Paralaje
Los giros y las controversias en el campo de la epistemología' y
sus consecuencias metodológicas en la investigación científica
srSsi-^f! •
Andrés Alombrú
EDICIONES
Sobre Paralaje
E¡ rerrrano paniaje tiene raíz griega (aapa.''Jv.acic) y refiere al efecto óptico que hace
que lü-s obser/adores colocados en diferentes lugares vean un mismo objeto en distinta posición
como producto de la diferencia dei ánguio desee ei que se observa. El téx-mino aplica en dife
rentes campos, pero principalmente en ei de la astronomía. Remite también a una técnica para
medir la distancia entre las estrellas. Recordemos que la observación astronómica ao se realiza
desde un punto fijo, sino desde un cuerpo que se mueve sobre sí mismo, alrededor dei sol y
alrededor de la galaxia, sm tener en cuenta que la galaxia también se mueve. Cada obser/ación
es siempre aiferente. por lo que es necesario tener en cuenta todos los puntos relativos para al
canzar una composición mas rica de los fenómenos observados.
Si bien en este libro se han de plantear algunos temas vinculados con la astronomía,
ellos no harán referencia a ios aspectos técnicos de esa disciplina, sino a algunos ejemmlos histó
ricos que muestran ei devenir de la ciencia. El sentido es por lo tanto metafórico. No "observare
mos” las estrellas, sino que reflexionaremos sobre la ciencia, sus momentos históncos, ei modo
en que se constituye en una estrategia de instalación del hombre en el mundo y en ei conjunto
de controversias que supone las distintas miradas e interpretaciones de ios epistemóiogos sobre
los modos de conocer y los métodos utilizados para hacerlo.
Al Igual que ei Cielo, que ao es ei lugar estable, incorruptible, eternamente igual a si
mismo, que suponían los antiguos, sino turbulento, cambiante, peligroso, como lo muestra la
astronomía actual; la ciencia, tampoco es un lugar de certezas donde ei conocimiento madura
serena y armoniosamente, sino un torbellino incierto en donde todo cambia, todo el tiempo. La
disciplina en la que se discute la naturaleza de esos cambios, los motivos que los proaucen, la
conflabilidad que de las nuevas concepciones se pueda obtener se denomina epistemología y se
trata de una investigación y reflexión sobre que es, como se produce, como cambia y como in
vestiga la ciencia a través de los distintos procedimientos o métodos que se ha dado para llevar
a cabo su fin.
Si pensáramos que hay una única manera de-entender que cosa es ia ciencia, el método
científico, el tipo de conocimiento que produce, cometeríamos un grave error, que pane de su
poner que somos observadores fijos y neutrales que captan con precisión su objeto de investi
gación. En cambio, la realidad, vertiginosamente cambiante en medio de la cual se da la ciencia
y la enorme variedad de formas de entenderla, nos obliga a estar advertidos de que st queremos
tener una aproximación medianamente seria al problema y no caer en un error de paralaje, es
necesario reconocer el lugar relativo desde el que nos encontramos y también en el que se en
cuentran los dem.ás. No conseguiremos con ello corregir todos los errores, pero si reconocer que
eso que llamamos conocimiento y pensamiento es una tarea colectiva que vamos construyendo
históricamente mediante acuerdos y aipturas. Que en ella se encuentra en juego algo mucho
más importante que la verdad y es la posibilidad de preservación, continuidad y realización de
la especie humana y de cada uno de sus miembros.
c
Es por todo lo dicho que este libro; Paralaje Los giros y las controversias en el campo
de la epistemología y sus consecuencias metodológicas en la investigación cientljica, lejos de ser
un manual que explique qué cosa es la ciencia y cuál es su método, es la invitación a reflexionar
sobre el amplio, rico y en muchas ocasiones contradictorio espectro de ideas, prácticas, enfoques,
métodos, problemas, que plantea el quehacer científico y la reflexión de la ciencia sobre si misma.
Andrés Mombrii
Primera Parte
Contextos históricos de la investigación
científica
En un lugar remoto del universo
un día unos seres inventaron el conocimiento ...
Federico Nietzsche
Caos
Capítulo I
Perspectiva histórica de la producción
científica
En todas tas cutruras de todas las épocas y de todos los lugares, la búsqueda.del conocuniento se ha
revaiaüo como un común denominador del iatersa nuinano. En realidad todavía ignoramos si ei hombre ha
llegado a conocenporque había desarroilado la capacidad dei pensamiento, o si el pensamiento surge porque
se genera a panir de una tendencia hacia ei conocimiento. De cualquier manera, podemos aíiiinar que.,ei.
hombreen tamo ser social y cuiuirai encuentra en eljjeiiSüry el. conocer el motor de su subsistencia, de *u-
des.acoiio material y espintuai, de su creatividad est¿tic.a,.y.de toda la riqueza de su complejo desarrollo.*
.1 dejar de ser seres puramente instintivos, casi todos los aspectos de nuestras vidas se vinculan a
íonaas raés-e menosootnptejas del oonocer y este conocer es posible por la capacidad de pensar y razonar
pero.también de sentir y vivenciar. .A.! llegar a este mundo tenemos que aprender no sólo las cuestiones más
elementales de ubicación espacio temporril sino también aquellas mas complejas que hacen a lircultura a la
que pertenecemos. Esto plantea'una cuestión central: el conocimiento no es algo abstracto y desencargado,
sino que por e! contrario está estrechamente vinculado a las formas históricas, sociales y culturales de
las que emerge y en las que encuentra su sentido. Asi como no podemos llamamos ignorantes por no
conocer las técnicas de recolección de agua de ios bosquimanos, tampoco podríamos llamar ignorantes a los
bosquimanos por que desconocen el sistema decimal; pero si podríamos decir que es ignorante cualquiera
de los integrantes de estas culturas que ignore aspectos fundamentales que hacen a sus propias costumbres,
tradiciones, saberes y estrategias de supemivencia y preser'/acion de los individuos y de la sociedad.
Tuda in actividad humana ha girado pues en tomo al conocimiento, pero el conocimiento no implica
an desarrollo acumulativo y lineal de las ¡deas. En la hisioria del conocimiento encontramos quiebres y
fraetuftis-, aspectos que se desarrollan en forma conjunta unos a partir de otros, algunos de los cuales lo
hacen en forma paralela y sin ningún tipo de contacto. Es falsa ia idea de que el desarrollo de las culturas
esté obligado a transitar etapas o estadios en forma cronológica y necesana. £a cierto sentido el devenir de
las formas sociales es impredecible. Los bosquimanos libracos a su suerte no tienen com.o forzoso punto
de llegada la sociedad tecnocrática. Y los procesos sociales pueden responder a una lógica que es la de las
formas políticas, económicas y sociales expuestas tanto a las contradicciones intemas, como a los emees
culturales y a las influencias de otras formas sociales.
Aun cuando en puestras socieriade.s mnrÍRm.^.1 pndnrnn.s distinguir diferentes tipos de conocimiento.
ei.£ieilüfico es quizás uno de los más prestigiosos y quizás en algunos casos de los más confiables, pero de
ninguna manera el único ni el que es capaz de resolver todos los problemas. En este sentido se nos plantea una
seria dificultad: ¿,Cómo establecer ia genealogía, la historia que dé cuenta de los orígenes del conocimiento
científico? Es menester definir entonces qué tioo de conocTmiento es ei conocimiento científico, cuáles han
itidn sus orígenes, v a qué formas históricas, sociales.v ennnnmicas ha estado vinculado. No intentaremos
hacer una historia de ia ciencia, sino apenas reconocer algunas instancias que han representado momentos
significativos en las formas de producir el conocimiento.
En-g«Fi«Kil suele decirse-que la ciencia nace en Grecia, y esta es una verdad a medias, pues los griegos
supier-en-dar-una nueva perspectiva a las foimas tradicionales de conocer. Sabemos que los egipcios; caldeos,
sumerios, babilonios, y otros pueblos habían desarrollado una sene de conocimientos que les petmitieron
convertirse en civilizaciones muy importantes en la antigüedad, constniir calendarios bastante e.xactos que les
permitían tener control sobre ia agricultura, instrumentos de cálculo y herramientas que los facultaban para
constmir imponentes edificios y monumentos, naves marinas que les permitían comerciar con sus vecinos
y obras de arte de rica y exuberante belleza. iDesarratfarofl -ootioc¡mientes de matemática, astronomía y
ottas-disciptinas corno la medicina, pero no pudieron siste'trratizarlas con autonomía de sus creencias raíticov
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ias_arú;s adivinaionas. en ias-c-oaies ^f-dcstino'de! hombre~^3 pensario gn rfinHnn r-on
4iaSvj- conocnTuento-s nrpvgnian v -^onriagos a-ja-easta 5] conocimiento que daca
iugar a oficios y habilidades en ei manejo de técnicas t»RÍa on.g¿a-¿moinca. U y la.
cssíiimbre y circulaba sin que se pretendiera establecer las causas o revisarlos en búsqueda de.oiros taejoces-—
Sueie afirmarse que !a ciencia nació en Grecia, con Tales. Pitágoras y los tísicos, fihoscibs
ce! Siglo V a.C. Sin embargo, las invasugad&nes mode-mas dieen-que ro- jjieroH-toS' gnegos
qurenes nivefitaron las primeras nociones de geometría, astronomía, etc., las aorendieron de los
eigipcios-y de-ios asirio-babiiionios, que en estos campos ae investigaciones ya habían realizado
descubnmientos indudablemente muy importantes con varios siglos de antenoridad.,;,6TiáHt!e
entonces la aponación decisiva de los gnegos? ¿Qué significa la atnbución de ia gloria -a ellos
asignada- de haber-dado nacimiento al pensamiento e+entiñco eabaí-y-verdadero? Procio. un
neopiatónico del siglo v d. C.. en ei célebre ''Resumen histórico” contenido en el prólogo a
su comentano del Libro [ de Euciídes, escnee que -despues-de Tales y de otros estudiosos de
matemática contemporáneos- "Pitágoras transformó ese estudio conviniéndolo en una enseñanza
liberal que se remontaba a los onncipios generales y anadiaba ios problemas abstractamente y con
ia inteligencia pura—, Precisam.ente en esta transformación que luego será desarrollada con tanto
éxito por Platón, Aristóteles, Euciides, etc., debe buscarse, según los histonadores modemcs, la
verdadera novedad que introdujeron los griegos". Tal^rétéíeFtBacjóo señaló el conuenzo'dfe-k
investigación científica autónoma, pues afirmó la exigencia de un saber racional, irreductible a"ia
mera, colección de experiencias de ia vida cotidiana. (Geymonat, 1984, p. 7)
. En este sentido, sólo 4os-gnegos pudieron sustraer el conocimiento de ia mída'de la religión y d ei
sentido común y condueirto hacia un terreno laico, reflexivo -y onentado por una razón que busca -los
fiindamentos. Distinguieron ia.episteine, que nosotros traducimos como ciesjcia, (que entendían como saber
con fundamentos), de Ia.-doxa u-opimon, (que entendían como un saber no necesariamente falso, pero como
un simple parecer subjetivo) y le dieron crédito a los argumentos"-que podían demostrar fia validez de-ios
razonamientos, de acuerdo con principios lógicos que conformaron la base de los sistem.as de ideas que
construyeron. Sin embargo, esta era una actividad de un grupo relevante pero pequeño de aquella sociedad, loS’
filósofos, ei resto de la sociedad vivía bájo. las creencias de mitos.
Suele decirse que la filosofía es la madre de todas las ciencias. Pero, la filosofía misma no .es
una ciencia ni lo puede ser. En términos generales hoy concebimos a las ciencias como rjisciplinas que
se caractenzan por tener como objeto de investigación una parte del conjunto de nrobiemas Gue plantea
la realidad Mientras que la.s ciencia.s ponen-oomo centro-de-atención a su objeto y se dan un método
para defintrlo.-abordario y explicarlo, ei objeto de interrogación de ia filosofía es la totalidad, y en ella se
encuentranTnueiws problemas que pueden ser tratados de un modo exciusivam.ente especulativo, esto es, de
los que resultaimposible o muy difícil proveer evidencias. Sin embargo, no fue así en su ongen enlaafitigua
Grecia en-donde la ciencia y la filosofía eran prácticamente lo mismo y loa filósofos*científicos tenían como
propósito conocer todas las cosas sin excepción, tanto las del orden físico o natural como del metafísico o
sobrenatural. Como se verá esa situación dura hasta la modernidad y a partir de allí se modifica.
Por otra parte, se espera que laaxiejicias, tanto las antiguas-como.las-modemas, tengan ia capacidad
de-ejtpHcar tenóraenos y predecir acontecimientos en forma universal y necesaria, esto es, si bien observan
casos paiticulares, sus conclusiones tienen que referirse no a hechos puntuales, sino a todos los hechos que
se produzcan bajo las mismas circunstancias. Los-eofHJcimfoatos que producen no se deben-refenr a un caso
sino a todos, los-casos-posibles y los jiacios, los conceptos con que se expresan, deben tener validez para
todos en tedosáos iuoaxes. Además, estos juicios deben tener necesidad, es decir, deben tener una y una sola
respuesta, v no puede haber otra. Por ejemplo 2-e2=4, y es cuatro con necesidad; no puede ser ni 3 ni 5. Por
lo menos esta es una visión que ha surgido en el mundo antiguo y perdurado a lo largo de los siglos y cuya
cnsis trataremos también en algún momento.
Hoy vemos a la filosofía como más cerca de la especulación que de la certeza apodíctica. pero en
el pasado los filósofos estaban convencidos que .sus deducciones rgr.ionalp.s Jes pennitian alcanzar esas
verdades universales. Creían que sus ideas sobre el Cosmos. !a naturaleza, !a esencia última de las cosas
eran can precisas y ~'verdadera.s'’ como las de la matemática, Ta~ geometna o Ta lógica. Hoy esas ciencias
5on reconocidas como/<^aTidas^,en si mismas y comiO heiTimientas para otras ciencias, pero no se piensa que
puedan ser útiles para abordar cualquier tipo de problemas, como por ejemplo, la existencia de Dios o de
-ia inmoruuÍGaá*oei alm.a. este tipo de problema que no puede ser puesto a prueba se denomina raetafísice.
Se había mucho de la la&iencia del pensamiento griego sobre la ciencia moderna, pero en realidad
lahgunas doctnna-s.cQmo las de Platón v-.Anstoteies. entre otras, innuyerog en iQrma. deierminante ea la
co.smov’.s'pr n-iariiBvai y y fue ésta la Que inéuyo de Lin modo compiejo y vanado sobre el nuevo
sujeto ge conocimiento que surge en el periodo renacentista.
Por toco lo dicho es quecuando hablam.os de cjfiacia tenem.os que distinguir entre, los diferentes tipos
de producción de conocimiento en los distintos periodos históricos.^ .ea, relación a ias diierencias entre
modos de producción, marco cuitural y condiciones sociales. En lo que hace a la obtención de conocimiento
a-pafiif-éei sigírr.XV, nos estamos refiriendo a una forma panicuiar de ciencia, a la que se denomina con
más precisión ciencia experimental moderaa; muy diferente en sus objetivos, procedimientos, métodos y
expectativas a las desairolladas por los antiguos griegos o por los .medioevales. Esto se-defee-a atte-ia-eteneta-
ng-es-una actividad exterior a la sociedad de la que surge, sino que por el contrano está-sujeia a sas formas
ecanómicas poiiticas y sociales. Cuando afirmam.os, que el conocimiento científico es una construcción
histórica y social, nos refenraos precisamente al hecho de que está sujeta a ias estructuras de la que forma
.parte. Los griegos no aivieron desarrollos experimeníaies, no por falta de elementos técnicos, sino pea ser
una aoniedad-afístocrática y guetrera que consideraba el trabajo manual (actividad imprescindible para la
investigación expenm.ental) como una tarea propia de esclavos esto es, en el decir de-Ajtstóteles, seres
mfefiores por nararaleza. Muy diferentes son ios conceptos de la burguesía, clase social que vaioriza el
poder transformador üel trabajo como fuente de riqueza. .•1 respecto nos dice Geymmnac:
No es difícil comprender el supuesto social que posibilito este cambio filosófico: se
trata de la consolidación victoriosa, decidida, de nuevas nquezas vinculadas con el trabajo y
-por tanto- dei surgimiento de grupos cada vez más num.erosos de científicos profunda.mence
sensibles a ios intereses de la producción y capaces de darse buena cuenta ae m unicad
indisoluble entre la práctica y la teona. (Geyrnonat; 1990, p. 14)
Por tanto, lo que denomunamos comm ciencia experimental moderna es un tipo particular de
conocimiento-que. surge conjuntamente con la emergencia de La burguesía como nueva cieise social que,
comienza a detentar el poder económico, con un nuevo orden económico: el capitalismo en su forma
mercantil, con la consolidación de ios estados nacionales y la crisis de las instituciones feudales. Pero, antes
de entrar en el m.odo en que la ciencia m.odema se consolida en su contexto tratemos de ver cuál es la rupnura -
epistémica que se produce con las anteriores formas de conocer.
£1 surgimiento de la filosofía y de la ciencia en la Grecia antigua se--da prácticamente ai mismo
tiempo y resulta, en la mayoría de los casos, muy difícil poder establecer diferencias entre ellas, ya que
posiciones de mucho predicamento han tratado de identificarlas.
(
Ün hecho significativo es que la interrogante filosófica primordial, la que trata de apoyarse en la
razón yfiescdia tas explicaciones mineas, mágicas, o religiosas, ai mismo tiempo surge como interrogante.
por el mundo en su dimensión física material. Las preguntas por el ser aparecen en un primer momento
indiferenciadas de las preguntas por el Cosmos, esto es, por el orden que constituye la estructura misma
dei mundo y por los fundamentos, tanto materiales como lógicos de ese orden. Los primeros en tratar
de descubrir ias causas dei orden cósmico sin el auxilio de la religión fueron ios llamados filósofos pre
socráticos, o también denominados físicos, (entre e! siglo V y Ü1 a.C.)
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Para los ,a .dea de una creación dei mundo a pamr de la nada era impensable, por io íanío
CQiacdjian un estaco-mrgrror-ai-rrae- Hamarcn en donde loüas las cosas oue oodian ser distinguidas
unas de otras estacan mezcladas e-maiferenciadas, A este Caos sobrevino un-Cosrnoi. La oaíseFa-Cosimos
signiñca justam.enie cfeen; y la m.áxiiTia preocuDacion ae estos pensadores pre-socrancos radicaba .en
oescuonr como « te orcen senabia producido. Eilos buscaron la causa en un onncip:o activo da ia naruraieza,
en un elemento pnmcrdiai que se constituía en el ordenador de todas las cosas. Para unos, ese elemento
nae ei agua, para otros el aire, para otros ei ruego, etc. Lo iraponaníe es que los recursos para establecer
ese principio se basaban, no sólo en observaciones sino y principalmente, enf^üu&ctoaes-raelonal^ Las
teorías sobre ia tbnma y comportamiento dei universo son por deima.s vanadas, algunas con un grado tal de
Similitud con las actuales que nos asombrarían, otras demasiado diferentes, como por ejemplo una tierra
plana sostenida por el viento. Fabulosas si, pero no irracionales.
Cbmel-termino ”presDcráttcos”, se hace alusión a una serie de pensadores anteriores y contemporáneos
de Sócrates, pertenecientes a otras escuelas y que no conocemos directamente sino a través de la
reconstrucción de pensadores postenores, cue hacen referencia a ellos. Entre ios antiguos se encuentran
Teofrasto, SimpiieiOj el mismo Anstóteles. y mas tarde en el penodo romano, Plutarco, Cicerón, Diógenes
Laercio, Sexto Empinco. etc. De cualquier manera, lo que resulta signmcativo es que sea la filosofía de-
Sócrates la que oficia como una bisagra que marca un antes y un después en la historia del pensamiento
antigijo. Efectivamente, la temática principal que ocupaba a aquellos pensadores estaba onentada por ia
inteiToganie sobre la -fysis- (naturaleza), dándose recién con Sócrates un-giro hacia temáticas referidas al
hombre con temas tales como el bien, la Justicia, la virtud, la verdad, etc. Para poder comprender el preciso
lugar que ocupaba aquella reflexión, hay qué dar cuenta de que ella se encontraba instalada en la búsqueda
de un ámbito laico, poniendo distancia tanto-de-ks concepciones mitológicas,-momo de ¡as religiosas y.de
las creencias populares.
Lapirsgunta principal de estos filósofos científicos era: ¿Qué es el mundo?. ¿Por-qué existe-?, .¿Que
lía-determinado su origen? Las preguntas ya habían sido.formuladas y las respuestas también ya habían sido
dadas, tanto en el marco del pensamiento mágico que coiTesponde ai mito, como en las '‘explicaciones”
que se encuentran en ei “misterio”, en la religión de los pueblos antiguos que fueron capaces de tener
conocimientos que les permitieron construir muy im.portantes civilizaciones, pero no ciencia en el sentido
en que lo estamos planteando. La actitud de los presocráticos parece pues, una ruptura con las tradiciones
y la fundación de un lugar novedoso para la interrogación, esto es, la reflexión racional. Sin embargo,
aunque sus explicaciones van a privilegiar la mirada racional,- todavía no se han desprendido totalmente de
influencias que apuntan al misteno al modo dei mito. Quiza en ios aspectos exotéricos pueda manifestarse
claramente la racionalidad, pero en las consideraciones esotéricas el mito todavía se-enettentra presente. Ei
pasaje dei mito al logos, implica al mismo tiempo pasos progresivos y rupturas. A! respecto señala jaeger:
Podríamos decir, parafraseando la afirmación de Kant, que la inruición mítica sin el elemento"
fomiador del logos es todavia “ciega”, y la concepción lógica, sin el núcleo viviente de la originaria
“intuición mítica” resulta “vacia”. Desde este punto de vista debemos considerar la historia de
la filosQiía griega como el proceso de progresiva racionalización de ia concepción religiosa del .
mundo implícita en ios mitos. (Jaeger, 1978, p. 151)
La búsqueda del primer elemento, como pnneipio que origina el mundo tísico, no los convierte en
meros naturalista; sus interrogantes tienen un sentido que conser>/a el enfoque cosmogónico de las visiones
míticas. Por otra parte, si la filosofía ha de constituirse en una forma de estar en el mundo, esto es: de
comprender la realidad, de producir cosmovisiones, de dar sentido a la existencia, de significar los propios
actos y de generar prácticas comunitanas que determinan tanto lo social como lo político y lo económico,
cuanto lo cultural, es ella sólo una foima entre otras.|E-lTnito y laTcligión ya habían cumplido antes que ella
esa función, pero no desaparecieron por el hecho de que hubiera aparecido este nueva enfoque. De hecho, la
ciencia moderna también ha cumplido ese papel significador y ha conformado el modo de estar del hombre
moderno en el mundo, eclipsando otros modos en lo que se refiere a su influencia en las prácticas sociales ,y
en los modos de entender de una época y de dar significado a las cosas. Por ejemplo, la enfennedad, tratada
por la ciencia no es concebida como el resultado de un castigo divino, ni por el incumplimiento de un
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ncual. Lab rTiáx;mas expresiones, ¿e ia fiicsofia y de ia ciencia anega come ei piatonismc. ei arisioíeiismo
y ei epicureismo proliferan en ios momentos de mayor cnsis y disoiucicn social y en aiguna .medida per ia
necesidad ae dar respuesta a esa cnsis. frente a la desconfianza en los vaiores ae la tradición que ya no dan
respuesta, por io menos para cienes sectores pocerosos de la sociedad.
el mundo griego es un mundo de ccnfuencias que se nutre del apone tanto dei lejano oriente como
aei onente medie y cercano. uenciailgfrarcuTíurtis egipcia, sumena, caldea, baoilomea, etc., sumada a
los saberes y üesarrollos téemeos se conjunto, tanto con las prácticas tradicionales, cuanto con ia emergencia
de un nuevo orden social conformado a partir de la polis o ciudad estado ,en donde no pnmaba una casta
sacerdotal que rean.mnara ei dogmatismo religioso, smo el conjunto de ciudadanos considerados iguales entre
sí, dando lugar a ia isonomía como práctica política. Por tanto, ei surgimiento de un pensamiento que adquiere
autonomía con respecto al saber establecido por prácticas consuetudinarias y por instituciones religiosas
consolidadas, es solamente posible por ias condiciones de libertad generadas en el marco institucional de ia
polis. Recordemos que esas pequeñas ciudades estado estaban presididas no por un palacio real sino por el
agora, que era el centro de reunión y discusión de los ciudadanos, cuyas prácticas estimuiaban la polémica
democrática.
La cultura griega se constimye abnendo a un círculo cada vez mayor, y finalmente
_ _ai demos en su totalidad, ei acceso a un mundo espintuai reservado en los comienzos a una
aristocracia de carácter guerrero y sacerdotal (la epopeya homénca es un primer ejemplo de este
proceso: una poesía cenesana, que sircanta antes que nada en 1a sala dé tos palacios, después
sale de ellos, se amplía y se transforma en poesía de-festival). Pero esta ampliación yrapiiea una
transformación profunda. ,A.l conveidirse en eiemienco de una cultura común, loa conocímieatos,
los-vü-íores,-las técnicas mentales son llevados a la plaza pública y scraetidos a critica y
controversia. No se les conserva ya como garantía de poder en el secreto de ias tradiciones
familiares; su publicación dará lugar a exegesis, a interpretaciones diversas, a contraposiciones,
a debates apasionados. En adelante ia discusión, la argumentación y la poiémica, pasan a ser
ias reglas de! juego inteiectual, así com.o de; juego político. La supervisión constante de la
comunidad se ejerce sobre las creaciones dei espintu, lo mismo que sobre las magistraturas
dei Estado. La ley de la polis, en contraposición ai poder del .monarca, exige que ios.unos y
los otros sean sometidos a una «rendición de cuentas». No se impone ya por la fuerza de un
prestigio personal o religioso; tienen que demostrar su rectitud .mediante procedimientos de
orden dialéctico. La palabra constituye dentro del cuadro de ¡a ciudad, ei instrumento de vida
político; la escriaira suministrará, en el piano propiam.ente inteiecaial, el medio de una cultura
común, y permitirá una divulgación completa de los conocimientos antenorm.ente reservados o
prohibidos. (Vemant, 1965, p. 2S)
En esta cita, Vemant-muestra muy claramente cuál es ei marco constitutono de la Polis en relación
a las prácticas ciudadanas. Nos señala ia nca y compleja realidad y los muchos elementos que participan
solidaria y dialécticamente en la conformación de la Polis. En ia medida en que el poder se laiciza, las
instiDuciones se democratizan y la libenad es investida como un valor. El desaixollo de la subjetividad es el
que peimite el amor a la belleza, a la libertad, al bien. En este contexto, la belleza se hace arte, la libertad
justicia y el bien derecho. La conciencia busca sus medios y ei lenguaje se hace discurso y diálogo para que
el pensamiento pueda dar sus frutos más maduros, la ciencia y la filosofía.
Los cambios sociales que se produjeron luego del siglo V en el que habían prosperado los presocráticos,
trajeron situaciones de crisis frente a la cual la filosofía de Sócrates fue una respuesta. Si bien no tenemos
escritos de Sócrates ias referencias nos dicen que este filósofo no solamente “amaba la verdad”, sino que
proponía un método para alcanzarla. Seria largo e inadecuado explicar aquí todos los fundamentos de su
doctrina, bástenos con decir que para éi ei conocimiento era recuerdo de un saber que ya se poseía y que ia
ciencia estabiecia el método para producir tales reminiscencias mediante una serie de preguntas que se iban
ajustando frente a las respuestas y que se conoce con el nombre de otayéutiea. Heredera de ésta tradición y
de sus temas, enfoques y métodos aparece Platón.
i:
Platón
Platón ('Í29-3‘t' a.C.:fne ano ie ios ñiosofos mas ■¡mpoi'tantes y compartía buena parte de io s pri
socráticos en tomo ai conocimiento. Para ei ramoién se trataba de una rememoración ae,u n sa b e r
complejas circunstancias, se liabia olvidado. Produce algunas modincaciones de! ntétodo d e su
____ er. ei modo de concebir ios procedim :
E: sbii iegbs,
TCGGs las cosas, tos
no cuecen, aicgnzario, ceto si
ios verdcdes que errevelc a su
condición numanc.
que conducían al co n o cim ien to , a¡ qi.
denomina diaiéciica. El m éto d o d ial.»/-
cuenta con dos tradcione.s ciamrr
diferenciadas, una de ellas tie n e que'-
con ia idea de que la realidad as ei resnlt
de la contradicción er.rre
ongen en uno de ios p resocraticos llar
Keráclito y luego en la im odem idad ■''f
concepto es tomado y d esarrollado' :'
Ascenso por e!;escarpado
ccEFiino queb'onauce adc
verdad' det sbnocirrieníov
Hegel y por Marx. Esto lo v erem os en ot
capitulo. La otra tradición es la piatónit
para la cual, ¡a dialéctica im p lica la dfdc
ios dos que se contactan a través
legos. D.icho de otro m odo, el dia-loj
el logos entre dos, más sencillam entál
diálogo. La palabra iosos que se' encueni
en la raíz de muchos términGS.
utilizamos habimalmente com o p sicologí^ l
antropología, etc., tiene un rico signincae
que puede entenderse como palabra, ^razón, idea. El diálogo no sena otra cosa que poner a la paiabirij
y a la razón entre dos para buscar el conocimiento. Es por ello que la obra de Plátcn se con oce conylg
nombre genénco de diálogos platónicos y que expresan ei método que este autor propone para alcanzar eijg
conocimiento.
Hemofes sncadenacos que perciben sSfP: ias sembrasí qufe
tOGcSS*
Uno de los pasajes en donde de modo metafórico presenta estos conceptos es en la llamada “alegbna j
de ía caverna” que se encuentra dentro de su obra La República. Muy brevemente diremos que la caverna 5;i
representa un mundo de sombras y oscuridad, sinónimos de ignorancia, en tanto que ei exterior, iluminado y'
por la luz del sol, representa el saber v el cnnncimiento. La tarea de! hombre consiste en salir de las tmiebias.
de la ignorancia a través de! duro, escarpado camino dei conocimiento. Reconocer que la verdad se encuentra. ¿
en un plano supenor de las ideas, eternas e incorruptibles y que las cosas dei mundo cotidiano son apenas'
malas copias de las primeras que se degradan y coiTompen. Pero la naturaleza humaná no puede alcanzar
la verdad absoluta, representada por el sol, sino contemplarla como filósofo, es decir, como amante de ía
verdad. .A. esa verdad se accede exclusivamente por ia razón pura, por la deducción racional, sin ningún
tipo de contaminación que provenga de los sentidos-que son fuentes de equívoco. Esta posmra platónica ya
establece una primera separación entre lo que mucho más tarde se presentará como la contradicción entre
racionalistas y empiristas, que veremos más adelante.
Platón desechaba que los sentidos fueran fuente de conocimiento, por lo tanto, la astronom.ía no
podía ser para e! una ciencia. ^De dónde surge entonces el llamado heliocentrismo platónico? Sus juicios
no estaban fundados en observaciones astronómicas ni en cálculos matemáticos. Simplemente produjo
un modelo que él estimaba como verdadero porque coincidía con sus especulaciones metafísicas sobre ia
naturaleza, la materia, el espiriru, e! alma humana, el mundo de las ideas etc. Pone al so! en el centro de su
sistema porque identifica las ideas supremas, la de bien, belleza y sabiduría con la del universo; ese centro
está ocupado por la perfección misma, el lugar de las ideas perfectas y de las almas elevadas. .Allí nada
cambia sino que permanece eternamente siempre igual. Todo lo que tiende hacia el bien tiende por lo tanto
a la luz, ¡a belleza y lo intelectual, todo lo que tiende hacia ei mal tiende hacia la oscuridad, la fealdad, y la
sensualidad de la came.
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Aristóteles
Ansíeteles ■384-322 a.C.), discípulo de Platón, no compari:ia con su.maestro muchas cosas. Por un
lado su concepción sebre que cosa era el .mundo. Para él no tenia sentido pensar -que las cosas dei mundo
cendiano y a las que se accede por medio de los sentidos fueran copias de las ideas, sino que había un solo
mundo que se poaia conocer por medio de la razón y también de los sencidos. Esto tenia corr.o consecuencia
una propuesta metodológica completamente distinta. Se le atribuye la frase: "Nada hay an al íniaiaao que
r.Q haya pasado ames por los senridos". queriendo e.'tpre.sar de este modo la imporrancia que .Ansróreies le
.ccnrgiioa a la información que provenu de los sentidos como una forma confiable de conocimiento.
.Auscultaba todos los fenómenos y también los celestes con el au.xiiio de la razón y
sus ideas metafisicas sobre la naairaleza, pero también apoyado en sus sencidos. Para él la
contemplación era la base del método cientifico. El método aristotélico puede ser concebido
como una manera gradual y provisional de abordar un oojeto de investigación consistente en
avanzar por medio del ensayo y el eiTor. Aquí destaca su característica defensa dei consensum
omnmm, (consenso de todos), es decir, la creencia de que ja opinión de todos no puede estar
equivocada, ya se trate de problemas de ética, de física o de otras materias. De allí que en general
sus traoajos empiecen con una exposición histónca de los puntos de vista sobre el problema a
investigar, procedentes tamo de los expenos como asi también de la opinión del sentido común.
En esa actitud se separa abiertamente dei platonismo, tan desconfiado de la áoxa, (opinión). No
hay dogmatismo en esa actiaid, al contrario, y por eso Aristóteles es consciente de su propio
■ ■■ lugaí'eR una trayectoria histórica forjada por sus antecesores. Otro aspecto de la .menfe'de
Aristóteles que lo separaría de Platón fue, según Guthne, que aquél: «tenía en su naturaleza
una vena fuertemiente empinca». Aclaremos que el “empirismo" de Anstóteies coco tiene oue
ver con el significado que dicha palabra posee actualmente, en especia! a partir de! desarrollo
de la ciencia moderna. Por ejemplo, la noción de expenmento era ajena tamo a Anstóteies
como a los gnegos en general. No caben dudas de que ífente a Platón, el Estaginta reivindica
el conocimiento procedente de los sentidos y la expenencia en general Tam.bién es cierto
que en las disciplinas namrales emplea la obser/ación y la clasificación, como por ejemplo
en física y en astronomía la obser/ación tiene cabida, siempre y cuando no choque contra los
presupuestos especulativos de su metafísica. No debemos pensar esta observación en el senado
que hoy le otorgamos de control de las teorías, sino que ella se realizaoa de un modo más
ingenuo y concordantes con los supuestos metafisicos antes que con el comiportamiento de les
fenómenos. (Mombrú, 2011, p. 58)
Para Aristóteles la Tierra estaba conformada por los cuatro elementos básicos (aire, agua, tierra, y
faego). En la tierra los elementos cambian unos en otros estando sometidos a la corruptibilidad en cambio,
ios del cielo están fijos en un plano de pert'ección e incomiptibilidad. Su concepción teieológica formulaba
un universo constiaiido según ia idea de elementos o formas continuas, con lo que todo estaría hecho.
Esta finalidad, que signa el movimiento de los objetos, quiere que todas las cosas tengan un lugar en
la naturaleza, lugar que marca el fin y el orden hacia ei que todas las cosas tienden, tanto en el orden físico
como en el moral e intelectual,
.Aristóteles se apoya en algunas experiencias que lo condujeron a obtener determinadas leyes del
movimiento; ellas se refieren a la fuerza y la velocidad y se aplican exclusivamente a todo aquello que
está sobre la Tierra. Divicte al cosmos en dQS-Pl.anos, uno el supra-lunar, y otro el yub-iunarf al último lo
[lama el lugar de la degradación y la corrupción, donde todo esta sujeto al cambio. El otro, el supra-lunar es
armónico, pertécto y estable, con astros que describen circuios en tomo a la Tierra, la cual permanece fija en
e! centro al igual que las estrellas muy alejadas y quietas, prendidas en la bóveda celeste. '
Los planetas no caen sobre la Tierra por que están sostenidos y prisioneros cada uno a su esfera de
cristal.
15
Modelo Aristotélico de las Esteras
Celestes
Este mcdeio ie eniverso responde mas a una
aecesicad de Imcer coincidir aspectos metafisicos de
ia teoría aristotélica, aue con pruebas de calculo y
observación. Se funda en :a concepción de la permanencia
y ao de! cambio como caracterstica primordial de!
cosmos, pues el desorden im.olica caos, y este es un estado
previo a la existencia rrusma dei universo. Un orden de
jerarquías rige al cosmos entre lo superior y lo inferior de
acuerdo a su naairaleza. .Vliemras lo superior es eterno
e imperecedero, lo infenor es ei reino de la corrupción
y ¡a degradación. El realismo aristotélico, que se apoya
en ei método contemplativo, trata de hacer coincidir los
supuestos teóricos con la obser/ación. Sin embargo esta,
no sólo está supeditada a la primera, sino que además
adolece de ias caracteristicas de sistemacicidad y ngor
metódico que vincule los supuestos con la experiencia.
E¡ cosmos anstotéiico esta conformado por una serie de esferas concéntricas que se mueven 'unas dentro
de las otras en eterna armonia. A cada esfera se encuentra sujeto un planeta, ia luna y ei sol. Las estrellas
están en la última de las esferas. .Aristóteles supone ei movimiento circular de los astros pues se corresponde
con ei concepto griego de perfección. Las '"esferas de cristai” ñjan a los planetas a su órbita y ia Tierra se
encuentra en el centro, fija e inamovible, como ia experiencia ordinaria parece _________________________
indicarlo. El modelo ptolomeico es una variación del modelo anstotéiico
que, asignando un movimiento panicular de epiciclos y deferentes, pretende
explicar algunos puntos no resueltos del modelo de .Anstóteies.
Claudio Ptolomeo
Este astrónomo vivió aproximadamente entre ei año 85 y el 165
de nuestra era, inventó un modelo geocéntrico de compiejo y aito rigor
matemático, complementando su idea con sofisticados desarroilos
geométricos, que tenían la virtud de armonizar realmente con ios registros
astronómicos. .Aunque para él ia astronomía no era tarea de físicos sino de
matemáticos. Rechaza pues la antigua creencia de los griegos de que la razón
humana pueda explicar el comportamiento de los objetos celestes.
Paradójicamente vuelve a establecer una conexión entre la astronomía
y la astrologia, es decir, con principios místicos y divinos y no con la física que lo podría haber conducido
a un camino mas cercano a! de la ciencia moderna.
I !
Todas las concepciones astronómicas de la Grecia clásica
y del mundo medieval, si bien se habían sustraído de la impronta
religiosa, todavía permanecían enredadas en debates filosóficos
entre pitagóricos, platónicos, aristotélicos, y estoicos.
Como el modelo aristotélico no predecía e! lugar de los
astros en el cielo en su supuesta órbita circular, Ptolomeo recurrió
a una compleja solución geométrica que establecía que además
del movimiento de traslación (circular), los astros poseían un
movimiento de giro o rulo sobre su propia órbita denominado
epiciclo, el cual es ilustrado en la figura que acompaña este
texto. A pesar de tener una aceptable capacidad predictiva, al
16
no cQtxesDonder con el aucántico movimiento de [os Listros requería correcciüiv°s y moQiñcaciünes
eonsantes. A pesar de ¿11c qcbemó ia ascrononua durante más ce anos.
Mientras que Anstoceies, por ejemplo, trataba de explicar les movimientos de los astros por
las causas reales, haciendo depender asi la astronomía de ia física, otros, siguiendo la concepción
platónica, hacían de elia, una vez recogidas las observaciones, una ciencia puramente matemática,
cuya tarea consistía únicamente en imaginar combinaciones geométricas que permitieran calcular
correctamente los datos de la obser/acion, o, como decían, "salvar los fenómenos" . ocdcsiv ra
iDa'.vcuc.’ci, pero sin conferir un contenido rea! a estas co.nstraccior.es matemáticas. (Bla.nc.hé, ?„ El
método experimental y ia filoscfia de la física. F.C.E. México 1972, p.p. 23)
V')'-Oixco ^ P'c>Lí’ iv' i
La época helenística: la ciencia en Alejandría
Ptolomeo, no Claudio, el astrónomo al oue hemos hecho alusión, sino Ptniomeo í íSotert quiere nacer
de .Alejandría no sólo la capital oolitica sino también cultural de Eaicto, 'T'** '''"'nfiníia ptolomeo IT.
su hijo. Por eso manda construir junto a su palacio un Museum o Templo de las Musas, algo equivalente a
nuestras modernas universidades. Finalizadas las obras hacia el año 3Ü0 a.C., los sabios más eminentes de
.Atenas se trasladaron a .Aieiandría gara hacerse cargo de la dirección de los esmdios. Su sucesor, Ptolomeo
II fundó la más famosa biblioteca de que tengamos noticia. Estaba dividida en cuatro departamentos con
su propio bibliotecario; literanira, matemáticas, astronomía y medicina. En los primeros cuarenta años de
existencia logró .murar alrededor de -00.000 manusentos.
El auge de las ciencias y de las artes en Alejandría se extiende más allá del periodo helenístico,
aún bajo la administración romana. En el 529, por instigación de los cristianos, el emperador Justimano
cierra la escuela de .Atenas y, finalmente, en el 642 los musulmanes que habían conquistado .Aiejandria
destruyen lo que quedaba de su biblioteca. Tras esta breve ubicación histórica veamos cuál fue ia suerte que
le cupo a la ciencia en Aiejandria.
Por de pronto hay que señalar, ampliando lo dicho anter.ormente, que los discípulos de .Ar.stóteles
abandonaron los ideales científicos de su maestro y continuaron sus esmdios relativos a la retórica,
metafísica y lógica. Por asta razón ei espiricu que imbuía todo el ambiente calbarai alejandr.no fiie netame.nte
.neopiaconico, ya que se produce un resurgimiento de las ¡deas de Platón. Precisamente Proclo, a quien
citamos para caracter.zar el ideal de ciencia griega, no es griego sino alejandrino, pero es un buen ejemplo
de las comentes neoplatonicas.
Li-s.^cicios (Xsses punto podemos hacemos muchas preguntas. Una de ellas podría ser i Por qué no se_
desarrolló ni en Grecia ni en .Aleiandrm una ciencia fí.sica tal como ia entendemos hov? Recordemos que
para Procío la ciencia es enseñanza liberal. Liberal allí significaba que ia ciencia no se preocupa más que
por conocer sm otra finalidad práctica, que era esencialmente ociosa y que se refería a una actividad propia
del hombre libre. El hombre libre, ei ciudadano griego no trabajaba manualmente. Este desprecio por el
trabaio manual, que caracteriza al hombre griego de las clases altas con acceso ai conocimiento, lo hace
naturalmente incapaz para relacionar la teoría con la experiencia, relación que va a ser fundamental para el
desarrollo de la ciencia física tal como se entiende a partir de la Edad Moderna.
Esta misma incapacidad explica que g/ único modelo de len^iaie ciencíñeo si9-ue ?iampir-o
ei modelo macemático. v no .rg comprende la pn.<¡ihiltdad de un tipo de demostración que nn yg reduzca a la
deducción lógica de prinoinin.^ q;enerales. “ (Geymonat, 1984, p. 24), que fiae, por otra parte lo único que se
rescató de la obra de Aristóteles y se conservó a pesar de haber olvidado sus trabajos científicos.
Es necesario aclarar que al hablar de modelo matemático como modelo de lenguaje clentifico no se
pretende decir que ellos utilizaran funciones matemáticas para explicar los fenómenos naturales. Solamente
se intenta significar qué, en cualquier ámbito de su investigación, los gnegos buscaron en su lenguaje la
misma precisión que habían logrado en las matemáticas.
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La concepción aristotélico tomista
Para ei año i000. Eurupa sutr.a un retroceso cuirural muy importante que ponía su cuipura nray por
ceoajc de a onentai y mucho mas todavía de :a Isiamica. Las mentes mas lúcidas de la Enroca cuita eran
mcapaces de entender los teoretmas mas eiememales de Eudides. En este sentido, la iglesia Católica ejercerá
una tmíuencia :nuy importante en ei surgimiento de la cultura en genera! y de la ciencia en oarticuiar.
Si bien Santo Tomas de .Aquino pertenece al ámbito de la filosofía Medieval y es uno de los mayores
e.xponentes de !a filosofía como teología tanto como de la teología como filosofía, hay en su pensamiento
algunos elementos que inspirarán a filósofos modernos más allá del momento en aue ambas se separan.
Santo Tomas nació cerca de Aquino apro.ximadamente en 1224. Es lugar común señalar que, si
.Agustín tomó a Platón y lo cnstianizó, dando de esta manera un sustento más amplio ai dogma católico,
Santo Tomas de .Aquino realizó una obra similar con .Aristóteles.
La obra de Tomas es monumental, la Suma Teológica: tiene más de treinta volúmenes que pretenden
sistematizar el dogma católico, y lo ubicamos en un momento enriquecido por vanos siglos de pensadores
ensílanos, fundamentalmente por San Aibeno Magno, quién
compilara ordenada y sistemáticamente una enoime cantidad de
maienaies de ios que Tomás se sirvió y fueron la base de su filosofía.
Hay en la obra de los Doctores de la Iglesia muchos motivos que
los condujeron a mmaña'erapresa que tiene que ver, nuevamente, con
p jp consolidar e! dogma y protegerlo, no solamente del paganismo, ni para
distinguir ya al cristianismo del judaismo y de otras religiones, sino
fundamentalmente para poner coto a las miles de interpretaciones y
reinterpretaciones que pululaban dentro de la misma Iglesia Católica,
las cuales, en muchos casos, contradecían los principios básicos del
dogma y amenazaban la hegemonia política de la iglesia, su dominio
no sólo sobre las almas, sino también sobre la organización social
y política, poniéndola constantemente al borde dei cisma. Pero
además para encontrar otra fuente para dar respuestas a los problemas
mundanos que la Iglesia como institución renía que resolver temas y
cuestiones frente a los cuales la Biblia resultaba insuficiente.
Santo Tomás de Aquino, intentó esta comente denominada tomismo, !a fuente que
la síntesis entre razón y té, y abrió complementara a sagradas escrituras será la obra de .Aristóieies.
las puertas a la razón aunque, como se verá, subyace en su pensamiento un piatonismo
que había tenido preeminencia hasta el siglo XII. De su obra surgirán
dos cuestiones importantes con éste cambio. Por un lado, un giro en visiones y formas de entender muchos
problemas bajo la óptica del anstoteiísmo, lo que derivará en la división dentro de! seno de la Iglesia entre
platónicos y aristotélicos, por otro lado, las disputas hermenéuticas con las versiones islámicas dei aristoteiisme
en un relevante debate filosófico con ei averroísmo y el avicenismo, ambos cuerpos doctrinarios del Islam
que hablan tomado a .Aristóteles con antenondad al cristianismo. De hecho, una larga Edad Media en la cual
la cultura había decaído como producto de la barbanzación había hecho que se perdieran en Europa obras
fundamentales de la filosofía. .Aiástóteles es reintroducido en Europa por los árabes, que habían recurrido a él
en momentos de una gran expansión y desarrollo de la cultura islámica, tanto en el none de Africa, como en
las zonas europeas que habían conquistado.
La filosofía que de hecho parecía haberse extinguido en Europa se había desplazado hacia Onente. La
herencia del platonismo, dei anstoteiísmo e incluso del epicureismo, asi como también del helenismo había
permanecido dentro de las reflexiones de árabes y judíos. Gilson señala que cuando el emperador Justmiáno
en el siglo VI cenaba las escuelas de Atenas, tanto islámicos como judíos y cristianos de la zona de Siria y
Mesopotamia conocían, estudiaban y drvTjlgaban las doctrinas de .Aristóteles, Hipócrates y Galeno.
18
Uaa doble condición domina el desaiToiío de la fiiosoria iomista: ia diaiincion entre
!a razón y la fe. y la necesidad de su concordancia. El ámbito entero de la ñlosoña proviene
e.xclusivamente de la razón; es decir, que el ñlósofo no debe admitir nada más que lo que sea
accesible a la luz .namrai y demostrable por sus solos recursos. La teología, por el contrario, se
basa en ia revelación, o sea. en ñn de cuentas, en la autondad de Dios. Los anicuios de .a te son
conocimientos de ongen sobrenatural, contenidos en tórmuias cuyo sentido no nos es enterarniente
penetrable, pero que debemos aceptar como :a!es. aunque no podamos com.prencerlos. .sí, pues,
un dioso ío siempre buscando en iarazón los pr.ncipios de su argumentación; un teólogo ?a'gum.enia
siempre buscando sus principios primeros en la revelación. Desatados asi los dos dominios, es
necesano constatar, em.pero, que ocupan en común, un determinado número de posiciones. En
prnmer lugar, ia armonía de derecho enme sus conclusiones uitim.as es cosa cieña, incluso cuando
esa annonia no aparezca de hecho. Ni la razón -cuando la usamos correctamente- ni ia revelación
-puesto que tiene su ongen en Dios- pueden engañamos. .-Lliora bien, la concordancia de la verdad
con la verdad es necesana. Es. por tanto, cieno que la verdad de la nlosofia se ajustaría a ia
verdad de la revelación por una cadena ininterrumpida de lazos de unión verdaderos inteligibles,
si nuestro espíritu pudiese comprender plenamente los datos de la te. De aquí resulta que, siempre
que uaa conclusión filosófica contradice a! dogma, nos hallamos ante un signo cieno de que tal
conclusión es falsa- La razón, debidamente advenida, tiene que cnticarse en seguida a si misma
y encontrar el punto en que se ha producido el error. (Gilson. 1995, p. 516)
Tomas le dará al problema de ia relación entre razón y fe un nuevo y panicuiar enfoque. Hastajse
momento la razón habla sido cóncefaica de un modo fuenemenre .snmeririo a la fe. De algún modo la niosofia,
moGeraa romperá las cadenas Oe esa tiranía. Pero, seguramente sin aroocnérspjn rniifíp iíSfis
será Sanco Tomaa. No es que el filósoto de .A.quino rechace ia idea de qué cuando iñfa proposición filosófica
contradice a la verdad revelada, la que comete el error es la filosofía, pero va a realizar una distinción entre
dos ámbitos de dominio de cada una de ellas. Mientras que a la filosofía le corresponde el ámbito de la
verdad natural, a la Fe le corresponde ei rie la snhren,imr^¡ r! hecho de que se establezca una distinción entre
ellas no quiere decir que se deba excluir el acuerdo.
En su propio ámbito, ei de las verdades de orden natural, la razón no requiere el au.xilic de la revelación.'
Por decirlo de otro modo, ia razón humana es autónoma y suficiente como para conocer todo aquello que
hace a la naturaleza. La razón humana es del hombre, hace a su integridad como persona. De hecho esto no
hace de la razón algo dudoso o malo, sino todo lo contrano. La razón es buena y conduce a la verdad porque
es Dios quien la ha puesto en el hombre, quién se la ha otorgado. Y ai otorgársela lo deja libre, para que el
hombre se maneje con independencia. Será la obra de .Aristóteles la que vendrá a com.pietar esas verdades
de razón que según Tomás el hombre requiere tanto como las de fe,
Claro que también hubo retrocesos. La Física y la Metafísica de .^nstóceles llegaron
a Europa a través de .AveiToes cuyos comentarios destacaban la dificultad de reconciliar la
ciencia de .Aristóteles con la teología ortodoxa, sea musulmana o cristiana. Como resultado de
esto, durante algunas décadas desde el 1210 en adelante, esas obras quedaron eliminadas de los
programas de esaidio de las escuelas. Pero Santo Tomás de.Aqumo (1225-1274) se dedicó a la
tarea de mostrar que en el sistema de .Anstóceles no hay nada esencialmente incompatible con
la teología cristiana ortodo.xa. (...) Desde esa época en adelante, el gran sistema teónco creado
por .Aristóteles se convirtió en el cimiento de la ciencia nanirai de Occidente.” (/Toulmin, 1971,
pp. 182,183) I
La obra de Santo Tomás vino a llenar un hueco doctrinario, allí donde el dogma cristiano, basado
esencialmente en la Biblia era insuficiente. Es por ello que las concepciones aristotélicas. ignorada.s durante
cenmrias por la cultura occidental, se vuelven a poner en vigencia. ■
Pero con el surgimiento cultural y científico del siglo XIII, cuando aparecen las universidades, todo
el pensamiento antiguo, reintroducido por los árabes trae también otras ideas.
19
Contexto histórico del nacimiento de la ciencia de la naturaleza
Lo que denominamcs como coencia experimentai moderna es un ;ipo particular ae conccimismo
que swge ■conjuntameTrte -eon ia-em crgen^ de la burgijesia csmo-aueiurCtee-sociai. la cual comienza a
cantii-, con
y la criSis de las ;nstitu¿iones íeudaies.
' XPoco después del 1300 comenzaron a"decáer las instituciones ae ¡a'Edati"
Media y. en su lugar surgían poco a poco instituciones y modos de pensar nucy^s
que deterrainarian e! surgimiento de una nueva sociedad: ¿a^cledad bnrgoesal>
i.ar e* poner ecci40iin^o, c^^n '^n ih-StC oracn económico —c¡ capitaiisniO en ^u íonna ntercauti
la formación de ios Estados Nacionales
general (sigips XIV
sentó s o ^ ca
-XVí^lTO el ccomercio (revolución comercial de los siglos XIV
y subsiguientes), en la reforma religiosa (siglos XVI—XVH'¡, en:^"crrganización
política, ..j ^^jarins nacinn y ima n.,«.4,i fr>rmi Hp pwncar la.
r r liiiJmin S n - --inn orrns .-nsns Hg-h» va
i-.n ei 5?ialf>XVI-XV'TL— ■
La cultura m.ercantii. a la
que hemos hecho referencia, se
instala en el mundo occidental con
Nicolás Copérnico ¿1 derrumbe dei sistema feudal
comenzando aproximadamente
entre los siglos XIV' y XV. Suele denominarse revolución
comercial a la aparición de los siguientes cambios:
1) El monopolio del comercio en el Víediterránec que
ejercían las ciudades italianas.
El intercambio que estas ciudades realizaron con CaUjeQ G alilei y a su lado el telescopio
Europa septentnonai. que utilizara para sus observaciones
La introducción de monedas de circulación genera;.
La acumulación dei capital sobrante en el comercio, la .navegación y la minería.
2) La demanda de matenales bélicos y el impulso dado por ios nuevos monarcas ai comercio con el ñn
de crear otras fuentes de impuestos.
3) El deseo de obtener productos dei Lejano Oriente estimulado per el relato de los viajeros.
También, como se ha señalado, hay una profunda transformación religiosa a partir de la reforma
protestante y de la nueva moralidad que propone.
revolución del coHOcimiento en los estudios de la naturalez;^
TJ3 mnripmirinrl gepé.r.n una profunda t«fflSÍ&ffH€ición, no sólo es de indóie eeonómiea o socml, sino
también espiritual.que gestaarH-auevo-sujete-históricn, un nuevo sujeto de conocimiento que se expresa
fandamentalmente en las figuras de René Descartes en la filosofía y de Galileo Gatilei en la ciencia.
No debemos pensar por otra parte que es a partir de una transformación que se producen todas las
demás, sino que todas coadyuvan a la transfoiTnación global.
20
El desaiTollo de ana forma de conocimiento que busca su validación en la experiencia, utiliza
instrumental íécmco, unifica conocimiento de la naniraleza y aplica la matemática com.o lenguaje apropiado
para entenderla. Esto sólo die posible denti'O de una cuiaira mercantil que llevó ambas disciDÜnaS ai punto
de fusión.^Sn vanos aspectos los cambios, que prodmo la aueva.<ieacia. tuvieron su inspiración, en ta
técnica medieval. Nos referimos a:
a - los procedimientos técnicos como impulsores del miétodo expenmentai,
b - como en e! uso de los ar.efactos para hacer observaciones y .
c - en la elaboración de modelos matemáticos base de la forma de representación dei mundo.
/
Todos estos procesos comienzan hacia e! siglo XIII. el detenoro, lento pero progresivamente de las
instituciones feudales se ve incentivado por la aparición de una creciente desconfianza en los dogmas dei
^pasado, y básicamente en las dos ftieates de sabiduría dei mundo medieval: la filosofía de .Aristóteles que
habia sido reincroducida en Europa por los arabes y adoptada por el cristianismo a maves ae Santo Tomás y
la Biblia.
Entre la ciencia feudal y lamiencia moderna hubo un camibto de contenido epistemológico,
no de función epistemológica; a una sociedad que se concebía a si misma como tutelada por la
Voluntad de un Ser Supremo, a través de sus ministros, correspondió la idea de úna naturaleza
habitada por fuerzas espirituales. Correiativamiente, a una sociedad que se presenta como
un sistema mecánico, cuya equiübración depende de la sola operación de ios mecajjismos
objetivos del mercado (ne.xus rerium), corresponde una visión de una aaoiraieza regida por las
funciones matemáticas. ¡Saraaja, 1993, p. 349 )
El cambio al que se refiere Satnaja implica dimensiones epistemológicas, pero tamoién morales,
sociales y económicas. La idea medieval del precio iusio, que_iiHDgdia obtener beneficio alguno oor
encima del costo,'significó el atraso de la Europa católica y latina.
Para Koyré (2007) esta transformacTÓn-se debe en par^e a ios filósofos dei siglo XIII, cuyo enroque
inductivo se inspira en la geometría griega transformándola en la base de la ciencia experimental moderna. Si
bien desde el punto dé vista teórico .Aristóteies no dejaba de ser un referente metodológico, estos científicos
superaron el sentido ingenuo de observación aristotélica y la sistematizan con el propósito de verificar sus
supuestos. La ciencia expenmental moderna no estaría madura sino hasta ei siglo XT'v'II con aportes tan
importantes como los de Galíleo Gaiiiei. pero sin duda el proceso de una ciencia nueva comienza con ios
filósofos del siglo XIII, que desde la üniversiaad de Oxford pnncipalmente y en las figuras de Roberto
Grosseiete v Roser Bacnn, sientan las bases de la ciencia moderna.
Gfosseteste parece haber sido el pnmer escritor de la Edad Media en reconocer y tratar
los dos problemas fundamentales de in Inrlnrr;ÍQn y ¡a "Verificación” v '‘fni.sadón’’ que se
plantearon cuando la concepción griega de la demostración geométrica fue aplicada al mundo
de la experiencia.- Parece haber sido el pnmero en establecer una teoría sistemática y coherente
de la investigación expenmental y de la explicación racional, teoría que hizo del método
geométrico gnego la ciencia experimental moderna. Con sus sucesores fue por lo que se sabe,
el primero en utilizar y en ilustrar con ejemplos una teoría tal en los detalles de la investigación
de problemas concretos. Ellos mismos creían crear una nueva ciencia y en pamcular una nueva
metodología. L’na gran parte del trabajo experimental del siglo XIII y XIV' fue efectuado en
realidad con el único fin de ilustrar esta teoría de la ciencia experimental, y todas sus óbras
reflejan este aspecto metodológico. (tCoyré, 2007, p. 55)
¿Cuáles son, pues, los rasgos por ios cuales _.ei nuevo método se opone al que se habia
i^ntonces en el esuidio de la naturaleza? Se los puede reducir a tres, ninguno
de los cuales es absolutamente nuevo en sí mismo. Pero cuya unión íntima hará la originalidad
del método experimental en física: el uso del razonamiento hipotético deductivo, el tratamiento
matemático, de la experiencia, el recurso a la experimentación. La deducción hipotético
21
[
dediicti’. a se Cisnr.giie de ia aeduccion eategónca en que en luaar de animar como verdadero
su principio para comunicar su certidumbre a sus consecuencias, se umiia a ponerio en el punto
de panda -es e: sentido propio de: 'enriino hipótesis- como un simpie oostulado cuyo valer
de ercad queca en suspenso, y a sacar sus consecuencias, oue particican nararaimsnte de la
neutralidad de; principio en cuanto verdacero raiso. ^Bianché. i9"_. p. 22)
.°ero también hay una profunda transformación religiosa que va a ser decisiva en el surgimiento
de la nueva mentalidad, 'vos refermos a la reforma protestante y a la nueva moralidad que ella implica.
Un hecho central del protestantismo es la convicción de que Dios, a través de la Biblia, se dirige .a cada
iiouibie oaiticular, el cual debe naceré: esruerzo de comprender cue es uo que quiere Dios de él. Esto, que se '
conviene en practica regular de los ñeies. mocinca sustancial mente las prácticas católicas, las cuales penian
enere el pueblo común y Dios a la casta sacerdotal y a la intennediación interpretativa de ios teóicaos.
Explica tamoién el hecho de que en la Europa protestante, a diferencia de la católica fuera más propicia
una preocupación por e! valerse dei propio entendimiento. Si la interpretación de la palabra de Dios ya no
estaba sujeta a la autoridad de los teólogos, ,;,qué otras interrogantes estarían limitadas? Por otra pane la
iTiotal protestante que, a diferencia de la católica, no condena el enrícuecimiento v e! lucro como un pecado,
también es la base para un desaiTollo económico en el cual el ganar fortuna por medio del trabajo es una
bendición divina. La ¡dea medieval de! precio justo, que impedía obtener beneficio alguno por encima del
costo, significó el atraso de la Europa católica, y latina. Por el contrano. ia ganancia, considerada como
una bendición, se convirtió en la base de una creciente acumulación capitalista. E! uso de la propia razón
para entender el mensaje de Dios pronto se hizo extensivo a ia aplicación de la razón para resolver otros
ptablemas más mundanos. Allí quedó en evidencia cómo se podía sacar ventaja de este instramento. Al
respecto señala Geymonat; - , ' ■
E! nacimiento de la ciencia expenmental guarda relación con el descubrimiento -nada
simple, aunque hoy pueda parecemos obvio- de que existen técnicas muy precisas para dornisar
racionalmente el curso de la experiencia, es decir, para provocar ciertos fenómenos que pueden
repetirse a voluntad y medirse con exactitud matemática, en condiciones controladas por nuestro
intelecto. (Geymonat, 1984, p. 33)
^sta □rofunri.a tran.sformación no sólo es de Índole económica o sociai, es una profunda
transformación e.sniritual que gesta un nuevo sujeto histórico, un nuevo sujeto de conocimiento que se
ex_presa fundamentalmente en las figuras de René Descartes en la filosofía y de G-aiilen Galiieí en la ciencia..
No debemos pensar por otra parte que es a partir de una transformación que se producen todas las demás,
sino que todas coadyuvan a la transfoimación global.
No es difícil com.prender el supuesto social que posibilitó este cambio fiiosófico: se trata de
la consolidación victoriosa, decidida de nuevas riquezas vinculadas con el trabajo y -por tanto-
de! surgimiento de gnipos cada vez más numerosos de científicos profundamente sensibles a los
intereses de la producción y capaces de darse buena cuenta de la unidad indisoluble entre la práctica
y la teoria. (Geymonat. 1984, p. 34)
Esa umdadjndisoluh|if entre y tpnna a la que hace alusión Geymonat la realiza Galileo en el
campo de la ciencia v luego la anunciará Kant en.el campo de la filosofía, pero previamente se presentará
como una oposición, como una controversia entre las dos grandes corrientes filosóficas que dan origen a la
modernidad. re'fiífünOs a lájiolémica entre racionalismo v empirismo. Lo que se encuentra en cuestión
en este enfrentamiento es fundamentalmente de corte gnoseológico. La pregunta que surge es ¿cuál es el
fundamento del conocimiento, la razón o la experiencia sensible? Mientras que en la tradición empirisía,
preocupada por el conocimiento de los fenómenos naturales prima ia observación, que es la que permite
describir, seleccionar, catalogar, clasificar los objetos de la naturaleza, gobernada por un principio inductivo;
para la tradición racionalista, que reniega de la expenencia sensible cómo fuente de conocimiento, y se apoya
en una lógica deductiva, las ciencias que mejor dan cuenta de la posibilidad de obtener un conocimiento
seguro y fimie son las fomiales; lógica, matemática y la geometría, que siendo pane de la matemática tiene
problemas de investigación y desarrollos propios. Es por ello que hasta ese momento las ciencias naturales
prosperan de la mano del empirismo, fundamentalmente del inglés v las ciencias formales avanzan de la
mano del racionali.smo frane^^ y nií^n-ián Pero mientras que para el tiempo en que empiristas y racionalistas
->i
CncÁ
poierniz2n. '^.iiieo va establees ina síntesis que supera la dicotomía y que producirá progresos "sombrosos
.... e! campo ae ia astronemia y ce la física. En este sentido tencriamos que deci
justiñear lo que etectivamente ia ciencia realiza.
que la alosot:a vendrá a
Modelo copérnico-galileano
E; modeio astronómico de base mate natica que Copéifaco concibiera en su obra Acarca cíe
la Revoiiición de lc:s esferas celestes^ estaba lleno de
impertecciones, pero, por ser heliocéntrico se acercaba
mucho ai que más tarde ia astronomaa moderna y ia
investigación espacial pudieron descubrir. Copémico
pensaba que las órbitas de los planetas eran circulares,
participando del concepto de la tradición griega del
circulo como forma perfecta y de la influencia teórica
del platonismo sobre la matem.ática como ciencia que
puede revelar ia verdad. Si bien, más tarde Kepler
propondrá la tecria de las órbitas elípticas, ajustando
más el modelo, fl.ie Galiieo quien articulando teoría
y práctica, razonamiento y observación, sentó las
bases para una astronomía cientiflca. Más allá de las
controversias con el clero, el miodelo heliocéntnco
copéraico-gaiileano logró imponerse por su sencillez,
capacidad explicativa y predictiva y concordancia
con ios fenómenos.
Sin embargo esta tarea «justificadora» no es una tarea menor, sobre todo en condiciones poco propicias,
ya que si bien los científicos operan con las nuevas ideas en la producción de nuevos conocimientos, que
todos aplauden, son ¡os filósofos los que tienen que salir al ruedo de las disputas que muchas veces cuestionan
las bases del saber tradicional. Quizás la discrecionalidad de la Iglesia Católica con respecto a la figura de
Galiieo tuviera más que ver con los planisfenos celestes o las cartas de navegación que los comerciantes
burgueses reclamaban cada vez con mayor insistencia que con la misma retractación frente al tribunal del
Santo Oficio. Tengamos en cuenta que todavia la máxima autoridad espiriaial, pero también política, con su
largo brazo ejecutor en contra de la herejía es]a iglesia Católica, y ahora se presenta en escena una disciplina
gil»; viene nispiiiarie su autoridad, la ciencia.
De los procedimientos experimentales
Semal señala que:
Los pnm.eros hombres de ciencia que examinaroala naturaleza o la obra de los’hombres,
tuvieron que utilizar el equipo y las ¡deas predominantes entonces en la tecnología, es decir
que usaron el compendio de recetas prácticas e instrumentos del hogar, la granja y el taller
artesanal. . "... un proceso técnico en pequeña escala. Los aparatos del experimentador, como
lo pmeba el caso de .Agrícola (1490-1555), se reducen a los del tundidor. (Bemal, 1963, p. 29)
Bemal ve en el experimento la base de la ciencia moderna. Pero no todos los histonadores de la
ciencia entienden esta situación del mismo modo. .‘Vlexandre Koyré si bien acepta estos peesupuestos
generales, establece diferencias en cuanto al papel del artesanado y su relación con la ciencia, marcando
más una mutua influencia reciproca entre el accionar científico académico con el de las practicas de los
artesanos e ingenieros:
La ciencia de Descartes, a fortiori, la de Galiieo no es (como se ha dicho) sino ia ciencia
del artesano o del ingeniero. Esta explicación no me parece, he de confesarlo, completamente
sat’ísfactona. Es verdad, claro está, que la filosofía moderna, tanto como la ética y la religión
modernas pone e! acemc en ia accion. ¿!LÍa.j;i:iUls^.niiicho ;-!ias de in h:ic:a -ensa!-n;¿p[Q
anúguo v-íaediOéval. Esio es cieno mnibien en lo que se refiere a ia ciencia rnoaena. i'^ienso en
la risica canesiana, en sus comparaciones con poleas, cuerdas y palancas. Sin embarao. ,a acnrud
que acabamos de describir es má.s ia de Bacon -cuyo pape! en ia distoria de las ciencias no es
dei mismo orden- que !a de Galüeo o Descerres. La ciencia de esres no es cora de'inaenieros
o artesanos, sino de hombres cuya obra rara vez rebaso el orden de ia teoría. La nueva balística
no fue elaborada por artificieros o artilleros, sino en contra de éstos. Y Gaiileo no aprenaio su
oficio de personas que trabajaban duramente en ios arsenales y astilleros ae Venecia. Muy al
contrario les enseño el suyo, .^.demias esta teoría e.xpiica demasiado y demasiado poco. Explica
e! prodigioso desarrollo de la ciencia del siglo .XVTI por el de ia íecnolosia. Sin embargo,..^ ..
este último era infinitamente menos soiprendente que el primero. .Xdemás, olvida los iomtos
técnicos de la Edad Media. No nene en cuenta el apetito de poder y riqueza que inspiró a la
alquimia a lo largo de su historia. iKoyré, 2007, p.p. 150-152')
Adejándonos de esta discusión, l&Que nofxidemos-fl&gai.es que las prácticas artesanale.s medievales
fii^eron determinantes p_ara impulsar el método experimental porque brindaron la base material a la que
los científicos pudieron darle un uso completamente novedoso. Nq es sólo la manera de trahain. sinn Kis
talleres, ios arsenales, en los que le gustaba tanto a GaliIeo trabajar los que resultaron ser esencial^ para
la ciencia de la aaruraleza.
Muchos de los descubrimientos de Galüeo fiieron maravillosos, otros errores y coníusicnes
imponderables, pero su .gran ménto consistió nastamente en pcovesr a la ciencia modema de un nuevo métofin.
en. el cual la teon'a y !,i experimentación .se inteiTeiacionan sirviendo la una a ia otra como guia y control.
Comprendemos también ei orgullo del GaliIeo platónico, que en sus Discorsi e dimostra:iom
anuncia que va a promover una ciencia completamente nueva a propósito de un problema muy
antiguo, y que probará algo que nadie ha probado nunca hasta entonces, es decir, que ei movimiento
de la caída de los cuerpos está sujeto a ia ley de los números. El movimiento gobernado por los
números; la objeción aristotélica se encontraba por fin refutada. (Koyré, 2007, p. n5)
No vayamos a imagmamos, según una perspectiva por demás simplista, que lo que hace
la esencia del método experimental y la novedad de la ciencia moderna con relación a !a antigija
es el reemplazo del razonamiento por la experiencia. En cambio, consiste en una nueva manera
de asociar razonamiento y experiencia; una nueva manera de razonar a propósito de los hechos
de la experiencia, una nueva manera de interrogar a ia expenencia para, a la vez. someterlo al
razonamiento y permitirle controlarlo. (Blanché. 1972)
Hasta el dia de hnv permanecs ia nnl,^mioa que sn.stipnp .i nn G.Tlilpn expenm^ntarinr frente a Qtrc^
teórico, entre un Gialilen smpmsta V otro racionali.sta. La.s dudas radican en tomo a si GaliIeo realmente
llevó adelante experimentos del tipo de laboratorio, o si por ei contrano se mantuvo dentro de una
especulación teónca conducida por la matemática. La frase “mente concipio”, concibo con la mente, hace
pensar que sus '■‘experimentos” se realizan en su mente antes que en algún 'laboratorio”. La precisión
de los resultados lleva a creer que se trata en realidad de cálculos matemáticos, pues por medios de los
precarios instrumentos de la época no se hubiera llegado a .'•esultados tan precisos. Otros se apoyan en las
referencias realizadas en sus escritos a comentarios de trabajos con objetos e instrumentos de medición.
-Aparentemente, la respuesta es sencilla, pues ei propio GaliIeo, en las Consideraciones y demostraciones
matemáticas sobre dos nuevas ciencias (1638), declara que llevó a cabo una y mil veces los experimentos '
con el plano inclinado. D«fa«te el-siglo X fX r^ 'adTnitTa~'genertilmente que-eLpedre de la “física moderna”'
había aplicado el método expenmentál. Pero en los años 1920-1930 vanos historiadores de la ciencia
pusieron en duda esta versión. Según ellos, es difícil creer que Galüeo pudiera por los medios de que
disponía realizar experiencias lo bastante precisas como para considerarlas pruebas significativas. Entre
los años 1960-1980 otros historiadores reaccionaron; estudiaron los manuscritos inéditos de Galüeo y
repitieron sus experimeutos con el fin de probar en que sentido había sido un buen investigador.
24
Pero, finaimeate, ¡;,expenmencó realmente Galileo para establecer las leyes del movimiento? Si bien
el. debate sigue abierto, entendemos que la pregunta está .mal tbiinulada, pues concibe a las dos opciones
como excluyentes y suponemos, a partir de todo lo expuesto, que de un modo primario, precario en ciertos
aspectos tanto como que era la pnmera vez, .nizo las dos cosas al mismo tiempo y allí se encuentra su gran
revolución.
El uso de instrumentos técnicos para la investigación científica
Se trata del correlato de los cambios apuntados. Gaiiieo le otorga al teJescopio un papel ftindamentai
para el desarrollo de la ciencia y lo reconoce como invención de 'in simplefabricante de lentes ordinarias."
(Galileo, 1623), La utilización del naismo en la tarea científica genera la oposición de los teólogos de la
época quienes poseedores de una concepción distinta de ciencia desconfiaron de su valor.
En [a pnncipaí obra de Gaiiieo Galilei, U Saggiaiore -E l Ensayador- , Galüeo va respondiendo
puniualraente a la obra del jesuíta P. Grassi (escrtta bajo el seudónimo de Sarsi) en donde el autor, con
argumentos silogísticos, se opone a las hipótesis astronómicas de Gaiiieo. El punto medular de la critica
de Sarsi es el uso del telescopio, ai cual, por razones puramente lógicas, le niega la posibilidad de producir
un aumento tal en las cosas que permita hacer visible lo que antes no lo era. Con este argumento pretende
negar la existencia de manchas solares, u otros descubrimientos hechos con el telescopio, que ponían en
duda la perfección de la órbita celeste.
embargo fue precisamente aquel acto de confianza de Gaiiieo en los productos de
la iti^Sma de la artesanía el que inició una de las revoluciones científicas más profundas.
" '(Geymonat, 1990, p. 35)
Los modelos matemáticos como forma de representar el mundo
Si bien se reconoce, en la cuantificación propia de la ciencia, ei aporte de ios teóncos, se le da también
gran importancia a la presencia de la cuantificación en ei trabajo artesanal; antes de Gaiiieo y durante su vida,
las matemáticas eran usadas cada vez más por los técnicos y artesanos prácücos.”(Needham, 1956)
La-maremática, una ciencia considerada aiejada totaimente de lo empírico, empieza a ser ei
instrumento oor ia nar.i.enre i-tenria natural. La ciencia, hasta ei momento vinculada con ia
especulación filosófica y con la teología, comienza a encontrar en el mundo del trabajo temas, problemas,
soluciones y motivos de crecimiento de una nueva forma de saber. No es casual que en Ei Ensayador. Gaiiieo
haga alusión a una práctica común y extendida entre la incipiente burguesía de artesanos y comerciantes:
La filosoña está escrita en ese grandísimo libro que tenemos abierto ame los ojos, quiero
decir, el universo, pero no se puede encender si antes no se aprende a encender la lengua, a
conocer los caracteres en que está escrito. Está escrito en lengua matemática y sus caracteres
son tnánguios. circuios y otras figuras geométricas, sin las cuales es imposible encender ni una
palabra; sin ellos es como girar en un oscuro iabennco. (Galilei, 1984, p. 14)
Veamos que GalHee-éiee; -'lafilosofía esta escrita ..." no la namraleza. Todavía la filosofía reúne en
su seno al conjunto de! sabe.q pero tiene que ser redefinida, no se pueden aceptar los viejos libros porque
ellos están sujetos e meras especulaciones. La única forma de darle a la tísica un lenguaje matemático es
redefiniendo su objeto de estudio v esto afectará a todo el saber v a toda foima de saber. Este nuevo objeto
son las relaciones entre fenómenos y no las cualidades. Son las relaciones las que pueden ser medidas y de
este modo se obtiene un carácter consensual del conocimiento de la experiencia (eminentemente ligado a
cada uno de los sujetos que lo adquieren). Este nuevo objeto de conocimiento no es empírico sino fonnal
y-abstracto. Así, comienza un camino en ei cual por ejemplo ei rojo, no es una sensación que depende
de quien ve esta cualidad de los objetos, sino una determinada longitud de onda. Mientras el rojo es una
oercepcicn iLibjenva. a pesar de 5li uaiversahdad. no es exacramente iguai de un sujeto a otro. En cambio
'a mensura racional permite ei conoctmiento de una condición propia dei objete, rormuiada en termines
aesTracros. pue pemaiten sustraerse de las sensaciones (subjetivas) y construir enunciados que nos peiTnite'i
iiaoiar ael objeto superando las notas subjetivas. Este conocimiento de las relaciones entre,fenómenos puede
cuantificarse y conveitirse en test de ;as nipotesis te-oncas. Es uecir. ei Lenauaie matemático no puede captar
sino relaciones entre tenomenes. Pstas relaciones son algo que puede medirse v. por lo tanto, also oue
puede considerarse verdadero o falso. E! fenómeno sufre de esta manera un proceso de abstracción a! cual
corresponde la sisternaiizacion uniñcación y oraenamiento de! sistema comolejo de leves e hipótesis que se
venf.can.
El piano pnvilegiado de estas abstracciones, o sea ei plano en que es más fácil ia reducción dei
fenómeno a las relaciones que lo determinan, es ei plano de ia mecánica, donde entran en juego los
conceptos sugendos más inmediatamente por la técnica de las llam.adas máquinas simples. Este plano tiene
i3 ventaja de poder expresar relaciones en forma matemática elemental, de manera que permite penetrar
en las propiedades más caracteristicas dei plano inclinado, ¡a palanca, el movimiento pendular, etc. A esta
concepción de la naturaleza entendida como una máquina que puede desalmarse, estudiar sus panes por
separado hacerla más inteligible se la denomina mecanicista. Es decii", a la idea de una naturaleza como
lugar privilegiado de la manifestación divina, poblada de .marcas y analogías que hay que descifrar le sucede
la idea de una namraieza entendida como maquina esenta con caracteres imatemácicos (Galileo) constituida
por relaciones que hay que medir.
El enfrentamiento con la Iglesia
Hacia el año 15'^3 ve la luz ia obra Sobre las revoluciones de las esferas celestes de Nicolás Copémico
sobre quién ya hemos hecho referencia. En ella se plantea un modelo heiioestático, o heliocéntrico. El
sistema copemicano no sólo establecía otra jerarquía para la Tierra en ei contexto de los planetas, sino
que impiicabadarrUJi-én la.expiícación dei movimiento planetario de acuerdo con cálculos geométricos que
tenían que dar cuenta de ciertas irregularidades, como por ejemplo el m.ovimiento retrógrado.
Copémico era clérigo, su modelo no pretendía
cuestionar los preceptos de la religión, sino que se
inscribía dentro de una polémica entre platónicos
y anstotélicos que se remontaba ya a más de dos
siglos en e! seno de la Iglesia. Tenemos que pensar
que para este tipo de investigaciones las premisas
determinan el sistema y la prueba está en que podían
hallarse descripciones geométricas y matemáticas
S irreprochables tanto para un sistema geocéntrico como
oara uno heliocéntrico.Gatiieo frente a la inquisición
Si bien la obra de Galileo está dedicada al Papa Urbano VIII, en ella cuestiona cada uno de los
principios aristotélicos que constituian ei fundamento de la cosmovisión católica. En este sentido, la fractura
que genera Galileo con la tradición tiene alcances que trascienden a la ciencia en general y a la astronomía
en particular.
Galileo se declara "‘un fiel hijo de la Iglesia”, no tiene intenciones de atacar a las autoridades
eclesiásticas, pero si se opone, férreamente a ia astronomía :|^p.sTnre.1iru3 El caso es que esa astronomía era.
doctrina oficial de la Iglesia Católica y no solo la astronomía, buena parte del credo católico se encontraba
fundado en la cnstianización de la doctrina aristotélica por parte de Santo Tomás de Aquino, así que, al atacar
a una atacaba a la otra necesariamente. La lucha que deviene entre los modelos geocéntrico (aristotélico
tomista, doctnna de la Iglesia) y el modelo heliocéntrico (platónico copémico galileano, teoría de la ciencia)
no implicaba simplemente una disputa astronómica, lo que se ponía en juegó'era la lucha por la hegemonía
entre la ciencia y la religión. ~
26
Galileo nü pretendió elaborar un siatcma cerrado al estilo aristotélico en el que una conclusión estaba
implicada en otra y asi sucesivamente. Su ciencia era una cuestión de métodos y aportes fragmentarios
que debían 'er continuados por otros cientiñeos. Con esto aparece una nueva característica de la ciencia
moderna: la ciencia como una actividad continuada por otros, como una tarea compartida entre científicos.
Si agregamos que Galileo considera que cualquier individuo es poseedor fie razón y como tal puede
llegar, convenientemente educado, a comprenderla, la ciencia se convierte además en ronocimiento público.
Pero a menos que la verdad sea reconocida como pública — como aquella de la que
cualquier persona podría convencerse si llevara su indagación suficientemente lejos— no habrá
nada capaz de impedir que cada uno de nosotros adopte creencias completamente fútiles de su
propia cosecha que no serán creídas por los demás. Cada uno de nosotros podrá instaurarse en
carácter de pequeño, profeta, esto es, como un pequeño chiflado, una victima semilúcida de su
propia estrechez mental. (Peirce, 1987. p, 134)
Pero, la oposición al saber medieval no fríe solamente la teoría copemicana sino también, la búsqueda
del conocimiento público y la tarea companida entre científicos, o sea, el conocimiento como construcción.
Aellas deberemos agregarles, como ya hemos visto, la preocupación por el método, su lenguaje matemático
y esa relación definida entre ia teoría y el conocimiento.-empírico que pretende probarla y que dará lugar a
numerosas reflexiones epistemológicas. En el caso de Galileo las reflexiones están marcadas por la polémica
que signó'toda su vida y la intención de separar las cuestiones teológicas de las científicas.
Dos grandes temas estaban en juego. Uno de ellos era el surgimiento de un nuevo modo de
plantear la investigación científica, lo que es el aporte .más s.ignificativo de su obra; otro, el hecho de
que el cuestionamiento del fundamento aristotélico tomista ponía en peligro la hegemonía ideológica del
catolicismo. Si la Iglesia se había equivocado con respecto a los astros y las estrellas, ¿en cuántas otras
cosas no estaría también equivocada? La Iglesia se enfrentaba a un conflicto que siempre había quendo
evitar: la confrontación entre ciencia v fe. entre razón y religión y que tenia ahora a Galileo Galilei como
principal protagonista. La génesis y el asiento de la verdad comienzan a ubicarse en otro lugar. Galileo
llama, no sólo a los científicos, sino a todos los hombres a buscar el conocimiento, no ya en la obra de
Aristóteles ni en la Biblia, como enseñaba la religión, sino en la propia razón, en las matemáticas y en la
deducción consustanciada con controles empíricos metódicos y sistemáticos.
En resumen, es un hecho que todo este movimiento no surge por generación espontánea, que las
condiciones del surgimiento de la ciencia experimental moderna no se dan de la noche a la mañana y que
de algún modo, las tradiciones académicas y la del mundo del trabajo ya habían comenzado a acercarse
entre sí previamente al surgimiento de la nueva filosofía cartesiana o de la revolución copémico-galileana.
Estas fueron posibles en la medida en que germinaron en el suelo fecundo de una transfonnación que ya
había atravesado al conjunto de la sociedad.
Galileo en el contexto del pensamiento de su época
Algo que da razón a Koyré es el hecho de que lo que se llama “expenencia” y que provendría del
mundo del trabajo estaba sujeto a una serie de prejuicios y muchas veces a prácticas retrógradas marcadas
por al abuso de formas tradicionales de realizar operaciones técnicas. '
La expenmentación que alienta tanto al desabollo técnico, cuanto al científico, es una empresa que
madura en la interacción de estos mundos, pero fundamentalmente en la ruptura de cada uno de ellos con
sus propias tradiciones. Porque no se trató, como bien lo señala Koyré, de la observación o experimentación
espontánea del sentido común, que era la habitual en el mundo del trabajo, sino de otra forma de
expenmentación, que es la que dará el carácter definitivo a la ciencia moderna, método, sistema, controles
mutuos, la matemática como oarametro de traducción entre la realidad v los enunciados.
27
Francis Bacon Rene Descartes
En-este sentido, ranto las coiTÍentes empinstas como racionalistas contnbuyeron a la coníonnacicn
de una ciencia que tendría que madurar, pero que mostraba un grado de eficacia a la hora de producir
conocirniento que trascendía las polémicas filosóficas entre estas dos tradiciones.
Creemos no equivocamos si afirmamos que Descanes es a ia filosofía lo que Galileo a la ciencia
experimental moderna. .Ambos ftandan estas viejas disciplinas de un modo absolutamente moderno. Sin
embargo Galileo tiene un ménto diferente, realiza efectivamente para 1a ciencia la unión entre la deducción
racional y la experimentación, la síntesis entre observación y teoría, en la consumación de un sistema'
científico. Descartes, da a la matemática un pape! fundamental
a la hora de utilizarla como un instrumento de saber, pero deja
de lado, con su racionalismo radical, cualquier papel para la
observación. Su modelo de ciencia teórica no plantea los
fundamentos que requenrá la ciencia moderna, eso es obra de
Galileo.
Galileo,^esrarte^' Bacon vivieron en e! mismo tiempo
y .aunque mvieron concepciones muy diferentes, particulares
y contundentes con respecto a la ciencia, a la naturaleza y a
su conocimiento, compartieron ia preocupación por instaurar
un nuevo modo de conocer. Si bien Bacon. con su Novim
Organon, pretendía desplazai^ios cíatenos de cientificidad, del hasta ese momento vigente pensamiento
aristotélico, redivivo,por una escolástica que a pesar de las criticas nojnin«istas, seguía teniendo peso, y
también Descartes, quien intentó desde otros fundamentos llevar adelante una tarea fundacional-de la ciencia
con su Discurso del Método, realizando ambos aportes que hoy podríamos denominar epistemológicos y
metodológicos. Pero es en realidad Galileo quién realizó ana obra científica de alcance sorprendente más
allá de toda especulación filosófica y con derivaciones filosóficas y metodológicas trascendentes. Más tarde
y como se desaiTollará en un capítulo, más adelante, fue Kant quién puso en evidencia y dio fundamento
filosófico a esta nueva forma de conocer queriendo superar la polémica entre racionalistas y empiristas. Por
ello no es casual que al propio cambio revolucionario que las ideas de K.ant producen en el campo de la
filosofía lo denomine el mismo "revolución copermcana".
La revolución Copéniico - galileana, tiene el mérito de desprenderse, como señala Blanché, de la
tutela de la teología y del sentido comiin, anteponiendo el uso de la razón y de la experimentación como
forma de control sobre las teorías. Deja atrás dos mil años de filosofía aristotélica y el modo en que ella
había llegado a dominar, cristianizada por el pensamiento medieval. Da a la ciencia y a la práctica de la
producción del conocimiento científico una forma de investigar que marca el comienzo de la ciencia tal
como la conocemos-.
De este modo hemos tratado de ver brevemente alguno de los antecedentes en el terreno del
conocimiento científico, y. particulan-nente en el campo de la física y la astronomía, ciencias que, al ser
refundadas por Galileo producen una enorme revolución que trasciende el ámbito académico y trasforma
integralmente la vida de los hombres y de las sociedades y abre la puerta para una nueva foima de producir
conocimiento. Algunos de esfos temas serán ampliados en el capitulo V.
El hombre, con la ayuda de la razón, teniendo como instrumento a la matemática y estableciendo
consecuencias observacionales de la hipótesis, estará en condiciones de producir nuevos modelos de .
universo que lo llevarán a entender que los problemas acerca del cosmos se ensanchan a medida que más /
estudiamos y más aprendemos de él.
En la física y la astronomía galileana se encuentran las bases del modelo mecánico de Newton y en
su espíritu de investigador, que no se encuentra atado al saber establecido, la posibilidad de representar
en su totalidad los fundamentos de la física, como lo hicieron luego la mecánica cuántica y la teoría de la
relatividad.
28
Las disciplinas sociales surgen mucho más tardíamente que las namrales y son el producto de
otras necesidades que derivan de la Revolución industrial. Al mismo tiempo que ésta es el resultado de
la e.xpansion de la economía capitalista y de otra circunstancia que veremo.s en otro capínilo -como por
ejemplo la convergencia entre la ciencia y la técnica—, ella genera nuevas condiciones sociales, políticas y
económicas que en muchos sentidos no concuerdan con las e.xpectativas de progreso material y aspinmal
que había anunciado la revolución burguesa y el pensamiento ilustrado.
Efectivamente, ni el ideal galileano de una ciencia puesta al sep/icio de la humanidad que tuviera
como objetivo disminuir los sufrimientos de Inexistencia humana, ni la concreción de un mundo de igualdad,
libenad y fraternidad que habría de levantar como bandera la Revolución Francesa, ni el íin de la misena
económica, haoían sido logros que se hubieran alcanzado.
La expansión económica trajo como
consecuencia, por un lado, la concentración de
nqueza para la minoritana clase de los patronos,
y por el otro, miseria, hacinamiento, prostitución,
delincuencia, nuevas enferme'dáctes para la nueva
clase social que había surgido del industriahsmo,
el proletariado. Esta clase nace como contraparte
de la clase de los propietarios de los medios
de producción, la burguesía industrial, la cual
rompe con las viejas estrucairas de propiedad,
administración y prácticas productivas y
sociales del mundo medieval. Sustituyen el taller
artesanal compuesto por maestros y aprendices,
que estaban organizados en gremios dentro de
lo que podríamos denominar una economía de
supervivencia, familiar, doméstica y niistica, por la fábrica en la cual los trabajadores no son los dueños de
sus herramientas, sino que venden su fuerza de trabajo. La fábrica no solamente plantea una nueva forma
de producción y de apropiación de la nqueza, sino que modifica sustancialmente las prácticas sociales, los
vínculos humanos y las relaciones de poder.
La libertad guiando al pueblo, obra de Deiaeroi.x
La Revolución Industrial modifica -como ya señalamos- dramáticamente el paisaje urbano, recrea
las ciudades y genera una tensión constante entre las nuevas clases sociales, burguesía y proletariado. Todo
el cuadro se ve agravado por algunas de las condiciones inherentes a la expansiva economía capitalista.
La sociedad feudal también había establecido en su seno grandes diferencias entre señores y siervos.
Pero si bien pennanentemente había habido revueltas y levantamientos populares, el orden social nunca
se había visto seriamente comprometido, pues los vínculos de señorío y. servidumbre se encontraban
fiiertemente fortalecidos, por un lado por la religión, que dotaba de sentido a la existencia de los hombres
y justificaba frente a las mayorias sus miserias. Por que ésta no era simplemente el sufrimiento, sino una
prueba del creador que permitiría ganar el cielo y la eterna felicidad. Por otra paite, si bien los señores tenían
derecho a vida o muerte sobre sus feudatarios, también estaban obligados con ellos: debían protegerlos
de las apetencias de otros señores o de bandoleros. .Ademas la economía sustentada en el agro podía ser
miserable, pero permitía el sostenimiento de los que tenían menos.
La lógica de la economía, de la forma de propiedad, de la explotación y distribución de la nqueza
del capitalismo, había ganado eficacia y aumiento de la producción, pero había cobrado el alto costo de la
expropiación de los recursos feudales sin haber podido garantizar las condiciones mínimas de e.xistencia para
todos, y .además, convirtiéndose en aliada de la ciencia había secular,zado la vida cotidiana, eliminando con los
29
V¡ejos lazos feudales la significación del sentido del sacnncio. Para los obreros ya no se trataba de una prueba
a la que los soraetia el creador, ahora se trataba de la simple v llana explotación económica. Pero la conciencia
de ésta, no emergía como producto de adquirir el conocimiento de las relaciones de opresión, sino que se
manifestaba como resultado de los propios desequilibrios de los ciclos del desarrollo capitalista.
,VIuy tempranamente el capitalismo reveló ser un sistema poco estable. Más todavía, la inestabilidad
se presentó como condición esencial de! desaiTollo capitalista. Si ios viejos ordenes esclavista y feudal
se sostenían en la continuidad de lo estanco, por el contrario, la supervivencia del capitalismo sólo podía
garantizarla el cambio y la revolución constanie de las formas de producción e intercambio. Esta condición
tenia como consecuencia momentos de desarrollo económico, de expansión mercantil, de crecimiento
industrial, con repercusiones en el crecimiento demográfico, en el cambio de las políticas administrativas y
de las prácticas sociales de la vida cotidiana.
Las ciudades crecían desproporcionadamente, ios obreros se hacinaban en los baiTios periféricos
o cerca de las fábricas, estas siaiaciones poco felices eran sostenibles en tanto la abundancia de trabajo
pennitiera acceder por lo menos al alimento y más adelante a otros "beneficios”, como la salud, la educación
y la vivienda. Sin embargo, pronto se puso de manifiesto que este crecimiento no se podia mantener en
el tiempo, que periodos de expansión eran seguidos por otros de retracción, saturación de los mercados,
quiebre de empresas, desocupación, miseria, hambre y violencia social. Los desocupados no podían hacer
como los siei'vos en tiempos malos, salir a cazar o pescar, u obtener algún alimento de las tierras comunales,,
surgieron los flagelos de los riémpos'modeiTios.
Lo que se ha denominado Revolución Industrial y que corresponde a un proceso complejo y que se
desaiTolla en varias etapas, modifica las relaciones de producción, tanto cualitativa como cuantitativamente,
como las condiciones sociales y culturales. Este es el motivo por el cual se puede caracterizar a ésta
revolución como una Revolución con mayúscula. La división del trabajo, el nacimiento del proletariado, la
acelerada urbanización etc., cambiaron el paisaje de las ciudades, la forma de producción y la organización
de las naciones.
En sus comienzos,... la Revolución Industrial fue una revolución técnica.y organizativa
más que científica. Su arma principal para el progreso consistió en el uso de la maquinaria
múltiple para la industria textil y, salvo excepciones, las máquinas fueron más fruto de la
intuición de hombres prácticos que de procedimientos científicos modernos. El "cálculo a
bulto” característico de la actividad artesanal y el conocimiento intuitivo de los materiales
-derivado del manipuleo- así como la relación directa con las dificultades prácticas del quehacer
industrial fueron, en el siglo XVIII, la fuente creadora de la invención. (Beimal, 1979)
En efecto, estamos situados principalmente en el siglo XIX. Hay un paralelismo entre este siglo y
la centuria de la ciencia moderna: acontece para las ciencias del hombre un despertar análogo al conocido
por las ciencias naturales en aquella época. El estudio sistemático del hombre, de su historia, lengua, usos
e instituciones sociales adquiere en este tiempo y merced a hombres como Malthus, Smith y Ricardo,
ftindadores de la economía, o Ranke y Momsen en historiografía, W. Von Humboidt, R. Rask, J. Grimm en
lingüistica y filosofía, Tylor en antropología social, Saint Simón, Comte, Spencer y Marx en sociología, una
almra comparable a la alcanzada por la ciencia gaiileo-newtoniana.
Tampoco sucede este auge de estudios culturales, sociales, humanos porcjue si. El hombre fue desafiado
al final del siglo XVIII. Tuvo lugar uno de esos acontecimientos que conmueven hasta los cimientos del
mundo social y que, según Kant, no se olvidarán jamás; la Revolución Francesa. Hasta entonces, digámoslo
de una forma simplificada y general, la sociedad no constituía un problema para la conciencia, dada su
relativa coincidencia con ella. Todavía era posible una visión monolítica, sin problemas, de la conciencia.
Hasta cierto punto, las relaciones sociales, la cultura, el pasado y porvenir de la sociedad, funcionaban
inconscientemente a semejanza de las fuerzas elementales del cosmos. Pero desde el momento en que la
sociedad europea entró en crisis, se conviitió en un problema para si misma en el nivel de la práctica (modo
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