1. Publicado en: Observatorio de Recursos Humanos y Relaciones Laborales, Nº 25, junio 2008
Foto:Baharri http://confidenciasdeungerente.blogspot.com
Efrén Martín, gerente de y profesor de la Universidad de Deusto
www.fvmartin.net
Un poeta novel fue a visitar a Pirón y le
regaló un faisán. Al día siguiente fue a verle
con una tragedia bajo el brazo. Pirón
comprendió que quería leérsela y le dijo:
- “¿Qué es eso? Si es la salsa con que he de
comer el faisán, no la trago. Ya os lo podéis
llevar”.
(Carlos Fisas: Historias de la Historia, Ed. Planeta)
Todos necesitamos la ayuda de los demás y
podemos obtenerla si actuamos con verdadero
altruismo, porque la generosidad provoca
generosidad.
Según Aristóteles hay tres especies de
amistad, tantas como realidades dignas de ser
amadas: bienes, actividades y personas. En las
tres se produce un intercambio: amistad por
interés, amistad por diversión y amistad por
amistad. Sólo la tercera clase es verdadera y
duradera, si nos atenemos más al significado
real que a las siempre engañosas palabras:
Hay quienes parecen apreciarse por sí
mismos, pero en el fondo es sólo interés. La
relación se mantiene mientras haya algo que
ganar. Es fácil dejarse engañar por
aduladores que buscan beneficiarse de la
posición, fama o fortuna de otros. Todo se
derrumba cuando la persona objeto de
deseo pierde su recurso de influencia y se
queda más sola que la una.
La segunda situación es la de quienes
parecen quererse, pero sólo buscan la
diversión de realizar actividades que llenen
de significado su tiempo. Necesitan
acompañantes para no estar solos y
aburridos, compartiendo el placer de
realizar actividades mutuamente gratas.
Quienes realmente se valoran entre sí son
altruistas, desean el bien ajeno y se
preocupan sinceramente por el bienestar
del otro. Esta es la esencia de la verdadera
amistad y la que garantiza los otros dos
objetivos; porque quien prioriza beneficio o
diversión no encuentra afecto verdadero,
mientras que quien sabe hacer amigos
auténticos encuentra disfrute y ganancia
con ellos.
Tanto a nivel personal como profesional,
se cae fácilmente en un amiguismo falso y
pernicioso, que busca agradar para
aprovecharse del otro. Lo probable es que
ese chantaje emocional envuelva a todos y
malogre la relación, poco a poco, en medio
de un creciente disgusto mal disimulado.
Pocas cosas hay más peligrosas que una
persona que repentinamente se vuelve
amable o se ofrece a dar o hacer algo. Es
más que probable que demasiado pronto
pedirá algo a cambio. Huir de ellos es lo
adecuado.
Más importante aún es no convertirse uno
mismo en aprovechado, porque pocos
tienen la valentía de Pirón de denunciar
abiertamente este indecente amiguismo.
LLaa mmaayyoorrííaa ccaallllaa yy aassiieennttee,, ppeerroo eemmppeezzaarráá
aa mmaarrccaarr ddiissttaanncciiaass ppaarraa ssiieemmpprree.