para que el pensamiento pueda dar sus frutos más maduros, la ciencia y la filosofía. Los cambios sociales que se produjeron luego del siglo V en el que habían prosperado los presocráticos, trajeron situaciones de crisis frente a la cual la filosofía de Sócrates fue una respuesta. Si bien no tenemos escritos de Sócrates ias referencias nos dicen que este filósofo no solamente “amaba la verdad”, sino que proponía un método para alcanzarla. Seria largo e inadecuado explicar aquí todos los fundamentos de su doctrina, bástenos con decir que para éi ei conocimiento era recuerdo de un saber que ya se poseía y que ia ciencia estabiecia el método para producir tales reminiscencias mediante una serie de preguntas que se iban ajustando frente a las respuestas y que se conoce con el nombre de otayéutiea. Heredera de ésta tradición y de sus temas, enfoques y métodos aparece Platón. i:
  9. Platón Platón ('Í29-3‘t' a.C.:fne ano ie ios ñiosofos mas ■¡mpoi'tantes y compartía buena parte de io s pri socráticos en tomo ai conocimiento. Para ei ramoién se trataba de una rememoración ae,u n sa b e r complejas circunstancias, se liabia olvidado. Produce algunas modincaciones de! ntétodo d e su ____ er. ei modo de concebir ios procedim : E: sbii iegbs, TCGGs las cosas, tos no cuecen, aicgnzario, ceto si ios verdcdes que errevelc a su condición numanc. que conducían al co n o cim ien to , a¡ qi. denomina diaiéciica. El m éto d o d ial.»/- cuenta con dos tradcione.s ciamrr diferenciadas, una de ellas tie n e que'- con ia idea de que la realidad as ei resnlt de la contradicción er.rre ongen en uno de ios p resocraticos llar Keráclito y luego en la im odem idad ■''f concepto es tomado y d esarrollado' :' Ascenso por e!;escarpado ccEFiino queb'onauce adc verdad' det sbnocirrieníov Hegel y por Marx. Esto lo v erem os en ot capitulo. La otra tradición es la piatónit para la cual, ¡a dialéctica im p lica la dfdc ios dos que se contactan a través legos. D.icho de otro m odo, el dia-loj el logos entre dos, más sencillam entál diálogo. La palabra iosos que se' encueni en la raíz de muchos términGS. utilizamos habimalmente com o p sicologí^ l antropología, etc., tiene un rico signincae que puede entenderse como palabra, ^razón, idea. El diálogo no sena otra cosa que poner a la paiabirij y a la razón entre dos para buscar el conocimiento. Es por ello que la obra de Plátcn se con oce conylg nombre genénco de diálogos platónicos y que expresan ei método que este autor propone para alcanzar eijg conocimiento. Hemofes sncadenacos que perciben sSfP: ias sembrasí qufe tOGcSS* Uno de los pasajes en donde de modo metafórico presenta estos conceptos es en la llamada “alegbna j de ía caverna” que se encuentra dentro de su obra La República. Muy brevemente diremos que la caverna 5;i representa un mundo de sombras y oscuridad, sinónimos de ignorancia, en tanto que ei exterior, iluminado y' por la luz del sol, representa el saber v el cnnncimiento. La tarea de! hombre consiste en salir de las tmiebias. de la ignorancia a través de! duro, escarpado camino dei conocimiento. Reconocer que la verdad se encuentra. ¿ en un plano supenor de las ideas, eternas e incorruptibles y que las cosas dei mundo cotidiano son apenas' malas copias de las primeras que se degradan y coiTompen. Pero la naturaleza humaná no puede alcanzar la verdad absoluta, representada por el sol, sino contemplarla como filósofo, es decir, como amante de ía verdad. .A. esa verdad se accede exclusivamente por ia razón pura, por la deducción racional, sin ningún tipo de contaminación que provenga de los sentidos-que son fuentes de equívoco. Esta posmra platónica ya establece una primera separación entre lo que mucho más tarde se presentará como la contradicción entre racionalistas y empiristas, que veremos más adelante. Platón desechaba que los sentidos fueran fuente de conocimiento, por lo tanto, la astronom.ía no podía ser para e! una ciencia. ^De dónde surge entonces el llamado heliocentrismo platónico? Sus juicios no estaban fundados en observaciones astronómicas ni en cálculos matemáticos. Simplemente produjo un modelo que él estimaba como verdadero porque coincidía con sus especulaciones metafísicas sobre ia naturaleza, la materia, el espiriru, e! alma humana, el mundo de las ideas etc. Pone al so! en el centro de su sistema porque identifica las ideas supremas, la de bien, belleza y sabiduría con la del universo; ese centro está ocupado por la perfección misma, el lugar de las ideas perfectas y de las almas elevadas. .Allí nada cambia sino que permanece eternamente siempre igual. Todo lo que tiende hacia el bien tiende por lo tanto a la luz, ¡a belleza y lo intelectual, todo lo que tiende hacia ei mal tiende hacia la oscuridad, la fealdad, y la sensualidad de la came. » 14
  10. Aristóteles Ansíeteles ■384-322 a.C.), discípulo de Platón, no compari:ia con su.maestro muchas cosas. Por un lado su concepción sebre que cosa era el .mundo. Para él no tenia sentido pensar -que las cosas dei mundo cendiano y a las que se accede por medio de los sentidos fueran copias de las ideas, sino que había un solo mundo que se poaia conocer por medio de la razón y también de los sencidos. Esto tenia corr.o consecuencia una propuesta metodológica completamente distinta. Se le atribuye la frase: "Nada hay an al íniaiaao que r.Q haya pasado ames por los senridos". queriendo e.'tpre.sar de este modo la imporrancia que .Ansróreies le .ccnrgiioa a la información que provenu de los sentidos como una forma confiable de conocimiento. .Auscultaba todos los fenómenos y también los celestes con el au.xiiio de la razón y sus ideas metafisicas sobre la naairaleza, pero también apoyado en sus sencidos. Para él la contemplación era la base del método cientifico. El método aristotélico puede ser concebido como una manera gradual y provisional de abordar un oojeto de investigación consistente en avanzar por medio del ensayo y el eiTor. Aquí destaca su característica defensa dei consensum omnmm, (consenso de todos), es decir, la creencia de que ja opinión de todos no puede estar equivocada, ya se trate de problemas de ética, de física o de otras materias. De allí que en general sus traoajos empiecen con una exposición histónca de los puntos de vista sobre el problema a investigar, procedentes tamo de los expenos como asi también de la opinión del sentido común. En esa actitud se separa abiertamente dei platonismo, tan desconfiado de la áoxa, (opinión). No hay dogmatismo en esa actiaid, al contrario, y por eso Aristóteles es consciente de su propio ■ ■■ lugaí'eR una trayectoria histórica forjada por sus antecesores. Otro aspecto de la .menfe'de Aristóteles que lo separaría de Platón fue, según Guthne, que aquél: «tenía en su naturaleza una vena fuertemiente empinca». Aclaremos que el “empirismo" de Anstóteies coco tiene oue ver con el significado que dicha palabra posee actualmente, en especia! a partir de! desarrollo de la ciencia moderna. Por ejemplo, la noción de expenmento era ajena tamo a Anstóteies como a los gnegos en general. No caben dudas de que ífente a Platón, el Estaginta reivindica el conocimiento procedente de los sentidos y la expenencia en general Tam.bién es cierto que en las disciplinas namrales emplea la obser/ación y la clasificación, como por ejemplo en física y en astronomía la obser/ación tiene cabida, siempre y cuando no choque contra los presupuestos especulativos de su metafísica. No debemos pensar esta observación en el senado que hoy le otorgamos de control de las teorías, sino que ella se realizaoa de un modo más ingenuo y concordantes con los supuestos metafisicos antes que con el comiportamiento de les fenómenos. (Mombrú, 2011, p. 58) Para Aristóteles la Tierra estaba conformada por los cuatro elementos básicos (aire, agua, tierra, y faego). En la tierra los elementos cambian unos en otros estando sometidos a la corruptibilidad en cambio, ios del cielo están fijos en un plano de pert'ección e incomiptibilidad. Su concepción teieológica formulaba un universo constiaiido según ia idea de elementos o formas continuas, con lo que todo estaría hecho. Esta finalidad, que signa el movimiento de los objetos, quiere que todas las cosas tengan un lugar en la naturaleza, lugar que marca el fin y el orden hacia ei que todas las cosas tienden, tanto en el orden físico como en el moral e intelectual, .Aristóteles se apoya en algunas experiencias que lo condujeron a obtener determinadas leyes del movimiento; ellas se refieren a la fuerza y la velocidad y se aplican exclusivamente a todo aquello que está sobre la Tierra. Divicte al cosmos en dQS-Pl.anos, uno el supra-lunar, y otro el yub-iunarf al último lo [lama el lugar de la degradación y la corrupción, donde todo esta sujeto al cambio. El otro, el supra-lunar es armónico, pertécto y estable, con astros que describen circuios en tomo a la Tierra, la cual permanece fija en e! centro al igual que las estrellas muy alejadas y quietas, prendidas en la bóveda celeste. ' Los planetas no caen sobre la Tierra por que están sostenidos y prisioneros cada uno a su esfera de cristal. 15
  11. Modelo Aristotélico de las Esteras Celestes Este mcdeio ie eniverso responde mas a una aecesicad de Imcer coincidir aspectos metafisicos de ia teoría aristotélica, aue con pruebas de calculo y observación. Se funda en :a concepción de la permanencia y ao de! cambio como caracterstica primordial de! cosmos, pues el desorden im.olica caos, y este es un estado previo a la existencia rrusma dei universo. Un orden de jerarquías rige al cosmos entre lo superior y lo inferior de acuerdo a su naairaleza. .Vliemras lo superior es eterno e imperecedero, lo infenor es ei reino de la corrupción y ¡a degradación. El realismo aristotélico, que se apoya en ei método contemplativo, trata de hacer coincidir los supuestos teóricos con la obser/ación. Sin embargo esta, no sólo está supeditada a la primera, sino que además adolece de ias caracteristicas de sistemacicidad y ngor metódico que vincule los supuestos con la experiencia. E¡ cosmos anstotéiico esta conformado por una serie de esferas concéntricas que se mueven 'unas dentro de las otras en eterna armonia. A cada esfera se encuentra sujeto un planeta, ia luna y ei sol. Las estrellas están en la última de las esferas. .Aristóteles supone ei movimiento circular de los astros pues se corresponde con ei concepto griego de perfección. Las '"esferas de cristai” ñjan a los planetas a su órbita y ia Tierra se encuentra en el centro, fija e inamovible, como ia experiencia ordinaria parece _________________________ indicarlo. El modelo ptolomeico es una variación del modelo anstotéiico que, asignando un movimiento panicular de epiciclos y deferentes, pretende explicar algunos puntos no resueltos del modelo de .Anstóteies. Claudio Ptolomeo Este astrónomo vivió aproximadamente entre ei año 85 y el 165 de nuestra era, inventó un modelo geocéntrico de compiejo y aito rigor matemático, complementando su idea con sofisticados desarroilos geométricos, que tenían la virtud de armonizar realmente con ios registros astronómicos. .Aunque para él ia astronomía no era tarea de físicos sino de matemáticos. Rechaza pues la antigua creencia de los griegos de que la razón humana pueda explicar el comportamiento de los objetos celestes. Paradójicamente vuelve a establecer una conexión entre la astronomía y la astrologia, es decir, con principios místicos y divinos y no con la física que lo podría haber conducido a un camino mas cercano a! de la ciencia moderna. I ! Todas las concepciones astronómicas de la Grecia clásica y del mundo medieval, si bien se habían sustraído de la impronta religiosa, todavía permanecían enredadas en debates filosóficos entre pitagóricos, platónicos, aristotélicos, y estoicos. Como el modelo aristotélico no predecía e! lugar de los astros en el cielo en su supuesta órbita circular, Ptolomeo recurrió a una compleja solución geométrica que establecía que además del movimiento de traslación (circular), los astros poseían un movimiento de giro o rulo sobre su propia órbita denominado epiciclo, el cual es ilustrado en la figura que acompaña este texto. A pesar de tener una aceptable capacidad predictiva, al 16
  12. no cQtxesDonder con el aucántico movimiento de [os Listros requería correcciüiv°s y moQiñcaciünes eonsantes. A pesar de ¿11c qcbemó ia ascrononua durante más ce anos. Mientras que Anstoceies, por ejemplo, trataba de explicar les movimientos de los astros por las causas reales, haciendo depender asi la astronomía de ia física, otros, siguiendo la concepción platónica, hacían de elia, una vez recogidas las observaciones, una ciencia puramente matemática, cuya tarea consistía únicamente en imaginar combinaciones geométricas que permitieran calcular correctamente los datos de la obser/acion, o, como decían, "salvar los fenómenos" . ocdcsiv ra iDa'.vcuc.’ci, pero sin conferir un contenido rea! a estas co.nstraccior.es matemáticas. (Bla.nc.hé, ?„ El método experimental y ia filoscfia de la física. F.C.E. México 1972, p.p. 23) V')'-Oixco ^ P'c>Lí’ iv' i La época helenística: la ciencia en Alejandría Ptolomeo, no Claudio, el astrónomo al oue hemos hecho alusión, sino Ptniomeo í íSotert quiere nacer de .Alejandría no sólo la capital oolitica sino también cultural de Eaicto, 'T'** '''"'nfiníia ptolomeo IT. su hijo. Por eso manda construir junto a su palacio un Museum o Templo de las Musas, algo equivalente a nuestras modernas universidades. Finalizadas las obras hacia el año 3Ü0 a.C., los sabios más eminentes de .Atenas se trasladaron a .Aieiandría gara hacerse cargo de la dirección de los esmdios. Su sucesor, Ptolomeo II fundó la más famosa biblioteca de que tengamos noticia. Estaba dividida en cuatro departamentos con su propio bibliotecario; literanira, matemáticas, astronomía y medicina. En los primeros cuarenta años de existencia logró .murar alrededor de -00.000 manusentos. El auge de las ciencias y de las artes en Alejandría se extiende más allá del periodo helenístico, aún bajo la administración romana. En el 529, por instigación de los cristianos, el emperador Justimano cierra la escuela de .Atenas y, finalmente, en el 642 los musulmanes que habían conquistado .Aiejandria destruyen lo que quedaba de su biblioteca. Tras esta breve ubicación histórica veamos cuál fue ia suerte que le cupo a la ciencia en Aiejandria. Por de pronto hay que señalar, ampliando lo dicho anter.ormente, que los discípulos de .Ar.stóteles abandonaron los ideales científicos de su maestro y continuaron sus esmdios relativos a la retórica, metafísica y lógica. Por asta razón ei espiricu que imbuía todo el ambiente calbarai alejandr.no fiie netame.nte .neopiaconico, ya que se produce un resurgimiento de las ¡deas de Platón. Precisamente Proclo, a quien citamos para caracter.zar el ideal de ciencia griega, no es griego sino alejandrino, pero es un buen ejemplo de las comentes neoplatonicas. Li-s.^cicios (Xsses punto podemos hacemos muchas preguntas. Una de ellas podría ser i Por qué no se_ desarrolló ni en Grecia ni en .Aleiandrm una ciencia fí.sica tal como ia entendemos hov? Recordemos que para Procío la ciencia es enseñanza liberal. Liberal allí significaba que ia ciencia no se preocupa más que por conocer sm otra finalidad práctica, que era esencialmente ociosa y que se refería a una actividad propia del hombre libre. El hombre libre, ei ciudadano griego no trabajaba manualmente. Este desprecio por el trabaio manual, que caracteriza al hombre griego de las clases altas con acceso ai conocimiento, lo hace naturalmente incapaz para relacionar la teoría con la experiencia, relación que va a ser fundamental para el desarrollo de la ciencia física tal como se entiende a partir de la Edad Moderna. Esta misma incapacidad explica que g/ único modelo de len^iaie ciencíñeo si9-ue ?iampir-o ei modelo macemático. v no .rg comprende la pn.<¡ihiltdad de un tipo de demostración que nn yg reduzca a la deducción lógica de prinoinin.^ q;enerales. “ (Geymonat, 1984, p. 24), que fiae, por otra parte lo único que se rescató de la obra de Aristóteles y se conservó a pesar de haber olvidado sus trabajos científicos. Es necesario aclarar que al hablar de modelo matemático como modelo de lenguaje clentifico no se pretende decir que ellos utilizaran funciones matemáticas para explicar los fenómenos naturales. Solamente se intenta significar qué, en cualquier ámbito de su investigación, los gnegos buscaron en su lenguaje la misma precisión que habían logrado en las matemáticas. 17
  13. La concepción aristotélico tomista Para ei año i000. Eurupa sutr.a un retroceso cuirural muy importante que ponía su cuipura nray por ceoajc de a onentai y mucho mas todavía de :a Isiamica. Las mentes mas lúcidas de la Enroca cuita eran mcapaces de entender los teoretmas mas eiememales de Eudides. En este sentido, la iglesia Católica ejercerá una tmíuencia :nuy importante en ei surgimiento de la cultura en genera! y de la ciencia en oarticuiar. Si bien Santo Tomas de .Aquino pertenece al ámbito de la filosofía Medieval y es uno de los mayores e.xponentes de !a filosofía como teología tanto como de la teología como filosofía, hay en su pensamiento algunos elementos que inspirarán a filósofos modernos más allá del momento en aue ambas se separan. Santo Tomas nació cerca de Aquino apro.ximadamente en 1224. Es lugar común señalar que, si .Agustín tomó a Platón y lo cnstianizó, dando de esta manera un sustento más amplio ai dogma católico, Santo Tomas de .Aquino realizó una obra similar con .Aristóteles. La obra de Tomas es monumental, la Suma Teológica: tiene más de treinta volúmenes que pretenden sistematizar el dogma católico, y lo ubicamos en un momento enriquecido por vanos siglos de pensadores ensílanos, fundamentalmente por San Aibeno Magno, quién compilara ordenada y sistemáticamente una enoime cantidad de maienaies de ios que Tomás se sirvió y fueron la base de su filosofía. Hay en la obra de los Doctores de la Iglesia muchos motivos que los condujeron a mmaña'erapresa que tiene que ver, nuevamente, con p jp consolidar e! dogma y protegerlo, no solamente del paganismo, ni para distinguir ya al cristianismo del judaismo y de otras religiones, sino fundamentalmente para poner coto a las miles de interpretaciones y reinterpretaciones que pululaban dentro de la misma Iglesia Católica, las cuales, en muchos casos, contradecían los principios básicos del dogma y amenazaban la hegemonia política de la iglesia, su dominio no sólo sobre las almas, sino también sobre la organización social y política, poniéndola constantemente al borde dei cisma. Pero además para encontrar otra fuente para dar respuestas a los problemas mundanos que la Iglesia como institución renía que resolver temas y cuestiones frente a los cuales la Biblia resultaba insuficiente. Santo Tomás de Aquino, intentó esta comente denominada tomismo, !a fuente que la síntesis entre razón y té, y abrió complementara a sagradas escrituras será la obra de .Aristóieies. las puertas a la razón aunque, como se verá, subyace en su pensamiento un piatonismo que había tenido preeminencia hasta el siglo XII. De su obra surgirán dos cuestiones importantes con éste cambio. Por un lado, un giro en visiones y formas de entender muchos problemas bajo la óptica del anstoteiísmo, lo que derivará en la división dentro de! seno de la Iglesia entre platónicos y aristotélicos, por otro lado, las disputas hermenéuticas con las versiones islámicas dei aristoteiisme en un relevante debate filosófico con ei averroísmo y el avicenismo, ambos cuerpos doctrinarios del Islam que hablan tomado a .Aristóteles con antenondad al cristianismo. De hecho, una larga Edad Media en la cual la cultura había decaído como producto de la barbanzación había hecho que se perdieran en Europa obras fundamentales de la filosofía. .Aiástóteles es reintroducido en Europa por los árabes, que habían recurrido a él en momentos de una gran expansión y desarrollo de la cultura islámica, tanto en el none de Africa, como en las zonas europeas que habían conquistado. La filosofía que de hecho parecía haberse extinguido en Europa se había desplazado hacia Onente. La herencia del platonismo, dei anstoteiísmo e incluso del epicureismo, asi como también del helenismo había permanecido dentro de las reflexiones de árabes y judíos. Gilson señala que cuando el emperador Justmiáno en el siglo VI cenaba las escuelas de Atenas, tanto islámicos como judíos y cristianos de la zona de Siria y Mesopotamia conocían, estudiaban y drvTjlgaban las doctrinas de .Aristóteles, Hipócrates y Galeno. 18
  14. Uaa doble condición domina el desaiToiío de la fiiosoria iomista: ia diaiincion entre !a razón y la fe. y la necesidad de su concordancia. El ámbito entero de la ñlosoña proviene e.xclusivamente de la razón; es decir, que el ñlósofo no debe admitir nada más que lo que sea accesible a la luz .namrai y demostrable por sus solos recursos. La teología, por el contrario, se basa en ia revelación, o sea. en ñn de cuentas, en la autondad de Dios. Los anicuios de .a te son conocimientos de ongen sobrenatural, contenidos en tórmuias cuyo sentido no nos es enterarniente penetrable, pero que debemos aceptar como :a!es. aunque no podamos com.prencerlos. .sí, pues, un dioso ío siempre buscando en iarazón los pr.ncipios de su argumentación; un teólogo ?a'gum.enia siempre buscando sus principios primeros en la revelación. Desatados asi los dos dominios, es necesano constatar, em.pero, que ocupan en común, un determinado número de posiciones. En prnmer lugar, ia armonía de derecho enme sus conclusiones uitim.as es cosa cieña, incluso cuando esa annonia no aparezca de hecho. Ni la razón -cuando la usamos correctamente- ni ia revelación -puesto que tiene su ongen en Dios- pueden engañamos. .-Lliora bien, la concordancia de la verdad con la verdad es necesana. Es. por tanto, cieno que la verdad de la nlosofia se ajustaría a ia verdad de la revelación por una cadena ininterrumpida de lazos de unión verdaderos inteligibles, si nuestro espíritu pudiese comprender plenamente los datos de la te. De aquí resulta que, siempre que uaa conclusión filosófica contradice a! dogma, nos hallamos ante un signo cieno de que tal conclusión es falsa- La razón, debidamente advenida, tiene que cnticarse en seguida a si misma y encontrar el punto en que se ha producido el error. (Gilson. 1995, p. 516) Tomas le dará al problema de ia relación entre razón y fe un nuevo y panicuiar enfoque. Hastajse momento la razón habla sido cóncefaica de un modo fuenemenre .snmeririo a la fe. De algún modo la niosofia, moGeraa romperá las cadenas Oe esa tiranía. Pero, seguramente sin aroocnérspjn rniifíp iíSfis será Sanco Tomaa. No es que el filósoto de .A.quino rechace ia idea de qué cuando iñfa proposición filosófica contradice a la verdad revelada, la que comete el error es la filosofía, pero va a realizar una distinción entre dos ámbitos de dominio de cada una de ellas. Mientras que a la filosofía le corresponde el ámbito de la verdad natural, a la Fe le corresponde ei rie la snhren,imr^¡ r! hecho de que se establezca una distinción entre ellas no quiere decir que se deba excluir el acuerdo. En su propio ámbito, ei de las verdades de orden natural, la razón no requiere el au.xilic de la revelación.' Por decirlo de otro modo, ia razón humana es autónoma y suficiente como para conocer todo aquello que hace a la naturaleza. La razón humana es del hombre, hace a su integridad como persona. De hecho esto no hace de la razón algo dudoso o malo, sino todo lo contrano. La razón es buena y conduce a la verdad porque es Dios quien la ha puesto en el hombre, quién se la ha otorgado. Y ai otorgársela lo deja libre, para que el hombre se maneje con independencia. Será la obra de .Aristóteles la que vendrá a com.pietar esas verdades de razón que según Tomás el hombre requiere tanto como las de fe, Claro que también hubo retrocesos. La Física y la Metafísica de .^nstóceles llegaron a Europa a través de .AveiToes cuyos comentarios destacaban la dificultad de reconciliar la ciencia de .Aristóteles con la teología ortodoxa, sea musulmana o cristiana. Como resultado de esto, durante algunas décadas desde el 1210 en adelante, esas obras quedaron eliminadas de los programas de esaidio de las escuelas. Pero Santo Tomás de.Aqumo (1225-1274) se dedicó a la tarea de mostrar que en el sistema de .Anstóceles no hay nada esencialmente incompatible con la teología cristiana ortodo.xa. (...) Desde esa época en adelante, el gran sistema teónco creado por .Aristóteles se convirtió en el cimiento de la ciencia nanirai de Occidente.” (/Toulmin, 1971, pp. 182,183) I La obra de Santo Tomás vino a llenar un hueco doctrinario, allí donde el dogma cristiano, basado esencialmente en la Biblia era insuficiente. Es por ello que las concepciones aristotélicas. ignorada.s durante cenmrias por la cultura occidental, se vuelven a poner en vigencia. ■ Pero con el surgimiento cultural y científico del siglo XIII, cuando aparecen las universidades, todo el pensamiento antiguo, reintroducido por los árabes trae también otras ideas. 19
  15. Contexto histórico del nacimiento de la ciencia de la naturaleza Lo que denominamcs como coencia experimentai moderna es un ;ipo particular ae conccimismo que swge ■conjuntameTrte -eon ia-em crgen^ de la burgijesia csmo-aueiurCtee-sociai. la cual comienza a cantii-, con y la criSis de las ;nstitu¿iones íeudaies. ' XPoco después del 1300 comenzaron a"decáer las instituciones ae ¡a'Edati" Media y. en su lugar surgían poco a poco instituciones y modos de pensar nucy^s que deterrainarian e! surgimiento de una nueva sociedad: ¿a^cledad bnrgoesal> i.ar e* poner ecci40iin^o, c^^n '^n ih-StC oracn económico —c¡ capitaiisniO en ^u íonna ntercauti la formación de ios Estados Nacionales general (sigips XIV sentó s o ^ ca -XVí^lTO el ccomercio (revolución comercial de los siglos XIV y subsiguientes), en la reforma religiosa (siglos XVI—XVH'¡, en:^"crrganización política, ..j ^^jarins nacinn y ima n.,«.4,i fr>rmi Hp pwncar la. r r liiiJmin S n - --inn orrns .-nsns Hg-h» va i-.n ei 5?ialf>XVI-XV'TL— ■ La cultura m.ercantii. a la que hemos hecho referencia, se instala en el mundo occidental con Nicolás Copérnico ¿1 derrumbe dei sistema feudal comenzando aproximadamente entre los siglos XIV' y XV. Suele denominarse revolución comercial a la aparición de los siguientes cambios: 1) El monopolio del comercio en el Víediterránec que ejercían las ciudades italianas. El intercambio que estas ciudades realizaron con CaUjeQ G alilei y a su lado el telescopio Europa septentnonai. que utilizara para sus observaciones La introducción de monedas de circulación genera;. La acumulación dei capital sobrante en el comercio, la .navegación y la minería. 2) La demanda de matenales bélicos y el impulso dado por ios nuevos monarcas ai comercio con el ñn de crear otras fuentes de impuestos. 3) El deseo de obtener productos dei Lejano Oriente estimulado per el relato de los viajeros. También, como se ha señalado, hay una profunda transformación religiosa a partir de la reforma protestante y de la nueva moralidad que propone. revolución del coHOcimiento en los estudios de la naturalez;^ TJ3 mnripmirinrl gepé.r.n una profunda t«fflSÍ&ffH€ición, no sólo es de indóie eeonómiea o socml, sino también espiritual.que gestaarH-auevo-sujete-históricn, un nuevo sujeto de conocimiento que se expresa fandamentalmente en las figuras de René Descartes en la filosofía y de Galileo Gatilei en la ciencia. No debemos pensar por otra parte que es a partir de una transformación que se producen todas las demás, sino que todas coadyuvan a la transfoiTnación global. 20
  16. El desaiTollo de ana forma de conocimiento que busca su validación en la experiencia, utiliza instrumental íécmco, unifica conocimiento de la naniraleza y aplica la matemática com.o lenguaje apropiado para entenderla. Esto sólo die posible denti'O de una cuiaira mercantil que llevó ambas disciDÜnaS ai punto de fusión.^Sn vanos aspectos los cambios, que prodmo la aueva.<ieacia. tuvieron su inspiración, en ta técnica medieval. Nos referimos a: a - los procedimientos técnicos como impulsores del miétodo expenmentai, b - como en e! uso de los ar.efactos para hacer observaciones y . c - en la elaboración de modelos matemáticos base de la forma de representación dei mundo. / Todos estos procesos comienzan hacia e! siglo XIII. el detenoro, lento pero progresivamente de las instituciones feudales se ve incentivado por la aparición de una creciente desconfianza en los dogmas dei ^pasado, y básicamente en las dos ftieates de sabiduría dei mundo medieval: la filosofía de .Aristóteles que habia sido reincroducida en Europa por los arabes y adoptada por el cristianismo a maves ae Santo Tomás y la Biblia. Entre la ciencia feudal y lamiencia moderna hubo un camibto de contenido epistemológico, no de función epistemológica; a una sociedad que se concebía a si misma como tutelada por la Voluntad de un Ser Supremo, a través de sus ministros, correspondió la idea de úna naturaleza habitada por fuerzas espirituales. Correiativamiente, a una sociedad que se presenta como un sistema mecánico, cuya equiübración depende de la sola operación de ios mecajjismos objetivos del mercado (ne.xus rerium), corresponde una visión de una aaoiraieza regida por las funciones matemáticas. ¡Saraaja, 1993, p. 349 ) El cambio al que se refiere Satnaja implica dimensiones epistemológicas, pero tamoién morales, sociales y económicas. La idea medieval del precio iusio, que_iiHDgdia obtener beneficio alguno oor encima del costo,'significó el atraso de la Europa católica y latina. Para Koyré (2007) esta transformacTÓn-se debe en par^e a ios filósofos dei siglo XIII, cuyo enroque inductivo se inspira en la geometría griega transformándola en la base de la ciencia experimental moderna. Si bien desde el punto dé vista teórico .Aristóteies no dejaba de ser un referente metodológico, estos científicos superaron el sentido ingenuo de observación aristotélica y la sistematizan con el propósito de verificar sus supuestos. La ciencia expenmental moderna no estaría madura sino hasta ei siglo XT'v'II con aportes tan importantes como los de Galíleo Gaiiiei. pero sin duda el proceso de una ciencia nueva comienza con ios filósofos del siglo XIII, que desde la üniversiaad de Oxford pnncipalmente y en las figuras de Roberto Grosseiete v Roser Bacnn, sientan las bases de la ciencia moderna. Gfosseteste parece haber sido el pnmer escritor de la Edad Media en reconocer y tratar los dos problemas fundamentales de in Inrlnrr;ÍQn y ¡a "Verificación” v '‘fni.sadón’’ que se plantearon cuando la concepción griega de la demostración geométrica fue aplicada al mundo de la experiencia.- Parece haber sido el pnmero en establecer una teoría sistemática y coherente de la investigación expenmental y de la explicación racional, teoría que hizo del método geométrico gnego la ciencia experimental moderna. Con sus sucesores fue por lo que se sabe, el primero en utilizar y en ilustrar con ejemplos una teoría tal en los detalles de la investigación de problemas concretos. Ellos mismos creían crear una nueva ciencia y en pamcular una nueva metodología. L’na gran parte del trabajo experimental del siglo XIII y XIV' fue efectuado en realidad con el único fin de ilustrar esta teoría de la ciencia experimental, y todas sus óbras reflejan este aspecto metodológico. (tCoyré, 2007, p. 55) ¿Cuáles son, pues, los rasgos por ios cuales _.ei nuevo método se opone al que se habia i^ntonces en el esuidio de la naturaleza? Se los puede reducir a tres, ninguno de los cuales es absolutamente nuevo en sí mismo. Pero cuya unión íntima hará la originalidad del método experimental en física: el uso del razonamiento hipotético deductivo, el tratamiento matemático, de la experiencia, el recurso a la experimentación. La deducción hipotético 21
  17. [ dediicti’. a se Cisnr.giie de ia aeduccion eategónca en que en luaar de animar como verdadero su principio para comunicar su certidumbre a sus consecuencias, se umiia a ponerio en el punto de panda -es e: sentido propio de: 'enriino hipótesis- como un simpie oostulado cuyo valer de ercad queca en suspenso, y a sacar sus consecuencias, oue particican nararaimsnte de la neutralidad de; principio en cuanto verdacero raiso. ^Bianché. i9"_. p. 22) .°ero también hay una profunda transformación religiosa que va a ser decisiva en el surgimiento de la nueva mentalidad, 'vos refermos a la reforma protestante y a la nueva moralidad que ella implica. Un hecho central del protestantismo es la convicción de que Dios, a través de la Biblia, se dirige .a cada iiouibie oaiticular, el cual debe naceré: esruerzo de comprender cue es uo que quiere Dios de él. Esto, que se ' conviene en practica regular de los ñeies. mocinca sustancial mente las prácticas católicas, las cuales penian enere el pueblo común y Dios a la casta sacerdotal y a la intennediación interpretativa de ios teóicaos. Explica tamoién el hecho de que en la Europa protestante, a diferencia de la católica fuera más propicia una preocupación por e! valerse dei propio entendimiento. Si la interpretación de la palabra de Dios ya no estaba sujeta a la autoridad de los teólogos, ,;,qué otras interrogantes estarían limitadas? Por otra pane la iTiotal protestante que, a diferencia de la católica, no condena el enrícuecimiento v e! lucro como un pecado, también es la base para un desaiTollo económico en el cual el ganar fortuna por medio del trabajo es una bendición divina. La ¡dea medieval de! precio justo, que impedía obtener beneficio alguno por encima del costo, significó el atraso de la Europa católica, y latina. Por el contrano. ia ganancia, considerada como una bendición, se convirtió en la base de una creciente acumulación capitalista. E! uso de la propia razón para entender el mensaje de Dios pronto se hizo extensivo a ia aplicación de la razón para resolver otros ptablemas más mundanos. Allí quedó en evidencia cómo se podía sacar ventaja de este instramento. Al respecto señala Geymonat; - , ' ■ E! nacimiento de la ciencia expenmental guarda relación con el descubrimiento -nada simple, aunque hoy pueda parecemos obvio- de que existen técnicas muy precisas para dornisar racionalmente el curso de la experiencia, es decir, para provocar ciertos fenómenos que pueden repetirse a voluntad y medirse con exactitud matemática, en condiciones controladas por nuestro intelecto. (Geymonat, 1984, p. 33) ^sta □rofunri.a tran.sformación no sólo es de Índole económica o sociai, es una profunda transformación e.sniritual que gesta un nuevo sujeto histórico, un nuevo sujeto de conocimiento que se ex_presa fundamentalmente en las figuras de René Descartes en la filosofía y de G-aiilen Galiieí en la ciencia.. No debemos pensar por otra parte que es a partir de una transformación que se producen todas las demás, sino que todas coadyuvan a la transfoimación global. No es difícil com.prender el supuesto social que posibilitó este cambio fiiosófico: se trata de la consolidación victoriosa, decidida de nuevas riquezas vinculadas con el trabajo y -por tanto- de! surgimiento de gnipos cada vez más numerosos de científicos profundamente sensibles a los intereses de la producción y capaces de darse buena cuenta de la unidad indisoluble entre la práctica y la teoria. (Geymonat. 1984, p. 34) Esa umdadjndisoluh|if entre y tpnna a la que hace alusión Geymonat la realiza Galileo en el campo de la ciencia v luego la anunciará Kant en.el campo de la filosofía, pero previamente se presentará como una oposición, como una controversia entre las dos grandes corrientes filosóficas que dan origen a la modernidad. re'fiífünOs a lájiolémica entre racionalismo v empirismo. Lo que se encuentra en cuestión en este enfrentamiento es fundamentalmente de corte gnoseológico. La pregunta que surge es ¿cuál es el fundamento del conocimiento, la razón o la experiencia sensible? Mientras que en la tradición empirisía, preocupada por el conocimiento de los fenómenos naturales prima ia observación, que es la que permite describir, seleccionar, catalogar, clasificar los objetos de la naturaleza, gobernada por un principio inductivo; para la tradición racionalista, que reniega de la expenencia sensible cómo fuente de conocimiento, y se apoya en una lógica deductiva, las ciencias que mejor dan cuenta de la posibilidad de obtener un conocimiento seguro y fimie son las fomiales; lógica, matemática y la geometría, que siendo pane de la matemática tiene problemas de investigación y desarrollos propios. Es por ello que hasta ese momento las ciencias naturales prosperan de la mano del empirismo, fundamentalmente del inglés v las ciencias formales avanzan de la mano del racionali.smo frane^^ y nií^n-ián Pero mientras que para el tiempo en que empiristas y racionalistas ->i
  18. CncÁ poierniz2n. '^.iiieo va establees ina síntesis que supera la dicotomía y que producirá progresos "sombrosos .... e! campo ae ia astronemia y ce la física. En este sentido tencriamos que deci justiñear lo que etectivamente ia ciencia realiza. que la alosot:a vendrá a Modelo copérnico-galileano E; modeio astronómico de base mate natica que Copéifaco concibiera en su obra Acarca cíe la Revoiiición de lc:s esferas celestes^ estaba lleno de impertecciones, pero, por ser heliocéntrico se acercaba mucho ai que más tarde ia astronomaa moderna y ia investigación espacial pudieron descubrir. Copémico pensaba que las órbitas de los planetas eran circulares, participando del concepto de la tradición griega del circulo como forma perfecta y de la influencia teórica del platonismo sobre la matem.ática como ciencia que puede revelar ia verdad. Si bien, más tarde Kepler propondrá la tecria de las órbitas elípticas, ajustando más el modelo, fl.ie Galiieo quien articulando teoría y práctica, razonamiento y observación, sentó las bases para una astronomía cientiflca. Más allá de las controversias con el clero, el miodelo heliocéntnco copéraico-gaiileano logró imponerse por su sencillez, capacidad explicativa y predictiva y concordancia con ios fenómenos. Sin embargo esta tarea «justificadora» no es una tarea menor, sobre todo en condiciones poco propicias, ya que si bien los científicos operan con las nuevas ideas en la producción de nuevos conocimientos, que todos aplauden, son ¡os filósofos los que tienen que salir al ruedo de las disputas que muchas veces cuestionan las bases del saber tradicional. Quizás la discrecionalidad de la Iglesia Católica con respecto a la figura de Galiieo tuviera más que ver con los planisfenos celestes o las cartas de navegación que los comerciantes burgueses reclamaban cada vez con mayor insistencia que con la misma retractación frente al tribunal del Santo Oficio. Tengamos en cuenta que todavia la máxima autoridad espiriaial, pero también política, con su largo brazo ejecutor en contra de la herejía es]a iglesia Católica, y ahora se presenta en escena una disciplina gil»; viene nispiiiarie su autoridad, la ciencia. De los procedimientos experimentales Semal señala que: Los pnm.eros hombres de ciencia que examinaroala naturaleza o la obra de los’hombres, tuvieron que utilizar el equipo y las ¡deas predominantes entonces en la tecnología, es decir que usaron el compendio de recetas prácticas e instrumentos del hogar, la granja y el taller artesanal. . "... un proceso técnico en pequeña escala. Los aparatos del experimentador, como lo pmeba el caso de .Agrícola (1490-1555), se reducen a los del tundidor. (Bemal, 1963, p. 29) Bemal ve en el experimento la base de la ciencia moderna. Pero no todos los histonadores de la ciencia entienden esta situación del mismo modo. .‘Vlexandre Koyré si bien acepta estos peesupuestos generales, establece diferencias en cuanto al papel del artesanado y su relación con la ciencia, marcando más una mutua influencia reciproca entre el accionar científico académico con el de las practicas de los artesanos e ingenieros: La ciencia de Descartes, a fortiori, la de Galiieo no es (como se ha dicho) sino ia ciencia del artesano o del ingeniero. Esta explicación no me parece, he de confesarlo, completamente sat’ísfactona. Es verdad, claro está, que la filosofía moderna, tanto como la ética y la religión
  19. modernas pone e! acemc en ia accion. ¿!LÍa.j;i:iUls^.niiicho ;-!ias de in h:ic:a -ensa!-n;¿p[Q anúguo v-íaediOéval. Esio es cieno mnibien en lo que se refiere a ia ciencia rnoaena. i'^ienso en la risica canesiana, en sus comparaciones con poleas, cuerdas y palancas. Sin embarao. ,a acnrud que acabamos de describir es má.s ia de Bacon -cuyo pape! en ia distoria de las ciencias no es dei mismo orden- que !a de Galüeo o Descerres. La ciencia de esres no es cora de'inaenieros o artesanos, sino de hombres cuya obra rara vez rebaso el orden de ia teoría. La nueva balística no fue elaborada por artificieros o artilleros, sino en contra de éstos. Y Gaiileo no aprenaio su oficio de personas que trabajaban duramente en ios arsenales y astilleros ae Venecia. Muy al contrario les enseño el suyo, .^.demias esta teoría e.xpiica demasiado y demasiado poco. Explica e! prodigioso desarrollo de la ciencia del siglo .XVTI por el de ia íecnolosia. Sin embargo,..^ .. este último era infinitamente menos soiprendente que el primero. .Xdemás, olvida los iomtos técnicos de la Edad Media. No nene en cuenta el apetito de poder y riqueza que inspiró a la alquimia a lo largo de su historia. iKoyré, 2007, p.p. 150-152') Adejándonos de esta discusión, l&Que nofxidemos-fl&gai.es que las prácticas artesanale.s medievales fii^eron determinantes p_ara impulsar el método experimental porque brindaron la base material a la que los científicos pudieron darle un uso completamente novedoso. Nq es sólo la manera de trahain. sinn Kis talleres, ios arsenales, en los que le gustaba tanto a GaliIeo trabajar los que resultaron ser esencial^ para la ciencia de la aaruraleza. Muchos de los descubrimientos de Galüeo fiieron maravillosos, otros errores y coníusicnes imponderables, pero su .gran ménto consistió nastamente en pcovesr a la ciencia modema de un nuevo métofin. en. el cual la teon'a y !,i experimentación .se inteiTeiacionan sirviendo la una a ia otra como guia y control. Comprendemos también ei orgullo del GaliIeo platónico, que en sus Discorsi e dimostra:iom anuncia que va a promover una ciencia completamente nueva a propósito de un problema muy antiguo, y que probará algo que nadie ha probado nunca hasta entonces, es decir, que ei movimiento de la caída de los cuerpos está sujeto a ia ley de los números. El movimiento gobernado por los números; la objeción aristotélica se encontraba por fin refutada. (Koyré, 2007, p. n5) No vayamos a imagmamos, según una perspectiva por demás simplista, que lo que hace la esencia del método experimental y la novedad de la ciencia moderna con relación a !a antigija es el reemplazo del razonamiento por la experiencia. En cambio, consiste en una nueva manera de asociar razonamiento y experiencia; una nueva manera de razonar a propósito de los hechos de la experiencia, una nueva manera de interrogar a ia expenencia para, a la vez. someterlo al razonamiento y permitirle controlarlo. (Blanché. 1972) Hasta el dia de hnv permanecs ia nnl,^mioa que sn.stipnp .i nn G.Tlilpn expenm^ntarinr frente a Qtrc^ teórico, entre un Gialilen smpmsta V otro racionali.sta. La.s dudas radican en tomo a si GaliIeo realmente llevó adelante experimentos del tipo de laboratorio, o si por ei contrano se mantuvo dentro de una especulación teónca conducida por la matemática. La frase “mente concipio”, concibo con la mente, hace pensar que sus '■‘experimentos” se realizan en su mente antes que en algún 'laboratorio”. La precisión de los resultados lleva a creer que se trata en realidad de cálculos matemáticos, pues por medios de los precarios instrumentos de la época no se hubiera llegado a .'•esultados tan precisos. Otros se apoyan en las referencias realizadas en sus escritos a comentarios de trabajos con objetos e instrumentos de medición. -Aparentemente, la respuesta es sencilla, pues ei propio GaliIeo, en las Consideraciones y demostraciones matemáticas sobre dos nuevas ciencias (1638), declara que llevó a cabo una y mil veces los experimentos ' con el plano inclinado. D«fa«te el-siglo X fX r^ 'adTnitTa~'genertilmente que-eLpedre de la “física moderna”' había aplicado el método expenmentál. Pero en los años 1920-1930 vanos historiadores de la ciencia pusieron en duda esta versión. Según ellos, es difícil creer que Galüeo pudiera por los medios de que disponía realizar experiencias lo bastante precisas como para considerarlas pruebas significativas. Entre los años 1960-1980 otros historiadores reaccionaron; estudiaron los manuscritos inéditos de Galüeo y repitieron sus experimeutos con el fin de probar en que sentido había sido un buen investigador. 24
  20. Pero, finaimeate, ¡;,expenmencó realmente Galileo para establecer las leyes del movimiento? Si bien el. debate sigue abierto, entendemos que la pregunta está .mal tbiinulada, pues concibe a las dos opciones como excluyentes y suponemos, a partir de todo lo expuesto, que de un modo primario, precario en ciertos aspectos tanto como que era la pnmera vez, .nizo las dos cosas al mismo tiempo y allí se encuentra su gran revolución. El uso de instrumentos técnicos para la investigación científica Se trata del correlato de los cambios apuntados. Gaiiieo le otorga al teJescopio un papel ftindamentai para el desarrollo de la ciencia y lo reconoce como invención de 'in simplefabricante de lentes ordinarias." (Galileo, 1623), La utilización del naismo en la tarea científica genera la oposición de los teólogos de la época quienes poseedores de una concepción distinta de ciencia desconfiaron de su valor. En [a pnncipaí obra de Gaiiieo Galilei, U Saggiaiore -E l Ensayador- , Galüeo va respondiendo puniualraente a la obra del jesuíta P. Grassi (escrtta bajo el seudónimo de Sarsi) en donde el autor, con argumentos silogísticos, se opone a las hipótesis astronómicas de Gaiiieo. El punto medular de la critica de Sarsi es el uso del telescopio, ai cual, por razones puramente lógicas, le niega la posibilidad de producir un aumento tal en las cosas que permita hacer visible lo que antes no lo era. Con este argumento pretende negar la existencia de manchas solares, u otros descubrimientos hechos con el telescopio, que ponían en duda la perfección de la órbita celeste. embargo fue precisamente aquel acto de confianza de Gaiiieo en los productos de la iti^Sma de la artesanía el que inició una de las revoluciones científicas más profundas. " '(Geymonat, 1990, p. 35) Los modelos matemáticos como forma de representar el mundo Si bien se reconoce, en la cuantificación propia de la ciencia, ei aporte de ios teóncos, se le da también gran importancia a la presencia de la cuantificación en ei trabajo artesanal; antes de Gaiiieo y durante su vida, las matemáticas eran usadas cada vez más por los técnicos y artesanos prácücos.”(Needham, 1956) La-maremática, una ciencia considerada aiejada totaimente de lo empírico, empieza a ser ei instrumento oor ia nar.i.enre i-tenria natural. La ciencia, hasta ei momento vinculada con ia especulación filosófica y con la teología, comienza a encontrar en el mundo del trabajo temas, problemas, soluciones y motivos de crecimiento de una nueva forma de saber. No es casual que en Ei Ensayador. Gaiiieo haga alusión a una práctica común y extendida entre la incipiente burguesía de artesanos y comerciantes: La filosoña está escrita en ese grandísimo libro que tenemos abierto ame los ojos, quiero decir, el universo, pero no se puede encender si antes no se aprende a encender la lengua, a conocer los caracteres en que está escrito. Está escrito en lengua matemática y sus caracteres son tnánguios. circuios y otras figuras geométricas, sin las cuales es imposible encender ni una palabra; sin ellos es como girar en un oscuro iabennco. (Galilei, 1984, p. 14) Veamos que GalHee-éiee; -'lafilosofía esta escrita ..." no la namraleza. Todavía la filosofía reúne en su seno al conjunto de! sabe.q pero tiene que ser redefinida, no se pueden aceptar los viejos libros porque ellos están sujetos e meras especulaciones. La única forma de darle a la tísica un lenguaje matemático es redefiniendo su objeto de estudio v esto afectará a todo el saber v a toda foima de saber. Este nuevo objeto son las relaciones entre fenómenos y no las cualidades. Son las relaciones las que pueden ser medidas y de este modo se obtiene un carácter consensual del conocimiento de la experiencia (eminentemente ligado a cada uno de los sujetos que lo adquieren). Este nuevo objeto de conocimiento no es empírico sino fonnal y-abstracto. Así, comienza un camino en ei cual por ejemplo ei rojo, no es una sensación que depende de quien ve esta cualidad de los objetos, sino una determinada longitud de onda. Mientras el rojo es una
  21. oercepcicn iLibjenva. a pesar de 5li uaiversahdad. no es exacramente iguai de un sujeto a otro. En cambio 'a mensura racional permite ei conoctmiento de una condición propia dei objete, rormuiada en termines aesTracros. pue pemaiten sustraerse de las sensaciones (subjetivas) y construir enunciados que nos peiTnite'i iiaoiar ael objeto superando las notas subjetivas. Este conocimiento de las relaciones entre,fenómenos puede cuantificarse y conveitirse en test de ;as nipotesis te-oncas. Es uecir. ei Lenauaie matemático no puede captar sino relaciones entre tenomenes. Pstas relaciones son algo que puede medirse v. por lo tanto, also oue puede considerarse verdadero o falso. E! fenómeno sufre de esta manera un proceso de abstracción a! cual corresponde la sisternaiizacion uniñcación y oraenamiento de! sistema comolejo de leves e hipótesis que se venf.can. El piano pnvilegiado de estas abstracciones, o sea ei plano en que es más fácil ia reducción dei fenómeno a las relaciones que lo determinan, es ei plano de ia mecánica, donde entran en juego los conceptos sugendos más inmediatamente por la técnica de las llam.adas máquinas simples. Este plano tiene i3 ventaja de poder expresar relaciones en forma matemática elemental, de manera que permite penetrar en las propiedades más caracteristicas dei plano inclinado, ¡a palanca, el movimiento pendular, etc. A esta concepción de la naturaleza entendida como una máquina que puede desalmarse, estudiar sus panes por separado hacerla más inteligible se la denomina mecanicista. Es decii", a la idea de una naturaleza como lugar privilegiado de la manifestación divina, poblada de .marcas y analogías que hay que descifrar le sucede la idea de una namraieza entendida como maquina esenta con caracteres imatemácicos (Galileo) constituida por relaciones que hay que medir. El enfrentamiento con la Iglesia Hacia el año 15'^3 ve la luz ia obra Sobre las revoluciones de las esferas celestes de Nicolás Copémico sobre quién ya hemos hecho referencia. En ella se plantea un modelo heiioestático, o heliocéntrico. El sistema copemicano no sólo establecía otra jerarquía para la Tierra en ei contexto de los planetas, sino que impiicabadarrUJi-én la.expiícación dei movimiento planetario de acuerdo con cálculos geométricos que tenían que dar cuenta de ciertas irregularidades, como por ejemplo el m.ovimiento retrógrado. Copémico era clérigo, su modelo no pretendía cuestionar los preceptos de la religión, sino que se inscribía dentro de una polémica entre platónicos y anstotélicos que se remontaba ya a más de dos siglos en e! seno de la Iglesia. Tenemos que pensar que para este tipo de investigaciones las premisas determinan el sistema y la prueba está en que podían hallarse descripciones geométricas y matemáticas S irreprochables tanto para un sistema geocéntrico como oara uno heliocéntrico.Gatiieo frente a la inquisición Si bien la obra de Galileo está dedicada al Papa Urbano VIII, en ella cuestiona cada uno de los principios aristotélicos que constituian ei fundamento de la cosmovisión católica. En este sentido, la fractura que genera Galileo con la tradición tiene alcances que trascienden a la ciencia en general y a la astronomía en particular. Galileo se declara "‘un fiel hijo de la Iglesia”, no tiene intenciones de atacar a las autoridades eclesiásticas, pero si se opone, férreamente a ia astronomía :|^p.sTnre.1iru3 El caso es que esa astronomía era. doctrina oficial de la Iglesia Católica y no solo la astronomía, buena parte del credo católico se encontraba fundado en la cnstianización de la doctrina aristotélica por parte de Santo Tomás de Aquino, así que, al atacar a una atacaba a la otra necesariamente. La lucha que deviene entre los modelos geocéntrico (aristotélico tomista, doctnna de la Iglesia) y el modelo heliocéntrico (platónico copémico galileano, teoría de la ciencia) no implicaba simplemente una disputa astronómica, lo que se ponía en juegó'era la lucha por la hegemonía entre la ciencia y la religión. ~ 26
  22. Galileo nü pretendió elaborar un siatcma cerrado al estilo aristotélico en el que una conclusión estaba implicada en otra y asi sucesivamente. Su ciencia era una cuestión de métodos y aportes fragmentarios que debían 'er continuados por otros cientiñeos. Con esto aparece una nueva característica de la ciencia moderna: la ciencia como una actividad continuada por otros, como una tarea compartida entre científicos. Si agregamos que Galileo considera que cualquier individuo es poseedor fie razón y como tal puede llegar, convenientemente educado, a comprenderla, la ciencia se convierte además en ronocimiento público. Pero a menos que la verdad sea reconocida como pública — como aquella de la que cualquier persona podría convencerse si llevara su indagación suficientemente lejos— no habrá nada capaz de impedir que cada uno de nosotros adopte creencias completamente fútiles de su propia cosecha que no serán creídas por los demás. Cada uno de nosotros podrá instaurarse en carácter de pequeño, profeta, esto es, como un pequeño chiflado, una victima semilúcida de su propia estrechez mental. (Peirce, 1987. p, 134) Pero, la oposición al saber medieval no fríe solamente la teoría copemicana sino también, la búsqueda del conocimiento público y la tarea companida entre científicos, o sea, el conocimiento como construcción. Aellas deberemos agregarles, como ya hemos visto, la preocupación por el método, su lenguaje matemático y esa relación definida entre ia teoría y el conocimiento.-empírico que pretende probarla y que dará lugar a numerosas reflexiones epistemológicas. En el caso de Galileo las reflexiones están marcadas por la polémica que signó'toda su vida y la intención de separar las cuestiones teológicas de las científicas. Dos grandes temas estaban en juego. Uno de ellos era el surgimiento de un nuevo modo de plantear la investigación científica, lo que es el aporte .más s.ignificativo de su obra; otro, el hecho de que el cuestionamiento del fundamento aristotélico tomista ponía en peligro la hegemonía ideológica del catolicismo. Si la Iglesia se había equivocado con respecto a los astros y las estrellas, ¿en cuántas otras cosas no estaría también equivocada? La Iglesia se enfrentaba a un conflicto que siempre había quendo evitar: la confrontación entre ciencia v fe. entre razón y religión y que tenia ahora a Galileo Galilei como principal protagonista. La génesis y el asiento de la verdad comienzan a ubicarse en otro lugar. Galileo llama, no sólo a los científicos, sino a todos los hombres a buscar el conocimiento, no ya en la obra de Aristóteles ni en la Biblia, como enseñaba la religión, sino en la propia razón, en las matemáticas y en la deducción consustanciada con controles empíricos metódicos y sistemáticos. En resumen, es un hecho que todo este movimiento no surge por generación espontánea, que las condiciones del surgimiento de la ciencia experimental moderna no se dan de la noche a la mañana y que de algún modo, las tradiciones académicas y la del mundo del trabajo ya habían comenzado a acercarse entre sí previamente al surgimiento de la nueva filosofía cartesiana o de la revolución copémico-galileana. Estas fueron posibles en la medida en que germinaron en el suelo fecundo de una transfonnación que ya había atravesado al conjunto de la sociedad. Galileo en el contexto del pensamiento de su época Algo que da razón a Koyré es el hecho de que lo que se llama “expenencia” y que provendría del mundo del trabajo estaba sujeto a una serie de prejuicios y muchas veces a prácticas retrógradas marcadas por al abuso de formas tradicionales de realizar operaciones técnicas. ' La expenmentación que alienta tanto al desabollo técnico, cuanto al científico, es una empresa que madura en la interacción de estos mundos, pero fundamentalmente en la ruptura de cada uno de ellos con sus propias tradiciones. Porque no se trató, como bien lo señala Koyré, de la observación o experimentación espontánea del sentido común, que era la habitual en el mundo del trabajo, sino de otra forma de expenmentación, que es la que dará el carácter definitivo a la ciencia moderna, método, sistema, controles mutuos, la matemática como oarametro de traducción entre la realidad v los enunciados. 27
  23. Francis Bacon Rene Descartes En-este sentido, ranto las coiTÍentes empinstas como racionalistas contnbuyeron a la coníonnacicn de una ciencia que tendría que madurar, pero que mostraba un grado de eficacia a la hora de producir conocirniento que trascendía las polémicas filosóficas entre estas dos tradiciones. Creemos no equivocamos si afirmamos que Descanes es a ia filosofía lo que Galileo a la ciencia experimental moderna. .Ambos ftandan estas viejas disciplinas de un modo absolutamente moderno. Sin embargo Galileo tiene un ménto diferente, realiza efectivamente para 1a ciencia la unión entre la deducción racional y la experimentación, la síntesis entre observación y teoría, en la consumación de un sistema' científico. Descartes, da a la matemática un pape! fundamental a la hora de utilizarla como un instrumento de saber, pero deja de lado, con su racionalismo radical, cualquier papel para la observación. Su modelo de ciencia teórica no plantea los fundamentos que requenrá la ciencia moderna, eso es obra de Galileo. Galileo,^esrarte^' Bacon vivieron en e! mismo tiempo y .aunque mvieron concepciones muy diferentes, particulares y contundentes con respecto a la ciencia, a la naturaleza y a su conocimiento, compartieron ia preocupación por instaurar un nuevo modo de conocer. Si bien Bacon. con su Novim Organon, pretendía desplazai^ios cíatenos de cientificidad, del hasta ese momento vigente pensamiento aristotélico, redivivo,por una escolástica que a pesar de las criticas nojnin«istas, seguía teniendo peso, y también Descartes, quien intentó desde otros fundamentos llevar adelante una tarea fundacional-de la ciencia con su Discurso del Método, realizando ambos aportes que hoy podríamos denominar epistemológicos y metodológicos. Pero es en realidad Galileo quién realizó ana obra científica de alcance sorprendente más allá de toda especulación filosófica y con derivaciones filosóficas y metodológicas trascendentes. Más tarde y como se desaiTollará en un capítulo, más adelante, fue Kant quién puso en evidencia y dio fundamento filosófico a esta nueva forma de conocer queriendo superar la polémica entre racionalistas y empiristas. Por ello no es casual que al propio cambio revolucionario que las ideas de K.ant producen en el campo de la filosofía lo denomine el mismo "revolución copermcana". La revolución Copéniico - galileana, tiene el mérito de desprenderse, como señala Blanché, de la tutela de la teología y del sentido comiin, anteponiendo el uso de la razón y de la experimentación como forma de control sobre las teorías. Deja atrás dos mil años de filosofía aristotélica y el modo en que ella había llegado a dominar, cristianizada por el pensamiento medieval. Da a la ciencia y a la práctica de la producción del conocimiento científico una forma de investigar que marca el comienzo de la ciencia tal como la conocemos-. De este modo hemos tratado de ver brevemente alguno de los antecedentes en el terreno del conocimiento científico, y. particulan-nente en el campo de la física y la astronomía, ciencias que, al ser refundadas por Galileo producen una enorme revolución que trasciende el ámbito académico y trasforma integralmente la vida de los hombres y de las sociedades y abre la puerta para una nueva foima de producir conocimiento. Algunos de esfos temas serán ampliados en el capitulo V. El hombre, con la ayuda de la razón, teniendo como instrumento a la matemática y estableciendo consecuencias observacionales de la hipótesis, estará en condiciones de producir nuevos modelos de . universo que lo llevarán a entender que los problemas acerca del cosmos se ensanchan a medida que más / estudiamos y más aprendemos de él. En la física y la astronomía galileana se encuentran las bases del modelo mecánico de Newton y en su espíritu de investigador, que no se encuentra atado al saber establecido, la posibilidad de representar en su totalidad los fundamentos de la física, como lo hicieron luego la mecánica cuántica y la teoría de la relatividad. 28
  24. Las disciplinas sociales surgen mucho más tardíamente que las namrales y son el producto de otras necesidades que derivan de la Revolución industrial. Al mismo tiempo que ésta es el resultado de la e.xpansion de la economía capitalista y de otra circunstancia que veremo.s en otro capínilo -como por ejemplo la convergencia entre la ciencia y la técnica—, ella genera nuevas condiciones sociales, políticas y económicas que en muchos sentidos no concuerdan con las e.xpectativas de progreso material y aspinmal que había anunciado la revolución burguesa y el pensamiento ilustrado. Efectivamente, ni el ideal galileano de una ciencia puesta al sep/icio de la humanidad que tuviera como objetivo disminuir los sufrimientos de Inexistencia humana, ni la concreción de un mundo de igualdad, libenad y fraternidad que habría de levantar como bandera la Revolución Francesa, ni el íin de la misena económica, haoían sido logros que se hubieran alcanzado. La expansión económica trajo como consecuencia, por un lado, la concentración de nqueza para la minoritana clase de los patronos, y por el otro, miseria, hacinamiento, prostitución, delincuencia, nuevas enferme'dáctes para la nueva clase social que había surgido del industriahsmo, el proletariado. Esta clase nace como contraparte de la clase de los propietarios de los medios de producción, la burguesía industrial, la cual rompe con las viejas estrucairas de propiedad, administración y prácticas productivas y sociales del mundo medieval. Sustituyen el taller artesanal compuesto por maestros y aprendices, que estaban organizados en gremios dentro de lo que podríamos denominar una economía de supervivencia, familiar, doméstica y niistica, por la fábrica en la cual los trabajadores no son los dueños de sus herramientas, sino que venden su fuerza de trabajo. La fábrica no solamente plantea una nueva forma de producción y de apropiación de la nqueza, sino que modifica sustancialmente las prácticas sociales, los vínculos humanos y las relaciones de poder. La libertad guiando al pueblo, obra de Deiaeroi.x La Revolución Industrial modifica -como ya señalamos- dramáticamente el paisaje urbano, recrea las ciudades y genera una tensión constante entre las nuevas clases sociales, burguesía y proletariado. Todo el cuadro se ve agravado por algunas de las condiciones inherentes a la expansiva economía capitalista. La sociedad feudal también había establecido en su seno grandes diferencias entre señores y siervos. Pero si bien pennanentemente había habido revueltas y levantamientos populares, el orden social nunca se había visto seriamente comprometido, pues los vínculos de señorío y. servidumbre se encontraban fiiertemente fortalecidos, por un lado por la religión, que dotaba de sentido a la existencia de los hombres y justificaba frente a las mayorias sus miserias. Por que ésta no era simplemente el sufrimiento, sino una prueba del creador que permitiría ganar el cielo y la eterna felicidad. Por otra paite, si bien los señores tenían derecho a vida o muerte sobre sus feudatarios, también estaban obligados con ellos: debían protegerlos de las apetencias de otros señores o de bandoleros. .Ademas la economía sustentada en el agro podía ser miserable, pero permitía el sostenimiento de los que tenían menos. La lógica de la economía, de la forma de propiedad, de la explotación y distribución de la nqueza del capitalismo, había ganado eficacia y aumiento de la producción, pero había cobrado el alto costo de la expropiación de los recursos feudales sin haber podido garantizar las condiciones mínimas de e.xistencia para todos, y .además, convirtiéndose en aliada de la ciencia había secular,zado la vida cotidiana, eliminando con los 29
  25. V¡ejos lazos feudales la significación del sentido del sacnncio. Para los obreros ya no se trataba de una prueba a la que los soraetia el creador, ahora se trataba de la simple v llana explotación económica. Pero la conciencia de ésta, no emergía como producto de adquirir el conocimiento de las relaciones de opresión, sino que se manifestaba como resultado de los propios desequilibrios de los ciclos del desarrollo capitalista. ,VIuy tempranamente el capitalismo reveló ser un sistema poco estable. Más todavía, la inestabilidad se presentó como condición esencial de! desaiTollo capitalista. Si ios viejos ordenes esclavista y feudal se sostenían en la continuidad de lo estanco, por el contrario, la supervivencia del capitalismo sólo podía garantizarla el cambio y la revolución constanie de las formas de producción e intercambio. Esta condición tenia como consecuencia momentos de desarrollo económico, de expansión mercantil, de crecimiento industrial, con repercusiones en el crecimiento demográfico, en el cambio de las políticas administrativas y de las prácticas sociales de la vida cotidiana. Las ciudades crecían desproporcionadamente, ios obreros se hacinaban en los baiTios periféricos o cerca de las fábricas, estas siaiaciones poco felices eran sostenibles en tanto la abundancia de trabajo pennitiera acceder por lo menos al alimento y más adelante a otros "beneficios”, como la salud, la educación y la vivienda. Sin embargo, pronto se puso de manifiesto que este crecimiento no se podia mantener en el tiempo, que periodos de expansión eran seguidos por otros de retracción, saturación de los mercados, quiebre de empresas, desocupación, miseria, hambre y violencia social. Los desocupados no podían hacer como los siei'vos en tiempos malos, salir a cazar o pescar, u obtener algún alimento de las tierras comunales,, surgieron los flagelos de los riémpos'modeiTios. Lo que se ha denominado Revolución Industrial y que corresponde a un proceso complejo y que se desaiTolla en varias etapas, modifica las relaciones de producción, tanto cualitativa como cuantitativamente, como las condiciones sociales y culturales. Este es el motivo por el cual se puede caracterizar a ésta revolución como una Revolución con mayúscula. La división del trabajo, el nacimiento del proletariado, la acelerada urbanización etc., cambiaron el paisaje de las ciudades, la forma de producción y la organización de las naciones. En sus comienzos,... la Revolución Industrial fue una revolución técnica.y organizativa más que científica. Su arma principal para el progreso consistió en el uso de la maquinaria múltiple para la industria textil y, salvo excepciones, las máquinas fueron más fruto de la intuición de hombres prácticos que de procedimientos científicos modernos. El "cálculo a bulto” característico de la actividad artesanal y el conocimiento intuitivo de los materiales -derivado del manipuleo- así como la relación directa con las dificultades prácticas del quehacer industrial fueron, en el siglo XVIII, la fuente creadora de la invención. (Beimal, 1979) En efecto, estamos situados principalmente en el siglo XIX. Hay un paralelismo entre este siglo y la centuria de la ciencia moderna: acontece para las ciencias del hombre un despertar análogo al conocido por las ciencias naturales en aquella época. El estudio sistemático del hombre, de su historia, lengua, usos e instituciones sociales adquiere en este tiempo y merced a hombres como Malthus, Smith y Ricardo, ftindadores de la economía, o Ranke y Momsen en historiografía, W. Von Humboidt, R. Rask, J. Grimm en lingüistica y filosofía, Tylor en antropología social, Saint Simón, Comte, Spencer y Marx en sociología, una almra comparable a la alcanzada por la ciencia gaiileo-newtoniana. Tampoco sucede este auge de estudios culturales, sociales, humanos porcjue si. El hombre fue desafiado al final del siglo XVIII. Tuvo lugar uno de esos acontecimientos que conmueven hasta los cimientos del mundo social y que, según Kant, no se olvidarán jamás; la Revolución Francesa. Hasta entonces, digámoslo de una forma simplificada y general, la sociedad no constituía un problema para la conciencia, dada su relativa coincidencia con ella. Todavía era posible una visión monolítica, sin problemas, de la conciencia. Hasta cierto punto, las relaciones sociales, la cultura, el pasado y porvenir de la sociedad, funcionaban inconscientemente a semejanza de las fuerzas elementales del cosmos. Pero desde el momento en que la sociedad europea entró en crisis, se conviitió en un problema para si misma en el nivel de la práctica (modo 30
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