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CON EL VENDAVAL DE LA POESIA
GASTÓN MATUTE
Para que te duermas con un verso bajo la almohada.
Con el vendaval de la poesía.
Ventilo mis ideas,
con el vendaval de la poesía,
Como el poeta que alardea,
susurrándote fantasías.
No puedo detenerme
a pensar lo que soy,
Deberás quererme,
Mientras vengo y me voy.
Solo se moverme
con el corazón,
Debes prometerme,
corearás mi canción.
Solo haciendo cosas,
me quedo donde estoy,
Te sonarán maravillosas
estas cuartetas que te doy.
Siempre que me dicen recital de poesía.
Siempre que me dicen recital de poesía,
Salgo huyendo en la otra dirección,
Con las musas en el tren de la fantasía.
Solo se debe corear en una canción.
A no ser que se de en trance el alarido,
La poesía se hizo para ser solo leída,
Para un buen cuento de almohada,
Para que sea bienvenida una despedida,
Alardear de poeta susurrando al oído,
Para desempolvar el polvo del olvido,
Y tentar con fábulas a las hadas.
Mis musas pueden hacer lo que quieran.
Mis musas pueden hacer lo que quieran,
Mirar por mi hombro lo que escribo.
Con tinta carmesí y aunque no pudieran,
Se graban en su piel lo que manuscribo.
Saben exprimir el elixir de mis tinteros,
Cuando la inspiración viene a cuentagotas.
Saben endulzar mi ronca voz de sonajero,
Bailan con mis letras una Jota.
Juegan con mis papeles y mis plumas,
Con la pasión de la vez primera,
Sazonan mis versos con sal y espuma,
Hacen de un instante la eterna primavera.
Lo peor de las noches de novela.
Lo peor de las noches de novela,
es no despertar con poesía Matutina.
Lo atroz de un sueño duermevela,
Ver doblar las musas las esquinas.
Es como la pasión cuando se cela,
Al ver que mis versos no te dicen nada,
Después que me coronan tantas madrugadas,
Poematizar solo a la luz de la vela.
No podrás creer la voz del centinela:
Ni un paso más, ¿Alto ahí, quien vive?
Le dije, sin más poemas en la cajuela,
¡Soy ese que dicen por ahí que escribe!
Me vi pasando la frontera,
Sin más noticias desde el frente.
Como quien ve llegar la primavera,
Y huir del consejo de la gente.
Una noche cualquiera.
Vos elegí
Una noche cualquiera.
Yo soborno
Con un verso
A la eterna primavera.
Dame más que palabras.
Dame más que palabras,
Ya me sé todos los versos.
Ese don abracadabra
de encantar en un beso.
Dame el filo de la madrugada,
guerras de almohadas
y un cuento de hadas.
No le prometas a la aurora
ya sabés que todo es ahora.
Dame el grito del destino,
el polvo de los caminos.
Dame el canto de sirenas,
castillos de arena.
El elixir de tus labios,
la resignación de los sabios,
cuando llegan a pedir,
cuando no saben más que decir.
Dame tu corazón cinco estrellas,
dejame pensar en ellas.
Seducir a las musas,
desnudarla de su blusa,
escribir un poema por excusa.
Dame un vendaval de poesía,
una mueca de fantasía,
una canción melancolía.
Pon tu voz en mis tinteros,
como siempre de sonajero.
Con vos de vuelta al mundo entero.
Llevo de lanza y escudo
como alabanza y pegar duro,
Dudo más de lo que sudo,
tinta por mis venas, versos claroscuros.
El lápiz y el papel,
garabatear sobre tu piel.
Coronarte con mi pluma,
que seas de sal y espuma.
Ir por las fiestas de disfraces,
estrenando antifaces,
y de mi manga quintos Ases.
Hacerle burlas al olvido,
robarle las flechas a cupido,
el pregón del último alarido.
Olvidate de las promesas,
ahora que no soy rey ni tu princesa,
Ya no me paro sobre la mesa,
Ni tu boca es ya de fresa.
¿Para qué tanto problema?
Si todo se resuelve en un poema.
Yo hago arder todos los lemas,
Encendiendo la hoguera que los quema.
Si, voy por ahí con Damas Bobas,
A cuatro patas como lobas,
Y brujas con escoba.
Voy por ahí diciendo boludeces,
espero a estos versos no le falten eses,
de frente y los reveces,
leelos como cien veces.
Yo te doy como poeta,
rimas, tercetos y cuartetas.
Y si alguna vez, ves que te hieren,
resguardate en mis versos, que te quieren.
Mi pluma puede decir lo que ella quiera.
Mi pluma puede decir lo que ella quiera,
Probar el elixir maravilloso de los tinteros,
De espuma es la fantasía para tu cartera,
El mensajero lleva mi poesía de sonajero.
Invitar a las musas a cenar un buen poema,
Un cóctel alegría mezcla con melancolía.
Una mueca de sonrisa, por cambiarte el tema.
Y te cuentan mil noches en un solo día.
Los versos que escribo es todo lo que valgo,
No dudan cada vez que de cantante salgo,
por los mundos con mi talante visceral.
Quería decirlo, lo dije, y por decir algo,
Soy de aquel manchego, hijo e hidalgo,
Y los te quiero me salen, así tan literal.
Mi pluma puede hacer lo que ella quiera.
Mi pluma puede hacer lo que ella quiera.
Versos certeros como flechas de cupido,
A las venas como el veneno de la primavera.
Se venga de un plumazo del marchito olvido.
En el séptimo cielo de mi dulce entre casa,
No muy lejos de la trasnochada madrugada,
Seduzco a mi musa favorita cuando pasa,
A dejar un verso bajo mi confidente almohada.
Yo la tiento con lápices y tiño papeles,
Mi pluma le hace de alegre sonajero,
Garabateo un poema en sus pieles,
Para que no se olvide lo tanto que la quiero.
Como quien huye de los infiernos, quedarse,
A esperar florecer mis versos por las esquinas.
Soy un poeta con algún dote de versero.
Verás con tinta de mis venas, derramarse,
Pasión manchega, vehemencia Matutina,
Y mis tinteros, por todo el mundo entero.
Va mi verso sobre un barquito de papel.
Va mi verso sobre un barquito de papel
A buen puerto, contra viento y marea,
Las tormentas que erizaron tu piel,
Tus ojos vidriosos, no hay quien los vea.
Atraído por los dulces cantos de sirena,
Fue que me fui abrazando a tu cintura,
Encalla mi barca sobre un castillo de arena,
Poesía vean y no solo buena literatura.
Si el susurro huracanado de tus labios,
No me refrescan a viva voz la memoria,
Será la primera vez que me equivoco.
Y acabaré como aconsejan los sabios,
Como terminan las mejores historias,
Dándole la razón a un par de locos.
No puedo irme muy lejos de mi casa.
No puedo irme muy lejos de mi casa,
Difícil viajar con mis cuatro bibliotecas.
En un poema y verseando lo que me pasa,
Seduje a las musas y pagué mis hipotecas.
Los que hacemos de poetas y las palabras,
Estuvieron antes que los tratados de poesía,
Hice, rimando versos como truco de abracadabra,
Que se rindieran ante mí, fascinadas las fantasías.
Yo ya tengo mi séptimo cielo, viajo en ascensor,
Que es un suelo con vistas a la Av. Independencia,
Alfombras azules, y de nubes dos almohadas.
Si mis sonetos son todo un acto de presencia.
¿Ausencias? del decoro y la decencia y trovador,
Les canto las mañanitas, hasta la madrugada.
A veces, mi pluma no sabe bien lo que dice.
A veces, mi pluma no sabe bien lo que dice,
Juega al gallito ciego con la fantasía.
En un verso siempre hice lo que quise,
Para más detalles preguntale a mi poesía.
Dirán: ¡Pero Cervantes esto nunca lo hizo!
Abono mi futuro con papel imprenta,
Cotizan en bolsa aunque nunca quiso,
mis 101 sonetos que no puse a la venta.
¿Qué será de mí séptimo cielo sin diosas?
No queremos ni sabemos más que pedir,
cuando cae una tormenta en lágrimas ripiosas.
Como sucede con las mejores cosas,
no sabemos que queremos decir,
pero suenan al susurrarlas, maravillosas.
El poeta amparado por las musas.
El poeta amparado por las musas,
escribe un poema a 20 manos.
Con buena letra y notas semifusas,
versos que leen dioses paganos.
Cuando quieren hacer de las suyas
Hermes el más fiel de sus mensajeros,
les lleva noticias mías con las tuyas,
de mi puño y letra y mis tinteros.
Hacen ellos tronar rayos y centellas,
para ahuyentar todos mis demonios,
y solo escriba historias bellas.
Nos regalan una blusa y un moño,
malabares con todas las estrellas,
para que la noche sea solo mía y de ella.
En el café de las tentaciones.
En el café de las tentaciones,
con escaso talento y por excusa,
un trovador, en un par de canciones,
espera que revoloteen las musas.
El trago amargo, que estila, de la melancolía,
y las puerta que dan a la tristeza,
se ventilan con el vendaval de la alegría.
poesía, fantasía, y un verso a la belleza.
Las mil caras de la misma moneda.
Mis labios saben las bocas que quería.
Y olvidarme a las 20.000 leguas.
Me da bronca perder por la vereda,
si voy pensando, sabiendo que tenía,
Un verso en la punta de la lengua.
Este soneto no terminarás de leerlo.
Este soneto no terminarás de leerlo.
Se sacudirán hasta tus zapatos rojos,
Tus manos de cristal no podrán sostenerlo,
No podrán parar de diluviar tus ojos.
Porque al cuarto o quinto verso
Tu llanto desteñirá las líneas del papel,
Escritos a fuego como el primer beso,
Se te erizarán los rincones de tu piel.
Ya no hay tiempo para lágrimas,
comprenderás si entiendes mis poemas,
Los estrictos artilugios de la fantasía.
Ya vez que al dar vuelta la página,
Como me sobra tinta y sigo mis lemas,
seguirás leyendo alelada mi poesía.
Creíste en el profeta.
Mientras los ojos del ídolo
con la cabeza de hierro,
esta brillando.
Jokerman. Bob Dylan.
Las flechas de Cupido,
que tenías preparadas para afrodita,
Se perdieron.
No pierdas tiempo en buscar,
Los besos que no te dan,
Y no dejen cicatrices.
La boca que no besas
se convierte en princesa,
de un reino sin caminos.
Deja ya de frotar,
buscando tres deseos de verdad,
la lámpara de Aladino.
Vámonos al sur,
alumbra con tus ojos,
La suerte del tahúr.
No alcanzará tu piel
ni las 400 hojas de la resma del papel,
para escribir una novela.
Deja ya tu hiel,
Y no le zumbes a la miel
lo que aprendiste en la escuela.
Cuentas por el Louvre,
que de una mueca de tu sonrisa,
Aprendió a reír la mona Lisa.
Ya puedes decirle a aquel bufón
que deje de tocar su canción,
ya no quedó una sola persona con corazón.
Deja de diseñar antifaces,
la banda ya se fue,
y no quedan fiestas de disfraces,
a estas horas.
No le pidas al poeta
que ya no escriba más cuartetas,
Dando su secreto a voces.
Creíste en el profeta,
que te engaño con una virgen en tetas,
y un cielo con dioses.
P.D. Una letra a lo Dylan.
Agotada la tinta de mis tinteros.
Agotada la tinta de mis tinteros,
Garabatos en rincones de mis papeles,
Aún sigue mi pluma de sonajero,
sacándote la blusa, dejándote en pieles.
Refugiado en una ciudad intermitente,
Lejos de las ráfagas de viento y las tormentas.
Una musa que no se pierda entre la gente,
A contar todos los cuentos que me cuentas.
Los ojos que me otorgan el carnet de poeta,
Me sobran para escribir una nueva novela,
Tan real que enmudece la fantasía.
Rimas, versos, tercetos y cuartetas,
Y voces de trovadores fueron mi escuela,
Al presentar este soneto aplaude la poesía.
Agotada la tinta de mis tinteros.
La lujuria duerme la siesta,
sin sacarse sus disfraces,
cuando no encuentra fiesta,
donde desnudarse los antifaces.
Mi poema se hizo beso,
Y escribí un soneto por excusa.
La palabra se hizo verso,
en un coro de musas.
Puedo llevarte a otros planetas,
Si estás atenta a mi melancolía,
y prestas atención a mi fantasía.
No ves que vengo de poeta,
¿Es posible que te quedes quieta,
Mientras te susurro mi poesía?
¿Qué es poesía?
¿Qué es poesía?
¡Mil y una noches en un día!
Mi poesía no quiere convencerte.
Mi poesía no quiere convencerte,
solo quiere quererte.
Huye del trato con la gente,
solo quiere verte.
Lleva un aire diferente,
puede que tenga algún converso,
que visto del reverso,
se ve, con pretensiones grandilocuentes.
Lleva un verso entre los dientes,
un beso rodando por la pendiente.
Se lee bien del derecho y los reveces
y si ves que le faltan eses,
es por mis licencias poéticas insurgentes.
Lo entenderás, es que es tan transparente,
como tus ojos, ver el telón de tu mente.
Si lo lees puedo tenerte,
viniendo hacia mi contra la corriente,
si estas como si nada, sorprenderte.
y si te aburres, divierte.
Mi melancolía invita a sentarte,
en tu mejor pose retratarte,
puedes quedarte,
por los cuatro vientos darte,
con el vendaval del arte.
Quiere tan solo amarte.
Puedes hacer con mi fantasía lo que quieras.
Puedes hacer con mi fantasía lo que quieras,
pedirle que te quiera.
Como esperan el invierno,
el otoño,
y el verano,
uno escribiendo en un cuaderno,
y el otro con frac y moño,
un poeta con su musa
verseando sin traje ni blusa,
con pasión un poema a cuatro manos,
ver venirte como ven venir la primavera.
Usar la pluma para ataque y defensa
De un poema, a capa y espada la belleza.
En un verso poner en jaque y ofensa
Si descoronan a la reina de las rarezas.
Rasgarme las vestiduras, probar otras pieles,
A garabatos ser un hombre ilustrado.
Emborronar de tinta todos los papeles.
Ver las cosas del revés y el otro lado.
En viaje Chapter a otros planetas,
Aterrizar en el tercer cráter de la luna,
Colgado de la cola de algún cometa.
Dejar la sangre en cada cuarteta.
Ser trovador y cantante de la Tuna.
Algunos de los oficios del poeta.
Con sangre, para que la letra entrara.
Con sangre, para que la letra entrara
como lluvia de abril por tu ventana,
Escribí esta balada y no te sonará tan rara,
cuando te la susurre como canción de nana.
Sabes de sobra que odio casi todos los finales,
Y como el Quijote que a todo se aventura,
Solo te prometo vientos y vendavales,
con un rayo que dejará eterna quemadura.
Entran y salen a viva voz de mis fantasías,
Cuando a los ojos solo se le ven las pestañas,
El sueño empieza bien entrada la mañana.
Dicen que le dijo Don Discepolín a Tania,
No temas si no entienden mi poesía,
es que estos versos los escribí para mañana.
Como sucede con la buena letra de los poetas.
Como sucede con la buena letra de los poetas,
Que le cerraron las puertas del séptimo cielo,
Y se queda a la luz de las velas, entre cuartetas,
Escribiendo para los que ruedan por el suelo.
Sabes que si tuviera el poder de la rebeldía,
borraría de un plumazo, todos tus llantos,
que huya de las noches tu melancolía
y un par de espantos, mis versos y encantos.
Sabes que si me coronan el rey de los poetas,
Yo convenzo al presidente y a la reina,
Le doy una lavada de cara al mundo entero.
Sabes que con dos tercetos y 2 cuartetas,
Y si se juntan como el viento que despeina,
Tu voz de sirena con mi voz de sonajero.
No entraba tanta hojarasca en mi cuaderno.
Huí, en dirección contraria de la antesala del infierno,
que era la puerta de las humanas facultades,
no entraba tanta hojarasca en mi cuaderno,
junto a mis garabatos, un par de versos y verdades.
Hijo quisieron hacerme de una gramática bastarda,
huérfana de pasión, y sin sabor a desventura,
Quisieron hacerme creer que el saber tarda,
A un poeta que al primer verso, se aventura.
Metáforas las de Cervantes y Quevedo que revela,
Anáforas me reiteran un te quiero que me abrasa,
Ironía los tratados de amor que quedan a dos velas.
A mí no me vas a venir a decir lo que es una novela,
En un verso te arrimo al séptimo cielo de mi casa.
Y en un beso me contás todo lo que te pasa.
Sé muy bien dónde están mis musas.
Sé muy bien dónde están mis musas,
vienen hasta el fondo de mis fantasías.
Se sacan la blusa raudas y sin excusas,
me muestran un poco más de la poesía.
Sé muy bien el nombre de mi inspiración,
A mis versos los veo venir hasta de lejos.
Sabina, Dylan y Calamaro la canción,
y juventud si mis versos se hacen viejos.
Los de Cervantes y Casona mis planetas.
Aunque digan: ¡Vaya no seas cara dura!
esto es faltarle el respeto a la literatura,
Yo sé muy bien hacer de trovador y poeta,
la alfombra roja a una buena aventura,
poner toda la pasión en un par de cuartetas.
Yo podría escribir mucho más arcano.
Yo podría escribir mucho más arcano,
me es más sencillo así, diré por excusa,
protestará que no lo entiende mi hermano,
siempre las mismas rimas, quien se abusa.
Enrevesado como predicciones de profeta,
no consultes al destino que no ya se usa.
Tengo más, en el doble fondo de mi maleta,
una que me requisaba besos ya sin blusa.
Podemos escribir un poema a cuatro manos,
vos que te recibiste ayer de décima musa,
y Yo que me coronan mañana rey poeta.
Épica sonará como leyenda de héroes y villanos,
vos con tu voz, cantarina de notas semifusas,
Yo con mi pluma, que es la sal de las cuartetas.
Por esta puerta se va al séptimo cielo,
Y por ahí se cae rodando del parnaso,
los que a la letra no hay hecho caso.
Tengo el vicio de la letra, lo confieso.
Tengo el vicio de la letra, lo confieso,
Dylan, Calamaro y sabina mis trovadores.
Con la poesía di mi primeros tropiezos.
Con rojo carmesí la tinta cargué de colores.
Don Quijote, Alicia y el Principito,
el tridente universal de la literatura,
y Yo que escribo de todo un poquito,
un poco por oficio, y tanto de cara dura.
Pepe grillo me guió con su cricricri,
por consejo, a cambio un verso le dí,
por los laberintos de mi niñez,
cuando pase del biberón a los tinteros,
Pinocho sigue contándome en la adultez,
como contaba mi dulce voz de sonajero.
Jovialidad, Valentía e Inestabilidad,
son algunas de mis tantas musas,
¿Qué sabe el amor de la probabilidad?
me gritó una, sacándose la blusa.
Le dejé la boca extrañando mis besos,
Y a sus ojos pidiéndome más versos,
entre tercetos rimas y cuartetas,
que es uno de mis tantos alardes de poeta.
Entre almohadas y con mi voz de sonajero.
Entre almohadas y con mi voz de sonajero,
Corregí todas las fábulas que terminan mal.
Hasta las madrugadas escurro mis tinteros,
Con una pluma cargada de espuma y sal.
Di versos por excusa para que no sonará literal,
Supe que de decir algo, lo diría con poesía.
Di besos a las musas, que me basarán fenomenal,
Les prometí que no descuidaría la fantasía.
Ando por ahí, búscame en algún punto cardinal,
Puedo ser cualquier cosa, soy poema matutinal,
Grita que me amas, convence a los cuatro vientos.
Y aunque tus ojos lloren un diluvio universal,
De esos que no tienen ni principio ni final,
Yo te cuento las mil y una noches en un cuento.
La tinta carmesí que corre por mis venas.
Anduve como buen poeta, por los infiernos,
Deje un poema en llamas y me escapé de madrugada,
Lo que no supe decir, a fuego dejé en mis cuadernos,
Y el resto los fui dejando bajo tu almohada.
Anduve como un profeta, por los purgatorios,
Dejar mis vicios no me dio ninguna pena,
Aspirante a príncipe azul, ya casi es notorio,
La tinta carmesí que corre por mis venas.
Anduve como un cometa, por los cielos,
Mi pluma es una de mis formas de batirme a duelo,
Escribo en un Séptimo ´C´, que es mi suelo.
Con vulgaridades, a vampiresas infernales.
Con prosa, seduje a las damas más normales.
Con poesía, un séptimo cielo con musas celestiales.
Como un Capitán al abordaje.
Como un Capitán al abordaje,
que atraca en castillos de arena,
y sus poemas piden, que se baje,
sus musas con canto de sirena.
Con todos los versos que te traje,
que fue como ponerme mi mejor traje,
de poeta preparado para el alunizaje.
No pienso fingir ¿Ante quiénes?
No pienso fingir ¿Ante quiénes?
Al segundo, no me darán ni la hora.
Si quieres malos tratos, ¡Aquí tienes!
Voy con mi actitud encantadora.
No intentes desenmascararme,
Voy con mi nuevo traje de poeta,
Un par de tercetos y cuartetas.
A quien quiere mi poesía, se darme.
Si te arrimas a mi poesía,
En un beso sabe tratarme,
fantasías habrá, noche y día.
en un verso se quedarme.
Este es mi poema,
Este es mi poema,
Y con mis versos yo hago lo que quiero,
convertirlo en llama que te quema,
Con un beso te hago girar el mundo entero.
Puedo explicar mi inspiración de mil maneras,
decir, por ejemplo, como se lo robé a la primavera,
Insistir que lo escribí hasta la madrugada
para dejarlo debajo de tu almohada.
Mi poema no explica el teorema de tales.
Mi poema no explica el teorema de tales,
Más amigo de la pasión, quemalo si te hiere.
Sabe muy poco de principios y finales,
Y entre pocas cosas, sabe que te quiere.
A veces se ve como estación en despedida,
No le des muchas vueltas, lee sus versos,
A veces como fiesta primaveral de bienvenida,
Sale así de repente, como el primer beso.
Puede que te toque ahí donde más duele.
Dice, te adora, tratalo como canción, mira,
Recién lo escribí, todavía no se secó la tinta.
Si lo miras bien tiene buena pinta,
Ríe, llora, leelo con emoción, suspira,
Se respira poesía fresca si lo hueles.
No necesito explicaciones.
No necesito explicaciones,
dejame disfrutar mis poemas sin interrupciones.
No me vengas con interpretaciones,
dejame solo con mis emociones.
Escribí un par de canciones,
garabateé en tus rincones.
Cuando llegue a la cima del parnaso.
Cuando llegue a la cima del parnaso,
Y me pregunten: ¿Cómo lo hice? ¡ni puta idea!
Que fueron un par de poemas de un plumazo.
Que escribí en la ciudad pensando en mi aldea.
Diré que escribí de espaldas a la academia,
Si me ayudaron, a cuatro manos con las musas,
Que desempolve mis viejos lentes de bohemia,
Yo hasta donde pude ver, y ellas sin blusa.
Por no dejar de lado la pluma, hice de poeta,
Y por sacarla a la calle, viví como se lee la poesía,
Me bebí hasta saciarme todos los tinteros.
En todo lo que venía, leía tercetos y cuartetas,
termine mi obra maestra a realidad y fantasía,
Y aunque supe pocas cosas, supe decir te quiero.
Si te arrimas, a mi rima.
Si te arrimas,
a mi rima,
veras que no lástima,
salvo la página
donde derramas,
tus lágrimas.
Cuando estás pensando en cualquier cosa.
Cuando estás pensando en cualquier cosa,
Te precipitas al borde de una mirada,
Cuando te tajean las venas lenguas filosas,
te dan en retirada su última estocada.
Cuando una mueca se sale de sus bocas,
Y te invitan a besarlas sin decirte nada,
Cuando curvas peligrosas te provocan,
¡Tocame un poco más, que no soy un hada!
Me atacó como atacan las cosas bellas,
Como las musas cuando vienen al acecho,
dejándome un verso bajo la almohada.
Me dio de beber un cóctel de estrellas,
No decía mucho, ya estaba todo hecho,
me contó mil cuentos hasta la madrugada.
P.D. Como atacan las cosas bellas, de frente y de costado, sin previo aviso.
Yo podría intentar describirte a rasgos la belleza.
Yo podría intentar describirte a rasgos la belleza,
Pero tú tendrías que ver su mueca de sonrisa.
Es ¿Cómo te diría?, como la diosa de las rarezas,
Sus labios no saben qué decir, apurados por la prisa.
Yo podría comparar sus dulces labios con fresas,
Pero se me quejarían en la Real Academia Española,
Yo podría gritarlo a los cuatro vientos sobre la mesa,
Ojalá este soneto le mesa sus deseos como una ola.
Yo podría decirte donde están las cosas bellas,
Como por las noches te guiñan sus ojos las estrellas,
Al ver que envías versos en barquitos de papel.
Yo podría garabatear rimas sobre su piel,
Educar con un beso todas las bocas de Babel,
Comparar a las nueve musas celosas con ella.
Yo te podría contar dónde están las cosas bellas.
Yo te podría contar dónde están las cosas bellas:
En el tercer cráter de la cara oculta de la luna.
Un verso envasado en el mensaje de una botella.
En las veces que te besé, y no te pareces a ninguna.
En tus besos que se hacen versos en un trozo de papel.
La vez que volamos sin escalas a mi séptimo cielo.
El día que ardió con mi poema la torre de babel,
Todavía quedan cenizas y escombros por el suelo.
En el ¿Qué tal? literal, de la pluma de un poeta,
En usar de coartada que escribo con las musas,
En las hermanas gemelas fantasía y melancolía.
En la sal y espuma de mis versos y cuartetas,
En usar de almohada tus faldas y blusas,
En un soneto con algunos toques de poesía.
Ligero como la pluma en mis poemas.
Ligero como la pluma en mis poemas,
Espeso como la tinta de mis tinteros,
Ardiente como las rimas que me queman,
vehemente como aquel andante caballero.
Como se rinden ante mis versos los papeles,
Fábulas, novelas y poesía sacarás de mí.
Como barro la hojarasca y tiño oropeles,
quedan hojas poetizadas con mi tinta carmesí.
Escribo a cien porque el lector no espera,
amo a mil como aconseja la primavera,
corren madrugadas matutinas por mis venas.
Garganta que se atraganta con arena,
de los castillos con cantos de sirena,
a mi séptimo cielo entran las musas primeras.
Armado en la legión de los poetas.
Armado en la legión de los poetas,
caballero por las nueve musas,
de las artes y las letras en cuartetas.
y por unas diosas ya sin blusa.
No pretendo una vida para nada novelesca.
No pretendo una vida para nada novelesca,
Y aunque aparezca con mi actitud caballeresca,
Me veras ir por las ventas y los caminos,
Arremetiendo gigantes, desoyendo molinos.
Y aunque mis versos sean de ingenio lego,
Ya verás cuando los leas, yéndote luego,
Que no son tan solo cuentos de fantasía,
se respira por los cuatro vientos poesía.
Un block de notas es lo que tengo más a manos.
Un block de notas es lo que tengo más a manos,
Sangre de mis tinteros que derramo en el papel,
Deja que la rima que se arrima, erice tu piel.
Inspira y mis primas y a mis hermanos.
Templar la firma negra tinta, del escribano,
Ves que arde Troya y roma se quema.
el impulso del villano, convertir al otomano,
Es algo de lo que puedo hacer con mis poemas.
Quebré las flechas del cupido de las despedidas,
Cura tus heridas, cierra los ojos, ven por aquí.
Con un verso desperté a la princesa dormida.
Un Rey reina con el poema que le dí,
Lo confieso, yo ya he pasado por ahí,
Con mi pluma de la trova de poeta cortesano.
Escribe ahora que mis versos tienen buena pinta.
El crítico que escribía que era un chupatintas,
Escribe ahora que mis versos tienen buena pinta.
La secretaria del editor en su oficina,
que anunciaba que jamás me recibiría,
Que ya se pasó de moda la poesía,
ahora se prostituye ante mis poemas,
Al leer mis versos les queman,
y me espera por las esquinas.
La que me leía con sus gafas de mojigata,
ahora viene maullando y a cuatro patas.
La chica que no quería mostrarme las tetas,
Y me decía ni aunque te conviertas en poeta,
Hoy se derrite y suspira ante mis cuartetas.
El enemigo que escupía: ¡Jamás llegarás a nada!
Ahora son mis rimas, pesadillas en su almohada.
La flecha de Cupido, va por ahí, perdida.
La flecha de Cupido, va por ahí, perdida,
La voz herida, como hieren las despedidas,
Como poner un punto final a la novela,
Y se queda el poeta, solo a dos velas.
Aunque dispare con versos al corazón.
Un poeta no es un asesino serial,
Aunque dispare con versos al corazón.
Ni Vos ni Yo el pecado original,
Ni el triste estribillo de una canción.
No es tan solo otra historia Matutina.
No es tan solo otra historia Matutina,
Ya sabes bien, de todas mis fantasías.
Escribo más por vicio que por rutina,
Cuando me dan arranques de poesía.
No cuentes mucho con la métrica.
Huye del fantasma de la gramática,
No cuentes mucho con la métrica,
Cambia el tema en una noche temática,
¿Hace caso la belleza a la estética?
Sin muchas aspiraciones literarias,
Ni el tintineo de voces y monedas,
Solo hago tratos con mis musas horarias,
Mal escribes si en un verso te quedas.
No prestes atención ni estés sujeto,
Mira como brillan los ojos de los sabios,
Y has más práctica que vieja teoría.
Mira como salen las palabras de sus labios,
Al poeta que por un verso se desvivía,
Este es mi consejo, escribe un buen soneto.
Y por ahí va mi barquito de tinta y papel.
Y por ahí va mi barquito de tinta y papel,
Capea tormentas contra viento y marea.
Atraco en cada rincón de tu piel.
¡Conozco tus lágrimas sin que las vea!
Pretende hacerte el amor y no la guerra.
De esos que van cargados de besos,
Te lleva por los mares y otras tierras,
Llevando los sueños, rimas y versos.
¡Musas a la vista! Grita un joven grumete,
Tras los pasos del mensaje en la botella,
¡Ya se sacan la blusa!, trona un viejo vigía.
Al timón la poesía, con fantasía me guía,
Tus ojos en la playa, de norte y estrella,
Soy un Capitán que escribe sonsonetes.
Las últimas horas de conexión,
Con la primavera.
Las últimas horas de conexión,
Con la primavera.
La verás venir con tu canción,
Cruzando la acera.
Sentirás que la quieres con emoción,
Como la vez primera.
¿No te gusta lo que escribo?
Bueno, ¡ahí tenés a Borges!
¿No te gusta lo que escribo?
Bueno, ¡ahí tenés a Borges!
Tras la picaresca no me cohíbo,
ni ante el Lazarillo de Tormes.
¿No te gusta lo que te digo?
Sigue los consejos de los grandes.
Si quieres acá tenés un amigo,
Con más voz de niño que de Padre.
Para seguir líneas las de Cervantes,
desface entuertos armándose caballero,
Aunque mejores tiempos ahora que antes,
Quisiera mojar mi pasión en sus tinteros.
Ahora si te gustan mis cuartetas,
Y quieres ser la décima musa,
Inspira mi pluma de poeta,
a cuatro manos por excusa.
Aléjame de los tratados de la academia.
Aléjame de los tratados de la academia,
Y escribamos un soneto a cuatro manos.
De los que tratan al amor como epidemia,
Y esconden un villano en piel de hermano.
Fueron más de mil y una noches en un día,
Puedo contártelo si me traes un lápiz y papel.
Coqueteó la poesía con la fantasía y melancolía,
Demostrártelo si me dejas escribir sobre tu piel.
Si querés versos, todos estos tengo para darte.
Si te arrimas, veras como mima mi pluma de poeta.
¿Seguidos, suspensivos, o puntos aparte?
Si buscas besos, luego no pretendas olvidarte,
Como mis rimas, como el son de mis cuartetas,
Es toda mi sal, mi espuma, y mi mal visto arte.
Solo para jugar a que soy el rey de los poetas.
No vayas a creerlo, yo solo escribo versos,
Que si los reúno suman un par de cuartetas.
Escribo algo lo más parecido a un beso,
Solo para jugar a que soy el rey de los poetas.
Y si le sumo a todo esto un par de tercetos,
Y un poco de sal y espuma y algo de bruma,
Pareciera que hubiese escrito un buen soneto,
Un cuento que arremolina el viento con mi pluma.
Mis musas sufren toda la transpiración,
De ellas son los premios y laureles,
Los séptimos cielos y la cima del parnaso.
Yo soy un versero, pongamos por caso,
Yo solo garabateo palabras en los papeles,
Con mi tan poquita tinta e inspiración.
A los poetas no nos gusta que nos digan nada.
A los poetas no nos gusta que nos digan nada,
Que nos van a venir con melancolías y fantasías,
Un poema en la manga, y un verso bajo tu almohada.
Retírese de la mesa, si no vamos a hablar de poesía.
Que nos van a venir con tratados poéticos y teoremas,
Sin ley ni rutina y ningún respeto por lo establecido.
Ya sabemos escribir de un tirón, un buen poema,
Puedes mirar a todos los buenos poetas que han sido.
Lejos de lo que dice tu mamá y las convenciones,
Escribimos versos para que los leas del reverso,
A veces en susurros y otras tantas dando un alarido.
Solo prestamos atención a la buena letra en canciones,
A veces no cometemos más excesos que un beso,
A veces porque me aburro y otras contra el olvido.
¡No te vayas primavera!
¡No te vayas primavera!
Aún necesitas mi poesía,
para cruzar con fantasía,
si acaso algo te aburriera.
¿Quién perfumará de versos
mis cuadernos?
¿Quién me dará sus besos,
al calor de los inviernos?
Mañana llegará el verano,
por la ventana, y a cuatro manos,
escribiremos un poema radiante,
como en los viejos tiempos de antes.
Compartiremos el frío,
el tedio y el astío.
Y estaremos al abrigo
de tus labios con los míos,
si te abrazas, vos conmigo,
tu canto de sirena,
Y mis tinteros revueltos,
de espuma, sal y arena.
Me saca hasta la última de todas mis palabras.
Me saca hasta la última de todas mis palabras,
Pone a mis poemas, mi último trazo de poesía.
Verás que es todo un truco de abracadabra,
Cuando abre la boca es pura magia y fantasía.
Es ante todo, viento y marea, sal y espuma,
Canto de sirena, un susurro en una suave brisa.
Como un cuento que se lea tal cual mi pluma,
Un castillo de arena, una boca a prisa de sonrisa.
Ella es la décima de las nueve musas coronada,
Sigue la tradición de dejar un verso bajo mi almohada,
Para que puede terminar mis sonetos y cuartetas.
Es como se cuenta en los cuentos de hadas,
Basta verla y no hace falta decir más nada,
Es la luz de una estrella a la sombra de un poeta.
Cerezas debe tener en la cabeza.
Cerezas debe tener en la cabeza,
Es que es como para comérsela
Cuando habla con tanta dulzura.
Verla venir es todo una sorpresa.
No hay adjetivo para tanta belleza,
Tiene una boca que es como para leérsela,
Como se lee un buen cuento a oscuras.
Me deja sin palabras cuando me besa.
Conozco la cara oculta de la luna,
Y se sonrojó cuando le di un beso,
Y la dejé hablando fantasías.
Porque no te pareces a ninguna,
Sus labios se arrojaron a mis versos,
Y no se resistieron a mi poesía.
Ya se cotiza a peso tinta,
Si mi poema tiene buena pinta.
Ya se cotiza a peso tinta,
Si mi poema tiene buena pinta.
Lo que pongo en el papel
Me lo pagan con un beso.
Y cuando se le eriza la piel,
Satisfechos quedan mis versos.
Viene como la marea, una voz de canto de sirena.
Cuidan los arrebatos, a turno en vela, de mi poesía.
Con sus garabatos nocturnos, pincela mis días.
Sin más extensión que el ancho de su boca, y con besos,
arregla los desfasajes ripiosos de mis versos.
Viene como la marea, una voz de canto de sirena,
En una playa, tumbada a mi castillo de arena.
No se compara, a la suave brisa, cuando se anima,
Y no se separa, sino que es la rima que nos arrima.
Revuelven, para que no se sequen mis tinteros.
Cuatro de mis musas, y me alcanzan mi block de papel,
Con sal, todo su encanto, y un poco de espuma.
Ya grande y preguntona, Alicia ante mi voz de sonajero,
Se pone mandona, me defiende, se le eriza la piel,
Cuando dicen que a los poetas se les prohíba portar pluma.
Yo te escribo el más elocuente de mis versos.
Yo te escribo el más elocuente de mis versos,
Vos me decís con el más ardiente de tus besos.
Si más querés que te cuente, olvídate de cupido,
Y sacamos el carnet de socios del olvido.
Pasar una temporada al calor de unos labios,
Como aconsejan físicos, turistas y sabios.
Hacer todo de la práctica sin nada de teoría,
En una ciudad poblada de fantasía y poesía.
En un séptimo cielo donde moran los poetas,
Parecido a un séptimo C, Yo, y con vecinas,
Castillos de arenas, y almenas con princesas.
Vientos de molinos, cuentos en cuartetas,
Polvo de los caminos y cruces de esquinas,
De tu canto de sirena, y tu boca cuando besa.
Si nos vamos, deja que te vea luego.
Deja todo en una danza de llamas,
Acude al calor del verso que te llama.
Si acampamos, mejor que traigas fuego,
Si nos vamos, deja que te vea luego.
Verás que todo arde por naturaleza,
Que tus pájaros migran de tu cabeza,
Que tu boca se llena de poesía,
Que pueblas tus sentidos de fantasías.
Escribe por los márgenes de la hoja,
Sabrás que al tinta en el papel arde,
Y mi pluma capta ondas como antena.
Escribe cada vez que la pasión moja,
Tinteros de los alardes y no se haga tarde,
La chispa eterna que corre por mis venas.
Pagar mis cuentas de amor por las esquinas.
Para que tengan en qué creer mis vecinas,
Por resolver los acertijos del destino,
Pagar mis cuentas de amor por las esquinas.
Por volver por los ripiosos caminos.
Para leer a la sombra de un buen poema,
Tener si no me dejan hablar, algo que decir.
Para crecer a la hoguera que me quema.
Para detener las tormentas del mes de abril.
A las musas entretenidas cerca de mi casa,
Se patea con zapatos alados de poeta,
Se garabatea la vida en un trozo de papel.
Tener una excusa y versear lo que me pasa,
Que resuma la fantasía un par de cuartetas,
Se rezuma poesía por los poros de la piel.
Nota: ¿Alguien pregunto para que escribir? En una acto de improvisación
salió esto: Por joder, para poder volver, por resolver, crecer, leer, querer. Para
naufragar, para aligerar, para vivir, para sentir, para en definitiva, escribir. ar,
er, ir. Para mentir, para besar, para amar, para repetir, para sufrir, por alegría,
por fantasía, porque rezumamos poesía.
Para amar de los pies a la cabeza.
Para amar de los pies a la cabeza,
Pedirle las flechas prestadas a cupido,
Para besar a la reina de las rarezas,
Sacarle la lengua al tiránico olvido.
Reírme de las estrictas matemáticas,
y de teorías y tratados en la academia.
Tener con las damas noches temáticas,
Y hablar de prácticas y de bohemia.
Para batir al enemigo, tengas un amigo,
que tiene un soneto que suena a canción.
Un mundo con más premios que castigos.
Disparar un verso al centro de tu ombligo,
Poder decir algo que nos lata en el corazón.
Para que tus noches de insomnio las pases conmigo.
Cuando los sabios ya no saben qué decir.
Cuando los sabios ya no saben qué decir,
Donde los labios ya no pueden repetir.
En los refugios donde se atrinchera,
que son tu boca y tus ojos, la primavera.
Para sacar de la manga un quinto As,
Cuando te piden más de lo que das.
En el calor a la hoguera de los inviernos,
Los garabatos que dejo en mis cuadernos.
Va en un cuento, sobre un barquito de papel.
Para todo lo que no se paga al contado,
Como un truco que invoca a la fantasía.
La lleva el viento susurrando cada rincón de tu piel.
Decir mucho más de lo que te han contado,
Para todo lo demás, es que sirve la poesía.
He garabateado sobre todo trozo de papel.
He construido más de un castillo de arena,
He transitado los pasillos de la torre de Babel,
He sido tantas veces dulce canto de sirena,
He garabateado sobre todo trozo de papel.
He subido con las musas a la cima del parnaso,
He hecho de mi 7C mi casa y séptimo cielo,
He por caminos y molinos abriendo paso,
He chapoteado por los lodos de mis suelos.
He sido la espuma y sal de los tintes y tinteros,
He ido por la línea entre la fantasía y la poesía.
He escrito A y casi siempre me entienden Zeta.
He sido voz de las cavernas y son de sonajero,
He sido lo que besa tu boca y lo que yo decía.
¡He! No ves que vengo con mi pluma de poeta.
El viento sopla la hojarasca bulliciosa.
El viento sopla la hojarasca bulliciosa,
En un susurro te despeja una duda,
y de deja desnuda
y hermosa.
Juega con tu pelos como un juguete,
y te entrona con tus cabellos de oros,
la reina de las rarezas,
que es una de las formas de la belleza,
con una corona en forma de rodete.
No temas a los remolinos,
contra pronósticos y molinos,
que llevan mis cuentos por los caminos.
No te ensañes con la fantasía,
Si hasta tus ojos lloran de poesía.
Y como me aconsejó aquel sabio,
no me voy más lejos,
ni recibí mejores consejos,
que a dos bocas de sus labios.
Para mí no hay otro infierno,
que si me confiscan mis cuadernos,
y el tiempo de no verte se hace eterno.
Qué suerte tendrá la muerte
el día que le haga el amor
a las puertas del averno.
Se quedará sola y despechada,
leyendo el verso que le deje
bajo su almohada,
y me vaya rebosante de vida
cantando mi canción
raudo por la quinta avenida.
Es que para los que somos puro corazón
jamás seremos tu amigo.
El día que te fuiste con lo más querido
me declaré de tus garras enemigo.
Disparo, sin presentes ni testigos,
sin más premios que castigos,
versos al centro de tu ombligo.
Rimas en mis papeles,
garabatos en tus pieles.
Las musas que habitan en mi séptimo cielo.
Las noches que se derrumban a la luz de día.
Los poetas benditos que temen hasta en los infiernos,
La fantasía que se hace realidad con la poesía.
Las historias que se leen fuera de los cuadernos.
Las musas que habitan en mi séptimo cielo,
De nubes nos hacen un par de almohadas.
Mis papeles, lápices y tintero tienen tanto celo,
Que se quejan que no verse, hasta las madrugadas.
No imagines tanto, que te quedarás con esa imagen,
No intentes retratarme, porque estaré a kilómetros de distancia,
De tu museo de reliquias, sastres, y extravagancias.
Soy como la primavera que aún conserva su fragancia,
Deja que sigan con su circo, hojarasca, y divaguen,
Sorpresa te dará, cuando tus ojos por mis poemas vaguen.
Si la noche te juega un truco añil.
Si la noche te juega un truco añil,
Déjame que te cuente un cuento.
Pídeme un verso para el mes de abril,
Déjame que se lo confíe al viento.
No temas si me voy de madrugada,
No todo es producto de la fantasía,
Dejaré un poema bajo tu almohada.
Todavía nos queda la poesía.
Solo se hacer con lápiz y papel
Castillos con dragones y hadas.
Un garabato sobre tu piel,
Quédate quieta y no digas nada.
Quemaría mis poemas si tienes frío,
Déjame que soborne al invierno,
Con mi pluma ultramarina cruzaremos el rio,
De pasaporte las rimas de mi cuaderno.
Ampliaré mi séquito de bellas musas.
Ampliaré mi séquito de bellas musas,
para que mis rimas sean más brillantes.
Escribiré para que se saquen la blusa,
De la duda, el traje, y tiempos de antes.
Escribiré sobre muros, y dibujaré en pieles,
Cantaré en un coro de ángeles por bulevares,
Diré con pinta de tipo duro y sin papeles,
Que te quiero como a la poesía sin altares.
Los que no me conocen, conocerán mis versos,
Sigue leyendo del reverso ahí donde me quedo,
Viril es mi soneto y te desnudan mis cuartetas.
Donde no llego con palabras, voy con un beso,
No acuses a mis poemas señalándolos con el dedo,
que te mancharás con tinta china de poeta.
Y no por ello las cuartetas menos importantes.
Heme aquí versando mis últimos versos,
Y no por ello las cuartetas menos importantes,
Será quizás igual al sudor y primer beso,
Verás un futuro con los tiempos de antes.
Una blusa que encoja, una ventana a la fantasía,
Unos libros para amueblar las paredes de mi casa.
La alfombra roja donde caminan con poesía,
Un calendario sin notas, y una musa cuando pasa.
Un cuaderno, un lápiz y unas rimas un mundo,
Una caverna por la noche con hoguera mi planeta,
LA estación más cerca de la luna una esquina.
Donde habitan en mi séptimo cielo un poeta,
Lo lee lejos con su catalejos el trotamundos,
Y a dos leguas de lengua de mi boca mi vecina.
Un par de musas avivando mi pluma de poeta.
Sé muy bien lo que el año pasado nos dejó,
Un par de musas avivando mi pluma de poeta,
Se rajó la fantasía pero antes me aconsejó,
seguir todo este año nuevo entre cuartetas.
Ahí donde más duele hurgando en la herida,
Sigue a cuatro manos, a doble o casi nada.
El arte de seguir de pie ante las despedidas,
Tras una noche añil, versos bajo la almohada.
Mis versos entrar pareados y en una rima,
Bostezan de madrugada, duermen de día,
Mire usted, ¿no me diga? lo veo y no lo creo.
De mi poesía sale mareado quien se arrima,
Todo aquel que sigue el rebaño de la cofradía,
Y no vea doblando por la esquina a mis deseos.
Dar ante el amor hasta el último latido.
Dar ante el amor hasta el último latido,
Ahí donde no llego, suele llegar mi poesía.
Ante el llanto, calla cuando doy un alarido,
Y empieza a saltarle lágrimas porque ría.
Que se ocupe el villano de la estocada,
mientras mis versos doy en un mandoble,
Yo paso mis días entre libros y almohadas,
Jugando a doble o nada, bailo un paso doble.
Que se queje la muerte de mi buena suerte,
Las razones que me quedan y no me llevan,
Y tener de poeta las venas y la memoria.
Que no deje de conmoverte si voy a verte,
Las musas a la cima del parnaso me elevan,
E invadir el planeta de buenas historias.
Y sus cuentos largos como sus largas piernas.
Estoy preparado para enfrentar la oscuridad,
En el último rincón de mi caverna,
Un verso es todo lo que llevo por vanidad.
Si sus manos son como una enredadera,
Que crecen por los caminos ripiosos de mis pieles,
Y dejan sus garabatos en mis versados papeles.
Y sus besos huelen como a primavera,
Su voz me protege como una hoguera,
Si no veo sus ojos acrecienta mi ceguera.
Un susurro hace volver a los lobos a su madriguera,
Y sus cuentos largos como sus largas piernas.
Si en realidad quieres ser una de mis musas.
Si en realidad quieres ser una de mis musas.
deberás ser la gota que colma mis tinteros,
Verte venir cruzando la vereda suelta de blusa,
Mis charcos de tinta con tu voz de sonajero.
Del otro lado de la frontera dejar las excusas,
Poblar mis séptimos cielos de almohadas,
Poner a todos mis poemas tus notas semifusas,
Ayudarme a liberar de los cuentos a las hadas.
Corregir con tus susurros todas mis cuartetas,
Olvidarte de teorías, mitos, teoremas y razones,
Hacer prácticas en el laboratorio de las ilusiones.
Cargar con el lujo pasión mi pluma de poeta.
Poner un coro de ángeles a mis canciones,
No llevo más táctica que mover los corazones.
Todas mis musas llenan mis poemas de besos.
Todas mis musas llenan mis poemas de besos,
Dejan de madrugada bajo mi almohada,
Para mí poemario un par de versos,
Un tintero nuevo, y un cuento de hadas.
Es un camino ripioso que parece sin salida.
1
Es un camino ripioso que parece sin salida,
Una rima que arrima a la más estúpida cofradía,
Un callejón con un beso que huele a bienvenida
Se manejarme bien por las noches de mis días.
Es un cuento golpeando a las puertas del olvido,
Es un laberinto hasta el centro de tu herida,
Es un viento que susurra su último alarido.
Es la reina de la lengua que se empapa de saliva.
Mis versos se estrellan en mi séptimo cielo,
Bebo hasta el fondo el licor de mis tinteros,
Obedecen y se rinden ante mí todas las fantasías.
Mis poemas se divierten rodando por el suelo.
De penas y glorias es mi viva voz de sonajero,
Todo esto y nada más que esto es la poesía.
2
Ante molinos, venteros, manteros y princesas,
Es que soy el más raudo de los andantes caballeros,
Ante dientes como perlas y bocas de fresa,
Es que ahogo mi pluma de profeta en los tinteros.
Ante moros, falsos cristianos, viles y villanos,
Los ensordecedores vientos, y cuentos contra la nada,
Es que te necesito para escribir a cuatro manos,
Cierra un rato tus ojos y sueña en mis almohadas.
El que escribe, pongamos por excusa, cuartetas,
Que van pareados, como mis cuatro hermanos,
La más pequeña libera a las hadas de la fantasía.
La que le sigue hilvana mis versos menganos,
El más cercano a mí sin saberlo hace poesía
Y Yo que soy el seductor de las musas y poeta.
3
Ni aunque sepas todas las letras del abecedario,
Ni derrames todos los tinteros por los papeles,
Jamás podrás escribir un buen poema a diario,
¿Te tatuarías todo el Quijote sobre tus pieles?
Jamás saldrá un buen verso como los de su boca,
Que es donde se arremolinan deseos y pensamientos,
Como cuando lee todos mis poemas que le tocan,
Hasta el más hondo de todos sus ratos y momentos.
Se puede dar la vuelta al mundo entero en un poema,
El corazón ardiente cicatriza cada herida que nos quema,
Y el que va por la verbena con un verso en las venas.
Se puede ser el capitán de la barca y el que rema,
Con una canción hacia un castillo de arena,
Ante los coros de ángeles y los cantos de sirenas.
Desde que escribo ya nada es un problema,
Todo se resuelve en un par de poemas.
No aprenden a esperar los calendarios,
Mi prisa juega al mus con los horarios,
Mi risa sale ahora en primera plana en los diarios.
Desde que escribo ya nada es un problema,
Todo se resuelve en un par de poemas,
Voy por los caminos ripiosos de los versos,
Llevando bajo el brazo de biblia un diccionario,
Tomo los atajos ante los largos de los lemas,
Mis contratos los sello con un beso.
Que me cobran intereses si no sudo tinta.
Escribo bajo presión de mis acreedores,
Que me cobran intereses si no sudo tinta.
Escribo para mis musas y veedores,
¿Sus intereses? Tenga mi poema buena pinta.
Haciendo trampa con un truco de fantasía,
Fue que me fui acercando a mis lectores.
Pago mis cuentas con una letra de poesía,
Y así me vi acicalando a charletas y oradores.
Supongo que no tardará en visitarte el cartero:
Impresos están a viva voz todos mis versos,
Un billete de penúltima vuelta a mi planeta.
Asumo que me llevarás en tu monedero:
Cien sonetos de melancolía y en el reverso,
Una moneda con la cara laureada de Poeta.
Todo lo que reniegas del viento con tus ojos,
Lo guardo en un cuento en mi cuaderno rojo.
Todo lo que reniegas del viento con tus ojos,
Lo guardo en un cuento en mi cuaderno rojo,
Todo lo que no dices entre labios con la boca,
Ahora lo escribo, con voz de sabio, porque me toca.
¿Quién soy? Eso lo saben tus despojos,
mi pluma, mis poemas y mis antojos.
¿Dónde voy? Eso lo saben los molinos,
En Cheshire, y el polvo de los caminos.
¿Mis musas? las margaritas que desojo,
¿Qué la fantasía ya no se usa? retírese,
De moda pasó soñar en tus almohadas
¿Qué las madrugadas ya no le dicen nada?
¿No llega a comprenderlo?, tome, estírese.
¿Malojo? Usé mi poesía de anteojos.
¿Se pueden pasar mil y una noches en un día?
Agoniza de pena la más ardiente primavera,
El otoño aneja mis tinteros, versos y papeles.
Mis hojas caen en tu pradera, como la primera
Vez que garabatee mis versos en tus pieles.
¿Se pueden pasar mil y una noches en un día?
Inténtalo dándole una chance a la poesía.
¿Se puede pedir un tratado de amor a tu boca?
A cada verso y en cada beso que nos toca.
Su gélida boca, esconde una lengua de fuego,
Sin saber a dónde irá a parar este invierno,
Cuando se pasa de luna a sol en los veranos.
Hablar de la vida es escribir a cuatro manos
Sobre el viento, como un cuento en un cuaderno.
¿Sus despedidas?, un ¡buena suerte, y hasta luego!
Yo te llevo a Marte de Poesía.
Yo te llevo a Marte de Poesía,
pero primero alunizamos en la luna.
Fue como ver a la fantasía,
el día que te parecías a ninguna.
En un vuelo chapter de cuartetas,
La cara oculta es una sonrisa.
Tripulada por mi pluma de poeta,
Apurados sin más visa que la prisa.
Sin más tierra que mis papeles,
Y marcianas como musas,
Da más guerra que tus pieles,
cuando se sacan la blusa.
Que tus ojos se vayan enterando
lo que es escribir un buen soneto.
Que tus ojos se vayan enterando
lo que es escribir un buen soneto.
Que tu imaginación vaya pensando,
como empezar, con un boceto.
Que tu corazón empiece a latir
al ritmo de mis cuartetas,
En una canción a repetir,
Que eres la musa de un poeta.
Que tus labios vayan sabiendo
de memoria todos mis versos.
Que se entere el mundo entero.
Que tu boca se vaya haciendo
a la idea de besar todos mis besos.
A insolencia Yo te quiero.
Este frío de Enero en los huesos,
vagando por ahí.
Este frío de Enero en los huesos,
vagando por ahí.
El dolor de encontrar en las cloacas,
los besos que te dí.
Y Yo sin saber qué te pasa,
con los versos que te escribí.
En los versos que te di.
En los versos
que te di,
escribí,
Yo estuve aquí.
A la cima
del parnaso
Yo subí,
Y en un beso,
me perdí.
Un verso que nos vuelva a meter en la cama.
Un verso que nos vuelva a meter en la cama,
Un beso que deje tus razones en llamas,
Acá tienes una buena rima que te llama,
Un poema que a los cuatro vientos clama,
Un soneto para debajo de tu almohada,
Que te acompañe en tantas madrugadas.
Un Cupido que se olvide del olvido,
Un Cupido que se olvide del olvido,
Que en un suspiro nos saque un alarido.
Una sirena de sal, espuma y arena.
Y un castillo con princesas en cada almena.
Las brumas que despejo con mi pluma.
Un poco de fantasía para mi poesía,
Mil y una noches en un día, melancolía.
A todas ellas de norte y estrellas,
bellas, arrojando mensajes en botellas.
Hasta la madrugada, guerras de almohadas.
Un lápiz y un papel, la torre de babel,
Un tapiz, y escribir sobre su piel.
Una musa sin blusa ni excusas.
Que la guerra no pase por mi tierra.
Que mis cuentos vayan con el viento.
Que mi rima atraiga a quien se arrima.
Y me encuentre en el parnaso a la cima.
Algo de inspiración para esta canción.
Tinteros, andantes caballeros, sonajeros.
Polvo de los caminos, molinos.
Todo esto puedo darte, poco arte.
Aléjame de la academia, como de la epidemia.
Un par de cuartetas para este joven poeta.
Solo haré tratos con las musas.
El día que se me seque la tinta,
Solo haré tratos con las musas,
A viva voz y con buena pinta,
Un verso que te saque la blusa.
Si se acaba la sal de mis tinteros,
Escribiré con toz de sabio,
Puedo ser un andante caballero,
con el carmesí de tus labios.
No le busques un principio ni final.
No le busques un principio ni final,
No deja las marcas del pecado original,
Sin musas, princesas, ni mujer fatal.
Ni fábula con hadas ni moraleja,
No es un horizonte que se aleja,
Cuando entre almohadas cierres tus ojos,
Y te vayas en sueños con zapatos rojos.
No es un viaje de ida a otro planeta,
No lo canta un rapsoda ni lo escribe un poeta.
Deja a tu pelo jugar con el viento,
Que es el más preciado de sus juguetes,
Como mis musas cuando vienen con rodete,
Solo dejame que te cuente un cuento.
La adultez es un laberinto sin salida.
La adultez es un laberinto sin salida,
Donde se agigantan las heridas.
La niñez jugar con las musas y sus juguetes,
Que más dá si uso su pezón como chupete.
Más amigo de Wendy y campanita,
Como aconseja mi voz de Peter Pan.
Más se perdió en el altar de la mezquita,
El relicario de los besos que no se dan.
En cada no se acrecienta la llaga,
Todos los sueños duermen en mis almohadas,
Con mis hojas se rascan la nariz en un cuento.
La lengua del siglo 21 es un filosa daga,
Sabe más que de mandobles y estocadas,
Una hojarasca con ráfagas de viento.
Mi pluma escribe a sol y sombra.
Mi pluma escribe a sol y sombra,
Mis sonetos saben que te nombran.
Mis cuadernos esperan mis versos,
como mi boca desea tus besos.
No hay truco de fantasía ni coartada,
A mi poesía le da lo mismo todo que nada.
¿Qué dirás si lo escribo todo en un cuento,
Y lo arrojo por los cuatro vientos?
Nunca se para dónde termina un poema,
A veces como una lengua de fuego, quema.
Y otras de fábula de nana, cura y sana.
No sé, siempre empieza con algún tema,
Se asoma de madrugada por mi ventana,
entre almohadas como el sol de la mañana.
Doctorada en la academia de las musas.
Doctorada en la academia de las musas,
Sin más honores que una tesis de besos,
Con un traje de bohemia y por excusa,
cura los dolores untándolos con versos.
Con un billete de ida hacia el parnaso,
Sin más pasaporte que un par de cuartetas,
Va a lomos de Pegaso, apura los ocasos,
Abriéndose paso con su pluma de poeta.
Se entienden con el arte de no decirse nada,
Tienen de pendejos que no le gustan los finales,
No hace falta catalejos ni ver señales.
Se intercambian secretos entre almohadas,
Les salen bien quererse como animales,
Los espejos le repiten que son tan iguales.
En el callejón de las rarezas,
Conviven Dr. Jekyll y Mr Hyde.
1
En el callejón de las rarezas,
Conviven Dr. Jekyll y Mr Hyde,
En el bulevar de las bellezas,
Besa a Wendy un viejo Peter Pan.
En el circo de las Sorpresas,
Bailan ogros con princesas.
El mago en un truco de abracadabra,
Encanta sin más que con la palabra.
Saca un poema de tu falda,
Garabatea un verso en tu espalda,
Recita sonetos como quinto As.
En los bailes de disfraces,
Va el hombre de las mil caras,
Repartiendo antifaces.
En la estación de la primavera,
Enarbola su corazón como bandera,
Y guarda su fragancia en la cartera.
Se ríe la luna como si ella fuera,
De las estrellas la primera,
Y en una canción cambia de acera.
No huyes más lejos que la poesía,
A dos lenguas de la fantasía.
Vuelve el poeta a la torre de Babel,
Con sus cuartetas sobre el papel.
¿Querés que te cuente un sueño añil?
Si en cuentos ya te conté como cien mil.
Le dijo las mil y una noches a un día,
A veces alegres y otras de melancolía.
2
En el laberinto de las pasiones,
Canta un trovador sus canciones.
Doctorado en dolores,
El hombre del traje gris,
Pinta con su paleta de colores.
3
En el salón de las musas,
me dejan un verso,
y aprenden a sacarse la blusa,
a mi primer beso.
A mis años creer en el amor y ser Poeta.
No sabe no contesta, arrojo en la encuesta,
Que le hice en un par de tercetos y cuartetas.
Oficiando de Musa no sabe lo que cuesta,
A mis años creer en el amor y ser Poeta.
No lleva doble fondo ni propuestas
sin nada que esconder entre versos,
Lo comprenderás todo al primer beso.
Y cuartetas y tercetos tenés todas estas.
No es alarde de poesía, ni canción protesta,
Una filosofía de lo que está ahí, tan cercano.
Llevo tinta de héroe en papel de villano.
Vivo todo a cien, lejos de la hora funesta,
No soy de jugar a moros y cristianos,
Me divierto con lo que tengo más a mano.
Como se anhela la cara oculta de la luna.
Como se anhela la cara oculta de la luna,
Saqué un billete para alunizar en su planeta.
Como mis noches de insomnio cuando leo,
poemas de amor a las puertas del Edén.
Se pierde la razón cada vez que te parecés a ninguna,
Como se pierde entre cuartetas un poeta,
Se desespera Cupido, si en la estación descreo,
Que espere el olvido, con su canción en el andén.
Le pedí a la décima de las nueve musas un deseo,
Que sin excusas deje bajo mi almohada un verso,
Que espíes mientras escribo en mis cuadernos.
Y te saques las dudas de las blusas cuando te veo,
Que la primavera crezca al calor de los inviernos,
Que tu boca me llene mis madrugadas de besos.
Supongo que me tomaré un año salvaje.
Supongo que me tomaré un año salvaje,
Olvidar el calvario de la ley y la rutina,
Viajar sin pasaporte, suelto de equipaje,
Esperarte, como te espero, en la esquina.
Haré tan solo lo que me venga en gana,
A crecer otra vez la pasión por mi suelo,
Recordaré la noche añil por la mañana,
Y vuelva a oscurecer mi séptimo cielo.
Seré el lobo que entra en tu caverna,
Y se sienta con un cuento a la hoguera,
Una rima que esté libre de ataduras.
Un verso que domestique tus piernas,
Enfurecidas de andar tantas primaveras,
Un poema se quede pegado a tu cintura.
A mí no me coronan el rey de los poetas.
A mí no me coronan el rey de los poetas,
Ni vos sos ni de lejos la reina de Java,
Soy el que empieza y muy bien acaba,
terminando todo entre sonetos y cuartetas.
Si somos vos la princesa de las rarezas,
Y yo el príncipe azul de los verseros,
Yo le escribo un poema a tu belleza
Si tú bebés del elixir de mis tinteros.
Mis cuentos son siempre más de los mismo,
Mis poemas un acto de exhibicionismo,
Suelo andar entre tantas curvas, sin frenos.
Te reinventas para volver a ser vos mismo,
Del primer amor que nos rescató del abismo,
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CON EL VENDAVAL DE LA POESIA

  • 1. CON EL VENDAVAL DE LA POESIA GASTÓN MATUTE Para que te duermas con un verso bajo la almohada. Con el vendaval de la poesía. Ventilo mis ideas, con el vendaval de la poesía, Como el poeta que alardea, susurrándote fantasías. No puedo detenerme a pensar lo que soy, Deberás quererme, Mientras vengo y me voy. Solo se moverme con el corazón, Debes prometerme, corearás mi canción. Solo haciendo cosas, me quedo donde estoy, Te sonarán maravillosas estas cuartetas que te doy. Siempre que me dicen recital de poesía. Siempre que me dicen recital de poesía, Salgo huyendo en la otra dirección, Con las musas en el tren de la fantasía. Solo se debe corear en una canción. A no ser que se de en trance el alarido,
  • 2. La poesía se hizo para ser solo leída, Para un buen cuento de almohada, Para que sea bienvenida una despedida, Alardear de poeta susurrando al oído, Para desempolvar el polvo del olvido, Y tentar con fábulas a las hadas. Mis musas pueden hacer lo que quieran. Mis musas pueden hacer lo que quieran, Mirar por mi hombro lo que escribo. Con tinta carmesí y aunque no pudieran, Se graban en su piel lo que manuscribo. Saben exprimir el elixir de mis tinteros, Cuando la inspiración viene a cuentagotas. Saben endulzar mi ronca voz de sonajero, Bailan con mis letras una Jota. Juegan con mis papeles y mis plumas, Con la pasión de la vez primera, Sazonan mis versos con sal y espuma, Hacen de un instante la eterna primavera. Lo peor de las noches de novela. Lo peor de las noches de novela, es no despertar con poesía Matutina. Lo atroz de un sueño duermevela, Ver doblar las musas las esquinas. Es como la pasión cuando se cela, Al ver que mis versos no te dicen nada, Después que me coronan tantas madrugadas, Poematizar solo a la luz de la vela.
  • 3. No podrás creer la voz del centinela: Ni un paso más, ¿Alto ahí, quien vive? Le dije, sin más poemas en la cajuela, ¡Soy ese que dicen por ahí que escribe! Me vi pasando la frontera, Sin más noticias desde el frente. Como quien ve llegar la primavera, Y huir del consejo de la gente. Una noche cualquiera. Vos elegí Una noche cualquiera. Yo soborno Con un verso A la eterna primavera. Dame más que palabras. Dame más que palabras, Ya me sé todos los versos. Ese don abracadabra de encantar en un beso. Dame el filo de la madrugada, guerras de almohadas y un cuento de hadas. No le prometas a la aurora ya sabés que todo es ahora. Dame el grito del destino, el polvo de los caminos. Dame el canto de sirenas, castillos de arena. El elixir de tus labios, la resignación de los sabios, cuando llegan a pedir,
  • 4. cuando no saben más que decir. Dame tu corazón cinco estrellas, dejame pensar en ellas. Seducir a las musas, desnudarla de su blusa, escribir un poema por excusa. Dame un vendaval de poesía, una mueca de fantasía, una canción melancolía. Pon tu voz en mis tinteros, como siempre de sonajero. Con vos de vuelta al mundo entero. Llevo de lanza y escudo como alabanza y pegar duro, Dudo más de lo que sudo, tinta por mis venas, versos claroscuros. El lápiz y el papel, garabatear sobre tu piel. Coronarte con mi pluma, que seas de sal y espuma. Ir por las fiestas de disfraces, estrenando antifaces, y de mi manga quintos Ases. Hacerle burlas al olvido, robarle las flechas a cupido, el pregón del último alarido. Olvidate de las promesas, ahora que no soy rey ni tu princesa, Ya no me paro sobre la mesa, Ni tu boca es ya de fresa. ¿Para qué tanto problema? Si todo se resuelve en un poema. Yo hago arder todos los lemas, Encendiendo la hoguera que los quema.
  • 5. Si, voy por ahí con Damas Bobas, A cuatro patas como lobas, Y brujas con escoba. Voy por ahí diciendo boludeces, espero a estos versos no le falten eses, de frente y los reveces, leelos como cien veces. Yo te doy como poeta, rimas, tercetos y cuartetas. Y si alguna vez, ves que te hieren, resguardate en mis versos, que te quieren. Mi pluma puede decir lo que ella quiera. Mi pluma puede decir lo que ella quiera, Probar el elixir maravilloso de los tinteros, De espuma es la fantasía para tu cartera, El mensajero lleva mi poesía de sonajero. Invitar a las musas a cenar un buen poema, Un cóctel alegría mezcla con melancolía. Una mueca de sonrisa, por cambiarte el tema. Y te cuentan mil noches en un solo día. Los versos que escribo es todo lo que valgo, No dudan cada vez que de cantante salgo, por los mundos con mi talante visceral. Quería decirlo, lo dije, y por decir algo, Soy de aquel manchego, hijo e hidalgo, Y los te quiero me salen, así tan literal. Mi pluma puede hacer lo que ella quiera. Mi pluma puede hacer lo que ella quiera. Versos certeros como flechas de cupido,
  • 6. A las venas como el veneno de la primavera. Se venga de un plumazo del marchito olvido. En el séptimo cielo de mi dulce entre casa, No muy lejos de la trasnochada madrugada, Seduzco a mi musa favorita cuando pasa, A dejar un verso bajo mi confidente almohada. Yo la tiento con lápices y tiño papeles, Mi pluma le hace de alegre sonajero, Garabateo un poema en sus pieles, Para que no se olvide lo tanto que la quiero. Como quien huye de los infiernos, quedarse, A esperar florecer mis versos por las esquinas. Soy un poeta con algún dote de versero. Verás con tinta de mis venas, derramarse, Pasión manchega, vehemencia Matutina, Y mis tinteros, por todo el mundo entero. Va mi verso sobre un barquito de papel. Va mi verso sobre un barquito de papel A buen puerto, contra viento y marea, Las tormentas que erizaron tu piel, Tus ojos vidriosos, no hay quien los vea. Atraído por los dulces cantos de sirena, Fue que me fui abrazando a tu cintura, Encalla mi barca sobre un castillo de arena, Poesía vean y no solo buena literatura. Si el susurro huracanado de tus labios, No me refrescan a viva voz la memoria, Será la primera vez que me equivoco. Y acabaré como aconsejan los sabios, Como terminan las mejores historias, Dándole la razón a un par de locos.
  • 7. No puedo irme muy lejos de mi casa. No puedo irme muy lejos de mi casa, Difícil viajar con mis cuatro bibliotecas. En un poema y verseando lo que me pasa, Seduje a las musas y pagué mis hipotecas. Los que hacemos de poetas y las palabras, Estuvieron antes que los tratados de poesía, Hice, rimando versos como truco de abracadabra, Que se rindieran ante mí, fascinadas las fantasías. Yo ya tengo mi séptimo cielo, viajo en ascensor, Que es un suelo con vistas a la Av. Independencia, Alfombras azules, y de nubes dos almohadas. Si mis sonetos son todo un acto de presencia. ¿Ausencias? del decoro y la decencia y trovador, Les canto las mañanitas, hasta la madrugada. A veces, mi pluma no sabe bien lo que dice. A veces, mi pluma no sabe bien lo que dice, Juega al gallito ciego con la fantasía. En un verso siempre hice lo que quise, Para más detalles preguntale a mi poesía. Dirán: ¡Pero Cervantes esto nunca lo hizo! Abono mi futuro con papel imprenta, Cotizan en bolsa aunque nunca quiso, mis 101 sonetos que no puse a la venta. ¿Qué será de mí séptimo cielo sin diosas? No queremos ni sabemos más que pedir, cuando cae una tormenta en lágrimas ripiosas.
  • 8. Como sucede con las mejores cosas, no sabemos que queremos decir, pero suenan al susurrarlas, maravillosas. El poeta amparado por las musas. El poeta amparado por las musas, escribe un poema a 20 manos. Con buena letra y notas semifusas, versos que leen dioses paganos. Cuando quieren hacer de las suyas Hermes el más fiel de sus mensajeros, les lleva noticias mías con las tuyas, de mi puño y letra y mis tinteros. Hacen ellos tronar rayos y centellas, para ahuyentar todos mis demonios, y solo escriba historias bellas. Nos regalan una blusa y un moño, malabares con todas las estrellas, para que la noche sea solo mía y de ella. En el café de las tentaciones. En el café de las tentaciones, con escaso talento y por excusa, un trovador, en un par de canciones, espera que revoloteen las musas. El trago amargo, que estila, de la melancolía, y las puerta que dan a la tristeza, se ventilan con el vendaval de la alegría. poesía, fantasía, y un verso a la belleza.
  • 9. Las mil caras de la misma moneda. Mis labios saben las bocas que quería. Y olvidarme a las 20.000 leguas. Me da bronca perder por la vereda, si voy pensando, sabiendo que tenía, Un verso en la punta de la lengua. Este soneto no terminarás de leerlo. Este soneto no terminarás de leerlo. Se sacudirán hasta tus zapatos rojos, Tus manos de cristal no podrán sostenerlo, No podrán parar de diluviar tus ojos. Porque al cuarto o quinto verso Tu llanto desteñirá las líneas del papel, Escritos a fuego como el primer beso, Se te erizarán los rincones de tu piel. Ya no hay tiempo para lágrimas, comprenderás si entiendes mis poemas, Los estrictos artilugios de la fantasía. Ya vez que al dar vuelta la página, Como me sobra tinta y sigo mis lemas, seguirás leyendo alelada mi poesía. Creíste en el profeta. Mientras los ojos del ídolo con la cabeza de hierro, esta brillando. Jokerman. Bob Dylan. Las flechas de Cupido, que tenías preparadas para afrodita, Se perdieron.
  • 10. No pierdas tiempo en buscar, Los besos que no te dan, Y no dejen cicatrices. La boca que no besas se convierte en princesa, de un reino sin caminos. Deja ya de frotar, buscando tres deseos de verdad, la lámpara de Aladino. Vámonos al sur, alumbra con tus ojos, La suerte del tahúr. No alcanzará tu piel ni las 400 hojas de la resma del papel, para escribir una novela. Deja ya tu hiel, Y no le zumbes a la miel lo que aprendiste en la escuela. Cuentas por el Louvre, que de una mueca de tu sonrisa, Aprendió a reír la mona Lisa. Ya puedes decirle a aquel bufón que deje de tocar su canción, ya no quedó una sola persona con corazón. Deja de diseñar antifaces, la banda ya se fue, y no quedan fiestas de disfraces, a estas horas. No le pidas al poeta que ya no escriba más cuartetas,
  • 11. Dando su secreto a voces. Creíste en el profeta, que te engaño con una virgen en tetas, y un cielo con dioses. P.D. Una letra a lo Dylan. Agotada la tinta de mis tinteros. Agotada la tinta de mis tinteros, Garabatos en rincones de mis papeles, Aún sigue mi pluma de sonajero, sacándote la blusa, dejándote en pieles. Refugiado en una ciudad intermitente, Lejos de las ráfagas de viento y las tormentas. Una musa que no se pierda entre la gente, A contar todos los cuentos que me cuentas. Los ojos que me otorgan el carnet de poeta, Me sobran para escribir una nueva novela, Tan real que enmudece la fantasía. Rimas, versos, tercetos y cuartetas, Y voces de trovadores fueron mi escuela, Al presentar este soneto aplaude la poesía. Agotada la tinta de mis tinteros. La lujuria duerme la siesta, sin sacarse sus disfraces, cuando no encuentra fiesta, donde desnudarse los antifaces. Mi poema se hizo beso, Y escribí un soneto por excusa. La palabra se hizo verso, en un coro de musas.
  • 12. Puedo llevarte a otros planetas, Si estás atenta a mi melancolía, y prestas atención a mi fantasía. No ves que vengo de poeta, ¿Es posible que te quedes quieta, Mientras te susurro mi poesía? ¿Qué es poesía? ¿Qué es poesía? ¡Mil y una noches en un día! Mi poesía no quiere convencerte. Mi poesía no quiere convencerte, solo quiere quererte. Huye del trato con la gente, solo quiere verte. Lleva un aire diferente, puede que tenga algún converso, que visto del reverso, se ve, con pretensiones grandilocuentes. Lleva un verso entre los dientes, un beso rodando por la pendiente. Se lee bien del derecho y los reveces y si ves que le faltan eses, es por mis licencias poéticas insurgentes. Lo entenderás, es que es tan transparente, como tus ojos, ver el telón de tu mente. Si lo lees puedo tenerte, viniendo hacia mi contra la corriente, si estas como si nada, sorprenderte. y si te aburres, divierte. Mi melancolía invita a sentarte, en tu mejor pose retratarte, puedes quedarte, por los cuatro vientos darte, con el vendaval del arte.
  • 13. Quiere tan solo amarte. Puedes hacer con mi fantasía lo que quieras. Puedes hacer con mi fantasía lo que quieras, pedirle que te quiera. Como esperan el invierno, el otoño, y el verano, uno escribiendo en un cuaderno, y el otro con frac y moño, un poeta con su musa verseando sin traje ni blusa, con pasión un poema a cuatro manos, ver venirte como ven venir la primavera. Usar la pluma para ataque y defensa De un poema, a capa y espada la belleza. En un verso poner en jaque y ofensa Si descoronan a la reina de las rarezas. Rasgarme las vestiduras, probar otras pieles, A garabatos ser un hombre ilustrado. Emborronar de tinta todos los papeles. Ver las cosas del revés y el otro lado. En viaje Chapter a otros planetas, Aterrizar en el tercer cráter de la luna, Colgado de la cola de algún cometa. Dejar la sangre en cada cuarteta. Ser trovador y cantante de la Tuna. Algunos de los oficios del poeta. Con sangre, para que la letra entrara. Con sangre, para que la letra entrara como lluvia de abril por tu ventana, Escribí esta balada y no te sonará tan rara, cuando te la susurre como canción de nana.
  • 14. Sabes de sobra que odio casi todos los finales, Y como el Quijote que a todo se aventura, Solo te prometo vientos y vendavales, con un rayo que dejará eterna quemadura. Entran y salen a viva voz de mis fantasías, Cuando a los ojos solo se le ven las pestañas, El sueño empieza bien entrada la mañana. Dicen que le dijo Don Discepolín a Tania, No temas si no entienden mi poesía, es que estos versos los escribí para mañana. Como sucede con la buena letra de los poetas. Como sucede con la buena letra de los poetas, Que le cerraron las puertas del séptimo cielo, Y se queda a la luz de las velas, entre cuartetas, Escribiendo para los que ruedan por el suelo. Sabes que si tuviera el poder de la rebeldía, borraría de un plumazo, todos tus llantos, que huya de las noches tu melancolía y un par de espantos, mis versos y encantos. Sabes que si me coronan el rey de los poetas, Yo convenzo al presidente y a la reina, Le doy una lavada de cara al mundo entero. Sabes que con dos tercetos y 2 cuartetas, Y si se juntan como el viento que despeina, Tu voz de sirena con mi voz de sonajero. No entraba tanta hojarasca en mi cuaderno. Huí, en dirección contraria de la antesala del infierno, que era la puerta de las humanas facultades, no entraba tanta hojarasca en mi cuaderno,
  • 15. junto a mis garabatos, un par de versos y verdades. Hijo quisieron hacerme de una gramática bastarda, huérfana de pasión, y sin sabor a desventura, Quisieron hacerme creer que el saber tarda, A un poeta que al primer verso, se aventura. Metáforas las de Cervantes y Quevedo que revela, Anáforas me reiteran un te quiero que me abrasa, Ironía los tratados de amor que quedan a dos velas. A mí no me vas a venir a decir lo que es una novela, En un verso te arrimo al séptimo cielo de mi casa. Y en un beso me contás todo lo que te pasa. Sé muy bien dónde están mis musas. Sé muy bien dónde están mis musas, vienen hasta el fondo de mis fantasías. Se sacan la blusa raudas y sin excusas, me muestran un poco más de la poesía. Sé muy bien el nombre de mi inspiración, A mis versos los veo venir hasta de lejos. Sabina, Dylan y Calamaro la canción, y juventud si mis versos se hacen viejos. Los de Cervantes y Casona mis planetas. Aunque digan: ¡Vaya no seas cara dura! esto es faltarle el respeto a la literatura, Yo sé muy bien hacer de trovador y poeta, la alfombra roja a una buena aventura, poner toda la pasión en un par de cuartetas. Yo podría escribir mucho más arcano. Yo podría escribir mucho más arcano, me es más sencillo así, diré por excusa,
  • 16. protestará que no lo entiende mi hermano, siempre las mismas rimas, quien se abusa. Enrevesado como predicciones de profeta, no consultes al destino que no ya se usa. Tengo más, en el doble fondo de mi maleta, una que me requisaba besos ya sin blusa. Podemos escribir un poema a cuatro manos, vos que te recibiste ayer de décima musa, y Yo que me coronan mañana rey poeta. Épica sonará como leyenda de héroes y villanos, vos con tu voz, cantarina de notas semifusas, Yo con mi pluma, que es la sal de las cuartetas. Por esta puerta se va al séptimo cielo, Y por ahí se cae rodando del parnaso, los que a la letra no hay hecho caso. Tengo el vicio de la letra, lo confieso. Tengo el vicio de la letra, lo confieso, Dylan, Calamaro y sabina mis trovadores. Con la poesía di mi primeros tropiezos. Con rojo carmesí la tinta cargué de colores. Don Quijote, Alicia y el Principito, el tridente universal de la literatura, y Yo que escribo de todo un poquito, un poco por oficio, y tanto de cara dura. Pepe grillo me guió con su cricricri, por consejo, a cambio un verso le dí, por los laberintos de mi niñez, cuando pase del biberón a los tinteros, Pinocho sigue contándome en la adultez, como contaba mi dulce voz de sonajero.
  • 17. Jovialidad, Valentía e Inestabilidad, son algunas de mis tantas musas, ¿Qué sabe el amor de la probabilidad? me gritó una, sacándose la blusa. Le dejé la boca extrañando mis besos, Y a sus ojos pidiéndome más versos, entre tercetos rimas y cuartetas, que es uno de mis tantos alardes de poeta. Entre almohadas y con mi voz de sonajero. Entre almohadas y con mi voz de sonajero, Corregí todas las fábulas que terminan mal. Hasta las madrugadas escurro mis tinteros, Con una pluma cargada de espuma y sal. Di versos por excusa para que no sonará literal, Supe que de decir algo, lo diría con poesía. Di besos a las musas, que me basarán fenomenal, Les prometí que no descuidaría la fantasía. Ando por ahí, búscame en algún punto cardinal, Puedo ser cualquier cosa, soy poema matutinal, Grita que me amas, convence a los cuatro vientos. Y aunque tus ojos lloren un diluvio universal, De esos que no tienen ni principio ni final, Yo te cuento las mil y una noches en un cuento. La tinta carmesí que corre por mis venas. Anduve como buen poeta, por los infiernos, Deje un poema en llamas y me escapé de madrugada, Lo que no supe decir, a fuego dejé en mis cuadernos, Y el resto los fui dejando bajo tu almohada. Anduve como un profeta, por los purgatorios, Dejar mis vicios no me dio ninguna pena, Aspirante a príncipe azul, ya casi es notorio, La tinta carmesí que corre por mis venas.
  • 18. Anduve como un cometa, por los cielos, Mi pluma es una de mis formas de batirme a duelo, Escribo en un Séptimo ´C´, que es mi suelo. Con vulgaridades, a vampiresas infernales. Con prosa, seduje a las damas más normales. Con poesía, un séptimo cielo con musas celestiales. Como un Capitán al abordaje. Como un Capitán al abordaje, que atraca en castillos de arena, y sus poemas piden, que se baje, sus musas con canto de sirena. Con todos los versos que te traje, que fue como ponerme mi mejor traje, de poeta preparado para el alunizaje. No pienso fingir ¿Ante quiénes? No pienso fingir ¿Ante quiénes? Al segundo, no me darán ni la hora. Si quieres malos tratos, ¡Aquí tienes! Voy con mi actitud encantadora. No intentes desenmascararme, Voy con mi nuevo traje de poeta, Un par de tercetos y cuartetas. A quien quiere mi poesía, se darme. Si te arrimas a mi poesía, En un beso sabe tratarme, fantasías habrá, noche y día. en un verso se quedarme. Este es mi poema,
  • 19. Este es mi poema, Y con mis versos yo hago lo que quiero, convertirlo en llama que te quema, Con un beso te hago girar el mundo entero. Puedo explicar mi inspiración de mil maneras, decir, por ejemplo, como se lo robé a la primavera, Insistir que lo escribí hasta la madrugada para dejarlo debajo de tu almohada. Mi poema no explica el teorema de tales. Mi poema no explica el teorema de tales, Más amigo de la pasión, quemalo si te hiere. Sabe muy poco de principios y finales, Y entre pocas cosas, sabe que te quiere. A veces se ve como estación en despedida, No le des muchas vueltas, lee sus versos, A veces como fiesta primaveral de bienvenida, Sale así de repente, como el primer beso. Puede que te toque ahí donde más duele. Dice, te adora, tratalo como canción, mira, Recién lo escribí, todavía no se secó la tinta. Si lo miras bien tiene buena pinta, Ríe, llora, leelo con emoción, suspira, Se respira poesía fresca si lo hueles. No necesito explicaciones. No necesito explicaciones, dejame disfrutar mis poemas sin interrupciones. No me vengas con interpretaciones, dejame solo con mis emociones. Escribí un par de canciones, garabateé en tus rincones.
  • 20. Cuando llegue a la cima del parnaso. Cuando llegue a la cima del parnaso, Y me pregunten: ¿Cómo lo hice? ¡ni puta idea! Que fueron un par de poemas de un plumazo. Que escribí en la ciudad pensando en mi aldea. Diré que escribí de espaldas a la academia, Si me ayudaron, a cuatro manos con las musas, Que desempolve mis viejos lentes de bohemia, Yo hasta donde pude ver, y ellas sin blusa. Por no dejar de lado la pluma, hice de poeta, Y por sacarla a la calle, viví como se lee la poesía, Me bebí hasta saciarme todos los tinteros. En todo lo que venía, leía tercetos y cuartetas, termine mi obra maestra a realidad y fantasía, Y aunque supe pocas cosas, supe decir te quiero. Si te arrimas, a mi rima. Si te arrimas, a mi rima, veras que no lástima, salvo la página donde derramas, tus lágrimas. Cuando estás pensando en cualquier cosa. Cuando estás pensando en cualquier cosa, Te precipitas al borde de una mirada, Cuando te tajean las venas lenguas filosas, te dan en retirada su última estocada. Cuando una mueca se sale de sus bocas, Y te invitan a besarlas sin decirte nada,
  • 21. Cuando curvas peligrosas te provocan, ¡Tocame un poco más, que no soy un hada! Me atacó como atacan las cosas bellas, Como las musas cuando vienen al acecho, dejándome un verso bajo la almohada. Me dio de beber un cóctel de estrellas, No decía mucho, ya estaba todo hecho, me contó mil cuentos hasta la madrugada. P.D. Como atacan las cosas bellas, de frente y de costado, sin previo aviso. Yo podría intentar describirte a rasgos la belleza. Yo podría intentar describirte a rasgos la belleza, Pero tú tendrías que ver su mueca de sonrisa. Es ¿Cómo te diría?, como la diosa de las rarezas, Sus labios no saben qué decir, apurados por la prisa. Yo podría comparar sus dulces labios con fresas, Pero se me quejarían en la Real Academia Española, Yo podría gritarlo a los cuatro vientos sobre la mesa, Ojalá este soneto le mesa sus deseos como una ola. Yo podría decirte donde están las cosas bellas, Como por las noches te guiñan sus ojos las estrellas, Al ver que envías versos en barquitos de papel. Yo podría garabatear rimas sobre su piel, Educar con un beso todas las bocas de Babel, Comparar a las nueve musas celosas con ella. Yo te podría contar dónde están las cosas bellas.
  • 22. Yo te podría contar dónde están las cosas bellas: En el tercer cráter de la cara oculta de la luna. Un verso envasado en el mensaje de una botella. En las veces que te besé, y no te pareces a ninguna. En tus besos que se hacen versos en un trozo de papel. La vez que volamos sin escalas a mi séptimo cielo. El día que ardió con mi poema la torre de babel, Todavía quedan cenizas y escombros por el suelo. En el ¿Qué tal? literal, de la pluma de un poeta, En usar de coartada que escribo con las musas, En las hermanas gemelas fantasía y melancolía. En la sal y espuma de mis versos y cuartetas, En usar de almohada tus faldas y blusas, En un soneto con algunos toques de poesía. Ligero como la pluma en mis poemas. Ligero como la pluma en mis poemas, Espeso como la tinta de mis tinteros, Ardiente como las rimas que me queman, vehemente como aquel andante caballero. Como se rinden ante mis versos los papeles, Fábulas, novelas y poesía sacarás de mí. Como barro la hojarasca y tiño oropeles, quedan hojas poetizadas con mi tinta carmesí. Escribo a cien porque el lector no espera, amo a mil como aconseja la primavera, corren madrugadas matutinas por mis venas. Garganta que se atraganta con arena, de los castillos con cantos de sirena, a mi séptimo cielo entran las musas primeras.
  • 23. Armado en la legión de los poetas. Armado en la legión de los poetas, caballero por las nueve musas, de las artes y las letras en cuartetas. y por unas diosas ya sin blusa. No pretendo una vida para nada novelesca. No pretendo una vida para nada novelesca, Y aunque aparezca con mi actitud caballeresca, Me veras ir por las ventas y los caminos, Arremetiendo gigantes, desoyendo molinos. Y aunque mis versos sean de ingenio lego, Ya verás cuando los leas, yéndote luego, Que no son tan solo cuentos de fantasía, se respira por los cuatro vientos poesía. Un block de notas es lo que tengo más a manos. Un block de notas es lo que tengo más a manos, Sangre de mis tinteros que derramo en el papel, Deja que la rima que se arrima, erice tu piel. Inspira y mis primas y a mis hermanos. Templar la firma negra tinta, del escribano, Ves que arde Troya y roma se quema. el impulso del villano, convertir al otomano, Es algo de lo que puedo hacer con mis poemas. Quebré las flechas del cupido de las despedidas, Cura tus heridas, cierra los ojos, ven por aquí. Con un verso desperté a la princesa dormida. Un Rey reina con el poema que le dí, Lo confieso, yo ya he pasado por ahí, Con mi pluma de la trova de poeta cortesano.
  • 24. Escribe ahora que mis versos tienen buena pinta. El crítico que escribía que era un chupatintas, Escribe ahora que mis versos tienen buena pinta. La secretaria del editor en su oficina, que anunciaba que jamás me recibiría, Que ya se pasó de moda la poesía, ahora se prostituye ante mis poemas, Al leer mis versos les queman, y me espera por las esquinas. La que me leía con sus gafas de mojigata, ahora viene maullando y a cuatro patas. La chica que no quería mostrarme las tetas, Y me decía ni aunque te conviertas en poeta, Hoy se derrite y suspira ante mis cuartetas. El enemigo que escupía: ¡Jamás llegarás a nada! Ahora son mis rimas, pesadillas en su almohada. La flecha de Cupido, va por ahí, perdida. La flecha de Cupido, va por ahí, perdida, La voz herida, como hieren las despedidas, Como poner un punto final a la novela, Y se queda el poeta, solo a dos velas. Aunque dispare con versos al corazón. Un poeta no es un asesino serial, Aunque dispare con versos al corazón. Ni Vos ni Yo el pecado original, Ni el triste estribillo de una canción. No es tan solo otra historia Matutina. No es tan solo otra historia Matutina, Ya sabes bien, de todas mis fantasías. Escribo más por vicio que por rutina, Cuando me dan arranques de poesía.
  • 25. No cuentes mucho con la métrica. Huye del fantasma de la gramática, No cuentes mucho con la métrica, Cambia el tema en una noche temática, ¿Hace caso la belleza a la estética? Sin muchas aspiraciones literarias, Ni el tintineo de voces y monedas, Solo hago tratos con mis musas horarias, Mal escribes si en un verso te quedas. No prestes atención ni estés sujeto, Mira como brillan los ojos de los sabios, Y has más práctica que vieja teoría. Mira como salen las palabras de sus labios, Al poeta que por un verso se desvivía, Este es mi consejo, escribe un buen soneto. Y por ahí va mi barquito de tinta y papel. Y por ahí va mi barquito de tinta y papel, Capea tormentas contra viento y marea. Atraco en cada rincón de tu piel. ¡Conozco tus lágrimas sin que las vea! Pretende hacerte el amor y no la guerra. De esos que van cargados de besos, Te lleva por los mares y otras tierras, Llevando los sueños, rimas y versos. ¡Musas a la vista! Grita un joven grumete, Tras los pasos del mensaje en la botella, ¡Ya se sacan la blusa!, trona un viejo vigía. Al timón la poesía, con fantasía me guía,
  • 26. Tus ojos en la playa, de norte y estrella, Soy un Capitán que escribe sonsonetes. Las últimas horas de conexión, Con la primavera. Las últimas horas de conexión, Con la primavera. La verás venir con tu canción, Cruzando la acera. Sentirás que la quieres con emoción, Como la vez primera. ¿No te gusta lo que escribo? Bueno, ¡ahí tenés a Borges! ¿No te gusta lo que escribo? Bueno, ¡ahí tenés a Borges! Tras la picaresca no me cohíbo, ni ante el Lazarillo de Tormes. ¿No te gusta lo que te digo? Sigue los consejos de los grandes. Si quieres acá tenés un amigo, Con más voz de niño que de Padre. Para seguir líneas las de Cervantes, desface entuertos armándose caballero, Aunque mejores tiempos ahora que antes, Quisiera mojar mi pasión en sus tinteros. Ahora si te gustan mis cuartetas, Y quieres ser la décima musa, Inspira mi pluma de poeta, a cuatro manos por excusa. Aléjame de los tratados de la academia. Aléjame de los tratados de la academia,
  • 27. Y escribamos un soneto a cuatro manos. De los que tratan al amor como epidemia, Y esconden un villano en piel de hermano. Fueron más de mil y una noches en un día, Puedo contártelo si me traes un lápiz y papel. Coqueteó la poesía con la fantasía y melancolía, Demostrártelo si me dejas escribir sobre tu piel. Si querés versos, todos estos tengo para darte. Si te arrimas, veras como mima mi pluma de poeta. ¿Seguidos, suspensivos, o puntos aparte? Si buscas besos, luego no pretendas olvidarte, Como mis rimas, como el son de mis cuartetas, Es toda mi sal, mi espuma, y mi mal visto arte. Solo para jugar a que soy el rey de los poetas. No vayas a creerlo, yo solo escribo versos, Que si los reúno suman un par de cuartetas. Escribo algo lo más parecido a un beso, Solo para jugar a que soy el rey de los poetas. Y si le sumo a todo esto un par de tercetos, Y un poco de sal y espuma y algo de bruma, Pareciera que hubiese escrito un buen soneto, Un cuento que arremolina el viento con mi pluma. Mis musas sufren toda la transpiración, De ellas son los premios y laureles, Los séptimos cielos y la cima del parnaso. Yo soy un versero, pongamos por caso, Yo solo garabateo palabras en los papeles, Con mi tan poquita tinta e inspiración. A los poetas no nos gusta que nos digan nada.
  • 28. A los poetas no nos gusta que nos digan nada, Que nos van a venir con melancolías y fantasías, Un poema en la manga, y un verso bajo tu almohada. Retírese de la mesa, si no vamos a hablar de poesía. Que nos van a venir con tratados poéticos y teoremas, Sin ley ni rutina y ningún respeto por lo establecido. Ya sabemos escribir de un tirón, un buen poema, Puedes mirar a todos los buenos poetas que han sido. Lejos de lo que dice tu mamá y las convenciones, Escribimos versos para que los leas del reverso, A veces en susurros y otras tantas dando un alarido. Solo prestamos atención a la buena letra en canciones, A veces no cometemos más excesos que un beso, A veces porque me aburro y otras contra el olvido. ¡No te vayas primavera! ¡No te vayas primavera! Aún necesitas mi poesía, para cruzar con fantasía, si acaso algo te aburriera. ¿Quién perfumará de versos mis cuadernos? ¿Quién me dará sus besos, al calor de los inviernos? Mañana llegará el verano, por la ventana, y a cuatro manos, escribiremos un poema radiante, como en los viejos tiempos de antes. Compartiremos el frío, el tedio y el astío. Y estaremos al abrigo de tus labios con los míos, si te abrazas, vos conmigo, tu canto de sirena, Y mis tinteros revueltos, de espuma, sal y arena.
  • 29. Me saca hasta la última de todas mis palabras. Me saca hasta la última de todas mis palabras, Pone a mis poemas, mi último trazo de poesía. Verás que es todo un truco de abracadabra, Cuando abre la boca es pura magia y fantasía. Es ante todo, viento y marea, sal y espuma, Canto de sirena, un susurro en una suave brisa. Como un cuento que se lea tal cual mi pluma, Un castillo de arena, una boca a prisa de sonrisa. Ella es la décima de las nueve musas coronada, Sigue la tradición de dejar un verso bajo mi almohada, Para que puede terminar mis sonetos y cuartetas. Es como se cuenta en los cuentos de hadas, Basta verla y no hace falta decir más nada, Es la luz de una estrella a la sombra de un poeta. Cerezas debe tener en la cabeza. Cerezas debe tener en la cabeza, Es que es como para comérsela Cuando habla con tanta dulzura. Verla venir es todo una sorpresa. No hay adjetivo para tanta belleza, Tiene una boca que es como para leérsela, Como se lee un buen cuento a oscuras. Me deja sin palabras cuando me besa. Conozco la cara oculta de la luna, Y se sonrojó cuando le di un beso, Y la dejé hablando fantasías. Porque no te pareces a ninguna, Sus labios se arrojaron a mis versos, Y no se resistieron a mi poesía.
  • 30. Ya se cotiza a peso tinta, Si mi poema tiene buena pinta. Ya se cotiza a peso tinta, Si mi poema tiene buena pinta. Lo que pongo en el papel Me lo pagan con un beso. Y cuando se le eriza la piel, Satisfechos quedan mis versos. Viene como la marea, una voz de canto de sirena. Cuidan los arrebatos, a turno en vela, de mi poesía. Con sus garabatos nocturnos, pincela mis días. Sin más extensión que el ancho de su boca, y con besos, arregla los desfasajes ripiosos de mis versos. Viene como la marea, una voz de canto de sirena, En una playa, tumbada a mi castillo de arena. No se compara, a la suave brisa, cuando se anima, Y no se separa, sino que es la rima que nos arrima. Revuelven, para que no se sequen mis tinteros. Cuatro de mis musas, y me alcanzan mi block de papel, Con sal, todo su encanto, y un poco de espuma. Ya grande y preguntona, Alicia ante mi voz de sonajero, Se pone mandona, me defiende, se le eriza la piel, Cuando dicen que a los poetas se les prohíba portar pluma. Yo te escribo el más elocuente de mis versos. Yo te escribo el más elocuente de mis versos, Vos me decís con el más ardiente de tus besos. Si más querés que te cuente, olvídate de cupido, Y sacamos el carnet de socios del olvido. Pasar una temporada al calor de unos labios, Como aconsejan físicos, turistas y sabios. Hacer todo de la práctica sin nada de teoría,
  • 31. En una ciudad poblada de fantasía y poesía. En un séptimo cielo donde moran los poetas, Parecido a un séptimo C, Yo, y con vecinas, Castillos de arenas, y almenas con princesas. Vientos de molinos, cuentos en cuartetas, Polvo de los caminos y cruces de esquinas, De tu canto de sirena, y tu boca cuando besa. Si nos vamos, deja que te vea luego. Deja todo en una danza de llamas, Acude al calor del verso que te llama. Si acampamos, mejor que traigas fuego, Si nos vamos, deja que te vea luego. Verás que todo arde por naturaleza, Que tus pájaros migran de tu cabeza, Que tu boca se llena de poesía, Que pueblas tus sentidos de fantasías. Escribe por los márgenes de la hoja, Sabrás que al tinta en el papel arde, Y mi pluma capta ondas como antena. Escribe cada vez que la pasión moja, Tinteros de los alardes y no se haga tarde, La chispa eterna que corre por mis venas. Pagar mis cuentas de amor por las esquinas. Para que tengan en qué creer mis vecinas, Por resolver los acertijos del destino, Pagar mis cuentas de amor por las esquinas. Por volver por los ripiosos caminos. Para leer a la sombra de un buen poema, Tener si no me dejan hablar, algo que decir. Para crecer a la hoguera que me quema. Para detener las tormentas del mes de abril.
  • 32. A las musas entretenidas cerca de mi casa, Se patea con zapatos alados de poeta, Se garabatea la vida en un trozo de papel. Tener una excusa y versear lo que me pasa, Que resuma la fantasía un par de cuartetas, Se rezuma poesía por los poros de la piel. Nota: ¿Alguien pregunto para que escribir? En una acto de improvisación salió esto: Por joder, para poder volver, por resolver, crecer, leer, querer. Para naufragar, para aligerar, para vivir, para sentir, para en definitiva, escribir. ar, er, ir. Para mentir, para besar, para amar, para repetir, para sufrir, por alegría, por fantasía, porque rezumamos poesía. Para amar de los pies a la cabeza. Para amar de los pies a la cabeza, Pedirle las flechas prestadas a cupido, Para besar a la reina de las rarezas, Sacarle la lengua al tiránico olvido. Reírme de las estrictas matemáticas, y de teorías y tratados en la academia. Tener con las damas noches temáticas, Y hablar de prácticas y de bohemia. Para batir al enemigo, tengas un amigo, que tiene un soneto que suena a canción. Un mundo con más premios que castigos. Disparar un verso al centro de tu ombligo, Poder decir algo que nos lata en el corazón. Para que tus noches de insomnio las pases conmigo. Cuando los sabios ya no saben qué decir. Cuando los sabios ya no saben qué decir, Donde los labios ya no pueden repetir.
  • 33. En los refugios donde se atrinchera, que son tu boca y tus ojos, la primavera. Para sacar de la manga un quinto As, Cuando te piden más de lo que das. En el calor a la hoguera de los inviernos, Los garabatos que dejo en mis cuadernos. Va en un cuento, sobre un barquito de papel. Para todo lo que no se paga al contado, Como un truco que invoca a la fantasía. La lleva el viento susurrando cada rincón de tu piel. Decir mucho más de lo que te han contado, Para todo lo demás, es que sirve la poesía. He garabateado sobre todo trozo de papel. He construido más de un castillo de arena, He transitado los pasillos de la torre de Babel, He sido tantas veces dulce canto de sirena, He garabateado sobre todo trozo de papel. He subido con las musas a la cima del parnaso, He hecho de mi 7C mi casa y séptimo cielo, He por caminos y molinos abriendo paso, He chapoteado por los lodos de mis suelos. He sido la espuma y sal de los tintes y tinteros, He ido por la línea entre la fantasía y la poesía. He escrito A y casi siempre me entienden Zeta. He sido voz de las cavernas y son de sonajero, He sido lo que besa tu boca y lo que yo decía. ¡He! No ves que vengo con mi pluma de poeta. El viento sopla la hojarasca bulliciosa.
  • 34. El viento sopla la hojarasca bulliciosa, En un susurro te despeja una duda, y de deja desnuda y hermosa. Juega con tu pelos como un juguete, y te entrona con tus cabellos de oros, la reina de las rarezas, que es una de las formas de la belleza, con una corona en forma de rodete. No temas a los remolinos, contra pronósticos y molinos, que llevan mis cuentos por los caminos. No te ensañes con la fantasía, Si hasta tus ojos lloran de poesía. Y como me aconsejó aquel sabio, no me voy más lejos, ni recibí mejores consejos, que a dos bocas de sus labios. Para mí no hay otro infierno, que si me confiscan mis cuadernos, y el tiempo de no verte se hace eterno. Qué suerte tendrá la muerte el día que le haga el amor a las puertas del averno. Se quedará sola y despechada, leyendo el verso que le deje bajo su almohada, y me vaya rebosante de vida cantando mi canción raudo por la quinta avenida. Es que para los que somos puro corazón jamás seremos tu amigo. El día que te fuiste con lo más querido me declaré de tus garras enemigo. Disparo, sin presentes ni testigos, sin más premios que castigos, versos al centro de tu ombligo.
  • 35. Rimas en mis papeles, garabatos en tus pieles. Las musas que habitan en mi séptimo cielo. Las noches que se derrumban a la luz de día. Los poetas benditos que temen hasta en los infiernos, La fantasía que se hace realidad con la poesía. Las historias que se leen fuera de los cuadernos. Las musas que habitan en mi séptimo cielo, De nubes nos hacen un par de almohadas. Mis papeles, lápices y tintero tienen tanto celo, Que se quejan que no verse, hasta las madrugadas. No imagines tanto, que te quedarás con esa imagen, No intentes retratarme, porque estaré a kilómetros de distancia, De tu museo de reliquias, sastres, y extravagancias. Soy como la primavera que aún conserva su fragancia, Deja que sigan con su circo, hojarasca, y divaguen, Sorpresa te dará, cuando tus ojos por mis poemas vaguen. Si la noche te juega un truco añil. Si la noche te juega un truco añil, Déjame que te cuente un cuento. Pídeme un verso para el mes de abril, Déjame que se lo confíe al viento. No temas si me voy de madrugada, No todo es producto de la fantasía, Dejaré un poema bajo tu almohada. Todavía nos queda la poesía. Solo se hacer con lápiz y papel Castillos con dragones y hadas. Un garabato sobre tu piel, Quédate quieta y no digas nada.
  • 36. Quemaría mis poemas si tienes frío, Déjame que soborne al invierno, Con mi pluma ultramarina cruzaremos el rio, De pasaporte las rimas de mi cuaderno. Ampliaré mi séquito de bellas musas. Ampliaré mi séquito de bellas musas, para que mis rimas sean más brillantes. Escribiré para que se saquen la blusa, De la duda, el traje, y tiempos de antes. Escribiré sobre muros, y dibujaré en pieles, Cantaré en un coro de ángeles por bulevares, Diré con pinta de tipo duro y sin papeles, Que te quiero como a la poesía sin altares. Los que no me conocen, conocerán mis versos, Sigue leyendo del reverso ahí donde me quedo, Viril es mi soneto y te desnudan mis cuartetas. Donde no llego con palabras, voy con un beso, No acuses a mis poemas señalándolos con el dedo, que te mancharás con tinta china de poeta. Y no por ello las cuartetas menos importantes. Heme aquí versando mis últimos versos, Y no por ello las cuartetas menos importantes, Será quizás igual al sudor y primer beso, Verás un futuro con los tiempos de antes. Una blusa que encoja, una ventana a la fantasía, Unos libros para amueblar las paredes de mi casa. La alfombra roja donde caminan con poesía, Un calendario sin notas, y una musa cuando pasa. Un cuaderno, un lápiz y unas rimas un mundo, Una caverna por la noche con hoguera mi planeta,
  • 37. LA estación más cerca de la luna una esquina. Donde habitan en mi séptimo cielo un poeta, Lo lee lejos con su catalejos el trotamundos, Y a dos leguas de lengua de mi boca mi vecina. Un par de musas avivando mi pluma de poeta. Sé muy bien lo que el año pasado nos dejó, Un par de musas avivando mi pluma de poeta, Se rajó la fantasía pero antes me aconsejó, seguir todo este año nuevo entre cuartetas. Ahí donde más duele hurgando en la herida, Sigue a cuatro manos, a doble o casi nada. El arte de seguir de pie ante las despedidas, Tras una noche añil, versos bajo la almohada. Mis versos entrar pareados y en una rima, Bostezan de madrugada, duermen de día, Mire usted, ¿no me diga? lo veo y no lo creo. De mi poesía sale mareado quien se arrima, Todo aquel que sigue el rebaño de la cofradía, Y no vea doblando por la esquina a mis deseos. Dar ante el amor hasta el último latido. Dar ante el amor hasta el último latido, Ahí donde no llego, suele llegar mi poesía. Ante el llanto, calla cuando doy un alarido, Y empieza a saltarle lágrimas porque ría. Que se ocupe el villano de la estocada, mientras mis versos doy en un mandoble, Yo paso mis días entre libros y almohadas, Jugando a doble o nada, bailo un paso doble. Que se queje la muerte de mi buena suerte, Las razones que me quedan y no me llevan,
  • 38. Y tener de poeta las venas y la memoria. Que no deje de conmoverte si voy a verte, Las musas a la cima del parnaso me elevan, E invadir el planeta de buenas historias. Y sus cuentos largos como sus largas piernas. Estoy preparado para enfrentar la oscuridad, En el último rincón de mi caverna, Un verso es todo lo que llevo por vanidad. Si sus manos son como una enredadera, Que crecen por los caminos ripiosos de mis pieles, Y dejan sus garabatos en mis versados papeles. Y sus besos huelen como a primavera, Su voz me protege como una hoguera, Si no veo sus ojos acrecienta mi ceguera. Un susurro hace volver a los lobos a su madriguera, Y sus cuentos largos como sus largas piernas. Si en realidad quieres ser una de mis musas. Si en realidad quieres ser una de mis musas. deberás ser la gota que colma mis tinteros, Verte venir cruzando la vereda suelta de blusa, Mis charcos de tinta con tu voz de sonajero. Del otro lado de la frontera dejar las excusas, Poblar mis séptimos cielos de almohadas, Poner a todos mis poemas tus notas semifusas, Ayudarme a liberar de los cuentos a las hadas. Corregir con tus susurros todas mis cuartetas, Olvidarte de teorías, mitos, teoremas y razones, Hacer prácticas en el laboratorio de las ilusiones. Cargar con el lujo pasión mi pluma de poeta. Poner un coro de ángeles a mis canciones, No llevo más táctica que mover los corazones.
  • 39. Todas mis musas llenan mis poemas de besos. Todas mis musas llenan mis poemas de besos, Dejan de madrugada bajo mi almohada, Para mí poemario un par de versos, Un tintero nuevo, y un cuento de hadas. Es un camino ripioso que parece sin salida. 1 Es un camino ripioso que parece sin salida, Una rima que arrima a la más estúpida cofradía, Un callejón con un beso que huele a bienvenida Se manejarme bien por las noches de mis días. Es un cuento golpeando a las puertas del olvido, Es un laberinto hasta el centro de tu herida, Es un viento que susurra su último alarido. Es la reina de la lengua que se empapa de saliva. Mis versos se estrellan en mi séptimo cielo, Bebo hasta el fondo el licor de mis tinteros, Obedecen y se rinden ante mí todas las fantasías. Mis poemas se divierten rodando por el suelo. De penas y glorias es mi viva voz de sonajero, Todo esto y nada más que esto es la poesía. 2 Ante molinos, venteros, manteros y princesas, Es que soy el más raudo de los andantes caballeros, Ante dientes como perlas y bocas de fresa, Es que ahogo mi pluma de profeta en los tinteros. Ante moros, falsos cristianos, viles y villanos, Los ensordecedores vientos, y cuentos contra la nada, Es que te necesito para escribir a cuatro manos, Cierra un rato tus ojos y sueña en mis almohadas.
  • 40. El que escribe, pongamos por excusa, cuartetas, Que van pareados, como mis cuatro hermanos, La más pequeña libera a las hadas de la fantasía. La que le sigue hilvana mis versos menganos, El más cercano a mí sin saberlo hace poesía Y Yo que soy el seductor de las musas y poeta. 3 Ni aunque sepas todas las letras del abecedario, Ni derrames todos los tinteros por los papeles, Jamás podrás escribir un buen poema a diario, ¿Te tatuarías todo el Quijote sobre tus pieles? Jamás saldrá un buen verso como los de su boca, Que es donde se arremolinan deseos y pensamientos, Como cuando lee todos mis poemas que le tocan, Hasta el más hondo de todos sus ratos y momentos. Se puede dar la vuelta al mundo entero en un poema, El corazón ardiente cicatriza cada herida que nos quema, Y el que va por la verbena con un verso en las venas. Se puede ser el capitán de la barca y el que rema, Con una canción hacia un castillo de arena, Ante los coros de ángeles y los cantos de sirenas. Desde que escribo ya nada es un problema, Todo se resuelve en un par de poemas. No aprenden a esperar los calendarios, Mi prisa juega al mus con los horarios, Mi risa sale ahora en primera plana en los diarios. Desde que escribo ya nada es un problema, Todo se resuelve en un par de poemas, Voy por los caminos ripiosos de los versos, Llevando bajo el brazo de biblia un diccionario, Tomo los atajos ante los largos de los lemas, Mis contratos los sello con un beso.
  • 41. Que me cobran intereses si no sudo tinta. Escribo bajo presión de mis acreedores, Que me cobran intereses si no sudo tinta. Escribo para mis musas y veedores, ¿Sus intereses? Tenga mi poema buena pinta. Haciendo trampa con un truco de fantasía, Fue que me fui acercando a mis lectores. Pago mis cuentas con una letra de poesía, Y así me vi acicalando a charletas y oradores. Supongo que no tardará en visitarte el cartero: Impresos están a viva voz todos mis versos, Un billete de penúltima vuelta a mi planeta. Asumo que me llevarás en tu monedero: Cien sonetos de melancolía y en el reverso, Una moneda con la cara laureada de Poeta. Todo lo que reniegas del viento con tus ojos, Lo guardo en un cuento en mi cuaderno rojo. Todo lo que reniegas del viento con tus ojos, Lo guardo en un cuento en mi cuaderno rojo, Todo lo que no dices entre labios con la boca, Ahora lo escribo, con voz de sabio, porque me toca. ¿Quién soy? Eso lo saben tus despojos, mi pluma, mis poemas y mis antojos. ¿Dónde voy? Eso lo saben los molinos, En Cheshire, y el polvo de los caminos. ¿Mis musas? las margaritas que desojo, ¿Qué la fantasía ya no se usa? retírese, De moda pasó soñar en tus almohadas ¿Qué las madrugadas ya no le dicen nada? ¿No llega a comprenderlo?, tome, estírese.
  • 42. ¿Malojo? Usé mi poesía de anteojos. ¿Se pueden pasar mil y una noches en un día? Agoniza de pena la más ardiente primavera, El otoño aneja mis tinteros, versos y papeles. Mis hojas caen en tu pradera, como la primera Vez que garabatee mis versos en tus pieles. ¿Se pueden pasar mil y una noches en un día? Inténtalo dándole una chance a la poesía. ¿Se puede pedir un tratado de amor a tu boca? A cada verso y en cada beso que nos toca. Su gélida boca, esconde una lengua de fuego, Sin saber a dónde irá a parar este invierno, Cuando se pasa de luna a sol en los veranos. Hablar de la vida es escribir a cuatro manos Sobre el viento, como un cuento en un cuaderno. ¿Sus despedidas?, un ¡buena suerte, y hasta luego! Yo te llevo a Marte de Poesía. Yo te llevo a Marte de Poesía, pero primero alunizamos en la luna. Fue como ver a la fantasía, el día que te parecías a ninguna. En un vuelo chapter de cuartetas, La cara oculta es una sonrisa. Tripulada por mi pluma de poeta, Apurados sin más visa que la prisa. Sin más tierra que mis papeles, Y marcianas como musas, Da más guerra que tus pieles, cuando se sacan la blusa.
  • 43. Que tus ojos se vayan enterando lo que es escribir un buen soneto. Que tus ojos se vayan enterando lo que es escribir un buen soneto. Que tu imaginación vaya pensando, como empezar, con un boceto. Que tu corazón empiece a latir al ritmo de mis cuartetas, En una canción a repetir, Que eres la musa de un poeta. Que tus labios vayan sabiendo de memoria todos mis versos. Que se entere el mundo entero. Que tu boca se vaya haciendo a la idea de besar todos mis besos. A insolencia Yo te quiero. Este frío de Enero en los huesos, vagando por ahí. Este frío de Enero en los huesos, vagando por ahí. El dolor de encontrar en las cloacas, los besos que te dí. Y Yo sin saber qué te pasa, con los versos que te escribí. En los versos que te di. En los versos que te di, escribí, Yo estuve aquí. A la cima del parnaso
  • 44. Yo subí, Y en un beso, me perdí. Un verso que nos vuelva a meter en la cama. Un verso que nos vuelva a meter en la cama, Un beso que deje tus razones en llamas, Acá tienes una buena rima que te llama, Un poema que a los cuatro vientos clama, Un soneto para debajo de tu almohada, Que te acompañe en tantas madrugadas. Un Cupido que se olvide del olvido, Un Cupido que se olvide del olvido, Que en un suspiro nos saque un alarido. Una sirena de sal, espuma y arena. Y un castillo con princesas en cada almena. Las brumas que despejo con mi pluma. Un poco de fantasía para mi poesía, Mil y una noches en un día, melancolía. A todas ellas de norte y estrellas, bellas, arrojando mensajes en botellas. Hasta la madrugada, guerras de almohadas. Un lápiz y un papel, la torre de babel, Un tapiz, y escribir sobre su piel. Una musa sin blusa ni excusas. Que la guerra no pase por mi tierra. Que mis cuentos vayan con el viento. Que mi rima atraiga a quien se arrima. Y me encuentre en el parnaso a la cima. Algo de inspiración para esta canción. Tinteros, andantes caballeros, sonajeros. Polvo de los caminos, molinos. Todo esto puedo darte, poco arte. Aléjame de la academia, como de la epidemia. Un par de cuartetas para este joven poeta.
  • 45. Solo haré tratos con las musas. El día que se me seque la tinta, Solo haré tratos con las musas, A viva voz y con buena pinta, Un verso que te saque la blusa. Si se acaba la sal de mis tinteros, Escribiré con toz de sabio, Puedo ser un andante caballero, con el carmesí de tus labios. No le busques un principio ni final. No le busques un principio ni final, No deja las marcas del pecado original, Sin musas, princesas, ni mujer fatal. Ni fábula con hadas ni moraleja, No es un horizonte que se aleja, Cuando entre almohadas cierres tus ojos, Y te vayas en sueños con zapatos rojos. No es un viaje de ida a otro planeta, No lo canta un rapsoda ni lo escribe un poeta. Deja a tu pelo jugar con el viento, Que es el más preciado de sus juguetes, Como mis musas cuando vienen con rodete, Solo dejame que te cuente un cuento. La adultez es un laberinto sin salida. La adultez es un laberinto sin salida, Donde se agigantan las heridas. La niñez jugar con las musas y sus juguetes, Que más dá si uso su pezón como chupete. Más amigo de Wendy y campanita, Como aconseja mi voz de Peter Pan. Más se perdió en el altar de la mezquita, El relicario de los besos que no se dan.
  • 46. En cada no se acrecienta la llaga, Todos los sueños duermen en mis almohadas, Con mis hojas se rascan la nariz en un cuento. La lengua del siglo 21 es un filosa daga, Sabe más que de mandobles y estocadas, Una hojarasca con ráfagas de viento. Mi pluma escribe a sol y sombra. Mi pluma escribe a sol y sombra, Mis sonetos saben que te nombran. Mis cuadernos esperan mis versos, como mi boca desea tus besos. No hay truco de fantasía ni coartada, A mi poesía le da lo mismo todo que nada. ¿Qué dirás si lo escribo todo en un cuento, Y lo arrojo por los cuatro vientos? Nunca se para dónde termina un poema, A veces como una lengua de fuego, quema. Y otras de fábula de nana, cura y sana. No sé, siempre empieza con algún tema, Se asoma de madrugada por mi ventana, entre almohadas como el sol de la mañana. Doctorada en la academia de las musas. Doctorada en la academia de las musas, Sin más honores que una tesis de besos, Con un traje de bohemia y por excusa, cura los dolores untándolos con versos. Con un billete de ida hacia el parnaso, Sin más pasaporte que un par de cuartetas, Va a lomos de Pegaso, apura los ocasos, Abriéndose paso con su pluma de poeta.
  • 47. Se entienden con el arte de no decirse nada, Tienen de pendejos que no le gustan los finales, No hace falta catalejos ni ver señales. Se intercambian secretos entre almohadas, Les salen bien quererse como animales, Los espejos le repiten que son tan iguales. En el callejón de las rarezas, Conviven Dr. Jekyll y Mr Hyde. 1 En el callejón de las rarezas, Conviven Dr. Jekyll y Mr Hyde, En el bulevar de las bellezas, Besa a Wendy un viejo Peter Pan. En el circo de las Sorpresas, Bailan ogros con princesas. El mago en un truco de abracadabra, Encanta sin más que con la palabra. Saca un poema de tu falda, Garabatea un verso en tu espalda, Recita sonetos como quinto As. En los bailes de disfraces, Va el hombre de las mil caras, Repartiendo antifaces. En la estación de la primavera, Enarbola su corazón como bandera, Y guarda su fragancia en la cartera. Se ríe la luna como si ella fuera, De las estrellas la primera, Y en una canción cambia de acera. No huyes más lejos que la poesía, A dos lenguas de la fantasía.
  • 48. Vuelve el poeta a la torre de Babel, Con sus cuartetas sobre el papel. ¿Querés que te cuente un sueño añil? Si en cuentos ya te conté como cien mil. Le dijo las mil y una noches a un día, A veces alegres y otras de melancolía. 2 En el laberinto de las pasiones, Canta un trovador sus canciones. Doctorado en dolores, El hombre del traje gris, Pinta con su paleta de colores. 3 En el salón de las musas, me dejan un verso, y aprenden a sacarse la blusa, a mi primer beso. A mis años creer en el amor y ser Poeta. No sabe no contesta, arrojo en la encuesta, Que le hice en un par de tercetos y cuartetas. Oficiando de Musa no sabe lo que cuesta, A mis años creer en el amor y ser Poeta. No lleva doble fondo ni propuestas sin nada que esconder entre versos, Lo comprenderás todo al primer beso. Y cuartetas y tercetos tenés todas estas. No es alarde de poesía, ni canción protesta, Una filosofía de lo que está ahí, tan cercano. Llevo tinta de héroe en papel de villano.
  • 49. Vivo todo a cien, lejos de la hora funesta, No soy de jugar a moros y cristianos, Me divierto con lo que tengo más a mano. Como se anhela la cara oculta de la luna. Como se anhela la cara oculta de la luna, Saqué un billete para alunizar en su planeta. Como mis noches de insomnio cuando leo, poemas de amor a las puertas del Edén. Se pierde la razón cada vez que te parecés a ninguna, Como se pierde entre cuartetas un poeta, Se desespera Cupido, si en la estación descreo, Que espere el olvido, con su canción en el andén. Le pedí a la décima de las nueve musas un deseo, Que sin excusas deje bajo mi almohada un verso, Que espíes mientras escribo en mis cuadernos. Y te saques las dudas de las blusas cuando te veo, Que la primavera crezca al calor de los inviernos, Que tu boca me llene mis madrugadas de besos. Supongo que me tomaré un año salvaje. Supongo que me tomaré un año salvaje, Olvidar el calvario de la ley y la rutina, Viajar sin pasaporte, suelto de equipaje, Esperarte, como te espero, en la esquina. Haré tan solo lo que me venga en gana, A crecer otra vez la pasión por mi suelo, Recordaré la noche añil por la mañana, Y vuelva a oscurecer mi séptimo cielo. Seré el lobo que entra en tu caverna, Y se sienta con un cuento a la hoguera, Una rima que esté libre de ataduras.
  • 50. Un verso que domestique tus piernas, Enfurecidas de andar tantas primaveras, Un poema se quede pegado a tu cintura. A mí no me coronan el rey de los poetas. A mí no me coronan el rey de los poetas, Ni vos sos ni de lejos la reina de Java, Soy el que empieza y muy bien acaba, terminando todo entre sonetos y cuartetas. Si somos vos la princesa de las rarezas, Y yo el príncipe azul de los verseros, Yo le escribo un poema a tu belleza Si tú bebés del elixir de mis tinteros. Mis cuentos son siempre más de los mismo, Mis poemas un acto de exhibicionismo, Suelo andar entre tantas curvas, sin frenos. Te reinventas para volver a ser vos mismo, Del primer amor que nos rescató del abismo, Unos ojos como el cazador entre el centeno.