1. L0S PROFETAS MENORES
Los judíos dividieron los libros proféticos, según
la extensión de sus vaticinios, en profetas
mayores (Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel) y
profetas menores, Éstos son los que vamos a ver
en este trabajo.
Dios siempre busca que Israel se arrepienta de
sus pecados, le advierte sobre las
consecuencias de no hacerlo y, al mismo tiempo,
ofrece una salida para los justos y consuelo para
los que regresan a Él.
Oseas: Dios usa la familia de Oseas para ilustrar
su relación con el pueblo de Israel. Cuando
ordena que Oseas se case con una mujer
adúltera, estaba diciendo que el pueblo le había
sido infiel. A través de este profeta Dios culpa al
pueblo de varios pecados y asegura que sufrirán
castigo. Cuando Dios ordena que Oseas se
reconcilie con su esposa, lo hace para anunciar
que llegará el día de la reconciliación de Israel.
Escrito alrededor del 715 a.C.
Joel: El mensaje de Joel es que Dios perdonara
a su pueblo, si el pueblo se arrepiente de sus
pecados. No solamente, Dios promete restaurar
todo lo que habían perdido. Probablemente
escrito alrededor del 800 a.C.
Amós: Hasta los profetas habían abandonado
su compromiso con Dios. Fue entonces cuando
Dios llamó a un fiel pastor de ovejas, Amós, para
hablar con su pueblo. Amós llamó a Israel al
arrepentimiento porque el juicio de Dios estaba
cerca. Escrito entre 760-750 a.C.
Abdías: Con un único capítulo, el libro de Abdías
emplea el conflicto entre Esaú y Jacob para
referirse al daño que los enemigos de Israel han
causado a Israel. Dios promete que el castigo
llegará a los que atacaron a su pueblo. Escrito
alrededor del 605-586 a.C.
Jonás: Dios tenía un mensaje para el pueblo de
Nínive. Envió a Jonás pero éste no quiso ir
porque consideraba que no había nada bueno ni
digno allí. Jonás, en desobediencia, decidióno ir.
Como castigo fue echado a la mar durante un
viaje en bote y tragado por una ballena. Al
tercer día la ballena vomitó a Jonás, y,
arrepentido, fue a Nínive para cumplir su misión.
Al escuchar el mensaje de parte de Dios, el
pueblo pidió perdón. Esta historia muestra que
Dios tiene compasión hacia todas las naciones.
Escrito alrededor del 715 a.C.
Miqueas: Este libro explica las consecuencias
de seguir nuestros propios planes en vez de
buscar la voluntad de Dios. Este fue uno de los
grandes pecados de Israel. En el capitulo 5 Dios
promete que enviará un gobernante para Israel.
Esa promesa se cumple en Jesús. Escrito
alrededor del 750 y 686 a.C.
Nahúm: Nuevamente Nínive, la capital de Asiria,
se encuentra en rebeldía. Dios les dice que no se
olvidará de sus maldades y, como Él es justo,
enviará un castigo contra ellos. Dios es
compasivo y ofrece refugio para los que confían
en Él. Probablemente escrito alrededor del 612
a.C.
Habacuc: Este libro es una serie de oraciones
del profeta y las respuestas que Dios le da.
Habacuc ruega a Dios que actúe pues ya no
puede soportar la violencia y la inmoralidad a su
alrededor. Dios le asegura que tiene control de la
situación y que tiene un plan. Escrito alrededor
del 605 a.C.
Sofonías: Este profeta nos dice que en el "Día
del Señor" todas las naciones serán juzgadas por
Dios. También habla sobre la restauración de
Israel. Escrito entre el 640 y 609 a.C.
Hageo: Dios pide la reconstrucción de su templo
cuando los judíos empezaron a regresar a
Jerusalén después de haber estado exiliados en
Babilonia. Escrito alrededor del 520 a.C.
Zacarías: Contemporáneo de Hageo, Zacarías
también habla sobre la reedificación del templo.
Zacarías anuncia el futuro triunfo de Israel sobre
sus enemigos y la llegada a Jerusalén de un rey
manso y pacífico. “Alégrate, hija de Sión. Grita
exultante, hija de Jerusalén. He aquí que viene a
ti tu Rey, justo y victorioso, humilde, montado en
un asno, en un pollino hijo de asna."
(9,9). Escrito entre el 520 y 480 a.C.
Malaquías: Este es el último libro del Antiguo
Testamento y habla sobre la promesa del Mesías
y de su mensajero, que fue Juan el
Bautista. Escrito alrededor del 430 a.C.
AMÓS: Es un profeta sumamente antiguo. Vivió 770
años antes de Cristo. Era un pastor y recolector de
higos, al cual Dios lo envió a avisar a las gentes de
Israel que si no dejaban de adorar a los ídolos y si los
2. ricos seguían explotando a los pobres, les llegarían
terribles castigos. Las gentes no le hicieron ningún
caso, y hasta el Sumo Sacerdote Amasías de Samaria
trató de hacerlo callar. Amós le anunció a este
hombre que a su familia la iban a destruir y que a
Amasías lo llevarían al destierro. Todo lo que Amós
anunció se cumplió a la letra y el pueblo de Israel fue
llevado al destierro y sus ricos quedaron en la miseria
por no haber tenido compasión de los pobres.
AGEO: redactó el escrito más corto del Antiguo
Testamento, sólo tres pátinas. Profetizó hacia el año
529 antes de Cristo, cuando los israelitas volvieron
del destierro. Su oficio es animarlos a construir el
nuevo templo, y prometer que desde el templo de
Jerusalén, Dios enviará la paz (Esa paz fue enviada
definitivamente cuando en ese templo enseñó y
predicó Cristo Jesús).
JOEL: fue un profeta que vivió en el siglo V antes
de Cristo. Su mensaje es un llamado a hacer
penitencia y a arrepentirse de los pecados, y es tan
impresionante que la Iglesia Católica lo hace leer
cada año en todos los templos en la misa del
miércoles de ceniza.
MALAQUÍAS: profetizó hacia el año 515 antes de
Cristo. Su mensaje va dirigido contra los sacerdotes
que no cumplen bien sus deberes y contra el pueblo
que se relaja en sus costumbres. Anuncia que llegará
el día grande y terrible de Yahvé, cuando Dios
vendrá a juzgar a los pecadores. Malaquías fue el que
anunció que antes de la llegada del Mesías aparecería
un precursor para prepararle su venida.
SOFONÍAS: profetizó hacia el año 640 antes de
Cristo. Anuncia que si la gente no se convierte,
llegará Dios con gran poder y severidad a juzgar a los
pecadores y a dar a cada uno su merecido.
NAHUM: fue el profeta que anunció la destrucción
de Nínive, y los castigos que iban a llegar a esta
ciudad por sus crímenes y pecados. Todo sucedió
como él lo dijo.
JONÁS: llevado milagrosamente por Dios a Nínive a
predicar, anuncia que si no se convierten, la ciudad
será destruida. La gente acepta su mensaje, hace
penitencia y se convierte y la ciudad queda libre por
lo pronto del mal que le iba a llegar (Más tarde de
nuevo otros profetas anuncian que deben convertirse
y las gentes no les hacen caso y entonces le suceden a
la ciudad los males que anunció el profeta Nahum).
HABACUC: profetizó hacia el año 600 antes de
Cristo. Como la situación del pueblo de Israel es tan
amarga en ese tiempo, Habacuc le pregunta al Señor
Dios: ¿Por qué nos sucede todo esto? Y Dios le
responde: ""todo tiene su fin, y cada problema tendrá
su solución"".
Habacuc fue el que escribió aquella famosa frase:
""El justo vive por la fe"" y repite frecuentemente:
""¡Ay de los que se dedican a obrar el mal! ¡Ay de
los que olvidan a Dios! ¡Ay de los que consiguen
ganancias mal adquiridas!, etc.""
MIQUEAS: fue el profeta que anunció que Jesús
nacería en Belén.
ABDÍAS: su profecía es como una súplica que las
almas humilladas y perseguidas le hacen a Dios para
que haga justicia contra sus opresores.
ZACARÍAS: escribió hacia el año 518 antes de
Cristo. Anima a las gentes a contribuir a la
construcción del templo. Dice: ¿Por qué las tierras no
les producen? ¿Por qué los negocios no les
prosperan? ¿Por qué no logran ahorrar nada? Es
porque mientras ustedes viven en casas bien hechas,
en cambio el templo de Dios está sin construir"". Y
avisa que quienes ayuden con generosidad a la
construcción del templo para Nuestro Señor,
recibirán grandes ayudas del cielo.
Gracias Señor por los provechosos mensajes que nos
has enviado por medio de tus santos profetas. Haz
que los recordemos y les hagamos caso
LOS TRECE PROFETAS MENORES:
AMÓS, OSEAS, MIQUEAS, SOFONÍAS,
NAHUM, HABACUC, AGEO, ZACARÍAS,
MALAQUÍAS, ABDÍAS, JOEL, JONÁS Y
BARUC
V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:
1. Autor y fecha
a) Amós: es el profeta de la justicia
social. Era pastor nómada, apreciaba la
naturaleza. Dios lo llama y lo envía al
Norte para profetizar. No fue muy
aceptado, pero Amós defiende su vocación
y su misión profética, castigando con sus
oráculos las injusticias y la explotación.
3. b) Oseas: es el profeta engañado por su
esposa, a la que, a pesar de su
infidelidad, no dejó de amar. Su vocación
divina está vinculada con su triste
experiencia matrimonial, descubriendo en
ello un significado profético y simbólico.
Hombre muy sensible, que nos recuerda a
Jeremías. Es sumamente delicado y
sensible al amor conyugal, al cariño hacia
los hijos y compasivo con los animales.
c) Miqueas: es el profeta del Juicio de
Dios y defensor de los oprimidos y
explotados, imitando a Amós. En cada
palabra suya se adivina la profunda crisis
social de su pueblo. Hombre de campo. En
un solo versículo (6, 8) resume toda la
predicación de sus contemporáneos:
justicia (Amós), amor (Oseas), humildad
(Isaías).
d) Sofonías: “aquel que Yavhé ha
protegido”, predicó en Jerusalén, durante
el reinado del inepto rey Josías. Nos da a
conocer el estado de Jerusalén antes de la
reforma religiosa: sus idolatrías, las
costumbres extranjeras y paganas, el
falso profetismo, las violencias e
injusticias. Nos hace conocer también los
sentimientos de los creyentes que
aceptaron con entusiasmo y vivieron la
reforma de Josías.
e) Nahúm: Sabemos poco de este
profeta. Nahúm, “aquel que Yavhé ha
consolado”, predicó en Judá. El tema de
su predicación es la caída de la ciudad de
Nínive. Sin embargo, esta ciudad es tal
vez el símbolo de todo pueblo o ciudad
que se opone a los planes de Dios.
f) Habacuc: poco sabemos también de
este profeta. Predicó cuando
Nabucodonosor, rey de los caldeos, con
capital en Babilonia, iniciaba su dominio
sobre las naciones vecinas de Asia Menor
y sobre el pueblo de Israel. Es un profeta
inserto en la problemática de su tiempo:
opresión, injusticias, atropellos.
g) Abdías: casi nada sabemos de este
profeta. Cooperó con su palabra en la
misión de la restauración. Es llamado, por
lo mismo, profeta cultual, por su interés
en establecer el culto a Yavhé, retornando
a la fidelidad a la ley del Deuteronomio.
h) Ageo: es el predicador de la Gloria del
nuevo templo restaurado. Aparece como
un rígido fustigador del pueblo, que se
preocupa más en su interés y en sus
cosas terrenas, que en el culto y en el
templo.
i) Zacarías: participó activamente en la
restauración del Pueblo de Dios y del
templo.
j) Joel: No sabemos nada de la vida de
este profeta. Parece influenciado por los
profetas Malaquías y Abdías.
k) Malaquías: significa “mi mensajero”.
Le tocó vivir una época de gran
escepticismo, pues no se habían cumplido
las esperanzas suscitadas por Ageo y
Zacarías para la reconstrucción del
templo. El desánimo se había apoderado
del pueblo y renacían los antiguos
pecados en el culto y en la vida. La
reacción de Malaquías es vigorosa.
l) Jonás: un desconocido profeta del
post-exilio escribe su vocación y el
mensaje que debe anunciar: Jonás tendrá
que ir a Nínive, la gran ciudad y predicar
contra ella, su destrucción a los 40 días.
m) Baruc: en hebreo significa “bendito”.
Era el nombre del secretario de Jeremías,
en cuyo libro es manifiesto el interés por
los exiliados. Algunas veces Baruc leyó
personalmente en público un presunto
libro de Jeremías. No es, pues, extraño
que su nombre encabece este libro que
presenta a la comunidad de los
desterrados en Babilonia con los ojos
puestos en Jerusalén.
4. 2. Características literarias
a) Amós: El estilo de la palabra de Amós
es concreto, pintoresco, directo y
vigoroso. Habla a través de imágenes
tomadas de la vida campesina. Usa
frecuentes diálogos con el pueblo.
b) Oseas: Un hombre con vasta cultura
histórica y religiosa. Habla con soltura y
conoce bien el campo, del que toma sus
imágenes poéticas para enseñanzas.
Escribe con gran emoción, bajo la
intensidad afectiva de su experiencia de
vida.
c) Miqueas: Hombre también de campo.
Su predicación es sencilla, directa y
vehemente. Usa el recurso del oráculo,
iniciando así: “Escucha...Estén atentos”,
dando más solemnidad y fuerza a su
mensaje. En el estilo se emparenta con
Amós y Oseas por su frescura y sencillez,
apasionamiento y crudeza. Sin embargo,
la utilización frecuente de los juegos de
palabras hacen a veces difícil la
comprensión del texto.
d) Sofonías: es un libro corto, escrito con
un estilo directo y concreto, y sus
profecías se pueden acercar por sus temas
y su estilo a las de Amós. Mira los
problemas prácticos sin grandes
pretensiones teológicas, denunciando con
fuerza los pecados contra Dios y contra el
prójimo, que están haciendo la situación
insostenible y van a provocar la irrupción
del día del Señor.
e) Nahúm: se nota un estilo apasionado
y nacionalista. Usa la invectiva fuerte y
escribe con la rabia del oprimido, sin
concesión a la compasión.
f) Habacuc: Su estilo es de queja, duro.
Usa el recurso de la pregunta, del desafío,
de la protesta, de la maldición.
g) Abdías: Es duro en su estilo. Da
rienda suelta a la indignación del profeta.
h) Ageo:
Es duro y fustigador en su estilo. Emplea
el recurso estilístico de la antítesis, de la
pregunta provocadora. Sus imágenes
están sacadas de la vida de campo.
i) Zacarías: el libro de Zacarías no
pertenece a un solo autor. La crítica dice
que hay dos autores, pues se nota
claramente que hay diferencias de temas,
de estilo, de intereses, entre la primera y
segunda parte. Es uno de los libros más
difíciles de interpretar del Antiguo
Testamento, pues escribe con imágenes y
visiones surrealistas, que producen
desconcierto. La abundancia de visiones y
el recurso a la meditación de los ángeles
hacen de Zacarías el precursor del género
apocalíptico en la Biblia. Muchas de las
profecías de Zacarías se cumplirán en
Jesús de Nazaret58 .
j) Joel: aprovecha cualquier cosa de la
vida diaria (un cesto de higos, una sequía,
una olla hirviendo, una rama de
almendro...) para captar el mensaje de
Dios. Es vivo y vigoroso en su estilo, más
propio del período pre-exílico, y parecido
al de Sofonías. Es uno de los profetas-
puente entre la profecía y la apocalíptica.
k) Malaquías: uso del diálogo: el profeta
hace una afirmación, los oyentes objetan
o niegan la afirmación del profeta y éste
vuelve a justificar la afirmación inicial y
saca sus consecuencias. Nuestro profeta
anónimo queriendo responder a los
porqués de la gente desanimada, hace ver
el contraste entre la vida del presente y la
antigua Ley del deuteronomio, la Ley de
Dios.
l) Jonás: estamos ante una narración
didáctica, un midrash, con intención de
enseñar una verdad. Es una obra de
ficción de carácter parabólico, con
finalidad pedagógico-didáctica. No es,
pues, una colección de oráculos proféticos
ni tampoco un relato de carácter histórico,
5. sino una narración dramatizada, muy afín
a algunas parábolas evangélicas, por
ejemplo, la del hijo pródigo (lc 15 15, 11-
32) y la de los trabajadores de la viña (cf.
Mt 20, 1-16).
m) Baruc: Su texto original se ha
perdido, pero nos ha llegado en la versión
griega de los Setenta, cuyos autores,
judíos, lo admitían por lo tanto, como
auténtico y canónico. Usa amonestaciones
y palabras de consuelo. El vocabulario y
ciertos giros sintácticos permiten suponer
una mentalidad semítica en el origen de
todo el libro. Incluso se ha pensado en un
original hebreo extraviado, exigido por el
supuesto uso litúrgico de este libro.
3. División y contenido temático
a) Amós: Son nueve capítulos. Se
pueden distinguir estas partes:
Oráculos contra las naciones (1-2):
reprocha el apartarse de la moral
universal y de las reglas de la vida
humana.
Palabras contra Israel (3-6): condena
el lujo, la vanidad de las mujeres, el
falso culto, el alejamiento de Dios y su
Alianza y habla del “día de Yavé”.
Visiones simbólicas (7-9): describe y
condena las injusticias del pueblo y la
explotación de los pobres.
b) Oseas: Son catorce capítulos. Se
pueden distinguir dos partes:
Vida conyugal de Oseas y su
iniciación profética (1-3): a través de
su historia del matrimonio fracasado y de
su amor renovado a la mujer infiel,
Oseas anuncia con profunda emoción el
amor personal y fiel de Dios por su
pueblo, aunque éste haya sido infiel a la
Alianza y se haya “prostituido”,
olvidando el pacto “matrimonial” con
Yavé.
Reproches, amenazas e invitaciones
a la conversión (4-14)
c) Miqueas: Son siete capítulos,
divididos así:
Oráculos imprecatorios, de denuncia
y amenazas (1-3): denuncia la
explotación de los pobres, el culto
exterior sin alma y vacío, la venalidad de
los jefes y falsos profetas.
Oráculos de promesas y esperanza
(4-5): en la venida mesiánica. Es suya la
famosa profecía del nacimiento de Jesús
en Belén de Efrata (5, 1-4).
Oráculos imprecatorios (6-7): dos
partes entran en litigio: Dios y el pueblo.
Dios echa en cara a su pueblo la poca
correspondencia a tanta gracia divina.
Oráculos de promesa y esperanza
(7): El pueblo reconoce su pecado y Dios
le da esperanza de una próxima
liberación.
d) Sofonías: Son tres capítulos,
divididos así:
El día de Yavé sobre Judá y Jerusalén (1)
El día de Yavé sobre las naciones (2)
Nuevas amenazas a Jerusalén (3, 1-8)
Promesas del Resto de Israel (3, 11-20)
e) Nahúm: Son tres capítulos y toca un
solo tema: la ruina de Nínive.
f) Habacuc: Son tres capítulos y toca un
solo tema: el problema de la justicia
divina frente a las naciones.
g) Abdías: tiene solamente 21
versículos. Dividido en dos partes:
Castigo a los Edomitas (1-14).
Restauración de Israel en el día de Yavé
(15-21)
6. h) Ageo: su predicación gira en torno a
dos temas:
La restauración del templo,
La gloria futura del pueblo fiel (era
escatológica)
i) Zacarías:
Reconstrucción del templo (1, 16), por
obra del Espíritu de Dios (1, 16-17; 4, 6-
10) y la actividad de Zorobabel (3, 8; 4,
1).
Nuevo mundo futuro, tema principal de
sus visiones. Al castigo de los enemigos
seguirá la restauración gloriosa.
La salvación o condenación de los
pueblos paganos (9, 1-8; 14, 16-21).
El Mesías, Rey humilde, Buen Pastor,
Siervo de Yavé (9, 9-10; 11, 4-17; 12,
10-13; 13, 7-9).
Guerras y victorias de Israel (9, 11; 10,
3-11; 12, 1-9; 14, 1-15).
La idolatría y los falsos pastores y
profetas (10, 211; 13, 2-6).
j) Joel:
El día de Yavé en donde Israel
reconocerá el castigo de Dios, se
arrepentirá y florecerá de nuevo (2, 19-
27). Es el día apocalíptico de Yavé (1,
15), día terrible y anticipación de una era
de salvación para su pueblo (2, 18-26).
Este día exige la conversión interior y
profunda (2, 12-17)
Efusión del Espíritu, que supera toda
barrera de sexo, edad y clase social (3,
1-5).
k) Malaquías: aborda unos seis temas y
problemas morales de su tiempo:
El amor de Dios (cap. 1, 2-5)
La justicia divina (cap. 2, 17ss)
La retribución divina (cap. 2, 17; 3, 13-
21)
Las ofrendas (cap 1, 7-14)
Los matrimonios mixtos y divorcios (cap.
2, 10-16)
Los diezmos (cap. 3, 6-12)
l) Jonás: Estos son sus temas:
Jonás se niega a ir a Nínive (1)
Jonás en el vientre del pez (2)
Conversión y perdón de Nínive (3)
Jonás se enfada porque Dios perdona a
Nínive (4)
m) Baruc: Sus temas son:
Una introducción que pretende fijar las
circunstancias históricas (1)
Oración penitencial (1-3)
Elogio de la sabiduría (3-4)
Oráculo de restauración (4-5)
4. Contenido teológico y espiritual
Fin de estos libros proféticos: una vez
más, anunciar la salvación y la venida
del Mesías, y denunciar cuanto se opone
a la Ley de Dios, sobre todo, las
injusticias y atropellos contra los pobres
y necesitados. También presentan el día
del Juicio con seriedad, para que todos
se conviertan y cambien de vida.
a) Amós:
Dios es pródigo en sus dones, pero justo
y exigente (4, 1-13).
Hay que cumplir la Alianza.
Sólo un cambio radical de vida puede
salvar a la nación.
Los pecados están en contraste con la
bondad de Dios (5, 10-13; 8, 1-14).
El día de Yavhé será terrible (5, 14-24).
Habrá un resto, compuesto por justos y
una restauración nacional en torno a un
descendiente de David (5, 15).
b) Oseas:
Dios es fiel y misericordioso, a pesar de
nuestras infidelidades. Dios viene
presentado como Padre y como Esposo;
pero también sabe castigar para corregir
7. a su pueblo e invitarle a la conversión
(cf. Leer 2, 18-25; 6, 1-6).
La Alianza de Dios con nosotros es un
pacto de amor.
Nos invita a la esperanza, pues a pesar
de nuestra infidelidad, Dios nos da una
nueva oportunidad (cf. Leer 11, 1-11).
c) Miqueas:
Dios es Juez y amonesta, procesa y
condena el pecado y la explotación del
pueblo y de los jefes; sobre todo: la
opresión de los ricos con los pobres (2,
1-11), las injusticias y falsedad de los
jefes y de los falsos profetas (3, 1-12).
Pero también es un Dios que siente dolor
por la ingratitud del pueblo (6, 1-8).
Nos invita a la esperanza mesiánica (4,
1-5), gracias a la cual reinará la paz y la
justicia. Se parece mucho en esto a
Isaías en los capítulos 9 y 11.
Habla del Resto de Israel, un pequeño
grupo de fieles a Yavé que restaurarán
con fuerza de león la justicia divina y la
prosperidad del pueblo (5, 6-8).
d) Sofonías:
Denuncia las culpas de su pueblo y de la
sociedad, sintetizándolas en un único
pecado: el orgullo (cf. 1, 16; 2, 10; 3,
11). De este pecado brotan los demás:
idolatría, injusticias y males sociales.
El día de Yavé en Sofonías adquiere
dimensión cósmica, universal.
Sólo un “Resto de Israel”, humilde y
pobre, podrá salvarse, por haber
buscado a Dios en la justicia y humildad,
por haber puesto toda su confianza sólo
en el Señor.
e) Nahúm:
El Dios que presenta Nahúm es duro,
parece que ha dejado a un lado la
compasión hacia el pueblo pecador. Lo
presenta lleno de ira que aniquila esa
ciudad opresora. Es un Dios que controla
la historia y no soporta la opresión. Por
eso, lanza amenazas sobre la ciudad
opresora y enemiga, implorando la
justicia de Dios y la realización de sus
promesas.
Si sitúa en la óptica del oprimido, y ve en
la justicia y la fidelidad de Dios la razón
del castigo del opresor.
Dios, y no los asirios, es el Señor de la
historia; él puede utilizar a las naciones
para sus propios designios, y es el único
que controla la historia y no soporta la
opresión.
f) Habacuc:
Presenta también un Dios que debe
desplegar su justicia contra la opresión.
El justo vivirá de la fe, tema que
desarrollará san Pablo, y debe ir por el
camino de la fidelidad y de la confianza
en la bondad y justicia de Dios, que es
soberano de la historia, y no hará faltar
su justicia y salvación al que es justo y
humilde.
g) Abdías:
Los israelitas que regresaron del exilio
son ese “Resto de Israel” que construirá
el nuevo culto de Yavé.
El Reino de Dios, escatológico y
espiritual, no tendrá un carácter regal o
de dominio, como el antiguo reino de
David, sino que será un Reino basado
sobre la santidad y sobre el culto.
En el Día de Yavé, serán juzgados los
enemigos de Israel.
h) Ageo:
Dos temas: El Templo y la irrupción de la
era escatológica.
La pobreza y las malas cosechas son el
resultado del letargo espiritual en que ha
caído el pueblo.
Es necesario renovar el celo de la fe,
poner manos a la obra en la
reconstrucción de un templo digno del
Señor. Así nos bendecirá y nos salvará.
El debilitamiento de las naciones es ya
un presagio del día del Señor.
Reviven las esperanzas mesiánicas
centradas en Zorobabel.
8. i) Zacarías:
Primer Zacarías (1-8): (a)
preocupación por la reconstrucción del
templo y el culto. (b) La escatología:
estamos en un tiempo de esperanza, de
tensión, de futuro, en la seguridad de la
definitiva intervención de Dios. (c) Todo
esto pide conversión, en su aspecto
ético, pues no basta el culto por sí solo.
Segundo Zacarías (9-14): Descripción
del acontecimiento mesiánico y del
mismo mesías, presentado como rey,
como pastor o como siervo del Señor en
la figura del traspasado.
j) Joel: Dos grandes temas:
Exhortación a la penitencia (1-2), tras
dos catástrofes históricas (plaga de
langostas y ejército asolador).
Anuncio escatológico del Día del Señor
(3-4) en su doble dimensión de juicio
para las naciones y salvación (efusión
universal del espíritu, bienestar y paz)
para Israel.
k) Malaquías:
Recuerda el amor de Dios, puesto en
duda en circunstancias de crisis, y
también su justicia y la retribución (1).
Desde el punto de vista práctico insiste
en las ofrendas, matrimonios mixtos,
divorcios (2).
El día del Señor y los diezmos (3).
l) Jonás:
Una llamada al universalismo de la
salvación y un himno al amor de Dios
y su misericordia, que quiere salvar a
todos.
Nínive representa a todos los
pueblos paganos y opresores de
todos los tiempos. A ellos debe
dirigirse Jonás y todo fiel para
exhortarlos a la conversión y a ellos les
concede Dios su perdón.
Recuerda también a todos los “Jonás” de
este mundo, con mentalidad cerrada,
que esperan la destrucción de los
“malos”, que su actitud es injusta porque
olvidan que Dios es misericordia y
perdón. Jesús se apropia a sí mismo y a
su muerte y resurrección, la situación de
Jonás dentro del pez (cf. Mt 12, 40).
VI. CONCLUSIÓN: El profeta vive
profundamente y sobre la propia piel la
historia y la suerte de su pueblo, se
encarna en su tiempo y como centinela
lanza sus oráculos, unas veces
condenando, otras consolando, pero
siempre interpretando los hechos a la luz
de Dios y de sus promesas.
VII. ORACIÓN: Señor, gracias por
habernos mandado a los profetas, que
hablaron en tu nombre. Seguiste una
pedagogía maravillosa, acoplada a
nuestro entender. Te pedimos perdón
por las veces que hicimos oídos sordos a
la voz de estos profetas. Y concédenos
ser también nosotros, en tu Iglesia,
profetas que sepamos anunciar tu
mensaje de salvación a todos aquellos
que pasen por nuestro camino; sobre
todo, anunciando con nuestro ejemplo de
vida fiel a tu santa Ley. Amén.